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martes, 14 de julio de 2020

Clafoutis de cerezas


Hoy por fin he sacado un hueco para sentarme delante del ordenador y así poder compartir con vosotros una receta muy rica y propia de esta época de finales de primavera y principios del verano, pues lleva como ingrediente principal las cerezas, y es en esa época cuando están en temporada. 

Ahora a mediados de julio todavía las encontraréis en los mercados pero pronto se acabarán así que o me daba prisa por compartir ya la receta o sino iba a quedar un año en borradores esperando la nueva temporada de esta deliciosa fruta. 

La receta que hoy os presento es una tarta conocida como clafoutis de cerezas, la cual es originaria de la antigua región francesa de Limosín, que ocupaba la parte occidental del Macizo Central.
Clafoutis proviene del verbo “clafir” que significa rellenar, en este caso sería rellenar la masa con cerezas.

La masa de la clafoutis se elabora con huevos, harina, mantequilla, leche ó nata (para mi gusto muchísimo mejor nata) y azúcar. Es de consistencia parecida a la de las crepes, es decir, bastante líquida, y se cuaja durante la cocción, de manera que se desaconseja el uso de recipientes desmoldables para hornearla porque se podría derramar parte del líquido durante la cocción. 

Se puede tomar fría y también tibia, y las cerezas aunque mucha gente las deshuesa tradicionalmente se emplean con hueso, porque así la cereza conserva sus jugos y evitamos que la masa se “humedezca”, y también porque según los muy sibaritas al cocer en el horno el hueso, éste le aporta un agradable sabor a la tarta. Respecto a esto último, he de decir que la he hecho varias veces tanto con huesos como sin ellos, pero mi paladar no ha apreciado diferencias sustanciales, salvo en la presentación, dado que el contraste de color entre la masa y las cerezas es más intenso, sino los jugos de las cerezas tiñen de color oscuro la masa y para mi gusto no queda tan bonita, pero bueno, son gustos y cada uno tiene los suyos.

Y ya sin más paso a detallaros la lista de ingredientes:

-80gr. de harina de todo uso
-80gr. de azúcar
-40gr. de azúcar vainillado
-30gr. de mantequilla
-3 huevos
-250gr. de nata 35% M.G.
-cerezas (las necesarias para cubrir la base del molde)
-azúcar glas para espolvorear por encima (opcional)

Preparación:

Si optáis por retirar los huesos de las cerezas esa sería la primera labor a realizar. Si le dejáis el hueso, se le saca el rabito, se lavan bien bajo el grifo, luego se escurren y se cubre con ellas la base del molde, previamente untado con un poco de mantequilla y espolvoreado con harina (la mantequilla y la harina para el molde no figura en la lista de ingredientes)

Lo siguiente es preparar la masa, para ello echamos en un recipiente los huevos, el azúcar normal y el vainillado, la harina, la mantequilla a temperatura ambiente y la nata. Con la batidora batimos bien toda la mezcla, y vertemos sobre las cerezas solo con que las cubra, y luego llevamos al horno, que habremos precalentado a 180º y la dejamos hasta que la masa cuaje y coja un bonito color dorado por encima.

Como veis más fácil de preparar imposible, y el sabor es exquisito. El contraste del dulce de la  masa con el ácido de la fruta es irresistible. Por algo su popularidad traspasó fronteras y hoy es una tarta mundialmente conocida.

Espero que os haya gustado mi receta de hoy, y si es así que os animéis a prepararla. Todavía quedan cerezas pero no os despistéis que pronto se acaban y luego toca esperar todo un año ;)

Un saludo y hasta pronto.

domingo, 2 de febrero de 2020

Brazo de Naranja (Torta de Laranja Portuguesa)


Así como quien no quiere la cosa, ya se terminó el primer mes del año, y para la primera entrada de febrero he elegido una receta cuyo ingrediente principal es la naranja, una fruta que está ahora en plena temporada.

Esta receta es típica de Portugal, y aunque yo la denomino Brazo de Naranja, pues al tratarse de un bizcocho enrollado me recuerda al Brazo de Gitano, en el país vecino se conoce como “Torta de Laranja”, y pese a tratarse de un dulce tan popular allí, yo no lo conocía hasta las pasadas navidades.
Fue una noche que estaba viendo en la televisión autonómica gallega, la TVG, un programa de cocina que se llama “Larpeiros”, vocablo que en Galicia significa goloso, amante de lo dulce.

