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miércoles, 18 de enero de 2023

Yogur Griego con Manzanas Asadas



Para el primer post de este 2023, he elegido una receta dulce, muy fácil de preparar y absolutamente deliciosa.

Se trata de un yogur griego con manzanas asadas, muy suave y cremoso, y con una mezcla de sabores del propio yogur, con la manzana y el toque de canela que le añadí, que lo convierte en irresistible. La verdad es que la foto no le hace justicia.

El pasado domingo asamos un pollo en el horno de leña. Es un horno de barro de Pereruela (Zamora) que le compramos hace unos años a Paqui de La Fábrica de Pereruela. Esos hornos mantienen la calor muchas horas, para que os hagáis una idea, el pollo lo horneamos para comer a mediodía y al día siguiente por la mañana todavía mantenía algo de calor. Por eso después de los asados casi siempre dejamos algo dentro, y el otro día metimos unas manzanas, porque tanto a mi marido como a mí nos encantan las manzanas asadas. Algunas las comimos así sin más, y otras las reservé para preparar estos yogures.

Os dejo a continuación la lista de ingredientes y después os comento cómo preparé las manzanas asadas y los yogures.

Ingredientes:

Para las manzanas asadas

-6 manzanas (las mías Golden)
-2 vasos de agua (si es en horno eléctrico llegará un vaso)
-130gr. de azúcar
-1 trocito de mantequilla cortada en cubitos (opcional)
-1 pizca de canela molida

Para los yogures (7 unidades)

-1 yogur natural
-250ml. de nata de montar
-550ml de leche entera
-1 cucharada sopera de azúcar
-6 manzanas asadas

Preparación:

Lo primero lógicamente es asar las manzanas, para ello las lavamos bien bajo el grifo, luego le hacemos un corte en la piel transversalmente y si lo preferís le sacáis el corazón y repartir en el interior unos cubitos de mantequilla. Yo en esta ocasión ni le saqué el corazón ni le añadí mantequilla.
  
Ponemos las manzanas en una bandeja, añadimos el azúcar y el gua, y las metemos en el horno hasta que estén asadas.

En mi caso como el horno todavía tenía una temperatura muy alta, las cubrí con papel aluminio para que no se quemara la piel, pero si las asáis en horno eléctrico, no creo que os haga falta, ni tampoco necesitaréis tanta agua, con un vaso o incluso algo menos pienso que será suficiente, porque en los hornos eléctricos no se evapora tanto como en los de leña.

En el horno eléctrico las ponéis a media altura, con calor arriba y abajo, y a 180º aproximadamente, durante unos 35 minutos más o menos, hasta que veáis que tienen un bonito color dorado.

Una vez asadas las dejáis enfriar, y si las queréis comer así, las podéis servir acompañadas con un rosetón de nata montada por ejemplo, y espolvoreadas con una pizca de canela molida y regado por encima con el almíbar que sueltan en el horno.



Si las vamos a emplear para la base de los yogures, le retiramos los rabitos y el corazón si no lo habíamos hecho antes de hornearlas, las cortamos en trocitos (en mi caso también la piel, porque me gusta la piel de las manzanas asadas, pero si nos os gusta encontrarla en los yogures la retiráis), mezcláis con el almíbar que sueltan y con una pizca de canela molida, y repartís la mezcla en los vasos de la yogurtera. Reservamos.

Aparte preparamos el yogur, para ello ponemos al fuego la leche, la nata y el azúcar, y cuando esté a punto de hervir apagamos el fuego, dejamos que entibie y cuando esté a 37ºC, añadimos el yogur, mezclamos bien y repartimos en los vasos de yogur, encima de la manzana asada.

Por último, ponemos los vasos dentro de la yogurtera, y la dejamos encendida durante unas 10 horas aproximadamente. Pasado ese tiempo, ya estará los yogures perfectamente cuajados, tapamos los vasos de los yogures, y los dejamos en el frigorífico para que enfríen completamente, mínimos 4 horas, aunque yo los dejo de un día para otro. Y después a disfrutar de un postre, sano y muy rico.

Si no tenéis yogurtera, podéis prepararlos en el horno, en unos vasos de cristal. La temperatura del horno ha de estar en torno a los 37ºC durante todo el proceso, sin exceder nunca los 45ºC, porque a temperaturas superiores a esa, las bacterias encargadas de transformar la lactosa de la leche en ácido láctico muere.

Esto ha sido todo por hoy. Gracias por leerme.

Un abrazo.

jueves, 6 de enero de 2022

Flan de turrón sin horno


Hoy ha sido día de Reyes, y con esta festividad terminan las fiestas navideñas, pero seguro que en muchos hogares quedan restos de turrón por la despensa, así que para el primer post del año elegí un flan de turrón rapidito, que sirve para dar salida a esos restos de turrón. En nuestro caso, fue el postre de hoy, además del típico roscón de reyes que no puede faltar este día.

Este flan se puede hacer en el horno con una mezcla de huevos y leche, pero después de hornear los roscones (hice seis en total, uno para nosotros y los demás para regalar), quería aligerar trabajo en la cocina, y para eso esta es la receta perfecta.

Paso ya a detallaros la lista de ingredientes:

-600ml. de leche entera
-400ml. de nata líquida
-150gr. de turrón de Jijona (turrón blando)
-1 caja de flan Royal de 8 raciones
-1 cucharadita de vainilla líquida
-granillo de almendra para adornar

Preparación:

En primer lugar caramelizamos el molde elegido con el caramelo líquido que viene en la caja del preparado para flan de Royal.

Seguidamente echamos en una olla el turrón desmenuzado en trozos con las manos, la leche, la nata y la vainilla líquida, y trituramos todo con el turmix.

