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viernes, 21 de febrero de 2020

"Orellas" de Carnaval (con levadura química)



Inmersos ya en pleno Carnaval, os traigo la receta de un dulce muy típico de estas fechas aquí en Galicia, las “orellas”.

Ya tenía una receta de “orellas” publicada en el blog, cuyo enlace os dejo al final de este post, pero hoy os muestro otra para que comparéis y  quedéis con la que más os guste.

De entrada os digo que las dos están deliciosas, a mí por sabor me costaría decantarme por una u otra receta, si bien en textura son muy diferentes. Las que tenía ya publicadas, recién hechas quedan finitas pero al mismo tiempo muy tiernas. Tienen el inconveniente de que conforme pasa el tiempo van perdiendo la frescura del principio.

En cambio, las que os presento hoy, son unas “orellas” con una textura crujiente y quebradiza que me recuerda en cierto modo al hojaldre.  A diferencia de las otras no pierden con el tiempo, ni en lo referente al sabor ni a la textura.

Esta receta es de una amiga, Tere Rico, del blog un momento dulce, lo cual en sí mismo ya es garantía absoluta de éxito, y si encima os digo que con esta receta su autora recibió por dos ocasiones el primer premio en el concurso de la “Orella” del Corte Inglés, ya no hará falta que os siga convenciendo de que es una receta que merece muchísimo la pena. Os indico lo que necesitáis para prepararlas.

Ingredientes:

-1 kg. de harina de todo uso
-1 sobre de levadura royal (16gr.)
-5 huevos caseros
-200ml de anís La Asturiana o El Mono
-10 gotas de esencia de anís de buena calidad (la mía de la marca Arconsa, que compro en la farmacia del pueblo)
-100ml de vino blanco
-2 cucharadas de azúcar
-1 cucharadita de sal
-ralladura de 1 limón
-ralladura de 1 naranja
-200gr. de manteca cocida de  vaca
-aceite de oliva suave o de girasol para freír las “orellas” aromatizado con la piel de 1 limón y un trozo pequeño de canela en rama.

Preparación:

Para preparar la masa de las “orellas” en mi caso utilizo la panificadora, porque me ahorra mucho trabajo (tranquilos,  más abajo os indico cómo amasarlas por el método tradicional)

En primer lugar comienzo por rallar muy finita la piel de un limón y de una naranja. Después añadimos a la cubeta de la panificadora los ingredientes comenzando por los cinco huevos ligeramente batidos, a continuación añadimos las ralladuras de limón y naranja, los 200ml. de anís, la esencia de anís, el vino blanco, la sal y el azúcar, y seleccionamos el programa de solo amasado, que en mi máquina es el número 11 y dura veinte minutos.

Al terminar este tiempo, volvemos a programar de nuevo el mismo programa, y poco a poco vamos añadiendo a la bola de masa que se había formado en la cubeta de la panificadora, pequeñas porciones de manteca de vaca, procurando que se vaya integrando en la masa muy lentamente, y seguimos amasando hasta que esté toda integrada y la masa resultante no se pegue a las paredes. En mi caso opté por programar una tercera vez el programa de solo amasado, pero mereció la pena porque al final quedó una masa con aspecto excelente, que al estirarla era tan finita que casi se podía ver el día a través de ella, no es para menos, pues el proceso de amasado duró exactamente 1 hora 10 minutos, algo casi impensable si se trata de amasar a mano.

Una vez que la masa esté lista la dejamos reposar como mínimo un par de horas, en mi casa la dejé toda la noche en la nevera, y al día siguiente por la mañana la parto con las manos en pequeñas porciones y con un rodillo de cocina las voy estirando y friendo en aceite de girasol o de oliva suave aromatizado con la cáscara de un limón y un trocito pequeño de canela en rama. 

Cuando están doradas por un lado les damos la vuelta para que se hagan por el otro lado, y luego las escurrimos y  las retiramos a una fuente sobre papel absorbente haciendo varias capas e intercalando más papel entre cada una de ellas.

Finalmente cuando estén frías, las espolvoreamos con azúcar glass y las colocamos en una bandeja.
Esta masa también la podéis preparar en la amasadora tipo Kitchendaid o similar, utilizando la pala de amasar, y sino por el método tradicional de siempre, es decir con las manos,  para ello tamizáis la harina junto con la levadura sobre una superficie de trabajo, hacéis un huevo en el centro como si fuese el cráter de un volcán, y en él echáis los huevos ligeramente batidos, la sal, el azúcar, las ralladuras de limón y naranja, la esencia de anís, el licor de anís, y el vino blanco. Vamos amasando hasta formar una bola. En ese momento vais añadiendo la manteca de vaca en pequeña porciones y la vamos integrando poco a poco a la masa. Continuamos amasando con las manos,  hasta que quede una masa lisa que no se peque a la superficie.

Después se deja reposar como mínimo durante un par de horas, y a partir de aquí se procede de igual modo que indico más arriba.

Y para finalizar, antes de despedirme os dejo el enlace a la receta de otros dulces típicos de Carnaval que tengo publicados en el blog.


