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lunes, 30 de abril de 2018

Champiñones al ajillo

En Galicia no hay pueblo que no cuente con su propia fiesta gastronómica, y al mío lo tocó el turno este pasado fin de semana cuando se celebró la XXIX Festa do Champiñón, cita culinaria de exaltación de este hongo que se encuadra dentro del marco de las actividades programadas con motivo de la   Feira Multisectorial e de Maquinaria Agrícola Expo Ordes 2018.

Todos los años, el último fin de semana del mes de abril se celebra este evento con la presencia de numeroso público de las localidades cercanas,   siendo el domingo cuando tiene lugar el principal acto del mismo, con la degustación gratuita de champiñones con cada consumición, en los numerosos establecimientos hosteleros de Ordes.

Este año no acudí a la cita anual, pero no quería  pasar ese día sin probar los champiñones, así que los preparé en casa. La receta elegida   fue la de champiñones al ajillo, una forma fácil y rápida de degustar un delicioso plato de champiñones, y como se trata de una receta que aún no tenía publicada en el blog, me pareció que era el momento ideal para que viera la luz.

Ingredientes (como plato único para 2 personas):


-500gr. de champiñones frescos, limpios y laminados
-65 gr. de jamón curado, en taquitos
-4 dientes de ajo
-aceite de oliva virgen extra
-1/3 de guindilla (prescindir de ella los que no se encuentran comer picante)
-1/2 copa de vino blanco (opcional)
-sal

Preparación:

Ponemos una olla o sartén al fuego y cubrimos la base con aceite de oliva virgen extra. Mientras el aceite se calienta pelamos los ajos, los abrimos por la mitad y les retiramos el germen central, luego los añadimos al aceite y dejamos que se doren. 

Cuando empiecen a coger un color dorado, agregamos los taquitos de jamón, rehogamos un par de minutos, sin dejar de remover, a continuación retiramos los ajos y añadimos los champiñones, laminados y bien limpios, añadimos también la guindilla y la sal, cuando levante de nuevo el hervor añadimos el vino blanco, y los dejamos que se vayan haciendo a fuego medio hasta que se consuma todo el líquido del vino y el que sueltan los propios champiñones al cocerse. 

Después retiramos la guindilla, emplatamos y servimos.

Con un buen pan de pueblo y una caña bien fresquita, están para chuparse los dedos. Teniendo en cuenta además que son una fuente importante de antioxidantes, ricos en vitamina D, selenio, sodio, potasio y fibra, su consumo es muy beneficioso para el organismo, así que no hay excusas para no preparar un plato tan rico y tan fácil como el que os propongo. 

Nos vemos en unos días con una nueva propuesta, hasta entonces sed muy felices.

martes, 5 de diciembre de 2017

Rollitos de cecina de Astorga con foie de pato y membrillo artesano


Lo prometido es deuda, y como os comenté en el anterior post hoy os propongo un aperitivo para estas fiestas que seguro que os va a encantar: rollo de cecina de Astorga con foie de pato y membrillo artesano.

Más fácil imposible, y más rico también, y  os lo dice una servidora que detestaba la cecina, pero eso ha sido así hasta el pasado 28 de octubre. Ese día en la VII Xuntanza de Bloggers Gastronómicos de Galicia que tuvo lugar en O Barco de Valedoras, nos sirvieron este entrante en el Pazo do Castro donde se celebró el banquete. Todo el menú estaba exquisito, pero este rollo de cecina combinado con el membrillo y el foie fue sin duda lo que más me gustó.

Me encanta la combinación de sabores dulce-salado, y ésta que hoy os presento para mi gusto no puede ser más afortunada. Probad y me decís

Para preparar este entrante necesitáis los siguientes ingredientes:

-2 lonchas de cecina por persona
-1 trozo de foie de pato
-1 trozo de membrillo casero

Preparación:

En primer lugar preparamos el membrillo, para ello o bien lo cortamos lonchas finitias o bien lo ponemos a calentar en un cuenco con un poquito de agua para lograr una textura cremosa que sea fácil de extender.

A continuación sobre cada loncha de cecina extendemos una fina capa de foie y sobre ésta otra capa también finita de membrillo casero o bien una loncha lo más delgada posible si optamos por utilizarlo en lonchas.

Por último enrollamos la cecina y rociamos con un poco de aceite de oliva. Así hasta terminar con todas las lonchas de cecina, y listo para servir a la mesa  y disfrutar de lo que para mí ha resultado un auténtico manjar.

Si no queréis complicaros mucho en la cocina sin renunciar por ello a preparar algo rico, ésta es una opción estupenda para ir abriendo el paladar.

En la próxima entrada os presentaré un plato de marisco,  de precio bastante asequible, muy rico y típico de aquí de Galicia, que me parece también una opción ideal para las fiestas navideñas que están a  la vuelta de la esquina. Estad atentos!!!

Hasta entonces, que seáis muy felices.

martes, 31 de octubre de 2017

Empanada de "liscos"



Para finalizar el mes de octubre os traigo una receta típica del interior de la provincia de Lugo: la empanada de “liscos”

Aquí en Galicia rellenos para empanadas se preparan de muchos tipos, pero en cada zona es más frecuente emplear unos que otros, de hecho donde yo vivo la empanada más demandada es la de bacalao, con o sin uvas pasas, y en menor medida la de atún, en cambio en zonas costeras se preparan más otros rellenos como zamburiñas, xoubas, pulpo, etc. En el interior de Lugo como os dije es muy típica esta empanada que hoy os presento, la empanada de liscos,  que vienen siendo lonchas de panceta entreverada que ha sido curada.

