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jueves, 16 de marzo de 2023

Fabada Asturiana


Aunque la primavera está a la vuelta de la esquina, aquí hace un tiempo frío y ventoso, y apetecen los platos calentitos de cuchara como el que os presento hoy; una fabada asturiana.

Yo no soy muy fan de las legumbres, hago un esfuerzo por comerlas porque son sanas, pero prefiero las sopas, más ligeras y que le sientan mejor a mi estómago, sin embargo a mi marido le encantan, si por él fuera estaríamos comiendo legumbres casi a diario, sobre todo lentejas, pero como hay que variar las comidas unas veces toca lentejas, otras callos con garbanzos, otras veces potajes con alubias, y en esta ocasión tocó la famosa fabada asturiana.

La receta no tiene demasiada complicación, el éxito radica sobre todo en la calidad de los ingredientes, y en una cocción prolongada a fuego lento.

Os dejo con la lista de

Ingredientes:

-1/2 kg. de alubias
-agua
-2 chorizos
-2 morcillas
-250gr. de panceta curada
-1 trozo de hueso de jamón
-pimentón dulce (el mío de Productos Jauja)
-aceite de oliva virgen extra (el mío de Aceites Abril)
-5 hebras de azafrán (el mío de Azafrán de la Mancha D.O.P)
-sal

Elaboración:

En primer lugar retiramos las alubias que estén rotas o dañadas, después las lavamos bien bajo el grifo para retirar impurezas y suciedad, y las dejamos en un bol a remojo cubiertas de agua fría, durante toda la noche.

Dejamos también en agua el hueso de jamón y la panceta para desalar (yo la panceta no la puse porque ya venía con el punto de sal)

Al día siguiente escurrimos bien las alubias y las echamos en una cazuela más bien baja y ancha. Cubrimos con agua fría hasta dos dedos por encima de las alubias, y ponemos a fuego fuerte hasta que levanten el hervor.

Cuando la cazuela comience a hervir, añadimos la panceta, el hueso de jamón, las morcillas y los chorizos. Los dos últimos ingredientes que queden por la parte de arriba para que no se rompan durante la cocción.

Al principio se irá formando una capa de espuma en la superficie, la cual debemos retirar porque contiene impurezas, y de paso desgrasamos un poco el caldo.

Después de unos 15 minutos hirviendo a fuego tirando a fuerte, añadimos las hebras de azafrán disueltas en un vaso de agua de la cocción, añadimos también la sal (probamos primero para saber la que necesita) y bajamos el fuego al mínimo, y dejamos cocer por espacio de 2 horas aproximadamente.

Transcurrido ese tiempo probamos la fabada para ver si ya está hecha, y de paso rectificamos de sal si fuera necesario. Cuando esté retiramos las carnes a una fuente, cortando las morcillas y los chorizos por la mitad, la panceta y la carne del jamón en trozos más bien grandes. Reservamos.

A parte en una sartén echamos un poquito de aceite de oliva, doramos en él 3 dientes de ajo laminados. Cuando el ajo esté ligeramente dorado, retiramos la sartén del fuego y añadimos una cucharadita colmada de pimentón dulce, mezclamos bien y añadimos este sofrito a la fabada. Con una cuchara de madera removemos suavemente para mezclar bien, y a continuación emplatamos, colocando un cucharón de alubias en un plato hondo, y encima parte de los embutidos y las carnes.

Muchos no le hacen este sofrito, pero realmente le da un sabor impresionante. Si no os gusta encontraros con el ajo, en lugar de laminarlos, los cortáis por la mitad retirándole el germen central, luego los doráis, y cuando estén dorados añadís el pimentón, y antes de echar el sofrito en la cazuela, retiráis los ajos, así queda su sabor en el guiso, pero no los encontráis en la boca.

Y con esto termino por hoy. Nos vemos pronto.

Un saludo.

miércoles, 26 de enero de 2022

Patatas a la Riojana


El plato que os traigo hoy, hacía mucho tiempo que no lo preparaba, y no porque no nos guste en casa, al contrario, nos encanta, pero sin saber muy bien por qué últimamente no lo preparé, sin embargo el otro día, tenía el frigorífico a mínimos, solo había un par de chorizos y poco más.

Como las patatas, las cebollas y los ajos, los tengo siempre porque son de cosecha propia, pues ese día casi no había más alternativa que preparar este plato sí o sí, y como no tenía la receta publicada en el blog, le hice una foto, y hoy la comparto con vosotros, así que os dejo con la lista de ingredientes y su posterior desarrollo.  

