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lunes, 8 de diciembre de 2025

Perdices en escabeche


Hola de nuevo. En el día de hoy comparto con vosotros la receta de un escabeche de perdices.

Yo suelo asociar la técnica del escabechado al verano y el calor, porque esta técnica era la manera que tenían nuestras abuelas de conservar los alimentos, cuando no había frigoríficos para preservarlos de las altas temperaturas.

No obstante es un plato delicioso en cualquier época del año, y como quería compartir con vosotros, más adelante, una receta que se elabora con perdices escabechadas, me parece lo más lógico comenzar desde el principio, y deciros como preparo yo el escabeche de perdices.

Por otra parte estamos en temporada de caza, y este plato sirve tanto para perdices de granja como para perdices salvajes, estas últimas muy apreciadas en grandes ocasiones como las fiestas navideñas.

Se me ocurren varias posibilidades de utilizarlas así escabechadas, por ejemplo, en una ensalada con brotes verdes, unas lascas de perdiz escabechada, unas lascas finas de jamón de pato, unos picatostes, unos tomates cherry cortados a la mitad para aportarle un toque de color, unas rodajas de queso de cabra doradas previamente en la sartén, y un aliño con una vinagreta de vinagre balsámico, me parece una combinación perfecta. No obstante como os acabo de decir, os mostraré otra receta más adelante, en la que emplear estas perdices en escabeche, pero sin más dilación, os dejo con la lista de ingredientes, y la elaboración paso a paso.

Ingredientes:

-2 perdices
-1 vaso de aceite de oliva virgen extra
-1 vaso de vino blanco
-1/4 vaso de vinagre de Jerez (yo utilicé el de manzana que es más suave)
-agua
-1 cabeza de ajos
-1 cebolla
-1 zanahoria lo más fresca posible (la mía recién recogida de la huerta)
-granos de pimienta negra (yo utilicé granos de una mezcla de pimientas)
-2 hojas de laurel
-un ramillete de tomillo seco
-1 pizca de romero seco
-sal

Preparación:

Lo primero que hay que hacer es desplumar las perdices, luego abrirlas y retirarle las vísceras.

Una vez hecho lo anterior conviene usar un soplete de cocina para quemar restos de plumas que hubieran quedado.

Ya con las perdices bien limpias, se salpimientan por dentro y por fuera, y a continuación se pone el aceite en una cazuela al fuego, y cuando el aceite esté caliente, echamos las perdices (con las patas atadas con un hilo, para que no se desparramen) y las doramos bien por todos los lados. Seguidamente retiramos a una fuente y reservamos.

En la misma cazuela en la que doramos las perdices, añadimos los ajos cortados en láminas, cuando empiecen a dorarse los ajos, echamos la zanahoria cortada en rodajas ni muy finas ni muy gruesas, removemos bien, y unos segundos más tarde añadimos la cebolla picada en juliana fina, las dos hojas de laurel, el tomillo y el romero, y rehogamos a fuego lento hasta que las verduras estén bien pochadas.

Cuando las verduras estén listas, devolvemos las perdices a la cazuela junto con el líquido que hayan soltado, removemos el conjunto, subimos el fuego al máximo, y acto seguido añadimos el vino blanco y el vinagre.

Transcurridos 1 ó 2 minutos, para que el alcohol se evapore un poco, cubrimos con agua fría, y esperamos a que levante el hervor. En ese momento, bajamos el fuego al mínimo y dejamos que se vayan haciendo, hasta que al pinchar las perdices, veamos que están hechas.

Cuando veamos que están, apagamos el fuego, rectificamos de sal si fuese necesario, y dejamos enfriar dentro de la cazuela.

Como os he dicho más arriba, el escabechado es una técnica culinaria de conservación de alimentos, con lo cual si guardáis la cazuela en un lugar fresco de la despensa, se guardan varios días, aunque como hoy todos tenemos frigoríficos en casa, yo lo que hago es guardar todo el contenido de la cazuela en un tupper, y luego se pueden consumir cuando se quiera. En la nevera aguantan perfectamente unos 15 días o más, de hecho pasados unos días, cuando se hayan asentado los sabores, es cuando este plato alcanza su plenitud.

Pues espero que os haya gustado la recetas, y como os dije, si nada me lo impide, dentro de unos días os mostraré una receta que utiliza estas perdices en escabeche, y que está absolutamente deliciosa, y además es muy adecuada para las fiestas que se avecinan, porque se puede tener preparada con antelación.

Hasta pronto. Que seáis muy felices y muchas gracias por leerme.

miércoles, 3 de diciembre de 2025

Marquesas de Navidad


Retomo la actividad en el blog y lo hago con una receta navideña, pues poco a poco se acercan las fiestas más entrañables del año.

La receta elegida en esta ocasión son las Marquesas de Almendra, también llamadas Marquesas de Navidad. Su ingrediente principal es la almendra, y por su presentación recuerdan un poco a las magdalenas, sólo que se preparan en cápsulas de papel cuadradas, no redondas como estas últimas.

Posiblemente el nombre de marquesas sea debido a que la almendra era un producto caro, y sólo accesible a las clases altas.

La textura de este bocado dulce es similar a la de la Tarta de Santiago, pero un poco más esponjosa. Con una taza de chocolate caliente, o un cafecito en una fría mañana de invierno como las que nos toca vivir estos días, están exquisitas. Os las recomiendo porque además son muy sencillas de elaborar, y si no conseguís los moldes de papel cuadrados, utilizad los de las magdalenas, lo que importa al fin y el cabo es el contenido, y no tanto el continente.

Os dejo con la lista de ingredientes, y su posterior elaboración paso a paso.

