martes, 29 de octubre de 2024

Flan de Café sin horno


Hoy vuelvo a mi cita con vosotros, con una receta dulce, y tan sencilla de preparar que cualquiera la puede hacer.

Es la opción perfecta para solucionar la sobremesa, cuando tenemos que preparar una comida para invitados, y estamos tan atareados preparando otros platos, que no nos queda tiempo para hacer un postre muy elaborado. Con esta receta solucionamos la papeleta, y obtenemos un postre delicioso, que seguro que encanta a todos, se trata de un flan de café.

Para los niños, y para los que como es mi caso, la cafeína no nos sienta bien, podéis utilizar café descafeinado.

Os dejo a continuación la lista de

Ingredientes:

-1/2 litro de leche entera
-1/2 litro de nata para montar
- 1 sobre de preparado para flan Royal (8 porciones)
-5 sobres de café soluble (el mío descafeinado, de Nescafé)

Preparación:

Para la preparación tan solo tenemos que mezclar con un batidor de varillas; la leche, la nata, el preparado de flan royal, y los sobres de café soluble.

Cuando esté todo bien mezclado, ponemos al fuego, removiendo de vez en cuando, hasta que empiece a hervir. En ese momento, retiramos del fuego, y vertimos el contenido sobre 8 flaneras individuales, o una grande, previamente caramelizadas con el sobre de caramelo líquido que viene en la caja de flan.

Dejamos a temperatura ambiente hasta que enfríe, y luego lo guardamos en el frigorífico, al menos cuatro horas antes de servir.

Para servir, lo podéis adornar con unos rosetones de nata. En mi caso lo hice con unos granos de chocolate, que simulaban granos de café.

Como veis, más fácil no puede ser, y está delicioso.

Y con esto termino por hoy. Espero que la receta que acabo de compartir haya sido de vuestro agrado.

Un abrazo y hasta pronto.

lunes, 23 de septiembre de 2024

Tarta semifrío de limón


Hoy vengo con una receta dulce, pero de esos dulces que no resultan nada empalagosos, todo lo contrario. Aunque lleguéis a la sobremesa sin hueco ya para el postre, cosa que sucede a menudo, os aseguro que  un trocito de esta tarta os sentará bien.

Se trata de una tarta semifrío de limón. Es una tarta muy fresquita, y sus ingredientes combinan a la perfección, porque la acidez del limón, el ingrediente protagonista de esta tarta, se ve contrarrestada con el dulce del merengue, y a su vez la nata le aporta una cremosidad y suavidad deliciosa.

Por encima una fina capa de gelatina con sabor a limón, le añade un toque de color y un contraste de texturas muy agradable al paladar.

Os detallo a continuación la lista de ingredientes y su posterior elaboración. Veréis qué fácil es;

Ingredientes:

Para la base
-una plancha delgada de bizcocho genovés 

Para el merengue italiano

-120gr. de clara de huevo
-80gr. de agua
-240gr. de azúcar

Para la nata montada

-500ml de nata líquida de al menos 35%M.G.
-125gr. de azúcar glas

A mayores

-zumo de 2 limones
-ralladura de 1 limón
-6 hojas de gelatina

Para la decoración

-1 sobre de gelatina de sabor limón
-1 rodaja fina de limón

Preparación:

Comenzaremos preparando el merengue italiano, para ello ponemos el agua en un cazo, y en el centro del cazo (procurando que no toque los bordes) añadimos 180gr. de azúcar. Llevamos al fuego, cuando levante el hervor bajamos la intensidad del fuego al mínimo, y dejamos que vaya reduciendo hasta que se formen unas burbujas grandes. Tardará en torno a unos cinco minutos aproximadamente.

Mientras se hace el almíbar, en el vaso de la batidora eléctrica añadimos las claras de huevo, batimos hasta que empiecen a espumar, y después vamos añadiendo poco a poco los restantes 60gr. de azúcar. Cuando estén las claras montadas bien firme, será el momento de ir añadiendo el almíbar preparado en el paso anterior, en forma de hilo y sin dejar de batir, hasta que la mezcla pierda calor, y esté a temperatura ambiente. Reservamos.

Por otro lado montamos la nata con el azúcar glas, y reservamos también.

Aparte exprimimos el zumo de dos limones, lo ponemos al fuego para que se caliente sin llegar a hervir, y disolvemos en él las hojas de gelatina previamente hidratadas durante unos minutos en agua fría. Añadimos a continuación la ralladura de limón y mezclamos bien.

El siguiente paso consiste en integrar las tres mezclas, para ello mezclamos el merengue italiano con la nata montada con movimientos suaves y envolventes. Después a la mezcla anterior le añadimos el zumo de limón que tiene la gelatina disuelta y la ralladura de limón. Seguimos mezclando siempre con movimientos muy suaves y de abajo hacia arriba hasta lograr una mezcla homogénea.

A continuación solo queda montar la tarta, y para ello en la base de un molde desmontable, colocamos papel de hornear, y sobre él, una plancha delgada de bizcocho genovés. Sobre el bizcocho,  añadimos la mezcla de los restantes ingredientes, nivelamos la superficie con una espátula y llevamos al frigorífico durante al menos 4 horas, para que la gelatina solidifique.

Por último, preparamos un sobre de gelatina de limón siguiendo las indicaciones del fabricante, cuando esté fría pero todavía líquida la echamos sobre la tarta que teníamos guardada en el frigorífico, y la dejamos nuevamente allí otras 4 horas, hasta que la gelatina de limón esté bien solidificada.

