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jueves, 16 de marzo de 2023

Fabada Asturiana


Aunque la primavera está a la vuelta de la esquina, aquí hace un tiempo frío y ventoso, y apetecen los platos calentitos de cuchara como el que os presento hoy; una fabada asturiana.

Yo no soy muy fan de las legumbres, hago un esfuerzo por comerlas porque son sanas, pero prefiero las sopas, más ligeras y que le sientan mejor a mi estómago, sin embargo a mi marido le encantan, si por él fuera estaríamos comiendo legumbres casi a diario, sobre todo lentejas, pero como hay que variar las comidas unas veces toca lentejas, otras callos con garbanzos, otras veces potajes con alubias, y en esta ocasión tocó la famosa fabada asturiana.

La receta no tiene demasiada complicación, el éxito radica sobre todo en la calidad de los ingredientes, y en una cocción prolongada a fuego lento.

Os dejo con la lista de

Ingredientes:

-1/2 kg. de alubias
-agua
-2 chorizos
-2 morcillas
-250gr. de panceta curada
-1 trozo de hueso de jamón
-pimentón dulce (el mío de Productos Jauja)
-aceite de oliva virgen extra (el mío de Aceites Abril)
-5 hebras de azafrán (el mío de Azafrán de la Mancha D.O.P)
-sal

Elaboración:

En primer lugar retiramos las alubias que estén rotas o dañadas, después las lavamos bien bajo el grifo para retirar impurezas y suciedad, y las dejamos en un bol a remojo cubiertas de agua fría, durante toda la noche.

Dejamos también en agua el hueso de jamón y la panceta para desalar (yo la panceta no la puse porque ya venía con el punto de sal)

Al día siguiente escurrimos bien las alubias y las echamos en una cazuela más bien baja y ancha. Cubrimos con agua fría hasta dos dedos por encima de las alubias, y ponemos a fuego fuerte hasta que levanten el hervor.

Cuando la cazuela comience a hervir, añadimos la panceta, el hueso de jamón, las morcillas y los chorizos. Los dos últimos ingredientes que queden por la parte de arriba para que no se rompan durante la cocción.

Al principio se irá formando una capa de espuma en la superficie, la cual debemos retirar porque contiene impurezas, y de paso desgrasamos un poco el caldo.

Después de unos 15 minutos hirviendo a fuego tirando a fuerte, añadimos las hebras de azafrán disueltas en un vaso de agua de la cocción, añadimos también la sal (probamos primero para saber la que necesita) y bajamos el fuego al mínimo, y dejamos cocer por espacio de 2 horas aproximadamente.

Transcurrido ese tiempo probamos la fabada para ver si ya está hecha, y de paso rectificamos de sal si fuera necesario. Cuando esté retiramos las carnes a una fuente, cortando las morcillas y los chorizos por la mitad, la panceta y la carne del jamón en trozos más bien grandes. Reservamos.

A parte en una sartén echamos un poquito de aceite de oliva, doramos en él 3 dientes de ajo laminados. Cuando el ajo esté ligeramente dorado, retiramos la sartén del fuego y añadimos una cucharadita colmada de pimentón dulce, mezclamos bien y añadimos este sofrito a la fabada. Con una cuchara de madera removemos suavemente para mezclar bien, y a continuación emplatamos, colocando un cucharón de alubias en un plato hondo, y encima parte de los embutidos y las carnes.

Muchos no le hacen este sofrito, pero realmente le da un sabor impresionante. Si no os gusta encontraros con el ajo, en lugar de laminarlos, los cortáis por la mitad retirándole el germen central, luego los doráis, y cuando estén dorados añadís el pimentón, y antes de echar el sofrito en la cazuela, retiráis los ajos, así queda su sabor en el guiso, pero no los encontráis en la boca.

Y con esto termino por hoy. Nos vemos pronto.

Un saludo.

jueves, 24 de febrero de 2022

Cocido de mi madre


En Galicia ya desde comienzos de otoño empieza la temporada de cocidos, y los locales de hostelería ofrecen en sus cartas este plato tan completo, pero la época álgida de los cocidos es sin duda en Carnavales, así que aprovecho estas fechas para publicar la receta del cocido.

