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martes, 13 de febrero de 2024

"Orellas" de Carnaval (sin levadura)


La receta de hoy de hoy me hubiera gustado haberla publicado la semana pasada, porque es una de las recetas típicas del Carnaval en mi tierra, Galicia; me estoy refiriendo a las “Orellas de Carnaval”, pero por diferentes motivos no pude hacerlo, de todos modos como hoy es martes, el día grande del Entroido (así se denomina al Carnaval en Galicia), aun estoy a tiempo, además el próximo fin de semana todavía se celebra el denominado sábado y domingo de piñata, que ponen fin a estas fiestas, las cuales en algunos pueblos de Galicia duran todo un mes, así que si os animáis todavía estáis a tiempo de preparar esta receta, si bien no es necesario que sea Carnaval para hacer un dulce de sartén tan rico como este


En el blog ya tengo dos recetas de Orellas publicadas. Una la podéis ver pinchando aquí, se trata de una receta que incorpora levadura de panadería. No salen unas orellas crujientes, requisito indispensable para la mayoría de la gente, pero si hay personas que no le gusten las crujientes o no pueda comerlas, esas le encantarán, sobre todo recién hechas, ¡están espectaculares!

La otra receta que tengo publicada, es la de mi amiga Tere Rico, una experta repostera, y cuya receta ha sido ganadora en varios concursos. La receta la podéis ver pinchando aquí. Son unas orellas deliciosas, pero para mi tienen un inconveniente, y es que incorporan mucha cantidad de manteca cocida de vaca, que junto al resto de ingredientes, hace que no me sienten del todo bien al estómago, y esa fue la razón de buscar una receta más ligera, y después de probar la receta que voy a publicar hoy, tengo claro que se queda conmigo para siempre, porque no he sentido molestias estomacales, y para mi gusto son las más ricas que he probado nunca.

Os dejo a continuación con la lista de

Ingredientes:

-4 huevos medianos
-2 cáscaras de huevo de aceite de girasol
-2 cáscaras de huevo de anís (os recomiendo Anís El Mono, porque he probado otras marcas y no quedan igual)
-2 cáscaras de huevo de azúcar
-550gr. aproximadamente de harina de todo uso.
-1 pizca de sal
-ralladura de una naranja
-ralladura de un limón
-4 gostas de esencia de anís (opcional, yo se las pongo porque me gusta mucho el sabor a anís. La esencia que yo uso es de la marca Arconsa, y la compro en la farmacia de mi pueblo, que siempre la tienen a la venta por estas fecha, pero si usáis esta marca, tened cuidado de no pasaros con la cantidad, porque es un aroma muy concentrado)
-azúcar glass para espolvorear por encima
-aceite de girasol para freír

Preparación:

Yo para preparar la masa de las orellas uso la panificadora, porque deja una masa lisa y brillante, que luego se extiende perfectamente con el rodillo, queda finísima, y no rompe.

Comienzo echando en la cubeta de la panificadora los cuatro huevos, de los cuales elijo uno, y ese lo rompo con cuidado con la punta de un cuchillo por la parte superior, dejando solo el hueco necesario para vaciar el huevo. Después con la cáscara bien lavada, echo dos cáscaras llenas de azúcar, otras dos cáscaras de anís, y por último dos cáscaras más de aceite de girasol. A continuación se añade las ralladuras de naranja y limón, la esencia de anís, y por último una pizca de sal y la harina, que en esta ocasión utilicé en total 550gr., pero de entrada partí de 475gr.

Ponemos la panificadora en funcionamiento en el programa de solo amasado, que en mi máquina dura 20 miutos.

Trascurridos unos 3 ó 4 minutos de iniciado el programa, abrimos la tapa de la panificadora y miramos si el contenido de la cubeta ha formado una bola, en cuyo caso la cantidad de harina es la correcta, pero por el contrario, si la masa no se despega de las paredes de la panificadora, es porque nos hemos quedado cortos con la harina y debemos seguir añadiéndole más, en pequeñas cantidades, hasta que se despeque de la paredes y forme una bola.

El hecho de que la harina añadida no sea la exacta es debido a varios motivos, uno que cada tipo de harina absorbe más o menos líquidos, y en esta receta en concreto, se debe fundamentalmente a que usamos como unidad de medida la cáscara del huevo, y según sea el huevo de grande, mayor o menor proporción de líquidos habrá con respecto a la harina utilizada, y según el caso, puede ser necesario añadirle más, siguiendo el criterio que os acabo de comentar, pero siempre poco a poco, para no excedernos.

Una vez terminado el programa de amasado, lo reiniciamos, y amasamos otros 20 minutos. En total sobre 40 minutos de amasado.

Cuando la masa esté hecha, la echamos en una bolsa de plástico limpia, en la cual previamente habremos añadido un poco de aceite de girasol y frotamos la bolsa todavía vacía, para que las paredes de la misma se impregnen de aceite. Después sacamos la masa de la cubeta y la echamos en la bolsa, la atamos, y la dejamos en el frigorífico hasta el día siguiente.

Yo suelo preparar la masa por la noche, y a la mañana siguiente la divido en porciones, sobre la encimera untada con aceite de girasol. Con estas cantidades salen en torno a 20 unidades, dependiendo del tamaño que hagamos las orellas.

A continuación las estiramos con un rodillo, y las freímos en la sartén en aceite de girasol, primero por un lado, y luego por el otro.


Por último, una vez frías, las espolvoreamos por encima con azúcar glass, aunque en esta ocasión yo no lo tenía y le puse del normal, pero con el azúcar glass quedan más bonitas.

Espero que os animéis a prepararlas, estoy segura de que os sorprenderá el resultado.

