jueves, 11 de noviembre de 2021

Pizza de atún, cebolla y aceitunas negras

Desde julio del año 2015 que empecé con el blog, hasta la fecha, no había publicado la receta de ninguna pizza. La de hoy es la primera, y eso que las preparo con cierta frecuencia, y tienen mucho éxito en casa, así que entre la larga lista de recetas que tengo pendientes de publicar, he pensado que ya era hora de darle visibilidad a las pizzas.

La masa que utilizo es siempre la misma, es una masa de pan que me da muy buen resultado, y cuando algo funciona para qué cambiar. Digo esto, porque a la pizza, muchas veces terminamos poniéndole  restos de ingredientes de otras recetas que tenemos en el frigorífico, para evitar que se estropeen, al menos en mi caso sucede así, de modo que tener una base de pizza que dé buen resultado es ideal, porque después el relleno cada uno le pone el que quiera, y en ese sentido, esta masa es ideal.

Tengo pendiente, eso sí, de probar una masa de fermentación lenta, que no necesita amasado, y a simple vista queda espectacular, pero de momento todavía no hice ningún experimento con ella. En todo caso si me da resultado la utilizaré en determinadas ocasiones, pero la que vengo usando siempre, por muy buenos resultados que obtenga con la otra, la seguiré usando porque es más rápido el proceso y el resultado magnífico.

La pizza elegida para esta ocasión lleva unos ingredientes que casan muy bien, y son los que os paso a detallar sin más dilación.

Ingredientes:

Para la masa
-240gr. de harina de fuerza
-150ml. de agua
-1 cucharada de aceite de oliva
-1 cucharadita de sal
-12gr. de levadura fresca de panadería (ó ½ sobre de levadura seca de panadería)

Para el relleno
-1 cebolla mediana
-80gr. de atún en aceite de oliva (peso escurrido)
-1 puñado de aceitunas negras deshuesadas
-180gr. de mezcla de quesos (en mi caso emmental, gouda y mozzarella)
-70gr. de tomate triturado
-orégano seco

Preparación:

Empezaremos preparando la masa, y en mi caso pese a que tengo panificadora, y para hacer masas es ideal, por comodidad y para acelerar el proceso, utilizo la thermomix. Para ello echo el agua, la sal y el aceite de oliva en el vaso, y programo 3 minutos/ temperatura 37º/velocidad cuchara. Después añado el resto de ingredientes, es decir, la harina y la levadura, y programo 3 minutos/función amasar. Una vez terminado de amasar, guardo la masa en un cuenco untado en aceite, y lo cubro con papel film para que la masa haya doblado el volumen.

Si no tenéis robot de cocina para preparar la masa, se amasa perfectamente a mano, para ello echáis en un recipiente amplio la harina previamente tamizada y la sal, removéis con una cuchara de madera para mezclar, y luego  hacéis un huevo en medio como si se tratase del cráter de un volcán, y añadís en él el agua tibia, en la cual habréis desleído previamente la levadura. Después vais mezclando con la ayuda de una cuchara de madera en un principio, y luego cuando se empiece a formar una bola, seguís amasando en la encimera, con las manos, durante unos diez minutos. A continuación guardáis la masa en un cuenco untado en aceite y lo tapáis para evitar que entren corrientes de aire, y ya solo queda esperar que la masa doble su volumen,  en ese momento estará lista para seguir con la preparación de la pizza.

Con la masa ya lista, el siguiente paso consiste en precalentar el horno, con calor arriba y abajo, a 250º.

Mientras el horno se va calentando, estiramos la masa con la ayuda de un rodillo, dándole la forma deseada (en este caso yo la hice  redonda, pero otras veces la hago rectangular), y la colocamos sobre la bandeja.  Sobre esta base extendemos el tomate triturada, y sobre él espolvoreamos orégano seco al gusto.

Seguidamente añadimos el atún desmenuzado, la cebolla cortada en juliana fina, y las aceitunas (enteras o cortadas por la mitad, al gusto de cada uno)

Por último distribuimos el queso por toda la superficie, y horneamos con la bandeja del horno situada sobre la base del mismo, es decir, la bandeja, en contacto con la base del horno. Esto último es importantísimo para que la base de la pizza salga crujiente.

Finalmente cuando veamos que la pizza está lista, en mi horno en torno a los 12-15 minutos, la retiramos y la colocamos sobre una rejilla hasta que enfríe un poco y podamos dar buena cuenta de ella.

Nada más por hoy, nos vemos en unos días con una nueva receta. Hasta entonces, que seáis muy felices.

Un abrazo.

jueves, 4 de noviembre de 2021

Galletas rizadas extremeñas

La receta de hoy es de unas galletas elaboradas a base de manteca de cerdo, muy típicas de los pueblos de Extremadura, que se caracterizan por su forma rizada, la cual lograban pasando la masa un accesorio dentado que venía con la máquina de embutir los chorizos y picar la carne, que se usan en los pueblos en la época de matanza.

Abajo os dejo una foto del despiece para que la veáis.