Cuando vi cómo lo preparaban de entrada me sorprendió lo rápido que se hace, después me conquistó por su aspecto, con una consistencia e medio camino entre un flan y un pudin ... Total que al día siguiente ya lo estaba preparando en casa, pues otra de las ventajas que tiene es que los ingredientes que lleva son tan básicos que la mayoría los tenemos a diario en nuestra despensa. 

Por último cuando lo probé, su textura y su sabor terminaron de convencerme, tanto que creo que voy a tirar mucho de esta receta cuando tengamos invitados en casa, porque es un postre que se prepara en un santiamén, y resuelve a la perfección una situación como esa, en la que hay otras cosas que hacer en la cocina y no queda tiempo para preparar una postre muy elaborado.

En fin, espero que con todo esto que os he contado os animéis a prepararlo, ya veréis como repetís.

Los ingredientes que vais a necesitar son los siguientes:

-8 huevos
-250g. de azúcar (yo puse 200)
-80g. de mantequilla fundida (yo puse 60)
-zumo de 2 naranjas
-ralladura de 2 naranjas
-15gr de harina de todo uso
-1 cucharadita de levadura tipo Royal
-1 pizca de sal
-50g. de azúcar para espolvorear por encima

Preparación en modo tradicional:

Empezamos por rallar la piel de dos naranjas, y luego a esas mismas naranjas les exprimimos el zumo y lo colamos para eliminar posibles pepitas que nos hayan podido caer, y reservamos el zumo y la ralladura.

Fundimos la mantequilla y reservamos. Mezclamos la harina con la levadura y reservamos.

Seguidamente batimos con unas varillas los huevos con el azúcar y la pizca de sal hasta que blanqueen y doblen el volumen. Después añadimos los restantes ingredientes mezclando con cuidado con movimientos envolventes para no eliminar el aire que introducimos en los huevos al batirlos.

A continuación, vertemos la mezcla resultante (queda una mezcla muy líquida, no os preocupéis, es así) en un molde rectangular de aproximadamente 40x26cm, forrado con papel de hornear, y llevamos al horno previamente precalentado a 180º durante unos 30 minutos con calor arriba y abajo, hasta que se dore por arriba.

Por último retiramos del horno, y en caliente espolvoreamos con una pizca de azúcar sobre la superficie dorada, después colocamos encima otro trozo de papel de hornear o un paño de cocina, y enrollamos sobre sí mismo como si se tratase de un brazo de gitano, y listo ya para servir a la mesa, pues es un postre que no necesita ser refrigerado, lo ideal es tomarlo a temperatura ambiente o incluso algo tibio.

Preparación en Thermomix:

1- Al igual que por el método tradicional, empezamos por rallar las naranjas y exprimir su zumo, reservando éste y la ralladura. Fundimos la mantequilla y reservamos. Mezclamos la harina con la levadura y reservamos también.
2- Colocamos la mariposa en las cuchillas, y añadimos los huevos, el azúcar y la sal y programamos 7 minutos/ temperatura 37º/ velocidad 3 y ½. Terminado el tiempo volvemos a programar otros 7 minutos/ sin temperatura/ velocidad 3 y 1/2
3-Añadimos al vaso el zumo y la ralladura de las naranjas y la mantequilla fundida y programamos 20segundos/velocidad 2 y 1/2 y con la máquina en marcha vamos añadiendo por el bocal la mezcla de harina y levadura.
4- A partir de aquí vertemos la mezcla en un molde rectangular de aproximadamente 40x26 cm. y procedemos de la misma manera que por el método tradicional explicado más arriba..

Aunque parece mucho rollo os aseguro que es muy sencillo y se tarda muy poco en hacerlo.

En cuanto a la presentación lo podéis presentar así entero como el de la foto, o en porciones individuales. Por ejemplo queda muy bonito cortarlo en rodajas y servirlo en moldes de papel alargados de los que se emplean para hacer las magdalenas valencianas.

