Hoy en mi tierra
hace un tiempo maravilloso, el cielo está totalmente despejado, luce un sol
radiante y la temperatura es muy agradable, pero no hace mucho, la cosa era muy
distinta, no paraba de llover y hacía frío, de modo que todavía apetecía un
cocido, y fue lo que hice hace unos días, porque tenía un repollo en la nevera
y no sabía muy bien qué hacer con él, y como era pequeño al final decidí
comprar otro para acompañarlo en un cocido, que por cierto, nos supo a
gloria, quizás porque pocas veces lo preparamos y cuando lo comemos nos
encanta.
Pese a que estaba
muy rico, ya sabemos lo que pasa con los cocidos, siempre quedan restos, y la
mejor manera de reciclarlos es incorporarlos a unas croquetas.
Y qué
croquetas... A mí me gustan todas, pero las de cocido son de mis favoritas.
Si nunca las
hicisteis, y os apetece intentarlo, a continuación os detallo la lista completa
de los ingredientes y el proceso de elaboración tradicional y en thermomix,
para que veáis cómo las preparo yo. Animaros, repetiréis muchas veces, estoy
segura.
Ingredientes:
-800gr. de leche
entera a temperatura ambiente
-120gr. de
mantequilla
-190gr. de harina
de todo uso
-1 cucharada de
nuez moscada molida
-1 pizca de
pimienta negra molida
-sal al gusto
-80gr. de cebolla
-50gr. de aceite
de oliva
-restos del
cocido
Para el rebozado:
-harina
-huevo batido
-pan rallado
Preparación
tradicional:
Lo primero que
haremos será poner una sartén al
fuego, cubrimos el fondo de la misma
con aceite de oliva virgen extra, y añadimos la cebolla picada finamente,
rehogamos duarte unos minutos hasta que la cebolla coja un color transparente,
después añadimos los restos del cocido también picados lo más finamente
posible, mezclamos bien durante un par de minutos y reservamos.
Aparte hacemos la
bechamel, para ello fundimos la mantequilla en una sartén o en una olla, cuando esté derretida,
añadimos la harina y con una cuchara de madera, removemos sin parar durante
unos minutos para que se cueza y no
quede un engrudo.
Cuando la harina
esté bien rehogada, vamos añadiendo la leche poco a poco sin dejar de remover
hasta que nos quede una masa sin grumos y muy cremosa. En el momento de añadir
la leche, incorporamos también la sal, una cucharada de nuez moscada
molida y una pizca de pimienta negra
molida.
Por último cuando
tengamos la bechamel hecha, mezclamos los restos del cocido que habíamos
rehogado junto con la cebolla y teníamos reservados, integramos todo bien, y lo
pasamos a un tupper, dejamos que enfríe un poco, y luego lo guardamos durante
24 horas en el frigorífico para que cuaje bien y nos sean fáciles de hacer las
croquetas.
Por cierto,
¿sabéis cómo se denomina el proceso de formar las croquetas? Pues recibe el
nombre de LIAR, así que ahora que ya tenemos la masa de las croquetas bien
fría, vamos a liarlas.
Pero ojo,
queremos liar las croquetas, no queremos liarla en la cocina, y un problema que
tiene mucha gente cuando va freír las croquetas es que se le abren en la
freidora. Para evitarlo os doy unos consejos.
-Mejor darle un
rebozado doble, así la superficie en contacto con el aceite es más resistente, aunque para mi gusto con el rebozado doble no están tan ricas, y añadimos más calorias.
-Si las congeláis
(congelan perfectamente), tenéis que dejarlas descongelar a temperatura ambiente antes de
freírlas.
-La temperatura
del aceite es importante, conviene que esté a una temperatura constante tirando
a alta, para ello os aconsejo que friáis las croquetas en pequeñas tandas, yo
nunca frío más de cuatro croquetas juntas, porque si se añaden muchas de una
vez la temperatura del aceite baja.
Dicho esto, ahora
sí, vamos a liar las croquetas, para ello tomamos porciones de masa con la
ayuda de dos cucharas (yo lo hago directamente con las manos bien limpias, es más rápido y quedan mejor, más
regulares) y le damos forma de croqueta, luego las pasamos por harina, escurrimos
muy bien, y a continuación las pasamos por huevo batido y luego por pan
rallado, y si queréis darle doble rebozado, de nuevo un baño en huevo
batido y luego otra vez pan rallado, y ya están listas, o bien para freír en el
momento, o para congelar.
Preparación en
Thermomix:
Si tenéis
thermomix, esta receta es mucho más fácil, no porque por el método tradicional
sea difícil, pero sí que es mucho más laborioso y más lento, de modo que si
tenéis este robot mágico para esta receta es ideal. Yo desde que lo tengo, hace
ya unos años, hago muchísimas más croquetas que antes.
Os dejo con los
pasos sin más dilación
1-Ponemos los
restos del cocido en al vaso y los picamos programando Turbo a 1 segundo/5
veces consecutivas. Si no están bien picados repetimos la operación. Luego
retiramos a un bol y reservamos.
2-Sin lavar el
vaso, añadimos la mantequilla, la cebolla y el aceite, y troceamos 2 segundos
/velocidad 5, luego bajamos los restos al fondo con la espátula, y repetimos la
operación las veces necesarias hasta que la cebolla esté bien picada en trozos
regulares.
3-Sofreímos
programando 4 minutos/temperatura 120º/velocidad 1
4-Añadimos la
harina y sofreímos 4 minutos/120º/velocidad 2
5-Incorporamos la
leche, la nuez moscada, la pimienta molida y la sal, y mezclamos programando 10
segundos/velocidad 6
6-Agregamos dos
cucharadas de los restos del cocido que teníamos picados, y programamos 8
minutos/120º/velocidad 4
7-Retiramos todo
a un recipientes amplio y no muy alto, y con la ayuda de la espátula o de una
cuchara añadimos todos los restos del cocido que nos quedaban, mezclamos bien,
dejamos enfriar un poco, y luego cubrimos con papel film para que no forme
costra, dejamos en la nevera mínimo 8 horas para que esté la mezcla bien fría y
sean fáciles de formar las croquetas, y el resto del proceso es el mismo que
por el método tradicional, es decir, rebozar en harina, huevo y pan rallado, y
después freírlas o congelarlas.
Llegados a esto
punto, solo deseo que la propuesta de hoy haya sido de vuestro agrado. Dentro
de unos días volveré con una nueva receta. Que seáis muy felices mientras
tanto.