Además de liscos es frecuente que le añadan también algo de chorizo cortado en rodajas finas. Yo en esta ocasión también lo hice.

Os dejo con la receta veréis que fácil es de preparar, así que animaros que os va a encantar

Ingredientes:

Para la masa
-300ml de agua
-450gr de harina de fuerza
-25gr de levadura fresca de panadería ó 9gr de levadura de panadería deshidratada
-1 cucharada sopera de aceite de oliva virgen extra
-2 cucharaditas pequeñas de sal

Para el relleno
-6 cebollas
-300gr de panceta curada en lonchas finas
-1 chorizo
-3 pimientos del piquillo en conserva
-aceite de oliva virgen extra
-1 pizca de sal
-1 cucharada de pimentón dulce de buena calidad

Preparación:

Echamos en la cubeta de la panificadora el agua, el aceite de oliva, la sal, la harina tamizada y la levadura, por ese orden, y luego iniciamos el programa de amasado con fase posterior de levado que en mi panificadora es el número 7 y tiene una duración de 1 hora 30 minutos.

Mientras la panificadora prepara la masa, nosotros aprovechamos para elaborar el relleno, y para ello ponemos una  sartén antiadherente al fuego y cubrimos la base de la misma con aceite de oliva virgen extra, cuando esté caliente añadimos las cebollas cortadas en juliana fina, y salamos ligeramente (no mucho porque luego la panceta y el chorizo ya le aportan sal), y dejamos que se rehogue a fuego suave hasta que coja un color transparente, después retiramos del fuego para que el aceite pierda algo de calor, y añadimos el pimentón, removemos bien y dejamos reposar hasta que la masa esté lista.

Cuando la panificadora haya terminado retiramos la masa de la cubeta, la colocamos sobre una superficie enharinada y dejamos que repose 10 minutos. Transcurrido ese tiempo dividimos la masa en dos partes casi iguales, solo una un poquito más grande que la otra. Cogemos la parte más grande y con ayuda de un rodillo la extendemos finamente, la colocamos en la base de una bandeja de horno sobre papel sulfurizado, y cubrimos con la cebolla que habíamos reservado bien escurrida.


Sobre la cebolla colocamos la panceta.


Y sobre la panceta colocamos el chorizo cortado en rodajas finas.


Finalmente ponemos unas tiras de pimientos del piquillo 


Y tapamos con la otra parte de la masa que habremos estirado previamente con el rodillo. Hacemos un agujero en el centro para que respire en el horno.


Después pincelamos con el aceite  con pimentón que quedó en la sartén donde habíamos sofrito la cebolla.


Por último la llevamos al horno, en el mío en la cuarta ranura empezando por abajo, justo en la parte central, a 180º los primeros 15 minutos con fuego abajo, y luego 10 minutos más con fuego arriba y abajo, y los últimos 5 minutos solo fuego arriba para que coja un bonito color dorado.

Cuando esté hecha la retiramos del horno y la colocamos sobre una rejilla hasta que enfríe, y lista ya para servir a la mesa. 

Espero que os haya gustado. Nos vemos en unos días

Un abrazo

viernes, 8 de septiembre de 2017

Pimientos italianos rellenos de jamón y queso


En esta época de finales del verano y principios del otoño la huerta nos ofrece frutos en abundancia, y por eso estos días estoy muy atareada preparando conservas para aprovechar los excedentes y surtir la despensa de cara al invierno: fritada de tomate, mermelada de tomate, tomate frito, pisto, conserva de judías troceadas, conserva de cebolla caramelizada, de pimientos asados..., en fin, que estoy entretenida.

Aparte de las conservas algunos productos como la coliflor y el brécol los escaldo y luego los pongo a enfriar y los congelo. Es mucho trabajo, lo sé, pero luego  poder consumir a lo largo del año esos productos que hemos visto crecer día a día en la huerta que con tanto mimo hemos cuidado durante la primavera y el verano, es algo que me produce una satisfacción inmensa.

Bien, pues en medio de todo este jaleo, la semana pasada se presenta en casa la madre de mis primos Vanesa y Toni con una bolsa grande llena de pimientos italianos (en mi huerta sólo puse los de Padrón), y claro, había que darles salida antes de que se estropearan, y una de las formas que escogí para prepararlos fue rellenarlos de jamón y queso. No era la primera vez que preparaba esta receta, y sin duda no será la última, porque es muy sencilla y muy rápida que era lo que pretendía, y el resultado es muy satisfactorio. Os cuento cómo los preparo yo por si os animáis.

Ingredientes (para 4 personas)

-8 pimientos italianos
-8 lonchas de jamón (sirve jamón york, cocido, curado, braseado, o incluso baicon, lo que prefiráis)
-8 lonchas del queso (el que más os guste)
-aceite de oliva virgen extra
-sal

Preparación:

En primer lugar lavamos bien los pimientos bajo el grifo, seguidamente cortamos la parte del tallo, retiramos las pepitas, y después los secamos con papel de cocina.

Aparte ponemos  una sartén al fuego con aceite de oliva virgen extra hasta que cubra la base y cuando el aceite esté caliente freímos en él los pimientos. Cuando veamos que  están bien fritos por los dos lados, los retiramos a una bandeja, esparcimos un poco de sal por encima y los dejamos enfriar.
Mientras los pimientos enfrían, vamos preparando el relleno, para ello colocamos una loncha de jamón y encima de ella ponemos una de queso. Enrollamos y después introducimos cada rollito de estos en el interior de los pimientos. Por último o bien los llevamos al horno unos diez minutos aproximadamente para que el queso se derrita y se mezclen bien los sabores, o sino los ponemos al fuego en una plancha (sin nada de aceite porque ya tienen suficiente de la fritura) durante un par de minutos por cada lado.

