domingo, 19 de mayo de 2019

Pollo asado en horno de leña


El pollo asado es de esas recetas que nunca fallan, y que gustan a casi todos. Poca gente conozco que no le guste la carne de pollo asada, haciendo memoria solo a un primo que en una ocasión que estuvo ingresado en el hospital, cuando fui a visitarlo se quejaba de que le daban mucho pollo y que él la carne de pollo no la probaba.

A mí por el contrario, y pese a que no soy muy carnívora, el pollo me gusta de cualquier manera, incluso simplemente cocido en agua, pero tengo que reconocer que cómo más me gusta es asado, y lo que más me gusta es la piel bien churrascadita y crujiente.

Hasta que hace unos años compramos un horno de leña en la localidad zamorana de Pereruela, lo preparaba en el horno eléctrico, y está muy rico, pero ahora lo preparamos siempre en el horno de leña, y tiene un sabor diferente, no sabría cómo describirlo, pero se le nota y no  solo con el pollo o las carnes en general, con las pizzas por ejemplo el resultado es espectacular.

Cuando compramos el horno de leña compramos también un recipiente para asar pollos precisamente, es como un  plato circular de barro con un saliente en la parte central, también de barro, sobre el que se coloca e el pollo sentado y  así la piel queda crujiente por todos los lados, sino la parte que tocaba la bandeja quedaba en contacto con el líquido que suelta el pollo durante la cocción y no tenía esa textura crujiente.

Ese saliente central sobre el que se asienta el pollo, es también de barro, y ya sabéis que el barro alcanza altas temperaturas, con lo cual, al ir introducido dentro del pollo, ayuda a que se haga bien por dentro.

Este asador de pollos como es de barro en su totalidad, se puede usar tanto en hornos de leña, de gas o eléctricos, e incluso en cocinas de inducción, de manera que aunque no tengáis el horno de leña, si os interesa adquirir un asador de estos o cualquier otro recipiente de barro, como también venden online, os dejo el enlace aquí.

Y sin más paso a detallaros los ingredientes que necesitáis para preparar la receta de hoy.

-1 pollo entero eviscerado
-4 patatas grandes ó 5 medianas
-1 cebolla
-sal
-1/2 limón

Preparación:

La víspera con un soplete de cocina quemamos bien cualquier resto de plumas que traiga el pollo, después lo lavamos, los secamos con un paño limpio, y por último salamos por dentro y por fuera, y lo guardamos en  la nevera hasta el día siguiente.

Al día siguiente encendemos el horno, para ello utilizamos papel de periódico arrugado, y encima de él colocamos pequeñas ramas, encendemos el fuego y cuando la leña empiece a consumirse vamos colocando troncos más grandes, pasados unos minutos, cuando veamos que el fuego está lo suficientemente avivado, cerramos la puerta con la rendija abierta y el tiro abierto, y esperamos a que se consuma toda la leña.

Cuando esté a punto de consumirse la leña, comprobamos la temperatura del horno, debe estar sobre 200º, si no la ha alcanzado añadimos algo más de leña, y después de que haya ardido toda ya estará seguramente en los 200º,  o posiblemente más.

Otra forma de saber si la temperatura del horno es la adecuada para introducir los alimentos, es comprobar que la bóveda esté blanca, pues cuando empezamos a encender el fuego se pone toda oscura por el humo, y llega un momento en que se vuelve blanca, ese es sin duda el mejor indicativo de que el horno está listo para cocinar. Ahora será el momento de extender las brasas por la base del horno, para que se caliente uniformemente, cerramos la puerta y la rendija, cerramos también el tiro, y esperamos cinco minutos.


Durante ese tiempo de espera, pelamos las patatas, las cortamos en rodajas algo gruesas y las salamos. Asimismo pelamos la cebolla.

Después colocamos dentro del pollo medio limón, y lo introducimos en el asador. En la base del mismo colocamos las cebollas y la patatas mezcladas, añadimos un  chorro de aceite de oliva virgen extra por encima, y medio vasito de agua.

A continuación apartamos las brasas del horno a un lado y colocamos el pollo dentro, en un principio cubierto con papel de aluminio para que se vaya haciendo poco a poco por dentro y no se queme la piel, después cuando veamos que al pinchar con un tenedor ya está hecho por dentro, sacamos el papel de aluminio y dejamos unos minutos más el pollo destapado dentro del horno, para que la piel termine de hacerse, y coja ese color dorado y esa textura crujiente que caracteriza a los pollos asados.