Ingredientes:

-1kg. de patatas
-2 chorizos
-1 cebolla
-4 dientes de ajo
-1 hoja de laurel
-una cucharadita de pimiento choricero
-una pizca de pimentón dulce
-sal
-agua
-aceite de oliva

Preparación:

En primer ponemos una olla al fuego con un poco de aceite de oliva, no demasiado, porque luego el chorizo ya le aporta grasa, simplemente que cubra apenas el fondo de la olla.

Picamos muy finamente la cebolla, y la añadimos a la olla, junto con una hoja de laurel. Rehogamos a fuego bajo hasta que la cebolla esté bien pochadita, y después añadimos el ajo picado, dejamos que se dore un poco, y añadimos los chorizos cortados en rodajas, rehogamos el conjunto unos minutos más, y después apartamos el olla del fuego para que el aceite pierda algo de temperatura y añadimos una pizca de pimentón, mezclamos bien, y luego añadimos las patatas cortadas en trozos de unos 4 ó 5 cm.

Para cortar las patatas cuando estemos a mitad del corte, hacemos presión con el cuchillo, para que la patata rompa, y así suelte todo su almidón y nos quede al final una salsa espesita.

Una vez añadidas las patatas, cubrimos con agua fría, y añadimos también una cucharadita de pulpa de pimiento choricero. Después colocamos de nuevo la olla en el fuego y dejamos hervir el conjunto, durante aproximadamente 30 minutos, a fuego medio tirando a bajo, con la tapa de la olla sin que cubra por completo, sino que quede un respiro para que salga parte del vapor, y moviendo la olla de vez en cuando, para que la salsa engorde.

Cuando las patatas estén cocidas, apagamos el fuego, y dejamos que el guiso repose durante unos 10 minutos antes de consumir.

Es un plato muy humilde, pero muy rico y muy apetecible en días fríos de invierno como los que estamos viviendo, y más apetecible todavía si lo acompañamos de un tinto Rioja, y un pan artesano.

Pues esta ha sido mi propuesta de hoy. Dentro de unos días volveré con otra nueva receta, y mientras espero pasar por las cocinas de mis compañer@s que desde Navidad he estado un poco desconectada del mundo virtual.

Gracias por estar ahí. Un beso.

sábado, 25 de enero de 2020

Guiso de calamares y patatas


Esta receta hace ya tiempo que la tengo en borradores a la espera de ser editada, y el otro día visitando el blog de una compañera he visto que ella publicó una parecida, y me acordé que la tenía ahí pendiente desde hace mucho, y entre eso y que ahora estamos en temporada invernal, me pareció el momento ideal para que viera la luz y compartirla con todos vosotros, porque estos guisos de cuchara cuando más apetecen es cuando hace frío.

Como soy del interior de Galicia, en mi casa este guiso siendo pequeña no se preparaba, sin embargo forma parte de mis recuerdos de infancia porque en el comedor escolar nos daban guiso de calamares con patatas una vez por semana, y me gustaba tanto que ese día para mí era fiesta.

Después cuando fui creciendo he ido buscando recetas, y aunque no era tan fácil como ahora porque entonces aun no existía internet, entre lo que fui encontrando hice experimentos, y poco a poco logré dar con una receta que es la que más me recuerda a la que comía en el colegio, y desde entonces es la  que sigo preparando en casa, no una vez por semana como cuando era niña y comía en el comedor escolar, pero sí con bastante frecuencia.

Os dejo ya con la lista de ingredientes, son los siguientes:

-850gr. de calamares
-1kg. de patatas
-1 pimiento verde italiano
-1 cebolla grande
-4 dientes de ajo
-2 cucharadas de pulpa de pimiento choricero
-1 tomate rallado
-1 cucharadita de pimentón dulce de calidad
-120ml de vino blanco
-agua
-aceite de oliva virgen extra
-sal

Preparación:

En primer lugar limpiamos los calamares, retiramos las vísceras,  separamos el cuerpo de los tentáculos, cortamos el primero en trozos y los tentáculos los cortamos por la mitad. Reservamos
Pelamos las patatas, las cortamos en trozos medianos con un cuchillo y casi al llegar al final rompemos (las chascamos) para que de esa manera las patatas cuando las añadamos al guiso suelten más fécula y nos quede una salsita más espesa.. Reservamos

Picamos finamente la cebolla y los  dientes de ajo,  y el pimiento en trozos pequeños.