Esta receta existe también la posibilidad de prepararla de otra forma ligeramente distinta, consistiría en rellenar los pimientos en crudo (para ello tenéis que utilizar pimientos que tengan una forma regular sino es imposible introducir en su interior el relleno), luego colocarlos en una fuente de horno, echar un chorro de aceite de oliva por encima, salar ligeramente y hornearlos hasta que veamos que están hechos.

A la hora de servirlos los podemos acompañar por ejemplo de una  base de tomate frito casero  y si añadís un huevo frito por persona ya tenéis un plato de lo más completo.

Como veis una forma rápida y distintas de preparar los pimientos.

Y llegados a este punto ya solo me  queda despedirme, no sin antes daros las gracias a todos los que me seguís. Nos vemos dentro de unos días, mientras que seáis muy felices.

Un saludo

lunes, 10 de julio de 2017

Rodajas de calabacín rebozadas


Hola a tod@s. ¿Qué tal lleváis el verano? Espero que mejor que yo, porque la alergia me sigue dando la lata como si la primavera no hubiera quedado atrás. Espero que pase pronto esta etapa, y mientras aprovecho los días de relativa mejoría para visitar vuestras cocinas, y compartir con todos vosotros una nueva receta.

La escogida en esta ocasión no puede ser más sencilla, y es que entre que en verano no apetece pasar mucho tiempo entre fogones, y que la medicación de refuerzo que tomo para la alergia cuando tengo un día malo consume todas mis energías, pues he elegido algo fácil y sencillo, pero que me gusta tanto que la haría todos los días, y os prometo que no exagero, de modo que esta receta de ninguna manera podía faltar en mi blog. Os hablo de los calabacines rebozados. 

Una de las plantas de calabacín que tenemos este año en el huerto

En la finca de al lado de casa tenemos una pequeña huerta que en esta época del año también ocupa buena parte de mi tiempo, pues hay muchas tareas que realizar: regar, eliminar las malas hierbas, poner guías... En fin, un montón de trabajo y eso que la parcela es pequeñísima.. El caso es que  entre otras plantas, tengo dos ejemplares de calabacín, y ya están a pleno rendimiento, y aunque lo preparo de otras formas para darles salida, ésta sin duda es mi receta preferida.

Así solos, sin más, ya son una exquisitez, pero también los podéis servir en una comida tipo tapeo, o como acompañamiento de otros platos. Se pueden comer fríos o calientes, al gusto de cada uno.
Pese a que el rebozado es una técnica muy sencilla y conocida por todos,  en esta receta hay algunos consejos que os serán útiles para que el resultado sea perfecto.  En primer lugar es importante que al cortar las rodajas de calabacín las saléis y las dejéis en reposo entre 30 minutos y una hora, para que “suden” y luego el rebozado no quede aguado.

Además antes de rebozarlas debéis secarlas con papel de cocina para eliminar cualquier resto de agua.

Luego cuando saquéis las rodajas de calabacín de la sartén, las escurrís bien y las colocáis sobre papel absorbente para retirar el exceso de aceite.

Si os gusta el calabacín y seguís estos consejos, el éxito lo tenéis asegurado. Para la preparación necesitaréis los siguientes

Ingredientes:

-Calabacín
-huevos
-harina
-aceite de oliva suave
-sal

Preparación:

En primer lugar se corta el calabacín en rodajas no muy gruesas, luego como os indico más arriba se extienden sobre una superficie limpia, se salan y se dejan reposar al menos 30 minutos, dentro de un escurridor de verduras o sobre una rejilla.

Trascurrido el tiempo de reposo ponemos una sartén al fuego con abundante aceite y cuando esté caliente, se secan bien con papel de cocina las rodajas de calabacín, después se pasan por huevo y harina, y luego se fríen en aceite por ambos lados y se retiran a una fuente sobre papel absorbente. Por último los pasamos a la fuente de servir  y a disfrutar!!! 

Y nada más por hoy, si la alergia no lo impide nos vemos en unos días. Mientras que seáis muy felices.

lunes, 12 de junio de 2017

Salmorejo cordobés




Menos mal que la primavera ya toca a su fin, porque la de este año está siendo especialmente difícil por mis problemas de alergia. El año pasado en cambio, estuve perfecta, tanto que ya me las prometía muy felices, pero a pesar de estar cinco años vacunándome, y tomar diariamente antihistamínicos, la susodicha no está por la labor de dejarme en paz tan fácilmente, así que hoy, aprovechando que parece que tengo unos días de tregua, os presento una nueva receta muy apropiada para esta época del año, cuando el calor ya aprieta, me estoy refiriendo al salmorejo.

Siendo gallega, es fácil comprender que sea un plato de incorporación reciente a mi recetario, pero desde que lo descubrí, me cautivó.

Pese a ser un sabor un tanto novedoso para mí, no me supuso ningún esfuerzo adaptar el paladar al mismo, al contrario. Lo único que he notado es que cada vez que lo preparo me gusta más y más.
Antes de tener la thermomix ya lo preparaba y me gustaba, pero creo que con la thermomix se logra una finura difícil de igualar. Encima no hay que colarlo para eliminar pepitas ni pieles, con lo cual se ensucia menos y se ahorra trabajo, y por si esto no fuera suficiente, la emulsión final del aceite sale perfecta, para mi gusto mejor que con la batidora. En todo caso os dejo la preparación de las dos maneras, en thermomix y por el método tradicional, de modo que no tenéis excusa para no hacerlo.