Después ponemos la olla a fuego bajo-medio, y removemos de vez en cuando para que no se peque abajo. Cuando esté a punto de hervir (pero sin llegar a hervir) retiramos del fuego, vertemos el contenido de la olla en el molde, y esperamos a que enfríe y cuaje. Después lo llevamos a la nevera para que esté bien frío, y en el momento de servir solo queda desmoldarlo y adornarlo al gusto, en mi caso le puse granillo de almendra, y unos adornos navideños.

Pues con esta receta termino por hoy. Nos vemos en unos días con una nueva propuesta.

Un abrazo 

lunes, 27 de septiembre de 2021

Flan de huevo


En alguna ocasión os he hablado de mis gallinas felices, pues ellas me permiten elaborar dulces exquisitos como el que os muestro hoy, el flan de huevo, esta vez en tamaño extra grande. Hace tanto que saqué la foto que no recuerdo cuando lo preparé, pero supongo que había invitados ese día porque normalmente lo hago en otra flanera más pequeña.

Es de mis postres favoritos, y ya sabéis que no tiene ninguna complicación, simplemente es batir la mezcla y cocerla en el horno al baño María hasta que cuaje.

La diferencia en el resultado final vendrá dada por la utilización de un caramelo casero, el empleo de huevos ecológicos o camperos, porque aparte de tener mejor sabor tienen menos agua, y también el empleo de leche entera, que le aportará más cremosidad.

Si os gusta darle más aroma, podemos optar por infusionar la leche con canela en rama y cáscara de limón, o con una vaina de vainilla.

Luego habréis visto flanes con burbujas en su interior y otros sin ellas, eso va por gustos, y dependerá de la temperatura del agua que utilizamos para el baño María, el que las tenga o no. Si queréis un flan con una masa compacta sin agujeritos, el agua no puede llegar a hervir en el horno, por lo tanto necesitaréis más tiempo de horneado y a una temperatura inferior, de 150º a 160º. Por el contrario si queréis un flan con burbujas, tenéis que hornearlo a 180º.

Para preparar este postre tan delicioso necesitáis los siguientes ingredientes:

Para el caramelo
-120gr. de azúcar
-unas gotas de zumo de limón

Para el flan
-10 huevos
-1 litro de leche
-150gr. de azúcar

Opcional
-1 rama de canela
-cáscara de un limón

O bien
-1 vaina de vainilla

Preparación:

Comenzaremos por preparar el caramelo, para ello ponemos un recipiente al fuego, añadimos el azúcar y unas gotas de limón, y dejamos al fuego hasta que empiece a coger un ligero color dorado, a partir de ahí vamos removiendo poco a poco hasta que todo el azúcar esté disuelto, y en ese momento retiramos del fuego y cubrimos la base y las paredes de la flanera ó flaneras individuales. Reservamos.

Si optáis por aromatizar la leche, empezamos por ponerla en un cazo al fuego (tened en cuenta que debéis echar algo más de un litro, porque al hervir, parte se evapora), añadimos una rama de canela y la cáscara de un limón (sólo la parte amarilla), o bien una rama de vainilla abierta por la mitad, y retirándole los granos con un cuchillo (se añade todo, los granos y la vaina).Cuando la leche levante el hervor, apagamos el fuego, y dejamos que enfríe para que vaya cogiendo el aroma de la canela o la vainilla según el caso.

Una vez que tengamos la leche fría, la pasamos por un colador para retirar la canela y el limón, o la vaina de vainilla, según lo que hayamos utilizado.

A parte batimos los huevos, disolvemos el azúcar en la leche y mezclamos con los huevos, y finalmente vertemos la mezcla en la flanera y horneamos al baño María hasta que haya cuajado. En ese momento retiramos del horno, dejamos enfriar a temperatura ambiente, y luego lo dejamos en la nevera porque es bien fresquito cómo más rico está.

Si lo hacéis de un día para otro estará mejor si cabe, porque se asientan los sabores.

Se desmolda en el momento de servir.

Hasta pronto. Saludos

domingo, 11 de octubre de 2020

Tarta de queso del restaurante La Viña (San Sebastián Cheesecake)

Después de más de un mes sin publicar, hoy vuelvo con una nueva receta, y esta vez con una propuesta dulce que seguro que la mayoría ya conocéis, se trata de la afamada tarta de queso del restaurante La Viña de San Sebastián

Fijaros si es famosa que es considerada una de las mejores tartas de queso del mundo, pues además de arrasar en las redes, su fama traspasa fronteras llegando incluso a países como Japón o Turquía. En el extranjero la conocen como San Sebastián Cheesecake.

En el restaurante la Viña del casco viejo de San Sebastián llevan muchos años preparándola, y en el 2018 fue reconocida como la mejor tarta de queso de España.

Si os gustan las tartas de queso, en especial las horneadas, no dejéis de hacerla porque no tiene ninguna dificultad y estoy segura de que os encantará.

Los ingredientes necesarios para elaborarla son:

-600gr. de queso crema philadelphia
-300ml de nata líquida de montar (35% M.G.)
-230gr. de azúcar
-4 huevos grandes
-15gr. de harina

Preparación:

En un cuenco batimos el queso crema y el azúcar con unas varillas, cuando estén mezclados añadimos los huevos ligeramente batidos y removemos hasta que esté todo integrado. No necesitamos introducir aire en la mezcla, simplemente se necesita que quede una mezcla homogénea.

Seguidamente añadimos la nata sin montar y la harina tamizada y batimos solo hasta que veamos que está todo mezclado y no queda ningún grumo de harina.

A continuación cogemos una lámina de papel sulfurizado o papel de hornear, la mojamos bajo el grifo del agua fría, luego la arrugamos para escurrirle el agua, y con ella forramos el molde.