En ningún hogar gallego falta a lo largo del invierno un cocido, en cada casa lo hacen a su gusto, aportándole así su sello particular, por eso yo a esta receta la llamo “Cocido de mi madre”, porque es cómo lo preparaba ella siempre en casa, solo con el añadido de los garbanzos, que mi madre no los ponía porque ya bastante contundente es el cocido, pero como a mi marido le gustan ahora se los añado. Lo que no falta nunca es la carne salada de cerdo, los embutidos (en mi zona chorizos, y en menor medida botelos o androllas), las patatas, y la verdura (grelos o repollo)

Cuando teníamos invitados en casa, generalmente utilizábamos repollo en lugar de grelos porque estos no le gustan a todo el mundo, y ese día, desde primera hora de la mañana mi madre ponía al fuego la olla más grande que había en casa, y le añadía las carnes y los embutidos, luego a medida que estaban hechos, los iba retirando a una fuente, y finalmente cocía la verdura y las patatas, ¡qué recuerdos…! Desgraciadamente estas escenas tan cotidianas nos las valoramos lo suficiente, y luego con el tiempo las añoramos, es lo que me pasa a mí, y por eso esta receta se la dedico a mi adorada madre. ¡Te quiero mamá, eternamente te quiero…!

Os detallo los ingredientes que utilicé para hacer este cocido, son los siguientes:

-1/2 cabeza de cerdo salada con oreja incluida
-1 trozo de costilla de cerdo salada
-4 trozos de gallina
-1 hueso de ternera
-2 repollos medianos
-4 chorizos
-250gr. de garbanzos
-fideos finos (opcional para preparar la sopa de cocido)

Preparación:

El día anterior ponemos los garbanzos en remojo, y la carne a desalar en una olla grande cubierta con agua.

Al día siguiente retiramos el agua de la carne, cubrimos con abundante agua fría del grifo, y añadimos las carnes de cerdo, la de gallina, el hueso de ternera, los chorizos y ponemos a fuego alto.

Cuando la olla comience a hervir, añadimos los garbanzos escurridos, colocados dentro de una bolsa de red especial para cocer legumbres y evitar con ello que se desperdiguen por toda la olla y sean así más fáciles de retirar cuando estén cocidos. Cuando la olla vuelva a hervir bajamos el fuego, y dejamos que se vaya cociendo todo, alrededor de unas dos horas y media o tres horas.

En este tiempo iremos retirando las carnes según vayan estando cocidas, primero los chorizos, y después la costilla de cerdo. La carne de gallina, si es de un animal joven también se hará pronto, y al revés, cuanta más edad tenga la gallina más tiempo tardará en estar cocida, aunque esto último es preferible porque le da más sabor al caldo.

En unos 90 minutos estarán listos los garbanzos, y los retiramos también, en ese momento aprovechamos para comprobar cómo está la cabeza de cerdo que es lo que más tarda en cocerse. Lo más probable es que todavía no esté bien hecha, por lo tanto continuamos con la cocción entre 30 y 60 minutos más, dependiendo del tamaño de la pieza.

Cuando toda la carne esté cocida, reservamos y probamos de sal el caldo resultante rectificando si fuera necesario, después apartamos para otra olla pequeña una parte de ese caldo obtenido, y luego le añadimos unos fideos finos para preparar la sopa de cocido. En esta ocasión yo no lo hice, pero lo recomiendo porque esa sopa está exquisita y es muy reconfortante sobre todo en un día de frío invierno.

En la olla principal añadimos el repollo limpio y dejamos que hierva en torno a unos 20 minutos, después añadimos las patatas peladas y cortadas por la mitad (siempre lo hago porque alguna a veces está mala por dentro), y dejamos cocer hasta que las patatas y la verdura estén cocidas.

Por último en una fuente colocamos la carne troceada y los chorizos, y en otra los garbanzos, el repollo y las patatas, y listo por fin para servir a la mesa y disfrutar en familia.

Con el cocido las cantidades de los ingredientes van un poco a ojo, pero es mejor pecar por exceso que por defecto, porque después lo que sobre se puede reciclar de muchas maneras, por ejemplo en unas croquetas cuya receta podéis ver pinchando aquí, en una empanada o en "ropa vieja” que es lo que voy a preparar yo en esta ocasión con lo que me ha sobrado, y luego más adelante subiré la receta al blog para compartirla con vosotros.

Espero que os haya gustado la receta. A mí me ha servido para rememorar momentos maravillosos, y para rendirle un homenaje a mi madre que tantas veces preparó este cocido en casa.

Nos vemos dentro de unos días. Disfrutad del Carnaval.

Un beso.

jueves, 14 de febrero de 2019

Crema de calabaza

Por fin he podido sentarme delante del ordenador y redactar una nueva entrada. Ha sido un poco más tarde de lo previsto debido a una recaída de la gripe, pero lo importante es que aquí estoy, y vengo con una receta que seguro que la mayoría la conocéis de sobra, pero como todavía no la tenía en el blog, hoy le tocó su turno.

