jueves, 24 de febrero de 2022

Cocido de mi madre


En Galicia ya desde comienzos de otoño empieza la temporada de cocidos, y los locales de hostelería ofrecen en sus cartas este plato tan completo, pero la época álgida de los cocidos es sin duda en Carnavales, así que aprovecho estas fechas para publicar la receta del cocido.

En ningún hogar gallego falta a lo largo del invierno un cocido, en cada casa lo hacen a su gusto, aportándole así su sello particular, por eso yo a esta receta la llamo “Cocido de mi madre”, porque es cómo lo preparaba ella siempre en casa, solo con el añadido de los garbanzos, que mi madre no los ponía porque ya bastante contundente es el cocido, pero como a mi marido le gustan ahora se los añado. Lo que no falta nunca es la carne salada de cerdo, los embutidos (en mi zona chorizos, y en menor medida botelos o androllas), las patatas, y la verdura (grelos o repollo)

Cuando teníamos invitados en casa, generalmente utilizábamos repollo en lugar de grelos porque estos no le gustan a todo el mundo, y ese día, desde primera hora de la mañana mi madre ponía al fuego la olla más grande que había en casa, y le añadía las carnes y los embutidos, luego a medida que estaban hechos, los iba retirando a una fuente, y finalmente cocía la verdura y las patatas, ¡qué recuerdos…! Desgraciadamente estas escenas tan cotidianas nos las valoramos lo suficiente, y luego con el tiempo las añoramos, es lo que me pasa a mí, y por eso esta receta se la dedico a mi adorada madre. ¡Te quiero mamá, eternamente te quiero…!

Os detallo los ingredientes que utilicé para hacer este cocido, son los siguientes:

-1/2 cabeza de cerdo salada con oreja incluida
-1 trozo de costilla de cerdo salada
-4 trozos de gallina
-1 hueso de ternera
-2 repollos medianos
-4 chorizos
-250gr. de garbanzos
-fideos finos (opcional para preparar la sopa de cocido)

Preparación:

El día anterior ponemos los garbanzos en remojo, y la carne a desalar en una olla grande cubierta con agua.

Al día siguiente retiramos el agua de la carne, cubrimos con abundante agua fría del grifo, y añadimos las carnes de cerdo, la de gallina, el hueso de ternera, los chorizos y ponemos a fuego alto.

Cuando la olla comience a hervir, añadimos los garbanzos escurridos, colocados dentro de una bolsa de red especial para cocer legumbres y evitar con ello que se desperdiguen por toda la olla y sean así más fáciles de retirar cuando estén cocidos. Cuando la olla vuelva a hervir bajamos el fuego, y dejamos que se vaya cociendo todo, alrededor de unas dos horas y media o tres horas.

En este tiempo iremos retirando las carnes según vayan estando cocidas, primero los chorizos, y después la costilla de cerdo. La carne de gallina, si es de un animal joven también se hará pronto, y al revés, cuanta más edad tenga la gallina más tiempo tardará en estar cocida, aunque esto último es preferible porque le da más sabor al caldo.

En unos 90 minutos estarán listos los garbanzos, y los retiramos también, en ese momento aprovechamos para comprobar cómo está la cabeza de cerdo que es lo que más tarda en cocerse. Lo más probable es que todavía no esté bien hecha, por lo tanto continuamos con la cocción entre 30 y 60 minutos más, dependiendo del tamaño de la pieza.

Cuando toda la carne esté cocida, reservamos y probamos de sal el caldo resultante rectificando si fuera necesario, después apartamos para otra olla pequeña una parte de ese caldo obtenido, y luego le añadimos unos fideos finos para preparar la sopa de cocido. En esta ocasión yo no lo hice, pero lo recomiendo porque esa sopa está exquisita y es muy reconfortante sobre todo en un día de frío invierno.

En la olla principal añadimos el repollo limpio y dejamos que hierva en torno a unos 20 minutos, después añadimos las patatas peladas y cortadas por la mitad (siempre lo hago porque alguna a veces está mala por dentro), y dejamos cocer hasta que las patatas y la verdura estén cocidas.

Por último en una fuente colocamos la carne troceada y los chorizos, y en otra los garbanzos, el repollo y las patatas, y listo por fin para servir a la mesa y disfrutar en familia.

Con el cocido las cantidades de los ingredientes van un poco a ojo, pero es mejor pecar por exceso que por defecto, porque después lo que sobre se puede reciclar de muchas maneras, por ejemplo en unas croquetas cuya receta podéis ver pinchando aquí, en una empanada o en "ropa vieja” que es lo que voy a preparar yo en esta ocasión con lo que me ha sobrado, y luego más adelante subiré la receta al blog para compartirla con vosotros.

