martes, 19 de mayo de 2020

Croquetas de cocido


Hoy en mi tierra hace un tiempo maravilloso, el cielo está totalmente despejado, luce un sol radiante y la temperatura es muy agradable, pero no hace mucho, la cosa era muy distinta, no paraba de llover y hacía frío, de modo que todavía apetecía un cocido, y fue lo que hice hace unos días, porque tenía un repollo en la nevera y no sabía muy bien qué hacer con él, y como era pequeño al final decidí comprar otro para acompañarlo en un cocido, que  por cierto,  nos supo a gloria, quizás porque pocas veces lo preparamos y cuando lo comemos nos encanta.

Pese a que estaba muy rico, ya sabemos lo que pasa con los cocidos, siempre quedan restos, y la mejor manera de reciclarlos es incorporarlos a unas croquetas.

Y qué croquetas... A mí me gustan todas, pero las de cocido son de mis favoritas.

Si nunca las hicisteis, y os apetece intentarlo, a continuación os detallo la lista completa de los ingredientes y el proceso de elaboración tradicional y en thermomix, para que veáis cómo las preparo yo. Animaros, repetiréis muchas veces, estoy segura.

Ingredientes:

-800gr. de leche entera a temperatura ambiente
-120gr. de mantequilla
-190gr. de harina de todo uso
-1 cucharada de nuez moscada molida
-1 pizca de pimienta negra molida
-sal al gusto
-80gr. de cebolla
-50gr. de aceite de oliva
-restos del cocido
Para el rebozado:
-harina
-huevo batido
-pan rallado

Preparación tradicional:

Lo primero que haremos será poner  una sartén al fuego,  cubrimos el fondo de la misma con aceite de oliva virgen extra, y añadimos la cebolla picada finamente, rehogamos duarte unos minutos hasta que la cebolla coja un color transparente, después añadimos los restos del cocido también picados lo más finamente posible, mezclamos bien durante un par de minutos y reservamos.

Aparte hacemos la bechamel, para ello fundimos la mantequilla en una sartén  o en una olla, cuando esté derretida, añadimos la harina y con una cuchara de madera, removemos sin parar durante unos minutos para que se cueza y  no quede un engrudo.

Cuando la harina esté bien rehogada, vamos añadiendo la leche poco a poco sin dejar de remover hasta que nos quede una masa sin grumos y muy cremosa. En el momento de añadir la leche, incorporamos también la sal, una cucharada de nuez moscada molida  y una pizca de pimienta negra molida.

Por último cuando tengamos la bechamel hecha, mezclamos los restos del cocido que habíamos rehogado junto con la cebolla y teníamos reservados, integramos todo bien, y lo pasamos a un tupper, dejamos que enfríe un poco, y luego lo guardamos durante 24 horas en el frigorífico para que cuaje bien y nos sean fáciles de hacer las croquetas.

Por cierto, ¿sabéis cómo se denomina el proceso de formar las croquetas? Pues recibe el nombre de LIAR, así que ahora que ya tenemos la masa de las croquetas bien fría, vamos a liarlas.

Pero ojo, queremos liar las croquetas, no queremos liarla en la cocina, y un problema que tiene mucha gente cuando va freír las croquetas es que se le abren en la freidora. Para evitarlo os doy unos consejos.

-Mejor darle un rebozado doble, así la superficie en contacto con el aceite es más resistente, aunque para mi gusto con el rebozado doble no están tan ricas, y añadimos más calorias.
-Si las congeláis (congelan perfectamente), tenéis que dejarlas descongelar a temperatura ambiente antes de freírlas.  
-La temperatura del aceite es importante, conviene que esté a una temperatura constante tirando a alta, para ello os aconsejo que friáis las croquetas en pequeñas tandas, yo nunca frío más de cuatro croquetas juntas, porque si se añaden muchas de una vez la temperatura del aceite baja.

Dicho esto, ahora sí, vamos a liar las croquetas, para ello tomamos porciones de masa con la ayuda de dos cucharas (yo lo hago directamente con  las manos bien limpias, es más rápido y quedan mejor, más regulares) y le damos forma de croqueta, luego las pasamos por harina, escurrimos muy bien, y a continuación las pasamos por huevo batido y luego por pan rallado, y si queréis darle doble rebozado, de nuevo un baño en huevo batido y luego otra vez pan rallado, y ya están listas, o bien para freír en el momento, o para congelar.

Preparación en Thermomix:

Si tenéis thermomix, esta receta es mucho más fácil, no porque por el método tradicional sea difícil, pero sí que es mucho más laborioso y más lento, de modo que si tenéis este robot mágico para esta receta es ideal. Yo desde que lo tengo, hace ya unos años, hago muchísimas más croquetas que antes.