Lo curioso es que tengo recetas en la carpeta de borradores, esperando salir a la luz, desde hace casi dos años, y de repente el otro día mi prima y vecina, Josefa, me enseño en el móvil la foto de una crema de calabaza que había preparado en su casa días atrás, y me entró antojo de ella, así que en cuanto tuve oportunidad allá me fui al supermercado a comprarme una hermosa calabaza para prepararla, y como las dos últimas recetas que he publicado en el blog han sido dulces, creí que ya tocaba algo salado, así que le saqué una foto y aquí va la receta, espero que os guste

Ingredientes:

-1 kg. de calabaza cacahuete (curcubita moschata)
-2 patatas medianas
-1 cebolla grande ó 2 medianas
-3 dientes de ajo
-2 zanahorias
-Caldo de ave o de verduras
-sal
-aceite de oliva virgen extra
-150ml. de nata líquida
-pimienta recién molida
-pipas de calabaza, picatostes... (opcional)

Preparación:

Comenzamos poniendo una olla al fuego y cubrimos el fondo de la misma con aceite de oliva virgen extra. A continuación añadimos la cebolla y la zanahoria peladas y picadas, los ajos pelados y cortados por la mitad (sin el germen interior) y rehogamos todo junto unos minutos removiendo de vez en cuando.

Mientras se rehoga la verdura de la olla, lavamos, pelamos, retiramos las semillas y picamos en trozos medianos la calabaza. Para esta receta yo siempre uso la conocida como calabaza cacahuete (curcubita moschata)

Cuando las verduras estén tiernas, añadimos a la olla la calabaza y rehogamos todo junto unos minutos más. Después añadimos las patatas cortadas en trozos, salamos, y añadimos el caldo de ave ó verduras hasta cubrir, luego lo dejamos al fuego hasta que al pinchar las patatas y la calabaza con un tenedor notemos que están hechas. En ese momento apagamos el fuego, trituramos con la batidora, y luego rectificamos de sal y echamos un poco de pimienta recién molida. 

Removemos bien con una espátula para mezclar, y comprobamos que no queda ningún trozo sin triturar, y luego lo devolvemos al fuego un par de minutos hasta que veamos que empiezan a salir burbujas (sin que llegue a hervir), apagamos el fuego y ya tenemos nuestra crema de calabaza lista para servir. 

Cuando la sirvamos echamos en cada plato un hilo de nata líquida y opcionalmente también unas unas gotas de aceite de oliva virgen extra, unas pipas de calabaza, unos picatostes... Además de resultar más atractiva a la vista, sientan muy bien al paladar, y hacen de esta crema un plato aun más apetecible.

El secreto de esta crema de calabaza, y de cualquier crema de verduras en general, radica en rehogar bien las verduras, emplear un caldo de verduras o de ave (mejor que agua del grifo) y por supuesto en emplear un buen aceite de oliva virgen extra. Haciéndolo así el éxito está asegurado.

Y poco más por hoy, sólo me queda despedirme hasta dentro de unos días que volvamos a vernos con una nueva receta. Mientras sed muy felices.

Un saludo

lunes, 12 de junio de 2017

Salmorejo cordobés




Menos mal que la primavera ya toca a su fin, porque la de este año está siendo especialmente difícil por mis problemas de alergia. El año pasado en cambio, estuve perfecta, tanto que ya me las prometía muy felices, pero a pesar de estar cinco años vacunándome, y tomar diariamente antihistamínicos, la susodicha no está por la labor de dejarme en paz tan fácilmente, así que hoy, aprovechando que parece que tengo unos días de tregua, os presento una nueva receta muy apropiada para esta época del año, cuando el calor ya aprieta, me estoy refiriendo al salmorejo.

Siendo gallega, es fácil comprender que sea un plato de incorporación reciente a mi recetario, pero desde que lo descubrí, me cautivó.

Pese a ser un sabor un tanto novedoso para mí, no me supuso ningún esfuerzo adaptar el paladar al mismo, al contrario. Lo único que he notado es que cada vez que lo preparo me gusta más y más.
Antes de tener la thermomix ya lo preparaba y me gustaba, pero creo que con la thermomix se logra una finura difícil de igualar. Encima no hay que colarlo para eliminar pepitas ni pieles, con lo cual se ensucia menos y se ahorra trabajo, y por si esto no fuera suficiente, la emulsión final del aceite sale perfecta, para mi gusto mejor que con la batidora. En todo caso os dejo la preparación de las dos maneras, en thermomix y por el método tradicional, de modo que no tenéis excusa para no hacerlo.