A continuación cubrimos el fondo el una olla con aceite de oliva virgen extra y la ponemos al fuego, cuando el aceite esté caliente echamos el pimiento verde troceado, rehogamos unos minutos y luego añadimos la cebolla y los ajos picados, rehogamos unos minutos más todo junto hasta que la cebolla coja un color transparente. En ese momento apartamos la olla del fuego y añadimos una cucharadita de pimentón dulce. Removemos bien fuera del fuego para que no se nos queme el pimentón, y cuando esté todo bien mezclado volvemos a colocar la olla en el fuego, añadimos un tomate rallado, y dos cucharadas de pulpa de pimiento choricero. Mezclamos todo bien  y  seguimos cocinando durante unos minutos, a continuación añadimos los calamares, mezclamos y cuando se consuma el líquido que sueltan, subimos el fuego al máximo y añadimos el vino blanco, después de unos minutos cuando se consuma el alcohol, añadimos las patatas, cubrimos de agua, salamos  y dejamos cocer durante unos 45 minutos aproximadamente.

Después de ese tiempo, miramos si los calamares están bien hechos y en caso afirmativo retiramos la olla del fuego, la mantenemos tapada y en reposo durante unos 30 minutos aproximadamente para que se asienten los sabores, y listo ya para servir a los comensales.

Como veis es un guiso muy fácil de preparar, lleno de sabor,  que sienta de maravilla, y muy sano y nutritivo.

Un beso. Feliz domingo

domingo, 29 de diciembre de 2019

Guiso de corzo con cantarellus tubaeforme


Hoy como os había dicho, os presento un plato de caza, en este caso un guiso de corzo con setas,  muy apropiado para una celebración especial. 

Resultaría ideal  como plato principal del menú de Año Nuevo o de Reyes, así que si aun no tenéis cerrado el menú de esas fechas, y contáis con la posibilidad de conseguir carne de corzo, os recomiendo que os pongáis manos a la obra, ya que es un plato que aunque resulta algo laborioso no entraña ninguna dificultad.

Este plato lo preparé ya varias veces en casa, se trata de una receta que cogí prestada hace tiempo del blog de un querido y admirado compañero, Juan Carlos Alonso de Gastronomía en Verso, y que adapté un poco a mi  gusto. 

A Juan Carlos seguro que muchos lo conocéis ya, pero en caso contrario os sugiero que le echéis un vistazo a su página, porque el suyo es un blog de referencia en el mundo de la blogosfera, sus publicaciones son absolutamente rigurosas y sus recetas son de las que cuando las pruebas en casa nunca fallan... Gracias Juan Carlos, como bien dices, cuando se comparte se gana, y en mi has ganado hace tiempo una admiradora de tus dotes culinarias, y desde que te conozco personalmente una admiradora de las cualidades que atesoras como persona, siempre dispuesto a compartir y a hacer agradable la vida de los que te rodean.

Por cierto, este plato, a decir de los que lo degustaron, está muy rico, como diría Juan Carlos “vaise do mundo”,  pero yo a pesar de que lo preparé ya en varias ocasiones, nunca lo he probado. En mi caso es oír hablar de corzos y pienso en Bambi, y no hay manera, os lo digo en serio.

Por otra parte tengo una relación de amor-odio con el mundo de la caza. Desgraciadamente muchos de los perros que acaban abandonados en nuestro país son perros de caza, todavía tengo en la retina las imágenes de la pobre Alma, la perrita de Chantada en Lugo, que murió por los tiros y los golpes que le propinó un cazador desalmado. Ayer mismo he visto en la televisión unas imágenes grabadas en Reino Unido donde un grupo de cazadores golpeaba un zorro contra el coche de una organización animalista que protestaba contra la caza de este animal... Eso sin contar las piezas de caza que los cazadores no logran cobrar y que han sido abatidas y quedan malheridas y agonizando en el monte.

En este tema es obvio que no se puede meter a todos en el mismo saco, también hay cazadores que son responsables, mi propio  padre era cazador, y jamás dejó un perro abandonado, ni lo maltrató, por eso os hablo de esa relación de amor-odio que siento por este mundo de la caza.

Recuerdo como anécdota que siendo yo pequeña, mi padre tenía una perrita de color blanco llamada Tula, y tenía una enfermedad (desconozco cual porque como os digo yo era pequeña por entonces) por lo que a veces después de llevar un tiempo en el monte, se agotaba y se desvanecía, y recuerdo que mi padre la traía a hombros para casa, igual que los pastores del Portal de Belén con las ovejas, pero él con la perra... Cómo me gustaría que mi padre viviera para poder prepararle este plato de corzo..., pero desgraciadamente eso no es posible,  así que con vuestro permiso le dedico a él la receta, y también a mi madre que está hoy de cumpleaños.

