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martes, 31 de mayo de 2022

Natillas caseras


Hoy vuelvo con una nueva receta, y en esta ocasión con un postre de los de toda la vida, pero no por ello menos apetecible: las natillas.

Ahora a finales de la primavera, con la llegada del calor, apetecen más los postres ligeros y sobre todo bien frescos, y una sobremesa con unas natillas caseras recién sacadas de la nevera, y con la canela echada por encima en el último momento, seguro que harían las delicias de la mayoría. A mí confieso que me encantan.

Para prepararlas necesitaréis los siguientes

Ingredientes (para 4 personas):

-500ml. de leche entera (también sirve semidesnatada)
-3 yemas de huevo
-10gr. de maicena (1 cucharada sopera)
-80gr. de azúcar
-1 rama de canela
-cáscara de ½ limón (solo la parte amarilla)
-canela molida
-4 galletas María para la decoración final (opcional)

Preparación:

Comenzamos echando la leche en un cazo, junto con la rama de canela y la cáscara de limón, luego lo ponemos al fuego y lo llevamos a ebullición. Tan pronto levante el hervor, retiramos del fuego y dejamos infusionar hasta que enfríe.

Cuando la leche que teníamos infusionando con el limón y la canela esté fría, la colamos y reservamos.

Aparte echamos en un cuenco las yemas de huevo con el azúcar y batimos con unas varillas, pasados unos minutos añadimos la maicena y un poco de la leche que teníamos reservada. Mezclamos bien con el batidor hasta obtener una mezcla homogénea.

La leche restante la ponemos de nuevo al fuego, cuando veamos que va a levantar el hervor bajamos el fuego al mínimo y añadimos la mezcla de huevos, azúcar y maicena, y removemos constantemente con las varillas hasta que empiece a espesar. En ese momento retiramos del fuego y vertemos las natillas en recipientes individuales, colocamos encima una galleta María, dejamos que enfríe y luego las guardamos en la nevera hasta el momento de consumirlas.

Cuando se sirvan se espolvorean con canela molida al gusto.

Para mí las natillas son de esos postres de toda la vida que nunca me aburren, y aunque las preparo a menudo, aun no tenía la receta publicada en el blog. Imagino que todo el mundo sabe hacer unas natillas, pero así como os he explicado es como las hago yo, y quería que una receta tan entrañable, que me trae recuerdos de la infancia, tuviera cabida en el blog.

Gracias por leerme. Un abrazo y hasta pronto.

domingo, 22 de mayo de 2022

Cachopo de Ternera (Receta asturiana)


En el plano gastronómico asociamos a Asturias con la fabada, la sidra, el arroz con leche…, y por supuesto con el cachopo. Allí os servirán los más grandes, por lo que pidiendo uno, pueden comer varias personas, pero no hace falta viajar a Asturias para degustar un buen cachopo, pues en casa podemos hacer unos ricos cachopos para la familia, que poniendo cuidado en elegir bien los ingredientes, nada tendrán que envidiarle a los asturianos, salvo el tamaño, muy probablemente, pero eso tampoco es ningún problema, en lugar de hacer uno muy grande, podemos hacer dos más pequeños y asunto resuelto.

La receta de cachopo clásico es la que os traigo hoy, y consiste en dos filetes de ternera, rellenos de jamón curado y queso, y luego rebozados en harina, huevo y pan rallado, y posteriormente fritos en aceite.

Como veis es una receta que no tiene mayor misterio ni complicación, lo importante es la calidad de los ingredientes y por supuesto un acompañamiento adecuado, para lograr un plato completo y exquisito.

Os dejo ya con la lista de

Ingredientes (para 2 personas):

-2 filetes de ternera
-4 lonchas finitas de jamón ibérico
-4 lonchas finitas de queso
-harina y pan rallado para rebozar
-2 huevos
-aceite de oliva virgen extra suave para freír
-pimientos del piquillo asados
-2 dientes de ajo
-ensalada básica de lechuga, tomate y cebolla para acompañar
-2 patatas grandes
-sal

Preparación:

Comenzamos cortando los filetes de ternera por la mitad. A continuación con un mazo de cocina los aplastamos un poco, salamos ligeramente (no conviene pasarse, porque el jamón ya le aporta algo de sal), y luego formamos el cachopo, para ello colocamos una mitad del filete en un plato, encima de este colocamos una loncha de jamón ibérico, a continuación las dos lonchas de queso, después otra loncha de jamón y finalmente la otra mitad del filete de ternera. Hacemos lo mismo con el otro filete de ternera y las restantes lonchas de jamón y queso. Reservamos.

Después colocamos en un plato el pan rallado, en otro la harina, y en otro los dos huevos batidos. Reservamos todo.

Pelamos las patatas, las cortamos en bastoncitos, y reservamos.

En una sartén echamos aceite de oliva hasta cubrir la base, y cuando esté caliente freímos las patatas. Si son muchas para hacerlas todas de una vez, las hacemos en dos tandas. Cuando estén doradas las retiramos a un plato y salamos.

En el mismo aceite donde hemos frito las patatas añadimos unos pimientos del piquillo en conserva y un par de ajos pelados y cortados por la mitad, desechando el germen central. Cuando los ajos empiecen a dorarse los retiramos (ya no los necesitaremos) y sacamos los pimientos a un plato. Reservamos.

Por último rebozamos por ambos lados uno de los cachopos pasándolo por harina, después por huevo batido, y finalmente por pan rallado, y freímos en la sartén, unos 2 ó 3 minutos por cada lado, a fuego medio-bajo. Cuando esté hecho lo pasamos a un plato sobre papel absorbente para retirar el exceso de aceite, y procedemos del mismo modo con el otro cachopo.

Y ya solo nos queda servir a la mesa los cachopos, acompañados de los pimientos, las patatas fritas, y una ensalada de lechuga, tomates y cebolla preparada en el último momento.

Abajo podéis ver una foto del corte. No me digáis que no tiene buena pinta, con el queso fundido en el centro, y ese rebozado tan rico en el exterior.


