martes, 7 de diciembre de 2021

Stollen (Pan Dulce Alemán)


Estamos ya en la segunda semana de Adviento, y durante esta época previa a la Navidad, en muchas ciudades europeas se celebran los tradicionales mercadillos navideños.

Uno de los países que cuenta con una larga tradición en este ámbito es Alemania, y en estos mercadillos, el Stollen (un pan dulce), y el Glühwein, un vino caliente especiado, cuya receta os mostraré en otra ocasión, no pueden faltar.

La receta del Stollen como la conocemos ahora, tiene su origen precisamente en este tiempo de Adviento, durante el cual los cristianos vivían una época de ayuno en la cual no podían tomar leche ni mantequilla, y por tal motivo los panaderos elaboraban un pan insípido que no agradaba a los nobles, por lo que le rogaron al príncipe Ernst von Sachen, en el año 1430, que intercediera ante el Papa Nicolás V para poder incluir la mantequilla en su elaboración.

Esta petición fue rechazada, y no fue hasta el año 1491, cuando el Papa Inocencio VIII permitió añadir la mantequilla al pan, durante el período de ayuno en el Adviento.

Después de la mantequilla, se fue enriqueciendo más el pan con el paso de los años, incorporando frutos secos, frutas confitadas y diversas especias. El resultado es un pan con una miga suave y tierna a pesar de su apariencia compacta, y lo mejor, es el aroma que desprende después de tres semanas de maduración. Es una auténtica delicia.

La forma del Stollen recuerda a un recién nacido envuelto en pañales, por eso se usa abundante azúcar glas para cubrir su exterior. La forma del mismo apenas ha sufrido variaciones con el tiempo, porque se elabora intencionadamente con esa apariencia.

Las ciudades alemanas de Naumburgo y Dresde están ligadas al origen de este pan dulce. Los Stollen elaborados en esta última localidad cuentan con la denominación Dresdner Stollen protegida desde el año 1997, y allí, todos los años, el segundo sábado de Adviento, se celebra la Stollenfest (fiesta del Stollen)

No es la primera vez que preparo este pan, el año pasado también lo hice, pero por circunstancias ajenas a mi voluntad no pude sacarle fotos y compartir la receta con vosotros, así que este año lo he vuelto a hacer con la misma receta del año pasado, que es un mix de varias recetas encontradas en internet, hasta reproducir lo más fielmente posible la receta original

El resultado, como os digo más arriba, es un pan jugoso y lleno de aromas, que se han ido potenciando durante las tres semanas que ha estado madurando. 

Vamos ya con la receta.

Ingredientes:

Fruta macerada
-250gr. de uvas pasas 
-80gr. de naranja escarchada 
-100ml. de ron añejo

Preparado de especias para el Stollen
-1 unidad de anís de estrella
-1/2 rama de canela
-2 clavos de olor
-1/2 vaina de vainilla
-2 vainas de cardamomo (sin la cáscara de fuera, solo las semillas)
-1 pizca de nuez moscada rallada

Prefermento
-100gr. de harina de fuerza
-50gr. de levadura fresca
-80ml. de leche entera
-1 cucharadita de azúcar

Masa
-300gr. de harina de fuerza
-90gr. de azúcar
-1 huevo tamaño mediano
-2 yemas de huevo
-50ml. de leche entera
-60gr. de harina de almendra
-80gr. de mantequilla a temperatura ambiente
-el preparado de especias del Stollen
-la fruta macerada
-ralladura de 2 limones (solo la parte amarilla)
-60gr. de almendras tostadas picadas gruesamente
-60gr. de nueces picadas gruesamente
-1 cucharadita de sal

Acabado
-mantequilla derretida para bañar el Stollen
-azúcar glas en abundancia para espolvorear por arriba

Preparación:

Tres días antes de preparar el Stollen, ponemos la fruta a macerar con el ron, para ello picamos la naranja escarchada en cubitos, y la echamos en un recipiente con tapa, añadimos también las uvas pasas, y por último el ron. Tapamos el recipiente, agitamos y dejamos en maceración durante tres días. Una ó dos veces al día, volvemos a agitar el recipiente para que toda la fruta quede bien impregnada.

Otra cosa que tenemos que hacer antes de comenzar con la preparación propiamente dicha del Stollen, es moler todas las especias y reservar.

Después preparamos el prefermento, y para ello diluimos en un recipiente la levadura en la leche tibia, añadimos el azúcar, mezclamos y por último añadimos la harina tamizada, mezclamos de nuevo hasta integrarla, y tapamos con papel film hasta que casi triplique su tamaño.

Cuando el prefermento esté listo, echamos en la panificadora la harina tamizada, añadimos también la harina de almendra, las especias molidas, el azúcar y la sal, la leche tibia, el prefermento, el huevo y las dos yemas, y seleccionamos el programa de amasado de la panificadora durante aproximadamente diez minutos, el tiempo justo para que se integren todos los ingredientes y se forma una bola de masa dentro de la cubeta. En ese momento interrumpimos el programa, y con la panificadora tapada dejamos la masa en reposo una media hora.