Gracias por leerme. Un abrazo y hasta la próxima.

viernes, 30 de junio de 2023

Sardinas asadas con Cachelos y "pan de Broa"


Llevo bastante tiempo ausente por diversos motivos, algunos de tipo médico totalmente inesperados, aunque afortunadamente para mí estos se quedaron en un gran susto, pero llevé regular la espera, pues si ya de por sí el que espera desespera, las personas que sufren ansiedad como es mi caso, lo pasamos especialmente mal.

Yo no entiendo cómo una prueba médica, cuyos resultados se saben a los pocos días, tardan más de un mes en comunicárselos al paciente, porque su salud psicológica puede verse afectada. Por lo menos a ver si ahora tardo mucho en tener más sustos de este tipo, porque en menos de 6 meses ya van dos biopsias.

Al margen de este tema, semanas atrás hemos tenido un tiempo muy caluroso y tormentoso por aquí, con lo cual el césped de la finca crece una barbaridad, y todas las semanas hay que hacer un corte para que no parezca esto una selva.

Aparte, como estamos en época de celebraciones (bodas, comuniones…) he tenido que preparar bastantes galletas en estas fechas, que si bien es algo que me encanta hacer, lo cierto es que lleva su tiempo, así que por una cosa u por otra, no he encontrado la ocasión de pasarme por aquí hasta hoy.

Y la propuesta que os traigo, es una receta típica de mi tierra en la noche de San Juan; las sardinas asadas. Es cierto que este año ya ha pasado San Juan, pero las sardinas están ahora en su mejor época, y más baratas que hace una semana, cuando su precio se dispara, así que es el momento idóneo para preparar esta receta y disfrutar de su exquisito sabor.

Referente a la época de la sardina, en Galicia hay un dicho que reza: “por San Xoán, a sardiña molla o pan” (por San Juan, la sardina moja el pan), porque si bien las sardinas se encuentran en el mercado durante todo el año, cuando más ricas están es en los meses más cálidos, que es cuando hay más plancton en las aguas superficiales, lo cual contribuye a que las sardinas se sobrealimenten, engorden y acumulen más cantidad de grasa (de ahí lo de que la sardina moja el pan) que acentúa su sabor y le aporta jugosidad.

Por mi zona, es habitual acompañarlas con pan de broa. La broa, es un pan de maíz, típico de Galicia y Portugal, que lleva también, aunque en menor cantidad, algo de harina de trigo y/o centeno, y tradicionalmente se hacía con levadura natural, conocida como fermento.

Si además de los cachelos (patatas cocidas con la piel), y el pan de broa, acompañáis las sardinas con unos pimientos de Padrón fritos, entonces no os extrañéis si sentís que levitáis.

Pero no me enrollo más, y os dejo con la lista de ingredientes y su elaboración.

Ingredientes (para 4 personas):

-24 sardinas muy frescas
-4 patatas grandes
-sal gruesa
-1 hoja de laurel
-1/2 cebolla
-aceite de oliva virgen extra (el mío de Aceites Abril)
-pan de broa (opcional)
-pimientos de Padrón (opcional)

Elaboración:

Comenzamos lavando las sardinas y eviscerándolas (hay quien las asa con la tripa, eso va en gustos), después las dejamos escurrir, y salamos con sal gorda. Reservamos en el frigorífico hasta que las brasas estén listas.

Es importante que las sardinas sean lo más frescas posible. Cuando las vayáis a comprar, fijaros que su cuerpo esté firme, los ojos claros y sin sangre, y las agallas de color rojo intenso.

Para preparar las brasas es mejor utilizar leña que carbón. Cuando la leña al quemarse haya formado suficiente brasa como para cubrir toda la parrilla, vamos trasladando las sardinas a la misma, colocándolas todas en el mismo sentido, y perpendicular a los barrotes de la parrilla, para evitar que se cuelen entre ellos.

Lo ideal es que la parrilla sea de las que se abren y se le puede dar la vuelta sin necesidad de manipular las sardinas, así no corremos riesgo de que se rompan al intentar darle la vuelta.

En cuanto a la altura a la que colocar la parrilla sobre las brasas, dependerá de la intensidad de las mismas, cuanto más calor desprenden más alta colocaremos la parrilla, y viceversa.

Teniendo todo lo anterior en cuenta, las dejaremos que se hagan durante unos 5 a 7 minutos por un lado, y luego le damos la vuelta a la parrilla, y con unos 3 a 4 minutos por el otro lado será suficiente.

Mientras las sardinas se van asando, cocemos los cachelos, para ello lavamos bien 4 patatas grandes, con la piel, y las cortamos en rodajas gruesas, las ponemos en una olla, cubrimos con agua fría, añadimos una hoja de laurel, y ½ cebolla sin picar. Ponemos la olla al fuego, y cuando levante el hervor, salamos. Después de unos 10 a 12 minutos hirviendo, comprobamos que estén hechas pinchado con un tenedor, y seguidamente escurrimos, las echamos en una fuente de servir, y regamos por encima con unas gotas de aceite de oliva virgen extra.

Por otro lado, si podéis conseguir unos pimientos de Padrón (yo en esta ocasión no los tenía), los freís en aceite de oliva, después los retiráis a una fuente, y saláis.

En otra fuente ponéis las sardinas una vez retiradas de las brasas, y con ellas; con los cachelos, con los pimientos de Padrón, un trozo de broa gallega en la mano, un buen vino en el vaso, y una compañía agradable, teniendo salud, lo tenéis todo para tocar el cielo con las manos. Así que… ¡a disfrutar! Espero que os gusten.

Y espero también no tardar tanto en volver por aquí. Hasta la próxima y gracias por seguirme.

Un abrazo

domingo, 16 de abril de 2023

Paella Valenciana


La receta que os traigo hoy, la paella valenciana, la preparo muchas veces en casa, porque a mi marido y a mí nos encanta, más incluso que la paella de marisco, más popular aquí por el norte.

Trato siempre de ser lo más fiel posible a la receta original, no solo en lo que a ingredientes se refiere, sino en la elaboración de la misma, y el resultado os aseguro que es una exquisitez para el paladar.

