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jueves, 27 de abril de 2023

Salmón en papillote

Hola amigos. Hoy os traigo de nuevo una receta salada, en esta ocasión un salmón al horno en papillote, con verduras.

Llevo mucho tiempo preparando esta receta, desde que la descubrí en un curso de cocina al que asistí hace años con mi madre. A ella, al igual que a mí, le encantaba, así que se la dedico a mi adorada madre con todo el cariño.

El papillote es una técnica de cocción de los alimentos, en la que estos se cocinan en sus propios jugos, sin apenas grasa, y envueltos en un paquete de papel vegetal o de aluminio bien sellado en los bordes.

El vapor que se genera en el interior por el calor, es suficiente para cocinar los alimentos, si bien en esta receta que os muestro, las verduras se pochan previamente en la sartén. 

Esto no es lo más habitual, lo más usual es añadir las verduras en crudo, cosa que hago en ocasiones, aunque cuando lo hago así suelo elegir otras verduras, y con otros alimentos como filetes de pechuga de pollo, por ejemplo, sin embargo cuando hago el salmón en papillote siempre elijo la receta que os muestro a continuación, porque está deliciosa y si algo nos gusta para qué cambiarlo.

Para preparar esta exquisita receta necesitaréis los siguientes

Ingredientes (para 2 personas)

-2 lomos de salmón (servirían también rodajas)
-2 puerros grandes (la parte blanca)
-1 cebolla grande ó 2 medianas
-4 zanahorias
-aceite de oliva virgen extra
-120ml. de vino blanco
-sal
-pimienta negra recién molida

Elaboración:

Comenzamos cortando la cebolla y los puerros en juliana, y la zanahoria en bastoncitos delgados, del tamaño de un dedo de largos aproximadamente (yo para agilizar el proceso opté por rallar la zanahoria, pero lo aconsejable es hacer bastoncitos, porque queda con una textura más agradable).

Después ponemos una sartén al fuego y cubrimos la base con aceite de oliva virgen extra (en mi caso utilicé aceite de sabor intenso, pero sirve perfectamente el de sabor suave, eso según gustos). Cuando el aceite esté caliente añadimos las verduras; zanahoria, cebolla y puerros, mezclamos, salamos el conjunto, y dejamos que se vaya pochando a fuego suave unos 15 ó 20 minutos.

Cuando las verduras estén bien pochaditas, subimos un poco la intensidad del fuego, y añadimos el vino blanco, removemos bien, y pasados unos minutos, cuando el líquido se haya evaporado, apagamos el fuego.

Aparte salpimentamos los lomos de salmón.

Por último cortamos media lámina de papel vegetal, lo doblamos por la mitad, y en el centro de una de las mitades echamos la mitad de las verduras rehogadas, sobre ellas colocamos unos de los lomos, y regamos con parte del aceite que quedó de pochar las verduras.


Luego tapamos con la otra mitad, y sellamos cerrando bien los bordes haciendo varias dobleces.

Procedemos de igual forma con el otro paquete que nos falta por preparar, y después los colocamos en una fuente de horno, y los introducimos en el mismo, precalentado a 180ºC, con calor arriba y abajo, durante aproximadamente 15 minutos.

Sabremos que están en su punto justo de cocción, cuando los paquetitos se hinchan por el efecto del vapor que se genera en su interior.


Finalmente retiramos los paquetitos de papillote del horno, los abrimos con cuidado de no quemarnos, y servimos inmediatamente.

Pues nada, espero que os haya gustado la receta, y os animo a prepararla, porque como veis es muy sencilla, muy sana, y está muy rica.

Os espero dentro de unos días. Un abrazo.

miércoles, 8 de marzo de 2023

Calçotada hecha en casa


Los pasados días 3 y 4 de febrero hice un viaje relámpago a Barcelona con mi marido y una tía. Ella tiene un hermano que reside en Badalona y fue a visitarlo, y yo acompañé a mi marido que tenía unos asuntos que resolver.

Con tan poco tiempo apenas hubo mucho margen de maniobra para hacer turismo, pero sí para comprar unos calçots aprovechando que estamos en temporada.

Al día siguiente del regreso preparamos en casa una calçotada que estaba de vicio.

Era la segunda vez que preparaba los calçots en casa, pero en la anterior ocasión no hice foto, en cambio el otro día sí pude sacar algunas, y aunque no son de muy buena calidad, me sirven para ilustrar este post.

Los calçots son unas cebollas alargadas, de sabor dulce, que se cultivan bajo tierra en surcos que se “calzan”, de ahí el nombre, y que se recolectan desde enero hasta abril.

Los calçots se acompañan de una salsa, denominada salsa romesco, en la cual se sumergen los mismos después de retirar la capa que ha estado en contacto con el fuego.

Este ingrediente típico y representativo de la gastronomía catalana, se come en familia o con amigos, algo así como sucede con la paella, o las gachas manchegas, donde un grupo de gente se reúne en torno a la mesa.

Además de la salsa romesco y los calçots, en una calçotada es frecuente asar carnes a la parrilla, se trata en definitiva de un homenaje gastronómico en buena compañía.

Hoy en día no hace falta viajar a Cataluña para conseguir calçots, pues hay empresas que los venden online, pero en todo caso, con calçots o sin ellos, os recomiendo la salsa romesco. Está exquisita simplemente untada sobre una rebanada de pan artesano tostado en la sartén o en la plancha, también con verduras a la plancha, con pescado blanco… ¡Es una delicia!

Os detallo a continuación la lista de productos que necesitaréis para preparar una calçotada en casa y os cuento cómo la preparé.

