lunes, 31 de agosto de 2020

Ensalada de burrata, rúcula, tomates secos y piñones


A punto de despedir agosto, y ya en la recta final de este atípico verano, no tanto en lo climatológico como en lo social por el tema del covid, aprovecho para traeros la receta de una ensalada riquísima que preparé varias veces en los últimos meses.

En el penúltimo post subí la receta de la ensalada caprese, que combina albahaca, tomate y mozzarella, un queso de origen italiano. Pues bien, la que os propongo hoy también lleva un queso de origen italiano, primo hermano de la mozzarella, en este caso el queso burrata.

Hay quien considera la burrata como un tipo de mozzarella, debido a que la mozzarella es  su principal ingrediente, pero la burrata es más que eso, es un queso en sí mismo, no un subproducto.

Tienen en común que ambos son quesos frescos de origen italiano, la mozzarella de la región de Campania, y la burrata de la región de Apulia, pero se diferencian fundamentalmente en su textura, mucho más cremosa en el caso de la burrata, de hecho recibe ese nombre porque recuerda a la mantequilla (burrata en italiano) En cuanto a la presentación, la mozzarella puede tener forma rectangular, de trenza y más frecuentemente forma de bola o pequeños trozos redondos, mientras que la burrata tiene forma de saco pequeño. Hay más características que las diferencian pero cualquiera de estos quesos están riquísimos en ensaladas.

La mozzarella es más fácil de encontrar a la venta, en cualquier supermercado la tienen, la burrata en cambio cuesta más encontrarla, aunque Mercadona la tiene, si bien no la he comprado nunca allí y por tanto no puedo opinar sobre el producto.

Volviendo a lo que os comentaba, estas dos ensaladas, la caprese y esta,  están absolutamente deliciosas y en verano que duda cabe que las ensaladas apetecen más, por eso quería publicar la recetas en esta época del año, y como de momento estamos en verano, aunque aquí por el norte estos días llueva y haga fresquito, seguro que aun nos quedan días de sol y temperaturas agradables, así que os animo a que toméis nota y comprobéis por vosotros mismos lo que os digo.

Ingredientes por comensal:

-1 saquito de queso burrata
-3 ó 4 tomates secos en aceite de oliva
-rúcula
-1 puñadito de piñones
-aceite de oliva virgen extra (del mejor que encontréis)
-orégano seco
-tomillo seco
-sal en escamas (sal maldon)

Preparación:

Cubrimos el fondo del plato con la rúcula lavada y secada con un papel de cocina. Sobre ella, y alrededor del plato, colocamos 3 ó 4 tomates secos en aceite de oliva cortados por la mitad. En el centro del mismo colocamos el queso burrata cortado también por la mitad para que su interior cremoso quede al descubierto. Después esparcimos por arriba  unos piñones ligeramente tostados en la sartén, espolvoreamos un poco de orégano seco y de tomillo seco, y por último echamos la sal en escamas y regamos con un generoso chorro del mejor aceite de oliva que encontréis, y ya está lista para servir a la mesa.

Os aseguro que es una ensalada exquisita, y si bien la burrata y el aceite le aportan bastantes calorías,  y por tanto no es precisamente una opción ideal para personas que sigan una dieta hipocalórica, no pasa nada porque de vez en cuando uno se dé un capricho, y más si se trata de un plato de comida sana como es el caso.

Bueno, pues espero que os haya gustado mi propuesta de hoy.

Dentro de unos días volveré con una nueva receta. Hasta entonces solo me resta daros las gracias por seguirme y desearos una feliz semana.

Un abrazo

lunes, 17 de agosto de 2020

Tosta de sobrasada y huevo de codorniz


Aquí por el norte el tiempo cambió sustancialmente y estos días nos acompaña la lluvia, pero aunque la climatología se empeñe en indicar lo contrario, estamos en pleno agosto y eso es sinónimo de verano y  también de vacaciones, y pese a que para muchos este año con lo del covid estén siendo muy diferentes, aunque no podamos disfrutarlas tan intensamente como en años anteriores, en vacaciones toca descansar no pasarse horas entre fogones, y para eso la receta de hoy es de lo más apropiada, porque se prepara en apenas unos minutos y con una pieza de fruta o un yogur, de postre, a nosotros en casa nos pasa por una comida.

Os detallo a continuación los ingredientes:

-Pan artesano
-Huevos de codorniz
-Sobrasada

Preparación:

Estas tortas las prepararemos en el horno, para ello cortamos una rebanada de pan por comensal, de unos dos o tres centímetros de grosor.

Seguidamente untamos las rebanadas de  pan con una ligera capa de sobrasada, y después con una cuchara aplastamos un poco el pan en el centro  para formar una pequeña cavidad, y  cascamos en ella un huevo de codorniz. La razón de hacer esta pequeña cavidad es evitar que el huevo se desparrame al cascarlo.

A medida que vamos preparando las tostas, las vamos colocando en la bandeja del horno sobre papel sulfurizado, y horneamos con calor arriba y abajo, a 180º, hasta que el huevo de codorniz esté cuajado.
Después retiramos del horno, dejamos enfriar un poco, y ya están listas para degustar.

Ya veis que más fácil y más rápido imposible.

Con esto termino por hoy. En breve volveré con una nueva receta. Mientras os deseo que seáis muy felices.

Un abrazo

lunes, 3 de agosto de 2020

Ensalada Caprese


Un poco más tarde de lo previsto acudo a mi cita con vosotros, pues tenía pensado publicar la receta de hoy en el pasado mes de julio, pero últimamente el tiempo se me escurre entre las manos y no ha sido posible, de todos modos estamos en pleno verano, y es ahora cuando más apetecen las ensaladas, de modo que aun es a tiempo.

La ensalada que os propongo hoy tiene fama mundial, se denomina ensalada caprese, o simplemente caprese, y es de origen italiano, concretamente de la isla de Capri, isla italiana de gran interés turístico, localizada en el mar Tirreo, al sur del golfo de Nápoles.