Pues esto ha sido todo por hoy. Nos vemos pronto con una nueva receta.

Un abrazo.

lunes, 25 de abril de 2022

Truchas a la Navarra


Donde vivo, con la llegada de la primavera se dan cita a la orilla de los ríos los pescadores buscando las tan preciadas truchas. Hablo lógicamente de la pesca fluvial, cuya temporada comienza en marzo y finaliza a finales de julio aquí en Galicia.

Desgraciadamente desde que mi padre falleció no he vuelto a probar truchas de río, de modo que me tengo que conformar con las de piscifactoría, que tampoco están nada mal, y se pueden comer en cualquier época del año, aunque no sé por qué pero es en primavera y verano cuando más me apetecen.

La receta que os presento hoy, truchas a la Navarra, es muy sencilla de preparar y está de vicio, y si utilizáis truchas de río es el no va más, pero si no tenéis esa suerte y son truchas de piscifactoría, procurad que no sean muy grandes, porque cuánto más pequeñas más ricas estarán.

Vamos ya con la receta, veréis qué fácil es

Ingredientes (para 4 personas)

-1kg. de truchas
-lonchas finas de jamón ibérico (mejor si tiene algo de grasita)
-harina para rebozar
-aceite de oliva suave para freírlas
-sal
-pimentón picante
-2 dientes de ajo

Preparación:

En primer lugar evisceramos las truchas y las lavamos bien bajo el grifo. Después las secamos con papel de cocina, espolvoreamos con una pizca de pimentón picante en su interior, rellenamos cada trucha con una loncha de jamón, las salamos y las rebozamos ligeramente en harina. Reservamos.

Aparte echamos aceite de oliva suave en una sartén y añadimos dos dientes de ajo que previamente habremos chafado dándole un golpe fuerte con la hoja de un cuchillo. Esperamos a que los ajos se doren, en ese momento los retiramos y añadimos las truchas y las freímos a fuego medio-alto, primero por un lado y luego por el otro, hasta que estén doradas por ambos lados.

A medida que se vayan haciendo las vamos retirando a una fuente, y las servimos acompañadas de una ensalada básica de lechuga, tomate y cebolla, y unas patatas que habremos cocido, y después las escurrimos y seguidamente le echamos aceite de oliva virgen extra por encima.

Como veis más fácil y sencillo imposible, y lo más importante, un plato delicioso, que a mí me trae muchos recuerdos de la infancia, de cuando mi padre iba a pescar los domingos a un río de aquí de la zona, y mi madre le preparaba algo de comer, muchas veces una tortilla, y mientras él llenaba la bota de vino, y después cuando regresaba, si la jornada había sido productiva, las truchas las vendían en un restaurante de la zona para hacerse con un dinerito extra, y si traía pocas piezas, entonces preparaba mi madre esta receta que os acabo de mostrar, y al ser pocas casi todas me las comía yo, porque ya se sabe que para unos padres primero que ellos son los hijos, así que en justa recompensa esta entrada se la dedico a ellos dos, a Antonio y a Carmen, mis adorados padres, que ahora vuelven a estar juntos de nuevo y me cuidan desde el cielo. ¡Os quiero!

Y con esto finalizo por hoy. Nos vemos en unos días.

Un abrazo.

martes, 29 de marzo de 2022

Manitas de cerdo con berzas (Festa da Uña de San Lázaro)

 

El quinto domingo de cuaresma, conocido también como Domingo de Pasión, se celebra la festividad de San Lázaro, y en Santiago de Compostela, la iglesia de San Lázaro se encuentra a la entrada de la ciudad sobre el camino francés. Allí los vecinos del barrio y aledaños, así como otros venidos de lejos, celebran ese día la festividad de su patrono honrando al santo con misas y procesión, a la que se une la subasta de las uñas de cerdo así como otras partes del cerdo, que se le ofrecen al santo siguiendo una antiquísima tradición.

Como en toda romería gallega no faltan los puestos con rosquillas, empanadas, churros y garrapiñadas en las inmediaciones del templo, y por supuesto tampoco falta la música para amenizar la jornada.  

En el aspecto gastronómico, por esas fechas en los locales de hostelería de la zona, las uñas de cerdo con berzas, chorizo y patatas son el plato estrella, tanto es así que le dedican una fiesta, la conocida como “Festa da Uña” que este año tiene lugar de los días 1 al 3 de abril.

Las uñas de cerdo, más conocidas como manitas de cerdo, tienen una textura gelatinosa que me encanta, y hace unas semanas cuando fui hacer la compra, vi unas que me gustaron y las traje con la idea de hacer este delicioso plato, el cual hoy comparto con vosotros, aprovechando que el próximo fin de semana en Santiago se celebra la “Festa da Uña”.

Ingredientes (para 4 personas):

-4 uñas partidas por la mitad
-4 chorizos
-un buen manojo de berzas tiernas (las hojas pequeñas del centro)
-1kg. de patatas
-aceite de oliva virgen extra
-pimentón dulce
-4 dientes de ajo

Preparación:

La noche anterior dejamos las uñas a desalar. Al día siguiente miramos por si tuvieran restos de pelitos, algo que ocurre con frecuencia, y personalmente a mí me da mucho repelús encontrarme eso en el plato, por lo que os aconsejo que utilicéis una cuchilla de las de afeitar, sin usar por supuesto, y que retiréis todo resto de pelos que pudieran tener. También podéis usar para esta tarea un soplete de cocina.

Después las lavamos bien bajo el grifo del agua fría y las echamos en una olla grande, cubrimos con abundante agua y dejamos cocer durante unas tres horas a fuego medio. Transcurrido ese tiempo miramos si están cocidas, y de no estarlo continuamos con la cocción hasta que al pincharlas con un tenedor se note la carne blandita. En ese momento las retiramos a una fuente y reservamos.

A continuación probamos de sal el agua donde se han cocido las manitas, y añadimos más si fuera necesario, después añadimos las berzas bien lavadas y enteras y los chorizos, y dejamos cocinar durante unos 30 minutos.