Con el horno precalentado a 180ºC con calor arriba y abajo, horneamos de 50 minutos a 1 hora, dependiendo de si queremos que salga con el centro cremoso o con cocción completa.

Durante la cocción en el horno la tarta sube mucho, y al sacarla bajará bastante, de todos modos para evitar que baje en exceso, una vez que esté cocida apagamos el horno, abrimos ligeramente la puerta, y la dejamos en el interior durante aproximadamente 5 minutos. Después la retiramos y la colocamos sobre una rejilla hasta que enfríe por completo.

Por último cuando esté fría la dejamos en la nevera durante 24 horas, para que se asienten los sabores. Se desmolda cuando se vaya a servir, es decir, después de pasar por el frigorífico, porque conviene que esté bien fría para evitar que se deforme al desmoldarla.

Como veis es una receta de lo más sencilla, con la que quedar de lujo cuando tengáis invitados en casa, sin pasar apenas trabajo y con la ventaja añadida de que se prepara con antelación.

Nada más por esta ocasión. Dentro de unos días os espero con una nueva receta.

Un abrazo

jueves, 23 de julio de 2020

Helado de plátano y mango


Dice el título de la película que las bicicletas son para el verano, y yo añadiría que los helados también.
La verdad es que en cualquier época del año están ricos, pero el placer de degustar un helado en una calurosa tarde de verano es único, y si encima es un helado casero, ya ni os cuento.

Os aseguro que si os acostumbráis a los helados caseros, 100% naturales, los industriales dejarán de gustaros, porque no tienen punto de comparación.

El que os presento hoy combina dos frutas que casan muy bien, el mango y el plátano. El primero le da el sabor característico de esta fruta que a mí tanto me gusta, y el plátano además de sabor le aporta una cremosidad increíble.

El resultado es un helado cremoso, con un sabor absolutamente delicioso y repleto de minerales como el potasio, el magnesio y el fósforo, y vitaminas de vital importancia para nuestro organismo como la vitamina C, E, B6, B9 (ácido fólico) y betacarotenos, unos pigmentos presentes en determinados alimentos que constituyen una fuente fundamental de vitamina A.

Si a lo anterior le añadimos el calcio de lo lácteos estamos ante un alimento rico y muy nutritivo que hará las delicias de grandes y pequeños, a quienes les podéis cumplir el capricho de tomar helados (con moderación obviamente) sin remordimientos. Además si se lo presentáis en unos moldes como los de la foto, de la firma Lekué,  les resultarán aun más apetitosos, y es que además tienen la ventaja de que son muy fáciles de desmoldar y apenas ocupan espacio en el congelador debido a que se pueden apilar unos encima de otros.

Vamos ya con la lista de los ingredientes:

-1 mango maduro
-2 plátanos de Canarias maduros
-125gr. yogur griego (1 yogur)
-200ml de nata líquida 35% M.G.
-100gr. de azúcar
-50gr. de azúcar invertido (receta aquí)

Preparación:

Echamos todos los ingredientes en el un recipiente y los trituramos con la batidora, luego guardamos la mezcla en el frigorífico para que enfríe durante al menos 4 horas. Yo suelo dejarla toda la noche y luego por la mañana preparo el helado.

Para la elaboración del helado, si vuestra heladera no dispone de compresor, el cuenco interior de la misma deberá permanecer 24 horas antes en el congelador. Transcurrido este tiempo estará ya listo para utilizar, para ello introducimos el cuenco en la heladera, y la ponemos en marcha, y a continuación con la máquina en marcha vamos vertiendo la mezcla que teníamos enfriando en el frigorífico, y se deja mantecando durante unos 30 minutos.

Trancurrido ese tiempo, introducimos el helado en moldes individuales y los guardamos en el frigorífico. También podemos guardarlo en un solo recipiente que sea apto para ir al congelador, como por ejemplo  en un tupper,  y luego ir sacando porciones a medida que se necesiten con una cuchara de helado.

En el caso de que no tengáis heladera podéis igualmente preparar este helado en casa, para lo cual una vez triturada la mezcla la ponemos en el congelador durante 2 horas, al cabo de este tiempo se empezará a notar el proceso de congelación, removemos la mezcla con una cuchara y devolvemos al congelador. Cuando hayan trancurrido 3 horas más repetimos el mismo proceso, volvemos a congelar de nuevo una vez más durante otras 3 horas, luego los sacamos, removemos bien y por último guardamos en moldes individuales o en un molde grande, y listo para disfrutar cuando más nos apetezca.

Cómo podéis ver más fácil imposible, así que no tenéis excusa para no preparar en casa este rico helado. Si os animáis seguro que repetís.

Si me lo permitís, esta receta se la dedico a mi adorado padre, que es hoy su cumpleaños. Felicidades papá. Te quiero y te echo mucho de menos. ¡Espérame!

Bueno, pues con un rico y refrescante helado de plátano y mango me despido por hoy. Dentro de unos días si nada lo impide volveré con una nueva receta. Mientras tanto solo me queda desearos que seáis muy felices.

Un abrazo

viernes, 31 de agosto de 2018

Panna cotta al aroma de vainilla con coulis de frambuesa


Llevo unos días fatal de la alergia, los que me seguís ya sabéis que de vez en cuando me quejo de este problema, lo llevo como puedo con extra de medicación los días más críticos, pero aun así cuesta atender los quehaceres diarios y más sentarse delante del ordenador aunque sea para compartir con los demás tu afición favorita. Sin embargo hoy que me ha dado tregua, aprovecho para presentaros una nueva receta, en este caso se trata de una receta dulce, la panna cotta, que siempre resulta apetecible, pero en verano todavía más si cabe, porque se toma fresquita y no es nada pesada. Acompañada con un coulis de frambuesa como la preparé en esta ocasión, se convierte en un manjar de dioses.

