La receta de rosquillas que os traigo hoy, y otra de cocido con botelo que tengo pendiente, tenía pensado
publicarlas en las fechas previas al carnaval, porque ambas son típicas de esta
época del año aquí en Galicia, sin embargo por problemas de salud no lo he
podido hacer.
Claro que eso no me hubiera ocurrido si las hubiera editado con
tiempo para dejarlas programadas, como bien me aconsejó una buena amiga, pero no lo hice y ahora de nada sirve
lamentarse.
Lo que me ha
pasado no ha sido nada grave, ni nada nuevo, ha sido una vez más la alergia...
La parte buena es que poco a poco me
estoy sintiendo mejor, que la verdad ya tocaba, porque han sido muchos días con molestias, pero hoy en concreto la mejoría ha sido clara, así que por fin os traigo la receta de estas ricas rosquillas de anís.
Por otra parte aun estáis a
tiempo de prepararlas, porque que si bien los principales días del carnaval ya
pasaron, en muchos pueblos, al menos en Galicia, se celebra el fin de semana
posterior al miércoles de ceniza, el conocido como sábado y domingo de piñata, que es lo
que pone el verdadero punto y final a estas
fiestas. En todo caso se comen aunque no sea carnavales, que nada lo impide y bien ricas que están, así que vamos ya con la
receta
Ingredientes
-4 huevos(*)
-12 cucharadas de
aceite de oliva suave
-12 cucharadas de
leche entera
-12 cucharadas de
licor de anís
-12 cucharadas de
azúcar
-6 gotas de
esencia de anís (yo la compro en la farmacia, porque es más intensa que la que
venden en los supermercados, pero hay que tener cuidado de no pasarse con la
cantidad)
-harina de repostería (la que
admita)
-1 sobre de
levadura química Royal
-una pizca de levadura seca de panadería(**)
-cáscara de dos
limones ó dos naranjas (sin nada de parte blanca)
-una pizca de sal
-aceite de oliva
suave para freír
-azúcar glas para decorar
(*) En esta
receta se utilizan 3 cucharadas de aceite de oliva suave, 3 de leche entera, 3
de licor de anís, y 3 de azúcar, por cada huevo que empleemos.
(**) La levadura
seca de panadería es un truco que yo utilizo porque me encanta la textura que
le aporta a las rosquillas, pero tenéis que emplear muy poquita cantidad, ese
es el secreto para que el resultado sea el esperado, porque cuánta más cantidad
de levadura de panadería empleéis, más se resecan luego las rosquillas
Preparación:
En primer lugar
debemos medir el aceite y ponerlo en una sartén al fuego junto con una cáscara
de limón ó de naranja y dejarlo hasta que ésta se dore, en ese momento se apaga
el fuego, se retira la cáscara de limón, y se deja enfriar el aceite.
Lo de freír el aceite es para sacarle el
sabor a crudo, y lo de añadir la cáscara de limón es para aromatizarlo.
Mientras el
aceite enfría, batimos los huevos en un cuenco junto con el azúcar, añadimos la
leche, el licor y la esencia de anís, el aceite ya frío, y una pizca de sal.
Batimos bien toda esta mezcla y después vamos añadiendo harina floja de
repostería en pequeñas tandas, ayudándonos primero de una espátula de madera, y
luego con las manos.
Después de añadir la primera tanda de harina añadimos
también el sobre de levadura royal y una pizquita de levadura seca de panadero,
mezclamos bien y luego seguimos añadiendo harina según nos vaya pidiendo la
masa. Al final tiene que quedarnos una masa que se despegue de las paredes del
cuenco pero que aun se pegue algo a las manos.
En ese momento
dejamos de añadir más harina, lavamos las manos y las untamos en aceite, así como la encimera de la cocina, y volcamos en ella la masa. La seguimos trabajando con las manos
durante unos minutos más. Después la dejamos reposar durante una hora.
Transcurrido el
tiempo de reposo ponemos una cazuela con aceite al fuego, añadimos en él la
cáscara del otro limón para aromatizarlo, y mientras el aceite coge
temperatura vamos cortando porciones de masa del tamaño de una nuez.
Retiramos
la cáscara de limón cuando esté dorada, y cogemos una porción de masa entre las
manos, con el dedo índice formamos un agujero que vamos agrandando, y cuando
tengamos la rosquilla hecha, la echamos en el aceite, dejamos dorar por un
lado, luego por el otro, retiramos a un plato sobre papel absorbente, y
continuamos haciendo todas las rosquillas hasta terminar.
Después de que hayan enfriado, las espolvoreamos ligeramente con azúcar glas, y las guardamos en una caja o en una lata hermética y se conservan durante unos días en perfecto estado.
Bueno, pues animaros a prepararlas, os aseguro que están de vicio.
Y hasta aquí la entrada de hoy. Si nada me lo impide, volveré pronto con la receta del cocido con botelo, pues aunque el carnaval para entonces estará definitivamente clausurado, hace mucho frío estos días aquí por el norte (después de haber disfrutado de un mes de febrero primaveral), así que aun apetece un buen cocido.
Gracias por seguirme. Que seáis muy felices.