Si os animáis, necesitaréis los siguientes

Ingredientes:

-150gr. de aceite de oliva de sabor suave (1 vasito)
-1 kg de tomates bien maduros
-175gr. de miga de pan del día anterior (en mi caso pan de barra)
-1 ó 2 ajos (si lo queréis suave solo uno, si lo queréis más fuerte los dos)
-1 cucharadita de sal
-30gr. de vinagre (la receta original no lleva)

Para acompañar
-huevos duros picados
-jamón ibérico picado
-picatostes, etc.                       

Preparación en thermomix:

1-Colocamos una jarra sobre la tapa del vaso, pesamos el aceite y lo reservamos para el final.
2-Ponemos en el vaso el ajo (sin la parte central para evitar que resulte indigesto), los tomates muy bien lavados y la sal. Trituramos programando 30 segundos /velocidad 5
3-Añadimos el pan y el vinagre, y programamos de nuevo 30 segundos /velocidad 5
4-Seguidamente lo batimos programando 2 minutos /velocidad 10
5-A continuación bajamos los ingredientes hacia el fondo del vaso con la espátula, colocamos la tapa y el cubilete y programamos 1,5 minutos / velocidad 5 para emulsionar el aceite que teníamos reservado, el cual vamos vertiendo poco a poco sobre la tapa, alrededor del cubilete, hasta que termine de incorporarlo.
6-Finalmente lo guardamos en un tupper, lo dejamos en el frigorífico hasta que esté bien frío, y luego lo servimos en cuencos individuales o en platos hondos, y encima ponemos unas cucharaditas de huevos duros picados, jamón picado, unos picatostes o cualquier otro ingrediente que os apetezca. Yo en ocasiones le añado jamón picado y espárragos verdes hechos a la plancha y troceados. Es una combinación que me gusta mucho.

Preparación por el método tradicional:

Lavamos muy bien los tomates, los cortamos en trozos grandes, y los trituramos con la batidora. A continuación colamos la mezcla para eliminar pepitas y pieles que le hayan quedado. Después añadimos el pan troceado, mezclamos bien y esperamos unos 30 minutos para que el pan se ablande y sea más fácil de batir. Transcurrido el tiempo de espera añadimos el ajo (sin la parte central para evitar que nos repita), añadimos también el vinagre, y la sal, y batimos de nuevo hasta que quede lo más fino posible. Por último vamos añadiendo el aceite poco a poco sin dejar de batir, y cuando esté todo bien integrado vertemos en un recipiente que llevaremos al frigorífico hasta el momento de consumirlo. A la hora de servirlo lo más habitual es acompañarlo de huevos cocidos y jamón.

Pues con esta humilde, sana, rica y fresquita receta me despido por hoy. Nos vemos en unos días.

Un beso 

miércoles, 24 de mayo de 2017

Pimientos rellenos de tortilla


Hoy por fin me he sentado a redactar una nueva entrada. Digo por fin, porque  he estado ausente debido a que mi madre y yo acompañamos a mi pareja a un viaje a Madrid por motivos laborales, y una vez terminados sus quehaceres, aprovechando además que el 17 de mayo era festivo en Galicia, bajamos los tres a la Mancha, una tierra que cada vez me gusta más. Era la segunda ocasión que visitaba esta región y espero que haya más porque aun nos quedan muchos sitios por ver, y eso que visitamos un montón de pueblos, algunos tan pintorescos como Tembleque,  el Romeral, Consuegra, El Toboso, Almagro, Campo de Criptana,  el Alcázar de San Juan, y Mota del Cuervo. Fueron pocos días, pero como en esta época del año hay muchas horas de luz  un día da para mucho.

Fue un viaje maravilloso, porque mi madre estuvo perfectamente, lo único malo es que hacía bastante calor, para los lugareños nada fuera de lo normal, pero para nosotros que estamos acostumbrados a temperaturas más suaves era un poco excesivo. Probamos algunos platos típicos de esta tierra, que no por humildes y sencillos dejan de estar exquisitos. Por lo demás todo normal, lo pasamos muy bien, pese a que ir acompañados de una persona dependiente limita mucho nuestros movimientos, pero es algo a lo que estamos acostumbrados y nos encanta que nos acompañe, lo triste vino luego a la vuelta del viaje, porque entre otras mascotas tenemos cuatro canarios, los cuales cuidaron mis primos Vanesa y Toni en nuestra ausencia, y ya de vuelta a casa, como estos días hace muy buen tiempo también aquí en Galicia, ayer al caer la tarde decidí colgar la jaula fuera en la pared de casa para que les diera el aire, y no sé qué ha fallado porque la jaula se cayó al suelo y de los pajaritos ni rastro, algo normal teniendo en cuenta que tenemos varios gatos, y aunque éstos son absolutamente adorables, se trata de felinos y tienen sus instintos. Lo único que me consuela un poco es saber que los pajaritos han tenido un final rápido..., muy triste pero rápido.

En fin, la vida sigue, así que hoy acudo de nuevo a mi cita con vosotros, en esta ocasión con un entrante que seguro que os va a encantar: los pimientos rellenos de tortilla. Son muy fáciles de preparar aunque un poco laboriosos, pero el resultado merece la pena. Os dejo la receta por si os animáis a prepararla.