Ingredientes:

-250gr. de almendra molida
-4 huevos
-120gr. de azúcar normal
-120gr. de azúcar glas
-50gr. de maicena
-30gr. de harina de trigo
-1 cucharadita de levadura Royal
-ralladura de 1 limón
-una pizca de sal


Elaboración:

Comenzaremos precalentando el horno a 180ºC, en mi horno con calor solo por abajo. Mientras en un robot de cocina trituramos las almendras lo más finas posible. A continuación mezclamos en un bol la almendra molida, el azúcar glas, y la ralladura de limón. Reservamos

En un segundo bol mezclamos la harina de trigo tamizada, la maicena, la sal y la levadura química. Reservamos también

En otro recipiente cascamos los huevos, añadimos el azúcar normal, y con una batidora eléctrica batimos hasta que el azúcar se haya disuelto, y la mezcla haya doblado el volumen.

Seguidamente añadimos la mezcla de almendra y azúcar glas, y mezclamos suavemente con movimientos envolventes de abajo arriba. Cuando logremos una mezcla homogénea, incorporamos el contenido del otro bol, es decir, la harina, la maicena, la sal y la levadura química, y una vez más vamos integrando muy suavemente con movimientos envolventes.

Con la masa de las marquesas ya preparada, la echamos en una manga pastelera, y vamos repartiéndola en las cápsulas de papel hasta llenar 2/3 de su capacidad. Conviene que las cápsulas las metamos dentro de un molde metálico con la misma forma de la cápsula, para que una vez horneadas mantengan la forma, y queden más vistosas.

Horneamos durante unos 8 a 10 minutos aproximadamente, o hasta que al pinchar con un palillo este salga limpio, y repetimos la operación hasta terminar con toda la masa.

Al sacarlas del horno dejar enfriar sobre una rejilla, y después guardarlas en una lata para que se mantengan frescas.

Espero que os guste la receta de hoy, y estad atentos que en próximos días publicaré más recetas navideñas.

Hasta entonces, que seáis muy felices y gracias por leerme.

martes, 13 de febrero de 2024

"Orellas" de carnaval (sin levadura)


La receta de hoy de hoy me hubiera gustado haberla publicado la semana pasada, porque es una de las recetas típicas del Carnaval en mi tierra, Galicia; me estoy refiriendo a las “Orellas de Carnaval”, pero por diferentes motivos no pude hacerlo, de todos modos como hoy es martes, el día grande del Entroido (así se denomina al Carnaval en Galicia), aun estoy a tiempo, además el próximo fin de semana todavía se celebra el denominado sábado y domingo de piñata, que ponen fin a estas fiestas, las cuales en algunos pueblos de Galicia duran todo un mes, así que si os animáis todavía estáis a tiempo de preparar esta receta, si bien no es necesario que sea Carnaval para hacer un dulce de sartén tan rico como este


En el blog ya tengo dos recetas de Orellas publicadas. Una la podéis ver pinchando aquí, se trata de una receta que incorpora levadura de panadería. No salen unas orellas crujientes, requisito indispensable para la mayoría de la gente, pero si hay personas que no le gusten las crujientes o no pueda comerlas, esas le encantarán, sobre todo recién hechas, ¡están espectaculares!

La otra receta que tengo publicada, es la de mi amiga Tere Rico, una experta repostera, y cuya receta ha sido ganadora en varios concursos. La receta la podéis ver pinchando aquí. Son unas orellas deliciosas, pero para mi tienen un inconveniente, y es que incorporan mucha cantidad de manteca cocida de vaca, que junto al resto de ingredientes, hace que no me sienten del todo bien al estómago, y esa fue la razón de buscar una receta más ligera, y después de probar la receta que voy a publicar hoy, tengo claro que se queda conmigo para siempre, porque no he sentido molestias estomacales, y para mi gusto son las más ricas que he probado nunca.

Os dejo a continuación con la lista de

Ingredientes:

-4 huevos medianos
-2 cáscaras de huevo de aceite de girasol
-2 cáscaras de huevo de anís (os recomiendo Anís El Mono, porque he probado otras marcas y no quedan igual)
-2 cáscaras de huevo de azúcar
-550gr. aproximadamente de harina de todo uso.
-1 pizca de sal
-ralladura de una naranja
-ralladura de un limón
-4 gostas de esencia de anís (opcional, yo se las pongo porque me gusta mucho el sabor a anís. La esencia que yo uso es de la marca Arconsa, y la compro en la farmacia de mi pueblo, que siempre la tienen a la venta por estas fecha, pero si usáis esta marca, tened cuidado de no pasaros con la cantidad, porque es un aroma muy concentrado)
-azúcar glass para espolvorear por encima
-aceite de girasol para freír

Preparación:

Yo para preparar la masa de las orellas uso la panificadora, porque deja una masa lisa y brillante, que luego se extiende perfectamente con el rodillo, queda finísima, y no rompe.

Comienzo echando en la cubeta de la panificadora los cuatro huevos, de los cuales elijo uno, y ese lo rompo con cuidado con la punta de un cuchillo por la parte superior, dejando solo el hueco necesario para vaciar el huevo. Después con la cáscara bien lavada, echo dos cáscaras llenas de azúcar, otras dos cáscaras de anís, y por último dos cáscaras más de aceite de girasol. A continuación se añade las ralladuras de naranja y limón, la esencia de anís, y por último una pizca de sal y la harina, que en esta ocasión utilicé en total 550gr., pero de entrada partí de 475gr.

Ponemos la panificadora en funcionamiento en el programa de solo amasado, que en mi máquina dura 20 miutos.