La panna cotta, que literalmente significa “nata cocida”, es un postre de origen italiano, concretamente de la región del Piamonte, y se cree que surgió para dar salida a los excedentes de nata. 

Tradicionalmente la nata se cocía al baño María, y  para que cuajara se utilizaban claras de huevo, salvando las diferencias, vendría a ser lo equivalente a un flan, pero sin yemas, y empleando nata en lugar de leche.

En la actualidad en cambio, es muy frecuente emplear gelatina para cuajar la nata, es una opción que da menos trabajo, y por tanto más rápida, si bien debemos usar la cantidad justa de gelatina para no convertir un postre suave y delicado como es la panna cotta, en un bocado de textura chiclosa.

Os indico las dos opciones, para que si os animáis a prepararla en casa escojáis la que más os guste, o mejor aun, para que probéis las dos y así  luego poder elegir con más criterio.

La que figura en la foto está hecha con gelatina, pues yo a pesar de que me encanta la cocina, y especialmente la repostería, también termino sucumbiendo a la comodidad, jeje...

Ingredientes para la panna cotta

-500ml. de nata para montar 35% M. G.
-5 claras de huevo ó en su defecto  5 hojas de gelatina
-100gr. de azúcar
-1 vaina de vainilla
-1 pizca de sal
-hojas de menta para decorar

Ingredientes para el coulis de frambuesa:
-250gr. de frambuesas frescas (reservar algunas para la decoración final)
-4 cucharadas de azúcar
-4 cucharadas de agua

Preparación tradicional de panna cotta con claras de huevo:

Echamos la nata en un cazo junto con el azúcar, la sal, y la rama de vainilla partida por la mitad a lo largo. Ponemos el cazo al fuego y lo retiramos justo cuando la nata comience a hervir, y dejamos enfriar. Cuando esté fría la mezcla retiramos la vaina de vainilla.

A continuación batimos las claras hasta que espumen un poco, muy poco realmente,  no se trata de que lleguen a montar,  y después las pasamos por un colador y las añadimos a la nata. Mezclamos todo bien, y seguidamente echamos esta mezcla en flaneras individuales ligeramente caramelizadas, y las llevamos al horno, a temperatura baja, en torno a 130º, con calor arriba y abajo, al baño María, procurando que el agua cubra aproximadamente ¾ partes de las flaneras. Las mantenemos en el horno por espacio de 1 hora aproximadamente, o hasta que veamos que están cuajadas. Luego retiramos la bandeja del horno y dejamos las flaneras dentro del agua hasta que enfríen por completo, y después las guardamos en el frigorífico durante 8 horas más ó menos.

Como os he dicho más arriba, para acompañar la panna cotta en este caso he utilizado un coulis de frambuesa, y para prepararlo echamos en un cazo todos los ingredientes, es decir,  las frambuesas, el azúcar y el agua, y ponemos a fuego medio, removiendo de vez en cuando para que no se pegue al fondo. Cuando empiece a hervir lo mantenemos al fuego durante 8 minutos, sin olvidarnos de remover a cada rato, y luego con la batidora trituramos la mezcla, dejamos enfriar y ya tenemos el coulis listo para servir como acompañamiento. Terminamos la decoración con unas frambuesas enteras que habremos reservado (yo me olvidé) y unas hojas de menta.

Preparación de panna cotta con gelatina.

Introducimos las hojas de gelatina en un recipiente con agua fría durante cinco minutos para que se ablanden.

Mientras en un cazo echamos la nata junto con el azúcar, la sal, y la rama de vainilla partida por la mitad longitudinalmente. Justo cuando alcance el punto de ebullición retiramos el cazo del fuego, y en ese momento añadimos las hojas de gelatina bien escurridas, removemos para que se mezcle bien y esperamos a que pierda algo de temperatura. Después retiramos la vaina de vainilla, echamos la mezcla en moldes individuales, esperamos a que termine de enfriar a temperatura ambiente, y por último dejamos cuajar en la nevera durante al menos 4 horas.

A la hora de servir el postre, sumergimos los moldes durante un par de segundos en agua caliente, procurando que ésta no entre en su interior, y para acompañar preparamos el coulis de frambuesa como os indico más arriba, y decoramos con unas frambuesas enteras y unas hojas de menta.

Y por hoy termino..., se nos fue agosto y empieza septiembre, un mes que marca  la vuelta a la rutina y a la normalidad, y yo espero también recuperar la rutina perdida y pasar a visitar las cocinas de los blogs amigos que tengo un poco abandonados.

Hasta pronto. Sed felices!!!

viernes, 29 de junio de 2018

Helados de fresa


De nuevo me he demorado más de lo esperado en subir contenido al blog, y en esta ocasión no ha sido precisamente por falta de tiempo, sino por falta de ánimos al principio, y últimamente por causas técnicas. 

Llevo más de quince días acompañando a mi madre en el hospital por problemas respiratorios. Todo comenzó con una gripe que me afectó a mí a principios de este mes de junio y que se le contagió a las personas que viven conmigo, mi madre y mi pareja. Nosotros aun estamos con medicación y aun arrastramos secuelas, pero lo peor fue mi madre, que al padecer Alzheimer en una fase ya bastante avanzada todo se complica. Por suerte ahora ella se encuentra mucho mejor, ya le retiraron la medicación por vena, el suero y la sonda de la orina- Come muy bien y se ve con muy buen aspecto, de hecho ahora mismo está a mi lado en la cama mirando atenta la televisión. 

En fin, que han sido unos días de angustia pero afortunadamente todo va volviendo a la normalidad. Cruzo los dedos para que todo siga bien y pronto podamos irnos para casa que ya lo estoy deseando.