Transcurrido el tiempo de reposo en el frigorífico, solo queda desmoldarla, para ello pasamos el filo de un cuchillo por los bardes, luego desmoldamos, y para retirar la tarta de la base del molde, nos ayudamos de unas espátulas grandes. La colocamos sobre una bandeja con blonda, y para darle el toque final a la decoración, cortamos una rodaja fina de limón, le hacemos un corte desde el centro hasta fuera, y colocamos la rodaja sobre la tarta como si fuera la letra ‹‹S›› Viendo la primera foto comprendéis mejor a lo que me refiero.

La foto que os muestro a continuación, es de esta misma tarta, pero con una decoración de Pascua, porque la hice para el postre del Domingo de Resurrección.




Y con la receta de esta deliciosa tarta, me despido por hoy. Espero que haya sido de vuestro agrado. 

Hasta pronto. Gracias por leerme

domingo, 8 de septiembre de 2024

Pizza de higos, queso azul y nueces


Septiembre es el mes de inicio del curso escolar, y con la misma ilusión de un niño el primer día de colegio, retomo la actividad en el blog.

Para tal ocasión he escogido una pizza que he visto en el blog de mi amiga Belén, El toque de Belén.

Es una pizza que combina el dulzor de los higos con el sabor intenso del queso azul. Belén utiliza queso asturiano La Peral, pero como yo ese queso no lo encontré, lo sustituí por queso azul que guarda similitud con aquel.

Si os gusta la combinación de dulce con salado, os aseguro que esta pizza os va a encantar, y como todavía se encuentran higos a la venta, os animo a que la preparéis.

Para la masa de la base, no hice la de Belén, sino que hice la misma que llevo utilizando hace ya muchos años, para las pizzas y las empanadas, y me da muy buenos resultados.

La foto de arriba es antes de entrar al horno, porque el colorido es espectacular, y luego en el horno pierde parte de ese color.

Os dejo con la lista de ingredientes y a continuación os explico cómo la preparo.

Ingredientes:

Para la masa

-150ml. de agua
-240gr. de harina de fuerza
-1 cucharada de aceite de oliva virgen extra
-1/2 sobre de levadura de panadería o 12gr. de levadura fresca
-1 cucharadita de sal

Para el relleno

-500gr. de higos
-150gr. de mezcla de 4 quesos
-150gr. de queso roquefort
-un puñado de nueces
-tomate frito para cubrir la base
-orégano

Preparación:

Empezaremos preparando la masa, y en mi caso pese a que tengo panificadora, y para hacer masas es ideal, por comodidad y para acelerar el proceso, muchas veces utilizo la thermomix. Para ello echo el agua, la sal y el aceite de oliva en el vaso, y programo 3 minutos/ temperatura 37º/velocidad cuchara. Después añado el resto de ingredientes, es decir, la harina y la levadura, y programo 3 minutos/función amasar. Una vez terminado de amasar, guardo la masa en un cuenco untado en aceite, y lo cubro con papel film hasta que la masa haya doblado el volumen.

Para amasarla en la panificadora echamos todos los ingredientes en la cubeta por el siguiente orden: agua, sal, aceite de oliva, harina y levadura; y seleccionamos el programa de amasado con fase posterior de levado que en mi máquina dura 1 hora 30 minutos (20 de amasado y los restantes de levado).

Si no tenéis robot de cocina para preparar la masa, se amasa perfectamente a mano, para ello echáis en un recipiente amplio la harina previamente tamizada y la sal, removéis con una cuchara de madera para mezclar, y luego hacéis un huevo en medio como si se tratase del cráter de un volcán, y añadís en él el agua tibia, en la cual habréis desleído previamente la levadura. Después vais mezclando con la ayuda de una cuchara de madera en un principio, y luego cuando se empiece a formar una bola, seguís amasando en la encimera, con las manos, durante unos diez minutos. A continuación guardáis la masa en un cuenco untado en aceite y lo tapáis para evitar que entren corrientes de aire, y ya solo queda esperar que la masa doble su volumen, en ese momento estará lista para seguir con la preparación de la pizza.

Con la masa ya lista, el siguiente paso consiste en precalentar el horno, con calor arriba y abajo, a 250º.

Mientras el horno se va calentando, estiramos la masa con la ayuda de un rodillo, dándole forma redonda, para ello estiramos del centro hacia fuera, y la colocamos sobre la bandeja del horno en la cual habremos colocado previamente papel de hornear en la base. Sobre la masa extendemos el tomate frito, y sobre él espolvoreamos orégano seco al gusto.

Seguidamente añadimos la mezcla de cuatro quesos repartiéndolo por toda la superficie. Después cortamos los higos en cuartos, y los repartimos bien. Hacemos lo mismo con el queso desmenuzándolo con las manos, y finalmente las nueces picadas no muy finas.

Una vez colocados todos los ingredientes, metemos la pizza en el horno, con la bandeja del horno situada sobre la base del mismo, es decir, la bandeja, en contacto con la base del horno. Esto último es importantísimo para que la base de la pizza salga crujiente.

Finalmente cuando veamos que la pizza está cocida, en mi horno tarda en torno a los 12-15 minutos, la retiramos y la colocamos sobre una rejilla hasta que enfríe un poco y después la cortamos en porciones y lista para servir y disfrutar.