Mientras la verdura y los chorizos se van cociendo, pelamos las patatas, las cortamos por la mitad, y las añadimos a la olla. Aprovechamos para mirar los chorizos, y si están cocidos los retiramos, sino dejamos que se sigan cociendo con las patatas y la verdura.

Entretanto aprovechamos para retirar los huesos (al menos los más grandes) de las manitas de cerdo, y después las devolvemos a la olla para que cuezan de nuevo unos cinco o diez minutos con todo el conjunto.

Mientras,  cubrimos el fondo de una sartén con aceite de oliva virgen extra, cuando esté caliente añadimos los ajos laminados, y cuando empiecen a dorarse retiramos del fuego y añadimos el pimentón, removemos y reservamos fuera del fuego.

Por últimos solo nos queda emplatar, para ello servimos un ó dos patatas por comensal, un chorizo, una manita de cerdo y un poco de verdura, y echamos por encima un poco de la ajada de la sartén.

Como podéis observar es una receta que lleva su tiempo, pero no tiene la más mínima complicación, y si os gustan las manitas de cerdo, este plato os va a encantar seguro, así que os animo a que lo preparéis en casa.

Termino por hoy. Nos vemos en unos días.

Un abrazo.

lunes, 21 de marzo de 2022

Pestiños


La receta que os traigo hoy llevo muchos años viéndola en internet, en libros de cocina, en programas de televisión de contenido culinario, e incluso en los escaparates de las pastelerías en algún viaje que hice, y aunque tenía ganas de prepararlos en casa pasaba el tiempo y nunca me ponía a ello, pero todo cambió el otro día cuando se los vi publicados a Inés Carcacía, una compañera bloguera, en su blog El toque de Inés, y cuya receta podéis ver pinchando aquí, y de paso conocéis su cocina, porque tiene recetas muy interesantes y muy variadas, para todos los gustos.

La receta de los pestiños que publicó Inés me dio el empujón que necesitaba para decidirme, y no me arrepiento en absoluto porque el resultado me ha dejado maravillada. De arrepentirme de algo sería de no haberlos hecho antes, porque de verdad que estaban deliciosos. Esta es de esas recetas que entró por la puerta grande, y lo hace para quedarse.

No hace mucho caí en la cuenta de que siempre os digo de todas las recetas que publico que están muy ricas, y lo digo porque es lo que realmente pienso, pero siendo sincera también he de deciros que hay recetas que las hago una vez y nada más, pero esas ya no las publico. Sin ir más lejos, me pasó el domingo pasado, que preparé una receta de bacalao típica de Portugal, concretamente el “Bacalhau a Zé do Pipo”, que estaba comestible pero ni a mí ni a mi marido nos convenció, y como hay muchas otras recetas de bacalao que nos encantan, esa queda descartada de mi recetario y por tanto del blog.

Pues bien, justo lo contrario de lo que os comento en el párrafo anterior, me pasó con los pestiños que hoy os presento, y eso que a priori no apostaba mucho por esta receta, a lo cual también contribuyó en parte el recuerdo no muy agradable de unos pestiños que comí en Madrid, en concreto en la localidad de Getafe. Supongo que eran industriales, porque resultaron insípidos y estaban duros cual tablas de madera, en cambio los que hice en casa al ir enmelados (bañados en miel rebajada con agua) resultan muy jugosos y está llenos de aroma siendo el de sésamo, también conocido como ajonjolí, el que más resalta.

Por último, y para no enrollarme más, comentaros que los pestiños son típicos de Andalucía y Extremadura, y se sirven en Navidad y Semana Santa, aunque en algunos sitios se encuentran a la venta durante todo el año.

Respecto a la receta que comparto con vosotros, comentaros que es un mix de varias recetas que he visto por internet, por eso no cito la fuente, y sin más os dejo con la lista de

Ingredientes:

-280gr. de harina común de todo uso
-90gr. de aceite de oliva suave
-80gr. de vino blanco
-cáscara de una naranja (sin nada de la piel blanca del interior)
-cáscara de un limón (sin nada de la piel blanca del interior)
- 2 cucharaditas de anís en grano (matalahúva)
-1 cucharadita de semillas de sésamo (ajonjolí)
-1 cucharadita de levadura química Royal
-2 clavos de olor (opcional)
-una pizca de sal
-bolitas de anís para la decoración final (opcional)

Para freír

-aceite de oliva suave
-cáscara de un limón (sin nada de la piel blanca del interior)

Para el baño final

-200gr. de miel
-50gr. de agua


Preparación:

Empezaremos poniendo el aceite en una sartén al fuego y añadimos las cáscaras de limón y de naranja, el anís en grano, las semillas de sésamo, y los clavos de olor. Dejamos al fuego hasta que las cáscaras de los cítricos estén doradas, en ese momento apartamos del fuego y dejamos enfriar. En este paso lo que buscamos es aromatizar el aceite, que es lo que luego le dará sabor a los pestiños.

Cuando el aceite esté frío, lo colamos y lo echamos en un cuenco. Añadimos el vino blanco y la sal y mezclamos bien. Seguidamente añadimos la levadura en polvo y la harina en varias tandas. Al principio nos ayudamos de una cuchara de madera o similar, y luego cuando la masa vaya cogiendo consistencia y despegándose de las paredes, amasamos con las manos durante unos cinco minutos.

Cuando terminemos de amasar, envolvemos la masa en papel film, y la dejamos reposar durante 30 minutos a temperatura ambiente.

A parte ponemos una sartén al fuego con abundante aceite de oliva suave, añadimos la cáscara de un limón, y cuando esté dorado lo retiramos.

Mientras el aceite se calienta, estiramos la masa con un rodillo, y cortamos porciones cuadradas de unos 5cm. de lado, luego unimos dos extremos opuestos, y los vamos añadiendo a la sartén con el pliegue hacia abajo, después le damos la vuelta y los freímos por el otro lado. A medida que se vayan haciendo los retiramos a una fuente sobre papel absorbente.