Cuando hablaba de los problemas técnicos  en el primer párrafo me refería a que en el hospital no disponemos de conexión a internet, solo televisión y para eso de pago...  Vivimos en un país en el que tienen más comodidades y derechos los reclusos en los centros penitenciarios que los enfermos en el hospital, pero bueno, ese es otro debate.  

En cualquier caso no todo son quejas, tengo que decir que el personal es de lo más amable, tanto los auxiliares como el servicio de enfermería y los propios médicos, y eso es muy de agradecer, porque la estancia en el hospital nunca es agradable, pero si tratas con profesionales amables y comprensivos todo se hace más llevadero.

En fin, cambiando de tercio como se dice en el argot taurino, contaros que hoy mismo solucioné lo de la conexión a internet al contratar la adsl móvil, así que solucionado el problema de conexión hoy os propongo una receta muy apropiada para esta época del año, me refiero al helado de fresa.  Apropiada no solo porque en verano se agradece algo fresquito como los helados, sino porque es un helado riquísimo, mucho más que los industriales, y obviamente mucho más sano.

La receta es muy sencilla, para preparar estos helados de fresa necesitáis los siguientes ingredientes:

-400gr. de fresas o fresones bien maduros
-200gr. de yogur griego
-200gr. de nata de montar (35%M.G.)
-120gr. de azúcar
-60gr. de azúcar invertido (receta aquí)

Preparación:

Echamos todos los ingredientes en un cuenco y los trituramos con la batidora, luego lo dejamos en el frigorífico durante 4 horas para que la mezcla enfríe.

Después echamos esta mezcla en la heladera. Si tenéis una heladera que no disponga de compresor debéis poner el cuenco interior 24 horas antes en el congelador, trascurrido ese tiempo ya está listo para utilizar y  lo introducís dentro de la heladera y la ponéis en marcha, luego estando en marcha vertéis la mezcla del helado y dejáis en torno a 30 minutos hasta que la mezcla esté mantecada, y luego la introducís en moldes individuales tipo polos como hice yo o si lo preferís en un tupper y después con una cuchara de helado vais sacando porciones según vayáis necesitando.

Los que no tengáis heladera tranquilos que también podéis hacer este rico helado en casa, para ello una vez triturada la mezcla la ponéis en el congelador durante 2 horas, transcurrido ese tiempo empezaréis a notar el proceso de congelación, removéis la mezcla con una cuchara y volvéis a introducirla en el congelador esta vez durante 3 horas, tras la cuales repetimos el mismo proceso, volvemos a congelar de nuevo una vez más durante otras tres horas, luego los sacamos, removemos bien y después ya solo queda introducir el helado en los moldes individuales o en un tupper e introducir de nuevo en el congelador hasta el momento de degustarlos.

Si optáis para presentarlos en forma de polos debéis ponerlos al baño María un par de segundos para que desmolden con facilidad. Si por el contrario guardáis el helado en un tupper os aconsejo que los saquéis del congelador unos minutos antes para que podáis hacer bolas de helado con facilidad sino estará demasiado duro y os costará más.

En fin, como veis más fácil no puede ser, y si os gustan los helados o si tenéis niños en casa os aconsejo que optéis por los helados artesanales, además de tener un sabor más genuino, más auténtico, estaréis de acuerdo conmigo que son mucho más sanos, al menos sabemos de qué están hechos.

Bueno, confiando en que mi propuesta sea de vuestro agrado me despido por hoy, y con vuestro permiso le dedico esta entrada a  dos personas muy importantes para mi,  mi adorada madre que la quiero más que a mi vida, y a mi pareja que se llama Pablo y hoy h estado de santo, y al que también quiero con toda mi alma porque me hace la vida más agradable y siempre está ahí cuando lo necesito.

A todos vosotr@s gracias por seguirme. Hasta pronto. Feliz fin de semana 

martes, 9 de enero de 2018

Flan de castañas


Pasadas las fiestas navideñas, ahora lo que toca es hacer dieta sana  para compensar los excesos cometidos, sin embargo la receta que os propongo hoy es un flan de castañas, que si bien nos es muy compatible con una dieta hipocalórica,  resulta ideal para la sobremesa de un domingo o para una día que vengan invitados en casa, porque como todos los flanes es sencillísimo de preparar, y emplea como ingrediente principal las castañas que le confieren un sabor verdaderamente delicioso, y dado que a estas alturas pronto desaparecerán del mercado hasta el próximo otoño, he decidido publicar ahora la receta.

La última vez que preparé este flan fue hace tan solo unos días, en las pasadas navidades. Lo hice además de por lo sencillo que es y lo rico que está, porque en nuestra casa es habitual comer castañas en Navidad. Mi padre mientras vivió  siempre las pedía, así que esta receta se la dedico a él, cuya ausencia siempre duele y más en esas fechas.

Para preparar este flan necesitaréis los siguientes ingredientes:

-1 litro de leche entera
-6 huevos de corral
-180gr. de azúcar
-250gr. de castañas cocidas.
-una pizca de sal
-1 chupito de licor de anís (opcional)

Para el caramelo
-4 cucharadas de azúcar
-1 cucharada de agua
-unas gotas de zumo de limón exprimido

Preparación:

Lo primero que debemos hacer es cocer las castañas, para ello les retiramos la cáscara externa, y las echamos en una olla cubiertas con agua fría del grifo, añadimos un poco de sal, ponemos la olla al fuego, y las dejamos hervir hasta que veamos que están cocidas, en ese momento las escurrimos bien y seguidamente les echamos por encima un chupito de licor de anís mientras están calientes para aromatizarlas.  
                                                                                               
Después dejamos enfriar, les retiramos la piel interior y reservamos.