No me extraña que los valencianos la defiendan con ahínco, no obstante es el plato insignia de su región, y para muchos la paella es más que una comida, es un sentimiento y una forma de entender la vida, pues la paella siempre la preparan para compartir con la familia o amigos.

La popularidad de la paella traspasó nuestras fronteras, y a día de hoy es quizás el plato más conocido y popular de nuestra gastronomía, tanto es así, que el 9 de noviembre de 2021 fue declarada Bien de Interés Cultural.

Os dejo con la lista de ingredientes y la elaboración de este plato, de origen humilde, tan afamado.

Ingredientes (para 4 personas):

-4 vasos de arroz bomba (el mío La Fallera)
-12 vasos de agua
-1kg. de pollo troceado
-500gr. de conejo troceado
-500gr. de judías verdes frescas
-100gr. de garrofón (en esta ocasión no se lo puse porque no me quedaba. Cuando lo pongo es siempre congelado, porque aquí en Galicia fresco no lo consigo)
-4 dientes de ajo (opcional)
-2 tomates pera
-1 cucharadita de pimentón dulce (el mío de Productos JAUJA)
-1 ramillete de romero fresco
-100ml. de aceite de oliva virgen extra (el mío de Aceites Abril)
-15gr. de sal aproximadamente

Elaboración:

Comenzamos preparando los ingredientes: limpiamos las carnes de conejo y de pollo, retiramos restos de plumas si hubiera, retiramos también algún hueso que pudiera estar astillado por el corte, porque si se desprende puede luego darnos un disgusto.

En cuanto a los tomates y las judías los lavamos bien, y los primeros los rallamos, y las judías les retiramos los extremos y las partimos con las manos en tres trozos cada judía.

Respecto a los restantes ingredientes, tan solo queda pelar los ajos si se opta por añadírselos (la receta original no los lleva) y retirarle el germen central, y preparar una infusión de azafrán para aprovechar todo el aroma y color que este le aporta a la paella, para ello primero aconsejan que se aplasten bien en un mortero las hebras, 7 hebras por persona, y como en este caso la paella es para 4 personas, serían 28 hebras. A continuación hay que añadirle un poquito de agua caliente (40ml.) y dejar infusionar al menos durante 30 minutos.

Os aconsejo que no le añadáis colorante a la paella, porque solo le aporta color, y además un color muy artificial para mi gusto, y encima los colorantes alimentarios no son nada sanos, en cambio el azafrán es un ingrediente totalmente natural, que además de color le aporta un delicioso sabor.

Es cierto que su precio es bastante elevado en relación a su peso, pero realmente se necesita muy poquita cantidad, de manera que su uso en la cocina no es para nada prohibitivo, y además en España tenemos la suerte de contar con el mejor azafrán del mundo, el azafrán de La Mancha.

Por cierto, ¿sabíais que el Azafrán de La Mancha no se vende a granel, ni tampoco se vende molido? Si lo encontráis en esos formatos no es de La Mancha. Para tener la certeza de que se trata del auténtico Azafrán de La Mancha, fijaros que cuente con el sello “Consejo Regulador D.O.P. Azafrán de La Mancha”

Después de estos consejos sobre el uso del azafrán, y ya con todos los ingredientes listos, toca comenzar con la preparación propiamente dicha de la paella, para ello ponemos la paellera al fuego y añadimos el aceite. 

Si la paellera está bien nivelada  sobre el fuego (de lo contrario hay que nivelarla primero), el aceite quedará en el centro de la misma. En los bordes, donde no llega el aceite, distribuimos la sal, y cuando el aceite esté caliente añadimos los trozos de pollo y de conejo, y los doramos bien removiéndolos cada cierto tiempo para que se hagan por todo, al principio solo en el centro de la paellera dónde está el aceite, y después los distribuimos por toda la paellera para que cojan la sal que depositamos en el borde de la misma. Este proceso de dorado de la carne suele durar en torno a 30 minutos.

Cuando la carne tenga un bonito color dorado, la retiramos al borde de la paellera, y en el centro añadimos las judías verdes, y el garrofón. Las verduras las doramos ligeramente y a fuego suave, porque si se hacen en exceso, luego al final perderían su textura llegando incluso a deshacerse.

Cuando las verduras estén, las pasamos también al borde de la paellera, y en el centro añadimos los ajos pasados por un prensaajos, después de un breve instante (para evitar que se quemen), añadimos los tomates rallados.

Al sofreír el tomate, los jugos que soltó la carne y estaban pegados al fondo, se desprenden, por lo que debemos remover bien para que se integren con el tomate.

Pasados unos minutos, veremos que el tomate cambia de color, y en ese momento lo mezclamos con el resto de ingredientes que tenemos en la paellera: la carne de pollo y conejo, y las verduras; y dejamos que se haga todo junto un par de minutos más. Después añadimos la cucharadita de pimentón dulce, y removemos bien para evitar que se queme, lo cual arruinaría el plato por completo, y a continuación añadimos las 12 tazas de agua, y vemos que volumen ocupan en la paella, tomando la medida con un palillo, porque este será el volumen de líquido que se necesita en el momento de añadir el arroz a la paellera, pero como todavía tardaremos en añadirlo, mientras el líquido se evapora en parte, por lo cual una vez tomada la medida del nivel de líquido que necesitaremos más tarde, seguimos añadiendo más agua hasta llenar la paellera.

En ese momento de llenar de agua la paellera, si utilizamos un paellero de gas, es el momento de encender el aro externo (el interno ya lo tendremos encendido desde el principio, obviamente) y si hacemos la paella a leña, repartimos el fuego por toda la superficie.