Para preparar este plato de corzo necesitáis estos ingredientes:

-3 paletillas de corzo troceadas
-1kg. de patatas
-100gr. de panceta curada
-200gr. de cantarellus tubaeforme
-200gr. de champiñones portobello
-2 puerros
-3 cebollas
-2 zanahorias
-6 tomates secos hidratados
-2 cucharadas de pulpa de pimiento choricero
-8 dientes de ajo
-Tomillo en rama
-Romero en rama
-1 manojo pequeño de perejil fresco
-1 hoja de laurel
-Sal
-Aceite de oliva virgen extra
-1 cucharada  de harina
-1 vaso de brandy
-2 vasos de caldo de carne
-500 ml. de vino tinto Mencía (en mi caso Rectoral de Amandi)

Preparación:

Empezamos troceando la carne, después la sazonamos con sal y pimienta y dejamos reposar preferiblemente en un recipiente hondo de cristal, durante al menos una hora para que tome bien la sal.

Mientras aprovechamos para pelar los ajos y los cortamos por la mitad desechando el germen central, limpiamos las cebollas y las cortamos en rodajas, a los puerros les retiramos la parte verde, sacamos la piel externa de la parte blanca, los lavamos bajo el grifo y a continuación los cortamos asimismo en rodajas. Las zanahorias las pelamos, lavamos y cortamos igualmente en rodajas. 

Después echamos todas las verduras (ajos, cebollas, puerros y zanahorias y también los tomates deshidratados troceados) sobre la carne, añadimos también el romero, el tomillo, la hoja de laurel y el manojo de perejil picado, y por último añadimos 1/2 litro de vino tinto y 1/2 vaso de brandy, removemos bien con una cuchara de madera, tapamos con film transparente y dejamos reposar fuera del frigorífico durante 24 horas, dándole la vuelta a la carne a mitad de tiempo para que toda ella quede bien impregnada.

El siguiente paso consistirá en retirar la carne del adobo, se seca con papel de cocina absorbente y se sella en una olla con aceite de oliva virgen extra a fuego fuerte. Cuando esté dorada por un lado le damos la vuelta por el otro y después añadimos una cucharada de harina de trigo, removemos todo junto un par de minutos y añadimos el otro medio vaso de brandy, subimos el fuego al máximo, y con la campana extractora apagada, flambeamos durante unos minutos hasta que se consuma todo el alcohol, y añadimos la pulpa de pimiento choricero mezclándolo todo bien.

Paralelamente en una sartén con un fondo de aceite de oliva virgen extra pochamos las verduras del marinado, después una vez completado el paso anterior las añadimos a la olla de la carne, añadimos también el líquido del adobo y dos vasos de caldo de carne o en su defecto de agua. Continuamos con la cocción del conjunto durante unas dos ó tres horas hasta que la carne esté tierna, lo cual dependerá de la edad del animal.

Finalmente cuando la carne esté llegando a su punto, cubrimos el fondo de una sartén con aceite de oliva virgen extra, doramos en él la panceta curada cortada en taquitos, pasados unos minutos añadimos dos dientes de ajo bien picados, y seguidamente añadimos los champiñones y las setas, salamos ligeramente porque la panceta ya le aporta sal, y rehogamos todo junto hasta que se consuma todo el líquido que sueltan las setas. Cuando esté listo añadimos las setas a la olla de la carne y continuamos con la cocción del conjunto unos minutos más hasta que la carne se pinche con facilidad con un tenedor, momento en el que probamos de sal y  rectificamos si fuese necesario, y dejamos reposar el quiso hasta el día siguiente, que es cuando se han asentado bien los sabores y está más rico.

Para acompañarlo, preparamos unas patatas fritas en el último momento.

Como podéis comprobar, la receta es un poco laboriosa, pero de difícil no tiene nada, así que si os gusta la carne de caza y tenéis ocasión, no dejéis de probarla.

Y esto ha sido todo por hoy. Nos vemos en breve

Hasta entonces. Feliz semana.

lunes, 15 de mayo de 2017

Costilla fresca de cerdo con patatas



A pesar de estar ya a mediados de mayo, estos días de atrás hizo un tiempo bastante desapacible con temperaturas más bajas de lo que sería de esperar para esta época del año, así que cuando en el supermercado he visto que tenían la costilla fresca de cerdo de oferta, no dudé en comprarla para preparar este rico plato que hoy os presento, el guiso de costillas con patatas, el cual llevaba mucho tiempo sin hacer y ya me apetecía.

Tengo que reconocer que soy un poco especial con las comidas, a veces me paso largas temporadas sin cocinar un plato en concreto, y luego de repente un buen día lo hago, y después durante un tiempo lo repito con frecuencia, hasta que me “harto” de nuevo por otra larga temporada. ¿os pasa lo mismo a vosotros...? En fin, el caso es que lo hice la semana pasada, y ya estoy deseando repetirlo ;-)

El guiso de costilla fresca con patatas es un plato tradicional que se elabora en la mayoría de hogares, y aunque en cada uno le aportan su toque personal, siempre sale rico a pesar de utilizar ingredientes muy humildes que están al alcance de cualquiera.