Y con esto finalizo por hoy. Feliz semana a tod@s

domingo, 14 de abril de 2019

Bacalao dorado (Bacalhau à Brás)


A pesar del tiempo transcurrido desde la anterior entrega, no me he olvidado de vosotros ni del blog, lo que ocurre es que últimamente ando un poco mal de tiempo, pero después de Semana Santa a ver si me organizo mejor y puedo retomar la actividad  habitual en el blog y la visita a mis blogs de cabecera. No prometo nada porque me conozco, pero lo intentaré :)

Por lo de pronto hoy os traigo una receta muy rica, típica de la cocina portuguesa, que utiliza como ingrediente principal, el bacalao, un ingrediente que cobra especial protagonismo en nuestras mesas estos días, y aunque de cualquier forma que lo preparemos está rico, siempre resulta más apetitoso si variamos la preparación, de manera que en esta ocasión os propongo esta receta. Para prepararla necesitaréis los siguientes

Ingredientes:

-400gr. de bacalao salado desmigado (migas de bacalao)
-2 cebollas medianas
-4 patatas grandes
-8 huevos medianos
-un puñado de aceitunas negras
-perejil fresco picado
-pimienta recién molida
-una pizca de sal
-aceite de oliva virgen extra de la mejor calidad

Preparación:

En primer lugar pelamos la patatas, y las cortamos en bastoncitos, como si fuesen para freír, pero muchísimos más finitas. Para ello yo utilizo el rallador de queso, por la parte que tiene los agujeros más grandes, sino también lo podéis hacer a mano, pero insisto que deben quedar muy finitas, como palillos para que os hagáis una idea.

Una vez cortadas las patatas las echamos en un cuenco grande con agua muy fría (podéis añadirle unos cubitos de hielo al agua) para que suelten el almidón, y que luego el revuelto que vamos a hacer no quede como una papilla.

Una vez bien lavadas, las echamos en un escurridor para que suelten todo el agua que les queda.

Seguidamente ponemos una olla plana o una sartén al fuego, añadimos aceite de oliva  y cuando el aceite esté caliente freímos las patatas por tandas, una vez fritas las patatas las retiramos a un plato y reservamos. En el mismo aceite de freír las patatas echamos la cebolla, y cuando hecha la cebolla, retiramos el exceso de aceite, y añadimos el bacalao desmigado y desalado, rehogamos bien y dejamos hacer durante unos minutos a fuego bajo. Cuando veamos que el bacalao ya está hecho, añadimos una pizca de pimienta negra recién molida, removemos bien, y añadimos las patatas, mezclamos todo.

Aparte echamos los huevos en un cuenco, añadimos una pizca de sal, y batimos bien. Seguidamente los echamos a la mezcla de patatas, cebolla y bacalao, y removemos como si fuésemos a preparar un revuelto.

Después emplatamos, espolvoreamos con un poco de perejil picado, y adornamos con unas aceitunas negras.

Como veis, es una preparación del bacalao bien sencilla, y a la vez deliciosa. 

Como os dije más arriba, este plato es típico de Portugal, donde se conoce como bacalado dorado, por el color amarillo que le otorgan los huevos, o bien como bacalao á Brás, en honor a su inventor, un mesonero lisboeta.

Pues nada, espero que os haya gustado la receta de hoy. Según vaya de tiempo, os subiré la receta de las torrijas de vino y miel, y las fotos de las Monas de Pascua  2019, que prepararé estos días como viene siendo habitual en los últimos años.

Si queréis ver otras recetas con bacalo que tengo publicadas en el blog os dejo el enlace a continuación.


Un beso a tod@s. Gracias por leerme.

viernes, 31 de agosto de 2018

Panna cotta al aroma de vainilla con coulis de frambuesa


Llevo unos días fatal de la alergia, los que me seguís ya sabéis que de vez en cuando me quejo de este problema, lo llevo como puedo con extra de medicación los días más críticos, pero aun así cuesta atender los quehaceres diarios y más sentarse delante del ordenador aunque sea para compartir con los demás tu afición favorita. Sin embargo hoy que me ha dado tregua, aprovecho para presentaros una nueva receta, en este caso se trata de una receta dulce, la panna cotta, que siempre resulta apetecible, pero en verano todavía más si cabe, porque se toma fresquita y no es nada pesada. Acompañada con un coulis de frambuesa como la preparé en esta ocasión, se convierte en un manjar de dioses.

La panna cotta, que literalmente significa “nata cocida”, es un postre de origen italiano, concretamente de la región del Piamonte, y se cree que surgió para dar salida a los excedentes de nata. 