La ensalada caprese constituye un bocado delicioso, pese a la simplicidad de su elaboración y a los escasos ingredientes que incorpora. A ello contribuye de manera fundamental la calidad de la materia prima, y también es primordial, a mi entender, que sabores tan sutiles y delicados como los de la mozzarella, el tomate y la albahaca, sus principales ingredientes, no se enmascaren con otras especies de sabor más pronunciado. Os comento esto porque aunque lo ideal como os decía es no agregar ingredientes que resten protagonismo al sabor auténtico y genuino de la caprese, existen variantes que emplean pimienta en grano molida. Hay también quien le añade en lugar de la pimienta una pizca de orégano seco como hice yo en esta ocasión. Si optáis por aliñarla con algo de pimienta u orégano que sea en una cantidad muy pequeña, solo por darle un toque, pero evitando lo que os acabo de comentar de  enmascarar u ocultar sabores.

Un consejo para disfrutar de una caprese deliciosa, además de que los ingredientes sean de la mejor calidad posible, es que esté fresquita a la hora de consumirla, y a la hora de degustarla el consejo es que empecéis por una hoja de albahaca, que la mordáis ligeramente y con calma para que el paladar se impregne de su delicado aroma, y luego continuar con una rodaja de mozzarella y otra de tomate, el cual si es ecológico y de nuestro propio huerto mucho mejor porque en esta época están en plena temporada y repletos de aroma.

Si os parece, entramos ya en materia y os detallo la lista de ingredientes (por persona):

-1 bola queso mozzarella (mejor de búfala)
-1 tomate (mejor ecológico)
-hojas de albahaca frescas
-sal en escamas (en su defecto sal gruesa)
-aceite de oliva virgen extra (el mejor que encontréis en el mercado)
-una pizca de orégano seco (opcional)
-una pizca de pimienta recién molida (opcional)

Preparación:
La elaboración es tan sencilla que solo con ver la foto de arriba sabréis cómo prepararla, pues tan solo se trata de ir alternando rodajas finas de tomate, rodajas de mozzarella del mismo grosor que las del tomate y hojas de albahaca. La mozzarella antes de cortarla en rodajas,  le escurrís bien el líquido, y la secáis con un papel de cocina

Después de montado el plato, le podéis añadir una pizca de pimienta recién molida o bien un poco de orégano seco. En mi caso en esta ocasión le espolvoreé por encima un poquito de orégano, pero tanto la pimienta como el orégano son opcionales, y en todo caso que sean en muy poca cantidad.
Seguidamente espolvoreamos por encima sal en escamas y luego regamos con un chorro generoso de un aceite de oliva de primera calidad.

Esta ensalada de origen italiano (si os fijáis lleva los colores de la bandera italiana: verde, blanco y rojo) se sirve como entrante o bien como un plato en sí misma, nunca como acompañamiento.

Para finalizar comentaros que en la lista de ingredientes os aconsejo la mozzarella de búfala, es un poquito más cara y no tan fácil de encontrar como la de vaca, pero no os preocupéis, la de vaca sirve perfectamente para elaborar esta receta. En cualquier caso en mercadona tenéis las dos a la venta, la de vaca y la de búfala.

Y con esto termino por hoy. Nos vemos en breve

Un abrazo

jueves, 23 de julio de 2020

Helado de plátano y mango


Dice el título de la película que las bicicletas son para el verano, y yo añadiría que los helados también.
La verdad es que en cualquier época del año están ricos, pero el placer de degustar un helado en una calurosa tarde de verano es único, y si encima es un helado casero, ya ni os cuento.

Os aseguro que si os acostumbráis a los helados caseros, 100% naturales, los industriales dejarán de gustaros, porque no tienen punto de comparación.

El que os presento hoy combina dos frutas que casan muy bien, el mango y el plátano. El primero le da el sabor característico de esta fruta que a mí tanto me gusta, y el plátano además de sabor le aporta una cremosidad increíble.

El resultado es un helado cremoso, con un sabor absolutamente delicioso y repleto de minerales como el potasio, el magnesio y el fósforo, y vitaminas de vital importancia para nuestro organismo como la vitamina C, E, B6, B9 (ácido fólico) y betacarotenos, unos pigmentos presentes en determinados alimentos que constituyen una fuente fundamental de vitamina A.

Si a lo anterior le añadimos el calcio de lo lácteos estamos ante un alimento rico y muy nutritivo que hará las delicias de grandes y pequeños, a quienes les podéis cumplir el capricho de tomar helados (con moderación obviamente) sin remordimientos. Además si se lo presentáis en unos moldes como los de la foto, de la firma Lekué,  les resultarán aun más apetitosos, y es que además tienen la ventaja de que son muy fáciles de desmoldar y apenas ocupan espacio en el congelador debido a que se pueden apilar unos encima de otros.

Vamos ya con la lista de los ingredientes:

-1 mango maduro
-2 plátanos de Canarias maduros
-125gr. yogur griego (1 yogur)
-200ml de nata líquida 35% M.G.
-100gr. de azúcar
-50gr. de azúcar invertido (receta aquí)

Preparación:

Echamos todos los ingredientes en el un recipiente y los trituramos con la batidora, luego guardamos la mezcla en el frigorífico para que enfríe durante al menos 4 horas. Yo suelo dejarla toda la noche y luego por la mañana preparo el helado.

Para la elaboración del helado, si vuestra heladera no dispone de compresor, el cuenco interior de la misma deberá permanecer 24 horas antes en el congelador. Transcurrido este tiempo estará ya listo para utilizar, para ello introducimos el cuenco en la heladera, y la ponemos en marcha, y a continuación con la máquina en marcha vamos vertiendo la mezcla que teníamos enfriando en el frigorífico, y se deja mantecando durante unos 30 minutos.

Trancurrido ese tiempo, introducimos el helado en moldes individuales y los guardamos en el frigorífico. También podemos guardarlo en un solo recipiente que sea apto para ir al congelador, como por ejemplo  en un tupper,  y luego ir sacando porciones a medida que se necesiten con una cuchara de helado.