El siguiente paso consiste en preparar el caramelo, para ello ponemos al fuego el azúcar y el agua en una sartén antiadherente, dejamos que el azúcar se vaya derritiendo y formando el caramelo a fuego medio-bajo para que no se nos queme,  removiendo de vez en cuando con un utensilio de madera.
Cuando veamos que el azúcar se ha caramelizado, cubrimos con él la base y los laterales de la flanera y reservamos.

A continuación echamos los huevos, las castañas cocidas, la leche y el azúcar en un recipiente hondo y con la batidora trituramos todo, después esta mezcla le echamos en la flanera y la llevamos al horno previamente calentado a 180º hasta que esté cuajado. En ese momento retiramos del horno, lo dejamos enfriar y luego lo llevamos al frigorífico durante al menos cuatro horas, o mejor aun de un día para otro que está incluso más rico.

Como veis más fácil imposible, y más rico también, sino probad y me decís.

Bueno, pues con las fiestas navideñas ya pasadas, y todo el ajetreo propio de esas fechas, retomo plenamente la actividad en el blog, así que dentro de unos días volveré con una nueva receta.

Gracias a todos los que me seguís, y de un modo muy especial a mis compañeros que últimamente os tengo un poco abandonados. En los próximos días os devolveré la visita para ver todas las cosas ricas que habéis preparado en este tiempo. 

Un beso muy grande para tod@s.

viernes, 3 de marzo de 2017

Arroz con leche


Los que me conocéis ya sabéis que me gusta mucho la cocina tradicional, así que la receta de hoy no hace falta que os diga que es de mis favoritas.

Cuando como fuera de casa y llega la hora de los postres, si hay arroz con leche es raro que no lo elija, porque sé que a mal que esté siempre me va a gustar...,bueno para ser exactos casi siempre, porque en una ocasión me lo sirvieron caliente, y así como que no, jeje… Esto me ocurrió el año pasado en Asturias, pero afortunadamente no todo ha sido negativo en este aspecto, porque en este mismo viaje por tierras asturianas he tomado el mejor arroz con leche que había probado nunca hasta entonces. La gran diferencia respecto al que yo conocía, es que llevaba azúcar caramelizado por encima como si se tratase de una crema catalana, y sinceramente le sienta de maravilla. Bien fresquito, y con esa capa de caramelo crujiente en la superficie es una pura delicia.

De vuelta a casa tras ese viaje, investigué un poco por internet, y me he enterado que en Asturias es típico que lo sirvan así. Además le añaden algo de mantequilla y en algunos casos un poco de anís. Yo lo hice así la primera vez y aunque me gustó el resultado, prefiero el arroz con leche que conocía de siempre, con la salvedad de que ahora a algunos cuencos le caramelizo la superficie, y a otros les espolvoreo canela molida por encima como hacía antes, así probamos las dos versiones.

Si os animáis a prepararlo en casa necesitáis los siguientes

Ingredientes:

-1 litro de leche entera
-110gr de arroz (mejor arroz bomba)
-cáscara de un limón
-1 rama de canela
-3 cucharadas de azúcar blanco
Para decorar
-canela molida
-azúcar moreno

Preparación:

Lo primero es lavar concienzudamente el limón bajo el grifo del agua fría, para eliminar cualquier posible resto de pesticida. Luego en un cazo vertemos un litro de leche, añadimos la rama de canela y la cáscara de limón, procurando que no lleve nada de la parte blanca, porque le daría un gusto amargo.

Cuando levante el hervor lo apartamos del fuego y dejamos en infusión durante unos 15 minutos.

Seguidamente colamos la leche para otro recipiente para retirar la corteza de limón y la canela en rama, y lo ponemos de nuevo al fuego (si vais a utilizar el mismo cazo con el que se hirvió la leche anteriormente, que no se os olvide lavarlo primero, sino la leche se pegará a las paredes y la base del recipiente, llegando incluso a quemarse, con el riesgo que eso supone, pues echaría todo a perder).

Cuando comience nuevamente a hervir, echamos el arroz, removemos bien y bajamos el fuego al mínimo, y dejamos cocer por espacio de una hora, removiendo a cada rato. Cuando haya pasado la hora de cocción, el arroz ya tendrá un aspecto cremoso, es el momento de añadirle las 3 cucharadas de azúcar blanco (es una cantidad aproximada, podéis añadirle más o menos, según gustos), removéis bien, y retiráis del fuego.

Una vez que esté frío se vierte en cuencos individuales y los guardamos en el frigorífico hasta el momento de servir. (Os recomiendo que selléis los cuencos con papel film, para evitar que cojan olores de otros alimentos que haya en la nevera, y podáis luego disfrutar de un bocado sublime)

Cuando sea el momento de servir a la mesa, tenéis dos posibilidades: o bien le espolvoreáis canela molida por encima (versión tradicional), o bien esparcimos azúcar moreno sobre la superficie y lo quemamos con un soplete de cocina (versión asturiana)

De cualquiera de las formas está rico, pero si nunca habéis probado a caramelizar la superficie os recomiendo absolutamente que lo hagáis, os va a encantar seguro.

Nada más por hoy, nos vemos en unos días con nueva receta y nuevas anécdotas. Os espero!!!

sábado, 14 de mayo de 2016

Tarta de queso al horno


Hoy de nuevo vengo con una receta dulce: la tarta de queso al horno. Hace mucho tiempo que la hago y no la cambio por ninguna otra. Es tan sencilla de elaborar que prácticamente no hay que hacer nada más que mezclar los ingredientes y luego meterla al horno y esperar a que esté cocida, algo que ya se ve casi a simple vista. 

Por otra parte está riquísima y no resulta nada empalagosa ni pesada, ya que al contrario que otras versiones de esta misma tarta no lleva harina, con lo cual mantiene cierto nivel de humedad que junto con el suave sabor a queso la convierte en un bocado muy apetecible. Por todo ello es una receta a la que recurro con frecuencia cuando vienen invitados a casa, porque suelo estar más atareada de lo normal, y con esta tarta soluciono la sobremesa sin ningún esfuerzo. 