Finalizo por hoy, vuelvo dentro de unos días. Mientras disfrutad mucho de este fin de semana carnavalero. 

miércoles, 12 de febrero de 2020

Botelo con grelos y patatas


El tiempo pasa muy deprisa, y ya tenemos a la vuelta de la esquina el Carnaval (Entroido como lo llamamos aquí en Galicia)

En nuestra tierra esta época se vive muy intensamente, también en lo referente a la gastronomía, y es ahora cuando los cocidos con verduras de la huerta (generalmente grelos y en menor medida repollo) y los productos de la matanza del cerdo (lacón, orella, chorizos, botelo, androlla, etc.)  tienen más demanda.

El cocido que os traigo hoy tiene como ingrediente principal un embutido que recibe el nombre de botelo, y que es muy típico de localidades como la lucense de A Fonsagrada, y sobre todo  la orensana de O Barco de Valdeorras. En esta última celebran todos los años en el mes de enero la fiesta gastronómica del botelo, cuya finalidad es exaltar las virtudes gastronómicas del producto estrella de esta tierra,  el cual cuenta con la distinción de “Indicación Geográfica Protegida de Botelo de Galica” desde el año 2009, y cuya fiesta de exaltación ha ido creciendo en aceptación y número de visitantes desde su primera edición allá por el año 2001, lo que le ha permitido en el año 2014 ser reconocida como “Fiesta de Interés Turístico de Galicia”

Para los que sois de fuera de Galicia y no conocéis este embutido, deciros que se elabora a base de piezas troceadas del despiece del cerdo, fundamentalmente costillas, condimentadas y embutidas en el estómago del animal, que luego es ahumado y semicurado.

Y después de esta breve introducción, paso a detallaros los ingredientes que necesitáis para preparar este rico cocido con botelo. Son los siguientes:

-1 botelo de 1kg. aproximadamente
-1  trozo de carne salada de cerdo (en esta ocasión utilicé costilla)
-1 manojo grande de grelos frescos (con la cocción merman mucho) ó 1 repollo mediano
-1kg. de patatas

Preparación:

Ponemos el botelo y la carne, previamente desalada, en una olla bastante grande y alta, y cubrimos con agua hasta que falten como tres dedos para el borde. Llevamos al fuego y dejamos cocer lentamente por espacio de unas dos horas aproximadamente.

Entretanto limpiamos bien los grelos enteros (si usamos repollo, cortado en hojas) bajo el grifo del agua fría (vigilando que no se cuele ningún intruso, jeje...) y reservamos.

Aparte pelamos las patatas, las lavamos y las reservamos enteras.

Transcurridas las 2 horas, tanto la carne como el botelo ya deberían estar cocidos, de manera que los retiramos a un plato y retiramos también  parte del agua de cocción de las carnes y el embutido a una olla más  pequeña y ponemos al fuego.

En la olla grande añadimos los grelos limpios y enteros, y  encima le ponemos el botelo para que le haga peso y no suban a la superficie.

En la olla pequeña añadimos la patatas que teníamos peladas. Se añaden enteras y se deja hervir al fuego, tanto la olla de las patatas como la de los grelos hasta que estén perfectamente cocidos. En los últimos minutos de cocción comprobamos la sal tanto de la verdura como de las patatas, y después retiramos a unas fuentes, y vamos sirviendo las patatas por un lado, los grelos por otro, y  la carne junto con el botelo, previamente abierto por la mitad, por otro.

En casa nos gusta prepararle un sofrito con un par de dientes de ajo fileteados y aceite de oliva. Cuando el ajo empieza a tomar color retiramos la sartén del fuego, le añadimos  una cucharadita de pimentón dulce de calidad, removemos bien, y ese sofrito se lo echamos a la verdura y a las patatas por encima.  
En la foto apenas se aprecia el sofrito, pero tened en cuenta que no se trata de hacer un gran sofrito que le reste protagonismo a los grelos y a las patatas, sino de enriquecerlos.

En esta ocasión como me sobró caldo de la cocción del botelo y de la carne para después cocer la verdura y las patatas, ese caldo que me sobró lo puse en otra olla, la puse al fuego, y cuando comenzó a hervir le añadí unos fideos finos, y así de primero tomamos una rica sopa, que cuando hace frío sienta muy bien y sabe a gloria.

Realmente en este tipo de plato nos se desaprovecha nada, pues al día siguiente como nos sobró carne y botelo, pues solo somo tres personas en casa, piqué bien las sobras y con una bechamel hice unas deliciosas croquetas de cocido, pero esas os pondré la receta en otra ocasión.

Y poco más, espero que os haya gustado mi receta de hoy, y si tenéis la oportunidad de conseguir un botelo no dudéis en ponerla en práctica, en caso contrario si venís de visita a Galicia  en época de cocidos os aconsejo que no os vayáis sin probar esta exquisitez.