Trascurridos unos 3 ó 4 minutos de iniciado el programa, abrimos la tapa de la panificadora y miramos si el contenido de la cubeta ha formado una bola, en cuyo caso la cantidad de harina es la correcta, pero por el contrario, si la masa no se despega de las paredes de la panificadora, es porque nos hemos quedado cortos con la harina y debemos seguir añadiéndole más, en pequeñas cantidades, hasta que se despeque de la paredes y forme una bola.

El hecho de que la harina añadida no sea la exacta es debido a varios motivos, uno que cada tipo de harina absorbe más o menos líquidos, y en esta receta en concreto, se debe fundamentalmente a que usamos como unidad de medida la cáscara del huevo, y según sea el huevo de grande, mayor o menor proporción de líquidos habrá con respecto a la harina utilizada, y según el caso, puede ser necesario añadirle más, siguiendo el criterio que os acabo de comentar, pero siempre poco a poco, para no excedernos.

Una vez terminado el programa de amasado, lo reiniciamos, y amasamos otros 20 minutos. En total sobre 40 minutos de amasado.

Cuando la masa esté hecha, la echamos en una bolsa de plástico limpia, en la cual previamente habremos añadido un poco de aceite de girasol y frotamos la bolsa todavía vacía, para que las paredes de la misma se impregnen de aceite. Después sacamos la masa de la cubeta y la echamos en la bolsa, la atamos, y la dejamos en el frigorífico hasta el día siguiente.

Yo suelo preparar la masa por la noche, y a la mañana siguiente la divido en porciones, sobre la encimera untada con aceite de girasol. Con estas cantidades salen en torno a 20 unidades, dependiendo del tamaño que hagamos las orellas.

A continuación las estiramos con un rodillo, y las freímos en la sartén en aceite de girasol, primero por un lado, y luego por el otro.


Por último, una vez frías, las espolvoreamos por encima con azúcar glass, aunque en esta ocasión yo no lo tenía y le puse del normal, pero con el azúcar glass quedan más bonitas.

Espero que os animéis a prepararlas, estoy segura de que os sorprenderá el resultado.

Gracias por leerme. Un abrazo y hasta la próxima.

viernes, 30 de junio de 2023

Sardinas asadas con cachelos y "pan de Broa"


Llevo bastante tiempo ausente por diversos motivos, algunos de tipo médico totalmente inesperados, aunque afortunadamente para mí estos se quedaron en un gran susto, pero llevé regular la espera, pues si ya de por sí el que espera desespera, las personas que sufren ansiedad como es mi caso, lo pasamos especialmente mal.

Yo no entiendo cómo una prueba médica, cuyos resultados se saben a los pocos días, tardan más de un mes en comunicárselos al paciente, porque su salud psicológica puede verse afectada. Por lo menos a ver si ahora tardo mucho en tener más sustos de este tipo, porque en menos de 6 meses ya van dos biopsias.

Al margen de este tema, semanas atrás hemos tenido un tiempo muy caluroso y tormentoso por aquí, con lo cual el césped de la finca crece una barbaridad, y todas las semanas hay que hacer un corte para que no parezca esto una selva.

Aparte, como estamos en época de celebraciones (bodas, comuniones…) he tenido que preparar bastantes galletas en estas fechas, que si bien es algo que me encanta hacer, lo cierto es que lleva su tiempo, así que por una cosa u por otra, no he encontrado la ocasión de pasarme por aquí hasta hoy.

Y la propuesta que os traigo, es una receta típica de mi tierra en la noche de San Juan; las sardinas asadas. Es cierto que este año ya ha pasado San Juan, pero las sardinas están ahora en su mejor época, y más baratas que hace una semana, cuando su precio se dispara, así que es el momento idóneo para preparar esta receta y disfrutar de su exquisito sabor.

Referente a la época de la sardina, en Galicia hay un dicho que reza: “por San Xoán, a sardiña molla o pan” (por San Juan, la sardina moja el pan), porque si bien las sardinas se encuentran en el mercado durante todo el año, cuando más ricas están es en los meses más cálidos, que es cuando hay más plancton en las aguas superficiales, lo cual contribuye a que las sardinas se sobrealimenten, engorden y acumulen más cantidad de grasa (de ahí lo de que la sardina moja el pan) que acentúa su sabor y le aporta jugosidad.

Por mi zona, es habitual acompañarlas con pan de broa. La broa, es un pan de maíz, típico de Galicia y Portugal, que lleva también, aunque en menor cantidad, algo de harina de trigo y/o centeno, y tradicionalmente se hacía con levadura natural, conocida como fermento.

Si además de los cachelos (patatas cocidas con la piel), y el pan de broa, acompañáis las sardinas con unos pimientos de Padrón fritos, entonces no os extrañéis si sentís que levitáis.

Pero no me enrollo más, y os dejo con la lista de ingredientes y su elaboración.

Ingredientes (para 4 personas):

-24 sardinas muy frescas
-4 patatas grandes
-sal gruesa
-1 hoja de laurel
-1/2 cebolla
-aceite de oliva virgen extra (el mío de Aceites Abril)
-pan de broa (opcional)
-pimientos de Padrón (opcional)

Elaboración:

Comenzamos lavando las sardinas y eviscerándolas (hay quien las asa con la tripa, eso va en gustos), después las dejamos escurrir, y salamos con sal gorda. Reservamos en el frigorífico hasta que las brasas estén listas.

Es importante que las sardinas sean lo más frescas posible. Cuando las vayáis a comprar, fijaros que su cuerpo esté firme, los ojos claros y sin sangre, y las agallas de color rojo intenso.

Para preparar las brasas es mejor utilizar leña que carbón. Cuando la leña al quemarse haya formado suficiente brasa como para cubrir toda la parrilla, vamos trasladando las sardinas a la misma, colocándolas todas en el mismo sentido, y perpendicular a los barrotes de la parrilla, para evitar que se cuelen entre ellos.