Después de ese tiempo de reposo, continuamos con el programa de amasado hasta que concluya, en mi máquina otros diez minutos (20 minutos en total)

Una vez terminado el programa de amasado, volvemos a comenzar de nuevo el mismo programa, y vamos añadiendo en tres tandas, la mantequilla a temperatura ambiente, cortada en dados. Cuando esté toda la mantequilla integrada en la masa esperamos a que concluya el programa de amasado, retiramos la masa de la cubeta a un recipiente amplio, y lo cubrimos con papel film y dejamos en reposo hasta que doble el volumen.

Una vez que la masa ha levado, la colocamos sobre la encimera ligeramente enharinada, amasamos un poco para desgasificar, y con un rodillo formamos un rectángulo, después esparcimos sobre la masa las frutas que teníamos macerando, bien escurridas. Esparcimos también las almendras y las nueces picadas. A continuación amasamos con las manos hasta integrar todo en la masa. Al principio cuesta un poco, pero poco a poco se consigue.

Una vez que tenemos las frutas maceradas y los frutos secos integrados en la masa, la aplastamos con un rodillo dándole forma de óvalo, y con el mismo rodillo hacemos una hendidura longitudinal algo descentrada, de manera que nos queden dos lóbulos uno más grande que otro. Doblamos la masa por la hendidura, de manera que quede el lóbulo pequeño sobre el grande para darle la forma típica del Stollen. 

Colocamos el Stollen ya formado sobre la bandeja del horno sobre papel sulfurizado, lo cubrimos con papel film, y dejamos que fermente hasta que aumente en torno a un 50%. No va a doblar el volumen, peque la masa soporta mucho peso de las frutas maceradas y los frutos secos.

Cuando el Stollen haya crecido, precalentamos el horno a 165º, y lo colocamos en la segunda ranura empezando por abajo con calor abajo durante los primeros 15 minutos, y después, unos 40 minutos más aproximadamente, con calor arriba y abajo, hasta que tenga un bonito color dorado. 

Una vez listo lo retiramos del horno, y en caliente lo pincelamos con mantequilla derretida, espolvoreamos abundante azúcar glas por encima, y dejamos enfriar sobre una rejilla.

Una vez frío, lo envolvemos en papel de hornear, después cubrimos con film transparente, y finalmente lo metemos dentro de una bolsa de plástico hermética, con cierre en zip, y lo dejamos madurar durante 3 semanas en la parte baja del frigorífico. 

Abajo podéis ver con más detalle los trozos de frutos secos y de naranja escarchada. Lástima que no podáis apreciar también el olor tan maravilloso que desprende después de estar madurando durante tres largas semanas.


Parece muy latoso, pero os aseguro que el resultado final bien merece la pena el trabajo y la larga espera.

Con el deseo de que os haya gustado, me despido por hoy. Nos vemos en unos días con una nueva receta ideal para las fiestas que se avecinan.

Hasta entonces. Un abrazo.

viernes, 3 de diciembre de 2021

Detalles para invitados 2020 y 2021


El año 2020 y el 2021 las celebraciones estuvieron marcadas por el covid, pese a ello, en las épocas en las que las restricciones se habían rebajado, siguieron celebrándose con las lógicas precauciones.

Los que me seguís, ya sabéis que de un tiempo a esta parte, cuando algún niño de mi entorno se bautiza o hace la Primera Comunión, me gusta agasajarle a él y a sus padres con un detalle dulce, para entregar a sus invitados, a modo de recuerdo de esa fecha tan especial.

En las fotos faltan algunos que me olvidé fotografiar, y cuando me acordé ya era tarde porque los había entregado, pero como podéis observar, últimamente me decanté más por las galletas dulces en vez de los tarros de mermelada, como venía ocurriendo en años anteriores.

Algunas galletas iban decoradas simplemente con fondant, en unos casos con la grabación del nombre del niño y la fecha de la celebración, y en otros con unos cortadores con formas infantiles que compré no hace mucho.

En otros casos las galletas llevaban una capa de fondant, y sobre esta una fotografía del niño con el nombre y la fecha, en oblea comestible.

Espero que os gusten. Yo estas fotos las guardo en este post para que me queden como recuerdo, y me despido hasta dentro de unos días, que volveré con una receta navideña.

Hasta entonces. Un abrazo

 
 



viernes, 26 de noviembre de 2021

Bica de Castañas


Hacía tiempo que tenía un envase de harina de castañas en la despensa, y le iba tocando la hora de emplearla, porque se acercaba la fecha de caducidad, así que como las castañas son un fruto otoñal, me pareció la ocasión perfecta para preparar algo con ella, y me decanté por una receta muy gallega, la bica de castañas, y así publicarla ahora, antes de que finalice el otoño, y con él, la temporada de las castañas, porque ya está el invierno a la vuelta de la esquina, y se acercan las fiestas navideñas, con lo cual antes de dar paso al turrón, mazapanes, polvorones y demás, os invito a un trocito de esta deliciosa bica.