Espero que os haya gustado la receta. A mí me ha servido para rememorar momentos maravillosos, y para rendirle un homenaje a mi madre que tantas veces preparó este cocido en casa.

Nos vemos dentro de unos días. Disfrutad del Carnaval.

Un beso.

miércoles, 16 de febrero de 2022

Periquitos de Carnaval


Como os prometí en la anterior entrada, hoy os traigo un dulce típico de esta época del año, los Carnavales, en la localidad coruñesa de Ordes, a cuya comarca pertenezco.

Os hablo de los llamados Periquitos de Carnaval, una masa que se fríe en la sartén, se hacen de manera similar a las rosquillas, pero con forma de nudo como podéis ver en la foto de abajo, y más finitos que las rosquillas, por eso unas de sus características es su textura crujiente.


Se guardan en perfecto estado en un bote de cristal durante días, y esto también es típico, ni en cajas, ni en latas, ni en bolsas, aunque yo como botes de cristal grandes no tengo, uso botes de plástico que me regalaron en un tienda de chuches, de los que vienen con los chupas de pica-pica, porque los iban a tirar y a mí me vienen de maravilla para guardar los dulces como magdalenas, galletas, rosquillas, y en este caso los periquitos.


Os animo a que preparéis esta receta en casa, porque su elaboración es muy sencilla, de hecho si tenéis niños pequeños les encantará colaborar, además los ingredientes que se emplean todos los tenemos por casa, y lo más importante, tienen un sabor absolutamente increíble a anís y limón. ¡Os encantarán!

Ingredientes:

-2 huevos
-100gr. de azúcar
-225gr. de harina de fuerza
-225gr. de harina de todo uso
-zumo de 1/2 limón
-ralladura de 1/2 limón
-40gr. de licor de anís
-8 gotas de esencia de anís
-50gr. de aceite de oliva
-2 cucharaditas de levadura royal
-1 pizca de sal
-aceite de girasol para freír

Preparación:

En primer lugar lavamos bien un limón, y lo pelamos con un pelador o en su defecto con un cuchillo, procurando que salga solo la parte amarilla, sin nada de la piel interior de color blanco.

Paralelamente ponemos el aceite en una sartén al fuego, y añadimos la mitad de la piel de limón, cuando empiece a coger un color dorado, apartamos el aceite del fuego,  y dejamos enfriar.

Por otra parte en la thermomix o en un robot similar, añadimos el azúcar y la otra mitad de la piel del limón, y pulverizamos en velocidad progresiva 5-7-10 durante 15 segundos. Si no tenéis robot, la mitad del limón lo ralláis con un rallador de cocina.

Aparte batimos los huevos hasta que empiecen a espumar, añadimos la mezcla de limón y azúcar, (o bien la ralladura de limón y el azúcar por separado si en lugar del robot usasteis el rallador manual), batimos hasta obtener una mezcla homogénea, después añadimos la sal, el zumo de limón, el licor de anís, la esencia de anís, el aceite de oliva colado y seguimos batiendo durante un par de minutos hasta que todos los ingredientes estén integrados.

Después vamos integrando la harina poco a poco, al principio utilizamos el batidor manual de varillas, y después con la ayuda de una cuchara de madera, vamos añadiendo la harina hasta que se forme una bola de masa suave, que se despegue de las manos. Seguidamente dejamos reposar esta bola de masa en el frigorífico durante al menos un par de horas, aunque yo los amaso la víspera, y dejo la masa reposar toda la noche en el frigorífico.

Después del reposo, untamos con un poco de aceite la superficie de trabajo, cortamos pequeñas porciones de masa, con las manos la estiramos formando tiras muy finas, de un tamaño similar al de las rosquillas, pero más finitas, y en lugar de forma cilíndrica, en este caso hacemos un nudo con la masa. Así hasta terminar con toda la masa.

Por último ponemos una sartén con abundante aceite a fuego medio-alto, cuando esté caliente vamos friendo los periquitos, y cuando estén dorados por ambos lados, los escurrimos y retiramos a una bandeja sobre papel absorbente.

Ya para terminar, y una vez fríos, los espolvoreamos con azúcar glas y los guardamos en un bote de cristal como se acostumbra hacer en Ordes.

Y esto ha sido todo, espero que la receta de hoy haya sido de vuestro agrado. Con ese deseo me despido. 

Un abrazo.

viernes, 11 de febrero de 2022

Pan de Ajo (en Panificadora)



Esta receta que os presento hoy, el pan de ajo, ha sido todo un descubrimiento para mí, no solo por su forma, sino sobre todo por su sabor.

Pese a ello hace ya tiempo que no lo preparo, quizás porque siendo un aperitivo, me apetece más tomarlo en la terraza de casa, al aire libre. Allí, este pan acompañado de unas lascas de jamón ibérico, unos tomates de la huerta aliñados, y una cervecita fresca, resolvió en más de una ocasión, una comida de domingo.