Tradicionalmente la nata se cocía al baño María, y  para que cuajara se utilizaban claras de huevo, salvando las diferencias, vendría a ser lo equivalente a un flan, pero sin yemas, y empleando nata en lugar de leche.

En la actualidad en cambio, es muy frecuente emplear gelatina para cuajar la nata, es una opción que da menos trabajo, y por tanto más rápida, si bien debemos usar la cantidad justa de gelatina para no convertir un postre suave y delicado como es la panna cotta, en un bocado de textura chiclosa.

Os indico las dos opciones, para que si os animáis a prepararla en casa escojáis la que más os guste, o mejor aun, para que probéis las dos y así  luego poder elegir con más criterio.

La que figura en la foto está hecha con gelatina, pues yo a pesar de que me encanta la cocina, y especialmente la repostería, también termino sucumbiendo a la comodidad, jeje...

Ingredientes para la panna cotta

-500ml. de nata para montar 35% M. G.
-5 claras de huevo ó en su defecto  5 hojas de gelatina
-100gr. de azúcar
-1 vaina de vainilla
-1 pizca de sal
-hojas de menta para decorar

Ingredientes para el coulis de frambuesa:
-250gr. de frambuesas frescas (reservar algunas para la decoración final)
-4 cucharadas de azúcar
-4 cucharadas de agua

Preparación tradicional de panna cotta con claras de huevo:

Echamos la nata en un cazo junto con el azúcar, la sal, y la rama de vainilla partida por la mitad a lo largo. Ponemos el cazo al fuego y lo retiramos justo cuando la nata comience a hervir, y dejamos enfriar. Cuando esté fría la mezcla retiramos la vaina de vainilla.

A continuación batimos las claras hasta que espumen un poco, muy poco realmente,  no se trata de que lleguen a montar,  y después las pasamos por un colador y las añadimos a la nata. Mezclamos todo bien, y seguidamente echamos esta mezcla en flaneras individuales ligeramente caramelizadas, y las llevamos al horno, a temperatura baja, en torno a 130º, con calor arriba y abajo, al baño María, procurando que el agua cubra aproximadamente ¾ partes de las flaneras. Las mantenemos en el horno por espacio de 1 hora aproximadamente, o hasta que veamos que están cuajadas. Luego retiramos la bandeja del horno y dejamos las flaneras dentro del agua hasta que enfríen por completo, y después las guardamos en el frigorífico durante 8 horas más ó menos.

Como os he dicho más arriba, para acompañar la panna cotta en este caso he utilizado un coulis de frambuesa, y para prepararlo echamos en un cazo todos los ingredientes, es decir,  las frambuesas, el azúcar y el agua, y ponemos a fuego medio, removiendo de vez en cuando para que no se pegue al fondo. Cuando empiece a hervir lo mantenemos al fuego durante 8 minutos, sin olvidarnos de remover a cada rato, y luego con la batidora trituramos la mezcla, dejamos enfriar y ya tenemos el coulis listo para servir como acompañamiento. Terminamos la decoración con unas frambuesas enteras que habremos reservado (yo me olvidé) y unas hojas de menta.

Preparación de panna cotta con gelatina.

Introducimos las hojas de gelatina en un recipiente con agua fría durante cinco minutos para que se ablanden.

Mientras en un cazo echamos la nata junto con el azúcar, la sal, y la rama de vainilla partida por la mitad longitudinalmente. Justo cuando alcance el punto de ebullición retiramos el cazo del fuego, y en ese momento añadimos las hojas de gelatina bien escurridas, removemos para que se mezcle bien y esperamos a que pierda algo de temperatura. Después retiramos la vaina de vainilla, echamos la mezcla en moldes individuales, esperamos a que termine de enfriar a temperatura ambiente, y por último dejamos cuajar en la nevera durante al menos 4 horas.

A la hora de servir el postre, sumergimos los moldes durante un par de segundos en agua caliente, procurando que ésta no entre en su interior, y para acompañar preparamos el coulis de frambuesa como os indico más arriba, y decoramos con unas frambuesas enteras y unas hojas de menta.

Y por hoy termino..., se nos fue agosto y empieza septiembre, un mes que marca  la vuelta a la rutina y a la normalidad, y yo espero también recuperar la rutina perdida y pasar a visitar las cocinas de los blogs amigos que tengo un poco abandonados.