Aparte de rico,  es muy completo y nutritivo porque aporta proteínas, carbohidratos y un bajo contenido en grasas, aunque para eso debemos procurar escoger costilla magra y luego en casa  le eliminamos  bien el exceso de la misma.

Os dejo ya la receta

Ingredientes (para 3 personas):

-500gr de costilla fresca de cerdo
-6 patatas medianas
-3 dientes de ajo
-1 cebolla
-1/2 pimiento rojo
-1/2 pimiento verde
-3 zanahorias
-1 tomate maduro
-1 puñado de guisantes
-1 vaso de vino blanco
- 1 cucharada de pulpa de pimiento choricero
-aceite de oliva virgen extra
-sal
-pimienta
-1 hoja de laurel seco
-agua

Preparación:

Cuando compréis la costilla pedidle al carnicero que os la corte en trozos no muy grandes. Luego en casa la salpimentáis. Yo utilizo un bote que contiene 5 tipos de pimientas y lleva molinillo incorporado, de ese modo se mantiene mejor el aroma.

Después se dora en una olla en la que habremos puesto aceite de oliva virgen extra hasta cubrir la  base. Cuando la costilla esté dorada añadimos la hoja de laurel, los pimientos cortados en trozos pequeños y las zanahorias cortadas en rodajas. Rehogamos todo junto durante unos minutos y luego añadimos la cebolla y los ajos, ambos bien picados, mezclamos todo y dejamos que se hagan unos minutos más, a continuación echamos el tomate picado (si no tenéis podéis usar 2 cucharadas soperas de tomate triturado).

Dejamos que se haga todo junto hasta que el líquido que suelta el tomate se haya consumido, y en eso momento echamos el vaso de vino blanco, continuamos cocinando hasta que se evapore el alcohol y se reduzca el vino. Entonces añadimos la pulpa de pimiento choricero, rehogamos todo unos minutos más y por último añadimos las patatas cortadas en trozos pequeños. 

A la hora de cortar las patatas, procurad no llegar con el cuchillo al final, sino que a mitad de corte, haced palanca con el cuchillo y las cascáis para que de ese modo suelten más almidón al cocerse, y la salsa del guiso quede más espesa.

Junto con las patatas añadid los guisantes, cubrid con agua del grifo, y cuando el conjunto final esté bien cocido, rectificáis de sal y retiráis del fuego. 

Lo dejáis reposar unos diez minutos con la olla tapada para que se asienten los sabores, y después ya podéis servirlo y degustar este sencillo y delicioso plato.


Pues ésta ha sido la propuesta de hoy. Espero que fuera de vuestro agrado. Nos vemos dentro de unos días con una nueva receta. Os espero!!!

Mientras os deseo a todos una feliz semana

viernes, 17 de marzo de 2017

Callos con garbanzos

Antes de que venga el calor, que ya estamos a las puertas de la primavera, os traigo un plato de cuchara, de esos que apetecen cuando hace frío, aunque aquí en Galicia tienen tal aceptación, que en los bares los ponen de tapa durante todo el año. La mayoría los sirven los domingos o algún día especial. En mi zona por ejemplo, se celebra un mercadillo todos los miércoles, y es habitual que los bares sirvan ese día una tapa de callos con garbanzos.

Este es un plato que me trae muchos recuerdos de la infancia, de cuando los preparaba mi madre para los días de fiesta, porque era un plato que no se consumía un día de diario, sino con motivo de alguna celebración. Éstos de la foto los hice hace un par de semanas, un sábado que vinieron a comer a casa unos primos, y como ya hacía tiempo que no los preparaba les tocó el turno ese día, además tenía una bolsa de garbanzos ecológicos de la localidad zamorana de Fuentesaúco, que había traído de un viaje por esas tierras y estaba próxima a caducar, lo cual ayudó bastante a decantarme por este plato y no otro, y la verdad es que me encantó el resultado. Son unos garbanzos que no se deshacen con la cocción, y además tienen una textura suave y mantecosa muy agradable al paladar. Sin duda, después de probar éstos no compraré otros. Os los recomiendo totalmente.