Las bicas son un bizcocho típico de muchos pueblos gallegos, especialmente de la provincia de Ourense, provincia también con una importante producción de castañas. Las bicas más conocidas son la de Trives que lleva masa fermentada de pan entre sus ingredientes, la de Castro Caldelas, y la bica blanca de Laza que se hace con claras de huevo y nata, pero esas las dejo para otra ocasión, hoy toca la bica de castañas.

La receta se la debo a una buena amiga, muy conocida en la blogosfera, que es precisamente de la provincia de Ourense, en concreto de O Barco de Valdeoarras, una tierra de la que siempre habla con mucho orgullo. Se llama Chus, y su blog, siguiendo a nenalinda, aunque a raíz del covid dejó de publicar en el blog, y esta receta y otras las publica últimamente en instagram, su perfil allí es @chusnenalinda, os animo a que la sigáis, lo mismo que en el blog, donde tiene un montón de recetas y todas muy documentadas.

Os dejo ya con la receta, la cual he seguido fielmente, salvo que yo utilicé manteca cocida de vaca, y Chus utilizó mantequilla, pero como fuera de Galicia la manteca de vaca no es fácil de encontrar, que sepáis que la podéis sustituir por mantequilla.

Ingredientes:

-4 huevos medianos
-150gr. de mantequilla a temperatura ambiente
-200gr. de panela (azúcar moreno)
-200gr. de nata fresca
-240gr. de harina de castañas
-1 sobre de levadura

Preparación:

En un cuenco batimos la mantequilla con el azúcar durante unos cinco minutos, luego añadimos los huevos uno a uno, sin incorporar el siguiente mientras el anterior no esté integrado.

Después añadimos la nata, batimos unos segundos más, y luego añadimos la levadura y la harina, y batimos solo lo justo hasta obtener una mezcla homogénea.

Por último vertemos la mezcla en un molde rectangular forrado con papel de hornear, y la llevamos al horno, previamente precalentado a 160º, durante aproximadamente 40 minutos, con calor abajo la primera mitad del tiempo, y luego calor arriba y abajo. Eso en todo caso ya lo vais viendo vosotros, porque cada horno es un mundo. Del mismo modo si veis que aún no está hecha por el centro, y se dora mucho por arriba, le ponéis papel albal para evitar que se queme.

Una vez que se haya hecho, la dejamos enfriar sobre una rejilla antes de consumirla. Está más rica al día siguiente que el día que se hace. 
Resulta ideal para tomar en el desayuno, con un taza de café con leche, y también en  la sobremesa, acompañada de un chupito de licor café.

Esta receta, Chus la preparó en la thermomix, pero yo aunque la tengo, preferí utilizar la batidora, de todos modos os dejo los pasos que ella siguió por si queréis utilizar el robot de cocina.

1- Colocar la mariposa en las cuchillas, y añadir al vaso la mantequilla a temperatura ambiente, los huevos y el azúcar, y programar 3 minutos / velocidad 3

2-Añadir la nata, y programar 2 minutos / velocidad 3

3-Retirar la mariposa, y añadir la harina de castañas y la levadura, y programar 10 segundos/ velocidad 6. Si hiciera falta terminar de integrar con la espátula. Después se echa la mezcla en el molde forrado con papel de hornear y se procede del mismo modo que por el método tradicional.

Nada más por hoy, nos vemos en unos días con una nueva receta. Gracias por seguirme. 

Un saludo.

lunes, 22 de noviembre de 2021

Tejas de almendra

La receta que os traigo hoy, las tejas de almendra, son muy versátiles en repostería, pues igual sirven para acompañar un café con leche por la mañana en el desayuno, como un té a media tarde, pero también resultan ideales acompañando un postre tipo pudin o flan, unas natillas…, y desde luego es el acompañamiento perfecto para un helado, sobre todo si es un helado de frutas con un toque ácido, porque el contraste del ácido con el dulzor de la teja casan de maravilla.

Sin más demora, vamos con la receta.

Ingredientes:

-2 claras de huevo
-150gr. de azúcar
-125gr. de almendra laminada
-50gr. de mantequilla
-30gr. de harina de trigo

Preparación:

En primer lugar separamos las yemas de las claras, reservando las primeras para otra preparación porque en esta receta no las vamos a necesitar, y las claras las batimos a punto de nieve.

A medio batir añadimos el azúcar en dos tandas, y seguimos batiendo hasta que estén bien firmes. En ese momento añadimos la mantequilla derretida y tibia, y seguimos batiendo hasta incorporarla. Después añadimos la harina, la integramos y añadimos la mitad de las almendras laminadas y mezclamos con una cuchara. 

A continuación en una bandeja de horno, sobre papel de hornear, ponemos media cucharada sopera de la mezcla en seis montoncitos. 


Con otra cuchara extendemos muy bien para que queden finitas.


Por último colocamos encima de cada una el resto de las almendras (también podemos añadir toda la almendra en este momento, de esta manera la masa es más fácil de extender con la cuchara, y el resultado final no varía) y metemos la bandeja en el horno precalentado a 170º con calor arriba y abajo, en la parte central, y horneamos hasta que empiecen a coger un bonito color dorado. 