Ingredientes:

-2 manojos de calçots
-salsa romesco
-carnes para asar a la parrilla como acompañamiento (costilla de cerdo, panceta…)

Para la salsa romesco

-media cabeza de ajos
-3 tomates maduros (500gr. aproximadamente)
-2 ñoras
-1 rebanada de pan tostado en la sartén
-1 diente de ajo en crudo
-100ml. de aceite de oliva virgen extra (el mío de Aceites Abril)
-25ml. de vinagre
-25gr. de avellanas crudas
-50gr. de almendras crudas
-una pizca de sal

Preparación:

Comenzamos preparando la salsa para acompañar a los calçots, la llamada salsa romesco, para ello ponemos las ñoras en remojo durante al menos un par de horas en agua caliente.

Aparte lavamos los tomates y les hacemos una cruz en la base y después los colocamos en una bandeja de horno boca abajo.

En otra bandeja ponemos la media cabeza de ajos, las avellanas y las almendras, y las llevamos horno con calor arriba y abajo a 180ºC durante unos 30 ó 40 minutos, dependerá un poco del horno.

Las avellanas y las almendras necesitarán menos tiempo para tostarse. También los ajos necesitaron algo menos de tiempo. Pero eso ya lo vais viendo vosotros mismos a través de la puerta del horno, y a medida que veáis que están hechos los vais retirando. Dejamos enfriar y reservamos.

Por otro lado tostamos una rebanada de pan en la sartén o en una plancha de asar. Dejamos enfriar y reservamos.

En mi caso utilicé la thermomix para elaborar la salsa, y una vez que estén todos los ingredientes preparados seguimos los siguientes pasos:

1- Echamos en el vaso la rebanada de pan tostado, las almendras, las avellanas, la sal y el diente de ajo crudo, y programamos 30 segundos / velocidad 7

2- Abrimos las ñoras por la mitad, le retiramos las pepitas y el rabito y la añadimos al vaso. Pelamos los tomates y los ajos asados y los añadimos también al vaso. Añadimos asimismo el vinagre y programamos de nuevo 30 segundos / velocidad 7

3- Programamos velocidad 4 sin tiempo, y vamos dejando caer el aceite de oliva sobre la tapa del vaso, con el cubilete puesto, de forma que caiga lentamente para que emulsione la salsa. Cuando hayamos terminado de incorporar todo el aceite, retiramos a un cuenco y ya tenemos lista nuestra salsa romesco.

Después de preparada la salsa, toca asar las carnes en la parrilla, y los calçots.

Lo preparar la carne a la parrilla es temática para otro día, hoy toca deciros cómo he preparado los calçots.

En primer lugar los colocamos uno al lado de otro en la parrilla. Tiene que ser una parrilla doble de las que se cierran y que luego se les puede dar la vuelta.

Cuando el fuego tenga una buena llama, colocamos la parrilla con los calçots (como mi parrilla no tiene pies, utilicé una trébede). A diferencia de las carnes que se hacen con las brasas, para hacer los calçots tiene que haber llamas vivas


Cuando lleven al fuego unos cinco minutos pasados, les daremos la vuelta a la parrilla para que se hagan por el otro lado.


Tras unos 12 ó 15 minutos al fuego ya empezarán a soltar líquido, lo cual significa que están hechos en su interior. 

Yo como gallega ya suponéis que no soy muy experta, así que para asegurarme de que estaban hechos por dentro empleé un pincho de madera de los que se utilizan para las brochetas. Si los podéis pinchar sin hacer fuerza es que están en su punto. 

Una vez hechos, retiramos la parrilla del fuego, la abrimos con cuidado de no quemarnos, y retiramos los calçots sujetándolos de la parte verde, y los colocamos sobre unas hojas de papel de periódico.
 

Envolvemos los calçots en el papel de periódico para llevarlos a la mesa.


Se suelen servir sobre una teja, y para comerlos también es habitual colocarse un babero, pero en mi caso no tenía ni una cosa ni la otra.

Para comerlos, con una mano se tira de la parte de la raíz hacia abajo, y con la otra se tira de la parte verde en sentido contrario, y después sumergimos la parte blanca (la parte verde no se come) en la salsa, y a disfrutar sin miedo y sin vergüenza, jeje...


Nosostros la verdad es que hemos disfrutado de lo lindo con esta calçotada casera. A ver si para el año tenemos de nuevo oportunidad de preparar otra.

Y con esto termino por hoy. Espero que la receta haya sido de vuestro agrado.

Hasta pronto. Un abrazo

martes, 20 de diciembre de 2022

Bacalao con coliflor



Dadas las fechas en las que estamos, toca una receta típica de Navidad, y en este caso os traigo un plato típico de la cena de Nochebuena aquí en Galicia; me refiero al bacalao con coliflor.

A estas alturas quien más quien menos imagino que ya tiene el menú elegido, pero si queda algún despistado al que se le haya echado el tiempo encima y que todavía no tenga nada en mente, os propongo este plato típico de mi tierra.

Cuando vivían mis padres lo preparábamos siempre, ahora hay años que no, pero  en todo caso a lo largo del año lo preparamos en más de una ocasión.

Es un plato con una elaboración muy sencilla y con un sabor delicioso, aunque la foto no le hace justicia, así que si os gusta el bacalao, probad esta receta que os aseguro que os va a encantar.