Os dejo con los pasos sin más dilación

1-Ponemos los restos del cocido en al vaso y los picamos programando Turbo a 1 segundo/5 veces consecutivas. Si no están bien picados repetimos la operación. Luego retiramos a un bol y reservamos.
2-Sin lavar el vaso, añadimos la mantequilla, la cebolla y el aceite, y troceamos 2 segundos /velocidad 5, luego bajamos los restos al fondo con la espátula, y repetimos la operación las veces necesarias hasta que la cebolla esté bien picada en trozos regulares.
3-Sofreímos programando 4 minutos/temperatura 120º/velocidad 1
4-Añadimos la harina y sofreímos 4 minutos/120º/velocidad 2
5-Incorporamos la leche, la nuez moscada, la pimienta molida y la sal, y mezclamos programando 10 segundos/velocidad 6
6-Agregamos dos cucharadas de los restos del cocido que teníamos picados, y programamos 8 minutos/120º/velocidad 4
7-Retiramos todo a un recipientes amplio y no muy alto, y con la ayuda de la espátula o de una cuchara añadimos todos los restos del cocido que nos quedaban, mezclamos bien, dejamos enfriar un poco, y luego cubrimos con papel film para que no forme costra, dejamos en la nevera mínimo 8 horas para que esté la mezcla bien fría y sean fáciles de formar las croquetas, y el resto del proceso es el mismo que por el método tradicional, es decir, rebozar en harina, huevo y pan rallado, y después freírlas o congelarlas.

Llegados a esto punto, solo deseo que la propuesta de hoy haya sido de vuestro agrado. Dentro de unos días volveré con una nueva receta. Que seáis muy felices mientras tanto.

Un abrazo

martes, 12 de mayo de 2020

Dorada al horno


Después de un par de propuestas dulces, hoy os traigo una receta salada. En este caso de pescado, en concreto la dorada, que además de rica es muy económica, si es de piscifactoría, claro está...

Sobre si es preferible el pescado de piscifactorías o el “salvaje”, a mí a estas alturas cada vez me ofrecen más confianza los productos de acuicultura. No es lo mismo comer un pescado criado en estas instalaciones, que comer un pollo de granja. Los peces tienen más libertad de movimientos, y en cuanto a la alimentación se supone que está muy controlada, con lo cual problemas como el anisakis, o el mercurio presente en determinadas especies marinas, desaparecen.

 En nuestros tiempos la acuicultura resulta de vital importancia para la sostenibilidad marina, sin la cual  algunas especies se verían en peligro, no solo por la actividad humana, sino también por otras especies con las que convive.

Las doradas procedentes de piscifactoría suelen ser de ración, más pequeñas que las pescadas en el mar, de todos modos con los demás ingredientes que lleva la receta, creo que media dorada por comensal es suficiente, por lo que necesitareis dos doradas para cuatro comensales.

Os detallo a continuación la lista completa de los ingredientes(4 personas):

-2 doradas de ración
-4 patatas
-1 pimiento rojo
-1/2 pimiento verde (yo en esta ocasión no lo puse porque no lo tenía)
-2 cebollas 
-2 dientes de ajo
-1 tomate
-1/2 limón
-sal
-aceite de oliva virgen extra

Preparación:

Yo le pido al pescadero que me limpie las doradas, sino lo tenéis que hacer en casa, y luego desescamarlas. Esto último  para mí  es fundamental, pues no me gusta nada encontrar escamas del pescado en la comida.

Una vez que tengamos las doradas limpias y descamadas, las salpimentamos y reservamos.

Aparte echamos abundante aceite de oliva virgen extra en una sartén honda, la ponemos a fuego fuerte, y cuando el aceite está caliente echamos las patatas (en dos tandas) cortadas en rodajas un poco gruesas, y cuando empiecen a dorarse las echamos en una fuente apta para el horno. Salamos y reservamos.


Bajamos el fuego de la sartén y en el mismo aceite en el que hemos freído las patatas, añadimos los pimientos cortados en tiras longitudinales, los pochamos durante unos cinco minutos, y luego añadimos los ajos cortados en láminas y las cebollas cortadas en juliana fina, salamos el conjunto, y seguimos pochando pimientos, ajos y cebollas, removiendo de vez en cuando, hasta que las cebollas adquieran un color transparente.


Con una espumadera pasamos los pimientos y cebollas a la fuente sobre las patatas.


Encima colocamos un tomate crudo bien lavado y cortado en rodajas muy finitas, y encima de todo ponemos las doradas, a las cuales previamente hacemos tres cortes transversales en la parte de arriba y en cada corte colocamos media rodaja de limón.

Por último regamos con parte del aceite sobrante,  y llevamos la fuente al horno, en la parte central, con fuego arriba y abajo a unos 180º  durante unos 20 minutos aproximadamente.


Como veis es una receta muy sencillita, y muy rica. En casa la preparo con mucha frecuencia, porque nos encanta a los tres.

Y con esto termino por hoy. Dentro de unos días volveré con una nueva receta. Hasta entonces, que seáis muy felices.

Un abrazo.