Si os animáis, necesitaréis los siguientes

Ingredientes:

-150gr. de aceite de oliva de sabor suave (1 vasito)
-1 kg de tomates bien maduros
-175gr. de miga de pan del día anterior (en mi caso pan de barra)
-1 ó 2 ajos (si lo queréis suave solo uno, si lo queréis más fuerte los dos)
-1 cucharadita de sal
-30gr. de vinagre (la receta original no lleva)

Para acompañar
-huevos duros picados
-jamón ibérico picado
-picatostes, etc.                       

Preparación en thermomix:

1-Colocamos una jarra sobre la tapa del vaso, pesamos el aceite y lo reservamos para el final.
2-Ponemos en el vaso el ajo (sin la parte central para evitar que resulte indigesto), los tomates muy bien lavados y la sal. Trituramos programando 30 segundos /velocidad 5
3-Añadimos el pan y el vinagre, y programamos de nuevo 30 segundos /velocidad 5
4-Seguidamente lo batimos programando 2 minutos /velocidad 10
5-A continuación bajamos los ingredientes hacia el fondo del vaso con la espátula, colocamos la tapa y el cubilete y programamos 1,5 minutos / velocidad 5 para emulsionar el aceite que teníamos reservado, el cual vamos vertiendo poco a poco sobre la tapa, alrededor del cubilete, hasta que termine de incorporarlo.
6-Finalmente lo guardamos en un tupper, lo dejamos en el frigorífico hasta que esté bien frío, y luego lo servimos en cuencos individuales o en platos hondos, y encima ponemos unas cucharaditas de huevos duros picados, jamón picado, unos picatostes o cualquier otro ingrediente que os apetezca. Yo en ocasiones le añado jamón picado y espárragos verdes hechos a la plancha y troceados. Es una combinación que me gusta mucho.

Preparación por el método tradicional:

Lavamos muy bien los tomates, los cortamos en trozos grandes, y los trituramos con la batidora. A continuación colamos la mezcla para eliminar pepitas y pieles que le hayan quedado. Después añadimos el pan troceado, mezclamos bien y esperamos unos 30 minutos para que el pan se ablande y sea más fácil de batir. Transcurrido el tiempo de espera añadimos el ajo (sin la parte central para evitar que nos repita), añadimos también el vinagre, y la sal, y batimos de nuevo hasta que quede lo más fino posible. Por último vamos añadiendo el aceite poco a poco sin dejar de batir, y cuando esté todo bien integrado vertemos en un recipiente que llevaremos al frigorífico hasta el momento de consumirlo. A la hora de servirlo lo más habitual es acompañarlo de huevos cocidos y jamón.

Pues con esta humilde, sana, rica y fresquita receta me despido por hoy. Nos vemos en unos días.

Un beso 

lunes, 21 de noviembre de 2016

Caldo gallego


Por fin ha llegado el frío y la lluvia, aunque ésta última yo la verdad no la echaba de menos, y eso que este año en Galicia no nos podemos quejar porque hemos tenido un otoño muy seco y caluroso, aun queda un mes para que finalice, pero un poco de frío ya lo echaba en falta... Además  las navidades están ahí a la vuelta de la esquina y no era cuestión de comer el turrón en mangas de camisa ;)

Pues bien, la receta que os traigo hoy, el caldo gallego, también necesita de un tiempo invernal para que podamos disfrutar plenamente de su sabor... Recuerdo que el año pasado a finales de junio, comí en un restaurante en el que ofrecían caldo gallego a un grupo de turistas que venían en autobús en una excursión organizada,  encima aquel día hacía un sol de justicia,  y no sé qué recuerdo guardarían aquellos turistas del caldo gallego, pero no creo que sea el mejor de los posibles. Por muy rico que estuviese, el caldo gallego, igual que la sopa castellana, la fabada asturiana, el cocido, etc. son platos que apetecen más y sientan mejor cuando hace frío, cada cosa tiene su momento, y por muy típicos  que sean no es lo más adecuado servirlos en según qué época, pero bueno, tampoco lo critico, precisamente por ser platos típicos la gente de fuera los demanda durante todo el año.

El caso es que ahora el frío llegó, y en mi huerta tengo unas nabizas preciosas, así que el otro día hice el primer caldo de la temporada, que me supo a gloria y me sentó aun mejor. Os comparto la receta por si os animáis a prepararlo en casa.

