Los pasados días 3 y 4 de febrero hice un viaje relámpago a Barcelona con mi marido y una tía. Ella tiene un hermano que reside en Badalona y fue a visitarlo, y yo acompañé a mi marido que tenía unos asuntos que resolver.
Con tan poco tiempo apenas hubo mucho margen de maniobra para hacer turismo, pero sí para comprar unos calçots aprovechando que estamos en temporada.
Al día siguiente del regreso preparamos en casa una calçotada que estaba de vicio.
Era la segunda vez que preparaba los calçots en casa, pero en la anterior ocasión no hice foto, en cambio el otro día sí pude sacar algunas, y aunque no son de muy buena calidad, me sirven para ilustrar este post.
Los calçots son unas cebollas alargadas, de sabor dulce, que se cultivan bajo tierra en surcos que se “calzan”, de ahí el nombre, y que se recolectan desde enero hasta abril.
Los calçots se acompañan de una salsa, denominada salsa romesco, en la cual se sumergen los mismos después de retirar la capa que ha estado en contacto con el fuego.
Este ingrediente típico y representativo de la gastronomía catalana, se come en familia o con amigos, algo así como sucede con la paella, o las gachas manchegas, donde un grupo de gente se reúne en torno a la mesa.
Además de la salsa romesco y los calçots, en una calçotada es frecuente asar carnes a la parrilla, se trata en definitiva de un homenaje gastronómico en buena compañía.
Hoy en día no hace falta viajar a Cataluña para conseguir calçots, pues hay empresas que los venden online, pero en todo caso, con calçots o sin ellos, os recomiendo la salsa romesco. Está exquisita simplemente untada sobre una rebanada de pan artesano tostado en la sartén o en la plancha, también con verduras a la plancha, con pescado blanco… ¡Es una delicia!
Os detallo a continuación la lista de productos que necesitaréis para preparar una calçotada en casa y os cuento cómo la preparé.
Ingredientes:
-2 manojos de calçots
-salsa romesco
-carnes para asar a la parrilla como acompañamiento (costilla de cerdo, panceta…)
Para la salsa romesco
-media cabeza de ajos
-3 tomates maduros (500gr. aproximadamente)
-2 ñoras
-1 rebanada de pan tostado en la sartén
-1 diente de ajo en crudo
-100ml. de aceite de oliva virgen extra (el mío de Aceites Abril)
-25ml. de vinagre
-25gr. de avellanas crudas
-50gr. de almendras crudas
-una pizca de sal
Preparación:
Comenzamos preparando la salsa para acompañar a los calçots, la llamada salsa romesco, para ello ponemos las ñoras en remojo durante al menos un par de horas en agua caliente.
Aparte lavamos los tomates y les hacemos una cruz en la base y después los colocamos en una bandeja de horno boca abajo.
En otra bandeja ponemos la media cabeza de ajos, las avellanas y las almendras, y las llevamos horno con calor arriba y abajo a 180ºC durante unos 30 ó 40 minutos, dependerá un poco del horno.
Las avellanas y las almendras necesitarán menos tiempo para tostarse. También los ajos necesitaron algo menos de tiempo. Pero eso ya lo vais viendo vosotros mismos a través de la puerta del horno, y a medida que veáis que están hechos los vais retirando. Dejamos enfriar y reservamos.
Por otro lado tostamos una rebanada de pan en la sartén o en una plancha de asar. Dejamos enfriar y reservamos.
En mi caso utilicé la thermomix para elaborar la salsa, y una vez que estén todos los ingredientes preparados seguimos los siguientes pasos:
1- Echamos en el vaso la rebanada de pan tostado, las almendras, las avellanas, la sal y el diente de ajo crudo, y programamos 30 segundos / velocidad 7
2- Abrimos las ñoras por la mitad, le retiramos las pepitas y el rabito y la añadimos al vaso. Pelamos los tomates y los ajos asados y los añadimos también al vaso. Añadimos asimismo el vinagre y programamos de nuevo 30 segundos / velocidad 7
3- Programamos velocidad 4 sin tiempo, y vamos dejando caer el aceite de oliva sobre la tapa del vaso, con el cubilete puesto, de forma que caiga lentamente para que emulsione la salsa. Cuando hayamos terminado de incorporar todo el aceite, retiramos a un cuenco y ya tenemos lista nuestra salsa romesco.
Después de preparada la salsa, toca asar las carnes en la parrilla, y los calçots.
Lo preparar la carne a la parrilla es temática para otro día, hoy toca deciros cómo he preparado los calçots.
En primer lugar los colocamos uno al lado de otro en la parrilla. Tiene que ser una parrilla doble de las que se cierran y que luego se les puede dar la vuelta.
Cuando el fuego tenga una buena llama, colocamos la parrilla con los calçots (como mi parrilla no tiene pies, utilicé una trébede). A diferencia de las carnes que se hacen con las brasas, para hacer los calçots tiene que haber llamas vivas
Cuando lleven al fuego unos cinco minutos pasados, les daremos la vuelta a la parrilla para que se hagan por el otro lado.
Tras unos 12 ó 15 minutos al fuego ya empezarán a soltar líquido, lo cual significa que están hechos en su interior.
Yo como gallega ya suponéis que no soy muy experta, así que para asegurarme de que estaban hechos por dentro empleé un pincho de madera de los que se utilizan para las brochetas. Si los podéis pinchar sin hacer fuerza es que están en su punto.
Una vez hechos, retiramos la parrilla del fuego, la abrimos con cuidado de no quemarnos, y retiramos los calçots sujetándolos de la parte verde, y los colocamos sobre unas hojas de papel de periódico.
Envolvemos los calçots en el papel de periódico para llevarlos a la mesa.
Se suelen servir sobre una teja, y para comerlos también es habitual colocarse un babero, pero en mi caso no tenía ni una cosa ni la otra.
Para comerlos, con una mano se tira de la parte de la raíz hacia abajo, y con la otra se tira de la parte verde en sentido contrario, y después sumergimos la parte blanca (la parte verde no se come) en la salsa, y a disfrutar sin miedo y sin vergüenza, jeje...
Nosostros la verdad es que hemos disfrutado de lo lindo con esta calçotada casera. A ver si para el año tenemos de nuevo oportunidad de preparar otra.
Y con esto termino por hoy. Espero que la receta haya sido de vuestro agrado.
Hasta pronto. Un abrazo