Lo importante para que salga bien es utilizar un bacalao de calidad, una coliflor bien fresca y un buen aceite de oliva, con eso el éxito está asegurado, así que paso ya a detallaros la lista de

Ingredientes (para 4 personas):

-4 lomos de bacalao gruesos 
-4 patatas grandes
-1 coliflor grande
-4 huevos
-1 cebolla
-2 dientes de ajo
-aceite de oliva virgen extra (yo empleé la variedad hojiblanca de Aceites Abril)
-1 cucharadita de pimentón dulce (siempre utilizo el de mi marca preferida: Productos Jauja)
-sal

Preparación:

En primer lugar ponemos un cazo con agua al fuego y cuando levante el hervor, echamos los huevos, dejamos cocer durante 10 minutos, y después retiramos a un cuenco con agua fría. Cuando los huevos estén fríos, retiramos la cáscara y reservamos.

Mientras se están cociendo los huevos vamos pelando las patatas y limpiando la coliflor, retirándole las hojas. Después las patatas las cortamos en dados grandes y la coliflor la cortamos en ramilletes medianos.

Seguidamente echamos la coliflor y las patatas en una olla, añadimos agua hasta que cubra 1 ó 2 dedos por encima, y desde que comience a hervir, cocemos durante unos 12 minutos a fuego medio. Transcurrido ese tiempo añadimos a la olla los lomos de bacalao previamente desalados y cocemos el conjunto durante unos 5 minutos más desde que levante de nuevo el hervor. Seguidamente retiramos los lomos de bacalao a una fuente, colocamos alrededor los huevos duros cortados por la mitad, y reservamos.

Una vez retirado el bacalao, probamos las patatas y rectificamos de sal si fuese necesario, después reservamos un vaso del líquido de cocción, y escurrimos bien las patatas y la coliflor y las vertemos en una fuente. Reservamos.

Mientras se cocina el bacalao y la verdura, aprovechamos para preparar la ajada, para ello ponemos una sartén al fuego, cubrimos la base con aceite de oliva virgen extra, y cuando esté caliente añadimos el ajo laminado, lo doramos ligeramente y seguidamente añadimos la cebolla cortada en juliana. Sofreímos a fuego medio hasta que esté bien pochada. Apagamos el fuego y añadimos el pimentón, mezclamos bien y después añadimos 4 cucharadas soperas del agua de la cocción, mezclamos y se lo echamos por encima a los lomos de bacalao, a las patatas y a la coliflor, y listo para servir y disfrutar.

Pues con el deseo de que la receta de hoy haya sido de vuestro agrado, me despido hasta la próxima.

Un abrazo.

lunes, 6 de junio de 2022

Kartoffelsalat (Ensalada alemana de patatas)


Con el verano llamando a la puerta, aunque aquí en el norte llevamos unos días de lluvia y de temperaturas más bien bajas para esta época del año, apetecen platos más ligeros, menos elaborados y sobre todo fresquitos, y las ensaladas cumplen estas características.

La receta que os traigo hoy es típica de Alemania, y tiene dos variantes, con mayonesa, la que elaboran en la zona norte del país, y sin mayonesa, más típica del sur de Alemania, de Austria e incluso de Croacia.

La que lleva mayonesa recuerda a la ensaladilla rusa, aunque sin pimientos, ni guisantes ni atún. Puede llevar huevo, aunque yo no se lo pongo.

La que no lleva mayonesa, va aliñada con una vinagreta y recuerda a las “papas aliñás” típicas de algunas regiones del sur de España.

Las dos versiones están deliciosas, yo casi siempre la hago con mayonesa, pero probé esta ensalada sin mayonesa en la ciudad alemana de Baden Baden, y aunque algo fuertecita de sabor, resultaba exquisito el contraste con las salchichas fritas que la acompañaban.

He visto esta ensalada en varios blogs y las salchichas se las añaden sin freír y cortadas en trozitos, pero yo las veces que la he probado en Alemania siempre la salchichas iban aparte, por eso las he freído ligeramente y las serví enteras. En este caso dos salchichas tipo Frankfur por persona, y se convierte así en un plato único muy completo.

Os dejo ya con la lista de ingredientes y su elaboración, veréis que fácil es

Ingredientes:

-1kg. de patatas (en mi caso variedad Monalisa)
-16 pepinillos agridulces
-1 cebolleta
-cebollino fresco o perejil (al gusto de cada uno)
-2 salchichas fritas por persona

Para la versión con mayonesa:

-7 cucharadas de mayonesa
-1 cucharada de mostaza

Para la versión sin mayonesa:

-90ml. de aceite de oliva virgen extra
-30ml. de vinagre de vino blanco

Elaboración:

En primer lugar hay que hervir las patatas en agua con sal, para ello las lavamos bien bajo el grifo, luego las echamos en una olla sin pelarlas, las cubrimos con agua y cuando empiecen a hervir añadimos la sal necesaria. Cuando estén cocidas, las escurrimos y dejamos que enfríen. Una vez frías, las pelamos y las cortamos en rodajas un poco gruesas. Reservamos

Respecto a las patatas, deciros que conviene utilizar una variedad de patata que mantenga la forma una vez cocida, la variedad “Monalisa” va muy bien, y la patata roja “Red Pontiac” también. Es conveniente asimismo que sean patatas de un tamaño similar para que se cuezan todas al mismo tiempo.

Por otra parte cortamos los pepinillos en rodajas del mismo grosor que las patatas. Picamos finamente la cebolleta, y por último picamos el cebollino (o el perejil) lo más fino posible.

Aparte preparamos la mayonesa y la mezclamos con la mostaza.

Por último mezclamos las patatas con los pepinillos, la cebolleta y el cebollino o perejil (de este último reservamos un poco para decorar por encima), y luego añadimos la mezcla de mayonesa y mostaza y la integramos bien. Dejamos enfriar en el frigorífico.