El siguiente y último paso es calentar la miel con el agua, e ir bañando los pestiños uno a uno en la mezcla. Después los dejamos escurrir sobre una rejilla, y finalmente los colocamos en una fuente y decoramos con unos anises de colores.

También es habitual que en vez de enmelados los sirvan pasados por una mezcla de azúcar y canela.

Comentaros también que tanto los clavos de olor como el anís en grano los tenéis a la venta en la mayoría de supermercados por no decir en todos. El que es algo más difícil de encontrar es el ajonjolí o semillas de sésamo, aunque el mercadona lo tiene.

Pues esto ha sido todo por hoy. Hasta la próxima. Un abrazo.

domingo, 6 de marzo de 2022

Ropa Vieja


Después de unos días ausente coincidiendo con el carnaval, vuelvo con una nueva receta que es continuación de la última que publiqué, el cocido, porque el ingrediente principal de la receta de hoy es precisamente las sobras del cocido.

El nombre de la receta ya nos pone en preaviso, porque se conoce como “ropa vieja”, pero que el nombre no os lleva a engaño, no creáis que se trata de un plato de segunda categoría, al contrario, a mí me gusta incluso más que el propio cocido.

Como decía un amigo hace unos días en las RR SS, hay un cocido por civilización, por país, por región y por casa, y con la “ropa vieja” ocurre lo mismo, de modo que la receta que yo os muestro es la que más se adapta a nuestros gustos. Espero que sea también de vuestro agrado.

Ingredientes:

-Restos del cocido (patatas, verdura, legumbres, carnes y embutidos)
-Aceite de oliva virgen extra
-1 cebolla
-3 dientes de ajo
-1 cucharadita de pimentón dulce

Preparación:

Lo primero es deshuesar y desmenuzar las carnes sobrantes del cocido y los embutidos, y mezclar con la verdura, los garbanzos y las patatas.

A continuación ponemos un sartén al fuego y añadimos un poco de aceite de oliva con que apenas cubra el fondo de la misma. Cuando el aceite esté caliente añadimos la cebolla picada, y rehogamos a fuego bajo hasta que adquiera un color transparente, seguidamente añadimos los ajos picados, dejamos un par de minutos más hasta que empiecen a dorarse. En ese momento, retiramos la sartén del fuego, esperamos a que baje un poco la temperatura del aceite, añadimos el pimentón y mezclamos bien.

Después volvemos a poner la sartén en el fuego y añadimos los restos del cocido, mezclamos y dejamos al fuego removiendo de vez en cuando hasta que se caliente todo el contenido de la sartén de manera uniforme, y acto seguido a servir y a disfrutar de un plato sencillo, económico y lo mejor de todo, muy rico.

Con esto termino por hoy. Nos vemos pronto.

Un abrazo.

miércoles, 26 de enero de 2022

Patatas a la Riojana


El plato que os traigo hoy, hacía mucho tiempo que no lo preparaba, y no porque no nos guste en casa, al contrario, nos encanta, pero sin saber muy bien por qué últimamente no lo preparé, sin embargo el otro día, tenía el frigorífico a mínimos, solo había un par de chorizos y poco más.

Como las patatas, las cebollas y los ajos, los tengo siempre porque son de cosecha propia, pues ese día casi no había más alternativa que preparar este plato sí o sí, y como no tenía la receta publicada en el blog, le hice una foto, y hoy la comparto con vosotros, así que os dejo con la lista de ingredientes y su posterior desarrollo.  

Ingredientes:

-1kg. de patatas
-2 chorizos
-1 cebolla
-4 dientes de ajo
-1 hoja de laurel
-una cucharadita de pimiento choricero
-una pizca de pimentón dulce
-sal
-agua
-aceite de oliva

Preparación:

En primer ponemos una olla al fuego con un poco de aceite de oliva, no demasiado, porque luego el chorizo ya le aporta grasa, simplemente que cubra apenas el fondo de la olla.

Picamos muy finamente la cebolla, y la añadimos a la olla, junto con una hoja de laurel. Rehogamos a fuego bajo hasta que la cebolla esté bien pochadita, y después añadimos el ajo picado, dejamos que se dore un poco, y añadimos los chorizos cortados en rodajas, rehogamos el conjunto unos minutos más, y después apartamos el olla del fuego para que el aceite pierda algo de temperatura y añadimos una pizca de pimentón, mezclamos bien, y luego añadimos las patatas cortadas en trozos de unos 4 ó 5 cm.

Para cortar las patatas cuando estemos a mitad del corte, hacemos presión con el cuchillo, para que la patata rompa, y así suelte todo su almidón y nos quede al final una salsa espesita.

Una vez añadidas las patatas, cubrimos con agua fría, y añadimos también una cucharadita de pulpa de pimiento choricero. Después colocamos de nuevo la olla en el fuego y dejamos hervir el conjunto, durante aproximadamente 30 minutos, a fuego medio tirando a bajo, con la tapa de la olla sin que cubra por completo, sino que quede un respiro para que salga parte del vapor, y moviendo la olla de vez en cuando, para que la salsa engorde.

Cuando las patatas estén cocidas, apagamos el fuego, y dejamos que el guiso repose durante unos 10 minutos antes de consumir.

Es un plato muy humilde, pero muy rico y muy apetecible en días fríos de invierno como los que estamos viviendo, y más apetecible todavía si lo acompañamos de un tinto Rioja, y un pan artesano.

Pues esta ha sido mi propuesta de hoy. Dentro de unos días volveré con otra nueva receta, y mientras espero pasar por las cocinas de mis compañer@s que desde Navidad he estado un poco desconectada del mundo virtual.

Gracias por estar ahí. Un beso.

lunes, 22 de noviembre de 2021

Tejas de almendra

La receta que os traigo hoy, las tejas de almendra, son muy versátiles en repostería, pues igual sirven para acompañar un café con leche por la mañana en el desayuno, como un té a media tarde, pero también resultan ideales acompañando un postre tipo pudin o flan, unas natillas…, y desde luego es el acompañamiento perfecto para un helado, sobre todo si es un helado de frutas con un toque ácido, porque el contraste del ácido con el dulzor de la teja casan de maravilla.