Se trata de un pan, repleto de aroma, con una textura crujiente en el exterior y muy jugoso en su interior, que a nadie dejará indiferente.

La receta, con alguna pequeña variación, la saqué del libro “Los Secretos del Pan Casero” de Esbieta, un libro que os recomiendo si os gusta la cocina, y más concretamente el mundo de las masas, porque ella es una maestra en este terreno y sus recetas nunca fallan.

Os dejo ya con la lista de

Ingredientes:

Para la masa
-400gr. de harina de todos uso
-230gr. de agua tibia (36ºC)
-6gr. de levadura fresca
-una pizca de sal
-15gr. de azúcar

Para el aderezo
-5 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
-1 manojo de perejil fresco
-5 dientes de ajo
-una pizca de sal para el aderezo
-sal en escamas para espolvorear por encima

Preparación:

En primer lugar diluimos el azúcar y la levadura en el agua tibia, después vertemos la mezcla en la cubeta de la panificadora, y añadimos la harina y la sal por ese orden.

Seguidamente seleccionamos el programa de amasado con fase posterior de levado, que en mi máquina dura 90 minutos.

Mientras la panificadora realiza su tarea, aprovechamos para preparar el aderezo, para lo cual, lavamos bajo el grifo el manojo de perejil, lo secamos con papel de cocina, y le retiramos los tallos gruesos, quedándonos solo con las hojas y los tallos más finitos, los cuales echamos en el vaso de la batidora. Añadimos también los ajos pelados y sin el germen central, por último añadimos la sal y el aceite, y mezclamos todo con la batidora. Reservamos.

Cuando la masa esté lista, espolvoreamos harina sobre la superficie de trabajo, volcamos la masa de la cubeta, y desgasificamos. Después con un rodillo de cocina, la estiramos formando una lámina de aproximadamente 40x30cm. (como podéis ver en la foto de abajo no hace falta que os quede perfecta, jeje…)

A continuación echamos unas cucharadas de aderezo sobre la masa, y con la ayuda de un pincel de cocina, untamos bien por todas partes.



Después con un cortapizzas o un cuchillo, cortamos tiras de unos 4 ó 5cm. de ancho.


Seguidamente colocamos las tiras de masa en una bandeja de horno, unas a continuación de otras, formando un disco como el que se ve en la foto de abajo, y a continuación dejamos reposar en un lugar alejado de corrientes de aire, y con una temperatura cálida, hasta que doble el volumen. Si en casa no tenéis un sitio así, meted la bandeja dentro del horno encendido a 25ºC.



Una vez que el pan de ajo haya doblado su volumen, pincelamos por encima un poco más de aliño, espolvoreamos unas escamas de sal Maldon, y metemos en el horno precalentado a 190ºC, colocándolo en la parte inferior, con calor arriba y abajo, durante unos 30-35 minutos.

Yo en esta ocasión utilicé la panificadora porque me simplifica el proceso, ya que permite sacar la masa con el primer levado hecho, pero si no tenéis panificadora podéis usar la amasadora. El tiempo de amasado es de unos 20 minutos a velocidad mínima. Después solo tenéis que esperar a que la masa suba, duplicando su volumen, y lo siguiente, es estirarla, cortar tiras, formar el disco, dejar reposar de nuevo hasta que vuelva a doblar el volumen, y por último hornear.

Por supuesto que también se puede amasar a mano, no entraña mayor dificultad, simplemente el trabajo de estar amasando en torno a unos 20minutos, un trabajo que teniendo la panificadora, que deja perfectamente las masas, yo prefiero ahorrar.

Esto es todo por hoy, dentro de unos días volveré con una receta muy típica de mi tierra en las fechas que se avecinan, los carnavales, que están ya a la vuelta de la esquina.

Hasta entonces. Que seáis muy felices.

miércoles, 26 de enero de 2022

Patatas a la Riojana


El plato que os traigo hoy, hacía mucho tiempo que no lo preparaba, y no porque no nos guste en casa, al contrario, nos encanta, pero sin saber muy bien por qué últimamente no lo preparé, sin embargo el otro día, tenía el frigorífico a mínimos, solo había un par de chorizos y poco más.

Como las patatas, las cebollas y los ajos, los tengo siempre porque son de cosecha propia, pues ese día casi no había más alternativa que preparar este plato sí o sí, y como no tenía la receta publicada en el blog, le hice una foto, y hoy la comparto con vosotros, así que os dejo con la lista de ingredientes y su posterior desarrollo.  