Yo no tenía la maquinita, pero hace tiempo ya que conseguí hacerme con una pequeña, que además de para picar carne y embutir chorizos (aunque yo no le doy ese uso) tiene este accesorio para hacer las galletas rizadas y para hacer churros, y desde que la tengo ya hice varias veces estas galletas, y también churros, porque es muy cómoda. Pero hoy no toca hablar de los churros, sino de las galletas rizadas, y para prepararlas se necesitan los siguientes

Ingredientes:

-550gr. de harina
-1 huevo
-125gr. de manteca de cerdo
-250gr. de azúcar
-125ml. de leche
-ralladura de un limón (o una cucharadita de vainilla o de canela en polvo, según gustos)
-1 cucharadita de bicarbonato
-1 cucharadita de levadura en polvo
-2 cucharaditas de sal

Preparación por el método tradicional:

Empezamos batiendo la manteca de cerdo a temperatura ambiente junto con el azúcar, cuando hayamos conseguido una mezcla homogénea añadimos el huevo, seguimos incorporando, y cuando esté añadimos la leche, la sal, la ralladura de limón e integramos bien de nuevo. Después añadimos la sal y la harina a tandas, y vamos mezclando todo, al principio con una cuchara de madera, y al final con las manos hasta incorporar  toda la harina y formar una bola que dejaremos en reposo al menos unas dos horas en el frigorífico.

Transcurrido el tiempo de reposo, procedemos a dale forma a las galletas, para ello montamos la máquina, y después cogemos trozos de masa, que vamos echando en la boca de la misma, damos a la manivela hasta que vaya saliendo la galleta por el orificio dentado, cortamos con unas tijeras del tamaño deseado, y las vamos colocando en una bandeja de horno sobre papel de hornear.

Luego con el horno precalentado a 180º, las dejamos hasta que tengan un ligero color dorado, en ese momento, retiramos del horno, y las dejamos enfriar sobre una rejilla.

Se conservan bastante tiempo guardadas en un tupper o en una caja hermética.

Preparación en Thermomix:

Para preparar estas galletas en la thermomix debéis seguir los siguientes pasos

1-Echar en el vaso la manteca a temperatura ambiente junto con el azúcar y programar tiempo 20 segundos /velocidad 4

2-Añadir el huevo y programar tiempo 15 segundos /velocidad 4

3-Agregamos la ralladura de limón (o la canela o vainilla según gustos), el bicarbonato, la sal y la leche y programamos tiempo 20 segundos / velocidad 4

4-Incorporamos la mitad de la harina y programamos tiempo 15 segundos / velocidad 5

5-Añadimos la levadura y el resto de la harina, y programamos tiempo 3 minutos/ función amasar.

A partir de aquí, con la masa ya preparada, procedemos de la misma manera que por el método tradicional.

Espero que os haya gustado la receta, y si tenéis la maquinita en casa, no dejéis de prepararlas, os aseguro que están muy ricas y desde luego son más sanas que las industriales, de eso no cabe duda. Además podéis doblar cantidades, y hacer el doble de galletas (os saldrán unas 60) así tenéis galletas para un café con leche a media tarde o para el desayuno durante muchos días pues como os dije, bien guardadas se conservan mucho tiempo.

Y sin más me despido por hoy. Nos vemos en unos días. Un abrazo

miércoles, 27 de octubre de 2021

Bollitos de calabaza para Halloween


Se acerca Halloween, y aunque es una temática que no me gusta absolutamente nada, pero nada de nada, al tener el blog, siempre se procura que las publicaciones vayan acorde con la época del año que corresponda, y por eso el año pasado por estas fechas publiqué unas galletas con forma de calabaza, y este año me decanté por unos bollitos también con forma de calabaza, que le vi a Esbieta.

Elegí esta receta por varios motivos, principalmente  porque las recetas de Esbieta nunca fallan, también porque me gustó mucho como quedan los bollitos una vez horneados, y si a eso le añadimos que tengo en casa calabazas de mi huerto, la elección estaba clara, y tengo que decir que no me equivoqué, al contrario, fue todo un acierto. Salen unos bollitos muy esponjosos, ideales para tomar así solos sin más acompañando un café con leche por la mañana, para untar con mermelada, etc.

Como llevan poco azúcar, admiten también un relleno salado, como por ejemplo unas lonchas de queso o de embutido. 

Ingredientes (para 8 bollitos):

-390gr. de harina (yo usé la mitad harina de fuerza, y la otra mitad harina común de todo uso)
-1 huevo
-40gr. de azúcar
-5gr. de sal
-25gr. de mantequilla
-120gr. de calabaza asada
-160ml. de agua
-15gr. levadura fresca ó 1/2 sobre de levadura seca de panadería
-8 nueces pecanas para decorar

Preparación:

Lo primero que tenemos que hacer es asar la calabaza, para ello yo aproveché que ese día hice un asado en el horno de leña, y luego con el calor residual asé la calabaza cortada por la mitad.

Después de asarla, esperamos a que enfríe, vaciamos la pulpa, y la aplastamos bien con un tenedor hasta hacer un puré. Reservamos

Aparte echamos en azúcar en agua templada, removemos hasta disolver, a continuación añadimos la levadura, y removemos hasta disolver de nuevo. Dejamos reposando unos 10 ó 15 minutos, para que se active la levadura.