Un beso, nos vemos dentro de unos días. Mientras tanto sed felices.

jueves, 7 de marzo de 2019

Roquillas fritas de Carnaval




La receta de rosquillas que os traigo hoy, y otra de cocido con botelo que tengo pendiente, tenía pensado publicarlas en las fechas previas al carnaval, porque ambas son típicas de esta época del año aquí en Galicia, sin embargo por problemas de salud no lo he podido hacer.

Claro que eso no me hubiera ocurrido si las hubiera editado con tiempo para dejarlas programadas, como bien me aconsejó una buena amiga, pero no lo hice y ahora de nada sirve lamentarse.

Lo que me ha pasado no ha sido nada grave, ni nada nuevo, ha sido una vez más la alergia... La parte buena es que  poco a poco me estoy sintiendo mejor, que la verdad ya tocaba, porque han sido muchos días con molestias, pero hoy en concreto la mejoría ha sido clara, así que por fin os traigo la receta de estas ricas rosquillas de anís. 

Por otra parte aun estáis a tiempo de prepararlas, porque que si bien los principales días del carnaval ya pasaron, en muchos pueblos, al menos en Galicia, se celebra el fin de semana posterior al miércoles de ceniza, el conocido como sábado y domingo de piñata, que es lo que pone el verdadero punto y final  a estas fiestas. En todo caso se comen aunque no sea carnavales, que nada lo impide y bien ricas que están, así que vamos ya con la receta

Ingredientes

-4 huevos(*)
-12 cucharadas de aceite de oliva suave
-12 cucharadas de leche entera
-12 cucharadas de licor de anís
-12 cucharadas de azúcar
-6 gotas de esencia de anís (yo la compro en la farmacia, porque es más intensa que la que venden en los supermercados, pero hay que tener cuidado de no pasarse con la cantidad)
-harina de repostería (la que admita)
-1 sobre de levadura química Royal
-una pizca de levadura seca de panadería(**)
-cáscara de dos limones ó dos naranjas (sin nada de parte blanca)
-una pizca de sal
-aceite de oliva suave para freír
-azúcar glas para decorar

(*) En esta receta se utilizan 3 cucharadas de aceite de oliva suave, 3 de leche entera, 3 de licor de anís, y 3 de azúcar, por cada huevo que empleemos.

(**) La levadura seca de panadería es un truco que yo utilizo porque me encanta la textura que le aporta a las rosquillas, pero tenéis que emplear muy poquita cantidad, ese es el secreto para que el resultado sea el esperado, porque cuánta más cantidad de levadura de panadería empleéis, más se resecan luego las rosquillas

Preparación:

En primer lugar debemos medir el aceite y ponerlo en una sartén al fuego junto con una cáscara de limón ó de naranja y dejarlo hasta que ésta se dore, en ese momento se apaga el fuego, se retira la cáscara de limón, y se deja enfriar el aceite.  

Lo de freír el aceite es para sacarle el sabor a crudo, y lo de añadir la cáscara de limón es para aromatizarlo.

Mientras el aceite enfría, batimos los huevos en un cuenco junto con el azúcar, añadimos la leche, el licor y la esencia de anís, el aceite ya frío, y una pizca de sal. Batimos bien toda esta mezcla y después vamos añadiendo harina floja de repostería en pequeñas tandas, ayudándonos primero de una espátula de madera, y luego con las manos. 

Después de añadir la primera tanda de harina añadimos también el sobre de levadura royal y una pizquita de levadura seca de panadero, mezclamos bien y luego seguimos añadiendo harina según nos vaya pidiendo la masa. Al final tiene que quedarnos una masa que se despegue de las paredes del cuenco pero que aun se pegue algo a las manos.

En ese momento dejamos de añadir más harina, lavamos las manos y las untamos en aceite, así como la encimera de la cocina, y volcamos en ella la masa. La seguimos trabajando con las manos durante unos minutos más. Después la dejamos reposar durante una hora.

Transcurrido el tiempo de reposo ponemos una cazuela con aceite al fuego, añadimos en él la cáscara del otro limón para aromatizarlo, y mientras el aceite coge temperatura vamos cortando porciones de masa del tamaño de una nuez. 

Retiramos la cáscara de limón cuando esté dorada, y cogemos una porción de masa entre las manos, con el dedo índice formamos un agujero que vamos agrandando, y cuando tengamos la rosquilla hecha, la echamos en el aceite, dejamos dorar por un lado, luego por el otro, retiramos a un plato sobre papel absorbente, y continuamos haciendo todas las rosquillas hasta terminar.

Después de que hayan enfriado, las espolvoreamos ligeramente con azúcar glas, y las guardamos en una caja o en una lata hermética y se conservan durante unos días en perfecto estado.




Bueno, pues animaros a prepararlas, os aseguro que están de vicio.

Y hasta aquí la entrada de hoy. Si nada me lo impide, volveré pronto con la receta del cocido con botelo, pues aunque el carnaval para entonces estará definitivamente clausurado, hace mucho frío estos días aquí por el norte (después de haber disfrutado de un mes de febrero primaveral), así que aun apetece un buen cocido.