En el caso de que no tengáis heladera podéis igualmente preparar este helado en casa, para lo cual una vez triturada la mezcla la ponemos en el congelador durante 2 horas, al cabo de este tiempo se empezará a notar el proceso de congelación, removemos la mezcla con una cuchara y devolvemos al congelador. Cuando hayan trancurrido 3 horas más repetimos el mismo proceso, volvemos a congelar de nuevo una vez más durante otras 3 horas, luego los sacamos, removemos bien y por último guardamos en moldes individuales o en un molde grande, y listo para disfrutar cuando más nos apetezca.

Cómo podéis ver más fácil imposible, así que no tenéis excusa para no preparar en casa este rico helado. Si os animáis seguro que repetís.

Si me lo permitís, esta receta se la dedico a mi adorado padre, que es hoy su cumpleaños. Felicidades papá. Te quiero y te echo mucho de menos. ¡Espérame!

Bueno, pues con un rico y refrescante helado de plátano y mango me despido por hoy. Dentro de unos días si nada lo impide volveré con una nueva receta. Mientras tanto solo me queda desearos que seáis muy felices.

Un abrazo

martes, 14 de julio de 2020

Clafoutis de cerezas


Hoy por fin he sacado un hueco para sentarme delante del ordenador y así poder compartir con vosotros una receta muy rica y propia de esta época de finales de primavera y principios del verano, pues lleva como ingrediente principal las cerezas, y es en esa época cuando están en temporada. 

Ahora a mediados de julio todavía las encontraréis en los mercados pero pronto se acabarán así que o me daba prisa por compartir ya la receta o sino iba a quedar un año en borradores esperando la nueva temporada de esta deliciosa fruta. 

La receta que hoy os presento es una tarta conocida como clafoutis de cerezas, la cual es originaria de la antigua región francesa de Limosín, que ocupaba la parte occidental del Macizo Central.
Clafoutis proviene del verbo “clafir” que significa rellenar, en este caso sería rellenar la masa con cerezas.

La masa de la clafoutis se elabora con huevos, harina, mantequilla, leche ó nata (para mi gusto muchísimo mejor nata) y azúcar. Es de consistencia parecida a la de las crepes, es decir, bastante líquida, y se cuaja durante la cocción, de manera que se desaconseja el uso de recipientes desmoldables para hornearla porque se podría derramar parte del líquido durante la cocción. 

Se puede tomar fría y también tibia, y las cerezas aunque mucha gente las deshuesa tradicionalmente se emplean con hueso, porque así la cereza conserva sus jugos y evitamos que la masa se “humedezca”, y también porque según los muy sibaritas al cocer en el horno el hueso, éste le aporta un agradable sabor a la tarta. Respecto a esto último, he de decir que la he hecho varias veces tanto con huesos como sin ellos, pero mi paladar no ha apreciado diferencias sustanciales, salvo en la presentación, dado que el contraste de color entre la masa y las cerezas es más intenso, sino los jugos de las cerezas tiñen de color oscuro la masa y para mi gusto no queda tan bonita, pero bueno, son gustos y cada uno tiene los suyos.

Y ya sin más paso a detallaros la lista de ingredientes:

-80gr. de harina de todo uso
-80gr. de azúcar
-40gr. de azúcar vainillado
-30gr. de mantequilla
-3 huevos
-250gr. de nata 35% M.G.
-cerezas (las necesarias para cubrir la base del molde)
-azúcar glas para espolvorear por encima (opcional)

Preparación:

Si optáis por retirar los huesos de las cerezas esa sería la primera labor a realizar. Si le dejáis el hueso, se le saca el rabito, se lavan bien bajo el grifo, luego se escurren y se cubre con ellas la base del molde, previamente untado con un poco de mantequilla y espolvoreado con harina (la mantequilla y la harina para el molde no figura en la lista de ingredientes)

Lo siguiente es preparar la masa, para ello echamos en un recipiente los huevos, el azúcar normal y el vainillado, la harina, la mantequilla a temperatura ambiente y la nata. Con la batidora batimos bien toda la mezcla, y vertemos sobre las cerezas solo con que las cubra, y luego llevamos al horno, que habremos precalentado a 180º y la dejamos hasta que la masa cuaje y coja un bonito color dorado por encima.

Como veis más fácil de preparar imposible, y el sabor es exquisito. El contraste del dulce de la  masa con el ácido de la fruta es irresistible. Por algo su popularidad traspasó fronteras y hoy es una tarta mundialmente conocida.

Espero que os haya gustado mi receta de hoy, y si es así que os animéis a prepararla. Todavía quedan cerezas pero no os despistéis que pronto se acaban y luego toca esperar todo un año ;)

Un saludo y hasta pronto.

martes, 30 de junio de 2020

Empanada de xoubas con masa de maíz


Estamos en plena temporada de sardinas y xoubas (es el nombre con el que conocemos en Galicia a las sardinillas  frescas), así que es el momento ideal de presentaros esta empanada tan típica en algunas zonas de Galicia.

Esta empanada hace relativamente poco tiempo que la preparo, pues yo vivo en el interior y es más típica de las zonas costeras, quizás entre otras cosas sea debido a que el relleno que mejor le sienta  es el de productos del mar, no solo está rica con xoubas, también con mejillones, berberechos y zamburiñas entre otros.

Es una empanada un tanto laboriosa, porque la masa con harina de maíz es difícil de estirar, de hecho no suelen utilizarse rodillos para tal menester, sino que se hace cogiendo pequeñas porciones de masa con las manos, se estiran un poco y por último se colocan en la bandeja del horno como si fueran pegotes, pero eso os lo muestro más abajo en fotos para que lo veáis más claro.