Si os animáis a preparar en casa este delicioso plato, típico de la gastronomía gallega, vais a necesitar los siguientes

Ingredientes:

-1kg de garbanzos
-1kg de callos
-1kg de pata de ternera
-2 patas de cerdo saladas
-2 chorizos
-1 trozo de panceta curada en el punto de sal
-1 cebolla
-3 dientes de ajo
-zumo de 1 limón
-cominos
-azafrán
-pimentón dulce
-pimentón picante
-sal
-aceite de oliva
-pan rallado

Preparación:

En primer lugar cuando vayáis a la carnicería, pedidle al carnicero que os trocee las patas de cerdo y la de ternera. Luego ya en casa con una cuchilla de afeitar que no haya sido usada, le sacáis restos de pelos que puedan traer, algo que por otro lado ocurre con frecuencia, y luego es muy desagradable encontrarse en el plato trozos de carne con pelos, y obviamente optar por desecharlos es una pena porque es una carne muy rica, tanto la pata de cerdo como la de ternera, además no la regalan, hay que pagarla :)

Luego la noche anterior dejamos los garbanzos a remojo en un recipiente con abundante agua. Y las patas de cerdo en otro recipiente también con agua para que se desalen. Por su parte los callos primero los troceamos y luego junto con la pata de ternera , los lavamos bien bajo el grifo y los dejamos asimismo cubiertos de agua en la olla en la cual los vamos a cocinar, y le añadimos el zumo de 1 limón.

Al día siguiente por la mañana, escurrimos el agua a la olla que contiene los callos y la pata de ternera, añadimos a esa olla las patas de cerdo que dejamos a desalar el día anterior, cubrimos todo de agua (solamente con que cubra es suficiente, no pongáis agua en exceso, en todo caso es mejor luego añadirle si hiciese falta), añadimos también una cebolla cortada por la mitad, 1 cucharada sopera de cominos, y unas hebras de azafrán, y ponemos al fuego. Cuando levante el hervor, bajamos la intensidad del fuego, y dejamos que se vaya cociendo la carne a fuego medio durante 90 minutos, transcurrido ese tiempo, añadimos los garbanzos que teníamos a remojo bien escurridos, la panceta cortada en trozos, y los chorizos cortados en rodajas, y subimos el fuego hasta que levante de nuevo el hervor, después volvemos a bajar el fuego de intensidad y seguimos con la cocción otros 90 minutos aproximadamente.

Un poco antes ponemos una sartén pequeña al fuego, cubrimos la base con un buen aceite de oliva virgen extra, y añadimos los ajos cortados por la mitad. Cuando los ajos estén dorados, retiramos la sartén del fuego, sacamos los ajos y los desechamos, porque no los necesitamos para nada, solo los utilizamos para aromatizar el aceite, y añadimos una cucharada sopera de pimentón dulce al aceite de la sartén y una cucharadita de las del café de pimentón picante, mezclamos bien y ponemos de nuevo al fuego, añadimos dos cucharones del líquido de la cocción de los garbanzos (el equivalente a un vaso) y una cucharada sopera de pan rallado, removemos todo bien, y echamos el contenido de la sartén a la olla, mezclando bien todos los ingredientes con una espátula de madera. Probamos de sal y rectificamos si fuera necesario, miramos también si tanto la carne como los garbanzos están cocidos, y si es así, apagamos el fuego y dejamos reposar al menos 30 minutos antes de servir para que se asienten los sabores, y si fuera el caso de que todavía no estuvieran cocidos continuamos con la cocción unos minutos más.

Bueno, pues así es como hago yo los callos con garbanzos, un plato muy típico en Galicia, que como veis es muy fácil de preparar, solo se necesita tiempo, pero no es nada laborioso, de manera que los que nunca los habéis probado, os animo a que los preparéis, ya veréis como os van a encantar.

Y por hoy me despido. Nos vemos en unos días. Besos

lunes, 21 de noviembre de 2016

Caldo gallego


Por fin ha llegado el frío y la lluvia, aunque ésta última yo la verdad no la echaba de menos, y eso que este año en Galicia no nos podemos quejar porque hemos tenido un otoño muy seco y caluroso, aun queda un mes para que finalice, pero un poco de frío ya lo echaba en falta... Además  las navidades están ahí a la vuelta de la esquina y no era cuestión de comer el turrón en mangas de camisa ;)

Pues bien, la receta que os traigo hoy, el caldo gallego, también necesita de un tiempo invernal para que podamos disfrutar plenamente de su sabor... Recuerdo que el año pasado a finales de junio, comí en un restaurante en el que ofrecían caldo gallego a un grupo de turistas que venían en autobús en una excursión organizada,  encima aquel día hacía un sol de justicia,  y no sé qué recuerdo guardarían aquellos turistas del caldo gallego, pero no creo que sea el mejor de los posibles. Por muy rico que estuviese, el caldo gallego, igual que la sopa castellana, la fabada asturiana, el cocido, etc. son platos que apetecen más y sientan mejor cuando hace frío, cada cosa tiene su momento, y por muy típicos  que sean no es lo más adecuado servirlos en según qué época, pero bueno, tampoco lo critico, precisamente por ser platos típicos la gente de fuera los demanda durante todo el año.