En esta ocasión el pollo tardó en hacerse unos 50 minutos, pero eso dependerá un poco del tamaño del ave. A media cocción siempre conviene darle la vuelta al asado, para que se haga por todas partes igual.
Y poco más, de esta manera tan sencilla, conseguiréis un pollo asado crujiente, doradito y delicioso, que acompañado de las patatas y una sencilla ensalada hará las delicias de los paladares más exigentes.
Si usáis un horno eléctrico o uno de gas, obviamente el procedimiento es el mismo, en torno a 200º de temperatura, y unos 50 minutos de horneado para un pollo mediano, dándole la vuelta a media cocción, y tapado con papel de aluminio hasta los 10 últimos minutos aproximadamente para que se haga bien por dentro primero, y después lo retiramos para que la piel se dore y se vuelva crujiente.

Por último, antes de terminar me gustaría dedicar la receta de hoy a Paqui Garrote, que comparte muchas de mis recetas en su grupo de facebook. Ella y su familia son los dueños de la Alfarería La Fábrica en Pereruela (Zamora), cuyo enlaces os dejé más arriba por si os interesa adquirir algún utensilio de barro para vuestra cocina. Siendo así no dejéis de contactar con ellos pues son gente muy amable, servicial y de confianza. 

Esta familia tiene también dos casas de turismo rural en esta localidad zamorana, una zona muy interesante desde el punto de vista turístico, pues no muy lejos está Fermoselle y los famosos Arribes del Duero, y la capital, Zamora, está a tan solo 15 kilómetros.

Y poco más por hoy, nos vemos dentro de unos días con una nueva receta. ¡Os espero!

Feliz semana a tod@s

sábado, 11 de mayo de 2019

Galletas craqueladas de limón


Hoy os traigo la receta de unas galletas que desprenden un increíble olor a limón, no solo recién salidas del horno, sino incluso días después, de manera que si os gusta el sabor de limón en los dulces, éstas serán sin duda unas de vuestras galletas favoritas.

Además son muy fáciles de preparar, y aunque en la mayoría de mis recetas insisto en ello, os aseguro que es cierto, no tienen ninguna dificultad, y lo más importante,  están absolutamente deliciosas.

Mañana es domingo, y un plan perfecto sería levantarse con calma y preparar un desayuno tardío, ¿os imagináis estas galletas, un vaso de café con leche y un zumo de naranja recién exprimido? pues no hace falta que os lo imaginéis, lo podéis hacer realidad siguiendo la receta que os detallo a continuación, y así disfrutar de un sano y rico desayuno en familia. 

Son también  perfectas para  sorprender a las visitas, acompañando el café con estas deliciosas galletas, o bien para regalar cuando seáis vosotros mismos los que vayáis de visita, será un rico y original detalle que os agradecerán seguro.

Pues vamos con la receta sin más demora

Ingredientes (salen unas 55 galletas aproximadamente):
-5 huevos medianos
-150gr. de mantequilla a temperatura ambiente
-200gr. de azúcar
-ralladura de 3 limones
-zumo de 2 limones
-675gr. de harina con levadura incorporada (o bien harina normal y un sobre de levadura royal)
-una pizca de sal
-azúcar glas

Elaboración:
Para preparar estas galletas utilizo la batidora eléctrica de varillas, al principio con las varillas de batir, y luego con las de amasar.

Primero echo en la cubeta de la batidora los huevos, el azúcar y una pizca de sal, y se bate durante unos minutos hasta que el azúcar esté totalmente disuelto y los huevos hayan doblado el volumen. En ese momento añadimos la mantequilla a temperatura ambiente cortada en daditos pequeños y seguimos batiendo un par de minutos. A continuación añadimos la ralladura y el zumo de limón, y batimos unos minutos más.