Para preparar esta afamada empanada necesitáis los siguientes ingredientes:

Para la masa
-475gr. de harina de maíz amarilla
-150gr. de harina de trigo de fuerza
-75gr. de harina de centeno
-10gr. de levadura fresca de panadería
-450ml de agua
-sal

Para el relleno
-1kg. de xoubas bien frescas
-4 cebollas grandes ó 6 medianas
-1 pimiento rojo
-1 pimiento verde
-1 tomate bien maduro
-sal
-aceite de oliva virgen extra
-1 cucharadita de pimentón dulce

Preparación:

En primer lugar echamos en el vaso de la amasadora la harina de maíz amarilla y añadimos 450ml de agua hirviendo (debéis poner más agua a hervir de la necesaria, pues durante el proceso de ebullición parte se evapora, yo siempre pongo medio litro y la añado toda, debido a que después de hervir ya prácticamente quedan los 450ml que pide la receta). Amasamos durante 3 ó 4 minutos.

Después dejamos que la masa enfríe un poco hasta que esté tibia, y añadimos la sal, la harina de trigo y de centeno y la levadura de panadería desmenuzada con las manos, y amasamos de nuevo 10 minutos. Dejamos reposar en el vaso durante 15 minutos, y de nuevo amasamos 10 minutos más y otra vez la dejamos reposar pero en esta ocasión durante 1 hora.

Mientras la masa reposa procedemos a preparar el relleno, para ello cubrimos el fondo de una sartén con aceite de oliva virgen extra, y cuando esté caliente añadimos los pimientos cortados en trozos medianos. Rehogamos unos minutos.


Después añadimos la cebollas picadas no muy finamente, salamos y seguimos rehogando el conjunto durante unos 20 minutos.


A continuación añadimos el tomate picado y rehogamos unos diez minutos más. Rectificamos de sal, retiramos del fuego, dejamos enfriar un par de minutos, añadimos el pimentón, removemos bien y reservamos.


Por último antes de ponernos a preparar la empanda tenemos que limpiar muy bien las xoubas, para ello debemos sacarle la cabeza y la espina central con las manos. Es muy fácil, primero sujetáis la cabeza, y luego con la ayuda de los dedos vais tirando de ella y separando la carne de la espina y las vísceras. Si tenéis algún problema mirad algún tutorial en interet que más vale una imagen que mil palabras. Finalmente salamos las xoubas y reservamos.

Con el relleno preparado y las xoubas limpias, esperamos a que la masa cumpla la hora de reposo y luego empezamos a formar la empanada, para ello cogemos pequeñas porciones de masa entre las dos manos, las vamos estirando un poco y colocamos en la fuente sobre papel de hornear. Para facilitar la labor, conviene mojar las manos con frecuencia en un cuenco con agua fría.


Continuamos con el proceso según podéis ver en la imagen de abajo.


Hasta cubrir toda la base.


Después añadimos la mitad del sofrito de la sartén, al que le habremos escurrido el exceso aceite, y lo repartimos bien.


Colocamos las xoubas
 

Cubrimos con la otra mitad del sofrito


Por último colocamos la parte de arriba de la empanada. Ésta es un poquito más difícil de colocar que la de abajo, pues no podéis hacer fuerza sobre el relleno sino se desbordaría, así que para ayudaros mojar con frecuencia las manos en un cuenco con agua fría, y armaros de paciencia. Es un poco latoso y lento, pero no imposible. Es más la maña que la dificultad, eso sí, el truco de mojarse las manos en agua con frecuencia es fundamental.


Una vez que tenemos la parte de arriba totalmente cubierta de masa, la pincelamos ligeramente con aceite sobrante del sofrito, y luego con un cuchillo la cortamos en porciones individuales antes de ir al horno. No hay que introducir el cuchillo hasta el fondo, es decir, no hay separar las porciones, solo marcarlas para que luego sean más fáciles de cortar.


Por último la llevamos al horno precalentado a 180º, la colocamos en la parte central del mismo, y dejamos que se haga durante unos 45 ó 50 minutos, hasta que coja un bonito color dorado como el que podéis ver en la primera foto. 

Recién salida del horno la pinceláis de nuevo ligeramente con aceite sobrante del sofrito, y en cuanto enfríe ya estará lista para dar buena cuenta de ella, aunque para mí gusto está mejor pasadas unas horas, pues la masa se reblandece un poco y se asientan los sabores.

Bueno, pues espero que os haya gustado mi receta de hoy. Dentro de unos días volveré con una nueva propuesta. 

Hasta entonces. Un abrazo

viernes, 5 de junio de 2020

Tostas de queso rulo de cabra y pimientos caramelizados


El verano está ya a la vuelta de la esquina, aunque aquí en Galicia estos días nadie lo diría, de hecho en casa hoy incluso encendí la chimenea. Hemos pasado de una ola de calor días atrás, a un frío inapropiado para esta época del año. Es lo que tiene el norte, pero con todo prefiero esto a achicharrarme con el calor sofocante que hace en otras regiones.

El caso es que en verano nuestros hábitos alimenticios cambian, en parte porque cuando hace calor no apetece pasar tanto tiempo entre fogones pues el buen tiempo anima más a salir de casa y hacer actividades al aire libre.

También desde el punto de vista fisiológico existen razones que explican esos cambios alimenticios durante esta época, y es que la necesidad energética para regular la temperatura corporal disminuye, y todo esto hace que los guisos contundentes, cocidos etc. del invierno, ceden su protagonismo a las ensaladas, las sopas frías, las tostas,... Platos todos ellos mucho menos elaborados y que resuelven perfectamente una comida, como ocurre en casa con la tosta que hoy os presento.  Con una pieza de fruta de postre, esta tosta constituye muchas veces nuestra comida del mediodía. Pero es también una opción excelente para formar parte de los entrantes de un día de fiesta, como por ejemplo en Navidad, obviamente en este caso de un tamaño inferior a la de la imagen.

Si os gusta el contraste dulce-salado os encantará seguro, de modo que os dejo con la lista de ingredientes y el desarrollo de la receta por si os animáis a prepararla.