A la hora de servir espolvoreamos con un poco de cebollino fresco o perejil (según cual hayamos elegido) y acompañamos con un par de salchichas (por persona) fritas en el último momento.

Si preferís la versión sin mayonesa de esta receta, preparáis una vinagreta mezclando 90ml. de aceite de oliva virgen extra con 30ml. de vinagre de vino en un tarro de cristal con tapa, agitando bien para que emulsione, y luego vertéis esa vinagreta sobre las patatas aun calientes, por lo que os aconsejo cocerlas enteras pero peladas. Luego al escurrirlas, con ayuda de un tenedor y un cuchillo, las cortáis en rodajas gruesas, antes de que enfríen, y acto seguido añadís la vinagreta.

Una vez que las patatas estén frías, añadís el resto de ingredientes: los pepinillos, la cebolleta, y el cebollino o perejil e integráis todo bien. Acompañáis con un par de salchichas fritas por persona.

Como veis es una receta muy sencilla. Espero que os animéis a prepararla y que os guste.

Un abrazo.

martes, 29 de marzo de 2022

Manitas de cerdo con berzas (Festa da Uña de San Lázaro)

 

El quinto domingo de cuaresma, conocido también como Domingo de Pasión, se celebra la festividad de San Lázaro, y en Santiago de Compostela, la iglesia de San Lázaro se encuentra a la entrada de la ciudad sobre el camino francés. Allí los vecinos del barrio y aledaños, así como otros venidos de lejos, celebran ese día la festividad de su patrono honrando al santo con misas y procesión, a la que se une la subasta de las uñas de cerdo así como otras partes del cerdo, que se le ofrecen al santo siguiendo una antiquísima tradición.

Como en toda romería gallega no faltan los puestos con rosquillas, empanadas, churros y garrapiñadas en las inmediaciones del templo, y por supuesto tampoco falta la música para amenizar la jornada.  

En el aspecto gastronómico, por esas fechas en los locales de hostelería de la zona, las uñas de cerdo con berzas, chorizo y patatas son el plato estrella, tanto es así que le dedican una fiesta, la conocida como “Festa da Uña” que este año tiene lugar de los días 1 al 3 de abril.

Las uñas de cerdo, más conocidas como manitas de cerdo, tienen una textura gelatinosa que me encanta, y hace unas semanas cuando fui hacer la compra, vi unas que me gustaron y las traje con la idea de hacer este delicioso plato, el cual hoy comparto con vosotros, aprovechando que el próximo fin de semana en Santiago se celebra la “Festa da Uña”.

Ingredientes (para 4 personas):

-4 uñas partidas por la mitad
-4 chorizos
-un buen manojo de berzas tiernas (las hojas pequeñas del centro)
-1kg. de patatas
-aceite de oliva virgen extra
-pimentón dulce
-4 dientes de ajo

Preparación:

La noche anterior dejamos las uñas a desalar. Al día siguiente miramos por si tuvieran restos de pelitos, algo que ocurre con frecuencia, y personalmente a mí me da mucho repelús encontrarme eso en el plato, por lo que os aconsejo que utilicéis una cuchilla de las de afeitar, sin usar por supuesto, y que retiréis todo resto de pelos que pudieran tener. También podéis usar para esta tarea un soplete de cocina.

Después las lavamos bien bajo el grifo del agua fría y las echamos en una olla grande, cubrimos con abundante agua y dejamos cocer durante unas tres horas a fuego medio. Transcurrido ese tiempo miramos si están cocidas, y de no estarlo continuamos con la cocción hasta que al pincharlas con un tenedor se note la carne blandita. En ese momento las retiramos a una fuente y reservamos.

A continuación probamos de sal el agua donde se han cocido las manitas, y añadimos más si fuera necesario, después añadimos las berzas bien lavadas y enteras y los chorizos, y dejamos cocinar durante unos 30 minutos.

Mientras la verdura y los chorizos se van cociendo, pelamos las patatas, las cortamos por la mitad, y las añadimos a la olla. Aprovechamos para mirar los chorizos, y si están cocidos los retiramos, sino dejamos que se sigan cociendo con las patatas y la verdura.

Entretanto aprovechamos para retirar los huesos (al menos los más grandes) de las manitas de cerdo, y después las devolvemos a la olla para que cuezan de nuevo unos cinco o diez minutos con todo el conjunto.

Mientras,  cubrimos el fondo de una sartén con aceite de oliva virgen extra, cuando esté caliente añadimos los ajos laminados, y cuando empiecen a dorarse retiramos del fuego y añadimos el pimentón, removemos y reservamos fuera del fuego.

Por últimos solo nos queda emplatar, para ello servimos un ó dos patatas por comensal, un chorizo, una manita de cerdo y un poco de verdura, y echamos por encima un poco de la ajada de la sartén.

Como podéis observar es una receta que lleva su tiempo, pero no tiene la más mínima complicación, y si os gustan las manitas de cerdo, este plato os va a encantar seguro, así que os animo a que lo preparéis en casa.

Termino por hoy. Nos vemos en unos días.

Un abrazo.

domingo, 6 de marzo de 2022

Ropa Vieja


Después de unos días ausente coincidiendo con el carnaval, vuelvo con una nueva receta que es continuación de la última que publiqué, el cocido, porque el ingrediente principal de la receta de hoy es precisamente las sobras del cocido.

El nombre de la receta ya nos pone en preaviso, porque se conoce como “ropa vieja”, pero que el nombre no os lleva a engaño, no creáis que se trata de un plato de segunda categoría, al contrario, a mí me gusta incluso más que el propio cocido.