Sin más demora, vamos con la receta.

Ingredientes:

-2 claras de huevo
-150gr. de azúcar
-125gr. de almendra laminada
-50gr. de mantequilla
-30gr. de harina de trigo

Preparación:

En primer lugar separamos las yemas de las claras, reservando las primeras para otra preparación porque en esta receta no las vamos a necesitar, y las claras las batimos a punto de nieve.

A medio batir añadimos el azúcar en dos tandas, y seguimos batiendo hasta que estén bien firmes. En ese momento añadimos la mantequilla derretida y tibia, y seguimos batiendo hasta incorporarla. Después añadimos la harina, la integramos y añadimos la mitad de las almendras laminadas y mezclamos con una cuchara. 

A continuación en una bandeja de horno, sobre papel de hornear, ponemos media cucharada sopera de la mezcla en seis montoncitos. 


Con otra cuchara extendemos muy bien para que queden finitas.


Por último colocamos encima de cada una el resto de las almendras (también podemos añadir toda la almendra en este momento, de esta manera la masa es más fácil de extender con la cuchara, y el resultado final no varía) y metemos la bandeja en el horno precalentado a 170º con calor arriba y abajo, en la parte central, y horneamos hasta que empiecen a coger un bonito color dorado. 

Tardan algo menos de diez minutos en mi horno, pero eso depende un poco de cada horno.

Una vez sacadas del horno, hay que despegarlas del papel con una espátula o el filo de un cuchillo antes de que se enfríen, y colocarlas sobre un rodillo de cocina u otro objeto cilíndrico similar,  para que cojan la forma de tejas.

Se procede así con el resto de la masa, y una vez horneadas y formadas todas las tejas, cuando estén frías, se guardan en una caja metálica, donde se conservan durante varios días.

Guardadas en una caja, con una bonita lazada, son un detalle ideal para regalar por ejemplo en las próximas fiestas navideñas.


Y con esto me despido por hoy. Dentro de unos días nos vemos de nuevo con una nueva receta.

Un abrazo.

jueves, 4 de noviembre de 2021

Galletas rizadas extremeñas

La receta de hoy es de unas galletas elaboradas a base de manteca de cerdo, muy típicas de los pueblos de Extremadura, que se caracterizan por su forma rizada, la cual lograban pasando la masa un accesorio dentado que venía con la máquina de embutir los chorizos y picar la carne, que se usan en los pueblos en la época de matanza.

Abajo os dejo una foto del despiece para que la veáis.

Yo no tenía la maquinita, pero hace tiempo ya que conseguí hacerme con una pequeña, que además de para picar carne y embutir chorizos (aunque yo no le doy ese uso) tiene este accesorio para hacer las galletas rizadas y para hacer churros, y desde que la tengo ya hice varias veces estas galletas, y también churros, porque es muy cómoda. Pero hoy no toca hablar de los churros, sino de las galletas rizadas, y para prepararlas se necesitan los siguientes

Ingredientes:

-550gr. de harina
-1 huevo
-125gr. de manteca de cerdo
-250gr. de azúcar
-125ml. de leche
-ralladura de un limón (o una cucharadita de vainilla o de canela en polvo, según gustos)
-1 cucharadita de bicarbonato
-1 cucharadita de levadura en polvo
-2 cucharaditas de sal

Preparación por el método tradicional:

Empezamos batiendo la manteca de cerdo a temperatura ambiente junto con el azúcar, cuando hayamos conseguido una mezcla homogénea añadimos el huevo, seguimos incorporando, y cuando esté añadimos la leche, la sal, la ralladura de limón e integramos bien de nuevo. Después añadimos la sal y la harina a tandas, y vamos mezclando todo, al principio con una cuchara de madera, y al final con las manos hasta incorporar  toda la harina y formar una bola que dejaremos en reposo al menos unas dos horas en el frigorífico.

Transcurrido el tiempo de reposo, procedemos a dale forma a las galletas, para ello montamos la máquina, y después cogemos trozos de masa, que vamos echando en la boca de la misma, damos a la manivela hasta que vaya saliendo la galleta por el orificio dentado, cortamos con unas tijeras del tamaño deseado, y las vamos colocando en una bandeja de horno sobre papel de hornear.

Luego con el horno precalentado a 180º, las dejamos hasta que tengan un ligero color dorado, en ese momento, retiramos del horno, y las dejamos enfriar sobre una rejilla.

Se conservan bastante tiempo guardadas en un tupper o en una caja hermética.

Preparación en Thermomix:

Para preparar estas galletas en la thermomix debéis seguir los siguientes pasos

1-Echar en el vaso la manteca a temperatura ambiente junto con el azúcar y programar tiempo 20 segundos /velocidad 4

2-Añadir el huevo y programar tiempo 15 segundos /velocidad 4

3-Agregamos la ralladura de limón (o la canela o vainilla según gustos), el bicarbonato, la sal y la leche y programamos tiempo 20 segundos / velocidad 4

4-Incorporamos la mitad de la harina y programamos tiempo 15 segundos / velocidad 5

5-Añadimos la levadura y el resto de la harina, y programamos tiempo 3 minutos/ función amasar.

A partir de aquí, con la masa ya preparada, procedemos de la misma manera que por el método tradicional.

Espero que os haya gustado la receta, y si tenéis la maquinita en casa, no dejéis de prepararlas, os aseguro que están muy ricas y desde luego son más sanas que las industriales, de eso no cabe duda. Además podéis doblar cantidades, y hacer el doble de galletas (os saldrán unas 60) así tenéis galletas para un café con leche a media tarde o para el desayuno durante muchos días pues como os dije, bien guardadas se conservan mucho tiempo.

Y sin más me despido por hoy. Nos vemos en unos días. Un abrazo

domingo, 10 de octubre de 2021

Canutillos rellenos de crema pastelera

Hoy vengo con una receta dulce que es un poco laboriosa, pero el resultado final hace que merezca la pena el esfuerzo.