Ingredientes(para 4 personas):

-4 tostas de pan
-200gr. de queso rulo de cabra (el mío Président)
-2 pimientos rojos
-4 ajos
-2 cucharadas de azúcar
-1 cucharada de vinagre balsámico de Módena
-aceite de oliva virgen extra
-sal

Preparación:

En primer lugar debemos caramelizar los pimientos, para ello comenzamos lavándolos bajo el grifo a conciencia, para eliminar cualquier resto de pesticida que puedan traer. Después los secamos con papel de cocina y los colocamos sobre las brasas en una parrilla tipo barbacoa hasta que se hagan por un lado. Después le dais la vuelta  y dejáis que se hagan por el otro lado, y luego se retiran a una fuente y se dejan enfriar. Cuando estén fríos se les retira la piel que se desprende con suma facilidad, y con las manos se rompen en tiras y reservamos junto con el jugo que sueltan.

En caso de que no tengáis parrilla, sirve también el horno para asar los pimientos,  los barnizáis primero con aceite de oliva con la ayuda de un pincel de cocina, y luego se colocan en la bandeja del horno en la parte central del mismo, el cual estará precalentado a 180ºC.

Incluso si queréis podéis saltar el paso de asar los pimientos que sin duda hace la receta mucho más laboriosa, y compráis un bote de pimientos en conserva (en ese caso os aconsejo mejor pimientos del piquillo), con las manos los rompéis en tiras y guardáis un poco del líquido del bote.

A continuación ponemos una sartén al fuego, cubrimos la base con aceite de oliva virgen extra, y añadimos los dientes de ajo picados, removemos  a fuego bajo durante unos dos ó tres minutos para que perfumen el aceite, seguidamente añadimos los pimientos, el vinagre y el azúcar y seguimos con la cocción a fuego bajo hasta que se consuma el líquido, dejamos enfriar y ya están listos para utilizar.
El proceso de preparar los pimientos se puede realizar con antelación, incluso podemos procesar los pimientos y luego embotarlos y se conservan durante mucho tiempo si hacemos el vacío de los botes correctamente.

Por último solo queda montar la tosta, para lo cual tostamos el pan en una plancha o una sartén sobre el fuego, o bien en la tostadora.

Aparte cortamos dos lonchas de queso de rulo de cabra de 1cm. aproximadamente por comensal y la colocamos en una plancha o en una sartén durante un par de minutos, luego damos la vuelta para que se haga por el otro lado un par de minutos más, y las colocamos sobre la tosta de pan. Encima del queso ponemos los pimientos caramelizados, y ya tenemos la tosta lista para servir y disfrutar de un contraste de texturas y sabores absolutamente delicioso.

Dado que esta tosta nos gusta mucho en casa y la preparamos con cierta frecuencia os cuento un secreto, y es que después de probar varias marcas, el queso de rulo de cabra que más me gusta para hacer a la plancha es de Président Saint Maure, porque se mantiene sin deformarse con el calor y se crea en la superficie una ligera costra que está deliciosa. Es un queso más caro que otros que hay en el mercado de formato similar, pero el resultado es infinitamente mejor, no sólo por la facilidad de trabajo en la cocina, sino también por el sabor.

Y con esto termino por hoy. Espero que mi propuesta haya sido de vuestro agrado. Dentro de unos días volveré con una nueva receta. Hasta entonces

Feliz fin de semana.

martes, 19 de mayo de 2020

Croquetas de cocido


Hoy en mi tierra hace un tiempo maravilloso, el cielo está totalmente despejado, luce un sol radiante y la temperatura es muy agradable, pero no hace mucho, la cosa era muy distinta, no paraba de llover y hacía frío, de modo que todavía apetecía un cocido, y fue lo que hice hace unos días, porque tenía un repollo en la nevera y no sabía muy bien qué hacer con él, y como era pequeño al final decidí comprar otro para acompañarlo en un cocido, que  por cierto,  nos supo a gloria, quizás porque pocas veces lo preparamos y cuando lo comemos nos encanta.

Pese a que estaba muy rico, ya sabemos lo que pasa con los cocidos, siempre quedan restos, y la mejor manera de reciclarlos es incorporarlos a unas croquetas.

Y qué croquetas... A mí me gustan todas, pero las de cocido son de mis favoritas.

Si nunca las hicisteis, y os apetece intentarlo, a continuación os detallo la lista completa de los ingredientes y el proceso de elaboración tradicional y en thermomix, para que veáis cómo las preparo yo. Animaros, repetiréis muchas veces, estoy segura.

Ingredientes:

-800gr. de leche entera a temperatura ambiente
-120gr. de mantequilla
-190gr. de harina de todo uso
-1 cucharada de nuez moscada molida
-1 pizca de pimienta negra molida
-sal al gusto
-80gr. de cebolla
-50gr. de aceite de oliva
-restos del cocido
Para el rebozado:
-harina
-huevo batido
-pan rallado

Preparación tradicional:

Lo primero que haremos será poner  una sartén al fuego,  cubrimos el fondo de la misma con aceite de oliva virgen extra, y añadimos la cebolla picada finamente, rehogamos duarte unos minutos hasta que la cebolla coja un color transparente, después añadimos los restos del cocido también picados lo más finamente posible, mezclamos bien durante un par de minutos y reservamos.

Aparte hacemos la bechamel, para ello fundimos la mantequilla en una sartén  o en una olla, cuando esté derretida, añadimos la harina y con una cuchara de madera, removemos sin parar durante unos minutos para que se cueza y  no quede un engrudo.

Cuando la harina esté bien rehogada, vamos añadiendo la leche poco a poco sin dejar de remover hasta que nos quede una masa sin grumos y muy cremosa. En el momento de añadir la leche, incorporamos también la sal, una cucharada de nuez moscada molida  y una pizca de pimienta negra molida.

Por último cuando tengamos la bechamel hecha, mezclamos los restos del cocido que habíamos rehogado junto con la cebolla y teníamos reservados, integramos todo bien, y lo pasamos a un tupper, dejamos que enfríe un poco, y luego lo guardamos durante 24 horas en el frigorífico para que cuaje bien y nos sean fáciles de hacer las croquetas.