Lo ideal es que la parrilla sea de las que se abren y se le puede dar la vuelta sin necesidad de manipular las sardinas, así no corremos riesgo de que se rompan al intentar darle la vuelta.

En cuanto a la altura a la que colocar la parrilla sobre las brasas, dependerá de la intensidad de las mismas, cuanto más calor desprenden más alta colocaremos la parrilla, y viceversa.

Teniendo todo lo anterior en cuenta, las dejaremos que se hagan durante unos 5 a 7 minutos por un lado, y luego le damos la vuelta a la parrilla, y con unos 3 a 4 minutos por el otro lado será suficiente.

Mientras las sardinas se van asando, cocemos los cachelos, para ello lavamos bien 4 patatas grandes, con la piel, y las cortamos en rodajas gruesas, las ponemos en una olla, cubrimos con agua fría, añadimos una hoja de laurel, y ½ cebolla sin picar. Ponemos la olla al fuego, y cuando levante el hervor, salamos. Después de unos 10 a 12 minutos hirviendo, comprobamos que estén hechas pinchado con un tenedor, y seguidamente escurrimos, las echamos en una fuente de servir, y regamos por encima con unas gotas de aceite de oliva virgen extra.

Por otro lado, si podéis conseguir unos pimientos de Padrón (yo en esta ocasión no los tenía), los freís en aceite de oliva, después los retiráis a una fuente, y saláis.

En otra fuente ponéis las sardinas una vez retiradas de las brasas, y con ellas; con los cachelos, con los pimientos de Padrón, un trozo de broa gallega en la mano, un buen vino en el vaso, y una compañía agradable, teniendo salud, lo tenéis todo para tocar el cielo con las manos. Así que… ¡a disfrutar! Espero que os gusten.

Y espero también no tardar tanto en volver por aquí. Hasta la próxima y gracias por seguirme.

Un abrazo

domingo, 16 de abril de 2023

Paella Valenciana


La receta que os traigo hoy, la paella valenciana, la preparo muchas veces en casa, porque a mi marido y a mí nos encanta, más incluso que la paella de marisco, más popular aquí por el norte.

Trato siempre de ser lo más fiel posible a la receta original, no solo en lo que a ingredientes se refiere, sino en la elaboración de la misma, y el resultado os aseguro que es una exquisitez para el paladar.

No me extraña que los valencianos la defiendan con ahínco, no obstante es el plato insignia de su región, y para muchos la paella es más que una comida, es un sentimiento y una forma de entender la vida, pues la paella siempre la preparan para compartir con la familia o amigos.

La popularidad de la paella traspasó nuestras fronteras, y a día de hoy es quizás el plato más conocido y popular de nuestra gastronomía, tanto es así, que el 9 de noviembre de 2021 fue declarada Bien de Interés Cultural.

Os dejo con la lista de ingredientes y la elaboración de este plato, de origen humilde, tan afamado.

Ingredientes (para 4 personas):

-4 vasos de arroz bomba (el mío La Fallera)
-12 vasos de agua
-1kg. de pollo troceado
-500gr. de conejo troceado
-500gr. de judías verdes frescas
-100gr. de garrofón (en esta ocasión no se lo puse porque no me quedaba. Cuando lo pongo es siempre congelado, porque aquí en Galicia fresco no lo consigo)
-4 dientes de ajo (opcional)
-2 tomates pera
-1 cucharadita de pimentón dulce (el mío de Productos JAUJA)
-1 ramillete de romero fresco
-100ml. de aceite de oliva virgen extra (el mío de Aceites Abril)
-15gr. de sal aproximadamente

Elaboración:

Comenzamos preparando los ingredientes: limpiamos las carnes de conejo y de pollo, retiramos restos de plumas si hubiera, retiramos también algún hueso que pudiera estar astillado por el corte, porque si se desprende puede luego darnos un disgusto.

En cuanto a los tomates y las judías los lavamos bien, y los primeros los rallamos, y las judías les retiramos los extremos y las partimos con las manos en tres trozos cada judía.

Respecto a los restantes ingredientes, tan solo queda pelar los ajos si se opta por añadírselos (la receta original no los lleva) y retirarle el germen central, y preparar una infusión de azafrán para aprovechar todo el aroma y color que este le aporta a la paella, para ello primero aconsejan que se aplasten bien en un mortero las hebras, 7 hebras por persona, y como en este caso la paella es para 4 personas, serían 28 hebras. A continuación hay que añadirle un poquito de agua caliente (40ml.) y dejar infusionar al menos durante 30 minutos.

Os aconsejo que no le añadáis colorante a la paella, porque solo le aporta color, y además un color muy artificial para mi gusto, y encima los colorantes alimentarios no son nada sanos, en cambio el azafrán es un ingrediente totalmente natural, que además de color le aporta un delicioso sabor.

Es cierto que su precio es bastante elevado en relación a su peso, pero realmente se necesita muy poquita cantidad, de manera que su uso en la cocina no es para nada prohibitivo, y además en España tenemos la suerte de contar con el mejor azafrán del mundo, el azafrán de La Mancha.

Por cierto, ¿sabíais que el Azafrán de La Mancha no se vende a granel, ni tampoco se vende molido? Si lo encontráis en esos formatos no es de La Mancha. Para tener la certeza de que se trata del auténtico Azafrán de La Mancha, fijaros que cuente con el sello “Consejo Regulador D.O.P. Azafrán de La Mancha”

Después de estos consejos sobre el uso del azafrán, y ya con todos los ingredientes listos, toca comenzar con la preparación propiamente dicha de la paella, para ello ponemos la paellera al fuego y añadimos el aceite. 