Tardan algo menos de diez minutos en mi horno, pero eso depende un poco de cada horno.

Una vez sacadas del horno, hay que despegarlas del papel con una espátula o el filo de un cuchillo antes de que se enfríen, y colocarlas sobre un rodillo de cocina u otro objeto cilíndrico similar,  para que cojan la forma de tejas.

Se procede así con el resto de la masa, y una vez horneadas y formadas todas las tejas, cuando estén frías, se guardan en una caja metálica, donde se conservan durante varios días.

Guardadas en una caja, con una bonita lazada, son un detalle ideal para regalar por ejemplo en las próximas fiestas navideñas.


Y con esto me despido por hoy. Dentro de unos días nos vemos de nuevo con una nueva receta.

Un abrazo.

jueves, 11 de noviembre de 2021

Pizza de atún, cebolla y aceitunas negras

Desde julio del año 2015 que empecé con el blog, hasta la fecha, no había publicado la receta de ninguna pizza. La de hoy es la primera, y eso que las preparo con cierta frecuencia, y tienen mucho éxito en casa, así que entre la larga lista de recetas que tengo pendientes de publicar, he pensado que ya era hora de darle visibilidad a las pizzas.

La masa que utilizo es siempre la misma, es una masa de pan que me da muy buen resultado, y cuando algo funciona para qué cambiar. Digo esto, porque a la pizza, muchas veces terminamos poniéndole  restos de ingredientes de otras recetas que tenemos en el frigorífico, para evitar que se estropeen, al menos en mi caso sucede así, de modo que tener una base de pizza que dé buen resultado es ideal, porque después el relleno cada uno le pone el que quiera, y en ese sentido, esta masa es ideal.

Tengo pendiente, eso sí, de probar una masa de fermentación lenta, que no necesita amasado, y a simple vista queda espectacular, pero de momento todavía no hice ningún experimento con ella. En todo caso si me da resultado la utilizaré en determinadas ocasiones, pero la que vengo usando siempre, por muy buenos resultados que obtenga con la otra, la seguiré usando porque es más rápido el proceso y el resultado magnífico.

La pizza elegida para esta ocasión lleva unos ingredientes que casan muy bien, y son los que os paso a detallar sin más dilación.

Ingredientes:

Para la masa
-240gr. de harina de fuerza
-150ml. de agua
-1 cucharada de aceite de oliva
-1 cucharadita de sal
-12gr. de levadura fresca de panadería (ó ½ sobre de levadura seca de panadería)

Para el relleno
-1 cebolla mediana
-80gr. de atún en aceite de oliva (peso escurrido)
-1 puñado de aceitunas negras deshuesadas
-180gr. de mezcla de quesos (en mi caso emmental, gouda y mozzarella)
-70gr. de tomate triturado
-orégano seco

Preparación:

Empezaremos preparando la masa, y en mi caso pese a que tengo panificadora, y para hacer masas es ideal, por comodidad y para acelerar el proceso, utilizo la thermomix. Para ello echo el agua, la sal y el aceite de oliva en el vaso, y programo 3 minutos/ temperatura 37º/velocidad cuchara. Después añado el resto de ingredientes, es decir, la harina y la levadura, y programo 3 minutos/función amasar. Una vez terminado de amasar, guardo la masa en un cuenco untado en aceite, y lo cubro con papel film para que la masa haya doblado el volumen.

Si no tenéis robot de cocina para preparar la masa, se amasa perfectamente a mano, para ello echáis en un recipiente amplio la harina previamente tamizada y la sal, removéis con una cuchara de madera para mezclar, y luego  hacéis un huevo en medio como si se tratase del cráter de un volcán, y añadís en él el agua tibia, en la cual habréis desleído previamente la levadura. Después vais mezclando con la ayuda de una cuchara de madera en un principio, y luego cuando se empiece a formar una bola, seguís amasando en la encimera, con las manos, durante unos diez minutos. A continuación guardáis la masa en un cuenco untado en aceite y lo tapáis para evitar que entren corrientes de aire, y ya solo queda esperar que la masa doble su volumen,  en ese momento estará lista para seguir con la preparación de la pizza.

Con la masa ya lista, el siguiente paso consiste en precalentar el horno, con calor arriba y abajo, a 250º.

Mientras el horno se va calentando, estiramos la masa con la ayuda de un rodillo, dándole la forma deseada (en este caso yo la hice  redonda, pero otras veces la hago rectangular), y la colocamos sobre la bandeja.  Sobre esta base extendemos el tomate triturada, y sobre él espolvoreamos orégano seco al gusto.

Seguidamente añadimos el atún desmenuzado, la cebolla cortada en juliana fina, y las aceitunas (enteras o cortadas por la mitad, al gusto de cada uno)

Por último distribuimos el queso por toda la superficie, y horneamos con la bandeja del horno situada sobre la base del mismo, es decir, la bandeja, en contacto con la base del horno. Esto último es importantísimo para que la base de la pizza salga crujiente.