Gracias por seguirme. Que seáis muy felices.

viernes, 1 de febrero de 2019

Rosquillas de aire bañadas en merengue


Una de mis metas para este año era atender un poco más el blog, pero de momento no ha sido posible, una infección de garganta ha sido la causante. Afortunadamente ya estoy mejor, y espero poco a poco y de una vez por todas recuperar tanto el ritmo de las  publicaciones como de las visitas a los blogs amigos
.
Para compensar esta larga ausencia, hoy os traigo un lujo de receta, se trata de unas rosquillas que seguro habéis visto a la venta en más de un puesto ambulante en alguna de las romerías o ferias que hay por los pueblos de nuestro país, y también cómo no en algunas  pastelerías. Os hablo de las rosquillas de aire bañadas en merengue, una auténtica delicia para el paladar, ricas por sí solas, pero que si las acompañamos de un café con leche calentito por la mañana ya son los más, y si es en un día de frío invierno como los que tenemos esta semana aquí por el norte, tenéis un desayuno perfecto para entonar el cuerpo y afrontar el día con más energía.

Os dejo con la lista de ingredientes y la preparación, espero que os animéis a elaborarlas en casa, porque en contra de lo que pueda parecer no entrañan ninguna dificultad, y el resultado os sorprenderá segurísimo. Salen tal cual las compradas, pero hechas por uno mismo con sus propias manos, que eso para los amantes de la cocina supone una satisfacción indescriptible.

Ingredientes (a mí me salieron 16 rosquillas):

-12 yemas de huevo
-2 huevos enteros
-2 cucharadas de manteca de cerdo
-8 gotas de esencia de anís (yo lo compro en la farmacia, de la marca Arconsa. Si se la pedís a vuestro farmacéutico seguro que os la consigue, viene en unos botecitos de cristal de 15ml, y os da para muchas veces porque es un producto  muy concentrado, de hecho debéis tener cuidado de no excederos, sino arruináis la masa. Si no conseguís esta esencia utilizad en su defecto medio vaso de licor de anís, y una cucharadita de anises en grano machacados en el mortero)
-harina de fuera (la que admita)
-una pizca de sal

 Para el baño de merengue
-250gr. de claras
-250gr. de azúcar glas
-500gr. de azúcar normal

Preparación:

En un cuenco amplio echamos las yemas y los huevos, batimos ligeramente, añadimos entonces la manteca de cerdo, la sal y la esencia de anís, seguimos batiendo unos minutos más y luego vamos añadiendo la harina tamizada poco a poco a poco, primero con el batidor de varillas y luego con una espátula o una cuchara de madera para facilitar la labor, hasta obtener una masa cremosa y bastante pegajosa. En ese momento, dejamos de añadir más harina, tapamos el cuenco con papel film, y lo dejamos reposando en el frigorífico durante al menos una hora.

Después del tiempo de reposo, precalentamos el horno a 200º calor arriba y abajo, y mientras vamos haciendo las rosquillas, para lo cual embadurnamos las manos con aceite, cogemos una porción de masa, le hacemos un agujero en el centro y lo vamos alargando hasta darle la forma deseada. 

Os aconsejo que no las hagáis muy grandes, tan solo un poco más que los famosos donettes, porque luego crecen mucho en el horno. Por ese mismo motivo, cuando las coloquéis en la bandeja dejad bastante espacio entre ellas.

Cuando hayamos terminado de dar forma a las rosquillas, colocamos la bandeja en la parte central del horno. El tiempo ya lo vais viendo vosotros, porque cada horno es un mundo. En el mío están sobre 20 minutos, los primeros 10 a 200º, y los 10 siguientes a 170º. Si veis que se doran demasiado por arriba y aun no están hechas del todo, cubridlas con papel de aluminio por encima.

Sabréis que están hechas si al mirarlas por abajo tienen el mismo color dorado que por arriba, de no ser así es que el interior aun está crudo y debéis proseguir con la cocción unos minutos más, porque de lo contrario, si las sacáis del horno en ese momento, bajan de volumen en un tiempo récord, quedan todas aplastadas, y luego aunque las devolváis al horno ya son irrecuperables, de modo que la comprobación tiene que hacerse con las rosquillas dentro del horno.

Cuando estén hechas (nunca antes), se sacan del horno y se dejan enfriar sobre una rejilla (En este momento notaréis que pese a ser unas rosquillas bastante voluminosas son muy ligeras, vamos que pesan muy poco, porque el interior está ahuecado, por eso se las denomina rosquillas de aire, así que no preocuparos que es señal de que ha ido todo bien durante la cocción)


Después se pincelan por ambos lados con el merengue que hice en la thermomix siguiendo estos pasos:

1-Colocamos la mariposa en las cuchillas, y añadimos al vaso las claras y el azúcar normal, y programamos 4 minutos / 70º / velocidad 1 ½ 
2- Dejamos enfriar hasta que la temperatura alcance los 37º, y en ese momento programamos 3 minutos / velocidad 3 ½ y vamos añadiendo poco a poco el azúcar glas por el bocal.

