Estamos a finales del verano, y en esta estación es cuando se recogen los frutos de la huerta, porque después con el otoño, bajan las temperaturas y se malogran. Lo que ocurre es que se junta mucha cantidad y para darle salida, las conservas son muy socorridas, y nos permiten disponer de las hortalizas de nuestra huerta a lo largo del año, cuando las necesitemos.
En mi caso, a pesar de disponer de una pequeña parcela destinada a huerta, tenía plantados pimientos morrones y de Padrón, tomates, pepinos, lechuga, cebollas, chalotas, repollo, coliflor, berzas, fresas, hierbas aromáticas (hinojo, tomillo y orégano), patatas, judías y zanahorias...
Es increíble lo generosa que es la Madre Naturaleza, y ver lo mal que la tratamos (me incluyo) me hace sentir mal. Lástima que pronto se me pasan los remordimientos de conciencia y vuelvo a caer en prácticas inadecuadas, algo voy mejorando, pero aun puedo hacer mucho más de lo que hago.
En la entrada de hoy, lo que os presento, más que una receta, es una técnica para conservar productos de la huerta, en este caso judías y zanahorias. Vamos con ella.
Ingredientes:
-Zanahorias
-Judías
-Agua mineral sin gas (de la embotellada)
-Zumo de limón
-Sal
Preparación:
Lo primero es disponer de botes de cristal debidamente esterilizados, para ello los hervimos en agua (sirve agua del grifo) durante unos 15 minutos (los botes y las tapas)
Mientras se esterilizan los botes lavamos bien las hortalizas, luego cortamos el rabito y la punta de las judías, y pelamos las zanahorias.
A continuación cortamos las judías en trozos pequeños de unos 2cm. y las zanahorias en rodajas. Pasados los 15 minutos con los botes hirviendo dentro del agua, los retiramos y los secamos y echamos en ellos las hortalizas, alternando capas de judías y zanahorias hasta llenar los botes.
A parte, mezclamos 1 litro de agua mineral sin gas (de la embotellada), el zumo de medio limón, y dos cucharaditas (de las del café) de sal fina, removemos bien y llenamos los botes con esa agua hasta arriba, luego los tapamos y los hervimos durante 45 minutos aproximadamente.
Pasado este tiempo los retiramos del agua, y los dejamos boca abajo hasta que enfríen por completo, así habrán hecho el vacío, y ya los podemos etiquetar y guardar en la despensa, y después cuando queramos hacer una ensaladilla rusa, por ejemplo, sólo es vaciar el bote.
Yo he optado por hacer una mezcla de judías y zanahorias, pero lógicamente se pueden envasar por separado. Se pueden también envasar las judías enteras, y la zanahoria se puede rallar previamente y luego seguir el mismo procedimiento (aunque en este caso no necesitaría 1 hora de cocción, bastaría con unos 10 minutos). Otra posibilidad es embotar en el mismo recipiente judías, zanahorias y guisantes. En fin, las posibilidades son múltiples, y con esta técnica se mantienen todas las propiedades organolépticas de los alimentos.
Espero que os haya gustado esta técnica, y os sea de utilidad.
Un abrazo.
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