Si la paellera está bien nivelada  sobre el fuego (de lo contrario hay que nivelarla primero), el aceite quedará en el centro de la misma. En los bordes, donde no llega el aceite, distribuimos la sal, y cuando el aceite esté caliente añadimos los trozos de pollo y de conejo, y los doramos bien removiéndolos cada cierto tiempo para que se hagan por todo, al principio solo en el centro de la paellera dónde está el aceite, y después los distribuimos por toda la paellera para que cojan la sal que depositamos en el borde de la misma. Este proceso de dorado de la carne suele durar en torno a 30 minutos.

Cuando la carne tenga un bonito color dorado, la retiramos al borde de la paellera, y en el centro añadimos las judías verdes, y el garrofón. Las verduras las doramos ligeramente y a fuego suave, porque si se hacen en exceso, luego al final perderían su textura llegando incluso a deshacerse.

Cuando las verduras estén, las pasamos también al borde de la paellera, y en el centro añadimos los ajos pasados por un prensaajos, después de un breve instante (para evitar que se quemen), añadimos los tomates rallados.

Al sofreír el tomate, los jugos que soltó la carne y estaban pegados al fondo, se desprenden, por lo que debemos remover bien para que se integren con el tomate.

Pasados unos minutos, veremos que el tomate cambia de color, y en ese momento lo mezclamos con el resto de ingredientes que tenemos en la paellera: la carne de pollo y conejo, y las verduras; y dejamos que se haga todo junto un par de minutos más. Después añadimos la cucharadita de pimentón dulce, y removemos bien para evitar que se queme, lo cual arruinaría el plato por completo, y a continuación añadimos las 12 tazas de agua, y vemos que volumen ocupan en la paella, tomando la medida con un palillo, porque este será el volumen de líquido que se necesita en el momento de añadir el arroz a la paellera, pero como todavía tardaremos en añadirlo, mientras el líquido se evapora en parte, por lo cual una vez tomada la medida del nivel de líquido que necesitaremos más tarde, seguimos añadiendo más agua hasta llenar la paellera.

En ese momento de llenar de agua la paellera, si utilizamos un paellero de gas, es el momento de encender el aro externo (el interno ya lo tendremos encendido desde el principio, obviamente) y si hacemos la paella a leña, repartimos el fuego por toda la superficie.

Dejamos que se cocine a fuego bajo, pero sin dejar de borbotear. Veremos que el caldo se va reduciendo poco a poco, hasta llegar a la referencia que habíamos tomado con el palillo, en ese momento probamos de sal, y debería de tener un sabor ligeramente salado, en todo caso rectificamos de sal si fuera necesario para ajustarlo a nuestro gusto, y añadimos también la infusión de azafrán que teníamos reservada. Mezclamos bien y por último llega el momento de añadir el arroz, repartiéndolo bien por toda la superficie y procurando que no quede ningún grano fuera del caldo, y repartiendo también la carne y las verduras para que quede una proporción igual de arroz, carne y verduras por toda la paella. Después añadimos el ramillete de romero fresco, y dejamos cocer durante 20 minutos, los primeros 5 minutos a fuego fuerte, los siguientes 5 minutos a fuego medio, y los restantes diez minutos finales a fuego bajo.

Una vez pasados los 20 minutos, apagamos el fuego, y dejamos reposar 10 minutos, y por fin, tenemos nuestra paella valenciana lista para disfrutar, y si es con amigos o en familia, y al aire libre ahora que viene el buen tiempo, se disfruta el doble.

Espero que os haya gustado la receta, y respecto a los que sois valencianos, espero que mi versión no levante susceptibilidades, jeje… Yo no soy experta, además tengo excusa porque no soy valenciana, pero al menos no le he puesto chorizo como el chef británico Jaime Oliver a aquella paella que tanto revuelo causó en nuestro país, especialmente en Valencia.

Bueno, pues nos vemos pronto con una nueva receta. Hasta entonces que seáis muy felices.

Un abrazo.

lunes, 10 de abril de 2023

Monas de Pascua 2023


Como os había prometido en el anterior post, hoy os muestro las monas de Pascua que preparé este año. Ya sabéis que las monas se las regalan los padrinos a los ahijados por Pascua.

En Galicia lo mona consiste en un dulce muy parecido al roscón de Reyes, pero con decoración típica de estas fechas (pollitos, huevos, plumas, etc). Suele dársele forma de bollo, a modo de un pan dulce, pero también se hacen trenzas, y en otros casos se les da forma de roscón con agujero en medio.

En algunas zonas del levante español, preparan también por estas fechas un pan dulce muy similar, que recibe el nombre de “panquemao”, en Asturias lo típico es un bizcocho mantecado, mientras que en Cataluña lo típico son las figuras de chocolate.

Ayer, Domingo de Resurrección, comimos en casa de unos familiares, y para el postre preparé un semifrío de limón, con una decoración acorde a la fecha. Os muestro la foto abajo, pero la receta de este postre la publicaré en breve.


Para preparar las monas tradicionales de mi tierra, he introducido algunas variaciones en la receta que seguía siempre. Os dejo a continuación la receta de este año

Ingredientes:

Para el prefermento

-70gr. de harina de fuerza (la mía de Harina Tradicional Zamorana)
-90gr. de leche entera
-2 huevos medianos
-25gr. de levadura fresca (la mía de Levanova) ó 1 sobre de levadura seca de panadería
-20 gr. de azúcar

Para la masa

-Todo el prefermento
-320gr. de harina de fuerza  (la mía de Harina Tradicional Zamorana)
-80gr. de azúcar
-5gr. de sal
-75gr. de mantequilla sin sal
-1 huevo
-1 pizca de esencia de anís
-ralladura de 1 naranja y de 1 limón

Elaboración:

En primer lugar preparamos el prefermento, para ello ponemos la leche al fuego, cuando levante el hervor apartamos del fuego, dejamos reposar hasta que esté tibia y entonces añadimos la levadura, desleímos y añadimos el azúcar y lo huevos batidos. Mezclamos todo y finalmente añadimos la harina. Mezclamos hasta integrarla y luego dejamos reposar tapado con papel film, en un lugar cálido, alejado de corrientes de aire, hasta que triplique el volumen.