Dejamos que se cocine a fuego bajo, pero sin dejar de borbotear. Veremos que el caldo se va reduciendo poco a poco, hasta llegar a la referencia que habíamos tomado con el palillo, en ese momento probamos de sal, y debería de tener un sabor ligeramente salado, en todo caso rectificamos de sal si fuera necesario para ajustarlo a nuestro gusto, y añadimos también la infusión de azafrán que teníamos reservada. Mezclamos bien y por último llega el momento de añadir el arroz, repartiéndolo bien por toda la superficie y procurando que no quede ningún grano fuera del caldo, y repartiendo también la carne y las verduras para que quede una proporción igual de arroz, carne y verduras por toda la paella. Después añadimos el ramillete de romero fresco, y dejamos cocer durante 20 minutos, los primeros 5 minutos a fuego fuerte, los siguientes 5 minutos a fuego medio, y los restantes diez minutos finales a fuego bajo.

Una vez pasados los 20 minutos, apagamos el fuego, y dejamos reposar 10 minutos, y por fin, tenemos nuestra paella valenciana lista para disfrutar, y si es con amigos o en familia, y al aire libre ahora que viene el buen tiempo, se disfruta el doble.

Espero que os haya gustado la receta, y respecto a los que sois valencianos, espero que mi versión no levante susceptibilidades, jeje… Yo no soy experta, además tengo excusa porque no soy valenciana, pero al menos no le he puesto chorizo como el chef británico Jaime Oliver a aquella paella que tanto revuelo causó en nuestro país, especialmente en Valencia.

Bueno, pues nos vemos pronto con una nueva receta. Hasta entonces que seáis muy felices.

Un abrazo.

lunes, 10 de abril de 2023

Monas de Pascua 2023


Como os había prometido en el anterior post, hoy os muestro las monas de Pascua que preparé este año. Ya sabéis que las monas se las regalan los padrinos a los ahijados por Pascua.

En Galicia lo mona consiste en un dulce muy parecido al roscón de Reyes, pero con decoración típica de estas fechas (pollitos, huevos, plumas, etc). Suele dársele forma de bollo, a modo de un pan dulce, pero también se hacen trenzas, y en otros casos se les da forma de roscón con agujero en medio.

En algunas zonas del levante español, preparan también por estas fechas un pan dulce muy similar, que recibe el nombre de “panquemao”, en Asturias lo típico es un bizcocho mantecado, mientras que en Cataluña lo típico son las figuras de chocolate.

Ayer, Domingo de Resurrección, comimos en casa de unos familiares, y para el postre preparé un semifrío de limón, con una decoración acorde a la fecha. Os muestro la foto abajo, pero la receta de este postre la publicaré en breve.


Para preparar las monas tradicionales de mi tierra, he introducido algunas variaciones en la receta que seguía siempre. Os dejo a continuación la receta de este año

Ingredientes:

Para el prefermento

-70gr. de harina de fuerza (la mía de Harina Tradicional Zamorana)
-90gr. de leche entera
-2 huevos medianos
-25gr. de levadura fresca (la mía de Levanova) ó 1 sobre de levadura seca de panadería
-20 gr. de azúcar

Para la masa

-Todo el prefermento
-320gr. de harina de fuerza  (la mía de Harina Tradicional Zamorana)
-80gr. de azúcar
-5gr. de sal
-75gr. de mantequilla sin sal
-1 huevo
-1 pizca de esencia de anís
-ralladura de 1 naranja y de 1 limón

Elaboración:

En primer lugar preparamos el prefermento, para ello ponemos la leche al fuego, cuando levante el hervor apartamos del fuego, dejamos reposar hasta que esté tibia y entonces añadimos la levadura, desleímos y añadimos el azúcar y lo huevos batidos. Mezclamos todo y finalmente añadimos la harina. Mezclamos hasta integrarla y luego dejamos reposar tapado con papel film, en un lugar cálido, alejado de corrientes de aire, hasta que triplique el volumen.

Cuando el prefermento haya triplicado el volumen, removemos con una cuchara, volvemos a tapar y dejamos reposar de nuevo hasta que nuevamente triplique el volumen. Cuando lo haga volvemos a remover con una cuchara y de nuevo vuelta a reposar para que por tercera y última vez vuelva a triplicar el volumen.

Después añadimos todo el prefermento a la cubeta de la panificadora, añadimos también la mantequilla a temperatura ambiente, el huevo, las ralladuras de cítricos, la esencia de anís, el azúcar, la harina y la sal, por ese orden, y seleccionamos el programa de “solo amasado” que en mi máquina es el número 11 y tiene una duración de 20 minutos.

Al finalizar el programa de amasado, dejamos la masa dentro reposando con la máquina apagada y la tapa abierta para que no se recaliente, durante 10 minutos, y de nuevo volvemos a seleccionar el mismo programa para continuar amasando 20 minutos más. Después retiramos la masa, le damos la forma deseada a nuestra mona (yo algunas las hice redondas como si se tratase de un bollo de pan, y otras las hice con un agujero en el centro igual que los roscones), y dejamos reposar en un lugar lejos de corrientes de aire hasta que las monas tripliquen su volumen (hablo en plural, porque con estas cantidades os saldrán 2 monas de tamaño mediano tirando a pequeño, pero si queréis podéis hacer una sola más grande).

Por último solo nos resta pincelarlas con huevo batido, espolvorear azúcar por encima, y hornear a 150ºC en la parte central del horno, con fuego abajo los primeros 10 minutos, y luego fuego arriba y abajo hasta que adquieran un bonito color dorado por arriba.

También podéis amasar las monas en la thermomix, para ello preparáis el prefermento tal como os indico más arriba, y después de que haya triplicado el volumen por tercera vez, lo añadías al vaso, junto con los restantes ingredientes, dejando para el final la harina y después de esta la levadura, y programamos tiempo 3 minutos, función amasar. Una vez finalizado, retiramos la masa del vaso, le damos la forma deseada y a partir de aquí, procedemos de la misma manera que os indico más arriba.

Abajo podéis ver una de las que preparé, esta con forma de roscón
 con agujero en el centro.