Abajo os dejo foto de cómo quedó una vez horneada. No tiene la misma intensidad de color como cuando entré en el horno, pero el sabor os aseguro que es espectacular.




Espero que os haya gustado la receta de hoy. Muchas gracias por leerme.

Un abrazo.

jueves, 29 de febrero de 2024

Pimientos del piquillo rellenos de bacalao



Una vez terminado el Carnaval, se va Don Carnal y llega Doña Cuaresma, y con ella llegan las restricciones culinarias que impone esta última respecto al consumo de carne, lo que ha permitido que el ingrediente principal de la receta de hoy, el bacalao, se convirtiera en el ingrediente estrella de la época de cuaresma en nuestro país.

La razón principal, es que el bacalao al conservarse en salazón, llegaba a todos los puntos de la geografía española, a diferencia de otros pescados, que solo eran accesibles para las personas que vivían en la costa.

En el blog tengo varias recetas con bacalao, pero la de hoy creo que es de mis favoritas, porque el bacalao es de los pescados que más me gustan, y también me encantan los pimientos, así que para mí esta es una combinación de éxito seguro.

Es una  receta algo laboriosa, pero su elaboración como veréis más adelante, se divide en dos partes, y eso hace que el trabajo que da sea más llevadero.

En cuanto al resultado, es un plato tan rico, con un sabor tan suave y delicado, que es ideal para un día de celebración como Navidad, un cumpleaños, para el día de las fiestas patronales del pueblo, y por supuesto para época de cuaresma, pues aunque no cumpláis con sus imposiciones, cualquier excusa es buena para disfrutar de un plato tan delicioso.

Os dejo con la lista de

Ingredientes:

Para el relleno
-800gr. de leche entera a temperatura ambiente
-100gr de mantequilla
-190gr. de harina todo uso
-1 cucharada de nuez moscada molida
-1 pizca de pimienta negra molida
-1/2 cebolla
-50gr. de aceite de oliva
-2 dientes de ajo
-1 ramillete de perejil fresco (solo las hojas)
-350gr. de bacalao desalado desmigado.
-pimientos del piquillo en conserva

Para el rebozado
-aceite de oliva virgen extra
-harina de todo uso
-huevo batido

Para la salsa

-200ml. de nata para cocinar
-1 pizca de sal
-1 pizca de azúcar
-275gr. de pimientos del piquillo
-unas gotas de aceite de oliva virgen extra

Preparación tradicional:

Comenzamos poniendo en una olla el bacalao desalado, añadimos 1 litro de leche y llevamos al fuego hasta que levante el hervor, después bajamos el fuego al mínimo, y esperamos unos minutos hasta que el bacalao esté cocido, en ese momento apagamos el fuego, retiramos el bacalao a una fuente para que enfríe y reservamos la leche.

Si os fijasteis, en la lista de ingredientes indica 800ml. de leche, y aquí he puesto un litro, la razón es que al hervir la leche tiene una merma, pero la cantidad a usar a la hora de preparar el relleno son 800ml,

Cuando el bacalao esté frío, lo desmigamos, retiramos las pieles y las espinas, y reservamos. Cuando le leche esté fría, la colamos y la reservamos también (solo 800ml.)

Aparte ponemos una sartén al fuego, cubrimos el fondo de la misma con aceite de oliva virgen extra, y añadimos la cebolla picada finamente, rehogamos durante unos minutos hasta que la cebolla coja un color transparente, añadimos los ajos pasados por un prensa ajos, y después el perejil finamente picado, damos un par de vueltas, le apagamos el fuego a la sartén, y añadimos fuera del fuego el bacalao desmigado. Mezclamos bien y reservamos.

Aparte hacemos la bechamel, para ello fundimos la mantequilla en una sartén o en una olla, cuando esté derretida, añadimos la harina y con una cuchara de madera, removemos sin parar durante unos minutos para que se cueza y no quede un engrudo.

Cuando la harina esté bien rehogada, vamos añadiendo la leche en la que habíamos cocido el bacalao y que teníamos reservada, muy poco a poco, y sin dejar de remover, hasta que nos quede una masa sin grumos y muy cremosa. En el momento de añadir la leche, añadimos además una cucharada de nuez moscada molida y una pizca de pimienta negra molida.

Por último cuando tengamos la bechamel hecha, rectificamos de sal si fuera necesario, y la mezclamos con el contenido de la sartén que teníamos reservado, integramos todo bien, y lo pasamos a un tupper cubriendo con papel film para que no haga costra.

Dejamos que enfríe un poco, y luego guardamos la mezcla durante al menos 8 horas en el frigorífico para que cuaje bien y nos sean fáciles de rellenar los pimientos.

Para rellenar los pimientos, cogemos en la mano izquierda el pimiento del piquillo, y con la otra mano cogemos trozos de la mezcla que teníamos en el refrigerador y rellenamos el pimiento, así hasta terminar toda la mezcla.

Cuando todos los pimientos estén rellenos, los pasamos por harina, después por huevo batido, y seguidamente los pasamos a una sartén con aceite de oliva virgen extra, y cuando estén hechos por un lado le damos la vuelta por el otro.

A medida que estén hechos los pasamos a una fuente, sobre papel absorbente, para eliminar el exceso de aceite, y reservamos.