Añadimos a la cubeta de la panificadora la harina previamente tamizada, la sal, el puré de calabaza, la yema de huevo (reservamos la clara que nos hará falta más adelante), la levadura, y seleccionamos el programa de “solo amasado” que en mi máquina tiene una duración de 20 minutos. Al finalizar, dejamos reposar 5 minutos, y después se añade la mantequilla a temperatura ambiente cortada en cubitos, y seleccionamos de nuevo el programa de “solo amasado” para que amase de nuevo otros 20 minutos.

A continuación retiramos la masa a un recipiente, cubrimos con papel film, y esperamos a que doble su volumen. Después la volcamos en la encimera espolvoreada con un poco de harina, y amasamos un poco con las manos para desgasificarla.

Seguidamente dividimos la masa en 8 porciones del mismo peso, formamos con cada una de ellas una bolita, en el centro hacemos un hueco y colocamos una nuez pecana simulando el rabito de la calabaza, luego con un cuchillo hacemos 8 cortes equidistantes, sin llegar al centro, y colocamos los bollitos en una bandeja de horno sobre papel de hornear.

Tapamos con papel film, y esperamos de nuevo a que doblen el volumen. Cuando lo hayan hecho, pincelamos con la clara del huevo, y llevamos al horno precalentado a 150º calor arriba y abajo.

Los dejamos hasta que tengan un bonito aspecto dorado por la parte de arriba, en ese momento retiramos del horno, y dejamos enfriar sobre una rejilla.

Se conservan bien durante un par de días, pero para ello hay que guardarlos dentro de una bolsa de plástico cerrada.

Y con esto termino por hoy. Nos vemos en unos días.

Un abrazo.

domingo, 17 de octubre de 2021

Revuelto de gambas y espárragos trigueros



Me encantan los revueltos, porque además de ser muy ricos, se preparan en un abrir y cerrar de ojos, y resuelven una comida sin apenas trabajo.

Los preparo con muchas cosas, pero el que os traigo hoy es de gambas y espárragos trigueros.

Sé que no estamos en temporada de espárragos, pero en la actualidad los encontramos en el supermercado en cualquier época del año, así que esta receta que llevaba tiempo en la carpeta de borradores, ve hoy a la luz.

Los ingredientes que necesitaréis para preparar este delicioso revuelto son los siguientes:

-8 huevos de corral
-1 manojo de espárragos trigueros
-300gr de gambas peladas
-4 dientes de ajo o bien un manojo de ajos tiernos
-aceite de oliva virgen extra
-sal
-pimienta negra recién molida (en mi caso una mezcla de 5 pimientas)

Preparación:

Antes de nada, aclararos que en la lista de ingredientes menciono 4 ajos, o bien un manojo de ajos tiernos, y la razón es que hay gente que no le gusta un sabor tan pronunciado a ajo, y en este caso una opción es sustituirlos por un manojo de ajos tiernos, o sino, añadir los cuatro ajos cortados por la mitad, y luego antes de añadir los huevos, retirarlos. De esta manera el aceite se impregna del sabor del ajo, y nos aseguramos de no encontramos el ajo en la boca.

Aclarado lo anterior, lo primero que debemos hacer es cubrir el fondo de una sartén con aceite de oliva y colocarla al fuego. Cuando el aceite esté caliente añadimos las gambas, le damos un par de vueltas por ambos lados y reservamos.

En el mismo aceite añadimos los ajos cortados en láminas, cuando empiecen a dorarse, bajamos el fuego y añadimos los espárragos trigueros limpios y cortados en trozos. Si optamos por añadir ajos tiernos, los añadimos también después de retirar las gambas, los dejamos durante un par de minutos, y acto seguido añadimos los espárragos. Mantenemos el fuego bajo, removiendo el contenido de la sartén con frecuencia.

Cuando los espárragos estén tiernos, añadimos las gambas que teníamos reservadas, mezclamos, salpimentamos el conjunto, y añadimos los huevos ligeramente batidos. Seguidamente removemos, estando muy atentos a retirar del fuego, cuando los huevos estén cuajados, pero sin que queden secos.

Se sirven en caliente acompañados de un buen pan artesano a ser posible.

Y con esta sencilla receta me despido por hoy. Espero que os haya gustado. Dentro de unos días nos vemos con una nueva receta.

Hasta entonces, un saludo.

domingo, 10 de octubre de 2021

Canutillos rellenos de crema pastelera

Hoy vengo con una receta dulce que es un poco laboriosa, pero el resultado final hace que merezca la pena el esfuerzo.

Tiene como ventaja que estos canutillos se pueden preparar con unos días de antelación, guardándolos en una lata de galletas, y en el último momento se rellenan.

Otra ventaja que tienen es que la masa una vez preparada congela perfectamente, de modo que si nos sobra masa, la guardamos en el congelador y en otro momento que nos apetezca preparamos más canutillos. Yo tuve una congelada durante más de un año, y os doy mi palabra, que cuando la descongelé e hice los canutillos, no noté ninguna pérdida de sabor,  ni tampoco me dio problemas para trabajar la masa a la hora de formar los canutillos.

Para preparar estos canutillos, también conocidos como cañas rellenas, se necesitan unos utensilios tubulares que hay a la venta en muchos bazares y ferreterías, sino en internet se encuentran con facilidad.