Y con esto doy por terminada la Pascua de este año. En cuanto a vosotros espero que hayáis disfrutado de estos días de asueto, y deciros que dentro de unos días volveré con una nueva receta. ¡Os espero!

Un abrazo.

jueves, 16 de marzo de 2023

Fabada Asturiana


Aunque la primavera está a la vuelta de la esquina, aquí hace un tiempo frío y ventoso, y apetecen los platos calentitos de cuchara como el que os presento hoy; una fabada asturiana.

Yo no soy muy fan de las legumbres, hago un esfuerzo por comerlas porque son sanas, pero prefiero las sopas, más ligeras y que le sientan mejor a mi estómago, sin embargo a mi marido le encantan, si por él fuera estaríamos comiendo legumbres casi a diario, sobre todo lentejas, pero como hay que variar las comidas unas veces toca lentejas, otras callos con garbanzos, otras veces potajes con alubias, y en esta ocasión tocó la famosa fabada asturiana.

La receta no tiene demasiada complicación, el éxito radica sobre todo en la calidad de los ingredientes, y en una cocción prolongada a fuego lento.

Os dejo con la lista de

Ingredientes:

-1/2 kg. de alubias
-agua
-2 chorizos
-2 morcillas
-250gr. de panceta curada
-1 trozo de hueso de jamón
-pimentón dulce (el mío de Productos Jauja)
-aceite de oliva virgen extra (el mío de Aceites Abril)
-5 hebras de azafrán (el mío de Azafrán de la Mancha D.O.P)
-sal

Elaboración:

En primer lugar retiramos las alubias que estén rotas o dañadas, después las lavamos bien bajo el grifo para retirar impurezas y suciedad, y las dejamos en un bol a remojo cubiertas de agua fría, durante toda la noche.

Dejamos también en agua el hueso de jamón y la panceta para desalar (yo la panceta no la puse porque ya venía con el punto de sal)

Al día siguiente escurrimos bien las alubias y las echamos en una cazuela más bien baja y ancha. Cubrimos con agua fría hasta dos dedos por encima de las alubias, y ponemos a fuego fuerte hasta que levanten el hervor.

Cuando la cazuela comience a hervir, añadimos la panceta, el hueso de jamón, las morcillas y los chorizos. Los dos últimos ingredientes que queden por la parte de arriba para que no se rompan durante la cocción.

Al principio se irá formando una capa de espuma en la superficie, la cual debemos retirar porque contiene impurezas, y de paso desgrasamos un poco el caldo.

Después de unos 15 minutos hirviendo a fuego tirando a fuerte, añadimos las hebras de azafrán disueltas en un vaso de agua de la cocción, añadimos también la sal (probamos primero para saber la que necesita) y bajamos el fuego al mínimo, y dejamos cocer por espacio de 2 horas aproximadamente.

Transcurrido ese tiempo probamos la fabada para ver si ya está hecha, y de paso rectificamos de sal si fuera necesario. Cuando esté retiramos las carnes a una fuente, cortando las morcillas y los chorizos por la mitad, la panceta y la carne del jamón en trozos más bien grandes. Reservamos.

A parte en una sartén echamos un poquito de aceite de oliva, doramos en él 3 dientes de ajo laminados. Cuando el ajo esté ligeramente dorado, retiramos la sartén del fuego y añadimos una cucharadita colmada de pimentón dulce, mezclamos bien y añadimos este sofrito a la fabada. Con una cuchara de madera removemos suavemente para mezclar bien, y a continuación emplatamos, colocando un cucharón de alubias en un plato hondo, y encima parte de los embutidos y las carnes.

Muchos no le hacen este sofrito, pero realmente le da un sabor impresionante. Si no os gusta encontraros con el ajo, en lugar de laminarlos, los cortáis por la mitad retirándole el germen central, luego los doráis, y cuando estén dorados añadís el pimentón, y antes de echar el sofrito en la cazuela, retiráis los ajos, así queda su sabor en el guiso, pero no los encontráis en la boca.

Y con esto termino por hoy. Nos vemos pronto.

Un saludo.

miércoles, 8 de marzo de 2023

Calçotada hecha en casa


Los pasados días 3 y 4 de febrero hice un viaje relámpago a Barcelona con mi marido y una tía. Ella tiene un hermano que reside en Badalona y fue a visitarlo, y yo acompañé a mi marido que tenía unos asuntos que resolver.

Con tan poco tiempo apenas hubo mucho margen de maniobra para hacer turismo, pero sí para comprar unos calçots aprovechando que estamos en temporada.

Al día siguiente del regreso preparamos en casa una calçotada que estaba de vicio.

Era la segunda vez que preparaba los calçots en casa, pero en la anterior ocasión no hice foto, en cambio el otro día sí pude sacar algunas, y aunque no son de muy buena calidad, me sirven para ilustrar este post.

Los calçots son unas cebollas alargadas, de sabor dulce, que se cultivan bajo tierra en surcos que se “calzan”, de ahí el nombre, y que se recolectan desde enero hasta abril.

Los calçots se acompañan de una salsa, denominada salsa romesco, en la cual se sumergen los mismos después de retirar la capa que ha estado en contacto con el fuego.

Este ingrediente típico y representativo de la gastronomía catalana, se come en familia o con amigos, algo así como sucede con la paella, o las gachas manchegas, donde un grupo de gente se reúne en torno a la mesa.

Además de la salsa romesco y los calçots, en una calçotada es frecuente asar carnes a la parrilla, se trata en definitiva de un homenaje gastronómico en buena compañía.

Hoy en día no hace falta viajar a Cataluña para conseguir calçots, pues hay empresas que los venden online, pero en todo caso, con calçots o sin ellos, os recomiendo la salsa romesco. Está exquisita simplemente untada sobre una rebanada de pan artesano tostado en la sartén o en la plancha, también con verduras a la plancha, con pescado blanco… ¡Es una delicia!