Para hacer la salsa, ponemos otra sartén al fuego, añadimos un poquito de aceite de oliva virgen extra, cuando esté caliente añadimos 275gr. de pimientos del piquillo, una pizca de azúcar y una pizca de sal, removemos y cocinamos durante unos minutos, a continuación añadimos 200ml. de nata de cocinar, mezclamos de nuevo, y luego trituramos todo con la turmix.

A la hora de presentar el plato, colocamos un poco de salsa en la base, y encima los pimientos. Adornamos con unas hojas de perejil fresco, y listo para disfrutar.

Preparación en Thermomix:

Comenzamos igual que en el método tradicional, cociendo el bacalao en la leche, y luego colamos la leche, y el bacalao lo desmigamos y retiramos las espinas y las pieles. Reservamos el bacalao y la leche por separado.

Recordad de poner en la olla 1 litro de leche, aunque más adelante solo utilicemos 800ml, porque al hervir hay una merma.

A continuación seguimos estos pasos:

1-Añadimos al vaso la mantequilla, el aceite, la cebolla, los ajos y el perejil, y troceamos 2 segundos /velocidad 5, luego bajamos los restos al fondo con la espátula, y repetimos la operación si fuera necesario.

2-Sofreímos programando 4 minutos/temperatura 120º/velocidad 1

3-Añadimos la harina y sofreímos 4 minutos/120º/velocidad 2

4-Incorporamos la leche (800ml.), la nuez moscada, la pimienta molida, y mezclamos programando 10 segundos/velocidad 6

5-Después programamos 8 minutos/120º/velocidad 4

6-Retiramos todo a un recipiente amplio y no muy alto, y con la ayuda de la espátula o de una cuchara añadimos el bacalao desmigado que teníamos reservado, mezclamos bien, rectificamos de sal si fuera necesario, cubrimos con papel film, y después de que haya enfriado un poco, dejamos en la nevera mínimo 8 horas para que esté la mezcla bien fría y sean fáciles de rellenar los pimientos.

Después el resto del proceso es el mismo que por el método tradicional, es decir, rellenar los pimientos, luego rebozarlos en harina, después pasarlos por huevo y freírlos en una sartén con un poco de aceite de oliva.

En cuanto a la salsa, es tan sencilla, que yo siempre la preparo por el método tradicional como os indiqué más arriba.

Pues espero que la receta os haya gustado, y que os animéis a ponerla en práctica.

Es todo por hoy, nos vemos pronto. 

Un abrazo

martes, 13 de febrero de 2024

"Orellas" de Carnaval (sin levadura)


La receta de hoy de hoy me hubiera gustado haberla publicado la semana pasada, porque es una de las recetas típicas del Carnaval en mi tierra, Galicia; me estoy refiriendo a las “Orellas de Carnaval”, pero por diferentes motivos no pude hacerlo, de todos modos como hoy es martes, el día grande del Entroido (así se denomina al Carnaval en Galicia), aun estoy a tiempo, además el próximo fin de semana todavía se celebra el denominado sábado y domingo de piñata, que ponen fin a estas fiestas, las cuales en algunos pueblos de Galicia duran todo un mes, así que si os animáis todavía estáis a tiempo de preparar esta receta, si bien no es necesario que sea Carnaval para hacer un dulce de sartén tan rico como este


En el blog ya tengo dos recetas de Orellas publicadas. Una la podéis ver pinchando aquí, se trata de una receta que incorpora levadura de panadería. No salen unas orellas crujientes, requisito indispensable para la mayoría de la gente, pero si hay personas que no le gusten las crujientes o no pueda comerlas, esas le encantarán, sobre todo recién hechas, ¡están espectaculares!

La otra receta que tengo publicada, es la de mi amiga Tere Rico, una experta repostera, y cuya receta ha sido ganadora en varios concursos. La receta la podéis ver pinchando aquí. Son unas orellas deliciosas, pero para mi tienen un inconveniente, y es que incorporan mucha cantidad de manteca cocida de vaca, que junto al resto de ingredientes, hace que no me sienten del todo bien al estómago, y esa fue la razón de buscar una receta más ligera, y después de probar la receta que voy a publicar hoy, tengo claro que se queda conmigo para siempre, porque no he sentido molestias estomacales, y para mi gusto son las más ricas que he probado nunca.

Os dejo a continuación con la lista de

Ingredientes:

-4 huevos medianos
-2 cáscaras de huevo de aceite de girasol
-2 cáscaras de huevo de anís (os recomiendo Anís El Mono, porque he probado otras marcas y no quedan igual)
-2 cáscaras de huevo de azúcar
-550gr. aproximadamente de harina de todo uso.
-1 pizca de sal
-ralladura de una naranja
-ralladura de un limón
-4 gostas de esencia de anís (opcional, yo se las pongo porque me gusta mucho el sabor a anís. La esencia que yo uso es de la marca Arconsa, y la compro en la farmacia de mi pueblo, que siempre la tienen a la venta por estas fecha, pero si usáis esta marca, tened cuidado de no pasaros con la cantidad, porque es un aroma muy concentrado)
-azúcar glass para espolvorear por encima
-aceite de girasol para freír

Preparación:

Yo para preparar la masa de las orellas uso la panificadora, porque deja una masa lisa y brillante, que luego se extiende perfectamente con el rodillo, queda finísima, y no rompe.