El caso es que ahora el frío llegó, y en mi huerta tengo unas nabizas preciosas, así que el otro día hice el primer caldo de la temporada, que me supo a gloria y me sentó aun mejor. Os comparto la receta por si os animáis a prepararlo en casa.

Ingredientes (para 8 personas)

-250gr. de alubias blancas
-500gr. de costilla de cerdo salada (sirven también otras partes del cerdo, como el morro, un trozo de lacón, etc. pero que sean salados)
-50gr. de unto
-6 patatas medianas o 4 grandes
-1 manojo de nabizas o grelos (en su defecto pueden utilizarse berzas o incluso repollo aunque el sabor varía mucho)
-1 chorizo (opcional)
-7 litros de agua (aproximadamente)

Para el sofrito (opcional):
-aceite de oliva virgen extra
-1/4 de cebolla
-1 cucharadita de pimentón dulce de calidad

Preparación:

La víspera dejamos las alubias en remojo en agua fría durante toda la noche. Al día siguiente echamos unos 7 litros de agua fría en una olla, añadimos las alubias que teníamos en remojo bien escurridas, la carne, el chorizo (yo casi nunca le echo chorizo al caldo, pero mucha gente lo hace), y el unto. Ponemos la olla al fuego, y dejamos que hierva durante una hora aproximadamente. Pasado ese tiempo retiramos la carne, y el chorizo a un plato, y añadimos la patatas cortadas menudas como si fueran para tortilla pero un poco más gruesas, y en rodajas no muy grandes. Cuando la olla levante el hervor después de añadirle las patatas, añadimos las nabizas bien limpias, y cortadas finamente y dejamos que cueza todo junto unos 15 minutos aproximadamente. Mientras preparamos el sofrito. 

Llegados a este punto he de aclarar que normalmente el caldo se sirve sin ningún sofrito, si bien yo en mi casa he visto que mi madre siempre le preparaba un sofrito al final, y está riquísimo así. A mí me gusta más con sofrito que sin él, por eso al gusto de cada uno. Para el sofrito echamos aceite de oliva en una sartén y picamos en juliana un trozo de cebolla (1/4 aproximadamente) y la añadimos a la sartén. Ponemos al fuego, y cuando la cebolla comience a tomar color retiramos la sartén del fuego, esperamos unos instantes para que el aceite pierda algo de temperatura y luego añadimos la cucharadita de pimentón, removemos y acto seguido se lo añadimos al caldo, lo removemos todo junto, le apagamos el fuego, retiramos el unto, y dejamos reposar con la olla tapada unos diez minutos. Después ya lo podemos servir, preferiblemente en unos cuencos de barro como manda la tradición, y en cuanto a la carne la servimos en una fuente aparte para que cada comensal se sirva al gusto.


Cuando hago caldo en casa utilizo una olla grande, luego lo guardo en tuppers en el frigorífico, y  así tengo caldo para varios días, además  el caldo es de esos platos que está mejor el día siguiente que el día que se prepara, es como si se “asentasen” mejor los sabores.

Espero que os haya gustado. Nos vemos de nuevo en unos días.

lunes, 15 de febrero de 2016

Lentejas con chorizo y panceta


Hoy os presento un plato por todos conocido: el guiso de lentejas. Lo cierto es que no soy nada forofa de las lentejas, pero después de la última analítica en la que me salieron bajos los niveles de hierro en sangre, he tenido que echar mano de ellas, y la verdad es que una vez que empiezo a comerlas me gustan, y en días de frío como el de hoy incluso me apetecen y me sientan muy bien.

Su preparación no entraña ninguna dificultad, básicamente es añadir los ingredientes a la olla, y dejar que se vaya haciendo todo a fuego lento, y por último preparar un sofrito para enriquecer un poco el plato, y nada más.

Cuando las preparo suelo hacer bastante cantidad, luego las guardo en tuppers en la nevera y las voy consumiendo en días sucesivos, así ahorro energía, trabajo y tiempo.

Aunque la mayoría de vosotros seguro que ya sabéis cómo preparar unas lentejas, como suele ocurrir, hay tantas recetas como cocineros, así que os cuento cómo las hago yo

Ingredientes (para 4 personas)

-500gr. de lentejas pardinas
-2 chorizos
- 350 gr. de panceta curada y desalada
-1 cebolla
-1 zanahoria
-1 tomate
-2 dientes de ajo
-1 cucharadita de pimentón dulce (de buena calidad)
-aceite de oliva virgen extra

Preparación:

Personalmente prefiero la lenteja pardina a la lenteja castellana, pero es cuestión de gustos. Tampoco la suelo dejar en remojo, aunque hay gente que lo hace, en caso de hacerlo seguir las indicaciones del envase.