Por cierto, ¿sabéis cómo se denomina el proceso de formar las croquetas? Pues recibe el nombre de LIAR, así que ahora que ya tenemos la masa de las croquetas bien fría, vamos a liarlas.

Pero ojo, queremos liar las croquetas, no queremos liarla en la cocina, y un problema que tiene mucha gente cuando va freír las croquetas es que se le abren en la freidora. Para evitarlo os doy unos consejos.

-Mejor darle un rebozado doble, así la superficie en contacto con el aceite es más resistente, aunque para mi gusto con el rebozado doble no están tan ricas, y añadimos más calorias.
-Si las congeláis (congelan perfectamente), tenéis que dejarlas descongelar a temperatura ambiente antes de freírlas.  
-La temperatura del aceite es importante, conviene que esté a una temperatura constante tirando a alta, para ello os aconsejo que friáis las croquetas en pequeñas tandas, yo nunca frío más de cuatro croquetas juntas, porque si se añaden muchas de una vez la temperatura del aceite baja.

Dicho esto, ahora sí, vamos a liar las croquetas, para ello tomamos porciones de masa con la ayuda de dos cucharas (yo lo hago directamente con  las manos bien limpias, es más rápido y quedan mejor, más regulares) y le damos forma de croqueta, luego las pasamos por harina, escurrimos muy bien, y a continuación las pasamos por huevo batido y luego por pan rallado, y si queréis darle doble rebozado, de nuevo un baño en huevo batido y luego otra vez pan rallado, y ya están listas, o bien para freír en el momento, o para congelar.

Preparación en Thermomix:

Si tenéis thermomix, esta receta es mucho más fácil, no porque por el método tradicional sea difícil, pero sí que es mucho más laborioso y más lento, de modo que si tenéis este robot mágico para esta receta es ideal. Yo desde que lo tengo, hace ya unos años, hago muchísimas más croquetas que antes.

Os dejo con los pasos sin más dilación

1-Ponemos los restos del cocido en al vaso y los picamos programando Turbo a 1 segundo/5 veces consecutivas. Si no están bien picados repetimos la operación. Luego retiramos a un bol y reservamos.
2-Sin lavar el vaso, añadimos la mantequilla, la cebolla y el aceite, y troceamos 2 segundos /velocidad 5, luego bajamos los restos al fondo con la espátula, y repetimos la operación las veces necesarias hasta que la cebolla esté bien picada en trozos regulares.
3-Sofreímos programando 4 minutos/temperatura 120º/velocidad 1
4-Añadimos la harina y sofreímos 4 minutos/120º/velocidad 2
5-Incorporamos la leche, la nuez moscada, la pimienta molida y la sal, y mezclamos programando 10 segundos/velocidad 6
6-Agregamos dos cucharadas de los restos del cocido que teníamos picados, y programamos 8 minutos/120º/velocidad 4
7-Retiramos todo a un recipientes amplio y no muy alto, y con la ayuda de la espátula o de una cuchara añadimos todos los restos del cocido que nos quedaban, mezclamos bien, dejamos enfriar un poco, y luego cubrimos con papel film para que no forme costra, dejamos en la nevera mínimo 8 horas para que esté la mezcla bien fría y sean fáciles de formar las croquetas, y el resto del proceso es el mismo que por el método tradicional, es decir, rebozar en harina, huevo y pan rallado, y después freírlas o congelarlas.

Llegados a esto punto, solo deseo que la propuesta de hoy haya sido de vuestro agrado. Dentro de unos días volveré con una nueva receta. Que seáis muy felices mientras tanto.

Un abrazo

martes, 12 de mayo de 2020

Dorada al horno


Después de un par de propuestas dulces, hoy os traigo una receta salada. En este caso de pescado, en concreto la dorada, que además de rica es muy económica, si es de piscifactoría, claro está...

Sobre si es preferible el pescado de piscifactorías o el “salvaje”, a mí a estas alturas cada vez me ofrecen más confianza los productos de acuicultura. No es lo mismo comer un pescado criado en estas instalaciones, que comer un pollo de granja. Los peces tienen más libertad de movimientos, y en cuanto a la alimentación se supone que está muy controlada, con lo cual problemas como el anisakis, o el mercurio presente en determinadas especies marinas, desaparecen.

 En nuestros tiempos la acuicultura resulta de vital importancia para la sostenibilidad marina, sin la cual  algunas especies se verían en peligro, no solo por la actividad humana, sino también por otras especies con las que convive.

Las doradas procedentes de piscifactoría suelen ser de ración, más pequeñas que las pescadas en el mar, de todos modos con los demás ingredientes que lleva la receta, creo que media dorada por comensal es suficiente, por lo que necesitareis dos doradas para cuatro comensales.

Os detallo a continuación la lista completa de los ingredientes(4 personas):

-2 doradas de ración
-4 patatas
-1 pimiento rojo
-1/2 pimiento verde (yo en esta ocasión no lo puse porque no lo tenía)
-2 cebollas 
-2 dientes de ajo
-1 tomate
-1/2 limón
-sal
-aceite de oliva virgen extra

Preparación:

Yo le pido al pescadero que me limpie las doradas, sino lo tenéis que hacer en casa, y luego desescamarlas. Esto último  para mí  es fundamental, pues no me gusta nada encontrar escamas del pescado en la comida.

Una vez que tengamos las doradas limpias y descamadas, las salpimentamos y reservamos.

Aparte echamos abundante aceite de oliva virgen extra en una sartén honda, la ponemos a fuego fuerte, y cuando el aceite está caliente echamos las patatas (en dos tandas) cortadas en rodajas un poco gruesas, y cuando empiecen a dorarse las echamos en una fuente apta para el horno. Salamos y reservamos.