Al final nos quedará un merengue muy firme, con el que pincelaremos las rosquillas por ambos lados, y las dejamos secar a temperatura ambiente, o bien colocando la bandeja dentro del horno, con una temperatura no superior a 50º.

Cuando el merengue de las rosquillas esté seco, si las tuvimos en el horno para que se secaran, las dejamos enfriar por completo,  y luego las podemos guardar en una lata, donde se conservan varias días, suponiendo que duren, jeje...


Bueno, pues hasta aquí la receta de hoy. Este domingo es 3 de febrero, día de San Blas, y seguro que en muchos pueblos de nuestro país en los que se celebra esta festividad, entre los que por cierto se encuentra el mío, seguro que encontráis a la venta rosquillas como estas, pero dado que el mal tiempo reinante no invita mucho a salir de casa, animaros y preparadlas vosotros mismos. Insisto que aunque parece una receta muy laboriosa, no lo es tanto, y están absolutamente deliciosas.

Y sin más me despido por hoy, nos vemos de nuevo dentro de unos días, espero.

Un beso y gracias por seguirme. Feliz fin de semana a tod@s.

lunes, 7 de enero de 2019

Roscón de Reyes con patata (Thermomix)


Dado que el presente es el primer post del año, antes de continuar quisiera desearos a todos un feliz 2019, fundamentalmente que no falte la salud, que es lo más importante.

Respecto a la receta de hoy, como ayer fue el día de Reyes, y dado que mi blog lleva por título Roquillas y Roscones, no podía faltar en casa mi dulce favorito, típico además de esta fecha, aunque yo lo preparo también a lo largo del año.

El roscón que hice en esta ocasión es un tanto especial, pues lleva un ingrediente para mí muy novedoso: la patata cocida.

Era la primera vez que hacía esta receta, y tengo que confesar que me costó decidirme, porque lo de añadir patatas cocidas a un dulce como el roscón me crea ciertas reticencias, pero después de probarlo he de reconocer que el sabor de la patata no se aprecia, solo cambia la textura, y se mantiene jugoso mucho más tiempo. Os animo a que probéis, seguro que os sorprende, y aunque yo tengo mi receta favorita, que podéis ver aquí, esta versión la repetiré más veces.

La receta la saqué del blog La Cocina de Consu, el cual os aconsejo que le echéis un vistazo, porque tiene recetas muy interesantes, además de muy bien explicadas, y lo fundamental, que cuando las haces nunca fallan.

Vamos ya con la lista de ingredientes (para 2 roscones):

-500gr. de harina de fuerza
-250gr. de patata hervida
-3 huevos
-220gr. de azúcar + (50gr. para espolvorear por encima)
-cáscara de un limón
-cáscara de una naranja
-1 cucharadita de agua de azahar
-1 sobre de levadura seca de panadería, ó 25gr. de levadura fresca
-125ml. de aceite de oliva
-frutas confitadas
-almendra picada o fileteada
-1 huevo para pintar el roscón

Preparación:

En primer lugar hervimos en agua las patatas peladas durante 20 minutos. Cuando las patatas estén cocidas, las escurrimos, y con un prensapatatas las chafamos, dejamos enfriar y reservamos.

Por otra parte en el vaso de la thermomix añadimos el azúcar, la piel de naranja y de limón (sin nada de parte blanca) y  programamos 15 segundos / velocidad 9

A continuación añadimos al vaso los huevos, el aceite de oliva, la levadura y las patatas y programamos 2 minutos/temperatura 37º /velocidad 4

Después añadimos la harina y programamos 4 minutos/velocidad espiga (función amasar) Dejamos la masa reposar en el vaso hasta que doble su volumen.

Cuando haya doblado el volumen, retiramos la masa del vaso y la volcamos en la encimera ligeramente untada en aceite, y amasamos para desgasificar y dar forma a los roscones. En este paso untaremos también las manos en aceite para que la masa no se nos pegue.

Guardamos los roscones en un lugar cálido y alejado de corrientes de aire,  hasta que vuelvan a doblar el volumen. Yo los dejo en el horno apagado.

Cuando los roscones estén levados precalentamos el horno a 150º con calor en la parte de abajo, y mientras pincelamos los roscones con huevo batido. Luego los decoramos con almendras picadas o fileteadas, frutas confitadas, y azúcar ligeramente humedecido en agua.

Colocamos la bandeja con el roscón (debemos hornear primero uno y luego el otro) en la parte central del horno, y cuando tengo un color dorado por la parte de arriba retiramos del horno y lo dejamos enfriar sobre una rejilla.

Si lo queremos rellenar, una vez frío es el momento de cortarlo por la mitad y rellenarlo de lo que más nos guste: nata, trufa, crema pastelera... Yo en esta ocasión preparé uno sin relleno (para poder tomarlo la mañana de Reyes con un chocolate a la taza calentito) y otro relleno de nata que podéis ver a continuación.