Como decía un amigo hace unos días en las RR SS, hay un cocido por civilización, por país, por región y por casa, y con la “ropa vieja” ocurre lo mismo, de modo que la receta que yo os muestro es la que más se adapta a nuestros gustos. Espero que sea también de vuestro agrado.

Ingredientes:

-Restos del cocido (patatas, verdura, legumbres, carnes y embutidos)
-Aceite de oliva virgen extra
-1 cebolla
-3 dientes de ajo
-1 cucharadita de pimentón dulce

Preparación:

Lo primero es deshuesar y desmenuzar las carnes sobrantes del cocido y los embutidos, y mezclar con la verdura, los garbanzos y las patatas.

A continuación ponemos un sartén al fuego y añadimos un poco de aceite de oliva con que apenas cubra el fondo de la misma. Cuando el aceite esté caliente añadimos la cebolla picada, y rehogamos a fuego bajo hasta que adquiera un color transparente, seguidamente añadimos los ajos picados, dejamos un par de minutos más hasta que empiecen a dorarse. En ese momento, retiramos la sartén del fuego, esperamos a que baje un poco la temperatura del aceite, añadimos el pimentón y mezclamos bien.

Después volvemos a poner la sartén en el fuego y añadimos los restos del cocido, mezclamos y dejamos al fuego removiendo de vez en cuando hasta que se caliente todo el contenido de la sartén de manera uniforme, y acto seguido a servir y a disfrutar de un plato sencillo, económico y lo mejor de todo, muy rico.

Con esto termino por hoy. Nos vemos pronto.

Un abrazo.

jueves, 24 de febrero de 2022

Cocido de mi madre


En Galicia ya desde comienzos de otoño empieza la temporada de cocidos, y los locales de hostelería ofrecen en sus cartas este plato tan completo, pero la época álgida de los cocidos es sin duda en Carnavales, así que aprovecho estas fechas para publicar la receta del cocido.

En ningún hogar gallego falta a lo largo del invierno un cocido, en cada casa lo hacen a su gusto, aportándole así su sello particular, por eso yo a esta receta la llamo “Cocido de mi madre”, porque es cómo lo preparaba ella siempre en casa, solo con el añadido de los garbanzos, que mi madre no los ponía porque ya bastante contundente es el cocido, pero como a mi marido le gustan ahora se los añado. Lo que no falta nunca es la carne salada de cerdo, los embutidos (en mi zona chorizos, y en menor medida botelos o androllas), las patatas, y la verdura (grelos o repollo)

Cuando teníamos invitados en casa, generalmente utilizábamos repollo en lugar de grelos porque estos no le gustan a todo el mundo, y ese día, desde primera hora de la mañana mi madre ponía al fuego la olla más grande que había en casa, y le añadía las carnes y los embutidos, luego a medida que estaban hechos, los iba retirando a una fuente, y finalmente cocía la verdura y las patatas, ¡qué recuerdos…! Desgraciadamente estas escenas tan cotidianas nos las valoramos lo suficiente, y luego con el tiempo las añoramos, es lo que me pasa a mí, y por eso esta receta se la dedico a mi adorada madre. ¡Te quiero mamá, eternamente te quiero…!

Os detallo los ingredientes que utilicé para hacer este cocido, son los siguientes:

-1/2 cabeza de cerdo salada con oreja incluida
-1 trozo de costilla de cerdo salada
-4 trozos de gallina
-1 hueso de ternera
-2 repollos medianos
-4 chorizos
-250gr. de garbanzos
-fideos finos (opcional para preparar la sopa de cocido)

Preparación:

El día anterior ponemos los garbanzos en remojo, y la carne a desalar en una olla grande cubierta con agua.

Al día siguiente retiramos el agua de la carne, cubrimos con abundante agua fría del grifo, y añadimos las carnes de cerdo, la de gallina, el hueso de ternera, los chorizos y ponemos a fuego alto.

Cuando la olla comience a hervir, añadimos los garbanzos escurridos, colocados dentro de una bolsa de red especial para cocer legumbres y evitar con ello que se desperdiguen por toda la olla y sean así más fáciles de retirar cuando estén cocidos. Cuando la olla vuelva a hervir bajamos el fuego, y dejamos que se vaya cociendo todo, alrededor de unas dos horas y media o tres horas.

En este tiempo iremos retirando las carnes según vayan estando cocidas, primero los chorizos, y después la costilla de cerdo. La carne de gallina, si es de un animal joven también se hará pronto, y al revés, cuanta más edad tenga la gallina más tiempo tardará en estar cocida, aunque esto último es preferible porque le da más sabor al caldo.

En unos 90 minutos estarán listos los garbanzos, y los retiramos también, en ese momento aprovechamos para comprobar cómo está la cabeza de cerdo que es lo que más tarda en cocerse. Lo más probable es que todavía no esté bien hecha, por lo tanto continuamos con la cocción entre 30 y 60 minutos más, dependiendo del tamaño de la pieza.

Cuando toda la carne esté cocida, reservamos y probamos de sal el caldo resultante rectificando si fuera necesario, después apartamos para otra olla pequeña una parte de ese caldo obtenido, y luego le añadimos unos fideos finos para preparar la sopa de cocido. En esta ocasión yo no lo hice, pero lo recomiendo porque esa sopa está exquisita y es muy reconfortante sobre todo en un día de frío invierno.

En la olla principal añadimos el repollo limpio y dejamos que hierva en torno a unos 20 minutos, después añadimos las patatas peladas y cortadas por la mitad (siempre lo hago porque alguna a veces está mala por dentro), y dejamos cocer hasta que las patatas y la verdura estén cocidas.

Por último en una fuente colocamos la carne troceada y los chorizos, y en otra los garbanzos, el repollo y las patatas, y listo por fin para servir a la mesa y disfrutar en familia.