Tiene como ventaja que estos canutillos se pueden preparar con unos días de antelación, guardándolos en una lata de galletas, y en el último momento se rellenan.

Otra ventaja que tienen es que la masa una vez preparada congela perfectamente, de modo que si nos sobra masa, la guardamos en el congelador y en otro momento que nos apetezca preparamos más canutillos. Yo tuve una congelada durante más de un año, y os doy mi palabra, que cuando la descongelé e hice los canutillos, no noté ninguna pérdida de sabor,  ni tampoco me dio problemas para trabajar la masa a la hora de formar los canutillos.

Para preparar estos canutillos, también conocidos como cañas rellenas, se necesitan unos utensilios tubulares que hay a la venta en muchos bazares y ferreterías, sino en internet se encuentran con facilidad.

Estos canutillos se utilizan exclusivamente para tal fin, aunque hace años nuestras abuelas utilizaban cañas de cáñamo, que reservaban de una vez para otra, tanto que en algunas familias, estos canutillos artesanos, pasaban de generación en generación.

No es mi caso, pues esta receta en mi casa no se hacía, hasta que probé las cañas en un viaje a Zamora donde son muy típicas, y también en La Mancha y en la localidad orensana do Carballiño. Me gustaron tanto, que buscando recetas, la que os muestro hoy es la que más me gustó, así que os dejo con la lista de ingredientes y el proceso de elaboración, por si os animáis a prepararlos.

Ingredientes:

-1 vaso de aceite de girasol
-1 vaso de zumo de naranja
-1 vaso de vino blanco
-1 chupito de licor de anís
-1 pizca de sal
-la corteza de una naranja y de un limón
-harina la que admita hasta que quede una masa que se despegue de las manos y forme una bola pero que no esté demasiado dura.
-aceite de girasol para freír
-azúcar y canela molida mezclados para espolvorear por encima de los canutillos

Para la crema pastelera
-500ml. de leche entera
-2 yemas de huevo
-100gr. de azúcar
-40gr. de maicena (más bien que pase 2 ó 3 gramos a que falten)
-cáscara de ½ limón
-un trozo de canela en rama

Preparación:

En primer lugar ponemos una taza de aceite al fuego con la corteza de una naranja y la de un limón. Cuando las cortezas empiecen a dorarse, apartamos del fuego, retiramos las cortezas,  y dejamos enfriar.

Cuando el aceite esté frío, lo añadimos a un cuenco, añadimos también el zumo de naranja, el vino blanco y el licor de anís, mezclamos y añadimos una pizca de sal, removemos para integrar, y luego vamos añadiendo harina poco a poco.

La cantidad de harina no os la pongo porque va a depender del tipo de harina que utilicéis, pues no todas las harinas absorben la  misma cantidad de líquidos, pero lo que hay que conseguir es una masa que se despegue de las manos, y que no esté muy dura.

Al principio para amasar os ayudáis de una cuchara de madera, y luego cuando se despegue de las paredes, ayudaros de las manos hasta que se forme una bola blandita.

Una vez hecha la masa de los canutillos, hay que darles forma, para ello untamos con aceite de girasol la encimera de la cocina, luego vamos cortando pequeñas porciones de masa con que nos llegue para cubrir un rodillo. 

Cuando tengamos la masa alrededor del canutillo, lo hacemos rodar sobre la encimera para que se sellen bien los bordes y reservamos. Así hasta terminar con todos los canutillos.

Aparte echamos abundante aceite de girasol en un cazo, y lo ponemos a fuego medio. Cuando el aceite esté caliente, añadimos los canutillos de uno en uno, sin añadir el siguiente mientras no se retire el anterior, así hasta freír todos los canutillos y que queden con un bonito color dorado por todos los lados.

A medida que se van retirando del aceite, se les saca el canutillo en caliente, con la ayuda de una servilleta o un paño de cocina, porque si dejamos que se enfríen, luego no se desprenden.

Una vez fritos los canutillos, los rebozamos ligeramente en una mezcla de azúcar y canela molida, y reservamos en una lata de galletas o un recipiente hermético hasta la hora de rellenarlos. Se guardan perfectamente durante unos días o una semana incluso.

Para el relleno, normalmente se utiliza crema pastelera, y para prepararla  ponemos un cazo al fuego con la leche, la cáscara de limón y la canela en rama, cuando levante ebullición tapamos y dejamos infusionar hasta que enfríe. Colamos la leche para retirar la corteza de limón y la canela, y nos aseguramos de que tenemos 500ml. de leche,(mejor antes de hervirla echar un poquito más porque en el fuego parte se va en el vapor)

Cuando la leche haya enfriado, reservamos un vaso y la restante la ponemos de nuevo al fuego junto con el azúcar y llevamos a ebullición, (si utilizamos el mismo cazo debemos lavarlo bien sino luego se adhiere a las paredes y le da mal sabor).

Mientras, al vaso de leche que reservamos le añadimos las dos yemas, y la maicena, mezclamos bien con un batidor de varillas o con un tenedor hasta obtener una mezcla homogénea, y cuando la leche que tenemos al fuego esté a punto de entrar en ebullición, añadimos esta mezcla de huevos y maicena, y removemos sin parar con el batidor de varillas, hasta que espese. En ese momento retiramos del fuego, tapamos con papel film para evitar que haga costra, y dejamos que enfríe. Después la guardamos en el frigorífico hasta el momento de rellenar los canutillos.

Para rellenar las cañas o canutillos, introducimos la crema pastelera en una manga, luego introducimos la boquilla por un extremo del canutillo y apretamos, y luego hacemos lo mismo por el otro extremo, y  listo para servir.

Estos canutillos son una delicia, ideales para un desayuno tardío de domingo, o de un fin de semana de puente como este del Pilar, son perfectos también para una merienda acompañando un café con leche o una infusión, y por supuesto como postre con un rosetón de nata como acompañamiento o un coulis de frutos rojos por ejemplo.

Y por hoy nada más, nos vemos dentro de unos días con nueva receta. Hasta entonces.

