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miércoles, 12 de febrero de 2020

Botelo con grelos y patatas


El tiempo pasa muy deprisa, y ya tenemos a la vuelta de la esquina el Carnaval (Entroido como lo llamamos aquí en Galicia)

En nuestra tierra esta época se vive muy intensamente, también en lo referente a la gastronomía, y es ahora cuando los cocidos con verduras de la huerta (generalmente grelos y en menor medida repollo) y los productos de la matanza del cerdo (lacón, orella, chorizos, botelo, androlla, etc.)  tienen más demanda.

El cocido que os traigo hoy tiene como ingrediente principal un embutido que recibe el nombre de botelo, y que es muy típico de localidades como la lucense de A Fonsagrada, y sobre todo  la orensana de O Barco de Valdeorras. En esta última celebran todos los años en el mes de enero la fiesta gastronómica del botelo, cuya finalidad es exaltar las virtudes gastronómicas del producto estrella de esta tierra,  el cual cuenta con la distinción de “Indicación Geográfica Protegida de Botelo de Galica” desde el año 2009, y cuya fiesta de exaltación ha ido creciendo en aceptación y número de visitantes desde su primera edición allá por el año 2001, lo que le ha permitido en el año 2014 ser reconocida como “Fiesta de Interés Turístico de Galicia”

Para los que sois de fuera de Galicia y no conocéis este embutido, deciros que se elabora a base de piezas troceadas del despiece del cerdo, fundamentalmente costillas, condimentadas y embutidas en el estómago del animal, que luego es ahumado y semicurado.

Y después de esta breve introducción, paso a detallaros los ingredientes que necesitáis para preparar este rico cocido con botelo. Son los siguientes:

-1 botelo de 1kg. aproximadamente
-1  trozo de carne salada de cerdo (en esta ocasión utilicé costilla)
-1 manojo grande de grelos frescos (con la cocción merman mucho) ó 1 repollo mediano
-1kg. de patatas

Preparación:

Ponemos el botelo y la carne, previamente desalada, en una olla bastante grande y alta, y cubrimos con agua hasta que falten como tres dedos para el borde. Llevamos al fuego y dejamos cocer lentamente por espacio de unas dos horas aproximadamente.

Entretanto limpiamos bien los grelos enteros (si usamos repollo, cortado en hojas) bajo el grifo del agua fría (vigilando que no se cuele ningún intruso, jeje...) y reservamos.

Aparte pelamos las patatas, las lavamos y las reservamos enteras.

Transcurridas las 2 horas, tanto la carne como el botelo ya deberían estar cocidos, de manera que los retiramos a un plato y retiramos también  parte del agua de cocción de las carnes y el embutido a una olla más  pequeña y ponemos al fuego.

En la olla grande añadimos los grelos limpios y enteros, y  encima le ponemos el botelo para que le haga peso y no suban a la superficie.

En la olla pequeña añadimos la patatas que teníamos peladas. Se añaden enteras y se deja hervir al fuego, tanto la olla de las patatas como la de los grelos hasta que estén perfectamente cocidos. En los últimos minutos de cocción comprobamos la sal tanto de la verdura como de las patatas, y después retiramos a unas fuentes, y vamos sirviendo las patatas por un lado, los grelos por otro, y  la carne junto con el botelo, previamente abierto por la mitad, por otro.

En casa nos gusta prepararle un sofrito con un par de dientes de ajo fileteados y aceite de oliva. Cuando el ajo empieza a tomar color retiramos la sartén del fuego, le añadimos  una cucharadita de pimentón dulce de calidad, removemos bien, y ese sofrito se lo echamos a la verdura y a las patatas por encima.  
En la foto apenas se aprecia el sofrito, pero tened en cuenta que no se trata de hacer un gran sofrito que le reste protagonismo a los grelos y a las patatas, sino de enriquecerlos.

