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sábado, 12 de octubre de 2019

Bizcocho de Anís y Aceite de Oliva


Sigo sin recuperar la rutina en el blog, en parte porque estoy siendo un poco vaga últimamente, pero también porque llevo una temporada fatal de la alergia, suerte que anuncian lluvias y eso me vendrá bien.

Hace unos días, aprovechando un momento de tregua que me dio la enfermedad, decidí hacer un bizcocho que hacía mucho tiempo que no preparaba, un bizcocho de anís y aceite de oliva.

Sí, no me equivoqué, habéis leído bien, lleva aceite de oliva, pues aunque normalmente cuando se añade aceite a los bizcochos se suele utilizar aceite de girasol para que no le aporte sabor, en este caso el aceite se calienta en el fuego junto con los granos de anís para aromatizarlo, de modo que el sabor que le aporta al bizcocho es muy sutil, apenas lo notaréis, pero le da una esponjosidad y un toque en el paladar muy interesante. Es un ingrediente que si lo añades apenas lo notas, pero si lo cambias por un aceite de semillas, notas que le falta algo al bizcocho.

No creáis que es el único dulce que incluye el aceite de oliva entre sus ingredientes, hay varios, ahora mismo me vienen a la memoria las aceitadas, típicas de la Semana Santa zamorana o las gachas dulces típicas de Jaen que se suelen tomar el Día de Todos los Santos.

El aceite que utilicé para hacer este bizcocho fue un aceite de oliva de la variedad hojiblanca de la empresa gallega Aceites ABRIL. Si os animáis a prepararlo en casa y queréis utilizar el mismo aceite que he empleado yo, esta empresa tiene tienda online, podéis acceder a ella pinchando aquí, o si lo preferís también lo podéis encontrar en Amazon.

Sin más dilación, paso a daros la lista de ingredientes:

-3 huevos
-1 yogur natural (el vaso del yogur vacío se usará como medida)
-3/4 vaso de Aceite ABRIL variedad hojiblanca 
-1 vaso de azúcar
-3 vasos de harina de repostería
-1 sobre de levadura en polvo
-2 cucharadas soperas de anís en grano
-una pizca de sal
-unas gotas de esencia de anís 

Preparación:

La noche anterior ponéis al fuego el aceite en una olla, cuando esté caliente añadís el anís en grano, mezcláis un poco y rápidamente retiráis la olla del fuego para que no se quemen las semillas, y lo dejáis infusionar hasta el día siguiente.

Con el aceite ya frío e infusionado, retiráis las semillas con un colador fino, y reserváis.
Seguidamente en un bol añadís los huevos junto con el azúcar y con un batidor de varillas mezcláis hasta que hayan doblado el volumen y el azúcar se haya disuelto.

Seguidamente añadís la esencia de anís, el aceite de oliva, el yogur natural, y la sal, y seguís batiendo unos minutos más, y a continuación añadís la harina en varias tandas junto con la levadura, mezclando con una espátula con movimientos envolventes.

Por último vertéis la mezcla en un molde previamente untado con mantequilla y espolvoreado con harina para que no se pegue al desmoldarlo (en mi caso utilicé spray desmoldante), y lo introducís en el horno, precalentado a 180º, en la parte central, con calor arriba y abajo, durante aproximadamente 35 minutos.

Si notáis que se quema por la parte de arriba pero al pinchar con un palillo aun no sale limpio, es porque por el centro todavía no está hecho, por lo que para que no se os queme por arriba, lo cubrís con papel de aluminio, y continuáis con la cocción unos minutos más.

Este bizcocho también se puede hacer en la thermomix, queda estupendo y se ahorra mucho trabajo. Para ello los pasos a seguir son los siguientes:

1-Para infusionar el aceite yo no utilizo la thermomix, lo hago de la manera que explico más arriba.
2-Colocamos la mariposa en las cuchillas, añadimos los huevos y el azúcar y programamos: 7 minutos /temperatura 37º / velocidad 3. ½
3- Volvemos a programar 7 minutos/ sin temperatura/ velocidad 3. ½
4-Retiramos la mariposa y añadimos al vaso el aceite, la esencia de anís, el yogur y la sal, y programamos 20 segundos/ velocidad 4
5-Añadimos la harina tamizada y la levadura y programamos 20 segundos/velocidad 5
6-Por último vertemos la mezcla en el molde y procedemos con la cocción de igual manera que por el modo tradicional.

Bueno, pues esto es todo por hoy. La próxima vez volveré, pero no con una receta como es habitual, sino que será un post sobre la IX Xuntanza de Bloggers Gastronómicos Gallegos a la que asistí recientemente, de la que ya os adelanté  algo  por las RR SS, pero que me hace mucha ilusión compartir con más detalle por aquí con tod@s los que me seguís. 

Hasta entonces. Sed muy felices

jueves, 7 de marzo de 2019

Roquillas fritas de Carnaval




La receta de rosquillas que os traigo hoy, y otra de cocido con botelo que tengo pendiente, tenía pensado publicarlas en las fechas previas al carnaval, porque ambas son típicas de esta época del año aquí en Galicia, sin embargo por problemas de salud no lo he podido hacer.