Ingredientes (para 4 personas):

-2 pimientos rojos italianos
-2 pimientos verdes italianos
- 8 huevos
- 6 patatas
-1 cebolla grande
-aceite de oliva virgen extra
-sal

Preparación:

Antes de nada deciros que en mi caso cuando hago esta receta  procuro comprar los dos tipos de pimientos, verdes y rojos, por motivos puramente cromáticos, pero podéis optar solo por uno de ellos como es lógico, el que más os guste o el que os resulte más fácil de encontrar en el mercado.
Para comenzar con la preparación primero retiramos el rabito y vaciamos las semillas del interior de los pimientos, luego los lavamos bien bajo el grifo del agua fría para evitar posibles restos de pesticidas y los reservamos en un recipiente alto y estrecho, como por ejemplo un vaso de tubo, para que cuando los rellenemos no se caiga el relleno.

Aparte pelamos las patatas y las cortamos en cubitos pequeños, y picamos la cebolla, después cubrimos el fondo de una sartén con aceite de oliva virgen extra, y  freímos en  él las patatas y la cebolla.
Mientras batimos en un cuenco los huevos, y cuando las patatas y la cebolla estén hechas las retiramos de la sartén con la ayuda de una espumadera para retirar el exceso de aceite, las añadimos al cuenco de los huevos, salamos y mezclamos todo bien.

A continuación  rellenamos cada pimiento con esta mezcla, y cuando estén todos, ponemos de nuevo al fuego la sartén que utilizamos para freír las patatas y la cebolla, echamos más  aceite si hiciera falta, y luego con una espátula se cubre la base de los pimientos por donde hemos introducido el relleno, le damos la vuelta en la sartén sobre el aceite caliente con cuidado de que no se desparrame el interior, y dejamos que se cuaje el huevo por esa zona durante unos minutos manteniendo el pimiento en vertical, y luego los doramos bien por todos lados, sin que no se nos quemen, para que se hagan los pimientos por toda la superficie, y cuaje la tortilla en su interior. Cuando vayan estando los retiramos a una fuente sobre papel absorbente para retirar el exceso de aceite, y después los cortamos en rodajas y los colocamos en la fuente de servir. Nada más por hoy, nos vemos en unos días, espero que en unas circunstancias más alegres.

Un saludo

domingo, 30 de abril de 2017

Pincho de morcilla de Burgos y huevo de codorniz



Para despedir el mes de abril y dar la bienvenida al mes de mayo, el mes de las flores, las comuniones, y de un montón de festividades patronales y fiestas gastronómicas, he elegido una receta de lo más sencilla: el pincho de morcilla con huevo de codorniz.

Se trata de un pincho que cualquiera puede hacer en su casa, no se necesita ninguna experiencia en temas culinarios, simplemente necesitáis una sartén y comprar los ingredientes que además de económicos son fáciles de encontrar, pues cualquier tienda de ultramarinos los tiene.

La morcilla que he utilizado en este ocasión es la morcilla de Burgos, aunque otras veces también he empleado la morcilla de cebolla, que le sienta igualmente de maravilla por el toque dulce que le aporta la cebolla.

Si algún día invitáis a alguien a casa y queréis preparar un picoteo sin complicaros mucho la vida, este pincho, acompañado de otros (en próximas entradas os subiré más recetas de pinchos sencillos a la par que exquisitos) o por sí solo, es una opción ideal. Os dejo la receta por si os animáis.

Ingredientes:

-12 rodajas de morcilla (de Burgos o de cebolla)
-12 huevos de codorniz
-1 barra de pan
-pimentón picante
-aceite de oliva
-sal
- 3 ó 4 tomates rama

Preparación:

Cortamos la barra de pan en rodajas de unos 4 ó 5 cm. de grosor, las tostamos en el tostador o en una sartén antiadherente, las untamos con unos tomates rama cortados por la mitad y reservamos.

En otra sartén echamos unas gotas de aceite de oliva virgen extra y doramos un poco las rodajas de morcilla de Burgos por ambos lados, luego colocamos cada una de ellas sobre cada tostada de pan que teníamos reservado.

Por último freímos los huevos de codorniz en una sartén con aceite de oliva virgen extra, cuando veamos que la clara está bien cuajada y la yema aun líquida en su interior, escurrimos bien y colocamos sobre la rodaja de morcilla, por último espolvoreamos sal y un poco de pimentón picante sobre los huevos, y listos para servir a los comensales.

Si veis que antes de terminar de preparar los últimos pinchos, los primeros ya se han enfriado, le podéis dar uno ó dos minutos de grill en el horno, pero en ese caso cuando vayáis a freír los huevos, tan pronto como la clara de huevo se haya cuajado los retiráis de la sartén, porque después en el horno se terminarán de hacer.

Como veis más fácil imposible, así que no hay excusa para no prepararlos.

Y por hoy me despido, dentro de unos días vendré con una nueva receta que hace tiempo que tengo pendiente de publicar pero he esperado al mes de mayo para hacerlo, porque se trata de las rosquillas de San Isidro, y como sabéis esta festividad se celebra el 15 de mayo, entre otros muchos sitios en Madrid, de donde son típicas estas rosquillas de las que os hablo, de manera que si os interesa la receta estad atentos.

Os espero. Mientras que seáis muy felices.

sábado, 25 de febrero de 2017

Filloas de Carnaval (saladas)


Como lo prometido es deuda, os traigo la receta típica por excelencia de los carnavales en Galicia: las filloas.

