Hoy por fin me he
sentado a redactar una nueva entrada. Digo por fin, porque he estado ausente debido a que mi madre y yo
acompañamos a mi pareja a un viaje a Madrid por motivos laborales, y una vez
terminados sus quehaceres, aprovechando además que el 17 de mayo era festivo en
Galicia, bajamos los tres a la Mancha, una tierra que cada vez me gusta más.
Era la segunda ocasión que visitaba esta región y espero que haya más porque
aun nos quedan muchos sitios por ver, y eso que visitamos un montón de pueblos,
algunos tan pintorescos como Tembleque,
el Romeral, Consuegra, El Toboso, Almagro, Campo de Criptana, el Alcázar de San Juan, y Mota del Cuervo.
Fueron pocos días, pero como en esta época del año hay muchas horas de luz un día da para mucho.
Fue un viaje
maravilloso, porque mi madre estuvo perfectamente, lo único malo es que hacía
bastante calor, para los lugareños nada fuera de lo normal, pero para nosotros
que estamos acostumbrados a temperaturas más suaves era un poco excesivo.
Probamos algunos platos típicos de esta tierra, que no por humildes y sencillos
dejan de estar exquisitos. Por lo demás todo normal, lo pasamos muy bien, pese
a que ir acompañados de una persona dependiente limita mucho nuestros
movimientos, pero es algo a lo que estamos acostumbrados y nos encanta que nos
acompañe, lo triste vino luego a la vuelta del viaje, porque entre otras
mascotas tenemos cuatro canarios, los cuales cuidaron mis primos Vanesa y Toni
en nuestra ausencia, y ya de vuelta a casa, como estos días hace muy buen
tiempo también aquí en Galicia, ayer al caer la tarde decidí colgar la jaula
fuera en la pared de casa para que les diera el aire, y no sé qué ha fallado
porque la jaula se cayó al suelo y de los pajaritos ni rastro, algo normal
teniendo en cuenta que tenemos varios gatos, y aunque éstos son absolutamente
adorables, se trata de felinos y tienen sus instintos. Lo único que me consuela
un poco es saber que los pajaritos han tenido un final rápido..., muy triste
pero rápido.
En fin, la vida
sigue, así que hoy acudo de nuevo a mi cita con vosotros, en esta ocasión con
un entrante que seguro que os va a encantar: los pimientos rellenos de
tortilla. Son muy fáciles de preparar aunque un poco laboriosos, pero el
resultado merece la pena. Os dejo la receta por si os animáis a prepararla.
Ingredientes
(para 4 personas):
-2 pimientos
rojos italianos
-2 pimientos
verdes italianos
- 8 huevos
- 6 patatas
-1 cebolla grande
-aceite de oliva
virgen extra
-sal
Preparación:
Antes de nada
deciros que en mi caso cuando hago esta receta
procuro comprar los dos tipos de pimientos, verdes y rojos, por motivos
puramente cromáticos, pero podéis optar solo por uno de ellos como es lógico,
el que más os guste o el que os resulte más fácil de encontrar en el mercado.
Para comenzar con
la preparación primero retiramos el rabito y vaciamos las semillas del interior
de los pimientos, luego los lavamos bien bajo el grifo del agua fría para
evitar posibles restos de pesticidas y los reservamos en un recipiente alto y
estrecho, como por ejemplo un vaso de tubo, para que cuando los rellenemos no
se caiga el relleno.
Aparte pelamos
las patatas y las cortamos en cubitos pequeños, y picamos la cebolla, después
cubrimos el fondo de una sartén con aceite de oliva virgen extra, y freímos en
él las patatas y la cebolla.
Mientras batimos
en un cuenco los huevos, y cuando las patatas y la cebolla estén hechas las
retiramos de la sartén con la ayuda de una espumadera para retirar el exceso de
aceite, las añadimos al cuenco de los huevos, salamos y mezclamos todo bien.
A
continuación rellenamos cada pimiento
con esta mezcla, y cuando estén todos, ponemos de nuevo al fuego la sartén que
utilizamos para freír las patatas y la cebolla, echamos más aceite si hiciera falta, y luego con una
espátula se cubre la base de los pimientos por donde hemos introducido el
relleno, le damos la vuelta en la sartén sobre el aceite caliente con cuidado
de que no se desparrame el interior, y dejamos que se cuaje el huevo por esa
zona durante unos minutos manteniendo el pimiento en vertical, y luego los
doramos bien por todos lados, sin que no se nos quemen, para que se hagan los
pimientos por toda la superficie, y cuaje la tortilla en su interior. Cuando
vayan estando los retiramos a una fuente sobre papel absorbente para retirar el
exceso de aceite, y después los cortamos en rodajas y los colocamos en la
fuente de servir. Nada más por hoy, nos vemos en unos días, espero que en unas circunstancias más alegres.
Un saludo