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lunes, 21 de marzo de 2022

Pestiños


La receta que os traigo hoy llevo muchos años viéndola en internet, en libros de cocina, en programas de televisión de contenido culinario, e incluso en los escaparates de las pastelerías en algún viaje que hice, y aunque tenía ganas de prepararlos en casa pasaba el tiempo y nunca me ponía a ello, pero todo cambió el otro día cuando se los vi publicados a Inés Carcacía, una compañera bloguera, en su blog El toque de Inés, y cuya receta podéis ver pinchando aquí, y de paso conocéis su cocina, porque tiene recetas muy interesantes y muy variadas, para todos los gustos.

La receta de los pestiños que publicó Inés me dio el empujón que necesitaba para decidirme, y no me arrepiento en absoluto porque el resultado me ha dejado maravillada. De arrepentirme de algo sería de no haberlos hecho antes, porque de verdad que estaban deliciosos. Esta es de esas recetas que entró por la puerta grande, y lo hace para quedarse.

No hace mucho caí en la cuenta de que siempre os digo de todas las recetas que publico que están muy ricas, y lo digo porque es lo que realmente pienso, pero siendo sincera también he de deciros que hay recetas que las hago una vez y nada más, pero esas ya no las publico. Sin ir más lejos, me pasó el domingo pasado, que preparé una receta de bacalao típica de Portugal, concretamente el “Bacalhau a Zé do Pipo”, que estaba comestible pero ni a mí ni a mi marido nos convenció, y como hay muchas otras recetas de bacalao que nos encantan, esa queda descartada de mi recetario y por tanto del blog.

Pues bien, justo lo contrario de lo que os comento en el párrafo anterior, me pasó con los pestiños que hoy os presento, y eso que a priori no apostaba mucho por esta receta, a lo cual también contribuyó en parte el recuerdo no muy agradable de unos pestiños que comí en Madrid, en concreto en la localidad de Getafe. Supongo que eran industriales, porque resultaron insípidos y estaban duros cual tablas de madera, en cambio los que hice en casa al ir enmelados (bañados en miel rebajada con agua) resultan muy jugosos y está llenos de aroma siendo el de sésamo, también conocido como ajonjolí, el que más resalta.

Por último, y para no enrollarme más, comentaros que los pestiños son típicos de Andalucía y Extremadura, y se sirven en Navidad y Semana Santa, aunque en algunos sitios se encuentran a la venta durante todo el año.

Respecto a la receta que comparto con vosotros, comentaros que es un mix de varias recetas que he visto por internet, por eso no cito la fuente, y sin más os dejo con la lista de

Ingredientes:

-280gr. de harina común de todo uso
-90gr. de aceite de oliva suave
-80gr. de vino blanco
-cáscara de una naranja (sin nada de la piel blanca del interior)
-cáscara de un limón (sin nada de la piel blanca del interior)
- 2 cucharaditas de anís en grano (matalahúva)
-1 cucharadita de semillas de sésamo (ajonjolí)
-1 cucharadita de levadura química Royal
-2 clavos de olor (opcional)
-una pizca de sal
-bolitas de anís para la decoración final (opcional)

Para freír

-aceite de oliva suave
-cáscara de un limón (sin nada de la piel blanca del interior)

Para el baño final

-200gr. de miel
-50gr. de agua


Preparación:

Empezaremos poniendo el aceite en una sartén al fuego y añadimos las cáscaras de limón y de naranja, el anís en grano, las semillas de sésamo, y los clavos de olor. Dejamos al fuego hasta que las cáscaras de los cítricos estén doradas, en ese momento apartamos del fuego y dejamos enfriar. En este paso lo que buscamos es aromatizar el aceite, que es lo que luego le dará sabor a los pestiños.

Cuando el aceite esté frío, lo colamos y lo echamos en un cuenco. Añadimos el vino blanco y la sal y mezclamos bien. Seguidamente añadimos la levadura en polvo y la harina en varias tandas. Al principio nos ayudamos de una cuchara de madera o similar, y luego cuando la masa vaya cogiendo consistencia y despegándose de las paredes, amasamos con las manos durante unos cinco minutos.

Cuando terminemos de amasar, envolvemos la masa en papel film, y la dejamos reposar durante 30 minutos a temperatura ambiente.

A parte ponemos una sartén al fuego con abundante aceite de oliva suave, añadimos la cáscara de un limón, y cuando esté dorado lo retiramos.

Mientras el aceite se calienta, estiramos la masa con un rodillo, y cortamos porciones cuadradas de unos 5cm. de lado, luego unimos dos extremos opuestos, y los vamos añadiendo a la sartén con el pliegue hacia abajo, después le damos la vuelta y los freímos por el otro lado. A medida que se vayan haciendo los retiramos a una fuente sobre papel absorbente.

El siguiente y último paso es calentar la miel con el agua, e ir bañando los pestiños uno a uno en la mezcla. Después los dejamos escurrir sobre una rejilla, y finalmente los colocamos en una fuente y decoramos con unos anises de colores.

También es habitual que en vez de enmelados los sirvan pasados por una mezcla de azúcar y canela.

Comentaros también que tanto los clavos de olor como el anís en grano los tenéis a la venta en la mayoría de supermercados por no decir en todos. El que es algo más difícil de encontrar es el ajonjolí o semillas de sésamo, aunque el mercadona lo tiene.

Pues esto ha sido todo por hoy. Hasta la próxima. Un abrazo.