He de deciros antes de nada que no hay una única receta de filloas, ocurre como con la “bica”, un bizcocho típico de algunos pueblos de Galicia. Cada pueblo tiene la suya con sus particularidades que la diferencia de las otras, y así tenemos la bica de Trives que lleva masa madre, la bica de Laza que lleva nata y claras de huevo pero no yemas, la de Castro Caldelas, la torta de Guitiriz que incluye entre sus ingredientes la harina de maíz, etc. Pues con las filloas ocurre lo mismo, en algunos lugares le añaden caldo hecho con carne salada de cerdo, en otros utilizan solo agua, y hay pueblos que añaden la sangre de la matanza del cerdo, de manera que yo os pongo la receta de las filloas saladas (porque también hay la versión dulce pero esa queda para otra ocasión) que se hacen en la zona donde vivo.

Estas filloas las hacemos en un aparato que se llama “filloeira”, porque lo normal es que una vez puestos en faena se haga una cantidad considerable, y en la sartén llevaría mucho tiempo. Hay filloeiras que permiten hacer 7 a la vez, y conozco gente que atiende a dos filloieras a un tiempo, de manera que salen 14 filloas de cada vez, pero yo reconozco que cuando las hacía me costaba lo suyo dar hecho con una filloeira de 7.

Digo cuando las hacía, porque hace años que no las hago. Siendo una adolescente, de unos 13 ó 14 años, empecé a hacer las filloas y así seguí hasta que empecé a trabajar. Entonces pasó a encargarse mi madre de nuevo de hacer las filloas cuando llegaban los carnavales, pero desgraciadamente ahora por problemas de salud no puede hacerlas, y yo tampoco dispongo de tiempo, de modo que siempre hay algún familiar o alguna vecina generosa que nos las trae en esta época del año.

Estas filloas saladas se consumen como acompañamiento del cocido, y en casa nos gustan mucho con chicharrones. Pese a ser filloas saladas también hay quien en vez de tomarlas con productos cárnicos, prefiere echarles miel por encima o azúcar. Al hacer gran cantidad no se consumen todas en el momento, pero se pueden guardar en el frigorífico durante días y luego se recalientan en la sartén. De hecho a mí es así como más me gustan. Recién salidas de la filloiera también están ricas, pero personalmente las prefiero recalentadas. Se pueden recalentar estiradas tal como salen de la filloeira, o bien envueltas en forma de canutillo, eso al gusto de cada uno.

Si os animáis a hacerlas, y queréis guardar en el frigorífico las que os sobren, tened la precaución de esperar a que estén totalmente frías, y después la trasladáis a otro plato, separándolas todas una a una, porque sino después no se despegan unas de otras.

Y después de estos consejos os dejo con la receta.

Ingredientes:

-1 litro de caldo de carne salada de cerdo
-4 litros de agua del grifo
-1/2 kg. de carne salada de cerdo que contenga hueso (para hacer el caldo)
-1 kg. de harina de trigo (harina de fuerza)
-10 huevos
-1 trozo de tocino para engrasar la filloeira

Preparación:

En primer lugar tenemos que hacer el caldo, para ello previamente ponemos la carne a desalar en una olla con agua fría, durante unas horas. Después retiramos ese agua, y añadimos agua limpia del grifo hasta cubrirla y la ponemos al fuego hasta que levante el hervor. Cuando empiece a hervir bajamos el fuego al mínimo y dejamos que cueza durante aproximadamente 90 minutos. Transcurrido ese tiempo, retiramos la carne, y esperamos a que el caldo enfríe.

A continuación preparamos el "amoado". Se llama así a la masa semilíquida que se utiliza para hacer las filloas. Para el amoado utilizamos una olla mediana en la que echamos 4 litros de agua fría del gripo, añadimos un litro del caldo de carne que teníamos preparado, y luego vamos añadiendo la harina tamizada poco a poco, removiendo con un batidor de varillas. Una vez que hayamos terminado de añadir toda la harina, batimos los huevos en un cuenco aparte y los añadimos a la mezcla anterior. Añadimos también un poco de sal (no demasiada, es mejor quedarnos cortos que pasarnos, porque luego cuando hagamos las primeras filloas. las probamos y si vemos que tienen poca sal se le puede añadir más), Una vez tengamos el amoado listo lo dejamos reposar como mínimo 30 minutos. Yo suelo prepararlo la víspera, luego antes de utilizarlo lo bato bien de nuevo para que quede una mezcla homogénea, pues con el reposo la harina se deposita en el fondo.

El siguiente paso es hacer las filloas, pare ello le encendemos el fuego a la filloeira, los que no tengáis ponéis al fuego una sartén antiadherente, cuando esté caliente clavamos un trozo de tocino en un tenedor y untamos con él la sartén o filloeira según el caso. Seguidamente echamos un poco de masa o amoado bien batido, dejamos que vaya escurriendo hasta que cubra toda la superficie de la filloeira (normalmente las filloeiras se sitúan sobre un trípode que regula la altura de las patas para que la filloiera quede inclinada, y el amoado de las filloas escurra y nos quede así una filloa lo más fina posible). Si utilizáis sartén echáis un poco de amado en el centro de la misma, luego giramos la sartén para que el amado se reparta bien por toda la base, y cuando veamos que los bordes de la filloa se separan, le damos la vuelta, y luego cuando estén hechas por este lado, las vamos retirando a un plato.

Obviamente la cantidad de los ingredientes está pensada para utilizar la filloeira, si utilizáis una sartén, debéis reducir considerablemente y de manera proporcional las cantidades, sino os llevaría muchísimo tiempo acabar con todo el amoado, y aunque es divertido hacer filloas, todo exceso termina cansando ;)

Un consejo, cada vez que hagáis una filloa nueva, o una nueva tanda de filloas si tenéis filloeira, es muy importante batir de nuevo el amoado, porque como os indico más arriba, la harina pronto se deposita en el fondo.