Bajamos el fuego de la sartén y en el mismo aceite en el que hemos freído las patatas, añadimos los pimientos cortados en tiras longitudinales, los pochamos durante unos cinco minutos, y luego añadimos los ajos cortados en láminas y las cebollas cortadas en juliana fina, salamos el conjunto, y seguimos pochando pimientos, ajos y cebollas, removiendo de vez en cuando, hasta que las cebollas adquieran un color transparente.


Con una espumadera pasamos los pimientos y cebollas a la fuente sobre las patatas.


Encima colocamos un tomate crudo bien lavado y cortado en rodajas muy finitas, y encima de todo ponemos las doradas, a las cuales previamente hacemos tres cortes transversales en la parte de arriba y en cada corte colocamos media rodaja de limón.

Por último regamos con parte del aceite sobrante,  y llevamos la fuente al horno, en la parte central, con fuego arriba y abajo a unos 180º  durante unos 20 minutos aproximadamente.


Como veis es una receta muy sencillita, y muy rica. En casa la preparo con mucha frecuencia, porque nos encanta a los tres.

Y con esto termino por hoy. Dentro de unos días volveré con una nueva receta. Hasta entonces, que seáis muy felices.

Un abrazo.

jueves, 30 de abril de 2020

Donuts caseros con glaseado


Hace unos días subí las fotos a facebook e instagram de unos donuts que llevaba años sin hacer, y a raíz de eso varias personas me pidieron la receta, de modo que aunque tengo más de cincuenta recetas pendientes en la carpeta de borradores esperando a ver la luz, y no tenía pensado publicarla por el momento, hoy le toca a los donuts.

 No solo os voy a  dar la receta, sino que visto el interés que despertaron mis donuts, al final os daré una serie de consejos para que nada quede fuera de control en el caso de que os animéis a prepararlos y que el resultado no sea el esperado por vosotros, sino que sea mucho mejor del que podáis imaginar, porque os aseguro que si seguís los consejos lograréis unos donuts caseros que os sorprenderán, tan tiernos como los comprados, e incluso más ricos y lógicamente más sanos, así que paso ya a detallaros lo que necesitáis para prepararlos.

Ingredientes:

-250ml de leche entera
-500gr. de harina de fuerza
-70gr. de azúcar
-1 huevo
-50gr. de mantequilla
-25gr. de levadura fresca de panadería ó 9gr. de levadura deshidratada de panadería
-una pizca de sal
-cáscara de media naranja
-cáscara de medio limón
-1/2 vaina de vainilla o 1 cucharada de vainilla líquida
-4 vainas de cardamomo (opcional)
-aceite de girasol para freír.
Para la glasa:
-250gr. de azúcar glas
-6 cucharadas de agua (ver consejos y observaciones al final)
-1cucharada de zumo de limón

Preparación:

La masa de los donuts la podéis preparar en la panificadora, en la amasadora, en la thermomix, e incluso a mano. Yo en esta ocasión la hice en la panificadora, pero os indicaré también cómo hacerlos en la thermomix y cómo hacer para amasarlos a mano.

Independientemente de dónde amasemos, lo primero que debemos hacer es aromatizar la leche, para ello ponemos al fuego 300ml de leche (no me he equivocado, he puesto en los ingredientes 250ml porque esa es la cantidad que realmente necesitamos, pero debemos echar algo más porque al hervir se evapora y si echamos la cantidad justa luego no obtendremos los 250ml que nos hacen falta) junto con las cáscaras de naranja y limón, la media vaina de vainilla abierta por la mitad longitudinalmente, y las semillas de cardamomo. Tan pronto como levante el hervor, apartamos del fuego y dejamos enfriar.

Para preparar la masa en la panificadora, colamos la leche para retirar las cáscaras de los cítricos, la vainilla y el cardamomo y echamos 250ml en la cubeta, junto con el azúcar, la sal, el huevo, la harina y la levadura por ese orden. A continuación seleccionamos el programa de amasado con fase posterior de levado, que en mi máquina es el número 7, y tiene una duración de 1hora y 30 minutos, de los cuales los primeros 20 minutos son de amasado y los restantes de levado. Finalizado el programa, retiramos la masa de la cubeta a una superficie untada con aceite de girasol, desgasificamos y con ayuda de un rodillo de cocina estiramos la masa dejándola con un grosor de aproximadamente 1cm. Después cortamos los donuts de un diámetro aproximado de 10cm. para ello hay unos cortadores especiales, pero si no los tenéis os podéis ayudar de un vaso por la parte del borde, y para el hueco central podéis emplear un tapón de una botella como el de la coca cola por ejemplo. Después los vais colocando sobre cuadraditos de papel de hornear  untados también en aceite de girasol. Cuando los tengáis todos cortados y colocados sobre los trozos de papel de hornear, los cubrís con film transparente, y dejáis que vuelvan a subir un poco, al menos 30 minutos si la temperatura ambiente es alta, sino necesitarán más tiempo, incluso hasta 1 hora.

Seguidamente ponéis un cazo alto y estrecho con aceite de girasol al fuego, dejáis que coja una temperatura ni muy alta ni demasiado baja, y vais echando los donuts de uno en uno en el aceite, cogiéndolos por el papel de hornerar, dejando que se doren primero por una parte y luego le dais la vuelta y los dejáis dorar por la otra. A continuación los vais retirando a una fuente sobre papel absorbente.
Al terminar de freír todos los donuts, se prepara la glasa para ello en un cuenco mezclamos el azúcar glas, el agua y el zumo de limón, y después con un pincel de cocina pintamos todos los donuts con la glasa, y dejamos secar sobre una rejilla entre 15 y 30 minutos, y listos ya para degustar. 

Así, recién hechos, es como mejor están, porque con el tiempo se resecan, para ello es importante meterlos en una lata o sino cubrir el recipiente en el que estén con papel film, para que no entre aire y se mantengan frescos el máximo posible, y aun así no aguantan mucho. Al día siguiente de hacerlos ya no saben igual, es lo malo que tienen. 

