Hoy os traigo una receta típica del Sur de nuestro país, que está para chuparse los dedos, me refiero a las tortitas de camarones.
Aquí por el Norte es muy complicado encontrar camarones frescos,
que sería lo ideal, pero sirven también los camarones cocidos o congelados. Los que yo utilicé eran congelados, y la
cabeza se la retiré, lo cual no debe hacerse, pero a mí me da repelús ;)
La primera vez que probé estas tortitas fue en un bar en
Valladolid, y me gustaron tanto que después en cuanto conseguí los camarones la
puse en práctica.
La receta la saqué de la red, pero no recuerdo de dónde y ahora no
la encuentro, por eso no cito lo fuente, pero fue de las recetas consultadas la
que más me convenció, y después de probar el resultado comprobé que la intuición no me había
fallado, porque estaban exquisitas, mucho más ricas todavía que las que probé
en aquel bar de Valladolid.
Creo que la diferencia en buena parte radica en utilizar harina de
garbanzo recién molida, y eso lo conseguimos moliendo los garbanzos en un robot
de cocina, yo lo hice en la thermomix. Mejor esto que comprar la harina de
garbanzos en el supermercado.
Cuánto más líquida sea la masa, más se expandirá en la sartén y
más finas y crujientes saldrán las tortitas, pero también absorben más aceite y
resultan más indigestas. Estas ni son muy finitas ni muy gruesas, y para mí gusto
resultan ideales, de todos modos si os gustan más finas, añadid una ó dos
cucharadas más de agua a la masa.
Ingredientes:
-150gr. de camarones
-100gr. de harina de trigo
-100gr. de harina de garbanzo
-250ml. de agua fría
-1 cebolla dulce, pequeña (si es grande ½ cebolla)
-unas ramas de perejil fresco
-aceite de oliva virgen suave para freír
-sal
Preparación:
Limpiamos la cebolla y la picamos finamente. Reservamos.
Lavamos el perejil, retiramos las hojas, desechando los tallos, las picamos finamente y
reservamos también.
En un cuenco añadimos la cebolla picada, las hojas de perejil
picadas, la harina de trigo, la harina de garbanzos, y una pizca de sal.
Mezclamos bien con una cuchara de madera, y por último añadimos el agua y
mezclamos hasta obtener una masa homogénea. Después añadimos los camarones, mezclamos
un poco, y dejamos reposar la masa en el frigorífico durante 1 ó 2 horas.
Transcurrido el tiempo de reposo, ponemos una sartén grande al
fuego, cubrimos la base con aceite, y cuando esté el aceite bien caliente, pero
sin que llegue a humear, vamos echando cucharadas de masa. Como es una masa
bastante blanda, se expandirá en la sartén formando la tortita.
Dejamos que se hagan por un lado, y luego le damos la vuelta para
que se doren por el otro. Después la retiramos del aceite, y las pasamos a una
fuente sobre papel de cocina para que absorba el exceso de aceite.
Así hasta terminar con toda la masa, y después servir en caliente,
que es como más ricas están.
La verdad es que es una receta deliciosa, ideal para un día de
fiesta o celebración, y aunque no es precisamente barata, pues los camarones
son carísimos, como se necesita poca
cantidad se puede uno permitir un
capricho de vez en cuando.
Espero que os haya gustado. Nos vemos dentro de unos días con una
nueva receta.
Un abrazo.