Os animo a que la probéis, ya veréis como os gusta.

Ingredientes (para un molde de 20cm. de diámetro):

-250gr. de queso fresco de vaca
-6 huevos frescos
-200ml.de nata líquida
-100 gr. azúcar (variable según gustos)
-caramelo líquido para el molde (mejor casero)

Preparación:

Se mezclan en un bol todos los ingredientes menos la nata, es decir, los huevos, el azúcar y el queso (incluido el suero que suelta y que viene en el envase) y trituramos todo hasta que quede una pasta homogénea sin ningún grumo. 

Después añadimos la nata líquida sin montar y removemos ligeramente con una espátula hasta que se integre en la mezcla. Por último volcamos la mezcla en el molde previamente caramelizado y lo llevamos al horno al baño María, a 180º, calor arriba y abajo, hasta que veamos que está cuajada. 

En ese momento, sacamos del horno, dejamos enfriar y luego la llevamos al frigorífico, y la desmoldamos en el momento de servir.
Podéis acompañar las porciones de tarta con un rosetón de nata, con fruta fresca…, o con un café con leche como hice yo, que era lo que me apetecía en ese momento.

Comentaros que cuando la tarta esté en el horno veréis que sube bastante pese a no llevar levadura ni harina, eso es completamente normal, e incluso la parte de arriba puede que se os tueste algo, lo cual a mí personalmente me encanta, eso sí, si veis que se tuesta demasiado y aun no está cuajada del todo en el centro, le colocáis encima un trozo de papel de aluminio y continuáis con la cocción unos minutos más.

Una vez que se saca la tarta del horno y se deja enfriar, veréis que baja todo lo que había subido cuando estaba dentro del horno, es también algo normal, señal de que todo está saliendo bien.

Esta tarta es de ese tipo de postres que están mejor al día siguiente que el mismo día que se preparan, es como si con el tiempo se asentaran los sabores.

En esta ocasión he utilizado queso fresco de la marca el Ventero, y luego cuando me puse a leer los ingredientes vi que estaba elaborado con leche de vaca en su mayoría, pero incluía también un pequeño porcentaje de leche de cabra…, temí que eso afectara al resultado final, pero todo lo contrario, quizás tenía un sabor ligeramente más pronunciado que en anteriores ocasiones, pero que a mi me encantó, y creo que repetiré la experiencia.

Un saludo.

sábado, 2 de abril de 2016

Fresas con nata


A principios de abril ya encontramos en todos los supermercados y fruterías fresas a muy buen precio, bueno, para ser más exactos fresones, porque las fresas tardan un poco más.

Yo días atrás compré una bandejita y preparé con ellas este postre que es todo un clásico y que todo el mundo sabe cómo se prepara, pese a ello aquí os dejo mi receta

Ingredientes (para 4 personas)

-20 fresones (5 por persona)
-500ml. de nata líquida (35% M. G.)
-200gr. de azúcar glas

Para decorar (opcional)
-sirope de fresa, sirope de chocolate, caramelo líquido, granillo de almendra, etc.

Preparación:

En primer lugar lavamos bien las fresas bajo el grifo, con agua fría, luego las secamos con papel de cocina, retiramos el rabito, y reservamos 4 enteras para la decoración final, y la parte de arriba de otras 4 cortadas en horizontal por la mitad. 

Las fresas restantes las picamos en trocitos pequeños y las repartimos en 4 cuencos o copas de postre.

A parte montamos la nata, para ello la vertemos en un bol que esté bien frío, le añadimos el azúcar glas, y batimos con las varillas hasta que esté bien montada. A continuación echamos la nata en una manga pastelera con boquilla rizada y decoramos con ella los cuencos por encima de las fresas.

Por último en cada cuenco colocamos en el centro la fresa que teníamos cortada por la mitad, la fresa entera que habíamos reservado la cortamos en 4 trozos longitudinales y la colocamos en el cuenco cómo se observa en la imagen, y finalmente terminamos la decoración con sirope de fresa, en este caso.

Este postre conviene prepararlo en el momento de servirlo, en todo caso podéis guardarlo en la nevera si es por poco tiempo.
Como es lógico la decoración va al gusto de cada uno, en esta ocasión yo las presenté así, otras veces lo hice diferente. Es cuestión de gustos e imaginación.

Nada más por hoy, espero que os haya gustado la receta, y no dejéis de ponerla en práctica, porque muchas veces echamos mano de los botes de nata en spray y no tienen punto de comparación con la nata de buena calidad montada en casa.

Un abrazo y hasta pronto.

lunes, 5 de octubre de 2015

Flan de coco


Hoy vengo con un postre facilísimo que utiliza como ingrediente protagonista el coco, el cual unos, entre los que me encuentro, adoran y otros en cambio detestan. Quizás sea por su sabor tan pronunciado, pero el caso es que con el coco no suele haber término medio.

Sin embargo en esta receta, solo uso el coco rallado para la decoración final una vez desmoldado, porque para elaborar el flan he utilizado leche de coco, la cual le otorga un sabor más suave y sutil, así que os animo a todos a que lo prepararéis. Os dejo ya con la receta.

Ingredientes:

-450gr. de leche condensada
-400ml. de leche de coco
-300ml. de leche entera
-6 huevos
-coco rallado (para la decoración final)
-50 gr. de azúcar (para el caramelo)

Preparación:

La preparación, como la de cualquier otro flan, es muy sencilla. Lo primero es batir los huevos en un cuenco, seguidamente incorporamos la leche de coco, la leche entera y la leche condensada y batimos bien hasta que quede una mezcla homogénea, y reservamos.