Ingredientes:

-1kg. de patatas
-2 chorizos
-1 cebolla
-4 dientes de ajo
-1 hoja de laurel
-una cucharadita de pimiento choricero
-una pizca de pimentón dulce
-sal
-agua
-aceite de oliva

Preparación:

En primer ponemos una olla al fuego con un poco de aceite de oliva, no demasiado, porque luego el chorizo ya le aporta grasa, simplemente que cubra apenas el fondo de la olla.

Picamos muy finamente la cebolla, y la añadimos a la olla, junto con una hoja de laurel. Rehogamos a fuego bajo hasta que la cebolla esté bien pochadita, y después añadimos el ajo picado, dejamos que se dore un poco, y añadimos los chorizos cortados en rodajas, rehogamos el conjunto unos minutos más, y después apartamos el olla del fuego para que el aceite pierda algo de temperatura y añadimos una pizca de pimentón, mezclamos bien, y luego añadimos las patatas cortadas en trozos de unos 4 ó 5 cm.

Para cortar las patatas cuando estemos a mitad del corte, hacemos presión con el cuchillo, para que la patata rompa, y así suelte todo su almidón y nos quede al final una salsa espesita.

Una vez añadidas las patatas, cubrimos con agua fría, y añadimos también una cucharadita de pulpa de pimiento choricero. Después colocamos de nuevo la olla en el fuego y dejamos hervir el conjunto, durante aproximadamente 30 minutos, a fuego medio tirando a bajo, con la tapa de la olla sin que cubra por completo, sino que quede un respiro para que salga parte del vapor, y moviendo la olla de vez en cuando, para que la salsa engorde.

Cuando las patatas estén cocidas, apagamos el fuego, y dejamos que el guiso repose durante unos 10 minutos antes de consumir.

Es un plato muy humilde, pero muy rico y muy apetecible en días fríos de invierno como los que estamos viviendo, y más apetecible todavía si lo acompañamos de un tinto Rioja, y un pan artesano.

Pues esta ha sido mi propuesta de hoy. Dentro de unos días volveré con otra nueva receta, y mientras espero pasar por las cocinas de mis compañer@s que desde Navidad he estado un poco desconectada del mundo virtual.

Gracias por estar ahí. Un beso.

martes, 18 de enero de 2022

Pão de Ló (Bizcocho de huevos portugués)


En el mes de noviembre del año pasado, bajamos un día a Portugal, y allí en una cadena de supermercados local (Pingo Doce) vi unos bizcochos dentro de unas cajas que se llamaban Pão de Ló, e indicaban que estaban hechos en formas de barro.

Trajimos un par, uno para nosotros y otro para regalar, y cuando lo probé me encontré con un sabor diferente a todos los bizcochos que había probado, y una jugosidad increíble, y eso que sus ingredientes eran muy básicos, solo huevos, azúcar y harina.

Tengo que reconocer que hasta ese día no conocía este dulce típico portugués, pero después como me gustó tanto estuve viendo recetas y recopilando información, y vi que la receta original se hornea en unas formas de barro, de modo que como quería hornear esta delicia en casa, y que el sabor y la textura fuera idéntico al que compré en el supermercado portugués, le pedía a los Reyes Magos la forma de barro y también un paquete de hojas del papel con el cual se forra el recipiente, y fueron tan generosos que me trajeron ambas cosas, os muestro las fotos a continuación.


La forma de barro consta de tres piezas, dos idénticas que se utilizan una para la base y la otra para cubrir por encima, y un pequeño recipiente para poner en medio si queremos que el bizcocho tenga agujero en el centro.


De este dulce hay dos versiones, una con menos tiempo de horneado y con el interior semilíquido como si se tratase de un coulant , y otra que es la que os muestro a continuación, con más minutos de horneado y cocido en su interior. En el primer caso es aconsejable no utilizar el utensilio del interior, porque el barro al calentarse ayuda a cocer el bizcocho en el centro y no os saldría líquido.

Yo como os dije, quería un bizcocho cocido en el centro, así que le puse la pieza central para que saliera con el típico agujero en el centro. Después hay que cubrir con un papel especial que se denomina papel barba, y que los portugueses conocen como papel almaço. Aquí en nuestro país no es fácil de encontrar, pero en el país vecino se encuentra con facilidad, y en todo caso hay empresas de allí que lo venden online, igual que las formas de barro, la pena es que cuesta más el trasporte que el contenido.

Al igual que ocurre con muchos dulces portugueses, este tiene un origen conventual. Al parecer la receta del Pão de Ló pertenecía a las monjas del Convento de Coz que se la pasaron a una familia de la localidad de Alfeizerão. Sin embargo también dicen que el origen de este bizcocho, aunque tenga nombre portugués, era preparado en los conventos y monasterios de Castilla.