Comienzo echando en la cubeta de la panificadora los cuatro huevos, de los cuales elijo uno, y ese lo rompo con cuidado con la punta de un cuchillo por la parte superior, dejando solo el hueco necesario para vaciar el huevo. Después con la cáscara bien lavada, echo dos cáscaras llenas de azúcar, otras dos cáscaras de anís, y por último dos cáscaras más de aceite de girasol. A continuación se añade las ralladuras de naranja y limón, la esencia de anís, y por último una pizca de sal y la harina, que en esta ocasión utilicé en total 550gr., pero de entrada partí de 475gr.

Ponemos la panificadora en funcionamiento en el programa de solo amasado, que en mi máquina dura 20 miutos.

Trascurridos unos 3 ó 4 minutos de iniciado el programa, abrimos la tapa de la panificadora y miramos si el contenido de la cubeta ha formado una bola, en cuyo caso la cantidad de harina es la correcta, pero por el contrario, si la masa no se despega de las paredes de la panificadora, es porque nos hemos quedado cortos con la harina y debemos seguir añadiéndole más, en pequeñas cantidades, hasta que se despeque de la paredes y forme una bola.

El hecho de que la harina añadida no sea la exacta es debido a varios motivos, uno que cada tipo de harina absorbe más o menos líquidos, y en esta receta en concreto, se debe fundamentalmente a que usamos como unidad de medida la cáscara del huevo, y según sea el huevo de grande, mayor o menor proporción de líquidos habrá con respecto a la harina utilizada, y según el caso, puede ser necesario añadirle más, siguiendo el criterio que os acabo de comentar, pero siempre poco a poco, para no excedernos.

Una vez terminado el programa de amasado, lo reiniciamos, y amasamos otros 20 minutos. En total sobre 40 minutos de amasado.

Cuando la masa esté hecha, la echamos en una bolsa de plástico limpia, en la cual previamente habremos añadido un poco de aceite de girasol y frotamos la bolsa todavía vacía, para que las paredes de la misma se impregnen de aceite. Después sacamos la masa de la cubeta y la echamos en la bolsa, la atamos, y la dejamos en el frigorífico hasta el día siguiente.

Yo suelo preparar la masa por la noche, y a la mañana siguiente la divido en porciones, sobre la encimera untada con aceite de girasol. Con estas cantidades salen en torno a 20 unidades, dependiendo del tamaño que hagamos las orellas.

A continuación las estiramos con un rodillo, y las freímos en la sartén en aceite de girasol, primero por un lado, y luego por el otro.


Por último, una vez frías, las espolvoreamos por encima con azúcar glass, aunque en esta ocasión yo no lo tenía y le puse del normal, pero con el azúcar glass quedan más bonitas.

Espero que os animéis a prepararlas, estoy segura de que os sorprenderá el resultado.

Gracias por leerme. Un abrazo y hasta la próxima.

miércoles, 17 de enero de 2024

Bombón de morcilla sobre compota de manzana


Pasada la primera mitad del mes de enero, parece que las fiestas navideñas forman parte de un pasado lejano, aunque he visto por ahí cuando voy en coche, algunos rezagados que todavía no han retirado la decoración de esas fechas. En mi caso como este año no decoré la casa me ahorré ese trabajo, que `por otra parte no me gusta nada, porque me entra la nostalgia.

Os menciono la Navidad, porque la receta que os traigo hoy, suele formar parte en los últimos tiempos de mis aperitivos para esas fiestas, y aunque llega tarde por la fecha en la que estamos, considero que a lo largo del año siempre hay algún cumpleaños, aniversario de boda o similar, en los que este aperitivo tiene cabida y os dejará un muy sabor de boca, a vosotros y a vuestros invitados, siempre que no seáis aprensivos con eso de la sangre que contiene la morzilla. Yo hace años era una de esas personas, ahora poco a poco voy abriendo un poco mi mente en temas culinarios, y la verdad es que disfruto de cosas que antes me negaba a probar, la receta de hoy es un claro ejemplo de ello.

Estos bombones de morzilla sobre compota de manzana, que así se llama la receta, los preparo siempre en la thermomix, y aunque en la foto que ilustra la receta aparecen manzanas de la variedad fuji de nuestro manzano, las que utilizo para la elaboración de este aperitivo son manzanas reineta, que tienen un punto ácido que combina muy bien con la morzilla. Precisamente la variedad de manzanas fuji es quizás la que menos os recomiendo porque son más dulzonas y les falta ese puntito de acidez.

Si se diera el caso de que el resultado de la pasta de manzana y morcilla os pareciera muy ácida, podéis añadirle una pizca de azúcar; lo mismo ocurre con la compota de manzana que compone la base, pero os aconsejo añadir muy poquito e ir probando.

Os dejo a continuación la lista de ingredientes y su posterior elaboración.

Ingredientes:

-350gr. de manzana reineta
-250gr. de morzilla (sirve la de Burgos y también la de cebolla)
-1 pizca de pimienta molida
-150gr. de agua
-2 claras de huevo
-120gr. de granillo de almendra cruda
-aceite de oliva suave para freír. El mío de Aceites Abril

Preparación:

En primer lugar aclararos que el peso de las manzanas que figura en el índice de recetas, es con estas peladas y descorazonadas. Una vez hecho esto las cortamos en trozos y ya las tenemos listas para procesar.

Seguidamente ponemos en el vaso de la thermomix 100gr. de manzanas, programamos 4 segundos / velocidad 4.