Un abrazo.

domingo, 3 de octubre de 2021

Tortitas de Camarones


Hoy os traigo una receta típica del Sur de nuestro país, que está para chuparse los dedos, me refiero a las tortitas de camarones.

Aquí por el Norte es muy complicado encontrar camarones frescos, que sería lo ideal, pero sirven también los camarones cocidos o congelados.  Los que yo utilicé eran congelados, y la cabeza se la retiré, lo cual no debe hacerse, pero a mí me da repelús ;)

La primera vez que probé estas tortitas fue en un bar en Valladolid, y me gustaron tanto que después en cuanto conseguí los camarones la puse en práctica.

La receta la saqué de la red, pero no recuerdo de dónde y ahora no la encuentro, por eso no cito lo fuente, pero fue de las recetas consultadas la que más me convenció, y después de probar el resultado  comprobé que la intuición no me había fallado, porque estaban exquisitas, mucho más ricas todavía que las que probé en aquel bar de Valladolid.

Creo que la diferencia en buena parte radica en utilizar harina de garbanzo recién molida, y eso lo conseguimos moliendo los garbanzos en un robot de cocina, yo lo hice en la thermomix. Mejor esto que comprar la harina de garbanzos en el supermercado.

Cuánto más líquida sea la masa, más se expandirá en la sartén y más finas y crujientes saldrán las tortitas, pero también absorben más aceite y resultan más indigestas. Estas ni son muy finitas ni muy gruesas, y para mí gusto resultan ideales, de todos modos si os gustan más finas, añadid una ó dos cucharadas más de agua a la masa.

Ingredientes:

-150gr. de camarones
-100gr. de harina de trigo
-100gr. de harina de garbanzo
-250ml. de agua fría
-1 cebolla dulce, pequeña (si es grande ½ cebolla)
-unas ramas de perejil fresco
-aceite de oliva virgen suave para freír
-sal

Preparación:

Limpiamos la cebolla y la picamos finamente. Reservamos.

Lavamos el perejil, retiramos las hojas,  desechando los tallos, las picamos finamente y reservamos también.

En un cuenco añadimos la cebolla picada, las hojas de perejil picadas, la harina de trigo, la harina de garbanzos, y una pizca de sal. Mezclamos bien con una cuchara de madera, y por último añadimos el agua y mezclamos hasta obtener una masa homogénea. Después añadimos los camarones, mezclamos un poco, y dejamos reposar la masa en el frigorífico durante 1 ó 2 horas.

Transcurrido el tiempo de reposo, ponemos una sartén grande al fuego, cubrimos la base con aceite, y cuando esté el aceite bien caliente, pero sin que llegue a humear, vamos echando cucharadas de masa. Como es una masa bastante blanda, se expandirá en la sartén formando la tortita.

Dejamos que se hagan por un lado, y luego le damos la vuelta para que se doren por el otro. Después la retiramos del aceite, y las pasamos a una fuente sobre papel de cocina para que absorba el exceso de aceite.

Así hasta terminar con toda la masa, y después servir en caliente, que es como más ricas están.

La verdad es que es una receta deliciosa, ideal para un día de fiesta o celebración, y aunque no es precisamente barata, pues los camarones son carísimos,  como se necesita poca cantidad se puede uno permitir un capricho de vez en cuando.

Espero que os haya gustado. Nos vemos dentro de unos días con una nueva receta.

Un abrazo.

lunes, 27 de septiembre de 2021

Flan de huevo


En alguna ocasión os he hablado de mis gallinas felices, pues ellas me permiten elaborar dulces exquisitos como el que os muestro hoy, el flan de huevo, esta vez en tamaño extra grande. Hace tanto que saqué la foto que no recuerdo cuando lo preparé, pero supongo que había invitados ese día porque normalmente lo hago en otra flanera más pequeña.

Es de mis postres favoritos, y ya sabéis que no tiene ninguna complicación, simplemente es batir la mezcla y cocerla en el horno al baño María hasta que cuaje.

La diferencia en el resultado final vendrá dada por la utilización de un caramelo casero, el empleo de huevos ecológicos o camperos, porque aparte de tener mejor sabor tienen menos agua, y también el empleo de leche entera, que le aportará más cremosidad.

Si os gusta darle más aroma, podemos optar por infusionar la leche con canela en rama y cáscara de limón, o con una vaina de vainilla.

Luego habréis visto flanes con burbujas en su interior y otros sin ellas, eso va por gustos, y dependerá de la temperatura del agua que utilizamos para el baño María, el que las tenga o no. Si queréis un flan con una masa compacta sin agujeritos, el agua no puede llegar a hervir en el horno, por lo tanto necesitaréis más tiempo de horneado y a una temperatura inferior, de 150º a 160º. Por el contrario si queréis un flan con burbujas, tenéis que hornearlo a 180º.

Para preparar este postre tan delicioso necesitáis los siguientes ingredientes:

Para el caramelo
-120gr. de azúcar
-unas gotas de zumo de limón

Para el flan
-10 huevos
-1 litro de leche
-150gr. de azúcar

Opcional
-1 rama de canela
-cáscara de un limón

O bien
-1 vaina de vainilla

Preparación:

Comenzaremos por preparar el caramelo, para ello ponemos un recipiente al fuego, añadimos el azúcar y unas gotas de limón, y dejamos al fuego hasta que empiece a coger un ligero color dorado, a partir de ahí vamos removiendo poco a poco hasta que todo el azúcar esté disuelto, y en ese momento retiramos del fuego y cubrimos la base y las paredes de la flanera ó flaneras individuales. Reservamos.

Si optáis por aromatizar la leche, empezamos por ponerla en un cazo al fuego (tened en cuenta que debéis echar algo más de un litro, porque al hervir, parte se evapora), añadimos una rama de canela y la cáscara de un limón (sólo la parte amarilla), o bien una rama de vainilla abierta por la mitad, y retirándole los granos con un cuchillo (se añade todo, los granos y la vaina).Cuando la leche levante el hervor, apagamos el fuego, y dejamos que enfríe para que vaya cogiendo el aroma de la canela o la vainilla según el caso.