Al margen de su origen, comentaros que es muy afamado el Pão de Ló de las localidades de Ovar, Alfeizerão y Margaride, y aunque se puede encontrar a la venta en cualquier época del año, es más consumido en Navidad y en Pascua.

Y ya sin más dilación os dejo con la lista de

Ingredientes:

-8 yemas de huevo
-2 huevos enteros
-150gr. de azúcar
-60gr. de harina de repostería
-1 pizca de sal
-1 cucharadita rasa de levadura química (opcional)
-papel barba

Preparación:

Lo primero antes de empezar con la preparación propiamente dicha es precalentar el horno a 180º con calor arriba y abajo, y después ajustar el papel al molde haciendo presión con las manos.

A continuación echamos los huevos, la sal y el azúcar en la batidora y batimos entre 20 y 30 minutos, después tamizamos la harina y la levadura, y la vamos integrando con una espátula con movimientos envolventes de abajo hacia arriba.

Cuando la harina esté integrada, vertemos la mezcla en el molde, sobre el papel, y cubrimos con la otra parte del molde de barro, y lo metemos en el horno, durante unos 35 minutos aproximadamente.

Por último retiramos del horno, dejamos enfriar, y luego lo metemos en una bolsa de plástico donde se conserva perfectamente durante varios días, manteniendo todo el sabor y la jugosidad. Es más, está incluso más rico al día siguiente que el mismo día que se hornea.

Así es cómo ha quedado cuando lo saqué del horno. En las sobremesas con una copita de Oporto está de vicio, y por las mañanas una porción de este bizcocho para acompañar el café resulta también una combinación ideal.


Pues esto ha sido todo por hoy. Esta temporada he estado un poco ausente, en parte por las navidades y luego por la alergia, que llevo una temporada que me está dando la lata más que de costumbre.

Dentro de unos días volveré con una nueva receta. Nos vemos.

Un abrazo y gracias por seguirme.

jueves, 6 de enero de 2022

Flan de turrón sin horno


Hoy ha sido día de Reyes, y con esta festividad terminan las fiestas navideñas, pero seguro que en muchos hogares quedan restos de turrón por la despensa, así que para el primer post del año elegí un flan de turrón rapidito, que sirve para dar salida a esos restos de turrón. En nuestro caso, fue el postre de hoy, además del típico roscón de reyes que no puede faltar este día.

Este flan se puede hacer en el horno con una mezcla de huevos y leche, pero después de hornear los roscones (hice seis en total, uno para nosotros y los demás para regalar), quería aligerar trabajo en la cocina, y para eso esta es la receta perfecta.

Paso ya a detallaros la lista de ingredientes:

-600ml. de leche entera
-400ml. de nata líquida
-150gr. de turrón de Jijona (turrón blando)
-1 caja de flan Royal de 8 raciones
-1 cucharadita de vainilla líquida
-granillo de almendra para adornar

Preparación:

En primer lugar caramelizamos el molde elegido con el caramelo líquido que viene en la caja del preparado para flan de Royal.

Seguidamente echamos en una olla el turrón desmenuzado en trozos con las manos, la leche, la nata y la vainilla líquida, y trituramos todo con el turmix.

Después ponemos la olla a fuego bajo-medio, y removemos de vez en cuando para que no se peque abajo. Cuando esté a punto de hervir (pero sin llegar a hervir) retiramos del fuego, vertemos el contenido de la olla en el molde, y esperamos a que enfríe y cuaje. Después lo llevamos a la nevera para que esté bien frío, y en el momento de servir solo queda desmoldarlo y adornarlo al gusto, en mi caso le puse granillo de almendra, y unos adornos navideños.

Pues con esta receta termino por hoy. Nos vemos en unos días con una nueva propuesta.

Un abrazo 

martes, 28 de diciembre de 2021

Zamburiñas a la plancha


Hola amigos. Espero que hayáis pasado bien la Nochebuena y el día de Navidad, pero como aun quedan fechas señaladas por delante antes de que finalicen las fiestas navideñas, hoy os propongo un plato de marisco que está delicioso y se prepara en un abrir y cerrar de ojos.

Es de esos platos, en los que podemos esperar que los comensales estén sentados a la mesa, para comenzar a cocinarlos y que así los degusten en su punto.

Al tratarse de una preparación tan simple, el resultado final viene dado por la calidad de la materia prima, no solo del ingrediente principal, en este casa unas zamburiñas (o en su defecto unas volandeiras, de precio más asequible) sino también del aceite que conviene que sea de buena calidad, y por supuesto los ajos y un manojo perejil bien fresco para que le aporte todo su aroma.

