La receta que os
traigo hoy la preparo desde hace mucho tiempo, no con la asiduidad que
quisiera, porque no es precisamente light, pero si por mí fuera haría una torta
de Guitiriz cada semana. Así se llama la receta de hoy, y no es más que un
bizcocho, una “bica” como la llamamos aquí, que tiene la particularidad de que
se elabora con harina de maíz, pero harina de maíz amarillo, no la harina
blanca precocida que se utiliza para preparar las famosas arepas venezolanas.
Guitiriz es una
localidad lucense, limítrofe con la provincia de La Coruña, y pertenece a la
comarca de la “Terra Chá”, cuya capital es Villalba, pueblo por el que siento
un especial cariño, pues de allí es natural Pablo, mi pareja, y como no podía
ser de otro modo, también tiene su dulce típico, el roscón de Villalba, pero
ese queda para otra ocasión.
Volviendo a lo
que nos ocupa, la torta de Guitiriz tiene incluso su propia leyenda. Al parecer
la Virgen pidió cobijo en varias casas del lugar porque llovía incesantemente,
y en ninguna accedieron a sus peticiones. Llamaron entonces a la puerta de una
casa en la que habitaba una mujer que tenía varios hijos y vivían en la más
absoluta pobreza. La mujer les dijo que cobijo sí, pero que no podía darles de
comer porque no tenía qué ofrecerles. Entonces la Virgen le pidió que cogiese
cenizas del fuego y que amasase una torta con ellas. Al principio la pobre
mujer se mostró incrédula, pero ante la insistencia de la Virgen accedió y
cocinó una torta con la que alimentó a todos
los de la casa. Aquella misma noche la lluvia caía cada vez con más
intensidad, tanta que al final todo el pueblo quedó sumergido bajo las aguas,
quedando solo a salvo la casa de aquella humilde y generosa mujer que le había
dado cobijo.
En fin, aunque no
sea más que una leyenda merece ser contada, ¿no creéis? Lo que es indiscutible
es que este bizcocho no deja indiferente al que lo pruebe. La harina de maíz le confiere un sabor muy delicado y una textura un tanto granulosa que resulta muy
agradable al paladar. Si a ello le unimos el aroma de la manteca de vaca
cocida, y el aroma del anís, el resultado es indescriptible..., hay que
probarla para saber de qué hablo.
Para los que no
sois de Galicia, os será difícil encontrar la manteca de vaca cocida, y en ese
caso podéis clarificar la mantequilla. Yo nunca lo hice, pero en
Internet si buscáis información al respecto la encontraréis sin problema. Y
sino utilizad mantequilla directamente, no tendrá ese aroma característico a
manteca de vaca, pero seguro que la torta está muy rica igualmente.
En cuanto a la
harina, como comentaba más arriba, tiene que ser harina amarilla de maíz y no
puede estar precocida. La que he usado en esta ocasión es de la marca Adpan y
la compré en los supermercados Dia. La cadena de supermercados Gadis de aquí de
Galicia también la tiene a la venta.
En otras ocasiones la he comprado allí. En
todo caso si tenéis dificultad para conseguirla podéis ir a algún herbolario,
que si no la tienen seguro que os la piden. En este caso la harina es
fundamental que sea de maíz, es el ingrediente estrella y no se puede sustituir
por otro tipo de harina.
Otro apunte antes
de dejaros con la receta, es comentaros que lo habitual es prepararla en un
molde con agujero central, para que se haga uniformemente por el centro y por
los laterales.
Y ahora sí, paso
a detallaros la lista de ingredientes y la elaboración paso a paso por si os
animáis a preparar la torta de Gutiriz en casa.
Ingredientes:
-8 huevos
-250gr. de
manteca cocida de vaca
-180gr. de azúcar
-200gr. de harina
amarilla de maíz
-100gr. de harina
de trigo con levadura
-ralladura de 1
limón
-1 chupito de
anís
-3 gotas de
esencia de anís (opcional)
Preparación:
En primer lugar
separamos las claras de las yemas y reservamos. Seguidamente con la batidora
mezclamos la manteca de vaca a temperatura ambiente con 100gr. de azúcar,
hasta conseguir una crema blanquecina. Luego vamos añadiendo las yemas de los huevos una a
una, sin añadir la siguiente mientras la anterior no esté totalmente integrada.
Cuando hayamos terminado de añadir las
yemas echamos la ralladura de limón, el chupito de anís, y la esencia de anís, y
seguimos batiendo unos minutos más para que se mezcle todo. Por último añadimos
los dos tipos de harina previamente tamizadas, mezclamos con movimientos
envolventes con ayuda de una espátula, y reservamos.
Aparte batimos
las claras de los huevos a punto de nieve con 80gr. de azúcar, y las vamos
incorporando poco a poco a la mezcla de huevos, harina y manteca, ayudándonos
de nuevo de la espátula y con movimientos envolventes.
Ya para finalizar
echamos la mezcla en un molde con forma de corona previamente untado y
enharinado, espolvoreamos un poco de azúcar por encima para que forme costra
(este azúcar no está incluido en la lista de ingredientes) y llevamos al horno
previamente calentado, a unos 200º con
calor solo en la parte de abajo, y en la segunda ranura del horno empezando
por abajo, durante aproximadamente
40 minutos.
Antes de sacarlo
del horno, pinchamos con un palillo, y si sale limpio es que está hecho,
entonces lo retiramos a una rejilla que permita circular el aire por la parte
de abajo, y cuando haya enfriado los desmoldamos y servimos en una bandeja con
blonda decorativa.
Los que tengáis
thermomix también podéis utilizarla para preparar la masa. Para ello debéis
seguir los siguientes pasos.
1-Colocamos la
mariposa en las cuchillas y vertemos en el vaso las claras de los huevos
con 80gr. de azúcar, y programamos 8
minutos (1 por cada clara)/ temperatura 50º / velocidad 3,5.
2-Volvemos a
programar de nuevo 8 minutos /velocidad 3,5 pero esta vez sin temperatura.
3-Retiramos el
merengue que acabamos de conseguir y lo reservamos.
4-Sin lavar el
vaso, y con la mariposa en la cuchilla, añadimos la mantequilla y el azúcar
restante (100gr.) y programamos velocidad 3 hasta obtener una mezcla cremosa y
blanquecina.
5-En ese momento
vamos añadiendo las yemas una a una, sin añadir la siguiente mientras la
anterior no esté totalmente incorporada.
6-Un vez añadidas
todas las yemas, retiramos la mezcla a un cuenco, y con la ayuda de una
espátula, incorporamos en varias tandas
las claras que teníamos montadas, con movimientos envolventes.
A partir de aquí
la preparación es la misma que por el método tradicional que os detallo más
arriba.
Espero que la
receta de hoy haya sido de vuestro agrado. Dentro de unos días nos vemos de
nuevo con una propuesta. Os espero
¡Sed felices!