Una vez que tengamos la leche fría, la pasamos por un colador para retirar la canela y el limón, o la vaina de vainilla, según lo que hayamos utilizado.

A parte batimos los huevos, disolvemos el azúcar en la leche y mezclamos con los huevos, y finalmente vertemos la mezcla en la flanera y horneamos al baño María hasta que haya cuajado. En ese momento retiramos del horno, dejamos enfriar a temperatura ambiente, y luego lo dejamos en la nevera porque es bien fresquito cómo más rico está.

Si lo hacéis de un día para otro estará mejor si cabe, porque se asientan los sabores.

Se desmolda en el momento de servir.

Hasta pronto. Saludos

martes, 14 de septiembre de 2021

Empanada de bacalao con uvas pasas en horno de leña


Hola amig@s,

Desde el pasado mes de diciembre no he vuelto a realizar publicaciones en el blog, porque en el mes de enero falleció mi madre, la luz de mi vida.

Ya nada será igual sin ella, pero ahora que llegó septiembre y es el mes de la vuelta a la rutina, mi intención es continuar con la actividad en el blog, por mí, y también por ella, porque sé que es lo que le gustaría.

Una de las cosas que a ella le gustaba mucho era la empanada de bacalao con uvas pasas, y como la tenía en la carpeta de borradores desde hace tiempo, ha sido la elegida en esta ocasión.

Cuando tengo tiempo y ganas la hago en horno de leña, que da un poco más de trabajo, pero tiene aún mejor sabor, si cabe. Por supuesto que se puede hacer en horno convencional, de hecho yo la hago muchas veces. A continuación os detallo la lista de los

Ingredientes:

Para la masa
-300 ml. de agua
-480gr. de harina de fuerza
-25gr. de levadura fresca ó un sobre de levadura de panadería deshidratada
-una pizca de sal
-una cucharada de aceite de oliva

Para el relleno
-500gr. de bacalao desalado
-250gr. de uvas pasas
-4 cebollas medianas
-pimientos rojos en conserva (o asados y sin piel ni semillas)
-aceite de oliva virgen extra
-una cucharada de pimentón dulce
-sal

Preparación:

En primer lugar preparamos el relleno, porque lo ideal es que esté frío cuando formemos la empanada. Para ello cubrimos el fondo de una sartén con aceite de oliva virgen extra, cuando esté caliente añadimos la cebolla, salamos y removemos, y a continuación bajamos el fuego al mínimo, dejando que se vaya pochando muy lentamente, entre 30 y 40 minutos, removiendo de vez en cuando. Cuando esté la cebolla bien pochada, retiramos del fuego, y añadimos el pimentón, removemos bien y con una cuchara retiramos el exceso de aceite a un recipiente (lo necesitaremos después para pintar la empanada al final).

Mientras la cebolla se va pochando aprovechamos para hidratar las uvas pasas, para ello las ponemos en un cuenco, las cubrimos con agua caliente y reservamos.

Por otro lado desmigamos el bacalao con las manos, le retiramos las espinas, y lo escurrimos bien.

Al final cuando la cebolla esté pochada y hayamos apartado el exceso de aceite, le añadimos el bacalao y las uvas pasas bien escurridas, mezclamos bien y reservamos hasta el momento de rellenar la empanada.

Con el relleno ya listo, lo siguiente es hacer la masa, para ello echamos el agua tibia en un bol, añadimos la sal y la cucharada de aceite (sirve el que nos sobró de pochar la cebolla, teniendo cuidado de que nos quede suficiente para pintar la empanada en el paso final), mezclamos y seguidamente vamos añadiendo la harina poco a poco. Después de echar el primer puñado de harina y cuando esté bien integrada, añadimos la levadura desmenuzándola con las manos, removemos bien y seguimos añadiendo harina hasta incorporarla toda. Al principio podemos utilizar un batidor de varillas, y después cuando la masa se empiece a desprender de las paredes amasamos a mano, mínimo diez minutos.

Se puede amasar en la batidora, y también en la panificadora, utilizando el programa de amasado que en la mía dura 20 minutos, o en la thermomix siguiendo los siguientes pasos:

1-Añadir el agua, la sal y el aceite al vaso, y programar, 3 minutos/temperatura 37º/ velocidad cuchara

2-Añadir la harina y por último la levadura desmenuzada, y programar función amasar, 3 minutos/ velocidad espiga.

Una vez hecha la masa, la dejamos reposar en un lugar cálido, dentro de un recipiente tapado con papel film o con un paño de cocina, para evitar las corrientes de aire, hasta que doble el volumen.

Cuando haya doblado el volumen, la amasamos de nuevo un par de minutos sobre la encimera untada con un poco de aceite, y la dividimos en dos mitades, una ligeramente más grande que la otra.

La mitad más grade la estiramos bien con el rodillo y la colocamos en la bandeja del horno sobre papel de hornear, luego en el centro añadimos todo el relleno, y después como la masa tiende a encogerse, con la mano izquierda vamos estirando del centro hacia los bordes, y con la otra mano extendemos el relleno.


Cuando tengamos todo el relleno extendido de manera uniforme, ponemos por encima unas tiras de pimiento rojo


Cubrimos con la otra mitad de la masa, sellando los bordes con las manos. En el centro hacemos un agujero para que salga el vapor durante la cocción.


Por último con un pincel pintamos con el aceite que habíamos reservado del relleno.


La metemos en el horno, previamente calentado a 180ºC, justo en la parte central, 15 minutos con calor abajo, luego otros 15 minutos con calor arriba y abajo, y por último calor solo arriba hasta que coja un bonito color dorado.

En horno de leña ya es más complicado. A mí me dieron un truco, y es que una vez calentado el horno y retirado los rescoldos, esperar hasta que se pueda esparcir una cucharada de harina por la superficie y no se queme. Después hay que ir vigilando de vez en cuando por la mirilla hasta que veamos que está hecha.


Parece muy complicado pero es más laborioso que difícil, de todos modos el esfuerzo merece la pena, porque está verdaderamente deliciosa. Espero que os guste.

Un abrazo