Ingredientes (para 4 personas):

-12 zamburiñas
-150ml de aceite de oliva virgen extra
-40ml de vino blanco
-1 manojo de perejil fresco (solo las hojas)
-3 dientes de ajo
-sal maldon en escamas

Preparación:

Lo primero que haremos es prepar el aliño, para ello primero cortamos los ajos por la mitad, les retiramos el germen central, los pasamos por un prensa ajos, y los echamos en un bote de cristal con tapa.

Añadimos también al vaso, el aceite de oliva, el vino blanco, y las hojas de perejil finamente picadas, y agitamos enérgicamente hasta conseguir una especie de vinagreta. Reservamos.

Aparte, retiramos las zamburiñas de las conchas, lavando bien estas y secándolas con papel de cocina porque es dónde vamos a presentar el plato.

Lavamos también la carne de las zamburiñas, asegurándonos bien de que no lo queden restos de arena, las secamos un poco con papel de cocina, y las colocamos sobre la plancha bien caliente, con unas gotas de aceite de oliva.

Las dejamos hacer menos de un minuto por cada lado, y luego las colocamos cada una en una concha, echamos por encima un poco del aliño (agitamos de nuevo el bote de cristal antes de utilizar el aliño) y por último unas escamas de sal maldon, y acto seguido a servir y disfrutar.

No me digáis que no es un plato bien sencillito, y lo mejor es que está para chuparse los dedos.

Y esto ha sido todo por hoy. Espero volver con una nueva receta antes de fin de año, pero si no tengo tiempo, desearos a todos que tengáis una buena salida y entrada de año.

Un beso

sábado, 11 de diciembre de 2021

Crema de queso azul con uvas y nueces caramelizadas


Se acercan las fiestas navideñas, y la receta que os traigo hoy resulta perfecta como entrante. Se trata de una crema de queso azul que lo ideal es prepararla la víspera para que tenga la consistencia adecuada y se asienten los sabores. 

Las nueces que la acompañan también se pueden caramelizar con antelación y así en el último momento solo habría que presentarla en recipientes individuales y ya tenéis este entrante listo para servir a la mesa, y así disponéis de más tiempo para preparar el resto de platos, que son fechas en las que suele haber mucho trajín en la cocina.

Si os gusta el contraste de sabores y texturas, este entrante os encantará, y aunque lleva queso azul, que tiene un sabor muy pronunciado, como se utiliza poca cantidad para hacer la crema, en el resultado final se nota pero no tiene un sabor fuerte.

Sin más dilación os detallo la lista de ingredientes y los pasos a seguir para su elaboración.

Ingredientes:

Para la crema

-250ml. de nata para montar (35% M.G.)
-60gr. de queso de untar tipo philadelphia
-30gr. de queso azul
-sal
-pimienta molida

Para las nueces caramelizadas

-1 ½ vasos de nueces pecanas
-1 vaso de azúcar
-1/3 vasos de agua
-zumo ½ limón

Decoración:

-uvas
-nueces caramelizadas

Preparación:

La víspera comenzamos realizando la crema, para ello ponemos un cazo a fuego medio, añadimos la nata y los dos quesos, removemos para que se fundan los quesos y se integren en la mezcla. Dejamos cocer unos 10 minutos hasta que comience a espesar, en ese momento añadimos una pizca de pimienta molida y una pizca de sal, y continuamos con la cocción otros 10 minutos más aproximadamente, pero bajando el fuego al mínimo. Cuando la mezcla haya espesado lo suficiente, retiramos del fuego, y cuando enfríe la pasamos a un bote de vidrio con tapa y la guardamos en el frigorífico hasta el momento de servir.

Aparte tenemos que caramelizar las nueces, para ello ponemos el azúcar, el agua y el zumo de limón en una olla a fuego bajo. Cuando al hervir se empiecen a formar burbujas, añadimos las nueces y con una cuchara de madera removemos continuamente.

Al principio notaremos que el azúcar se va caramelizando, y transcurridos unos minutos ese caramelo que se había formado se cristalizará, es como si se secara y se hubiera adherido a las nueces, eso es señal de que todo va bien, pero todavía no hemos terminado, tenemos que seguir removiendo hasta que se produzca la siguiente fase, en la cual el azúcar que ya se había adherido a las nueces, recupera el brillo perdido al cristalizarse, en ese momento apagamos el fuego, e inmediatamente extendemos las nueces en la encimera sobre papel de hornear, o sobre un tapete de silicona. Cuando estén frías las guardamos en un bote de vidrio con tapa.

Finalmente solo nos queda la presentación, para ello colocamos un poco de crema de queso en el fondo de recipientes individuales (en este caso utilicé unas cucharillas de aperitivo) y encima colocamos la mitad de una uva fresca y una nuez pecana caramelizada tal y como se ve en la foto, y listo para servir a la mesa y sorprender a vuestros invitados.