Claro que eso no me hubiera ocurrido si las hubiera editado con tiempo para dejarlas programadas, como bien me aconsejó una buena amiga, pero no lo hice y ahora de nada sirve lamentarse.

Lo que me ha pasado no ha sido nada grave, ni nada nuevo, ha sido una vez más la alergia... La parte buena es que  poco a poco me estoy sintiendo mejor, que la verdad ya tocaba, porque han sido muchos días con molestias, pero hoy en concreto la mejoría ha sido clara, así que por fin os traigo la receta de estas ricas rosquillas de anís. 

Por otra parte aun estáis a tiempo de prepararlas, porque que si bien los principales días del carnaval ya pasaron, en muchos pueblos, al menos en Galicia, se celebra el fin de semana posterior al miércoles de ceniza, el conocido como sábado y domingo de piñata, que es lo que pone el verdadero punto y final  a estas fiestas. En todo caso se comen aunque no sea carnavales, que nada lo impide y bien ricas que están, así que vamos ya con la receta

Ingredientes

-4 huevos(*)
-12 cucharadas de aceite de oliva suave
-12 cucharadas de leche entera
-12 cucharadas de licor de anís
-12 cucharadas de azúcar
-6 gotas de esencia de anís (yo la compro en la farmacia, porque es más intensa que la que venden en los supermercados, pero hay que tener cuidado de no pasarse con la cantidad)
-harina de repostería (la que admita)
-1 sobre de levadura química Royal
-una pizca de levadura seca de panadería(**)
-cáscara de dos limones ó dos naranjas (sin nada de parte blanca)
-una pizca de sal
-aceite de oliva suave para freír
-azúcar glas para decorar

(*) En esta receta se utilizan 3 cucharadas de aceite de oliva suave, 3 de leche entera, 3 de licor de anís, y 3 de azúcar, por cada huevo que empleemos.

(**) La levadura seca de panadería es un truco que yo utilizo porque me encanta la textura que le aporta a las rosquillas, pero tenéis que emplear muy poquita cantidad, ese es el secreto para que el resultado sea el esperado, porque cuánta más cantidad de levadura de panadería empleéis, más se resecan luego las rosquillas

Preparación:

En primer lugar debemos medir el aceite y ponerlo en una sartén al fuego junto con una cáscara de limón ó de naranja y dejarlo hasta que ésta se dore, en ese momento se apaga el fuego, se retira la cáscara de limón, y se deja enfriar el aceite.  

Lo de freír el aceite es para sacarle el sabor a crudo, y lo de añadir la cáscara de limón es para aromatizarlo.

Mientras el aceite enfría, batimos los huevos en un cuenco junto con el azúcar, añadimos la leche, el licor y la esencia de anís, el aceite ya frío, y una pizca de sal. Batimos bien toda esta mezcla y después vamos añadiendo harina floja de repostería en pequeñas tandas, ayudándonos primero de una espátula de madera, y luego con las manos. 

Después de añadir la primera tanda de harina añadimos también el sobre de levadura royal y una pizquita de levadura seca de panadero, mezclamos bien y luego seguimos añadiendo harina según nos vaya pidiendo la masa. Al final tiene que quedarnos una masa que se despegue de las paredes del cuenco pero que aun se pegue algo a las manos.

En ese momento dejamos de añadir más harina, lavamos las manos y las untamos en aceite, así como la encimera de la cocina, y volcamos en ella la masa. La seguimos trabajando con las manos durante unos minutos más. Después la dejamos reposar durante una hora.

Transcurrido el tiempo de reposo ponemos una cazuela con aceite al fuego, añadimos en él la cáscara del otro limón para aromatizarlo, y mientras el aceite coge temperatura vamos cortando porciones de masa del tamaño de una nuez. 

Retiramos la cáscara de limón cuando esté dorada, y cogemos una porción de masa entre las manos, con el dedo índice formamos un agujero que vamos agrandando, y cuando tengamos la rosquilla hecha, la echamos en el aceite, dejamos dorar por un lado, luego por el otro, retiramos a un plato sobre papel absorbente, y continuamos haciendo todas las rosquillas hasta terminar.

Después de que hayan enfriado, las espolvoreamos ligeramente con azúcar glas, y las guardamos en una caja o en una lata hermética y se conservan durante unos días en perfecto estado.




Bueno, pues animaros a prepararlas, os aseguro que están de vicio.

Y hasta aquí la entrada de hoy. Si nada me lo impide, volveré pronto con la receta del cocido con botelo, pues aunque el carnaval para entonces estará definitivamente clausurado, hace mucho frío estos días aquí por el norte (después de haber disfrutado de un mes de febrero primaveral), así que aun apetece un buen cocido.

Gracias por seguirme. Que seáis muy felices.

lunes, 23 de octubre de 2017

Tarta "larpeira"


Hoy os traigo uno de los dulces típicos de mi tierra, la tarta larpeira, también conocida como bolla larpeira

En gallego larpeira significa golosa, y se denomina así a esta tarta porque va rellena de crema pastelera y emborrachada en un almíbar de anís. La masa básicamente es como la del roscón de reyes, y por su elaboración recuerda a las cocas de San Juan.