En esta ocasión como me sobró caldo de la cocción del botelo y de la carne para después cocer la verdura y las patatas, ese caldo que me sobró lo puse en otra olla, la puse al fuego, y cuando comenzó a hervir le añadí unos fideos finos, y así de primero tomamos una rica sopa, que cuando hace frío sienta muy bien y sabe a gloria.

Realmente en este tipo de plato nos se desaprovecha nada, pues al día siguiente como nos sobró carne y botelo, pues solo somo tres personas en casa, piqué bien las sobras y con una bechamel hice unas deliciosas croquetas de cocido, pero esas os pondré la receta en otra ocasión.

Y poco más, espero que os haya gustado mi receta de hoy, y si tenéis la oportunidad de conseguir un botelo no dudéis en ponerla en práctica, en caso contrario si venís de visita a Galicia  en época de cocidos os aconsejo que no os vayáis sin probar esta exquisitez.

Un beso, nos vemos dentro de unos días. Mientras tanto sed felices.

lunes, 21 de noviembre de 2016

Caldo gallego


Por fin ha llegado el frío y la lluvia, aunque ésta última yo la verdad no la echaba de menos, y eso que este año en Galicia no nos podemos quejar porque hemos tenido un otoño muy seco y caluroso, aun queda un mes para que finalice, pero un poco de frío ya lo echaba en falta... Además  las navidades están ahí a la vuelta de la esquina y no era cuestión de comer el turrón en mangas de camisa ;)

Pues bien, la receta que os traigo hoy, el caldo gallego, también necesita de un tiempo invernal para que podamos disfrutar plenamente de su sabor... Recuerdo que el año pasado a finales de junio, comí en un restaurante en el que ofrecían caldo gallego a un grupo de turistas que venían en autobús en una excursión organizada,  encima aquel día hacía un sol de justicia,  y no sé qué recuerdo guardarían aquellos turistas del caldo gallego, pero no creo que sea el mejor de los posibles. Por muy rico que estuviese, el caldo gallego, igual que la sopa castellana, la fabada asturiana, el cocido, etc. son platos que apetecen más y sientan mejor cuando hace frío, cada cosa tiene su momento, y por muy típicos  que sean no es lo más adecuado servirlos en según qué época, pero bueno, tampoco lo critico, precisamente por ser platos típicos la gente de fuera los demanda durante todo el año.

El caso es que ahora el frío llegó, y en mi huerta tengo unas nabizas preciosas, así que el otro día hice el primer caldo de la temporada, que me supo a gloria y me sentó aun mejor. Os comparto la receta por si os animáis a prepararlo en casa.

Ingredientes (para 8 personas)

-250gr. de alubias blancas
-500gr. de costilla de cerdo salada (sirven también otras partes del cerdo, como el morro, un trozo de lacón, etc. pero que sean salados)
-50gr. de unto
-6 patatas medianas o 4 grandes
-1 manojo de nabizas o grelos (en su defecto pueden utilizarse berzas o incluso repollo aunque el sabor varía mucho)
-1 chorizo (opcional)
-7 litros de agua (aproximadamente)

Para el sofrito (opcional):
-aceite de oliva virgen extra
-1/4 de cebolla
-1 cucharadita de pimentón dulce de calidad

Preparación:

La víspera dejamos las alubias en remojo en agua fría durante toda la noche. Al día siguiente echamos unos 7 litros de agua fría en una olla, añadimos las alubias que teníamos en remojo bien escurridas, la carne, el chorizo (yo casi nunca le echo chorizo al caldo, pero mucha gente lo hace), y el unto. Ponemos la olla al fuego, y dejamos que hierva durante una hora aproximadamente. Pasado ese tiempo retiramos la carne, y el chorizo a un plato, y añadimos la patatas cortadas menudas como si fueran para tortilla pero un poco más gruesas, y en rodajas no muy grandes. Cuando la olla levante el hervor después de añadirle las patatas, añadimos las nabizas bien limpias, y cortadas finamente y dejamos que cueza todo junto unos 15 minutos aproximadamente. Mientras preparamos el sofrito. 