Os detallo a continuación la lista de productos que necesitaréis para preparar una calçotada en casa y os cuento cómo la preparé.

Ingredientes:

-2 manojos de calçots
-salsa romesco
-carnes para asar a la parrilla como acompañamiento (costilla de cerdo, panceta…)

Para la salsa romesco

-media cabeza de ajos
-3 tomates maduros (500gr. aproximadamente)
-2 ñoras
-1 rebanada de pan tostado en la sartén
-1 diente de ajo en crudo
-100ml. de aceite de oliva virgen extra (el mío de Aceites Abril)
-25ml. de vinagre
-25gr. de avellanas crudas
-50gr. de almendras crudas
-una pizca de sal

Preparación:

Comenzamos preparando la salsa para acompañar a los calçots, la llamada salsa romesco, para ello ponemos las ñoras en remojo durante al menos un par de horas en agua caliente.

Aparte lavamos los tomates y les hacemos una cruz en la base y después los colocamos en una bandeja de horno boca abajo.

En otra bandeja ponemos la media cabeza de ajos, las avellanas y las almendras, y las llevamos horno con calor arriba y abajo a 180ºC durante unos 30 ó 40 minutos, dependerá un poco del horno.

Las avellanas y las almendras necesitarán menos tiempo para tostarse. También los ajos necesitaron algo menos de tiempo. Pero eso ya lo vais viendo vosotros mismos a través de la puerta del horno, y a medida que veáis que están hechos los vais retirando. Dejamos enfriar y reservamos.

Por otro lado tostamos una rebanada de pan en la sartén o en una plancha de asar. Dejamos enfriar y reservamos.

En mi caso utilicé la thermomix para elaborar la salsa, y una vez que estén todos los ingredientes preparados seguimos los siguientes pasos:

1- Echamos en el vaso la rebanada de pan tostado, las almendras, las avellanas, la sal y el diente de ajo crudo, y programamos 30 segundos / velocidad 7

2- Abrimos las ñoras por la mitad, le retiramos las pepitas y el rabito y la añadimos al vaso. Pelamos los tomates y los ajos asados y los añadimos también al vaso. Añadimos asimismo el vinagre y programamos de nuevo 30 segundos / velocidad 7

3- Programamos velocidad 4 sin tiempo, y vamos dejando caer el aceite de oliva sobre la tapa del vaso, con el cubilete puesto, de forma que caiga lentamente para que emulsione la salsa. Cuando hayamos terminado de incorporar todo el aceite, retiramos a un cuenco y ya tenemos lista nuestra salsa romesco.

Después de preparada la salsa, toca asar las carnes en la parrilla, y los calçots.

Lo preparar la carne a la parrilla es temática para otro día, hoy toca deciros cómo he preparado los calçots.

En primer lugar los colocamos uno al lado de otro en la parrilla. Tiene que ser una parrilla doble de las que se cierran y que luego se les puede dar la vuelta.

Cuando el fuego tenga una buena llama, colocamos la parrilla con los calçots (como mi parrilla no tiene pies, utilicé una trébede). A diferencia de las carnes que se hacen con las brasas, para hacer los calçots tiene que haber llamas vivas


Cuando lleven al fuego unos cinco minutos pasados, les daremos la vuelta a la parrilla para que se hagan por el otro lado.


Tras unos 12 ó 15 minutos al fuego ya empezarán a soltar líquido, lo cual significa que están hechos en su interior. 

Yo como gallega ya suponéis que no soy muy experta, así que para asegurarme de que estaban hechos por dentro empleé un pincho de madera de los que se utilizan para las brochetas. Si los podéis pinchar sin hacer fuerza es que están en su punto. 

Una vez hechos, retiramos la parrilla del fuego, la abrimos con cuidado de no quemarnos, y retiramos los calçots sujetándolos de la parte verde, y los colocamos sobre unas hojas de papel de periódico.
 

Envolvemos los calçots en el papel de periódico para llevarlos a la mesa.


Se suelen servir sobre una teja, y para comerlos también es habitual colocarse un babero, pero en mi caso no tenía ni una cosa ni la otra.

Para comerlos, con una mano se tira de la parte de la raíz hacia abajo, y con la otra se tira de la parte verde en sentido contrario, y después sumergimos la parte blanca (la parte verde no se come) en la salsa, y a disfrutar sin miedo y sin vergüenza, jeje...


Nosostros la verdad es que hemos disfrutado de lo lindo con esta calçotada casera. A ver si para el año tenemos de nuevo oportunidad de preparar otra.

Y con esto termino por hoy. Espero que la receta haya sido de vuestro agrado.

Hasta pronto. Un abrazo

martes, 20 de diciembre de 2022

Bacalao con coliflor



Dadas las fechas en las que estamos, toca una receta típica de Navidad, y en este caso os traigo un plato típico de la cena de Nochebuena aquí en Galicia; me refiero al bacalao con coliflor.

A estas alturas quien más quien menos imagino que ya tiene el menú elegido, pero si queda algún despistado al que se le haya echado el tiempo encima y que todavía no tenga nada en mente, os propongo este plato típico de mi tierra.

Cuando vivían mis padres lo preparábamos siempre, ahora hay años que no, pero  en todo caso a lo largo del año lo preparamos en más de una ocasión.

Es un plato con una elaboración muy sencilla y con un sabor delicioso, aunque la foto no le hace justicia, así que si os gusta el bacalao, probad esta receta que os aseguro que os va a encantar.