Y esto ha sido todo por hoy. En unos días vuelvo con una nueva receta.

Un abrazo.

martes, 7 de diciembre de 2021

Stollen (Pan Dulce Alemán)


Estamos ya en la segunda semana de Adviento, y durante esta época previa a la Navidad, en muchas ciudades europeas se celebran los tradicionales mercadillos navideños.

Uno de los países que cuenta con una larga tradición en este ámbito es Alemania, y en estos mercadillos, el Stollen (un pan dulce), y el Glühwein, un vino caliente especiado, cuya receta os mostraré en otra ocasión, no pueden faltar.

La receta del Stollen como la conocemos ahora, tiene su origen precisamente en este tiempo de Adviento, durante el cual los cristianos vivían una época de ayuno en la cual no podían tomar leche ni mantequilla, y por tal motivo los panaderos elaboraban un pan insípido que no agradaba a los nobles, por lo que le rogaron al príncipe Ernst von Sachen, en el año 1430, que intercediera ante el Papa Nicolás V para poder incluir la mantequilla en su elaboración.

Esta petición fue rechazada, y no fue hasta el año 1491, cuando el Papa Inocencio VIII permitió añadir la mantequilla al pan, durante el período de ayuno en el Adviento.

Después de la mantequilla, se fue enriqueciendo más el pan con el paso de los años, incorporando frutos secos, frutas confitadas y diversas especias. El resultado es un pan con una miga suave y tierna a pesar de su apariencia compacta, y lo mejor, es el aroma que desprende después de tres semanas de maduración. Es una auténtica delicia.

La forma del Stollen recuerda a un recién nacido envuelto en pañales, por eso se usa abundante azúcar glas para cubrir su exterior. La forma del mismo apenas ha sufrido variaciones con el tiempo, porque se elabora intencionadamente con esa apariencia.

Las ciudades alemanas de Naumburgo y Dresde están ligadas al origen de este pan dulce. Los Stollen elaborados en esta última localidad cuentan con la denominación Dresdner Stollen protegida desde el año 1997, y allí, todos los años, el segundo sábado de Adviento, se celebra la Stollenfest (fiesta del Stollen)

No es la primera vez que preparo este pan, el año pasado también lo hice, pero por circunstancias ajenas a mi voluntad no pude sacarle fotos y compartir la receta con vosotros, así que este año lo he vuelto a hacer con la misma receta del año pasado, que es un mix de varias recetas encontradas en internet, hasta reproducir lo más fielmente posible la receta original

El resultado, como os digo más arriba, es un pan jugoso y lleno de aromas, que se han ido potenciando durante las tres semanas que ha estado madurando. 

Vamos ya con la receta.

Ingredientes:

Fruta macerada
-250gr. de uvas pasas 
-80gr. de naranja escarchada 
-100ml. de ron añejo

Preparado de especias para el Stollen
-1 unidad de anís de estrella
-1/2 rama de canela
-2 clavos de olor
-1/2 vaina de vainilla
-2 vainas de cardamomo (sin la cáscara de fuera, solo las semillas)
-1 pizca de nuez moscada rallada

Prefermento
-100gr. de harina de fuerza
-50gr. de levadura fresca
-80ml. de leche entera
-1 cucharadita de azúcar

Masa
-300gr. de harina de fuerza
-90gr. de azúcar
-1 huevo tamaño mediano
-2 yemas de huevo
-50ml. de leche entera
-60gr. de harina de almendra
-80gr. de mantequilla a temperatura ambiente
-el preparado de especias del Stollen
-la fruta macerada
-ralladura de 2 limones (solo la parte amarilla)
-60gr. de almendras tostadas picadas gruesamente
-60gr. de nueces picadas gruesamente
-1 cucharadita de sal

Acabado
-mantequilla derretida para bañar el Stollen
-azúcar glas en abundancia para espolvorear por arriba

Preparación:

Tres días antes de preparar el Stollen, ponemos la fruta a macerar con el ron, para ello picamos la naranja escarchada en cubitos, y la echamos en un recipiente con tapa, añadimos también las uvas pasas, y por último el ron. Tapamos el recipiente, agitamos y dejamos en maceración durante tres días. Una ó dos veces al día, volvemos a agitar el recipiente para que toda la fruta quede bien impregnada.

Otra cosa que tenemos que hacer antes de comenzar con la preparación propiamente dicha del Stollen, es moler todas las especias y reservar.

Después preparamos el prefermento, y para ello diluimos en un recipiente la levadura en la leche tibia, añadimos el azúcar, mezclamos y por último añadimos la harina tamizada, mezclamos de nuevo hasta integrarla, y tapamos con papel film hasta que casi triplique su tamaño.