Mejor os dejo con la receta y lo veis

Ingredientes (para 2 larpeiras como la de la foto):

Para la masa
-100gr. de leche entera
-4 huevos
-120gr. de azúcar
-60gr. de azúcar invertido (sirve miel)
-10gr. de sal
-60gr. de manteca de vaca (sirve mantequilla)
-20gr. de licor de anís
-4 gotas de esencia de anís
-1 pizca de colorante alimentario amarillo para paella (opcional)
-600gr. de harina de fuerza
-25gr. de levadura prensada de panadería

Para la crema pastelera del relleno
-500ml de leche entera
-45gr. de maicena
-3 yemas de huevo
-100gr. de azúcar
-1 rama de canela
-la cáscara de un limón (solo la parte amarilla, sin pieles blancas)

Para la decoración
-1 vaso de azúcar
-1 pizca de licor de anís para humedecer el azúcar

Para el almíbar
-100gr de agua
-100gr de licor de anís
-70gr de azúcar

Preparación:

Echamos en la cubeta de la panificadora todos los ingredientes de la masa, por el orden en el que aparecen en la lista. Iniciamos el programa de solo amasado, que en mi panificadora es el nº 11, y tiene una duración de 20 minutos. Una vez finalizado el programa, lo reiniciamos dos veces más, hasta completar una hora de amasado.

A continuación sacamos la masa de la cubeta y la echamos en una superficie plana untada en aceite, en mi caso la encimera. La dejamos reposar durante 10 minutos y luego la dividimos en dos partes iguales. Cogemos una de las partes y con las manos untadas en aceite formamos una bola, luego la colocamos sobre papel sulfurizado (papel de hornear) y con un rodillo la extendemos formando un circulo no demasiado fino, en torno a unos 2,5 cm. de grosor, y hacemos unos cortes transversales.

Con la otra parte de la masa procedemos de la misma manera, y luego ponemos las bandejas de las larpeiras dentro del horno apagado, para que leven, hasta que tripliquen el volumen.

Mientras aprovechamos para preparar la crema pastelera, para ello de los 500ml de leche reservamos un vaso y el resto lo ponemos en un cazo al fuego, con la cáscara de limón y la rama de canela. Cuando levante el hervor, apartamos del fuego y dejamos que la leche infusione hasta que esté completamente fría. En ese momento la colamos para retirar las pieles del limón y la canela, y la echamos en una olla, añadimos el azúcar, y llevamos de nuevo al fuego hasta que alcance el punto de ebullición. 

Entre tanto añadimos al vaso de leche que habíamos reservado las 3 yemas de huevo batidas y la maicena, mezclamos bien y cuando la leche comience a hervir, añadimos esta mezcla, bajamos el fuego al mínimo, y removemos constantemente hasta que espese, en ese momento retiramos del fuego, cubrimos con film transparente para evitar que se forme costra, y la dejamos enfriar. Cuando esté fría la introducimos en una manga pastelera de boquilla rizada.




Una vez que las larpeiras hayan levado lo suficiente, las pincelamos con un huevo batido, después rellenamos los cortes con crema pastelera, y en cada cuadrado echamos una cucharadita de postre de azúcar humedecido en unas gotas de licor de anís.  A continuación llevamos las larpeiras al horno previamente calentado a 150º (en el mío en la tercera ranura empezando por abajo) durante 30 minutos, calor abajo los primeros 15 minutos, y después calor arriba y abajo hasta el final.

Si veis que se  doran demasiado por la parte de arriba le ponéis por encima un trozo de papel de aluminio, y seguís con la cocción hasta que estén listos. 

Mientras las larpeiras se hacen en el horno preparamos el almíbar, para ello echamos en un cuenco todos los ingredientes (agua, licor de anís y azúcar) y los ponemos al fuego, cuando el almíbar empiece a hervir esperamos un par de minutos y cuando las larpeiras estén hechas las sacamos del horno, y en caliente las emborrachamos generosamente en almíbar, y ya solo queda dejar enfriar y servir en una bandeja sobre blonda decorativa.



Aquí os dejo una foto del corte. Está deliciosa, tanto en el desayuno acompañando un café como en la sobremesa. 

El consejo para que la larpeira salga verdaderamente rica está en ser generosos con el almíbar, si veis que no queda bien empapada, preparáis más, pero no os quedéis cortos, y luego para que no se reseque, la que no consumáis en el momento procurad taparla con papel film, de esa manera se mantendrá siempre jugosa y con todo su aroma.

Bueno, como veis es una receta  bastante laboriosa, pero en contra de lo que se pueda pensar, no es nada complicada, por otro lado es un trabajo que se hace en varias fases, de modo que espero que eso no os eche para atrás, y que os animéis a preparar la larpeira en vuestras casas, seguro que repetís. 

Un beso a tod@s. Gracias por visitar mi cocina.