Lo importante para que salga bien es utilizar un bacalao de calidad, una coliflor bien fresca y un buen aceite de oliva, con eso el éxito está asegurado, así que paso ya a detallaros la lista de

Ingredientes (para 4 personas):

-4 lomos de bacalao gruesos 
-4 patatas grandes
-1 coliflor grande
-4 huevos
-1 cebolla
-2 dientes de ajo
-aceite de oliva virgen extra (yo empleé la variedad hojiblanca de Aceites Abril)
-1 cucharadita de pimentón dulce (siempre utilizo el de mi marca preferida: Productos Jauja)
-sal

Preparación:

En primer lugar ponemos un cazo con agua al fuego y cuando levante el hervor, echamos los huevos, dejamos cocer durante 10 minutos, y después retiramos a un cuenco con agua fría. Cuando los huevos estén fríos, retiramos la cáscara y reservamos.

Mientras se están cociendo los huevos vamos pelando las patatas y limpiando la coliflor, retirándole las hojas. Después las patatas las cortamos en dados grandes y la coliflor la cortamos en ramilletes medianos.

Seguidamente echamos la coliflor y las patatas en una olla, añadimos agua hasta que cubra 1 ó 2 dedos por encima, y desde que comience a hervir, cocemos durante unos 12 minutos a fuego medio. Transcurrido ese tiempo añadimos a la olla los lomos de bacalao previamente desalados y cocemos el conjunto durante unos 5 minutos más desde que levante de nuevo el hervor. Seguidamente retiramos los lomos de bacalao a una fuente, colocamos alrededor los huevos duros cortados por la mitad, y reservamos.

Una vez retirado el bacalao, probamos las patatas y rectificamos de sal si fuese necesario, después reservamos un vaso del líquido de cocción, y escurrimos bien las patatas y la coliflor y las vertemos en una fuente. Reservamos.

Mientras se cocina el bacalao y la verdura, aprovechamos para preparar la ajada, para ello ponemos una sartén al fuego, cubrimos la base con aceite de oliva virgen extra, y cuando esté caliente añadimos el ajo laminado, lo doramos ligeramente y seguidamente añadimos la cebolla cortada en juliana. Sofreímos a fuego medio hasta que esté bien pochada. Apagamos el fuego y añadimos el pimentón, mezclamos bien y después añadimos 4 cucharadas soperas del agua de la cocción, mezclamos y se lo echamos por encima a los lomos de bacalao, a las patatas y a la coliflor, y listo para servir y disfrutar.

Pues con el deseo de que la receta de hoy haya sido de vuestro agrado, me despido hasta la próxima.

Un abrazo.

viernes, 18 de noviembre de 2022

Paella Marinera


Pocas recetas se identifican más con nuestro país que la paella, y aunque en el blog ya tenía publicada la receta de una paella mixta, la receta de hoy es de una paella de marisco.

Diría que es una paella más para días de fiesta o celebración, por lo que os recomiendo que utilicéis marisco fresco de buena calidad, porque la diferencia en el resultado final lo justifica. En ese sentido si cuenta con el sello de "PescadeRías ¿de onde sinon?" la calidad y el manejo adecuado del producto es un hecho.

Otra cosa que os recomiendo es que empleéis Azafrán de La Mancha D.O.P. y no un colorante cualquiera o un azafrán de fuera de peor calidad. Si seguís los consejos que os recomiendo más abajo, os aseguro que le aportará el color suficiente a la paella, además de aroma.

Os dejo ya con la lista de los ingredientes que necesitáis para preparar esta rica paella.

Ingredientes (para 4 personas):

-4 tazas de arroz
-9 tazas de caldo de pescado
-300gr. de calamares
-12 mejillones
-12 langostinos (ó 12 cigalas pequeñas)
-12 almejas
-300gr. de berberechos
-1 pimiento morrón grande
-4 dientes de ajo
-1 tomate triturado
-1 vaso de guisantes frescos o congelados
-aceite de oliva virgen extra Abril
-28 hebras de azafrán D.O.P. La Mancha
-1 cucharada sopera de pulpa de pimiento choricero
-1 hoja de laurel

Para el caldo:

-Huesos de rape, o también morralla, o bien espinas, cabezas y colas de pescado que pedís a vuestra pescadera de confianza
-1 zanahoria
-1 puerro
-1 rama de apio
-sal
-agua

Preparación:

En primer lugar preparamos el caldo de pescado, para ello ponemos una olla al fuego con agua y añadimos el pescado elegido, el puerro, la zanahoria, la rama de apio, y la sal. Dejamos que se cueza durante 30 minutos aproximadamente. Antes de apagarle el fuego rectificamos de sal si fuese necesario y reservamos.

Aparte en una olla con un poquito de agua y una hoja de laurel abrimos los mejillones. Dejamos enfriar y retiramos la cocha de arriba, dejando solo la que está adherida a la carne del mejillón. Reservamos

Los berberechos y las almejas los tenemos en agua con sal al menos durante 2 horas para que suelten la arena, cada uno en un recipiente distinto. Después los lavamos bien bajo el grifo, escurrimos y reservamos.

Por otro lado colocamos la paella al fuego, añadimos aceite de oliva virgen extra con que apenas cubra la base de la paella y añadimos los langostinos, dejamos que se hagan un poco por un lado, y luego le damos la vuelta para que se hagan por el otro, y retiramos y reservamos. Después le toca el turno a los calamares, previamente limpiados y cortados en trozos (en mi caso en anillas). Dejamos que se hagan unos minutos, y retiramos y reservamos.

A continuación añadimos el pimiento morrón cortado en tiras, después de que haya estado unos minutos rehogándose a fuego bajo y ya esté blandito, añadimos los ajos picados, seguimos rehogando un par de minutos removiendo para que no se quemen los ajos, y después añadimos el tomate previamente triturado.

Cuando el líquido del tomate se haya consumido, es el momento de echar una cucharada de pulpa de pimiento choricero, removemos de nuevo el conjunto.

A continuación echamos 9 medidas de caldo de pescado previamente colado, y cuando levante el hervor añadimos los guisantes (si son congelados, los descongeláis primero), y después subimos el fuego al máximo, añadimos 4 medidas de arroz de grano redondo, si es arroz bomba mejor, pero nunca arroz de grano largo. Para medir el arroz usaremos la misma medida que la que utilizamos para medir el caldo, y procuramos que el arroz quede uniformemente repartido.