Con el cocido las cantidades de los ingredientes van un poco a ojo, pero es mejor pecar por exceso que por defecto, porque después lo que sobre se puede reciclar de muchas maneras, por ejemplo en unas croquetas cuya receta podéis ver pinchando aquí, en una empanada o en "ropa vieja” que es lo que voy a preparar yo en esta ocasión con lo que me ha sobrado, y luego más adelante subiré la receta al blog para compartirla con vosotros.

Espero que os haya gustado la receta. A mí me ha servido para rememorar momentos maravillosos, y para rendirle un homenaje a mi madre que tantas veces preparó este cocido en casa.

Nos vemos dentro de unos días. Disfrutad del Carnaval.

Un beso.

martes, 21 de septiembre de 2021

Habas a la vinagreta


La receta de hoy hacía años que no la preparaba, pese a que me trae recuerdos de la infancia, porque desde muy pequeña recuerdo habérsela visto preparar a mi padre en verano, cuando había habas verdes en la huerta.

Hace unos días me acordé de esta receta, y la casualidad quiso que este pasado domingo mi prima Josefa, me trajese un bolsa con habas verdes, así que hoy mismo las preparé, le hice las fotos, y aquí os dejo la receta por si alguno tiene todavía habas verdes y se anima a a ponerla en práctica

Me hace especial ilusión compartir esta receta, porque me la enseñó mi padre, y él aprendió a preparla en la mili. Fue allí dónde probó por primera vez las habas a la vinagreta.

La receta por supuesto se la dedico a mi padre, y a dos buenos amigos que hizo allí en Ceuta, donde fue destinado, Gerardo y Jesús. Ambos eran de aquí, de la provincia de A Coruña, pero por aquellos tiempos no había móviles ni siquiera teléfonos en la mayoría de los hogares, lo cual hizo que después de la mili se perdieran la pista.

El destino quiso que muchos años después, uno de ellos, Jesús concretamente, coincidiera en una feria con un vecino nuestro, el cual le dio nuestro número de teléfono…, y un buen día suena el teléfono de casa, descuelga mi padre y se encuentra con la sorpresa… Quedó un poco cortado, a pesar de que nuestro vecino ya le había advertido de que le iba a llamar. Hablaron un rato y acordaron volver a llamarse otro día…

Por entonces mi padre estaba un poco desanimado, llevaba meses con anemia y se encontraba siempre muy cansado. De repente todo se precipitó un día que fui con él por urgencias y me dijeron que tenía leucemia, cinco días después falleció, por lo que después de la mili, Jesús y Gerardo, que eran vecinos y nunca perdieron el contacto entre ellos, no volvieron a ver a mi padre con vida. Los avisamos y nos acompañaron el día del entierro. A día de hoy sigo en contacto con ellos.

Es una historia agridulce, pero la vida tiene estas cosas. Lo dicho, la receta se la dedico a los tres: a Jesús, a Gerardo y a mi padre (Antonio)

Ingredientes:

-1kg. de habas verdes (sin la vaina)
-1 cebolla
-3 huevos cocidos
-100ml de aceite de oliva virgen extra
-30ml. de vinagre de vino
-sal

Preparación:

Comenzamos por desvainar las habas, luego las echamos en una olla, añadimos una hoja de laurel y cubrimos de agua. Ponemos la olla al fuego y cuando empiecen a hervir añadimos sal al gusto, y continuamos con la cocción.

A parte cocemos los huevos en agua durante 10 minutos, luego retiramos el agua caliente, añadimos agua fría, y cuando hayan enfriado, retiramos la cáscara, y los picamos. Reservamos.

Por otro lado echamos en un bote que tenga tapa, el aceite, el vinagre, una pizca de sal y la cebolla picada, tapamos y agitamos bien para que emulsione un poco el aceite. Si no tenemos un bote con tapa, batimos enérgicamente con un tenedor durante un par de minutos y obtendremos el mismo resultado. Reservamos la vinagreta que hemos preparado.

Cuando las habas estén casi hechas, añadimos la vinagreta con la cebolla a la olla, mezclamos bien, dejamos cocer unos cinco minutos más, luego apagamos el fuego, añadimos los huevos picados, removemos el conjunto y dejamos reposar un poco.

En casa la servimos tibia, es como más nos gusta.

Deciros que aunque no es un plato muy fotogénico, os aseguro que está de vicio, si las probáis repetiréis seguro.

Nada más por esta ocasión, solo espero que la receta de hoy haya sido de vuestro agrado. Con ese deseo me despido hasta la próxima vez.

Un abrazo.

lunes, 31 de agosto de 2020

Ensalada de burrata, rúcula, tomates secos y piñones


A punto de despedir agosto, y ya en la recta final de este atípico verano, no tanto en lo climatológico como en lo social por el tema del covid, aprovecho para traeros la receta de una ensalada riquísima que preparé varias veces en los últimos meses.

En el penúltimo post subí la receta de la ensalada caprese, que combina albahaca, tomate y mozzarella, un queso de origen italiano. Pues bien, la que os propongo hoy también lleva un queso de origen italiano, primo hermano de la mozzarella, en este caso el queso burrata.

Hay quien considera la burrata como un tipo de mozzarella, debido a que la mozzarella es  su principal ingrediente, pero la burrata es más que eso, es un queso en sí mismo, no un subproducto.