Un último detalle que sé que no os va gustar mucho, y es que la cantidad de harina es aproximada, pues no todos los tipos de harina se comportan igual. Con la harina pasa como con la sal, es preferible quedarse corto e ir añadiendo poco a poco más harina, que pasarse, porque si echamos demasiada harina las filloas salen gruesas y no son lo mismo. Cuanto más finitas son más ricas están.

Nada más. Nos vemos en unos días con una nueva receta, mientras disfrutad mucho del carnaval!!!

viernes, 17 de febrero de 2017

Tortilla paisana

La receta de hoy es de sobra conocida por todos, os hablo de la tortilla paisana. Lo que a lo mejor no conoce tanta gente es la razón de esta denominación. Al parecer el nombre le viene por ser paisana de la tortilla española, es decir, del mismo país, España, dónde ambas son muy populares, y pocos son los locales de hostelería que no incluyan algunas de las dos como tapa, o incluso en el menú.

Posiblemente lo del nombre le venga también porque tiene puntos en común con la típica tortilla española, de hecho es una variante de ésta, pues lleva también huevos y patatas, pero se diferencia en que además incluye en sus ingredientes verduras como pimientos, zanahorias, cebolla, guisantes, etc. y además algún producto cárnico, generalmente chorizo ó jamón.

El año pasado comí una tortilla en Villalba, un pueblo de Lugo, que llevaba tal variedad de ingredientes que no he sido capaz de descifrarlos todos. El local que la ofrecía la llamaba “Tortilla del Mesón”, pero viene a ser lo que todos conocemos como tortilla paisana. Mi pareja que es natural de ese pueblo, me había dicho que estaba muy rica, y la verdad es que pese al batiburrillo de ingredientes me gustó mucho.

La que yo he preparado en esta ocasión es más básica, lleva menos ingredientes, pero está igualmente rica.

Paso ya a daros la receta

Ingredientes:

-12 huevos (si son de corral mejor)
-1 chorizo
-1 pimiento rojo
-1 pimiento verde
-2 cebollas
-4 patatas
-aceite de oliva virgen extra
-sal

Preparación:

En primer lugar pelamos las patatas y después lavamos las patatas y las verduras. Luego picamos los pimientos en trozos medianos, las cebollas en juliana, y las patatas en láminas lo más finas posible. En cuanto al chorizo, le retiramos la piel y lo desmenuzamos con las manos o ayudándonos de un cuchillo si fuese necesario.

Seguidamente ponemos al fuego una sartén grande antiadherente, cubrimos el fondo con aceite de oliva virgen extra, y cuando esté caliente echamos las patatas y salamos

Mientras las patatas se van friendo en la sartén, batimos los huevos en un cuenco grande, y cuando las patatas estén hechas las retiramos con una espumadera y las pasamos al cuenco de los huevos, removiendo bien para que se mezclen.

En el mismo aceite en el que hemos freído las patatas, añadimos los pimientos que teníamos troceados, salamos y dejamos que se vayan haciendo durante unos 5 minutos, removiendo de vez en cuando, Después añadimos la cebolla, echamos otra pizca de sal, y continuamos rehogando los pimientos junto con las cebollas. Cuando estén bien rehogados, apartamos la sartén del fuego, los escurrimos con la espumadera y los echamos en el cuenco de los huevos y las patatas. Añadimos también el chorizo desmenuzado, y mezclamos bien.

Posteriormente ponemos de nuevo la sartén al fuego, retiramos el exceso de aceite y echamos la mezcla anterior, dejamos a fuego bajo-medio durante unos 3 ó 4 minutos, luego con la ayuda de un plato le damos la vuelta, y cuajamos la tortilla de la misma manera por el otro lado.

Cuando ya esté cuajada por ambos lados, y jugosa por dentro, la retiramos a una fuente, y si la vamos a servir como entrante, la cortamos en cuadraditos, para que cada comensal se sirva a su gusto con la ayuda de un palillo. Si va a formar parte del menú, entonces la cortamos en porciones.

Poco más os puedo contar, hoy no hace falta que os diga que está riquísima, la mayoría ha comido una tortilla parecida a ésta en alguna ocasión y lo ha podido comprobar ^_^

Nos vemos en unos días, con una receta típica de aquí de Galicia en época de Carnavales. Estad atentos!!!

miércoles, 25 de enero de 2017

Empanada de atún

Esta vez vengo con un clásico de la gastronomía gallega: la empanada. En esta ocasión la hice de atún, pero da igual de qué se rellene, porque es muy agradecida.

En nuestra tierra no hay fiesta que se precie que no te pongan un entrante de empanada, porque con ella siempre aciertas, le gusta a todo el mundo.

Por otro lado tiene la ventaja de que la puedes hacer con antelación, de hecho el relleno yo siempre lo hago la víspera, y luego al día siguiente preparo la masa, así se divide el trabajo en dos jornadas y no resulta pesado.