Hasta pronto. Sed felices!!!

domingo, 1 de abril de 2018

Cordero Dulce (Osterlamm) y Monas de Pascua 2018


El cordero tiene una especial simbología para cristianos y judíos. Su comportamiento y apariencia le ha convertido en el animal del sacrificio por excelencia. Es sinónimo de mansedumbre, obediencia y dulzura, así como de inocencia y pureza por su color blanco.

En las escrituras del Antiguo Testamento se relata el sacrificio del cordero para celebrar la liberación del pueblo judío de la esclavitud de Egipto.

En el Nuevo Testamento Juan el Bautista se refiere a Jesús como “el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo".
Esta simbología se ha mantenido hasta la actualidad, y tal día como hoy, Domingo de Pascua, el cordero tiene un especial protagonismo en la cocina, incluso en repostería, bien sea en galletas, figuras de chocolate, etc.

Tal día como hoy las pastelerías de muchos países europeos como Alemania, República Checa o Francia lucen en sus escaparates unos pasteles con forma de cordero. Se trata de un bizcocho de mantequilla y aroma de vainilla que tradicionalmente se hace en Pascua y se regala a los niños. Es el equivalente en esos países a nuestras monas de Pascua.

El molde que se utiliza para preparar este bizcocho y darle la forma característica consta de dos piezas de metal con un revestimiento antiadherente y con unos enganches laterales

El molde que yo tengo lo compré en un reciente viaje a Frankfurt, pero en internet lo encontraréis sin dificultad, y sino utilizáis un molde cualquiera que al final lo que importa es el contenido no el continente, jeje...

Además del molde con forma de cordero, compré otro con forma de conejo, otro animal símbolo de estas fechas, por asociarse a la fertilidad, ya que es un animal que se reproduce en abundancia, y representaría la vida nueva que trae la resurrección de Jesucrito.

Os dejo ya la receta, a ver si os gusta.

Ingredientes (para un cordero y un conejo como los de la imagen):

-150gr. de azúcar 
-1 cucharadita de pasta de vainilla 
-3 huevos
-130gr. de mantequilla a temperatura ambiente
-120gr. de leche
-230gr. de harina de repostería
-1 sobre de levadura Royal
-1 pellizco de sal

Preparación:

Antes de comenzar desmontamos el molde, engrasamos bien con mantequilla las dos piezas y las enharinamos, sacudimos luego para eliminar la harina sobrante y  a continuación lo montamos de nuevo.

Para hacer el bizcocho en esta ocasión he utilizado la thermomix siguiendo estos pasos:

1-Vertemos en el vaso, con la mariposa puesta (durante todo el proceso), la mantequilla y el azúcar y programamos 2 minutos / velocidad 3

2-Bajamos con la espátula los ingredientes, y añadimos  los huevos de uno en uno. Cada vez que añadimos un huevo programamos 50segundos/velocidad 3.

3-Por último incorporamos la sal, la pasta de vainilla (si no tenéis pasta de vainilla, sustituís 20gr. de azúcar, por azúcar vainillado), la leche, la harina y la levadura en polvo, y programamos de nuevo 50segundos / velocidad 3. Finalmente  terminamos de mezclar con la espátula.

Después vertemos la masa en el molde, procurando no llenar más de la mitad ya que luego crece mucho, y metemos en la bandeja del horno precalentado a 180º (usad la bandeja y no la rejilla, por si durante el horneado se cuela algo de masa entra las juntas del molde), y hornear entre 30 y 40 minutos dependiendo del horno, hasta que esté hecho, lo cual comprobaremos pinchando con un palillo y si sale limpio es señal de que está hecho en el interior, de lo contrario continuamos con la cocción unos minutos más.

Si vemos que se dora demasiado por la parte de arriba lo tapamos con papel de aluminio.

Por último cuando esté listo retiramos el molde del horno, esperamos diez minutos antes de desmoldar, y luego retiramos los enganches del molde con cuidado y lo sacamos.

Cuando esté frío le ponemos al cordero y al conejo unas uvas pasas para simular los ojos, y un lazo en el cuello como manda la tradición. También podéis espolvorearle un poco de azúcar glas por encima si lo deseáis.

Y esta ha sido mi propuesta de hoy. A continuación os enseño las Monas de Pascua que hice este año. Si queréis hacerlas  podéis ver una receta pinchando aquí, y pinchando aquí podéis ver otra.


Mona tradiconal de Pascua decorada

Monas de pascua envueltas para regalo

Y por hoy nada más, solo desearos que disfrutéis de este Domingo de Resurrección.