A continuación bajamos los restos con la espátula, y después añadimos la morzilla, 1 pizca de pimienta, y programamos 4 segundos / giro inverso / velocidad 4. Terminado el tiempo, vertemos el contenido en un cuenco y lo guardamos en el frigorífico para que coja consistencia. Hasta aquí lo podéis dejar preparado la noche anterior, como suelo hacer yo.

El siguiente paso, con el vaso lavado, consiste en poner el resto de las manzanas (250gr.) y el agua y programar 15minutos / 100 ºC / velocidad 1. Una vez terminado el tiempo, programamos 30 segundos / velocidad 7, y reservamos.

Por otra parte formamos bolas de tamaño un poco más grande que una avellana, las rebozamos en las claras de huevo previamente batidas, y después las pasamos por el picadillo de almendra.

Cuando tengamos todas las bolas formadas, ponemos aceite de oliva suave en una sartén al fuego, y cuando esté caliente (no en exceso), las freímos en él, y luego las dejamos escurrir el exceso de aceite sobre papel de cocina absorbente.

Por último, repartimos la compota de manzana en cucharillas de aperitivo, y colocamos encima un bombón de morzilla en cada cucharilla.

Y esto ha sido todo por hoy. Espero que os haya gustado la receta. Dentro de unos días volveré con otra nueva propuesta.

Un abrazo

miércoles, 10 de enero de 2024

Detalles para invitados 2023


Como este es el primer post de este año 2024, al que dimos la bienvenida hace poco, lo primero que quiero es desearos a todos los que me seguís un feliz año, y daros las gracias por ello, pues a pesar de que últimamente he estado un poco apartada de este medio, las visitas a mi blog continúan al mismo ritmo, lo cual me hace sentir muy honrada.

Llevo una época de cierto bajón anímico, en el cual tuvo mucho que ver la desaparición de mi perrita Maite a finales del pasado mes de octubre, y debido a ello comienzo el año compartiendo con vosotros un post que tendría que haber visto la luz a finales del año pasado, me refiero a los detalles para invitados que hice en el 2023.

En el mes de junio, hice unas galletas para repartir a los invitados de la boda de Débora y Gonzalo. Fue una cantidad considerable, no recuerdo exactamente la cifra, pero la más grande con diferencia de las que había hecho hasta entonces.

Tuve dos problemas con estas galletas; el primero que al pedir las cartulinas por internet, no me fijé en el grosor, y eran bastante delgaditas, de modo que tuve que echar mano de unas arandelas adhesivas para que el hilo al atar no las rompiera. El segundo inconveniente es que apenas tenía tiempo (una semana) para hacer tantas galletas, porque hay que amasarlas, cortarlas, hornearlas, decorarlas, envasarlas, etiquetarlas…, así que opté por comprar el fondant en lugar de hacerlo en casa como de costumbre, y el sabor no me convenció, pero bueno, la galleta casera de mantequilla con aroma de vainilla lo camuflaba bastante, así que al final conseguí salvar los obstáculos y quedé satisfecha del resultado final. Los novios me dijeron que también, así que yo por mi parte solo puedo desearles una larga y feliz vida en común, y darles las gracias por confiar en mí.

En la foto de abajo, os muestro un detalle de estas galletas, y al fondo se ven tres de las seis cajas de galletas que entregué para los invitados de esta boda.

Las galletas estaban hechas con la receta de siempre, decoradas con fondant trabajado en los bordes con esteca, y sobre el fondant una oblea comestible con el diseño elegido por los novios. Para la decoración he elegido cartulina rosa palo, que iba a juego con el ramo de la novia, cortada con un perforador grande con forma de corazón, y para atar la bolsa, escogí un cordón roji-blanco que combinaba con el diseño de la oblea.


Para el primer día del mes de julio, hice unas galletas para la Primera Comunión de Emma y Roi. Estas galletas, a diferencia de las anteriores, eran cuadradas no redondas, y no llevaban oblea, solo fondant, en el cual iba estampado el nombre de los niños y la fecha del evento, y decoradas en el borde del fondant con esteca.

La etiqueta en este caso era doble, una de color blanco abajo sin ninguna inscripción, y otra marrón kraft arriba. En la de arriba unas palabras de agradecimiento por la asistencia al evento en la mitad superior, y en la mitad inferior dos cortes con forma de paloma, que al pegar ambas cartulinas con cinta adhesiva por las dos caras, se veían de color blanco. El lazo de color verde, a juego con el color del fondant.

La persona que me las encargó me dijo que a los niños y a sus papás les habían gustado mucho, así que yo encantada.



A finales del mismo mes de julio, hice unas galletas para la Primera  Comunión de una niña, Yaiza.
Estas eran redondas, con fondant blanco trabajado con esteca en el borde, y sobre él una oblea comestible elegida por la niña.
La cartulina de color morado en combinación con el diseño de la oblea. La etiqueta en este caso ha sido rectangular, con el borde ondulado. Sobre ella una inscripción de agradecimiento por la asistencia al evento, y una paloma cortada en cartulina blanca, y pegada con una cinta adhesiva por ambos lados, con espuma en el centro para darle volumen. El lazo, en hilo de color marrón, a juego con el color de la galleta.