Finalmente cuando veamos que la pizza está lista, en mi horno en torno a los 12-15 minutos, la retiramos y la colocamos sobre una rejilla hasta que enfríe un poco y podamos dar buena cuenta de ella.

Nada más por hoy, nos vemos en unos días con una nueva receta. Hasta entonces, que seáis muy felices.

Un abrazo.

jueves, 4 de noviembre de 2021

Galletas rizadas extremeñas

La receta de hoy es de unas galletas elaboradas a base de manteca de cerdo, muy típicas de los pueblos de Extremadura, que se caracterizan por su forma rizada, la cual lograban pasando la masa un accesorio dentado que venía con la máquina de embutir los chorizos y picar la carne, que se usan en los pueblos en la época de matanza.

Abajo os dejo una foto del despiece para que la veáis.

Yo no tenía la maquinita, pero hace tiempo ya que conseguí hacerme con una pequeña, que además de para picar carne y embutir chorizos (aunque yo no le doy ese uso) tiene este accesorio para hacer las galletas rizadas y para hacer churros, y desde que la tengo ya hice varias veces estas galletas, y también churros, porque es muy cómoda. Pero hoy no toca hablar de los churros, sino de las galletas rizadas, y para prepararlas se necesitan los siguientes

Ingredientes:

-550gr. de harina
-1 huevo
-125gr. de manteca de cerdo
-250gr. de azúcar
-125ml. de leche
-ralladura de un limón (o una cucharadita de vainilla o de canela en polvo, según gustos)
-1 cucharadita de bicarbonato
-1 cucharadita de levadura en polvo
-2 cucharaditas de sal

Preparación por el método tradicional:

Empezamos batiendo la manteca de cerdo a temperatura ambiente junto con el azúcar, cuando hayamos conseguido una mezcla homogénea añadimos el huevo, seguimos incorporando, y cuando esté añadimos la leche, la sal, la ralladura de limón e integramos bien de nuevo. Después añadimos la sal y la harina a tandas, y vamos mezclando todo, al principio con una cuchara de madera, y al final con las manos hasta incorporar  toda la harina y formar una bola que dejaremos en reposo al menos unas dos horas en el frigorífico.

Transcurrido el tiempo de reposo, procedemos a dale forma a las galletas, para ello montamos la máquina, y después cogemos trozos de masa, que vamos echando en la boca de la misma, damos a la manivela hasta que vaya saliendo la galleta por el orificio dentado, cortamos con unas tijeras del tamaño deseado, y las vamos colocando en una bandeja de horno sobre papel de hornear.

Luego con el horno precalentado a 180º, las dejamos hasta que tengan un ligero color dorado, en ese momento, retiramos del horno, y las dejamos enfriar sobre una rejilla.

Se conservan bastante tiempo guardadas en un tupper o en una caja hermética.

Preparación en Thermomix:

Para preparar estas galletas en la thermomix debéis seguir los siguientes pasos

1-Echar en el vaso la manteca a temperatura ambiente junto con el azúcar y programar tiempo 20 segundos /velocidad 4

2-Añadir el huevo y programar tiempo 15 segundos /velocidad 4

3-Agregamos la ralladura de limón (o la canela o vainilla según gustos), el bicarbonato, la sal y la leche y programamos tiempo 20 segundos / velocidad 4

4-Incorporamos la mitad de la harina y programamos tiempo 15 segundos / velocidad 5

5-Añadimos la levadura y el resto de la harina, y programamos tiempo 3 minutos/ función amasar.

A partir de aquí, con la masa ya preparada, procedemos de la misma manera que por el método tradicional.

Espero que os haya gustado la receta, y si tenéis la maquinita en casa, no dejéis de prepararlas, os aseguro que están muy ricas y desde luego son más sanas que las industriales, de eso no cabe duda. Además podéis doblar cantidades, y hacer el doble de galletas (os saldrán unas 60) así tenéis galletas para un café con leche a media tarde o para el desayuno durante muchos días pues como os dije, bien guardadas se conservan mucho tiempo.

Y sin más me despido por hoy. Nos vemos en unos días. Un abrazo

miércoles, 27 de octubre de 2021

Bollitos de calabaza para Halloween


Se acerca Halloween, y aunque es una temática que no me gusta absolutamente nada, pero nada de nada, al tener el blog, siempre se procura que las publicaciones vayan acorde con la época del año que corresponda, y por eso el año pasado por estas fechas publiqué unas galletas con forma de calabaza, y este año me decanté por unos bollitos también con forma de calabaza, que le vi a Esbieta.

Elegí esta receta por varios motivos, principalmente  porque las recetas de Esbieta nunca fallan, también porque me gustó mucho como quedan los bollitos una vez horneados, y si a eso le añadimos que tengo en casa calabazas de mi huerto, la elección estaba clara, y tengo que decir que no me equivoqué, al contrario, fue todo un acierto. Salen unos bollitos muy esponjosos, ideales para tomar así solos sin más acompañando un café con leche por la mañana, para untar con mermelada, etc.