Si en lugar de la panificadora optáis por amasar a mano, que sepáis que no tiene ninguna dificultad, en ese caso tamizamos la harina y la echamos en un cuenco,  la mezclamos junto con la sal y el azúcar. Luego hacemos un hueco en el centro como si se tratase del cráter de un volcán, y en él añadimos la levadura disuelta en la leche, el huevo ligeramente batido y la mantequilla a temperatura ambiente, y mezclamos bien con una cuchara o una espátula de madera hasta que ya no se pueda seguir trabajando la masa con ella.

En ese momento espolvoreamos una pizca de harina en la encimera y seguimos amasando durante aproximadamente unos 10 ó 15 minutos, hasta conseguir una masa lisa, sin ningún grumo, y que no se pegue a la superficie de trabajo.

Después pasamos de nuevo la masa al  cuenco en el que se inició el amasado, tapamos con papel film, esperamos a que doble el volumen, lo cual dependerá de la temperatura ambiente, y cuando eso suceda, desgasificamos, estiramos con el rodillo, los cortamos, los dejamos levar nuevamente tapados con papel film, y después los freímos y finalmente los pincelamos con la glasa de la misma manera que comenté más arriba.

Para preparar la masa en la amasadora,  simplemente añadimos todos los ingredientes en el vaso, dejamos amasando entre 10 ó 15 minutos, luego esperamos a que leven hasta que doblen el volumen, después desgasificamos, estirarmos la masa con el rodillo, cortamos los donuts, los dejamos tapados para que vuelvan a levar y luego freimos  y pincelamos con glasa.

Por último si optáis por la thermomix para prepararlos debéis seguir los siguientes pasos:

1- Echamos la leche en el vaso, y programamos 1minuto/ temperatura 37º/velocidad 1
2- Añadimos la levadura y programamos 30 segundos / velocidad 3
3- A continuación echamos en el vaso el resto de ingredientes: el azúcar, la mantequilla, el huevo, la harina y la pizca de sal y programamos 3 minutos/ sin temperatura/ velocidad espiga. Al terminar dejamos que la masa leve hasta que suba por el bocal.
4- Cuando la masa asome por el bocal, programamos de nuevo 1 minuto/ sin temperatura/ velocidad espiga para desgasificarla
5- Sacamos la masa del vaso y la echamos sobre la encimera untada con aceite de girasol, la extendemos con un rodillo, y seguimos con la secuencia ya descrita que consiste en cortar los donuts, dejar que leven de nuevo, freirlos y por último  pincelarlos con la glasa.

Consejos y observaciones:

-En la lista de ingredientes os hablo del cardamomo para perfumar la leche. Esta especia muy utilizada en la cocina hindú, no es fácil de encontrar en las tiendas de alimentación, pero imagino que en las herboristerías lo encontraréis sin dificultad, pues tiene varias propiedades medicinales.

En todo caso en la sección de gourmet del Corte Inglés la tienen porque en alguna ocasión las compré allí. También en internet están a la venta. Las que tengo ahora en casa las compré por Amazon.

Es verdad que esta especia le da un aroma especial a los donuts, pero no es imprescindible en absoluto, eso sí, en caso de que no la utilicéis os aconsejo que en lugar de emplear la cáscara de media naranja  para perfumar la leche, echéis la cáscara completa de la naranja.

-Respecto a lo de perfumar la leche, a mí parecer, es lo que marca la diferencia entre unos donuts ricos, y unos donuts irresistibles. Si no perfumamos la leche, no aportamos aroma, y al final el donuts no dejará de ser una masa dulce, tierna y esponjosa, pero sin más.

Respecto a este mismo tema, en la lista de ingredientes os menciono las vainas de vainilla o bien la vainilla líquida. A los más puristas nos gusta más el producto natural, es decir la vainilla en vaina, pero la esencia de vainilla también le aporta mucho aroma. Lo único que en caso de optar por esta opción la añadáis a la leche una vez que haya hervido con las cáscaras de los cítricos y haya enfriado.

-En el desarrollo de la receta os hablo de ir colocando los donuts una vez cortados sobre cuadraditos de papel de hornear untados con aceite (cada donut en un cuadradito) Esto se hace para que al trasladarlos hasta  el aceite donde los vamos a freír, como han estado levando y han crecido, y si los tocamos con las manos pierden volumen y se deforman.

Se trataría de coger el donut en el papel, y  volcarlo sobre el aceite con cuidado de no quemarse. Si os da miedo que os salte aceite y os podáis quemar, echad el papel también dentro, luego con una pinza de cocina cuando le vayáis a dar la vuelta al donut para que se dore por la otra parte, retiráis el papel sin peligro.

-Respecto a la glasa con la que se pincelan los donuts, necesitáis 6 cucharadas de agua si se utiliza azúcar glas del comprado porque ese contiene almidón, pero si utilizáis azúcar blanco normal del que tenéis en casa y lo pulverizáis vosotros con la thermomix u otro robot de cocina, entonces en lugar de 6 cucharadas, poned sólo 4 cucharadas de agua.

-Por último, para freír los donuts os aconsejo que utilicéis un cazo estrecho y hondo por, dos motivos. Primero porque así es más económico ya que vais a utilizar menos aceite, y segundo y  fundamental, porque es conveniente freír los donuts de uno en uno, pues así la temperatura del aceite se mantiene constante y es más fácil de controlar, ya que la temperatura del aceite es fundamental porque si está muy alta, se dorarían muy pronto por fuera pero quedarían sin terminar de hacer por dentro, y si está muy baja, absorben aceite y no quedarían bien. Los donuts deben resultar tiernos, esponjosos, pero nada aceitosos. De hecho el aceite de la fritura apenas baja después de haberlos freído todos.


Mirad cómo queda el glaseado, y en la foto del corte, que podéis ver abajo, se aprecia perfectamente la esponjosidad.


Bueno, pues con todos estos consejos espero que si os animáis a prepararlos no tengáis ningún problema, pero si os surge alguna duda me escribís un correo en el formulario de contacto, y en cuanto me sea posible gustosamente os responderé.

Y por hoy nada más, feliz fin de semana. Hasta la próxima