El tiempo pasa
muy deprisa, y ya tenemos a la vuelta de la esquina el Carnaval (Entroido como
lo llamamos aquí en Galicia)
En nuestra tierra
esta época se vive muy intensamente, también en lo referente a la gastronomía,
y es ahora cuando los cocidos con verduras de la huerta (generalmente grelos y
en menor medida repollo) y los productos de la matanza del cerdo (lacón,
orella, chorizos, botelo, androlla, etc.)
tienen más demanda.
El cocido que os
traigo hoy tiene como ingrediente principal un embutido que recibe el nombre de
botelo, y que es muy típico de localidades como la lucense de A Fonsagrada, y
sobre todo la orensana de O Barco de
Valdeorras. En esta última celebran todos los años en el mes de enero la fiesta
gastronómica del botelo, cuya finalidad es exaltar las virtudes gastronómicas del producto estrella de esta tierra, el
cual cuenta con la distinción de “Indicación Geográfica Protegida de Botelo de
Galica” desde el año 2009, y cuya fiesta de exaltación ha ido creciendo en
aceptación y número de visitantes desde su primera edición allá por el año
2001, lo que le ha permitido en el año 2014 ser reconocida como “Fiesta de
Interés Turístico de Galicia”
Para los que sois
de fuera de Galicia y no conocéis este embutido, deciros que se elabora a base
de piezas troceadas del despiece del cerdo, fundamentalmente costillas,
condimentadas y embutidas en el estómago del animal, que luego es ahumado y
semicurado.
Y después de esta
breve introducción, paso a detallaros los ingredientes que necesitáis para preparar
este rico cocido con botelo. Son los siguientes:
-1 botelo de 1kg.
aproximadamente
-1 trozo de carne salada de cerdo (en esta
ocasión utilicé costilla)
-1 manojo grande
de grelos frescos (con la cocción merman mucho) ó 1 repollo mediano
-1kg. de patatas
Preparación:
Ponemos el botelo
y la carne, previamente desalada, en una olla bastante grande y alta, y
cubrimos con agua hasta que falten como tres dedos para el borde. Llevamos al
fuego y dejamos cocer lentamente por espacio de unas dos horas aproximadamente.
Entretanto
limpiamos bien los grelos enteros (si usamos repollo, cortado en hojas) bajo el
grifo del agua fría (vigilando que no se cuele ningún intruso, jeje...) y
reservamos.
Aparte pelamos
las patatas, las lavamos y las reservamos enteras.
Transcurridas las
2 horas, tanto la carne como el botelo ya deberían estar cocidos, de manera que
los retiramos a un plato y retiramos también
parte del agua de cocción de las carnes y el embutido a una olla más pequeña y ponemos al fuego.
En la olla grande
añadimos los grelos limpios y enteros, y
encima le ponemos el botelo para que le haga peso y no suban a la
superficie.
En la olla
pequeña añadimos la patatas que teníamos peladas. Se añaden enteras y se deja
hervir al fuego, tanto la olla de las patatas como la de los grelos hasta que
estén perfectamente cocidos. En los últimos minutos de cocción comprobamos la
sal tanto de la verdura como de las patatas, y después retiramos a unas
fuentes, y vamos sirviendo las patatas por un lado, los grelos por otro, y la carne junto con el botelo, previamente
abierto por la mitad, por otro.
En casa nos gusta
prepararle un sofrito con un par de dientes de ajo fileteados y aceite de
oliva. Cuando el ajo empieza a tomar color retiramos la sartén del fuego, le
añadimos una cucharadita de pimentón
dulce de calidad, removemos bien, y ese sofrito se lo echamos a la verdura y a
las patatas por encima.
En la foto apenas se aprecia el sofrito, pero tened en cuenta que no se trata de hacer un gran sofrito que le reste protagonismo a los grelos y a las patatas, sino de enriquecerlos.
En esta ocasión como me sobró caldo de la cocción del botelo y de la carne para después cocer la verdura y las patatas, ese caldo que me sobró lo puse en otra olla, la puse al fuego, y cuando comenzó a hervir le añadí unos fideos finos, y así de primero tomamos una rica sopa, que cuando hace frío sienta muy bien y sabe a gloria.
Realmente en este tipo de plato nos se
desaprovecha nada, pues al día siguiente como nos sobró carne y botelo, pues
solo somo tres personas en casa, piqué bien las sobras y con una bechamel hice
unas deliciosas croquetas de cocido, pero esas os pondré la receta en otra
ocasión.
Y poco más, espero que os haya gustado mi
receta de hoy, y si tenéis la oportunidad de conseguir un botelo no dudéis en
ponerla en práctica, en caso contrario si venís de visita a Galicia en
época de cocidos os aconsejo que no os vayáis sin probar esta exquisitez.
Un beso, nos vemos dentro de unos días. Mientras tanto sed felices.