Un abrazo.

miércoles, 1 de febrero de 2017

Cous Cous de cordero


El plato que os presento hoy es típico de la cocina marroquí, se trata del cous cous de cordero. Es una receta un tanto laboriosa pero está muy rica, de modo que el esfuerzo merece la pena.

Pese a gustarme mucho, es un plato que no preparo con frecuencia, quizás porque tiene una mezcla de sabores con la que no estoy familiarizada, pero de vez en cuando apetece echar mano de este tipo de platos y salirse de la monotonía.

En este caso hice un cous cous de cordero, pero se puede hacer también de verduras, de pollo o incluso de ternera, de modo que al que no le guste la carne de cordero tiene otras opciones, pero esas quedan para otra ocasión, hoy vamos con el cous cous de cordero. Os dejo con la receta, a ver si os gusta.

Ingredientes (para 4 personas):

-1 kg de carne de cordero
-1 calabacín
-4 zanahorias
-1 col
-1 bote de garbanzos en conserva
-2 cebollas
-1 ajo
-1 tomate
-300gr de sémola (cous cous)
-1 cucharada de cominos molidos
-pimentón, azafrán, pimienta, guindilla
-mezcla de especies marroquí (unos tarros que venden en algunos supermercados)
-un puñado de pasas sultanas
-sal

Preparación:

Pediremos al carnicero que nos trocee la carne de cordero en 4 trozos (1 por persona), y luego en casa cuando nos pongamos con la receta, lo primero que haremos es cubrir el fondo de una olla con aceite de oliva virgen extra y dorar en él los trozos de cordero. Cuando estén bien dorados los retiramos a un plato y reservamos.

En el aceite utilizado para dorar la carne, echamos una cebolla bien picada y el ajo también picado, junto con un trocito de guindilla. Cuando la cebolla y el ajo estén bien rehogados, añadimos el tomate rallado y dejamos cocer todo junto durante unos minutos más. Después echamos la carne que teníamos reservada y las especias (cominos, pimienta, azafrán y la mezcla de especias marroquíes). Después cubrimos con agua, salamos al gusto, tapamos la olla, y dejamos hervir a fuego bajo unos 20 minutos. Transcurrido ese tiempo, añadimos las zanahorias cortadas por la mitad longitudinalmente, el calabacín cortado en 4 trozos, la col limpia (desechamos las hojas externas) y cortada en 4 trozos longitudinales, y seguimos cociendo durante unos 20 a 30 minutos más, hasta que la carne y las verduras estén hechas. Unos 5 minutos antes de apagar el fuego añadimos los garbanzos escurridos y lavados bajo el grifo, y mezclamos bien, y luego apagamos el fuego y reservamos.

Aparte preparamos un sofrito en otra olla con un poco de aceite de oliva virgen extra, añadimos la otra cebolla picada y la rehogamos , luego añadimos las uvas pasas, mezclamos bien, y seguidamente añadimos un poco de pimentón, removemos y añadimos unas cucharadas del caldo de la olla que contiene la carne de cordero y las verduras, y ésa será la salsa que echemos por encima cuando emplatemos, pero antes tenemos que cocer la sémola siguiendo las instrucciones del fabricante que aparecen en el envase, y luego en una fuente redonda, ponemos en el centro la sémola, encima de ésta la carne y alrededor las verduras escurridas, y por encima regamos con las salsa y en una salsera echamos la que nos sobre para que cada comensal añada más si lo desea.

Como habéis podido comprobar no entraña ninguna dificultad, de modo que os animo a que lo preparéis y ya me contáis.

Nos vemos dentro de unos días. Sed muy felices!!!

martes, 29 de noviembre de 2016

Bacalao con nata ("Bacalhau com natas")


La receta de hoy emplea como ingrediente principal uno de mis pescados favoritos: el bacalao.

Como sabéis los portugueses son los verdaderos expertos en la preparación de este pescado, aunque en nuestro país tampoco le vamos a la zaga. Recetas como el bacalao a la gallega, el bacalao a la vizcaína, el tiznado manchego o la esqueixada catalana, son una muestra de la importancia que tiene este producto a lo largo de la geografía española. Eso sin hablar de otras recetas como el bacalao al pil pil, el bacalao con garbanzos y espinacas (conocido también como potaje de vigilia), los buñuelos de bacalao, las croquetas de bacalao, los pimientos de piquillo rellenos de bacalao, etc, cuya presencia no se limita a un territorio concreto sino que se preparan a lo largo y ancho del país.