Tienen en común que ambos son quesos frescos de origen italiano, la mozzarella de la región de Campania, y la burrata de la región de Apulia, pero se diferencian fundamentalmente en su textura, mucho más cremosa en el caso de la burrata, de hecho recibe ese nombre porque recuerda a la mantequilla (burrata en italiano) En cuanto a la presentación, la mozzarella puede tener forma rectangular, de trenza y más frecuentemente forma de bola o pequeños trozos redondos, mientras que la burrata tiene forma de saco pequeño. Hay más características que las diferencian pero cualquiera de estos quesos están riquísimos en ensaladas.

La mozzarella es más fácil de encontrar a la venta, en cualquier supermercado la tienen, la burrata en cambio cuesta más encontrarla, aunque Mercadona la tiene, si bien no la he comprado nunca allí y por tanto no puedo opinar sobre el producto.

Volviendo a lo que os comentaba, estas dos ensaladas, la caprese y esta,  están absolutamente deliciosas y en verano que duda cabe que las ensaladas apetecen más, por eso quería publicar la recetas en esta época del año, y como de momento estamos en verano, aunque aquí por el norte estos días llueva y haga fresquito, seguro que aun nos quedan días de sol y temperaturas agradables, así que os animo a que toméis nota y comprobéis por vosotros mismos lo que os digo.

Ingredientes por comensal:

-1 saquito de queso burrata
-3 ó 4 tomates secos en aceite de oliva
-rúcula
-1 puñadito de piñones
-aceite de oliva virgen extra (del mejor que encontréis)
-orégano seco
-tomillo seco
-sal en escamas (sal maldon)

Preparación:

Cubrimos el fondo del plato con la rúcula lavada y secada con un papel de cocina. Sobre ella, y alrededor del plato, colocamos 3 ó 4 tomates secos en aceite de oliva cortados por la mitad. En el centro del mismo colocamos el queso burrata cortado también por la mitad para que su interior cremoso quede al descubierto. Después esparcimos por arriba  unos piñones ligeramente tostados en la sartén, espolvoreamos un poco de orégano seco y de tomillo seco, y por último echamos la sal en escamas y regamos con un generoso chorro del mejor aceite de oliva que encontréis, y ya está lista para servir a la mesa.

Os aseguro que es una ensalada exquisita, y si bien la burrata y el aceite le aportan bastantes calorías,  y por tanto no es precisamente una opción ideal para personas que sigan una dieta hipocalórica, no pasa nada porque de vez en cuando uno se dé un capricho, y más si se trata de un plato de comida sana como es el caso.

Bueno, pues espero que os haya gustado mi propuesta de hoy.

Dentro de unos días volveré con una nueva receta. Hasta entonces solo me resta daros las gracias por seguirme y desearos una feliz semana.

Un abrazo

lunes, 3 de agosto de 2020

Ensalada Caprese


Un poco más tarde de lo previsto acudo a mi cita con vosotros, pues tenía pensado publicar la receta de hoy en el pasado mes de julio, pero últimamente el tiempo se me escurre entre las manos y no ha sido posible, de todos modos estamos en pleno verano, y es ahora cuando más apetecen las ensaladas, de modo que aun es a tiempo.

La ensalada que os propongo hoy tiene fama mundial, se denomina ensalada caprese, o simplemente caprese, y es de origen italiano, concretamente de la isla de Capri, isla italiana de gran interés turístico, localizada en el mar Tirreo, al sur del golfo de Nápoles.

La ensalada caprese constituye un bocado delicioso, pese a la simplicidad de su elaboración y a los escasos ingredientes que incorpora. A ello contribuye de manera fundamental la calidad de la materia prima, y también es primordial, a mi entender, que sabores tan sutiles y delicados como los de la mozzarella, el tomate y la albahaca, sus principales ingredientes, no se enmascaren con otras especies de sabor más pronunciado. Os comento esto porque aunque lo ideal como os decía es no agregar ingredientes que resten protagonismo al sabor auténtico y genuino de la caprese, existen variantes que emplean pimienta en grano molida. Hay también quien le añade en lugar de la pimienta una pizca de orégano seco como hice yo en esta ocasión. Si optáis por aliñarla con algo de pimienta u orégano que sea en una cantidad muy pequeña, solo por darle un toque, pero evitando lo que os acabo de comentar de  enmascarar u ocultar sabores.

Un consejo para disfrutar de una caprese deliciosa, además de que los ingredientes sean de la mejor calidad posible, es que esté fresquita a la hora de consumirla, y a la hora de degustarla el consejo es que empecéis por una hoja de albahaca, que la mordáis ligeramente y con calma para que el paladar se impregne de su delicado aroma, y luego continuar con una rodaja de mozzarella y otra de tomate, el cual si es ecológico y de nuestro propio huerto mucho mejor porque en esta época están en plena temporada y repletos de aroma.

Si os parece, entramos ya en materia y os detallo la lista de ingredientes (por persona):

-1 bola queso mozzarella (mejor de búfala)
-1 tomate (mejor ecológico)
-hojas de albahaca frescas
-sal en escamas (en su defecto sal gruesa)
-aceite de oliva virgen extra (el mejor que encontréis en el mercado)
-una pizca de orégano seco (opcional)
-una pizca de pimienta recién molida (opcional)

Preparación:
La elaboración es tan sencilla que solo con ver la foto de arriba sabréis cómo prepararla, pues tan solo se trata de ir alternando rodajas finas de tomate, rodajas de mozzarella del mismo grosor que las del tomate y hojas de albahaca. La mozzarella antes de cortarla en rodajas,  le escurrís bien el líquido, y la secáis con un papel de cocina

Después de montado el plato, le podéis añadir una pizca de pimienta recién molida o bien un poco de orégano seco. En mi caso en esta ocasión le espolvoreé por encima un poquito de orégano, pero tanto la pimienta como el orégano son opcionales, y en todo caso que sean en muy poca cantidad.
Seguidamente espolvoreamos por encima sal en escamas y luego regamos con un chorro generoso de un aceite de oliva de primera calidad.