Justo después de añadir el arroz, añadiremos las hebras de Azafrán D. O. P. de La Mancha. Recomiendan emplear 7 hebras por persona, y en este caso como es una paella para 4 personas utilizaremos 28 hebras, y para aprovechar todo su aroma y el color que le aporta a la paella, primero aconsejan que se aplasten bien en el mortero, y a continuación se le añade medio vaso de agua caliente, y se deja infusionar unos 30 minutos, y luego en el momento de añadir el arroz, añadimos también el contenido del mortero, por lo que este paso ya hay que tenerlo preparado con antelación al momento de añadir el arroz.

Después de añadir el caldo, los guisantes, el arroz y el azafrán, toca añadir los berberechos y las almejas y dejamos cocer todo junto a fuego alto durante 5 minutos removiendo solo una vez al principio, y solo los justo para que quede bien repartido, y luego bajamos el fuego y colocamos por encima los langostinos, los mejillones y los calamares a modo de decoración, y dejamos cocer otros 15 minutos más, pero esta vez sin remover absolutamente nada porque de lo contrario el arroz suelta el almidón y no queda el grano suelto.

Transcurrido el tiempo de cocción, apagamos el fuego, y dejamos reposar unos diez minutos antes de servir cubierto con papel de aluminio.

Para terminar aclararos que la foto que ilustra este post es de una paella para dos personas, por eso veréis menos ingredientes de los que cito en la receta.

Y eso es todo. Nos volvemos a ver dentro de unos días.

Hasta pronto. Un abrazo.

miércoles, 12 de octubre de 2022

Brazo de gitano relleno de crema


La receta que os presento hoy, el brazo de gitano relleno de crema, me trae muchos recuerdos de la infancia, porque formaba parte de las sobremesas en casa, los días de fiesta, cuando había invitados.

Por entonces el brazo de gitano lo comprábamos en la panadería del pueblo, entre otras cosas porque en un día de fiesta bastante ajetreo hay de por sí en la cocina, cómo para pararse a preparar un dulce como este, que si bien es muy sencillo, tiene cierta elaboración, aunque la parte buena es que parte del proceso se puede hacer la víspera, o incluso la. Yo es lo que suelo hacer, la antevíspera preparo la crema pastelera, la víspera monto la nata y horneo la plancha de bizcocho, y el propio día solo tengo que montarlo y decorarlo al gusto.

Pero lo mejor es que os pase a explicar la receta. De entrada para un brazo de gitano como el de la foto, que da perfectamente para unas diez raciones generosas, necesitaréis los siguientes

Ingredientes:

Para la plancha de bizcocho

-8 huevos medianos
-125gr. de harina común de todo uso
-125gr. de azúcar
-1 pizca de sal
-1/2 sobre de levadura tipo Royal

Para la crema pastelera

-500gr. de leche entera
-40gr. de maicena
-1 vaina de vainilla
-2 yemas de huevo

Para el decorado

-nata montada o merengue suizo
-azúcar glas
-guindas en almíbar

Preparación:

Empezaremos preparando la crema pastelera, para ello lo primero que haremos es abrir la vaina de vainilla longitudinalmente por la mitad y con la punta de un cuchillo raspar los granos que contiene en su interior, añadir la vaina y los granos a un cazo junto con la leche y ponerla al fuego hasta que empiece a hervir. En ese momento apartamos del fuego y dejamos en infusión hasta que enfríe. Después pasamos por un colador para retirar los restos de vainilla, y medimos 500ml. de leche que es la que necesitamos para esta receta (recalco esto porque la leche al hervir, parte se evapora, de modo que os aconsejo que cuando la pongáis al fuego añadáis un poco más de la necesaria para compensar esa merma)

Seguidamente añadimos las yemas a un cuenco y el azúcar, y batimos bien hasta que blanqueen, después añadimos la leche infusionada y la maicena, batimos bien todo el conjunto hasta conseguir una mezcla homogénea, y ponemos de nuevo a fuego bajo, removiendo constantemente hasta que espese, en ese momento, apagamos el fuego, y cubrimos con papel film para que no haga costra al enfriarse. Reservamos en el frigorífico hasta el momento de utilizarla.

El siguiente paso consiste en preparar la plancha de bizcocho, para ello añadimos a la batidora tipo kichenaid los huevos, el azúcar y una pizca de sal, y batimos por espacio de 10 minutos aproximadamente, hasta que la mezcla doble el volumen inicial.

Seguidamente retiramos el recipiente de los huevos de la máquina, y con un batidor manual de varillas vamos integrando con movimientos envolventes la harina previamente tamizada y la levadura en polvo, procurando que no quede ningún grumo.

A continuación vertemos la mezcla en la bandeja del horno sobre papel sulfurizado para que no se pegue, y horneamos con el horno precalentado a 180º C, en la parte central del mismo, con calor arriba y abajo.

Cuando esté hecho, retiramos del horno, y cortamos otro trozo de papel sulfurizado del tamaño de la plancha del bizcocho, lo colocamos por encima, y luego lo vamos enrollando en caliente, a la vez que vamos despegando el papel que tenía por abajo.

Guardamos enrollado hasta que enfríe.

Por último rellenamos con la crema pastelera que teníamos reservada, enrollamos de nuevo y espolvoreamos la superficie azúcar glas, después decoramos al gusto con nata montada o bien con merengue suizo y  se termina con unas guindas en almíbar.

Abajo os dejo una foto del corte, ¿no me digáis que no resulta apetecible? Pues animaros a prepararlo, que no es nada difícil, y dejando el bizcocho horneado la víspera y la crema hecha, el trabajo que da es muy llevadero.


Pues con esto me despido por hoy. Espero volver pronto con una nueva receta.

Hasta entonces. Que seáis muy felices.

Un abrazo.