Algunas de esas recetas las iré subiendo en el futuro, pero la que hoy os traigo es típica del país vecino y se conoce como Bacalao con nata (Bacalhau com natas) Se trata de una receta muy sencilla que no entraña ninguna complicación,  si bien es algo laboriosa, pero el resultado final os aseguro que bien merece la pena ese esfuerzo previo.

Para hacer el bacalao con nata necesitáis lo siguiente

Ingredientes (para 4 personas):

-4 trozos medianos de lomos de bacalao en salazón
-4 patatas
-2 dientes de ajo
-1 hoja de laurel
-1 cebolla grande
-40gr. de mantequilla
-3/4 litros leche entera
-250ml de nata para cocinar
-2 cucharadas soperas de harina de trigo
-nuez moscada
-pimienta en grano
-sal
-aceite de oliva virgen extra

Preparación:

Lo primero es desalar el bacalao, para ello lo laváis bien bajo el grifo del agua fría, luego colocáis los lomos de bacalao en un recipiente hondo, llenáis de agua fría, y lo dejáis en el frigorífico cambiando el agua cada 8 horas durante 1 día ó día y medio dependiendo del grosor de los trozos. Una vez esté el bacalao desalado, los escurrimos bien, y los secamos con papel de cocina.

En una olla ponemos la leche al fuego, y cuando esté a punto de levantar el hervor añadimos los lomos de bacalao y dejamos cocer por espacio de 5 minutos aproximadamente. Cuando el bacalao esté cocido lo sacamos de la olla a una fuente con una espumadera y dejamos enfriar. Cuando esté frío, los desmigamos retirando las espinas y las pieles, y reservamos. Por su parte la leche la colamos para retirar los restos de bacalao que hayan quedado y luego le añadimos la nata, mezclamos y reservamos.

Seguidamente ponemos una sartén con abundante aceite de oliva al fuego, cuando esté caliente añadimos las patatas previamente peladas y cortadas en cubitos, salamos al gusto, y las freímos. Cuando estén fritas las retiramos a una fuente sobre papel absorbente, y reservamos también.

En la misma sartén dónde hemos frito las patatas, retiramos el exceso de aceite, hasta que simplemente quede el fondo de la sartén cubierto de una fina capa de aceite, añadimos la cebolla cortada en juliana, los ajos picados y la hoja de laurel, rehogamos todo junto, y después retiramos el laurel y añadimos las patatas y las lascas de bacalao que teníamos reservadas, y mezclamos todo bien.

Por último encendemos el horno con grill a 180º aproximadamente, y mientras hacemos una bechamel. Para ello ponemos una sartén al fuego, añadimos la mantequilla, y cuando esté fundida, añadimos la harina y removemos durante unos minutos para que se rehogue. Después vamos añadiendo poco a poco la leche con nata que teníamos reservada, sin dejar de remover, hasta que adquiera la consistencia deseada (no demasiado líquida pero tampoco muy espesa), en ese momento salamos la bechamel al gusto, añadimos la nuez moscada y la pimienta molida y luego con una cucharón echamos la mitad de esa bechamel sobre la mezcla de patatas, bacalao y cebolla, removiendo todo para que queden todos los ingredientes bien integrados. Por último echamos ésta mezcla en una fuente apta para horno, mejor si es de barro, y cubrimos por encima con el resto de la bechamel y llevamos al horno hasta que esté gratinado, y listo por fin para llevar a la mesa y disfrutar.

Nada más por hoy, nos vemos en unos días con una nueva receta. Que seáis felices!!!

miércoles, 9 de diciembre de 2015

Panettone en panificadora


El Panettone es un clásico de la Navidad, su origen se atribuye a un tal Toni, que era un pinche en la cocina de Ludovico Sforza, también conocido por su apodo, Ludovico el Moro, el cual fue duque de Milán.

Al parecer en la vigilia de Navidad, al jefe de cocina de los Sforza se le quemó el bizcocho que había preparado para el convite ducal, y entonces el pinche Toni, en un acto de generosidad, decidió utilizar la masa de pan que había preparado para consumir él mismo ese día, y le añadió huevos, azúcar y frutas confitadas, amasó de nuevo el conjunto y tras un nuevo levado de la masa final, la horneó y el resultado fue un pan tan exquisito que todos los comensales lo alabaron, y el duque en homenaje y reconocimiento a su creador, lo denominó Panettone, es decir, Pan de Toni.