Y ya para terminar, daros las gracias como siempre por seguirme, y emplazaros para dentro de unos días, con una nueva receta. Mientras, sed felices.

Un abrazo

domingo, 23 de diciembre de 2018

Surtido de mantecados y polvorones


Mañana es día de Nochebuena, y el dulce que os traigo seguro que forma parte de la sobremesa en muchos de vuestros hogares, y me atrevería a decir que en la mayoría de los casos serán comprados, por eso os pongo la receta, porque como lo casero no hay nada, y todavía quedan muchas fiestas por delante..., y sino la guardáis para las del próximo año :)

El origen de los polvorones y mantecados se sitúa según unos en la localidad sevillana de Estepa, y según otros en la localidad malagueña de Antequera. Sea como fuere, en ambas localidades, distantes entre sí unos 50 kilómetros, era frecuente el uso de manteca de cerdo para las elaboraciones reposteras, con el fin de dar salida a las excedencias de este producto que abundaba en la zona debido a los numerosos bosques de encina cuyo fruto, la bellota, servía de alimento a los cerdos. Aparte de las encinas, también el cultivo de trigo era importante en la zona, con lo cual había abundancia de los dos ingredientes principales de polvorones y mantecados: la harina de trigo y la manteca de cerdo.

A diferencia de lo que ocurre con otros dulces típicos de la Navidad como los mazapanes y los turrones, de los cuales existen recetas antiquísimas, en el caso de polvorones y mantecados apenas hay documentos anteriores al s. XIX.

En cuanto a la diferencia entre unos y otros, la principal es que los polvorones incluyen en sus ingredientes una pequeña cantidad de almendra, con lo cual en realidad los polvorones vienen siendo una especialidad de mantecados.

Y después de esta breve introducción, y antes de entrar en materia, comentaros que en  esta ocasión los hice de 4 variedades: de almendra, de canela y ajonjolí, de limón y de chocolate. Para elaborarlos necesitaréis los siguientes

Ingredientes (comunes para las 4 variedades):

-180gr. de harina de trigo
-90gr. de manteca de cerdo
-90gr. de azúcar glas

Para los de almendra
-sustituir 50gr. de harina de trigo por 50gr. de harina de almendra (almendra molida)
-1 puñadito de granillo de almendra (almendra picada)

Para los de chocolate
-añadir 25gr. de chocolate puro en polvo

Para los de limón
-añadir la cáscara de 2 limones (solo la parte amarilla)

Para los de canela y ajonjolí
-añadir 2 cucharaditas de canela molida
- y un puñadito de semillas de ajonjolí (sésamo)

Preparación:

Lo primero que debemos hacer es tostar la harina de trigo, la harina de almendra (almendra molida), el granillo de almendra (almendra picada) y las semillas de ajonjolí, para ello colocamos una sartén antiadherente al fuego, y echamos la harina de trigo (mejor en varias tandas porque es bastante cantidad para echarla toda de golpe), removemos con una cuchara de madera hasta que coja un ligero color tostado. Sacamos a un recipiente, dejamos enfriar y reservamos. 

Hacemos lo mismo con la harina de almendra, el granillo de almendra y las semillas de ajonjolí. 

Dejamos enfriar cada ingrediente por separado y reservamos. Este paso se puede hacer la víspera para aligerar carga de trabajo.

A continuación vamos con la elaboración de los polvorones y mantecados propiamente dicha, empezando por los de limón, para ello echamos en un cuenco 180gr. de harina de trigo tostada que teníamos reservada, 90gr. de manteca de cerdo, 90gr. de azúcar glas (yo he usado azúcar normal que pulvericé en la thermomix 15 segundos / velocidad progresiva 5-7-10), y la ralladura de dos limones (en mi caso añadí a la thermomix sobre el azúcar pulverizado, la piel de los dos limones sin nada de parte blanca, y programé de nuevo 15 segundos /velocidad progresiva 5-7-10, y el contenido resultante lo añadí al cuenco con el resto de ingredientes) 

Mezclamos todo bien con las manos hasta que todos los ingredientes se integren y podamos formar un cilindro sobre la encimera. Envolvemos el cilindro de masa en papel film y lo guardamos en el frigorífico durante al menos 4 horas.

Para hacer los de chocolate procedemos de la misma manera que con los de limón, solo que en vez de ralladura de limón, añadimos al cuenco junto con los 180 gr. de harina, 90gr. de  manteca de cerdo y 90gr. de  azúcar glas, 25gr. de chocolate puro en polvo. Procedemos de la misma manera, es decir, amasamos bien con las manos, hacemos un cilindro y guardamos en la nevera durante 4 horas.

Para los de canela y ajonjolí añadimos al cuenco además de los 180gr. de harina de trigo, 90gr. de manteca de cerdo, 90gr. de azúcar glas, un puñadito de semillas de ajonjolí tostadas y dos cucharaditas de las del café de canela molida. Amasamos de la misma manera, formamos un cilindro y guardamos también en el frigorífico.