Estos canutillos se utilizan exclusivamente para tal fin, aunque hace años nuestras abuelas utilizaban cañas de cáñamo, que reservaban de una vez para otra, tanto que en algunas familias, estos canutillos artesanos, pasaban de generación en generación.

No es mi caso, pues esta receta en mi casa no se hacía, hasta que probé las cañas en un viaje a Zamora donde son muy típicas, y también en La Mancha y en la localidad orensana do Carballiño. Me gustaron tanto, que buscando recetas, la que os muestro hoy es la que más me gustó, así que os dejo con la lista de ingredientes y el proceso de elaboración, por si os animáis a prepararlos.

Ingredientes:

-1 vaso de aceite de girasol
-1 vaso de zumo de naranja
-1 vaso de vino blanco
-1 chupito de licor de anís
-1 pizca de sal
-la corteza de una naranja y de un limón
-harina la que admita hasta que quede una masa que se despegue de las manos y forme una bola pero que no esté demasiado dura.
-aceite de girasol para freír
-azúcar y canela molida mezclados para espolvorear por encima de los canutillos

Para la crema pastelera
-500ml. de leche entera
-2 yemas de huevo
-100gr. de azúcar
-40gr. de maicena (más bien que pase 2 ó 3 gramos a que falten)
-cáscara de ½ limón
-un trozo de canela en rama

Preparación:

En primer lugar ponemos una taza de aceite al fuego con la corteza de una naranja y la de un limón. Cuando las cortezas empiecen a dorarse, apartamos del fuego, retiramos las cortezas,  y dejamos enfriar.

Cuando el aceite esté frío, lo añadimos a un cuenco, añadimos también el zumo de naranja, el vino blanco y el licor de anís, mezclamos y añadimos una pizca de sal, removemos para integrar, y luego vamos añadiendo harina poco a poco.

La cantidad de harina no os la pongo porque va a depender del tipo de harina que utilicéis, pues no todas las harinas absorben la  misma cantidad de líquidos, pero lo que hay que conseguir es una masa que se despegue de las manos, y que no esté muy dura.

Al principio para amasar os ayudáis de una cuchara de madera, y luego cuando se despegue de las paredes, ayudaros de las manos hasta que se forme una bola blandita.

Una vez hecha la masa de los canutillos, hay que darles forma, para ello untamos con aceite de girasol la encimera de la cocina, luego vamos cortando pequeñas porciones de masa con que nos llegue para cubrir un rodillo. 

Cuando tengamos la masa alrededor del canutillo, lo hacemos rodar sobre la encimera para que se sellen bien los bordes y reservamos. Así hasta terminar con todos los canutillos.

Aparte echamos abundante aceite de girasol en un cazo, y lo ponemos a fuego medio. Cuando el aceite esté caliente, añadimos los canutillos de uno en uno, sin añadir el siguiente mientras no se retire el anterior, así hasta freír todos los canutillos y que queden con un bonito color dorado por todos los lados.

A medida que se van retirando del aceite, se les saca el canutillo en caliente, con la ayuda de una servilleta o un paño de cocina, porque si dejamos que se enfríen, luego no se desprenden.

Una vez fritos los canutillos, los rebozamos ligeramente en una mezcla de azúcar y canela molida, y reservamos en una lata de galletas o un recipiente hermético hasta la hora de rellenarlos. Se guardan perfectamente durante unos días o una semana incluso.

Para el relleno, normalmente se utiliza crema pastelera, y para prepararla  ponemos un cazo al fuego con la leche, la cáscara de limón y la canela en rama, cuando levante ebullición tapamos y dejamos infusionar hasta que enfríe. Colamos la leche para retirar la corteza de limón y la canela, y nos aseguramos de que tenemos 500ml. de leche,(mejor antes de hervirla echar un poquito más porque en el fuego parte se va en el vapor)

Cuando la leche haya enfriado, reservamos un vaso y la restante la ponemos de nuevo al fuego junto con el azúcar y llevamos a ebullición, (si utilizamos el mismo cazo debemos lavarlo bien sino luego se adhiere a las paredes y le da mal sabor).

Mientras, al vaso de leche que reservamos le añadimos las dos yemas, y la maicena, mezclamos bien con un batidor de varillas o con un tenedor hasta obtener una mezcla homogénea, y cuando la leche que tenemos al fuego esté a punto de entrar en ebullición, añadimos esta mezcla de huevos y maicena, y removemos sin parar con el batidor de varillas, hasta que espese. En ese momento retiramos del fuego, tapamos con papel film para evitar que haga costra, y dejamos que enfríe. Después la guardamos en el frigorífico hasta el momento de rellenar los canutillos.

Para rellenar las cañas o canutillos, introducimos la crema pastelera en una manga, luego introducimos la boquilla por un extremo del canutillo y apretamos, y luego hacemos lo mismo por el otro extremo, y  listo para servir.

Estos canutillos son una delicia, ideales para un desayuno tardío de domingo, o de un fin de semana de puente como este del Pilar, son perfectos también para una merienda acompañando un café con leche o una infusión, y por supuesto como postre con un rosetón de nata como acompañamiento o un coulis de frutos rojos por ejemplo.

Y por hoy nada más, nos vemos dentro de unos días con nueva receta. Hasta entonces.