A finales de agosto, en concreto el día 20, hizo la Primera Comunión Mencía, una niña que vive en mi aldea. En su día ya hice unos botes de mermelada para su Bautizo, que podéis ver pinchando aquí.
Mencía en sus actividades extraescolares va a clases de gimnasia ritmica, y tanto ella como su madre, querían que esta actividad a la que la niña es tan aficionada. estuviera presente en un evento tan especial para ella, de modo que las galletas que le hice, eran redondas con fondant blanco encima, trabajado en esteca en los bordes, y sobre el fondant una oblea comestible, con la inscripción del nombre de la niña, y la fecha de la Comunión.
El diseño de las obleas es una gimnasta actuando con diferentes aparatos; la cuerda, el aro, la pelota...


Las obleas en este caso además de cambiar el diseño, habiendo en total nueve modelos que podéis ver en la imagen superior, también cambiaba el fondo, de modo que las cartulinas las elegí de diferentes tonos a juego con el fondo de la oblea.
La cartulina la corté cuadrada, con los bordes en zig zag, y en la mitad superior una inscripción con unas palabras de cortesía por la asistencia al evento, y en mitad inferior llevaba pegada una cruz en papel kraft en combinación con el color de la propia galleta, igual que el cordel, y sobre la cruz, una paloma blanca a juego con el color blanco del fondant, pegada en cinta de doble cara con volumen. Vale más una imagen que mil palabras, y en la foto de abajo se aprecia bien.


Hace años, cuando Mencía era pequeñita, le gustaban mucho los dibujos de Peppa Pig, así que compré el cortador, y lo estrené (realmente no he vuelto a tocarlo) para hacerle unas galletas para uno de sus cumpleaños. Esa foto la tenía por ahí, pendiente de publicar, y me parece que hoy es el momento adecuado.
La receta no recuerdo exactamente cual era, pero sin duda es una receta de un libro que tengo en casa que se titula "111 galletas con una masa".
Los ojos de Peppa son de la marca Wilton. El hocico lo hice con el propio cortador, colocado tal y como se ve en la imagen de abajo y con la esteca que aparece al lado. La boca de Peppa la hice con la esteca que aparece al lado de la boca.


Y con esto me despido por hoy. Un abrazo.

miércoles, 22 de noviembre de 2023

Tarta americana de calabaza (Pumpkin Pie)

 
Hoy después de muchos días hemos tenido un tiempo maravilloso aquí en Galicia, al menos en el interior de la provincia de La Coruña que es dónde vivo. Al fin he tenido la sensación de que el día me rindió bastante, porque por lo general siento que me pasan las horas y me quedan tareas acumuladas.

En ello también me influye la época del año en la que estamos. Ahora que los días son tan cortitos, si está el cielo cubierto y encima llueve sin parar, me resulta deprimente. Esto creo que lo notamos más en el rural, porque en las ciudades la vida fluye de otra manera.

Al margen de la meteorología, este bajón anímico se debe sobre todo a un hecho desgraciado que he vivido recientemente, y es que el pasado veintiséis de octubre, al sacar los perros por la mañana, dos de ellos se me escaparon (tenemos tres), saltaron el cierre de la finca, y uno que es de raza grande regresó, pero la otra, una perrita de raza beagle, no ha vuelto.

Se llama Maite, es una perrita que llegó a nuestra casa en el año 2019 procedente de la perrera en pésimas condiciones, porque al maltrato y al abandono, se había unido el ataque de su compañera de canil, el cual a punto estuvo de costarle la vida. Venía en los huesos, y poco a poco fue curando las heridas físicas y las del alma.

Primero la trajimos en acogida, pero pronto nos robó el corazón y la adoptamos. No creo que ninguna de las mascotas que he tenido, y han sido varias, me haya querido tanto como me quería Maite a mí. En todo caso puede que tanto sí, pero más es literalmente imposible.

Maite me acompañó en la que junto con la muerte de mi padre, ha sido la etapa más dura de mi vida; la enfermedad de mi madre y el duelo cuando ella falleció en el 2021.

La echo muchísimo de menos, y aunque ha pasado bastante tiempo desde su partida, aun espero un milagro, y pese que la he publicado en muchos grupos de mascotas, grupos de whatsapps, y he puesto carteles por la zona, es posible que alguien de mi entorno esté leyendo esto y no se haya enterado, por eso os dejo su foto para que si la veis, me aviséis.


Dejando este tema a un lado, porque esto es un blog de cocina, hoy os traigo una receta americana de tarta de calabaza, la famosa pumpkin pie, que junto con el pavo, no puede faltar en las mesas de los hogares estadounidenses el día de Acción de Gracias, y que este año se celebra precisamente mañana, 23 de noviembre (se celebra siempre el 4º jueves de noviembre)

Este año he sacado muchas calabazas de la finca, y uno de los días que hice esta tarta, como aun no la tenía en el blog, la fotografié y hoy por la fecha en la que estamos me parece que es el momento perfecto para compartirla con vosotros. Espero que os guste.

Ingredientes:

Para la masa quebrada

-125gr. de mantequilla fría
-250gr. de harina floja de repostería
-1 huevo
-2 cucharadas soperas de agua
-80gr. de azúcar glass
-1 cucharadita rasa de sal

Para el relleno

-700gr. de calabaza cruda, pelada y limpia
-200gr. de queso crema tipo philadelphia
-100gr. de nata para montar
-85gr. de azúcar
-3 huevos (4 si son pequeños)
-1 cucharadita de canela molida
-1/2 cucharadita de nuez moscada
-1/2 cucharadita de jengibre molido
-1/4 cucharadita de clavo molido
-1/4 cucharadita de sal
-ralladura de 1 limón

Preparación:

Comenzamos la preparación de la receta pelando y limpiando la calabaza. Después la cocemos al vapor, o bien en el microondas, durante unos 15 a 20 minutos. Transcurrido ese tiempo, pinchamos con un palillo, y si está cocida, la dejamos enfriar en un colador, para eliminar toda el agua que haya podido soltar al cocerse y evitar con ello que luego la tarta nos quede aguada.