Como llevan poco azúcar, admiten también un relleno salado, como por ejemplo unas lonchas de queso o de embutido. 

Ingredientes (para 8 bollitos):

-390gr. de harina (yo usé la mitad harina de fuerza, y la otra mitad harina común de todo uso)
-1 huevo
-40gr. de azúcar
-5gr. de sal
-25gr. de mantequilla
-120gr. de calabaza asada
-160ml. de agua
-15gr. levadura fresca ó 1/2 sobre de levadura seca de panadería
-8 nueces pecanas para decorar

Preparación:

Lo primero que tenemos que hacer es asar la calabaza, para ello yo aproveché que ese día hice un asado en el horno de leña, y luego con el calor residual asé la calabaza cortada por la mitad.

Después de asarla, esperamos a que enfríe, vaciamos la pulpa, y la aplastamos bien con un tenedor hasta hacer un puré. Reservamos

Aparte echamos en azúcar en agua templada, removemos hasta disolver, a continuación añadimos la levadura, y removemos hasta disolver de nuevo. Dejamos reposando unos 10 ó 15 minutos, para que se active la levadura.

Añadimos a la cubeta de la panificadora la harina previamente tamizada, la sal, el puré de calabaza, la yema de huevo (reservamos la clara que nos hará falta más adelante), la levadura, y seleccionamos el programa de “solo amasado” que en mi máquina tiene una duración de 20 minutos. Al finalizar, dejamos reposar 5 minutos, y después se añade la mantequilla a temperatura ambiente cortada en cubitos, y seleccionamos de nuevo el programa de “solo amasado” para que amase de nuevo otros 20 minutos.

A continuación retiramos la masa a un recipiente, cubrimos con papel film, y esperamos a que doble su volumen. Después la volcamos en la encimera espolvoreada con un poco de harina, y amasamos un poco con las manos para desgasificarla.

Seguidamente dividimos la masa en 8 porciones del mismo peso, formamos con cada una de ellas una bolita, en el centro hacemos un hueco y colocamos una nuez pecana simulando el rabito de la calabaza, luego con un cuchillo hacemos 8 cortes equidistantes, sin llegar al centro, y colocamos los bollitos en una bandeja de horno sobre papel de hornear.

Tapamos con papel film, y esperamos de nuevo a que doblen el volumen. Cuando lo hayan hecho, pincelamos con la clara del huevo, y llevamos al horno precalentado a 150º calor arriba y abajo.

Los dejamos hasta que tengan un bonito aspecto dorado por la parte de arriba, en ese momento retiramos del horno, y dejamos enfriar sobre una rejilla.

Se conservan bien durante un par de días, pero para ello hay que guardarlos dentro de una bolsa de plástico cerrada.

Y con esto termino por hoy. Nos vemos en unos días.

Un abrazo.

domingo, 17 de octubre de 2021

Revuelto de gambas y espárragos trigueros



Me encantan los revueltos, porque además de ser muy ricos, se preparan en un abrir y cerrar de ojos, y resuelven una comida sin apenas trabajo.

Los preparo con muchas cosas, pero el que os traigo hoy es de gambas y espárragos trigueros.

Sé que no estamos en temporada de espárragos, pero en la actualidad los encontramos en el supermercado en cualquier época del año, así que esta receta que llevaba tiempo en la carpeta de borradores, ve hoy a la luz.

Los ingredientes que necesitaréis para preparar este delicioso revuelto son los siguientes:

-8 huevos de corral
-1 manojo de espárragos trigueros
-300gr de gambas peladas
-4 dientes de ajo o bien un manojo de ajos tiernos
-aceite de oliva virgen extra
-sal
-pimienta negra recién molida (en mi caso una mezcla de 5 pimientas)

Preparación:

Antes de nada, aclararos que en la lista de ingredientes menciono 4 ajos, o bien un manojo de ajos tiernos, y la razón es que hay gente que no le gusta un sabor tan pronunciado a ajo, y en este caso una opción es sustituirlos por un manojo de ajos tiernos, o sino, añadir los cuatro ajos cortados por la mitad, y luego antes de añadir los huevos, retirarlos. De esta manera el aceite se impregna del sabor del ajo, y nos aseguramos de no encontramos el ajo en la boca.

Aclarado lo anterior, lo primero que debemos hacer es cubrir el fondo de una sartén con aceite de oliva y colocarla al fuego. Cuando el aceite esté caliente añadimos las gambas, le damos un par de vueltas por ambos lados y reservamos.

En el mismo aceite añadimos los ajos cortados en láminas, cuando empiecen a dorarse, bajamos el fuego y añadimos los espárragos trigueros limpios y cortados en trozos. Si optamos por añadir ajos tiernos, los añadimos también después de retirar las gambas, los dejamos durante un par de minutos, y acto seguido añadimos los espárragos. Mantenemos el fuego bajo, removiendo el contenido de la sartén con frecuencia.