Un abrazo.

domingo, 3 de octubre de 2021

Tortitas de Camarones


Hoy os traigo una receta típica del Sur de nuestro país, que está para chuparse los dedos, me refiero a las tortitas de camarones.

Aquí por el Norte es muy complicado encontrar camarones frescos, que sería lo ideal, pero sirven también los camarones cocidos o congelados.  Los que yo utilicé eran congelados, y la cabeza se la retiré, lo cual no debe hacerse, pero a mí me da repelús ;)

La primera vez que probé estas tortitas fue en un bar en Valladolid, y me gustaron tanto que después en cuanto conseguí los camarones la puse en práctica.

La receta la saqué de la red, pero no recuerdo de dónde y ahora no la encuentro, por eso no cito lo fuente, pero fue de las recetas consultadas la que más me convenció, y después de probar el resultado  comprobé que la intuición no me había fallado, porque estaban exquisitas, mucho más ricas todavía que las que probé en aquel bar de Valladolid.

Creo que la diferencia en buena parte radica en utilizar harina de garbanzo recién molida, y eso lo conseguimos moliendo los garbanzos en un robot de cocina, yo lo hice en la thermomix. Mejor esto que comprar la harina de garbanzos en el supermercado.

Cuánto más líquida sea la masa, más se expandirá en la sartén y más finas y crujientes saldrán las tortitas, pero también absorben más aceite y resultan más indigestas. Estas ni son muy finitas ni muy gruesas, y para mí gusto resultan ideales, de todos modos si os gustan más finas, añadid una ó dos cucharadas más de agua a la masa.

Ingredientes:

-150gr. de camarones
-100gr. de harina de trigo
-100gr. de harina de garbanzo
-250ml. de agua fría
-1 cebolla dulce, pequeña (si es grande ½ cebolla)
-unas ramas de perejil fresco
-aceite de oliva virgen suave para freír
-sal

Preparación:

Limpiamos la cebolla y la picamos finamente. Reservamos.

Lavamos el perejil, retiramos las hojas,  desechando los tallos, las picamos finamente y reservamos también.

En un cuenco añadimos la cebolla picada, las hojas de perejil picadas, la harina de trigo, la harina de garbanzos, y una pizca de sal. Mezclamos bien con una cuchara de madera, y por último añadimos el agua y mezclamos hasta obtener una masa homogénea. Después añadimos los camarones, mezclamos un poco, y dejamos reposar la masa en el frigorífico durante 1 ó 2 horas.

Transcurrido el tiempo de reposo, ponemos una sartén grande al fuego, cubrimos la base con aceite, y cuando esté el aceite bien caliente, pero sin que llegue a humear, vamos echando cucharadas de masa. Como es una masa bastante blanda, se expandirá en la sartén formando la tortita.

Dejamos que se hagan por un lado, y luego le damos la vuelta para que se doren por el otro. Después la retiramos del aceite, y las pasamos a una fuente sobre papel de cocina para que absorba el exceso de aceite.

Así hasta terminar con toda la masa, y después servir en caliente, que es como más ricas están.

La verdad es que es una receta deliciosa, ideal para un día de fiesta o celebración, y aunque no es precisamente barata, pues los camarones son carísimos,  como se necesita poca cantidad se puede uno permitir un capricho de vez en cuando.

Espero que os haya gustado. Nos vemos dentro de unos días con una nueva receta.

Un abrazo.

lunes, 27 de septiembre de 2021

Flan de huevo


En alguna ocasión os he hablado de mis gallinas felices, pues ellas me permiten elaborar dulces exquisitos como el que os muestro hoy, el flan de huevo, esta vez en tamaño extra grande. Hace tanto que saqué la foto que no recuerdo cuando lo preparé, pero supongo que había invitados ese día porque normalmente lo hago en otra flanera más pequeña.

Es de mis postres favoritos, y ya sabéis que no tiene ninguna complicación, simplemente es batir la mezcla y cocerla en el horno al baño María hasta que cuaje.

La diferencia en el resultado final vendrá dada por la utilización de un caramelo casero, el empleo de huevos ecológicos o camperos, porque aparte de tener mejor sabor tienen menos agua, y también el empleo de leche entera, que le aportará más cremosidad.

Si os gusta darle más aroma, podemos optar por infusionar la leche con canela en rama y cáscara de limón, o con una vaina de vainilla.

Luego habréis visto flanes con burbujas en su interior y otros sin ellas, eso va por gustos, y dependerá de la temperatura del agua que utilizamos para el baño María, el que las tenga o no. Si queréis un flan con una masa compacta sin agujeritos, el agua no puede llegar a hervir en el horno, por lo tanto necesitaréis más tiempo de horneado y a una temperatura inferior, de 150º a 160º. Por el contrario si queréis un flan con burbujas, tenéis que hornearlo a 180º.

Para preparar este postre tan delicioso necesitáis los siguientes ingredientes:

Para el caramelo
-120gr. de azúcar
-unas gotas de zumo de limón

Para el flan
-10 huevos
-1 litro de leche
-150gr. de azúcar

Opcional
-1 rama de canela
-cáscara de un limón

O bien
-1 vaina de vainilla

Preparación:

Comenzaremos por preparar el caramelo, para ello ponemos un recipiente al fuego, añadimos el azúcar y unas gotas de limón, y dejamos al fuego hasta que empiece a coger un ligero color dorado, a partir de ahí vamos removiendo poco a poco hasta que todo el azúcar esté disuelto, y en ese momento retiramos del fuego y cubrimos la base y las paredes de la flanera ó flaneras individuales. Reservamos.