Ingredientes (para 8 personas)

-250gr. de alubias blancas
-500gr. de costilla de cerdo salada (sirven también otras partes del cerdo, como el morro, un trozo de lacón, etc. pero que sean salados)
-50gr. de unto
-6 patatas medianas o 4 grandes
-1 manojo de nabizas o grelos (en su defecto pueden utilizarse berzas o incluso repollo aunque el sabor varía mucho)
-1 chorizo (opcional)
-7 litros de agua (aproximadamente)

Para el sofrito (opcional):
-aceite de oliva virgen extra
-1/4 de cebolla
-1 cucharadita de pimentón dulce de calidad

Preparación:

La víspera dejamos las alubias en remojo en agua fría durante toda la noche. Al día siguiente echamos unos 7 litros de agua fría en una olla, añadimos las alubias que teníamos en remojo bien escurridas, la carne, el chorizo (yo casi nunca le echo chorizo al caldo, pero mucha gente lo hace), y el unto. Ponemos la olla al fuego, y dejamos que hierva durante una hora aproximadamente. Pasado ese tiempo retiramos la carne, y el chorizo a un plato, y añadimos la patatas cortadas menudas como si fueran para tortilla pero un poco más gruesas, y en rodajas no muy grandes. Cuando la olla levante el hervor después de añadirle las patatas, añadimos las nabizas bien limpias, y cortadas finamente y dejamos que cueza todo junto unos 15 minutos aproximadamente. Mientras preparamos el sofrito. 

Llegados a este punto he de aclarar que normalmente el caldo se sirve sin ningún sofrito, si bien yo en mi casa he visto que mi madre siempre le preparaba un sofrito al final, y está riquísimo así. A mí me gusta más con sofrito que sin él, por eso al gusto de cada uno. Para el sofrito echamos aceite de oliva en una sartén y picamos en juliana un trozo de cebolla (1/4 aproximadamente) y la añadimos a la sartén. Ponemos al fuego, y cuando la cebolla comience a tomar color retiramos la sartén del fuego, esperamos unos instantes para que el aceite pierda algo de temperatura y luego añadimos la cucharadita de pimentón, removemos y acto seguido se lo añadimos al caldo, lo removemos todo junto, le apagamos el fuego, retiramos el unto, y dejamos reposar con la olla tapada unos diez minutos. Después ya lo podemos servir, preferiblemente en unos cuencos de barro como manda la tradición, y en cuanto a la carne la servimos en una fuente aparte para que cada comensal se sirva al gusto.


Cuando hago caldo en casa utilizo una olla grande, luego lo guardo en tuppers en el frigorífico, y  así tengo caldo para varios días, además  el caldo es de esos platos que está mejor el día siguiente que el día que se prepara, es como si se “asentasen” mejor los sabores.

Espero que os haya gustado. Nos vemos de nuevo en unos días.

sábado, 10 de septiembre de 2016

Gazpacho andaluz


En Galicia este año estamos teniendo un verano inusualmente seco y caluroso, y el plato (también puede considerarse una bebida) que hoy os presento, resulta ideal para combatir las altas temperaturas. 

Es un plato típico del sur del país, donde hace más calor que aquí por el norte, pero es tan fácil de hacer, resulta tan sano, y está tan rico, que hace tiempo que lo he incorporado a mi recetario. Este año en concreto, lo hice ya varias veces.

Os cuento cómo lo preparo yo

Ingredientes:

-1 kg. de tomates maduros
-1 pimiento verde (de los italianos)
-1 pepino
-1/3 cebolla
-1 diente de ajo
-3 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra
-1 cucharada sopera de vinagre de vino
-sal
-1 pizca de cominos (opcional)
-1 rebanada pequeña de pan del día anterior (opcional)

Preparación:

En primer lugar le hago unos cortes en la piel de los tomates, luego los pongo en agua hirviendo un par de minutos para escaldarlos y retirarles la piel. Después los dejo enfriar y personalmente lo que hago es picar todas las verduras, las echo en un bol y las aliño con el aceite, el vinagre, la sal, y los cominos y remuevo todo el conjunto, y luego lo dejo reposar toda noche en el frigorífico. 

A la mañana siguiente la verdura ha macerado y suelta un olor impresionante, para mi gusto de esta manera el gazpacho está más rico.

Por último se pasa todo por la batidora, y dependiendo de lo consistente que lo queramos añadimos un poco de agua a la mezcla si deseamos que quede más líquido, y si lo queremos más espeso le añadimos media rebanada de pan. 

Rectificamos de sal, y listo para servir en cuencos individuales, acompañado de unas verduras picadas de las empleadas para su elaboración, de un huevo duro picado o de unas virutas de jamón por ejemplo, y regado con un chorrito de un buen aceite de oliva por encima.