Cuando los espárragos estén tiernos, añadimos las gambas que teníamos reservadas, mezclamos, salpimentamos el conjunto, y añadimos los huevos ligeramente batidos. Seguidamente removemos, estando muy atentos a retirar del fuego, cuando los huevos estén cuajados, pero sin que queden secos.

Se sirven en caliente acompañados de un buen pan artesano a ser posible.

Y con esta sencilla receta me despido por hoy. Espero que os haya gustado. Dentro de unos días nos vemos con una nueva receta.

Hasta entonces, un saludo.

domingo, 10 de octubre de 2021

Canutillos rellenos de crema pastelera

Hoy vengo con una receta dulce que es un poco laboriosa, pero el resultado final hace que merezca la pena el esfuerzo.

Tiene como ventaja que estos canutillos se pueden preparar con unos días de antelación, guardándolos en una lata de galletas, y en el último momento se rellenan.

Otra ventaja que tienen es que la masa una vez preparada congela perfectamente, de modo que si nos sobra masa, la guardamos en el congelador y en otro momento que nos apetezca preparamos más canutillos. Yo tuve una congelada durante más de un año, y os doy mi palabra, que cuando la descongelé e hice los canutillos, no noté ninguna pérdida de sabor,  ni tampoco me dio problemas para trabajar la masa a la hora de formar los canutillos.

Para preparar estos canutillos, también conocidos como cañas rellenas, se necesitan unos utensilios tubulares que hay a la venta en muchos bazares y ferreterías, sino en internet se encuentran con facilidad.

Estos canutillos se utilizan exclusivamente para tal fin, aunque hace años nuestras abuelas utilizaban cañas de cáñamo, que reservaban de una vez para otra, tanto que en algunas familias, estos canutillos artesanos, pasaban de generación en generación.

No es mi caso, pues esta receta en mi casa no se hacía, hasta que probé las cañas en un viaje a Zamora donde son muy típicas, y también en La Mancha y en la localidad orensana do Carballiño. Me gustaron tanto, que buscando recetas, la que os muestro hoy es la que más me gustó, así que os dejo con la lista de ingredientes y el proceso de elaboración, por si os animáis a prepararlos.

Ingredientes:

-1 vaso de aceite de girasol
-1 vaso de zumo de naranja
-1 vaso de vino blanco
-1 chupito de licor de anís
-1 pizca de sal
-la corteza de una naranja y de un limón
-harina la que admita hasta que quede una masa que se despegue de las manos y forme una bola pero que no esté demasiado dura.
-aceite de girasol para freír
-azúcar y canela molida mezclados para espolvorear por encima de los canutillos

Para la crema pastelera
-500ml. de leche entera
-2 yemas de huevo
-100gr. de azúcar
-40gr. de maicena (más bien que pase 2 ó 3 gramos a que falten)
-cáscara de ½ limón
-un trozo de canela en rama

Preparación:

En primer lugar ponemos una taza de aceite al fuego con la corteza de una naranja y la de un limón. Cuando las cortezas empiecen a dorarse, apartamos del fuego, retiramos las cortezas,  y dejamos enfriar.

Cuando el aceite esté frío, lo añadimos a un cuenco, añadimos también el zumo de naranja, el vino blanco y el licor de anís, mezclamos y añadimos una pizca de sal, removemos para integrar, y luego vamos añadiendo harina poco a poco.

La cantidad de harina no os la pongo porque va a depender del tipo de harina que utilicéis, pues no todas las harinas absorben la  misma cantidad de líquidos, pero lo que hay que conseguir es una masa que se despegue de las manos, y que no esté muy dura.

Al principio para amasar os ayudáis de una cuchara de madera, y luego cuando se despegue de las paredes, ayudaros de las manos hasta que se forme una bola blandita.

Una vez hecha la masa de los canutillos, hay que darles forma, para ello untamos con aceite de girasol la encimera de la cocina, luego vamos cortando pequeñas porciones de masa con que nos llegue para cubrir un rodillo. 

Cuando tengamos la masa alrededor del canutillo, lo hacemos rodar sobre la encimera para que se sellen bien los bordes y reservamos. Así hasta terminar con todos los canutillos.

Aparte echamos abundante aceite de girasol en un cazo, y lo ponemos a fuego medio. Cuando el aceite esté caliente, añadimos los canutillos de uno en uno, sin añadir el siguiente mientras no se retire el anterior, así hasta freír todos los canutillos y que queden con un bonito color dorado por todos los lados.

A medida que se van retirando del aceite, se les saca el canutillo en caliente, con la ayuda de una servilleta o un paño de cocina, porque si dejamos que se enfríen, luego no se desprenden.

Una vez fritos los canutillos, los rebozamos ligeramente en una mezcla de azúcar y canela molida, y reservamos en una lata de galletas o un recipiente hermético hasta la hora de rellenarlos. Se guardan perfectamente durante unos días o una semana incluso.