Cuando el prefermento esté listo, echamos en la panificadora la harina tamizada, añadimos también la harina de almendra, las especias molidas, el azúcar y la sal, la leche tibia, el prefermento, el huevo y las dos yemas, y seleccionamos el programa de amasado de la panificadora durante aproximadamente diez minutos, el tiempo justo para que se integren todos los ingredientes y se forma una bola de masa dentro de la cubeta. En ese momento interrumpimos el programa, y con la panificadora tapada dejamos la masa en reposo una media hora.

Después de ese tiempo de reposo, continuamos con el programa de amasado hasta que concluya, en mi máquina otros diez minutos (20 minutos en total)

Una vez terminado el programa de amasado, volvemos a comenzar de nuevo el mismo programa, y vamos añadiendo en tres tandas, la mantequilla a temperatura ambiente, cortada en dados. Cuando esté toda la mantequilla integrada en la masa esperamos a que concluya el programa de amasado, retiramos la masa de la cubeta a un recipiente amplio, y lo cubrimos con papel film y dejamos en reposo hasta que doble el volumen.

Una vez que la masa ha levado, la colocamos sobre la encimera ligeramente enharinada, amasamos un poco para desgasificar, y con un rodillo formamos un rectángulo, después esparcimos sobre la masa las frutas que teníamos macerando, bien escurridas. Esparcimos también las almendras y las nueces picadas. A continuación amasamos con las manos hasta integrar todo en la masa. Al principio cuesta un poco, pero poco a poco se consigue.

Una vez que tenemos las frutas maceradas y los frutos secos integrados en la masa, la aplastamos con un rodillo dándole forma de óvalo, y con el mismo rodillo hacemos una hendidura longitudinal algo descentrada, de manera que nos queden dos lóbulos uno más grande que otro. Doblamos la masa por la hendidura, de manera que quede el lóbulo pequeño sobre el grande para darle la forma típica del Stollen. 

Colocamos el Stollen ya formado sobre la bandeja del horno sobre papel sulfurizado, lo cubrimos con papel film, y dejamos que fermente hasta que aumente en torno a un 50%. No va a doblar el volumen, peque la masa soporta mucho peso de las frutas maceradas y los frutos secos.

Cuando el Stollen haya crecido, precalentamos el horno a 165º, y lo colocamos en la segunda ranura empezando por abajo con calor abajo durante los primeros 15 minutos, y después, unos 40 minutos más aproximadamente, con calor arriba y abajo, hasta que tenga un bonito color dorado. 

Una vez listo lo retiramos del horno, y en caliente lo pincelamos con mantequilla derretida, espolvoreamos abundante azúcar glas por encima, y dejamos enfriar sobre una rejilla.

Una vez frío, lo envolvemos en papel de hornear, después cubrimos con film transparente, y finalmente lo metemos dentro de una bolsa de plástico hermética, con cierre en zip, y lo dejamos madurar durante 3 semanas en la parte baja del frigorífico. 

Abajo podéis ver con más detalle los trozos de frutos secos y de naranja escarchada. Lástima que no podáis apreciar también el olor tan maravilloso que desprende después de estar madurando durante tres largas semanas.


Parece muy latoso, pero os aseguro que el resultado final bien merece la pena el trabajo y la larga espera.

Con el deseo de que os haya gustado, me despido por hoy. Nos vemos en unos días con una nueva receta ideal para las fiestas que se avecinan.

Hasta entonces. Un abrazo.

viernes, 3 de diciembre de 2021

Detalles para invitados 2020 y 2021


El año 2020 y el 2021 las celebraciones estuvieron marcadas por el covid, pese a ello, en las épocas en las que las restricciones se habían rebajado, siguieron celebrándose con las lógicas precauciones.

Los que me seguís, ya sabéis que de un tiempo a esta parte, cuando algún niño de mi entorno se bautiza o hace la Primera Comunión, me gusta agasajarle a él y a sus padres con un detalle dulce, para entregar a sus invitados, a modo de recuerdo de esa fecha tan especial.

En las fotos faltan algunos que me olvidé fotografiar, y cuando me acordé ya era tarde porque los había entregado, pero como podéis observar, últimamente me decanté más por las galletas dulces en vez de los tarros de mermelada, como venía ocurriendo en años anteriores.

Algunas galletas iban decoradas simplemente con fondant, en unos casos con la grabación del nombre del niño y la fecha de la celebración, y en otros con unos cortadores con formas infantiles que compré no hace mucho.

En otros casos las galletas llevaban una capa de fondant, y sobre esta una fotografía del niño con el nombre y la fecha, en oblea comestible.

Espero que os gusten. Yo estas fotos las guardo en este post para que me queden como recuerdo, y me despido hasta dentro de unos días, que volveré con una receta navideña.

Hasta entonces. Un abrazo