Cuando el prefermento haya triplicado el volumen, removemos con una cuchara, volvemos a tapar y dejamos reposar de nuevo hasta que nuevamente triplique el volumen. Cuando lo haga volvemos a remover con una cuchara y de nuevo vuelta a reposar para que por tercera y última vez vuelva a triplicar el volumen.

Después añadimos todo el prefermento a la cubeta de la panificadora, añadimos también la mantequilla a temperatura ambiente, el huevo, las ralladuras de cítricos, la esencia de anís, el azúcar, la harina y la sal, por ese orden, y seleccionamos el programa de “solo amasado” que en mi máquina es el número 11 y tiene una duración de 20 minutos.

Al finalizar el programa de amasado, dejamos la masa dentro reposando con la máquina apagada y la tapa abierta para que no se recaliente, durante 10 minutos, y de nuevo volvemos a seleccionar el mismo programa para continuar amasando 20 minutos más. Después retiramos la masa, le damos la forma deseada a nuestra mona (yo algunas las hice redondas como si se tratase de un bollo de pan, y otras las hice con un agujero en el centro igual que los roscones), y dejamos reposar en un lugar lejos de corrientes de aire hasta que las monas tripliquen su volumen (hablo en plural, porque con estas cantidades os saldrán 2 monas de tamaño mediano tirando a pequeño, pero si queréis podéis hacer una sola más grande).

Por último solo nos resta pincelarlas con huevo batido, espolvorear azúcar por encima, y hornear a 150ºC en la parte central del horno, con fuego abajo los primeros 10 minutos, y luego fuego arriba y abajo hasta que adquieran un bonito color dorado por arriba.

También podéis amasar las monas en la thermomix, para ello preparáis el prefermento tal como os indico más arriba, y después de que haya triplicado el volumen por tercera vez, lo añadías al vaso, junto con los restantes ingredientes, dejando para el final la harina y después de esta la levadura, y programamos tiempo 3 minutos, función amasar. Una vez finalizado, retiramos la masa del vaso, le damos la forma deseada y a partir de aquí, procedemos de la misma manera que os indico más arriba.

Abajo podéis ver una de las que preparé, esta con forma de roscón
 con agujero en el centro.


Y con esto doy por terminada la Pascua de este año. En cuanto a vosotros espero que hayáis disfrutado de estos días de asueto, y deciros que dentro de unos días volveré con una nueva receta. ¡Os espero!

Un abrazo.

miércoles, 8 de marzo de 2023

Calçotada hecha en casa


Los pasados días 3 y 4 de febrero hice un viaje relámpago a Barcelona con mi marido y una tía. Ella tiene un hermano que reside en Badalona y fue a visitarlo, y yo acompañé a mi marido que tenía unos asuntos que resolver.

Con tan poco tiempo apenas hubo mucho margen de maniobra para hacer turismo, pero sí para comprar unos calçots aprovechando que estamos en temporada.

Al día siguiente del regreso preparamos en casa una calçotada que estaba de vicio.

Era la segunda vez que preparaba los calçots en casa, pero en la anterior ocasión no hice foto, en cambio el otro día sí pude sacar algunas, y aunque no son de muy buena calidad, me sirven para ilustrar este post.

Los calçots son unas cebollas alargadas, de sabor dulce, que se cultivan bajo tierra en surcos que se “calzan”, de ahí el nombre, y que se recolectan desde enero hasta abril.

Los calçots se acompañan de una salsa, denominada salsa romesco, en la cual se sumergen los mismos después de retirar la capa que ha estado en contacto con el fuego.

Este ingrediente típico y representativo de la gastronomía catalana, se come en familia o con amigos, algo así como sucede con la paella, o las gachas manchegas, donde un grupo de gente se reúne en torno a la mesa.

Además de la salsa romesco y los calçots, en una calçotada es frecuente asar carnes a la parrilla, se trata en definitiva de un homenaje gastronómico en buena compañía.

Hoy en día no hace falta viajar a Cataluña para conseguir calçots, pues hay empresas que los venden online, pero en todo caso, con calçots o sin ellos, os recomiendo la salsa romesco. Está exquisita simplemente untada sobre una rebanada de pan artesano tostado en la sartén o en la plancha, también con verduras a la plancha, con pescado blanco… ¡Es una delicia!

Os detallo a continuación la lista de productos que necesitaréis para preparar una calçotada en casa y os cuento cómo la preparé.

Ingredientes:

-2 manojos de calçots
-salsa romesco
-carnes para asar a la parrilla como acompañamiento (costilla de cerdo, panceta…)

Para la salsa romesco

-media cabeza de ajos
-3 tomates maduros (500gr. aproximadamente)
-2 ñoras
-1 rebanada de pan tostado en la sartén
-1 diente de ajo en crudo
-100ml. de aceite de oliva virgen extra (el mío de Aceites Abril)
-25ml. de vinagre
-25gr. de avellanas crudas
-50gr. de almendras crudas
-una pizca de sal

Preparación:

Comenzamos preparando la salsa para acompañar a los calçots, la llamada salsa romesco, para ello ponemos las ñoras en remojo durante al menos un par de horas en agua caliente.

Aparte lavamos los tomates y les hacemos una cruz en la base y después los colocamos en una bandeja de horno boca abajo.