Para el relleno, normalmente se utiliza crema pastelera, y para prepararla  ponemos un cazo al fuego con la leche, la cáscara de limón y la canela en rama, cuando levante ebullición tapamos y dejamos infusionar hasta que enfríe. Colamos la leche para retirar la corteza de limón y la canela, y nos aseguramos de que tenemos 500ml. de leche,(mejor antes de hervirla echar un poquito más porque en el fuego parte se va en el vapor)

Cuando la leche haya enfriado, reservamos un vaso y la restante la ponemos de nuevo al fuego junto con el azúcar y llevamos a ebullición, (si utilizamos el mismo cazo debemos lavarlo bien sino luego se adhiere a las paredes y le da mal sabor).

Mientras, al vaso de leche que reservamos le añadimos las dos yemas, y la maicena, mezclamos bien con un batidor de varillas o con un tenedor hasta obtener una mezcla homogénea, y cuando la leche que tenemos al fuego esté a punto de entrar en ebullición, añadimos esta mezcla de huevos y maicena, y removemos sin parar con el batidor de varillas, hasta que espese. En ese momento retiramos del fuego, tapamos con papel film para evitar que haga costra, y dejamos que enfríe. Después la guardamos en el frigorífico hasta el momento de rellenar los canutillos.

Para rellenar las cañas o canutillos, introducimos la crema pastelera en una manga, luego introducimos la boquilla por un extremo del canutillo y apretamos, y luego hacemos lo mismo por el otro extremo, y  listo para servir.

Estos canutillos son una delicia, ideales para un desayuno tardío de domingo, o de un fin de semana de puente como este del Pilar, son perfectos también para una merienda acompañando un café con leche o una infusión, y por supuesto como postre con un rosetón de nata como acompañamiento o un coulis de frutos rojos por ejemplo.

Y por hoy nada más, nos vemos dentro de unos días con nueva receta. Hasta entonces.

Un abrazo.

domingo, 3 de octubre de 2021

Tortitas de Camarones


Hoy os traigo una receta típica del Sur de nuestro país, que está para chuparse los dedos, me refiero a las tortitas de camarones.

Aquí por el Norte es muy complicado encontrar camarones frescos, que sería lo ideal, pero sirven también los camarones cocidos o congelados.  Los que yo utilicé eran congelados, y la cabeza se la retiré, lo cual no debe hacerse, pero a mí me da repelús ;)

La primera vez que probé estas tortitas fue en un bar en Valladolid, y me gustaron tanto que después en cuanto conseguí los camarones la puse en práctica.

La receta la saqué de la red, pero no recuerdo de dónde y ahora no la encuentro, por eso no cito lo fuente, pero fue de las recetas consultadas la que más me convenció, y después de probar el resultado  comprobé que la intuición no me había fallado, porque estaban exquisitas, mucho más ricas todavía que las que probé en aquel bar de Valladolid.

Creo que la diferencia en buena parte radica en utilizar harina de garbanzo recién molida, y eso lo conseguimos moliendo los garbanzos en un robot de cocina, yo lo hice en la thermomix. Mejor esto que comprar la harina de garbanzos en el supermercado.

Cuánto más líquida sea la masa, más se expandirá en la sartén y más finas y crujientes saldrán las tortitas, pero también absorben más aceite y resultan más indigestas. Estas ni son muy finitas ni muy gruesas, y para mí gusto resultan ideales, de todos modos si os gustan más finas, añadid una ó dos cucharadas más de agua a la masa.

Ingredientes:

-150gr. de camarones
-100gr. de harina de trigo
-100gr. de harina de garbanzo
-250ml. de agua fría
-1 cebolla dulce, pequeña (si es grande ½ cebolla)
-unas ramas de perejil fresco
-aceite de oliva virgen suave para freír
-sal

Preparación:

Limpiamos la cebolla y la picamos finamente. Reservamos.

Lavamos el perejil, retiramos las hojas,  desechando los tallos, las picamos finamente y reservamos también.

En un cuenco añadimos la cebolla picada, las hojas de perejil picadas, la harina de trigo, la harina de garbanzos, y una pizca de sal. Mezclamos bien con una cuchara de madera, y por último añadimos el agua y mezclamos hasta obtener una masa homogénea. Después añadimos los camarones, mezclamos un poco, y dejamos reposar la masa en el frigorífico durante 1 ó 2 horas.

Transcurrido el tiempo de reposo, ponemos una sartén grande al fuego, cubrimos la base con aceite, y cuando esté el aceite bien caliente, pero sin que llegue a humear, vamos echando cucharadas de masa. Como es una masa bastante blanda, se expandirá en la sartén formando la tortita.

Dejamos que se hagan por un lado, y luego le damos la vuelta para que se doren por el otro. Después la retiramos del aceite, y las pasamos a una fuente sobre papel de cocina para que absorba el exceso de aceite.

Así hasta terminar con toda la masa, y después servir en caliente, que es como más ricas están.

La verdad es que es una receta deliciosa, ideal para un día de fiesta o celebración, y aunque no es precisamente barata, pues los camarones son carísimos,  como se necesita poca cantidad se puede uno permitir un capricho de vez en cuando.

Espero que os haya gustado. Nos vemos dentro de unos días con una nueva receta.

Un abrazo.