También lo podemos presentar en una jarra y tomarlo en vasos como una bebida, antes de empezar con la comida, o a cualquier hora del día, porque cuando aprieta el calor siempre apetece.

Como veis es una receta sencilla, sana y muy económica, pues utiliza ingredientes que todos tenemos por casa.

Un saludo

sábado, 23 de abril de 2016

Sopa de ave con fideos y verduras


Estos días de atrás en los que he estado con bronquitis he tomado muchas sopas y purés por prescripción médica. En uno de esos días hice una sopa de ave con verduras y fideos que os presento a continuación.

Ingredientes:

-6 litros de agua
-2 carcasas de ave (mejor gallina, sino pollo)
-6 puerros
-1 calabacín grande
-1 cebolla
-2 tomates medianos
-3 zanahorias medianas
-1 taza de guisantes finos
-1 manojo pequeño de judías verdes frescas
-6 huevos duros
-apio
-250gr. de fideos finos
-sal
-aceite de oliva virgen extra
-azafrán

Preparación:

Primeramente ponemos una olla con los seis litros de agua al fuego y añadimos el apio y las dos carcasas de ave limpias de restos de pieles y de grasa, y con ello preparamos un caldo, dejando cocer a fuego bajo durante una hora aproximadamente. 

Después retiramos el apio, y las carcasas de ave, las cuales llevamos a una fuente, las dejamos enfriar y luego le sacamos toda la carne que tengan y reservamos, el caldo por un lado y la carne picada por otro.

En otra olla o cazo ponemos agua fría al fuego, cuando empiece a hervir añadimos los huevos con cuidado de que no se rompan, y cuando levanten de nuevo el hervor, mantenemos en el fuego durante diez minutos, luego retiramos, escurrimos el agua caliente, los cubrimos de agua fría, y cuando estén fríos retiramos la cáscara y reservamos.

Aparte, mientras se va haciendo el caldo de ave, y se van cociendo los huevos, ponemos una olla o una sartén antiadherente al fuego, cubrimos la base con aceite de oliva virgen extra, y echamos la zanahoria previamente pelada y limpia, cortada en trocitos pequeños, y las judías, las cuales habremos lavado bien bajo el grifo y luego cortado el rabito y la punta, y después las picamos también en trozos pequeños para lo cual las cortamos en dos mitades longitudinalmente y luego transversalmente en trozos los más finos posible. 

Removemos de vez en cuando, y transcurridos cinco minutos añadimos los puerros y la cebolla cortados también muy finos, rehogamos todo junto unos minutos más, y en una tercera tanda echamos el calabacín (con la piel) cortado en cubitos pequeños y los tomates rallados, y lo rehogamos todo junto (zanahorias, judías, puerros, cebolla, calabacín y tomates) durante unos veinte minutos aproximadamente, a fuego bajo y removiendo de vez en cuando.

Por último añadimos los guisantes al caldo de ave que teníamos reservado, los dejamos cocer unos diez minutos, a continuación echamos el sofrito de verduras, los huevos duros picados, los fideos, el azafrán, y la sal, y dejamos cocer la pasta el tiempo que nos indique el fabricante en el envase. Transcurrido ese tiempo, apagamos el fuego, y dejamos reposar unos minutos antes de servir.

Bien calentita, en un día invierno que haga frío, sienta muy bien al cuerpo. Y cuando uno está constipado ya no digamos. 

Es cierto que da un poco de trabajo si no tenemos un procesador de alimentos que nos ayude a picar la verdura, pero podemos hacer gran cantidad como hice yo en esta ocasión y guardarla en el frigorífico durante días, y así al llegar a casa solo tenemos que calentar la sopa y listo.

Saludos.

martes, 19 de enero de 2016

Gachas Manchegas


Las gachas son típicas de la Mancha. Se trata de un plato de origen humilde, que elaboraban en los pueblos de esta región en época de matanza, cuando se reunía la familia y los vecinos para colaborar en la faena, y para la comida preparaban gachas con trozos del cerdo recién sacrificado.

Aparte de productos cárnicos, las gachas emplean en su elaboración harina de almortas, también llamadas titos. Las almortas pertenecen a la familia de las leguminosas, y sus semillas tienen un aspecto similar a los garbanzos pero más aplanadas.

La almorta es una planta muy resistente frente a las duras condiciones climáticas lo que la convirtió en uno de los principales alimentos de supervivencia en la posguerra española, pero su consumo excesivo en aquella época provocó casos de latirismo debido a la toxicidad de estas semillas, aunque a día de hoy, dado que la dieta es mucho más variada, y por lo tanto nadie come gachas a diario, es imposible que eso suceda, de modo que por ese lado podéis comerlas sin problemas. 