En otra bandeja ponemos la media cabeza de ajos, las avellanas y las almendras, y las llevamos horno con calor arriba y abajo a 180ºC durante unos 30 ó 40 minutos, dependerá un poco del horno.

Las avellanas y las almendras necesitarán menos tiempo para tostarse. También los ajos necesitaron algo menos de tiempo. Pero eso ya lo vais viendo vosotros mismos a través de la puerta del horno, y a medida que veáis que están hechos los vais retirando. Dejamos enfriar y reservamos.

Por otro lado tostamos una rebanada de pan en la sartén o en una plancha de asar. Dejamos enfriar y reservamos.

En mi caso utilicé la thermomix para elaborar la salsa, y una vez que estén todos los ingredientes preparados seguimos los siguientes pasos:

1- Echamos en el vaso la rebanada de pan tostado, las almendras, las avellanas, la sal y el diente de ajo crudo, y programamos 30 segundos / velocidad 7

2- Abrimos las ñoras por la mitad, le retiramos las pepitas y el rabito y la añadimos al vaso. Pelamos los tomates y los ajos asados y los añadimos también al vaso. Añadimos asimismo el vinagre y programamos de nuevo 30 segundos / velocidad 7

3- Programamos velocidad 4 sin tiempo, y vamos dejando caer el aceite de oliva sobre la tapa del vaso, con el cubilete puesto, de forma que caiga lentamente para que emulsione la salsa. Cuando hayamos terminado de incorporar todo el aceite, retiramos a un cuenco y ya tenemos lista nuestra salsa romesco.

Después de preparada la salsa, toca asar las carnes en la parrilla, y los calçots.

Lo preparar la carne a la parrilla es temática para otro día, hoy toca deciros cómo he preparado los calçots.

En primer lugar los colocamos uno al lado de otro en la parrilla. Tiene que ser una parrilla doble de las que se cierran y que luego se les puede dar la vuelta.

Cuando el fuego tenga una buena llama, colocamos la parrilla con los calçots (como mi parrilla no tiene pies, utilicé una trébede). A diferencia de las carnes que se hacen con las brasas, para hacer los calçots tiene que haber llamas vivas


Cuando lleven al fuego unos cinco minutos pasados, les daremos la vuelta a la parrilla para que se hagan por el otro lado.


Tras unos 12 ó 15 minutos al fuego ya empezarán a soltar líquido, lo cual significa que están hechos en su interior. 

Yo como gallega ya suponéis que no soy muy experta, así que para asegurarme de que estaban hechos por dentro empleé un pincho de madera de los que se utilizan para las brochetas. Si los podéis pinchar sin hacer fuerza es que están en su punto. 

Una vez hechos, retiramos la parrilla del fuego, la abrimos con cuidado de no quemarnos, y retiramos los calçots sujetándolos de la parte verde, y los colocamos sobre unas hojas de papel de periódico.
 

Envolvemos los calçots en el papel de periódico para llevarlos a la mesa.


Se suelen servir sobre una teja, y para comerlos también es habitual colocarse un babero, pero en mi caso no tenía ni una cosa ni la otra.

Para comerlos, con una mano se tira de la parte de la raíz hacia abajo, y con la otra se tira de la parte verde en sentido contrario, y después sumergimos la parte blanca (la parte verde no se come) en la salsa, y a disfrutar sin miedo y sin vergüenza, jeje...


Nosostros la verdad es que hemos disfrutado de lo lindo con esta calçotada casera. A ver si para el año tenemos de nuevo oportunidad de preparar otra.

Y con esto termino por hoy. Espero que la receta haya sido de vuestro agrado.

Hasta pronto. Un abrazo

lunes, 27 de febrero de 2023

Bollos Preñaos

Para terminar febrero, os traigo una receta típica de Asturias; los bollos preñaos, los cuales también son típicos en Galicia, aunque no tan populares como en Asturias.

Hacía mucho que no preparaba esta receta, pero el día 3 de este mes, se celebró en mi parroquia la festividad de San Blas, y hace años los miembros de la Comisión de Fiestas organizaban ese día una fiesta con degustación de filloas y otros productos típicos para acompañarlas, en cambio este año cambiaron las filloas por bollos preñaos, como se les denomina en Asturias, y yo cuando vi el cartel de las fiestas me entraron ganas de comerlos. Como además no iba a ir a la fiesta, pues ese día tenía previsto viajar a Barcelona, si quería comerlos no me quedaba más remedio que prepararlos, y no lo pensé dos veces.

Utilicé como de costumbre mi masa preferida, la que empleo desde siempre para las empanadas y las pizzas.

Respecto a esta receta, a mi juicio, buena parte del éxito de la misma radica en utilizar unos chorizos adecuados, entendiendo por tal aquellos chorizos que no estén muy curados, sino más bien blanditos, porque resultarán más jugosos por dentro, y luego con la calor del horno, parte de esa grasita se transfiere al pan, lo cual le da un sabor exquisito.

Aparte de eso he seguido un truco que le vi a mi querida amiga Chus, del blog Siguiendo a Nenalinda, y consiste en hervir los chorizos en sidra o en vino blanco, de esa manera resultarán todavía más sustanciosos. Abajo en la descripción os explico cómo lo hago.

Os dejo sin más dilación con la lista de

Ingredientes:

Para la masa

-300 ml. de agua
-450gr. de harina de fuerza (la mía de Harina Tradicional Zamorana)
-25gr. de levadura prensada o bien un sobre de levadura de panadería deshidratada (la mía de la prensada, de Levanova)
-una pizca de sal
-una cucharada de aceite de oliva (el mío de Aceites Abril)

Para el relleno

-3 chorizos poco curados
-1 vaso de sidra natural o de vino blanco (opcional)

Preparación:

Comenzamos preparando el relleno de los bollos preñaos, para ello ponemos los chorizos y la sidra en una olla pequeña y la llevamos al fuego, cuando levante el hervor, bajamos el fuego al mínimo y esperamos hasta que se consuma la mayor parte del líquido y quede una salsita semilíquida. En ese momento apagamos el fuego, esperamos que enfríen, y cortamos los chorizos en rodajas de un dedo de grosor aproximadamente. Reservamos.