A continuación precalentamos el horno a 180º con calor arriba y abajo. Luego, hacemos el caramelo, y para ello ponemos al fuego el azúcar con unas gotas de agua, y con cuidado de no quemarnos, vamos removiendo hasta que se forme el caramelo, y lo echamos en el molde o flaneras individuales que vayamos a utilizar, cubriendo bien la base y los laterales.

Posteriormente echamos la mezcla de huevos y llevamos al horno, al baño María, durante unos 45minutos, hasta que veamos que está hecho. Para comprobarlo pinchamos con un palillo y si éste sale limpio es que ya está listo para sacarlo del horno.

Si durante la cocción, se dorara demasiado por la parte de arriba, colocamos encima del flan un trozo de papel de aluminio, y continuamos con la cocción hasta que esté cuajado. Una vez fuera del horno, lo dejamos enfriar, y lo llevamos al frigorífico cubierto con papel film hasta el momento de servir, cuando lo desmoldamos y decoramos con coco rallado.

Mirad qué pinta tan deliciosa tiene


Pues esto ha sido todo por hoy. Nos vemos dentro de unos días con una nueva receta. Hasta entonces que seáis muy felices. 

Un saludo.

lunes, 7 de septiembre de 2015

Pan de Calatrava


El Pan de Calatrava en un dulce originario de la región de Murcia, aunque con el tiempo se ha extendido al resto de la geografía española, convirtiéndose en un clásico de los postres. En realidad se trata de una variante del puding de pan, que se elabora con restos de bollería: magdalenas, bizcochos, brioches, etc.

Resulta sorprendente la diferencia que hay entre degustar una porción de este postre y un trozo de cualquier producto de bollería en sí mismo, pues aunque el Pan de Calatrava se elabora con restos de bollería, tiene una textura y un sabor totalmente diferente a éstos, ambos son exquisitos pero muy diferentes...¡es la magia de la cocina!

Para disfrutar plenamente de este delicioso postre, es conveniente guardarlo en la nevera de un día para otro, pues el frío y el paso de las horas hace que se "asienten" los sabores, y lo que en un principio es un postre de origen humilde que nos sirve para aprovechar las sobras de otros productos, termina convirtiéndose en una auténtica delicatessen.

El Pan de Calatrava que hoy os presento, lo hice con restos de un roscón (como el Roscón de Reyes) que preparé días atrás, pues recientemente se celebraron las fiestas patronales en mi localidad, y es tradición en la zona, los días de fiesta, poner a los postres roscón ó bizcocho acompañados de queso y membrillo, además de alguna tarta o pastel. 

En mi caso hice roscón, y como suele suceder, sobra mucha comida, así que el roscón que me sobró lo corté en tres porciones y lo congelé, de modo que ahora puedo hacer el Pan de Calatrava cuando más me apetezca.

Vamos ya con la receta sin más dilación.

Ingredientes:

-1/2 litro de leche
-6 huevos
-250 gr. de azúcar (50gr. para el caramelo)
- 250gr. de restos de bollería (magadalenas, bizcochos, roscón,...)
-canela en rama ó vainilla
-cáscara de limón
-nata montada (opcional)

Preparación:

Empezamos por aromatizar la leche, para ello la ponemos a hervir junto con la corteza de limón y una rama de canela ó vainilla. Cuando haya hervido apagamos el fuego, retiramos la cáscara de limón y la rama de canela, añadimos 200 gr. de azúcar, removemos para que se disuelva, y dejamos enfriar. Cuando ya esté fría la leche le añadimos los 6 huevos bien batidos, y reservamos.

Aparte en una sartén antiadherente, ponemos 50gr. de azúcar y una cucharada de agua al fuego, para hacer un caramelo líquido. Cuando tome color, lo echamos en un molde y cubrimos el fondo y las paredes del mismo con el caramelo.

Posteriormente troceamos el producto de bollería que hayamos elegido para elaborar este postre y lo echamos en el molde, y a continuación añadimos la mezcla de huevos y leche.

Finalmente introducimos el molde en el horno al baño María, a 180° calor arriba y abajo, durante 45 min. aproximadamente. Para saber si está cuajado, pinchamos con un palillo, y si sale limpio es que ya está listo, de manera que apagamos el fuego y lo retiramos del horno.

Cuando haya enfriado, lo guardamos en la nevera cubierto con papel film (para que no absorba los olores de los otros alimentos que haya en la nevera) y en el momento de servir lo desmoldamos y adornamos al gusto, con nata montada, frutos rojos, guindas, etc.

Comentaros antes de finalizar, que la cantidad de bollería a utilizar en esta receta es orientativa, pues de lo que se trata es de reciclar restos de productos de bollería, de manera que podemos utilizar más o menos cantidad dependiendo de lo que nos haya sobrado. A mayor cantidad utilizada mayor consistencia tendrá el postre. Lo que no debemos hacer es apelmazar los trozos de bollería cuando los echemos al molde, para ganar espacio y que quepa más cantidad, en ese caso es preferible utilizar dos moldes.

El tiempo de horneado también es orientativo, depende un poco de cada horno. Lo que hay que hacer, es ir comprobando, de vez en cuando, con el palillo.

A la hora de desmoldarlo, pasamos un cuchillo por las paredes del molde y le damos la vuelta sobre un plato o fuente de servir. En caso de que no baje introducimos la base del molde en agua caliente durante un par de minutos y lo intentamos de nuevo.

Al sacar el molde del horno el puding baja bastante, pero que no os preocupe, eso es algo normal, porque estamos haciendo un puding, no un bizcocho.

En fin..., con todas estas indicaciones no deberíais tener problemas, así que os animo a que lo preparéis, porque el resultado os sorprenderá seguro.

Un beso a todos