Si optáis por aromatizar la leche, empezamos por ponerla en un cazo al fuego (tened en cuenta que debéis echar algo más de un litro, porque al hervir, parte se evapora), añadimos una rama de canela y la cáscara de un limón (sólo la parte amarilla), o bien una rama de vainilla abierta por la mitad, y retirándole los granos con un cuchillo (se añade todo, los granos y la vaina).Cuando la leche levante el hervor, apagamos el fuego, y dejamos que enfríe para que vaya cogiendo el aroma de la canela o la vainilla según el caso.

Una vez que tengamos la leche fría, la pasamos por un colador para retirar la canela y el limón, o la vaina de vainilla, según lo que hayamos utilizado.

A parte batimos los huevos, disolvemos el azúcar en la leche y mezclamos con los huevos, y finalmente vertemos la mezcla en la flanera y horneamos al baño María hasta que haya cuajado. En ese momento retiramos del horno, dejamos enfriar a temperatura ambiente, y luego lo dejamos en la nevera porque es bien fresquito cómo más rico está.

Si lo hacéis de un día para otro estará mejor si cabe, porque se asientan los sabores.

Se desmolda en el momento de servir.

Hasta pronto. Saludos

martes, 21 de septiembre de 2021

Habas a la vinagreta


La receta de hoy hacía años que no la preparaba, pese a que me trae recuerdos de la infancia, porque desde muy pequeña recuerdo habérsela visto preparar a mi padre en verano, cuando había habas verdes en la huerta.

Hace unos días me acordé de esta receta, y la casualidad quiso que este pasado domingo mi prima Josefa, me trajese un bolsa con habas verdes, así que hoy mismo las preparé, le hice las fotos, y aquí os dejo la receta por si alguno tiene todavía habas verdes y se anima a a ponerla en práctica

Me hace especial ilusión compartir esta receta, porque me la enseñó mi padre, y él aprendió a preparla en la mili. Fue allí dónde probó por primera vez las habas a la vinagreta.

La receta por supuesto se la dedico a mi padre, y a dos buenos amigos que hizo allí en Ceuta, donde fue destinado, Gerardo y Jesús. Ambos eran de aquí, de la provincia de A Coruña, pero por aquellos tiempos no había móviles ni siquiera teléfonos en la mayoría de los hogares, lo cual hizo que después de la mili se perdieran la pista.

El destino quiso que muchos años después, uno de ellos, Jesús concretamente, coincidiera en una feria con un vecino nuestro, el cual le dio nuestro número de teléfono…, y un buen día suena el teléfono de casa, descuelga mi padre y se encuentra con la sorpresa… Quedó un poco cortado, a pesar de que nuestro vecino ya le había advertido de que le iba a llamar. Hablaron un rato y acordaron volver a llamarse otro día…

Por entonces mi padre estaba un poco desanimado, llevaba meses con anemia y se encontraba siempre muy cansado. De repente todo se precipitó un día que fui con él por urgencias y me dijeron que tenía leucemia, cinco días después falleció, por lo que después de la mili, Jesús y Gerardo, que eran vecinos y nunca perdieron el contacto entre ellos, no volvieron a ver a mi padre con vida. Los avisamos y nos acompañaron el día del entierro. A día de hoy sigo en contacto con ellos.

Es una historia agridulce, pero la vida tiene estas cosas. Lo dicho, la receta se la dedico a los tres: a Jesús, a Gerardo y a mi padre (Antonio)

Ingredientes:

-1kg. de habas verdes (sin la vaina)
-1 cebolla
-3 huevos cocidos
-100ml de aceite de oliva virgen extra
-30ml. de vinagre de vino
-sal

Preparación:

Comenzamos por desvainar las habas, luego las echamos en una olla, añadimos una hoja de laurel y cubrimos de agua. Ponemos la olla al fuego y cuando empiecen a hervir añadimos sal al gusto, y continuamos con la cocción.

A parte cocemos los huevos en agua durante 10 minutos, luego retiramos el agua caliente, añadimos agua fría, y cuando hayan enfriado, retiramos la cáscara, y los picamos. Reservamos.

Por otro lado echamos en un bote que tenga tapa, el aceite, el vinagre, una pizca de sal y la cebolla picada, tapamos y agitamos bien para que emulsione un poco el aceite. Si no tenemos un bote con tapa, batimos enérgicamente con un tenedor durante un par de minutos y obtendremos el mismo resultado. Reservamos la vinagreta que hemos preparado.

Cuando las habas estén casi hechas, añadimos la vinagreta con la cebolla a la olla, mezclamos bien, dejamos cocer unos cinco minutos más, luego apagamos el fuego, añadimos los huevos picados, removemos el conjunto y dejamos reposar un poco.

En casa la servimos tibia, es como más nos gusta.

Deciros que aunque no es un plato muy fotogénico, os aseguro que está de vicio, si las probáis repetiréis seguro.