El paso anterior se puede obviar como os decía más arriba, y entonces cortamos directamente los chorizos en rodajas sin cocerlos previamente.

A Continuación preparamos la masa de los bollos, para ello echamos en la panificadora el agua, el aceite de oliva, la sal, la harina tamizada, y la levadura, en ese orden. Luego iniciamos el programa de amasado con fase posterior de levado, que en mi panificadora dura 1hora 30 minutos.

Una vez finalizado el programa de la panificadora, volcamos la masa de la cubeta sobre una superficie enharinada, desgasificamos ligeramente, y dejamos que repose durante unos 5 ó 10 minutos.

Transcurrido el tiempo de reposo, cortamos la masa en pequeñas porciones del tamaño de un huevo de gallina aproximadamente. A continuación cogemos una de estas porciones, y con las dos manos la estiramos un poco, luego colocamos en el centro una rodaja de chorizo, cerramos y boleamos ligeramente y la colocamos en la bandeja del horno, sobre papel de hornear. Continuamos así hasta terminar con todas las porciones de masa. Después las tapamos con un paño de cocina, y dejamos en un lugar cálido y alejado de corrientes de aire hasta que doblen el volumen.

Cuando veamos que los bollos han crecido, precalentamos el horno a 180ºC, y mientras el horno se calienta, con un pincel de cocina, podéis pintar ligeramente los bollitos por arriba con el líquido resultante de la cocción de los chorizos en sidra, de esta manera saldrán con un precioso color doradito. Este es un truco mío para que salgan más atractivos a la vista, si bien, en esta ocasión no lo hice para ceñirme en lo posible a la receta original.

Cuando el horno esté caliente, colocamos la bandeja en la parte central con calor arriba y abajo, y en unos 15 a 25 minutos ya estarán hechos, dependerá un poco del tamaño de vuestros bollos.

Esto ha sido todo, espero que os haya gustado la receta. Nos vemos de nuevo en unos días.

Un abrazo, y gracias por leerme.

jueves, 16 de febrero de 2023

Hojas de limón (Paparajotes)


A mí juicio, actualizar un blog de cocina, significa algo más que publicar con periodicidad, supone también escoger una receta acorde a la época del año en la que se publica, porque en pleno agosto, con un sol de justicia, no tiene mucha lógica publicar la receta de un cocido, por poner un ejemplo.

El caso es que como estamos inmersos en fechas carnavalescas, hoy toca una receta dulce de carnaval, típica de mi tierra, aunque no tan popular como las Orejas o las Filloas. Me refiero a las Hojas de Limón, típicas también de Murcia, donde se conocen como Paparajotes.

El propio Álvaro Cunqueiro, conocido escritor, periodista y gastrónomo, incluye la receta de las Hojas de Limón en su célebre libro A Cociña Galega.

Yo debo ser de las pocas personas aficionadas a la cocina que no tiene ese libro, así que no hice su receta sino la de una compañera a la que que quiero y admiro mucho, María José, del blog Laurel y Canela. Os animo a que lo visitéis pues tiene recetas muy interesantes.

Antes de esta receta había probado con otras muy parecidas, pues llevo unos años preparando las Hojas de Limón en casa por carnavales, pero hace unos días María José subió su receta a las redes sociales y probé a prepararlas con su receta, y la verdad es que están de vicio.

Sería conveniente utilizar hojas de un limonero ecológico, y aun así hay que lavarlas primero y secarlas después con papel de cocina.

Las hojas de limón le dan un sabor sutil y delicioso a este dulce, precisamente para eso se utilizan; para darle aroma y para que la masa se adhiera a ellas.

A la hora de comerlas, se coge la hoja por el pecíolo ( es el "tallo" de la hoja) y la masa se desprenden fácilmente.

Os dejo ya con la lista de

Ingredientes:

-250ml. de leche a temperatura ambiente
-150gr. de harina de repostería
-1 huevo
-el zumo de un limón
-una pizca de sal
-aceite de girasol para freír (el mío de Aceites Abril)
-azúcar glas

Preparación:

En un cuenco batimos el huevo, luego añadimos la leche, el zumo de limón, y una pizca de sal. Mezclamos bien. Por último añadimos la harina tamizada y batimos hasta que no queden grumos.

Dejamos reposar la mezcla entre media hora y un par de horas.

Después ponemos una sartén al fuego, añadimos aceite de girasol, y cuando esté caliente cogemos las hojas por el pecíolo, y las sumergimos en la masa, y luego las freímos primero por un lado y luego por el otro.

A medida que se van haciendo, se van retirando a una fuente sobre papel absorbente y se continúa con el proceso hasta terminar con la masa, o con las hojas, dependiendo de lo que se termine antes.

Cuando estén frías, se espolvorean con azúcar glas.

Como habéis observado la masa no lleva azúcar, no lo necesita, el azúcar glas que le espolvoreamos por encima le da el punto justo de dulzor.

Están muy ricas, os lo aseguro, y no son nada complicadas de hacer, de manera que si tenéis un limonero, o algún buen vecino que lo tenga y os dé las hojas, como me pasó a mí con mi vecina Vanessa, no dudéis en preparar esta receta. Os sorprenderá el resultado.

Termino por hoy ¡Disfrutad del carnaval!

Un abrazo.