También podéis asar la calabaza en el horno, pero a mí particularmente me gusta más como queda al cocerla.

Mientras la calabaza enfría, preparamos la masa de la base, para ello echamos en un cuenco amplio la harina, la sal y la mantequilla fría, cortada en cubitos pequeños, y mezclamos con la punta de los dedos desmigando la mantequilla con la harina, y evitando utilizar las palmas de las manos para que no se ablande en exceso la mantequilla. Tiene que quedarnos con una textura como de arenilla. En ese momento añadimos el agua, el huevo y el azúcar glas, y trabajamos la masa solo lo necesario para formar una bola. Cuando la consigamos, la cubriremos con papel film, y la dejaremos reposar en el frigorífico durante 30 minutos.

Trascurrido ese tiempo enharinamos ligeramente la superficie de trabajo, y con un rodillo extendemos la masa hasta conseguir una lámina fina, con ella forraremos un molde redondo de 24cm. de diámetro. Os sobrará parte de la masa, pero no os preocupéis porque congela perfectamente para utilizarla en un futuro.

Después colocamos papel de aluminio sobre la masa y encima ponemos un puñado de legumbres (para que no suba al hornearla) y con el horno precalentado a 170ºC, la horneamos durante de 10 a 15 minutos.

Mientras la masa de la tarta se hornea, preparamos el relleno, para ello echamos en un cuenco la calabaza que teníamos reservada, añadimos el queso, la nata de montar, el azúcar, los huevos, las especias y la sal; en definitiva todos los ingredientes del relleno, y con la batidora integramos bien hasta obtener una mezcla homogénea y cremosa, la cual vertemos sobre la base que habíamos empezado a hornear. Devolvemos al horno, y la dejamos a la misma temperatura anterior (170ºC) entre 60 y 70 minutos.

Por último retiramos del horno, dejamos enfriar, desmoldamos, y es la hora servir una porción, os aconsejo acompañarla con un rosetón de nata.

Pues esta ha sido la receta elegida para hoy. En la próxima publicación os traeré una nueva. 

Gracias por leerme. Un abrazo.

miércoles, 25 de octubre de 2023

Escobas de bruja de hojaldre y chocolate para Halloween


Se acerca Halloween, y aunque personalmente no lo celebro, comparto con vosotros una receta ideal para el postre, el desayuno o la merienda de las fechas que se aproximan.

Se trata de unos pasteles de hojaldre rellenos con crema de cacao, y con forma de escoba de bruja.

Si optáis por preparar el hojaldre en casa, podéis acceder a la receta que tengo publicada en el blog, pinchando aquí. Sino tenéis la opción de comprarlo, y en este caso la dificultad de la receta es prácticamente nula.

Para prepararla necesitaréis los siguientes

Ingredientes:

-1 lámina rectangular de hojaldre
-crema de cacao (Nocilla, Nutela, o similares)
-1 paquete de galletas tipo Mikado (para simular el palo de la escoba)

Preparación:

Si compráis el hojaldre, os aconsejo que utilicéis uno que sea de buena calidad. En el mercadona tienen uno elaborado con mantequilla, y si bien no es como el casero, siempre es mejor opción que los que llevan grasa de palma.

Lo primero que hay que hacer es desenrollar la masa, y cortarla a lo ancho en dos partes iguales.

Una de esas partes la cubrimos con crema de cacao, aunque también podéis utilizar una tableta de chocolate derretida con un poco de mantequilla en el microondas, a intervalos de 30 segundos para que no se queme el chocolate.

Después colocamos encima la otra mitad del hojaldre, y con un cuchillo o un cortador de pizzas, cortamos la masa de nuevo por la mitad, pero esta vez a lo largo y después la dividimos el 4 partes, de manera que nos quedarán 8 rectángulos de aproximadamente la misma medida.

Seguidamente cortamos cada rectángulo en tiras finas desde abajo hasta arriba, dejando un centímetro por la parte de arriba sin cortar. Posteriormente cogemos un palillo largo de madera de los que se utilizan para las brochetas, lo envolvemos en papel de aluminio, y sobre el vamos enrollando cada rectángulo de hojaldre por la parte de arriba donde no cortamos la masa. Procedemos así con los restantes rectángulos hasta terminar de hacer las 8 escobas

A continuación las colocamos en la bandeja de horno, sobre papel de hornear, separamos un poco las tiras de hojaldre para simular mejor las cedras de la escoba, y horneamos a 180º C  en la parte central de horno, con calor arriba y abajo, hasta que tengan un bonito color dorado.

Por último dejamos enfriar, y cuando están frías retiramos el palillo y colocamos en su lugar una galleta tipo mikado, y ya tenemos listas nuestras escobas de bruja, que seguro que cuando las pongáis en la mesa encantan a todo el mundo, sobre todo a los más pequeños.

Termino por hoy. Hasta pronto, un abrazo