Llegados a este punto he de aclarar que normalmente el caldo se sirve sin ningún sofrito, si bien yo en mi casa he visto que mi madre siempre le preparaba un sofrito al final, y está riquísimo así. A mí me gusta más con sofrito que sin él, por eso al gusto de cada uno. Para el sofrito echamos aceite de oliva en una sartén y picamos en juliana un trozo de cebolla (1/4 aproximadamente) y la añadimos a la sartén. Ponemos al fuego, y cuando la cebolla comience a tomar color retiramos la sartén del fuego, esperamos unos instantes para que el aceite pierda algo de temperatura y luego añadimos la cucharadita de pimentón, removemos y acto seguido se lo añadimos al caldo, lo removemos todo junto, le apagamos el fuego, retiramos el unto, y dejamos reposar con la olla tapada unos diez minutos. Después ya lo podemos servir, preferiblemente en unos cuencos de barro como manda la tradición, y en cuanto a la carne la servimos en una fuente aparte para que cada comensal se sirva al gusto.


Cuando hago caldo en casa utilizo una olla grande, luego lo guardo en tuppers en el frigorífico, y  así tengo caldo para varios días, además  el caldo es de esos platos que está mejor el día siguiente que el día que se prepara, es como si se “asentasen” mejor los sabores.

Espero que os haya gustado. Nos vemos de nuevo en unos días.

sábado, 7 de mayo de 2016

Revuelto de grelos con jamón y gambas


La de hoy es una receta de aprovechamiento porque sirve para dar salida a los grelos que nos hayan sobrado del cocido, pero al mismo tiempo, y pese a que no es un plato muy fotogénico, es digno de un banquete de fiesta, porque como diría Arguiñano está rico rico...

Como ocurre con todos los revueltos, es un plato muy sencillo de elaborar, de modo que si tenéis invitados en casa y no queréis complicaros mucho la vida tomad nota de esta receta porque con este revuelto triunfaréis seguro.

Los grelos son una verdura que fuera de Galicia no es fácil de encontrar fresca, pero los que tengáis ese problema podéis echar mano de los grelos en conserva, el resultado va a ser el mismo, de hecho en esta ocasión yo utilicé un bote de grelos en conserva.

Vamos con la receta

Ingredientes(para 4 personas):

-500gr. de grelos cocidos o en conserva
-8 huevos
-300gr. de gambas peladas
-200gr. de jamón serrano
-3 dientes de ajo
-aceite de oliva virgen extra

Preparación:

En primer lugar cubrimos el fondo de una sartén antiadherente con aceite de oliva virgen extra y echamos los tres dientes de ajo picados finamente, cuando empiecen a dorarse echamos las gambas y con una cuchara de madera removemos de vez en cuando hasta que estén cocidas y se haya consumido todo el agua que sueltan.

Entonces añadimos el jamón serrano cortado en trocitos pequeños, mezclamos con las gambas y acto seguido añadimos los grelos bien escurridos y cortados en tres ó cuatro trozos, seguimos rehogando todo junto hasta que veamos que el agua que le haya podido quedar a los grelos se ha consumido.

A continuación añadimos los huevos batidos, y removemos constantemente hasta que el huevo esté cuajado, procurando que nos quede un revuelto jugoso, ni muy líquido ni muy seco.

Comentaros que el peso de los grelos que figura en la lista de ingredientes, es el peso escurrido. El peso neto del bote que utilicé era de 800gr.

El secreto de este sencillo plato es encontrar el punto exacto del revuelto, lo que os decía en líneas anteriores, ni líquido ni excesivamente seco. Lo primero se consigue escurriendo muy bien los grelos, y dejando que el agua que les pueda quedar se consuma luego en la sartén cuando los rehogamos, lo mismo con las gambas, debemos dejar que se consuma todo el líquido que sueltan al echarlas en la sartén. 

Y para evitar que nos quede un revuelto muy seco, es cuestión de ir vigilando la cocción del huevo, y en cuanto esté cuajado retirar la sartén del fuego.

Un abrazo.