Finalmente añadimos la harina en dos tandas, primero la mitad y batimos hasta que esté bien integrada en la mezcla, y luego retiramos las varillas de batir y colocamos las de amasado y añadimos la otra mitad de la harina, amasamos bien durante unos cinco minutos aproximadamente, y luego guardamos la masa de las galletas en la nevera durante 12 horas. Yo suelo amasar las galletas el día anterior por la noche, guardo la masa en la nevera hasta la mañana del día siguiente, y luego ya solo queda hornearlas, para ello primero precalentamos el horno a 200º con calor arriba y abajo, y mientras el horno se caliente hacemos pequeñas bolitas de masa con las manos, las rebozamos en azúcar glas, las colocamos en la bandeja sobre papel de hornear, (bien separadas unas de otras porque luego en el horno crecen bastante) 

Después ponemos la bandeja en la parte central del horno, y dejamos que se hagan durante 10 ó 12 minutos, o hasta que obtengan un ligero color dorado por arriba. En ese momento retiramos la bandeja del horno, y las colocamos sobre una rejilla para que enfríen.

Con estas cantidades salen bastantes galletas, de manera que si queréis hacer menos cantidad, podéis reducir los ingredientes a la mitad, de todos modos las que no degustéis en el momento, las podéis guardar en una lata hermética donde se conservan varios días.

Y hasta aquí la receta de hoy. Espero que os haya gustado. Dentro de unos días nos vemos de nuevo con una nueva propuesta.

Gracias por leerme. ¡Feliz domingo!

viernes, 3 de mayo de 2019

Chuletitas de cordero lechal a la brasa



Para dar la bienvenida a mayo, el mes de las flores, elegí una receta exquisita, festiva, y tan sencilla que casi no tiene más elaboración que el trabajo de encender el fuego y esperar a que haya brasa, porque vamos a preparar unas chuletitas de cordero a la brasa, una opción ideal para festejar por ejemplo el próximo domingo el día de la madre.

Este tipo de recetas son ideales para preparar al aire libre, y ahora que ya empieza a hacer buen tiempo, es la época perfecta para ello. Además las reuniones en torno las brasas asando carne, son muy entretenidas, pues mientras uno se encarga de hacer y mantener el fuego, otro se encarga de preparar una ensalada para acompañar el asado…,  y finalmente, cuando en la hoguera hay rescoldo, se echa la carne, y entre todos se decide cuando está en el punto para empezar con el festín, de modo que como quien no quiere la cosa, entre conversaciones, risas, alguna copita de vino y algún aperitivo para preparar el paladar, tenemos listas unas chuletas de cordero a la brasa que os aseguro que están para chuparse los dedos, ¿Lo dudáis? Haced la prueba. 

Para ello vais a necesitar los siguientes ingredientes:

-Chuletas de cordero
-Aceite de oliva virgen extra
-Perejil picado
-Sal en escamas
Para acompañar
-Patatas fritas, pimientos asados, ensalada de tomate y lechuga, etc.

Preparación:

En primer lugar conviene decir que el resultado final, como sucede casi siempre, depende de la calidad de la materia prima, en este caso el cordero, salvo eso, lo demás casi os cuento en la introducción de la receta cómo se prepara, pues no hay más que encender el fuego, irlo alimentando hasta que haya brasas y en ese momento las expandimos uniformemente y colocamos las chuletitas sobre la parrilla.

Es ideal disponer de una parrilla de las que tienen rejilla doble y la carne queda colocada en medio, porque así cuando veamos que las chuletitas están hechas por un lado, le damos la vuelta a todas de golpe, sino al ser tan pequeñas, tardaríamos más tiempo y no se harían todas igual.

Como os decía, cuando veáis que las chuletitas estén hechas por un lado, lo cual tardarán unos 3 ó 4 minutos, le dais la vuelta por el otro y después las emplatamos, espolvoreamos por encima sal en escamas, y  acompañamos por ejemplo de una ensalada básica de lechuga, tomate y cebolla, o bien como hice yo en esta ocasión  que las acompañé de unas patatas fritas y unos pimientos asados también a la brasa.

Opcionalmente podéis aliñar las chuletitas por encima después de salir del fuego con un majado hecho en el mortero con una pizca de perejil fresco picado, una pizca de sal en escamas, dos dientes de ajo, y aceite de oliva virgen extra, aunque yo en esta ocasión utilicé chuletas de cordero lechal, que de por sí es una carne muy tierna y jugosa, y decidí no ponerle ningún aliño, simplemente al sacarlas del fuego le espolvoreé sal por encima y nada más, porque cuando el producto es de calidad, se cumple la premisa de que menos es más, pues se perciben más los sabores genuinos.

Bueno, pues en espera de que mi propuesta de hoy sea de vuestro agrado, me despido hasta la próxima. Como siempre os digo, gracias por leerme.

Feliz fin de semana