Empezamos añadiendo las lentejas a la olla, añadimos también el tomate, la zanahoria y la cebolla, todas la verduras convenientemente lavadas y enteras.

Los chorizos los añadimos cortados en rodajas, y la panceta cortada en tacos. Cubrimos con abundante agua fría, en mi caso algo más del doble de volumen de lentejas (me gustan las lentejas más bien sueltas que espesas) y ponemos al fuego hasta que levanten el hervor, en ese momento bajamos el fuego al mínimo y dejamos que se vayan haciendo lentamente por espacio de una hora y media aproximadamente. 

Si vemos que durante la cocción se consume mucho líquido, añadimos agua (en este caso agua caliente para que no se corte la cocción) Cuando estén cocidas, probamos de sal y rectificamos si fuera necesario, ya que es posible que la panceta al ser salada le dé sal suficiente al guiso y en ese caso ya no le añadimos. Por último apagamos retiramos las verduras y las pasamos por el pasapurés o por la batidora, y añadimos a la olla.

Aparte cubrimos el fondo de una sartén con aceite de oliva virgen extra y la ponemos al fuego. Añadimos los dos dientes de ajo cortados en láminas y cuando empiecen a dorarse apartamos la sartén del fuego y añadimos una cucharadita de pimentón dulce, removemos bien y añadimos este sofrito a la cazuela de las lentejas, mezclamos todo, y ya tenemos nuestras lentejas listas para servir bien calentitas. 

Si os pasa como a mí, que soy bastante delicada de estómago, o bien queréis reducir un poco las calorías del plato, podéis prescindir del sofrito, está igual de ricas, y son más digestivas.

Pues espero que os haya gustado la receta. Nos vemos en unos días.

martes, 12 de enero de 2016

Rape con gambas y guisantes


Aunque las fiestas navideñas han terminado, la receta que hoy os presento, rape con gambas y guisantes, es ideal para un banquete de fiesta, y sin embargo es muy fácil de preparar.

La diferencia en el resultado final vendrá dada más que nada por la calidad de las materias primas, porque dificultad no presenta ninguna, de manera que si usáis productos de primera calidad, el éxito está asegurado.

Os dejo ya con la receta y lo comprobáis

Ingredientes (para 4 personas):

- 1 kg. de rape
- 300gr. de guisantes
- 500gr. de gambas peladas
-2 cebollas
-6 dientes de ajo
-1 vaso de vino blanco
-1. 1/2 vasos de caldo de pescado
-aceite de oliva virgen extra
-sal
-harina de trigo

Para el caldo de pescado
-2 litros de agua
-2 puerros
-1 zanahoria
-1 cebolla
-huesos de rape, morralla, colas de pescado...
-sal

Preparación:

Primero hacemos el caldo de pescado, para ello ponemos una olla con agua al fuego y añadimos los puerros, la zanahoria, la cebolla y los restos de pescado. Salamos y dejamos cocer a fuego bajo, por espacio de 40 minutos, desespumando cuando sea necesario. Luego colamos el caldo y lo reservamos.

Por otro lado, ponemos un cazo con agua al fuego y cuando empiece a hervir echamos los guisantes. Los dejamos hervir hasta que estén cocidos, y luego los escurrimos y reservamos.

Aparte ponemos una olla al fuego y cubrimos el fondo con aceite de oliva. Mientras el aceite se calienta, salpimentamos los trozos de rape, los enharinamos ligeramente, los doramos en el aceite y reservamos.

En el mismo aceite utilizado para dorar el rape, echamos los ajos y la cebolla picados finamente, rehogamos unos minutos y a continuación añadimos el vino blanco, esperamos unos minutos más para que se evapore el alcohol, y añadimos las gambas, los guisantes y el rape que teníamos reservados, echamos por último el caldo de pescado, sin que llegue a cubrir, y lo llevamos al horno a 180º, calor arriba y abajo, durante unos 15 minutos, para que termine de hacerse todo junto, y listo para emplatar y servir.

Como habréis podido observar, con los ingredientes indicados para hacer el caldo de pescado, también llamado fumet, obtenemos más cantidad de la que necesitamos para la elaboración de esta receta. El caldo sobrante podemos congelarlo y así cuando lo necesitemos ya lo tenemos hecho.

Espero que os haya gustado la receta. Nos vemos pronto.

Un beso