Otra cosa es el aporte energético, porque son bastante calóricas, pero de vez en cuando se puede uno dar un capricho y disfrutar de un plato riquísimo, fácil de preparar y muy apetecible en esta época del año, porque es cuando hace frío cuando más apetece comer gachas.

La costumbre es comerlas en el mismo perol en el que se cocinaron, con todos los comensales reunidos en torno a él, y con un trozo de pan van arrebañando en las gachas, y acompañándolas del tocino entreverado y el chorizo empleados en su elaboración. También es costumbre acompañarlas con algún encurtido.

Os dejo con la receta.

Ingredientes (para 4 personas)

-4 lonchas de tocino entreverado o panceta (de 1cm. de grosor aproximadamente)
-4 chorizos
-6 dientes de ajo
- 4 cucharadas soperas de harina de almortas
-3 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra
-1 cucharadita de pimentón dulce (que sea de buena calidad)
-600ml. de agua (aproximadamente)
-sal (al gusto)

Preparación:

Ponemos una sartén al fuego, echamos el aceite de oliva y doramos en él los dientes de ajo cortados por la mitad. Cuando empiecen a dorarse los ajos los retiramos con una espumadera a un plato y reservamos.

En el mismo aceite de freír los ajos, echamos las lochas de panceta cortadas en trozos, cuando empiecen a dorarse y hayan soltado la grasa retiramos a un plato y reservamos. Hacemos lo mismo con los chorizos troceados, y pasados unos minutos los retiramos y reservamos también.

Con los ajos, la panceta y los chorizos fritos, el siguiente paso es echar la harina de almortas en el aceite de la fritura y rehogarla bien. 

Luego añadimos el pimentón con cuidado de que no se nos queme, y después vamos añadiendo agua poco a poco sin dejar de remover, como si estuviésemos haciendo una bechamel, para que no se hagan grumos y que no se peguen al fondo de la sartén.

Cuando tomen una consistencia parecida a la de la bechamel y al hervir empiecen a salir pequeñas chimeneas u hoyos en la superficie, es señal de que ya están las gachas listas para servir acompañadas de la panceta y los chorizos que teníamos reservados. Y si tenéis por casa algún encurtido también va muy bien con este plato.

La harina de almortas es difícil de conseguir fuera de la Mancha, pero hay empresas de venta online que la tienen, es cuestión de entrar en internet y buscarlas.

Termino por hoy. Nos vemos en breve. 

Un beso.

martes, 17 de noviembre de 2015

Sopa Castellana


La sopa castellana es uno de esos platos tradicionales que se van transmitiendo de generación en generación. Es sencillísima de preparar y sienta muy bien al cuerpo en un frío día de invierno, o después de un día de excesos gastronómicos. Por otra parte utiliza ingredientes muy sencillos que siempre tenemos por casa, y otra ventaja es que nos sirve para aprovechar los restos de pan del día anterior.

Este plato tiene años de historia, y origen humilde, pues al parecer surgió en tierras zamoranas, en época de escasez de alimentos, en los que la clase trabajadora no tenía nada que echar a la olla más que pan sobrante, duro como una piedra y ajos, y así haciendo de la necesidad virtud, surgió un plato que ha ido evolucionando hasta el día de hoy, que se ha enriquecido con la incorporación de otros ingredientes como los huevos, el jamón y/o el chorizo, convirtiéndolo así en un plato mucho más completo, pero sigue siendo en esencia, un plato humilde, como lo fue en sus orígenes.

Vamos ya  con la receta.

Ingredientes (para 4 personas):

-180gr. de pan de candeal (pan de Castilla) preferiblemente
-100gr. de jamón curado en taquitos
-1 chorizo en taquitos
-4 huevos de gallina
-12 dientes de ajo (1 cabeza grande ó 2 pequeñas)
-1 cucharadita de pimentón dulce
-2 litros de caldo de ave o de jamón
-aceite de oliva virgen extra

Para el caldo:
-2 carcasas de pollo si es un caldo de ave ó 1 codillo de jamón curado si es caldo de jamón
-2 puerros
-2 zanahorias
-1 rama de apio
-sal

Preparación:

Primero tenemos que hacer el caldo, para ello cocemos las carcasas de  pollo o el codillo de jamón, los puerros y las zanahorias y la rama de apio en abundante agua,  luego con una cuchara sacamos la grasa que tenga en la superficie, lo pasamos por un colador y reservamos.