Por último para los de almendra, haremos exactamente lo mismo, solo que en este caso a los ingredientes comunes le añadimos un puñadito de almendra picada la cual habíamos tostado anteriormente y añadimos también 50gr. de harina de almendra, la cual restaremos de la harina de trigo, es decir, que en esta receta los ingredientes serían: 130gr. de harina de trigo tostada, 50gr. de harina de almendras tostada, un puñadito de almendras picadas, 90 gr. de azúcar glas y 90 gr. de manteca de cerdo. Amasamos bien, formamos un cilindro y guardamos en el frigorífico 4 horas.

Una vez pasadas las 4 horas reglamentarias, precalentamos el horno a 200º calor arriba y abajo, y mientras se calienta el horno sacamos los cilindros de masa del frigorífico y con un cuchillo vamos cortando discos que colocamos en la bandeja sobre papel de hornear.

A continuación horneamos hasta que veamos que empiezan a dorarse y a resquebrajarse por los laterales y dejamos enfriar sin manipularlos, sino se romperían.


Polvorones de limón y  de almendra  recién salidos del horno


Polvorones de canela con ajonjoli y de chocolate recién salidos del horno


Cuando estén fríos podéis envolverlos en papel seda de colores, que tienen a la venta en cualquier librería, y  listos para guardar en una lata ó caja hermética hasta el momento de servir.

Puede parecer un poco latosa la receta, pero creedme que no lo es, y el resultado merece mucho la pena, además de porque están muy ricos, por la satisfacción de haberlos hecho nosotros mismos..., por no hablar del aroma que impregna toda la casa, aroma a Navidad diría yo...

Y llegados a este punto, en unas fechas tan señaladas, desearos de corazón que disfrutéis mañana de la noche más especial del año, que paséis un buen día de Navidad, y cómo no, que Papá Noel os traiga muchos regalos.

FELIZ NAVIDAD!!! 

domingo, 16 de septiembre de 2018

Ensalada murciana (Mojete murciano)


El otoño está llamando a la puerta, pero de momento aun estamos en verano, y no solo por la fecha, sino porque la climatología acompaña, hace muy buen tiempo, al menos por esta zona, así que días atrás  preparé una de mis ensaladas favoritas, tanto por el sabor como por lo fácil y rápida que es de preparar.

Es una ensalada típica de la región de Murcia, conocida como “ensalada murciana” ó “mojete murciano”

En mi opinión  esta ensalada tiene dos secretos, uno consiste en dejarla reposar un tiempo antes de consumirla, para que se mezclen bien todos los sabores, y el otro está relacionado con la calidad de los ingredientes.

Como suele ocurrir con todos los platos sencillos como lo es éste, la diferencia la marca la calidad de la materia prima empleada, por lo demás no tiene ninguna dificultad y el éxito es seguro.
Mejor paso a explicároslo...

Ingredientes:

-500gr. de tomate natural pelado en conserva (variedad pera)
-3 huevos
-200gr. de atún en conserva en aceite de oliva
-1 cebolleta tierna
-un puñado de aceitunas negras (preferiblemente variedad cuquillo)
-aceite de oliva virgen para aliñar
-sal

Preparación:

En primer lugar ponemos un cazo con agua al fuego y echamos los tres huevos. Cuando comiencen a hervir esperamos diez minutos, después escurrimos y cubrimos con agua fría del grifo. Cuando enfríen pelamos y reservamos.

Mientras se cuecen los huevos vamos cortando la cebolleta en juliana fina, y a continuación la echamos en un cuenco con agua bien fría. Podemos utilizar cubitos de hielo para enfriarla. Esto se hace para rebajar la acidez de la cebolleta y que esté más crujiente.

Después cogemos una fuente de servir y vamos echando en ella el tomate cortado en trozos, no es necesario hacerlo con un cuchillo, mejor emplear las manos bien limpias.

Seguidamente añadimos el atún desmenuzado, la cebolleta bien escurrida, las aceitunas y dos huevos picados (el tercero lo corté en cuatro trozos y lo reservé para la decoración final como podéis observar en la foto) Por último salamos, removemos bien y regamos por encima con un chorro generoso de aceite de oliva. Después la dejamos reposar en el frigorífico unas dos horas antes de consumir.

Como podéis comprobar, más fácil imposible, y os aseguro  que en uno de esos días de verano de intenso calor, esta ensalada bien fresquita sienta de maravilla. Eso sí, tened a mano una buena hogaza de pan, porque el jugo que suelta el tomate (en mi foto no se aprecia bien, porque utilicé una fuente honda y el jugo quedó en el fondo), invita a mojar pan, precisamente de ahí le viene el nombre de mojete.

Espero que os haya gustado la receta de hoy. Dentro de unos días, más.