Nada más por esta ocasión, solo espero que la receta de hoy haya sido de vuestro agrado. Con ese deseo me despido hasta la próxima vez.

Un abrazo.

martes, 14 de septiembre de 2021

Empanada de bacalao con uvas pasas en horno de leña


Hola amig@s,

Desde el pasado mes de diciembre no he vuelto a realizar publicaciones en el blog, porque en el mes de enero falleció mi madre, la luz de mi vida.

Ya nada será igual sin ella, pero ahora que llegó septiembre y es el mes de la vuelta a la rutina, mi intención es continuar con la actividad en el blog, por mí, y también por ella, porque sé que es lo que le gustaría.

Una de las cosas que a ella le gustaba mucho era la empanada de bacalao con uvas pasas, y como la tenía en la carpeta de borradores desde hace tiempo, ha sido la elegida en esta ocasión.

Cuando tengo tiempo y ganas la hago en horno de leña, que da un poco más de trabajo, pero tiene aún mejor sabor, si cabe. Por supuesto que se puede hacer en horno convencional, de hecho yo la hago muchas veces. A continuación os detallo la lista de los

Ingredientes:

Para la masa
-300 ml. de agua
-480gr. de harina de fuerza
-25gr. de levadura fresca ó un sobre de levadura de panadería deshidratada
-una pizca de sal
-una cucharada de aceite de oliva

Para el relleno
-500gr. de bacalao desalado
-250gr. de uvas pasas
-4 cebollas medianas
-pimientos rojos en conserva (o asados y sin piel ni semillas)
-aceite de oliva virgen extra
-una cucharada de pimentón dulce
-sal

Preparación:

En primer lugar preparamos el relleno, porque lo ideal es que esté frío cuando formemos la empanada. Para ello cubrimos el fondo de una sartén con aceite de oliva virgen extra, cuando esté caliente añadimos la cebolla, salamos y removemos, y a continuación bajamos el fuego al mínimo, dejando que se vaya pochando muy lentamente, entre 30 y 40 minutos, removiendo de vez en cuando. Cuando esté la cebolla bien pochada, retiramos del fuego, y añadimos el pimentón, removemos bien y con una cuchara retiramos el exceso de aceite a un recipiente (lo necesitaremos después para pintar la empanada al final).

Mientras la cebolla se va pochando aprovechamos para hidratar las uvas pasas, para ello las ponemos en un cuenco, las cubrimos con agua caliente y reservamos.

Por otro lado desmigamos el bacalao con las manos, le retiramos las espinas, y lo escurrimos bien.

Al final cuando la cebolla esté pochada y hayamos apartado el exceso de aceite, le añadimos el bacalao y las uvas pasas bien escurridas, mezclamos bien y reservamos hasta el momento de rellenar la empanada.

Con el relleno ya listo, lo siguiente es hacer la masa, para ello echamos el agua tibia en un bol, añadimos la sal y la cucharada de aceite (sirve el que nos sobró de pochar la cebolla, teniendo cuidado de que nos quede suficiente para pintar la empanada en el paso final), mezclamos y seguidamente vamos añadiendo la harina poco a poco. Después de echar el primer puñado de harina y cuando esté bien integrada, añadimos la levadura desmenuzándola con las manos, removemos bien y seguimos añadiendo harina hasta incorporarla toda. Al principio podemos utilizar un batidor de varillas, y después cuando la masa se empiece a desprender de las paredes amasamos a mano, mínimo diez minutos.

Se puede amasar en la batidora, y también en la panificadora, utilizando el programa de amasado que en la mía dura 20 minutos, o en la thermomix siguiendo los siguientes pasos:

1-Añadir el agua, la sal y el aceite al vaso, y programar, 3 minutos/temperatura 37º/ velocidad cuchara

2-Añadir la harina y por último la levadura desmenuzada, y programar función amasar, 3 minutos/ velocidad espiga.

Una vez hecha la masa, la dejamos reposar en un lugar cálido, dentro de un recipiente tapado con papel film o con un paño de cocina, para evitar las corrientes de aire, hasta que doble el volumen.

Cuando haya doblado el volumen, la amasamos de nuevo un par de minutos sobre la encimera untada con un poco de aceite, y la dividimos en dos mitades, una ligeramente más grande que la otra.

La mitad más grade la estiramos bien con el rodillo y la colocamos en la bandeja del horno sobre papel de hornear, luego en el centro añadimos todo el relleno, y después como la masa tiende a encogerse, con la mano izquierda vamos estirando del centro hacia los bordes, y con la otra mano extendemos el relleno.


Cuando tengamos todo el relleno extendido de manera uniforme, ponemos por encima unas tiras de pimiento rojo


Cubrimos con la otra mitad de la masa, sellando los bordes con las manos. En el centro hacemos un agujero para que salga el vapor durante la cocción.


Por último con un pincel pintamos con el aceite que habíamos reservado del relleno.


La metemos en el horno, previamente calentado a 180ºC, justo en la parte central, 15 minutos con calor abajo, luego otros 15 minutos con calor arriba y abajo, y por último calor solo arriba hasta que coja un bonito color dorado.

En horno de leña ya es más complicado. A mí me dieron un truco, y es que una vez calentado el horno y retirado los rescoldos, esperar hasta que se pueda esparcir una cucharada de harina por la superficie y no se queme. Después hay que ir vigilando de vez en cuando por la mirilla hasta que veamos que está hecha.