A parte, cubrimos el fondo de una olla con aceite de oliva y echamos los dientes de ajo laminados, pasados un par de minutos añadimos el jamón y el chorizo cortado en daditos y rehogamos todo junto, luego apartamos del fuego para que baje un poco la temperatura del aceite para añadir  el pimentón y que éste no se queme. 

Cuando se haya disuelto el pimentón en el aceite, llevamos de nuevo al fuego, añadimos el pan cortado en trozos, rehogamos un poco el pan en el aceite, y acto seguido añadimos el caldo que teníamos reservado. Cuando empiece a hervir, salamos al gusto y luego escalfamos en la sopa 4 huevos (1 por persona), tapamos y pasados unos minutos, cuando el huevo esté cuajado, apartamos del fuego y dejamos reposar. Servimos en caliente.

Se puede utilizar agua en vez de caldo, es más rápido, pero yo os recomiendo el caldo, porque le da más sustancia al plato, y bien desgrasado no tiene por qué añadir calorías.  Si no disponemos de tiempo para hacer el caldo, podemos hacerlo el día anterior, y sino también existe la posibilidad de utilizar los caldos de los que venden en brick, en cambio las famosas pastillas de caldo no os las recomiendo porque no son nada sana.

El pan, conviene que sea pan candeal conocido también por esta zona como pan de Castilla, pero si tenéis dificultad para adquirirlo, serviría también una barra de pan. En cuanto a la cantidad que se utiliza, yo he usado aproximadamente 180gr. pero aquí va un poco por gustos, hay a quien le gusta la sopa más suelta, y a quien le gusta más espesita, por lo tanto la cantidad de pan que os indico es orientativa

Y nada más por hoy, espero que os haya gustado la receta, y si es así, os animo a ponerla en práctica, porque es muy fácil y está muy rica.

Un saludo y hasta la próxima.

martes, 13 de octubre de 2015

Crema de verduras


Casi sin darnos cuenta, ya estamos inmersos en pleno otoño, y con la bajada de temperaturas apetecen platos de cuchara, como el que hoy os presento: una crema de verduras, que aparte de estar riquísima, es muy sana, porque aporta muchos nutrientes y apenas contiene grasas, con lo cual las personas que están haciendo dieta, pueden disfrutar de un plato verdaderamente apetitoso.

Es también muy apropiada para los niños, que por lo general, no suele gustarles la verdura, y así camuflada es más fácil que se animen. También es ideal para personas mayores, que tienen más problemas para masticar, pero en general es apropiada para todos, porque como dije está riquísima.

Os animo a que la preparéis, porque todo son ventajas, y como podéis comprobar a continuación, es súper sencilla de elaborar. Vamos con ello.

Ingredientes:

-4 puerros
-4 patatas medianas
-3 calabacines medianos
-1 cebolla
-3 zanahorias
-1 tomate
-2 muslos de pollo
-1 ajo

Preparación:

Colocamos una olla al fuego, cubrimos el fondo con aceite de oliva, y echamos los puerros, las zanahorias, la cebolla y el ajo picados. 

Removemos de vez en cuando, y pasados unos minutos echamos los calabacines y el tomate troceados, rehogamos todo junto unos minutos más y luego añadimos los muslos de pollo y las patatas cortadas en dados, cubrimos todo con agua fría, salamos y dejamos hervir hasta que esté la carne de pollo cocida. 

Luego sacamos la carne a un plato, reservamos y con la batidora trituramos la verdura.

Después retiramos la piel y el hueso del pollo, y la carne la picamos y la añadimos a la olla. Ponemos de nuevo al fuego hasta que levante el hervor, y ya está lista la crema para llevar a la mesa y servir.

Esta receta yo no la preparo siempre con los mismos ingredientes, en esta ocasión utilicé los que he descrito, pero depende un poco de lo que tenga a mano. Lo que nunca debe faltar para que esté igual de rica es el puerro, la patata, el calabacín y el pollo, todo lo demás aunque falte algún ingrediente, o añadamos otros que no figuran en la lista, no influye demasiado en el resultado final.

En cuanto a las cantidades, son orientativas, se puede utilizar más de un ingrediente y menos de otro, sin que eso afecte tampoco al resultado. Y hablando de cantidades, con las que yo utilicé da para unas ocho raciones, lo que ocurre es que yo la guardo en un tupper en el frigorífico, y así tengo crema para dos ó tres días, que con lo rica que está nunca aburre.

Espero que os haya gustado la receta de hoy. Nos vemos dentro de unos días con una nueva receta. Hasta entonces, que seáis muy felices.

Saludos