Os dejo la receta de cómo la preparo yo

Ingredientes:

Para el relleno
-500gr. de atún en conserva (si es en aceite de oliva mucho mejor)
-4 cebollas grandes o 6 medianas
-1 cucharada de pimentón dulce
-aceite de oliva virgen extra

Para la masa.
-500gr. de harina de fuerza (de trigo)
-300ml de agua (tibia, nunca caliente)
-25 gr. de levadura de panadería
-1 cucharada de aceite del relleno
-1/2 cucharada de sal

Preparación:

Lo primero es hacer el relleno, para ello echamos aceite de oliva en una sartén grande, y cuando esté caliente añadimos las cebollas cortadas en juliana, y rehogamos a fuego suave durante al menos 30 minutos. A continuación apartamos la sartén del fuego y añadimos el pimentón, mezclamos bien y dejamos enfriar, después si hacéis el relleno la víspera como yo, guardáis este sofrito de cebolla en un tupper en el frigorífico hasta el día siguiente cuando vayáis a preparar la masa. En ese momento lo sacáis del frigorífico, y le escurrís el aceite con un colador, del cual reservaremos 150ml. para la masa más otro poquito para pintar por encima la empanada. Y por otro lado mezclamos la cebolla con el atún escurrido, y reservamos también.

Luego para hacer la masa, yo siempre utilizo la panificadora en el programa de amasado con fase de levado, porque así además de ahorrarme el trabajo del amasado a mano, calculo mejor el tiempo, ya que si la masa la dejamos levar a temperatura ambiente puede tardar más o menos, dependiendo de la temperatura que haya en la estancia. Si no tenéis panificadora y hacéis el amasado a mano, se trata de mezclar todos los ingredientes hasta que quede una masa suave, y fácil de manejar. Luego la pasáis a un bol tapado con papel film o con un simple paño de cocina, para evitar corrientes de aire, y esperáis a que doble el volumen. Si hacéis el amasado en panificadora, echáis todos los ingredientes en ella, seleccionáis el programa que corresponda en vuestra máquina al proceso de amasado con fase posterior de levado y listo. En mi panificadora dura un total de 90 minutos, al cabo de los cuales, la masa ya está lista para preparar la empanada, de modo que lo siguiente que hay que hacer es dividirla en dos partes, una un poco más grande que la otra, porque es la que emplearemos para la base y tiene que ser más extensa para luego sellar los bordes y que no se desparrame el relleno cuando se esté cociendo, para ello la estiramos bien con un rodillo, y cubrimos con ella la base de la bandeja del horno, encima echamos el relleno de atún y cebolla que teníamos reservado, y por último cubrimos con la otra parte de la masa después he haberla estirado también con el rodillo.

Seguidamente cerramos los bordes, desechando la masa sobrante si la hubiera, y pintamos por encima utilizando un pincel de cocina, con un poco del aceite del relleno que teníamos reservado. Por último la llevamos al horno, a 180º grados en la cuarta ranura empezando por abajo, es decir, justo en la parte central, con calor abajo los primeros 15 minutos, luego 10 minutos con fuego arriba y abajo, y por último 5 minutos con fuego solo arriba para que coja un bonito color dorado.

Cuando veamos que está hecha, la sacamos del horno, la dejamos enfriar y la partimos en pequeñas porciones para que cada comensal se sirva a su gusto.

Pues nada más por hoy, nos vemos pronto con una nueva receta, a ver si para entonces nos ha dejado ya la ola de frío que nos asola estos días. Mientras sed felices y abrigaos mucho!!!

sábado, 1 de octubre de 2016

Berenjenas fritas con miel de caña


Los que me seguís ya sabéis lo mucho que me gusta la cocina, sobre todo la cocina tradicional. Pues bien, otra de mis grandes pasiones es viajar y conocer la cocina típica de cada región, y la receta que hoy os traigo, berenjenas fritas con miel de caña, conocidas también como berenjenas al estilo mozárabe, porque fueron los árabes los que la introdujeron en la península, son un aperitivo típico del sur de España, más concretamente de Córdoba, donde las sirven como tapa en muchos bares.

La miel de caña o melaza tiene altos porcentajes de hierro, cobre, magnesio y varias vitaminas del complejo B. Procede de los residuos de cristalización final del azúcar, de los cuales ya no se puede obtener más azúcar por métodos físicos.

Se denomina ingenios a las empresas que procesan la caña de azúcar, y en toda Europa solo hay una, y está precisamente en España, en concreto en Málaga, en la localidad de Frigiliana. La empresa es De la Torre S. A., y la miel de caña la comercializa bajo el nombre de Ingenio Nuestra Señora del Carmen. La podéis encontrar en herbolarios, en el Corte Inglés y en el Mercadona.

Os dejo ya con la receta, veréis que fácil es.

Ingredientes:

-2 berenjenas
-1 lata de cerveza
-aceite de oliva para freír
-harina para rebozar
-sal
-miel de caña

Preparación:

Lavamos las berenjenas, las cortamos en bastoncitos o en rodajas como prefiráis, luego las salamos y las dejamos en reposo en un escurridero durante media hora, para que suden y pierdan parte del agua que contienen. Después las pasamos a otro recipiente, las cubrimos con cerveza y las dejamos en reposo otra media hora, (lo de echarle cerveza es para que luego no absorban aceite de la fritura, pero no le da ningún sabor)

Mientras ponemos una sartén con aceite al fuego, y cuando esté caliente, escurrimos las berenjenas de la cerveza, las secamos bien con papel de cocina, y luego las enharinamos, las freímos por ambos lados y las retiramos a un plato sobre papel de cocina para absorber el aceite sobrante. Cuando las tengamos todas fritas, las retiramos a una fuente de servir, echamos por encima unas cucharadas de miel de caña, y servimos aun calientes que es cuando están bien crujientes y cuando mejor sabor tienen. 

Espero que os haya gustado esta rica receta, y los que aun no la conocéis, no dudéis en ponerla en práctica, os sorprenderá seguro :)