Un beso. Sed felices!!!

viernes, 31 de agosto de 2018

Panna cotta al aroma de vainilla con coulis de frambuesa


Llevo unos días fatal de la alergia, los que me seguís ya sabéis que de vez en cuando me quejo de este problema, lo llevo como puedo con extra de medicación los días más críticos, pero aun así cuesta atender los quehaceres diarios y más sentarse delante del ordenador aunque sea para compartir con los demás tu afición favorita. Sin embargo hoy que me ha dado tregua, aprovecho para presentaros una nueva receta, en este caso se trata de una receta dulce, la panna cotta, que siempre resulta apetecible, pero en verano todavía más si cabe, porque se toma fresquita y no es nada pesada. Acompañada con un coulis de frambuesa como la preparé en esta ocasión, se convierte en un manjar de dioses.

La panna cotta, que literalmente significa “nata cocida”, es un postre de origen italiano, concretamente de la región del Piamonte, y se cree que surgió para dar salida a los excedentes de nata. 

Tradicionalmente la nata se cocía al baño María, y  para que cuajara se utilizaban claras de huevo, salvando las diferencias, vendría a ser lo equivalente a un flan, pero sin yemas, y empleando nata en lugar de leche.

En la actualidad en cambio, es muy frecuente emplear gelatina para cuajar la nata, es una opción que da menos trabajo, y por tanto más rápida, si bien debemos usar la cantidad justa de gelatina para no convertir un postre suave y delicado como es la panna cotta, en un bocado de textura chiclosa.

Os indico las dos opciones, para que si os animáis a prepararla en casa escojáis la que más os guste, o mejor aun, para que probéis las dos y así  luego poder elegir con más criterio.

La que figura en la foto está hecha con gelatina, pues yo a pesar de que me encanta la cocina, y especialmente la repostería, también termino sucumbiendo a la comodidad, jeje...

Ingredientes para la panna cotta

-500ml. de nata para montar 35% M. G.
-5 claras de huevo ó en su defecto  5 hojas de gelatina
-100gr. de azúcar
-1 vaina de vainilla
-1 pizca de sal
-hojas de menta para decorar

Ingredientes para el coulis de frambuesa:
-250gr. de frambuesas frescas (reservar algunas para la decoración final)
-4 cucharadas de azúcar
-4 cucharadas de agua

Preparación tradicional de panna cotta con claras de huevo:

Echamos la nata en un cazo junto con el azúcar, la sal, y la rama de vainilla partida por la mitad a lo largo. Ponemos el cazo al fuego y lo retiramos justo cuando la nata comience a hervir, y dejamos enfriar. Cuando esté fría la mezcla retiramos la vaina de vainilla.

A continuación batimos las claras hasta que espumen un poco, muy poco realmente,  no se trata de que lleguen a montar,  y después las pasamos por un colador y las añadimos a la nata. Mezclamos todo bien, y seguidamente echamos esta mezcla en flaneras individuales ligeramente caramelizadas, y las llevamos al horno, a temperatura baja, en torno a 130º, con calor arriba y abajo, al baño María, procurando que el agua cubra aproximadamente ¾ partes de las flaneras. Las mantenemos en el horno por espacio de 1 hora aproximadamente, o hasta que veamos que están cuajadas. Luego retiramos la bandeja del horno y dejamos las flaneras dentro del agua hasta que enfríen por completo, y después las guardamos en el frigorífico durante 8 horas más ó menos.

Como os he dicho más arriba, para acompañar la panna cotta en este caso he utilizado un coulis de frambuesa, y para prepararlo echamos en un cazo todos los ingredientes, es decir,  las frambuesas, el azúcar y el agua, y ponemos a fuego medio, removiendo de vez en cuando para que no se pegue al fondo. Cuando empiece a hervir lo mantenemos al fuego durante 8 minutos, sin olvidarnos de remover a cada rato, y luego con la batidora trituramos la mezcla, dejamos enfriar y ya tenemos el coulis listo para servir como acompañamiento. Terminamos la decoración con unas frambuesas enteras que habremos reservado (yo me olvidé) y unas hojas de menta.

Preparación de panna cotta con gelatina.

Introducimos las hojas de gelatina en un recipiente con agua fría durante cinco minutos para que se ablanden.

Mientras en un cazo echamos la nata junto con el azúcar, la sal, y la rama de vainilla partida por la mitad longitudinalmente. Justo cuando alcance el punto de ebullición retiramos el cazo del fuego, y en ese momento añadimos las hojas de gelatina bien escurridas, removemos para que se mezcle bien y esperamos a que pierda algo de temperatura. Después retiramos la vaina de vainilla, echamos la mezcla en moldes individuales, esperamos a que termine de enfriar a temperatura ambiente, y por último dejamos cuajar en la nevera durante al menos 4 horas.

A la hora de servir el postre, sumergimos los moldes durante un par de segundos en agua caliente, procurando que ésta no entre en su interior, y para acompañar preparamos el coulis de frambuesa como os indico más arriba, y decoramos con unas frambuesas enteras y unas hojas de menta.

Y por hoy termino..., se nos fue agosto y empieza septiembre, un mes que marca  la vuelta a la rutina y a la normalidad, y yo espero también recuperar la rutina perdida y pasar a visitar las cocinas de los blogs amigos que tengo un poco abandonados.

Hasta pronto. Sed felices!!!