Llevo unos días
fatal de la alergia, los que me seguís ya sabéis que de vez en cuando me quejo
de este problema, lo llevo como puedo con extra de medicación los días más
críticos, pero aun así cuesta atender los quehaceres diarios y más sentarse
delante del ordenador aunque sea para compartir con los demás tu afición
favorita. Sin embargo hoy que me ha dado tregua, aprovecho para presentaros una
nueva receta, en este caso se trata de una receta dulce, la panna cotta, que
siempre resulta apetecible, pero en verano todavía más si cabe, porque se toma
fresquita y no es nada pesada. Acompañada con un coulis de frambuesa como la
preparé en esta ocasión, se convierte en un manjar de dioses.
La panna cotta,
que literalmente significa “nata cocida”, es un postre de origen italiano,
concretamente de la región del Piamonte, y se cree que surgió para dar salida a
los excedentes de nata.
Tradicionalmente la nata se cocía al baño María, y para que cuajara se utilizaban claras de
huevo, salvando las diferencias, vendría a ser lo equivalente a un flan, pero sin yemas, y empleando nata
en lugar de leche.
En la actualidad
en cambio, es muy frecuente emplear gelatina para cuajar la nata, es una opción
que da menos trabajo, y por tanto más rápida, si bien debemos usar la cantidad
justa de gelatina para no convertir un postre suave y delicado como es la
panna cotta, en un bocado de textura chiclosa.
Os indico las dos
opciones, para que si os animáis a prepararla en casa escojáis la que más os
guste, o mejor aun, para que probéis las dos y así luego poder elegir con más
criterio.
La que figura en
la foto está hecha con gelatina, pues yo a pesar de que me encanta la cocina, y
especialmente la repostería, también termino sucumbiendo a la comodidad,
jeje...
Ingredientes para
la panna cotta
-500ml. de nata
para montar 35% M. G.
-5 claras de
huevo ó en su defecto 5 hojas de
gelatina
-100gr. de azúcar
-1 vaina de
vainilla
-1 pizca de sal
-hojas de menta para decorar
Ingredientes para
el coulis de frambuesa:
-250gr. de
frambuesas frescas (reservar algunas para la decoración final)
-4 cucharadas de
azúcar
-4 cucharadas de
agua
Preparación
tradicional de panna cotta con claras de huevo:
Echamos la nata
en un cazo junto con el azúcar, la sal, y la rama de vainilla partida por la
mitad a lo largo. Ponemos el cazo al fuego y lo retiramos justo cuando la nata
comience a hervir, y dejamos enfriar. Cuando esté fría la mezcla retiramos la
vaina de vainilla.
A continuación
batimos las claras hasta que espumen un poco, muy poco realmente, no se trata de que lleguen a montar, y después las pasamos por un colador y las
añadimos a la nata. Mezclamos todo bien, y seguidamente echamos esta mezcla en flaneras individuales
ligeramente caramelizadas, y las llevamos al horno, a temperatura baja, en
torno a 130º, con calor arriba y abajo, al baño María, procurando que el agua
cubra aproximadamente ¾ partes de las flaneras. Las mantenemos en el horno por
espacio de 1 hora aproximadamente, o hasta que veamos que están cuajadas. Luego
retiramos la bandeja del horno y dejamos las flaneras dentro del agua hasta que
enfríen por completo, y después las guardamos en el frigorífico durante 8 horas
más ó menos.
Como os he dicho
más arriba, para acompañar la panna cotta en este caso he utilizado un coulis
de frambuesa, y para prepararlo echamos en un cazo todos los ingredientes, es
decir, las frambuesas, el azúcar y el
agua, y ponemos a fuego medio, removiendo de vez en cuando para que no se pegue
al fondo. Cuando empiece a hervir lo mantenemos al fuego durante 8 minutos,
sin olvidarnos de remover a cada rato, y luego con la batidora trituramos la
mezcla, dejamos enfriar y ya tenemos el coulis listo para servir como
acompañamiento. Terminamos la decoración con unas frambuesas enteras que
habremos reservado (yo me olvidé) y unas hojas de menta.
Preparación de
panna cotta con gelatina.
Introducimos las
hojas de gelatina en un recipiente con agua fría durante cinco minutos para que
se ablanden.
Mientras en un
cazo echamos la nata junto con el azúcar, la sal, y la rama de vainilla partida
por la mitad longitudinalmente. Justo cuando alcance el punto de ebullición
retiramos el cazo del fuego, y en ese momento añadimos las hojas de gelatina
bien escurridas, removemos para que se mezcle bien y esperamos a que pierda
algo de temperatura. Después retiramos la vaina de vainilla, echamos la mezcla
en moldes individuales, esperamos a que termine de enfriar a temperatura
ambiente, y por último dejamos cuajar en la nevera durante al menos 4 horas.
A la hora de
servir el postre, sumergimos los moldes durante un par de segundos en agua
caliente, procurando que ésta no entre en su interior, y para acompañar
preparamos el coulis de frambuesa como os indico más arriba, y decoramos con
unas frambuesas enteras y unas hojas de menta.
Y por hoy termino...,
se nos fue agosto y empieza septiembre, un mes que marca la vuelta a la rutina y a la normalidad, y yo
espero también recuperar la rutina perdida y pasar a visitar las cocinas de los
blogs amigos que tengo un poco abandonados.
Hasta pronto. Sed felices!!!