Al margen de que sea o no cierto, no deja de ser una historia curiosa, en cualquier caso lo que sí parece indiscutible es que desde la Edad Media era costumbre preparar por Navidad un pan más rico que el consumido a diario, así que no es extraño que le añadieran a la receta original otros ingredientes como huevos, mantequilla, azúcar, frutas confitadas, frutos secos, etc.

Desde luego si lo que buscaban era un pan rico, el Panettone lo es y mucho, y en contra de lo que pueda parecer es muy fácil de preparar con los medios que tenemos hoy en día a nuestro alcance. También se puede amasar a mano, pero para que salga esponjoso es necesario un amasado largo y a mano resulta un trabajo un tanto pesado. 

Yo he utilizado la panificadora en el programa que solo amasa y que en mi panificadora tiene una duración de 20 minutos. He amasado por espacio de una hora, lo cual significa que una vez finalizado el programa lo he iniciado dos veces más para completar la hora. Podéis amasar algo menos de una hora, pero menos de 45 minutos no os lo recomiendo.

La receta que os propongo es la que vengo utilizando últimamente, porque desde que la probé me gustó tanto el resultado que ya no experimenté con otras, y además tiene la ventaja de que no necesitamos elaborar una masa madre, y por tanto sólo hay un levado, con lo cual el proceso de elaboración se simplifica bastante.

Os dejo ya con la receta, y os animo a que la probéis, porque seguro que vais a triunfar igual que Toni, jeje.

Ingredientes (para 2 unidades):

-100 gr. de leche entera
-180 gr. de azúcar
-10 gr. de sal
-4 huevos de tamaño mediano
-60 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
-1 cucharada de agua de azahar
- la piel rallada de una naranja
-600gr. de harina de fuerza
-25 gr. de levadura prensada de panadería (ó un sobre de 9 gr.)
-300gr. de uvas pasas

Preparación:

Echamos en la cubeta de la panificadora todos los ingredientes, salvo las uvas pasas, por el orden en que aparecen en la lista. Iniciamos el programa de solo amasado y cuando termine lo reiniciamos nuevamente hasta completar una hora de amasado. 

A continuación sacamos la masa a una superficie untada con aceite y dividimos la masa en dos partes, luego con un rodillo de cocina aplanamos primero una mitad de la masa y colocamos encima la mitad de las uvas pasar, enrollamos la masa sobre sí misma como si fuéramos a hacer un brazo de gitano, unimos ambos extremos y le damos forma de bollo, luego lo echamos en el molde que tendremos untado de mantequilla y enharinado, y procedemos de la misma manera con la otra parte de la masa y las uvas restantes. 

Luego esperamos a que la masa leve, hasta casi triplicar el volumen, después pintamos la superficie de los dos Panettones con huevo batido y llevamos al horno, previamente precalentado a 170º , durante 40 minutos aproximadamente, en la parte central del horno, con calor abajo los primeros 25 minutos y después calor arriba y abajo. 

Si vemos que se nos dora demasiado por arriba podemos taparlo con papel de aluminio y continuamos con la cocción hasta que esté listo.

Con las cantidades que os he puesto hice dos Panettones en moldes de 15cm. de diámetro.

A parte de uvas pasas se pueden utilizar otros ingredientes como frutas confitadas, frutos secos ó pepitas de chocolate, en mi caso sólo he utilizado uvas pasas porque me chiflan, en cambio ni la fruta confitada ni los frutos secos me agradan especialmente. 

Por otra parte he utilizado uvas pasas de Málaga, que están exquisitas pero tienen el inconveniente de que llevan pepita, y si no os gusta encontraros las pepitas en la boca utilizad pasas sultanas que también están muy ricas.

Cuando echéis la masa en los moldes para el proceso de levado, procurad que no sobrepase la mitad del molde, porque luego sube mucho y corremos el riesgo de que se desborde

Por último recordad que el secreto de este dulce está en un amasado largo y por supuesto en utilizar ingredientes de primerísima calidad, con eso y los consejos que os he dado el éxito es seguro, no lo dudéis.

Un abrazo