Parece muy complicado pero es más laborioso que difícil, de todos modos el esfuerzo merece la pena, porque está verdaderamente deliciosa. Espero que os guste.

Un abrazo


miércoles, 9 de diciembre de 2020

Casita de galletas de Navidad


Es una tradición hornear galletas por Navidad, y aunque este año no he podido hacerlo, tenía en la carpeta de borradores una casita de galletas que hice el año pasado y aprovecho ahora para compartir con vosotros las fotos, y la receta por supuesto.

No os negaré que es un trabajo un tanto laborioso, pero tuve la ayuda de una amiga que se encargó de hornearme las galletas, yo lo que hice fue elaborar la masa, ensamblar las piezas y decorarla. 

Yo ya tenía en mente hacer una casita de galletas, y esta amiga tenía que hacerle un regalo a un niño y coincidimos en que era una buena idea la casita de galletas, así matábamos dos pájaros de un tiro.

Lleva chuches en su interior, y también en la decoración, demasiadas para mi gusto pues yo hubiera preferido un diseño mas navideño, pero me tuve que adaptar.

Para elaborarla tenéis que disponer de un juego de moldes con todas la piezas que hay a la venta en tiendas de repostería, o bien imprimir algún diseño que encontréis, recortarlo y utilizarlo como plantilla. En este caso opté por esta última opción, no obstante tuvimos un fallo, y es que nos olvidamos de la chimenea, pero como no vamos a hacer fuego en ella, tampoco pasa nada ;)
Os digo ya lo que necesitáis para prepararla

Ingredientes:

-400gr. de harina de repostería
-200gr. de mantequilla a temperatura ambiente
-1 huevo
-1 yema de huevo
-120gr. de azúcar
-unas gotas de esencia concentrada de anís
-una pizca de sal

Para la glasa de unir las piezas
-1 clara de huevo (preferiblemente pasteurizada)
-200gr. de azúcar glass
-5 gotas de vinagre de manzana

Para la decoración
-chuches variados y lacasitos

Preparación:

Tamizamos la harina sobre la encimera. Hacemos un hueco en el centro como si se tratase del cráter de un volcán. En él echamos los restantes ingredientes: la mantequilla cortada en daditos, el huevo, la yema, el azúcar, la esencia de anís y la sal.

Con las manos amasamos el conjunto hasta formar una masa homogénea. No hay que amasar mucho tiempo, solo lo necesario para que se integren bien todos los ingredientes, y luego formamos una bola y la dejamos reposar durante una hora en el frigorífico, cubierta con papel film.

A continuación colocamos una lámina de film transparente sobre la encimera, y ponemos en el centro la masa, por encima ponemos otra lámina de film transparente, y después con un rodillo de cocina aplanamos hasta que la masa quede de un grosor aproximado de unos 3mm. Luego retiramos la lámina de plástico de arriba, y con los moldes cortapastas o colocando encima la plantilla, según lo que usemos, vamos cortando las galletas y las colocamos en la bandeja del horno, sobre papel sulfurizado.

Seguidamente precalentamos el horno a 180º con calor arriba y abajo, las horneamos por espacio de 10 minutos aproximadamente, cuidando que no se doren en exceso.
Finalmente las sacamos del horno, y las dejamos enfriar sobre una rejilla antes de decorarlas.

Mientras las galletas enfrían, preparamos la glasa, para ello batimos las claras ligeramente, añadimos las gotas de vinagre, y después vamos añadiendo el azúcar glass poco a poco, sin dejar de remover. Para que os hagáis una idea, os quedará una pasta de una consistencia parecida a la pasta de dientes. 

Con esta glasa, conocida con el nombre de glasa de escritura o glasa de delineado, uniremos las distintas galletas para formar la casita, pero antes de eso utilizaremos esta misma glasa para hacer las tejas, para ello introducimos toda la glasa en una manga pastelera con una boquilla del número 2 ó 3, después empezaremos pegando la boquilla a la galleta, apretamos un poco y levantamos hacia arriba formando un ángulo de unos 45º, presionando siempre de manera suave y constante sobre la manga, avanzamos llevando el cordón de glasa en el aire en todo momento, hasta llegar al final, que de nuevo pegamos la boquilla a la galleta y retiramos. Se trataría de hacer un enrejado de líneas verticales y horizontales que se asemeje a un tejado.

Finalmente con la glasa restante vamos pegando las diferentes piezas de la casita, esperando a que se seque la última que hemos puesto antes de añadir una pieza nueva.

Cuando todas estén ensambladas, y la casa haya tomado forma, la decoramos con chuches y lacasitos al gusto de cada uno, y los que nos sobren los introducimos en el interior por la puerta y las ventanas.

Por último envolvéis vuestra obra en una lámina de polipropileno transparente, la decoráis con una cinta y una etiqueta, y seguro que  al niñ@ que la reciba se le dibuja una preciosa sonrisa en su rostro.

Para finalizar os dejo con otras imágenes de la casita, y por hoy me despido hasta el próximo día.

Que seáis muy felices. Un abrazo y gracias por seguirme.


Vista frontal

Vista lateral

Envuelta para regalar