Esta ensalada de origen italiano (si os fijáis lleva los colores de la bandera italiana: verde, blanco y rojo) se sirve como entrante o bien como un plato en sí misma, nunca como acompañamiento.

Para finalizar comentaros que en la lista de ingredientes os aconsejo la mozzarella de búfala, es un poquito más cara y no tan fácil de encontrar como la de vaca, pero no os preocupéis, la de vaca sirve perfectamente para elaborar esta receta. En cualquier caso en mercadona tenéis las dos a la venta, la de vaca y la de búfala.

Y con esto termino por hoy. Nos vemos en breve

Un abrazo

miércoles, 12 de febrero de 2020

Botelo con grelos y patatas


El tiempo pasa muy deprisa, y ya tenemos a la vuelta de la esquina el Carnaval (Entroido como lo llamamos aquí en Galicia)

En nuestra tierra esta época se vive muy intensamente, también en lo referente a la gastronomía, y es ahora cuando los cocidos con verduras de la huerta (generalmente grelos y en menor medida repollo) y los productos de la matanza del cerdo (lacón, orella, chorizos, botelo, androlla, etc.)  tienen más demanda.

El cocido que os traigo hoy tiene como ingrediente principal un embutido que recibe el nombre de botelo, y que es muy típico de localidades como la lucense de A Fonsagrada, y sobre todo  la orensana de O Barco de Valdeorras. En esta última celebran todos los años en el mes de enero la fiesta gastronómica del botelo, cuya finalidad es exaltar las virtudes gastronómicas del producto estrella de esta tierra,  el cual cuenta con la distinción de “Indicación Geográfica Protegida de Botelo de Galica” desde el año 2009, y cuya fiesta de exaltación ha ido creciendo en aceptación y número de visitantes desde su primera edición allá por el año 2001, lo que le ha permitido en el año 2014 ser reconocida como “Fiesta de Interés Turístico de Galicia”

Para los que sois de fuera de Galicia y no conocéis este embutido, deciros que se elabora a base de piezas troceadas del despiece del cerdo, fundamentalmente costillas, condimentadas y embutidas en el estómago del animal, que luego es ahumado y semicurado.

Y después de esta breve introducción, paso a detallaros los ingredientes que necesitáis para preparar este rico cocido con botelo. Son los siguientes:

-1 botelo de 1kg. aproximadamente
-1  trozo de carne salada de cerdo (en esta ocasión utilicé costilla)
-1 manojo grande de grelos frescos (con la cocción merman mucho) ó 1 repollo mediano
-1kg. de patatas

Preparación:

Ponemos el botelo y la carne, previamente desalada, en una olla bastante grande y alta, y cubrimos con agua hasta que falten como tres dedos para el borde. Llevamos al fuego y dejamos cocer lentamente por espacio de unas dos horas aproximadamente.

Entretanto limpiamos bien los grelos enteros (si usamos repollo, cortado en hojas) bajo el grifo del agua fría (vigilando que no se cuele ningún intruso, jeje...) y reservamos.

Aparte pelamos las patatas, las lavamos y las reservamos enteras.

Transcurridas las 2 horas, tanto la carne como el botelo ya deberían estar cocidos, de manera que los retiramos a un plato y retiramos también  parte del agua de cocción de las carnes y el embutido a una olla más  pequeña y ponemos al fuego.

En la olla grande añadimos los grelos limpios y enteros, y  encima le ponemos el botelo para que le haga peso y no suban a la superficie.

En la olla pequeña añadimos la patatas que teníamos peladas. Se añaden enteras y se deja hervir al fuego, tanto la olla de las patatas como la de los grelos hasta que estén perfectamente cocidos. En los últimos minutos de cocción comprobamos la sal tanto de la verdura como de las patatas, y después retiramos a unas fuentes, y vamos sirviendo las patatas por un lado, los grelos por otro, y  la carne junto con el botelo, previamente abierto por la mitad, por otro.

En casa nos gusta prepararle un sofrito con un par de dientes de ajo fileteados y aceite de oliva. Cuando el ajo empieza a tomar color retiramos la sartén del fuego, le añadimos  una cucharadita de pimentón dulce de calidad, removemos bien, y ese sofrito se lo echamos a la verdura y a las patatas por encima.  
En la foto apenas se aprecia el sofrito, pero tened en cuenta que no se trata de hacer un gran sofrito que le reste protagonismo a los grelos y a las patatas, sino de enriquecerlos.

En esta ocasión como me sobró caldo de la cocción del botelo y de la carne para después cocer la verdura y las patatas, ese caldo que me sobró lo puse en otra olla, la puse al fuego, y cuando comenzó a hervir le añadí unos fideos finos, y así de primero tomamos una rica sopa, que cuando hace frío sienta muy bien y sabe a gloria.

Realmente en este tipo de plato nos se desaprovecha nada, pues al día siguiente como nos sobró carne y botelo, pues solo somo tres personas en casa, piqué bien las sobras y con una bechamel hice unas deliciosas croquetas de cocido, pero esas os pondré la receta en otra ocasión.

Y poco más, espero que os haya gustado mi receta de hoy, y si tenéis la oportunidad de conseguir un botelo no dudéis en ponerla en práctica, en caso contrario si venís de visita a Galicia  en época de cocidos os aconsejo que no os vayáis sin probar esta exquisitez.

Un beso, nos vemos dentro de unos días. Mientras tanto sed felices.