miércoles, 25 de enero de 2023

Pizza Romana


Hoy vengo con una nueva receta de pizza, en este caso una clásica; la pizza romana, que seguro que todos habéis probado en alguna ocasión, y cuyos ingredientes, además del tomate, el queso y el orégano de siempre, incluyen el jamón cocido, los champiñones frescos laminados y las aceitunas negras. Sin duda una combinación de ingredientes muy afortunada, que la convierten en una de mis pizzas favoritas.

La masa es la misma que llevo utilizando hace ya muchos años, para las pizzas y las empanadas, y me da tan buenos resultados que creo que ya no la cambiaré nunca.

Os dejo con la lista de ingredientes y a continuación os explico cómo la preparo.

Ingredientes:

Para la masa

-150ml. de agua
-240gr. de harina de fuerza (la mía de Harina Tradicional Zamorana)
-1 cucharada de aceite de oliva virgen extra (el mío de Aceites Abril)
-1/2 sobre de levadura de panadería o 12gr. de levadura fresca
-1 cucharadita de sal

Para el relleno

-70gr. de tomate triturado
-8 champiñones medianos ó 12 pequeños
-12 aceitunas negras cortadas por la mitad
-10 lonchas de jamón cocido
-200gr. de queso mozzarella fresco
-orégano seco
-especias para pizza (Es opcional. Yo uso las de Jauja)

Preparación:

Empezaremos preparando la masa, y en mi caso pese a que tengo panificadora, y para hacer masas es ideal, por comodidad y para acelerar el proceso, muchas veces utilizo la thermomix. Para ello echo el agua, la sal y el aceite de oliva en el vaso, y programo 3 minutos/ temperatura 37º/velocidad cuchara. Después añado el resto de ingredientes, es decir, la harina y la levadura, y programo 3 minutos/función amasar. Una vez terminado de amasar, guardo la masa en un cuenco untado en aceite, y lo cubro con papel film hasta que la masa haya doblado el volumen.

Para amasarla en la panificadora echamos todos los ingredientes en la cubeta por el siguiente orden: agua, sal, aceite de oliva, harina y levadura; y seleccionamos el programa de amasado con fase posterior de levado que en mi máquina dura 1 hora 30 minutos (20 de amasado y los restantes de levado).

Si no tenéis robot de cocina para preparar la masa, se amasa perfectamente a mano, para ello echáis en un recipiente amplio la harina previamente tamizada y la sal, removéis con una cuchara de madera para mezclar, y luego hacéis un huevo en medio como si se tratase del cráter de un volcán, y añadís en él el agua tibia, en la cual habréis desleído previamente la levadura. Después vais mezclando con la ayuda de una cuchara de madera en un principio, y luego cuando se empiece a formar una bola, seguís amasando en la encimera, con las manos, durante unos diez minutos. A continuación guardáis la masa en un cuenco untado en aceite y lo tapáis para evitar que entren corrientes de aire, y ya solo queda esperar que la masa doble su volumen, en ese momento estará lista para seguir con la preparación de la pizza.

Con la masa ya lista, el siguiente paso consiste en precalentar el horno, con calor arriba y abajo, a 250º.

Mientras el horno se va calentando, estiramos la masa con la ayuda de un rodillo, dándole forma redonda, para ello estiramos del centro hacia fuera, y la colocamos sobre la bandeja del horno en la cual habremos colocado previamente papel de hornear en la base. Sobre la masa extendemos el tomate triturado, y sobre él espolvoreamos orégano seco al gusto y yo además le pongo una mezcla de especias para pizza de la marca Jauja.

Seguidamente añadimos el queso desmenuzándolo con las manos en pequeños montoncitos, y lo repartimos por toda la superficie. Después limpiamos los champiñones, y con una mandolina los cortamos en láminas finas, y los distribuimos por toda la superficie. Por último ponemos las lonchas de jamón cortadas en trozos no muy pequeños, y las aceitunas negras cortadas por la mita, y horneamos con la bandeja del horno situada sobre la base del mismo, es decir, la bandeja, en contacto con la base del horno. Esto último es importantísimo para que la base de la pizza salga crujiente.

Finalmente cuando veamos que la pizza está cocida, en mi horno tarda en torno a los 12-15 minutos, la retiramos y la colocamos sobre una rejilla hasta que enfríe un poco y después la cortamos en porciones y lista para servir y disfrutar.

Espero que os haya gustado la receta de hoy. Muchas gracias por leerme. Nos vemos dentro de unos días con una nueva receta. Hasta entonces, que seáis muy felices.

Un abrazo.

viernes, 20 de enero de 2023

Empanada de pollo y champiñones


En la anterior entrada, os comenté que había asado unas manzanas en el horno de leña, con el calor residual que quedó después de preparar un asado de pollo (podéis ver la receta pinchando aquí)

Pues bien, como solo somos dos personas en casa, mi marido y yo, un pollo entero es mucho y siempre sobra bastante, pero eso no es un problema, porque las sobras siempre acabo reciclándolas, bien sea en croquetas, en una ensalada, o como en este caso, en una empanada de pollo y champiñones, que os aseguro que está de vicio.

Os dejo ya con la lista de ingredientes y su elaboración, veréis que fácil es.

Ingredientes:

Para la masa

-300ml de agua
-450gr de harina de fuerza (la mía Harina Tradicional Zamorana)
-25gr de levadura fresca de panadería ó 9gr de levadura de panadería deshidratada
-1 cucharada sopera de aceite de oliva virgen extra (el mío de Aceites Abril)
-2 cucharaditas pequeñas de sal

Para el relleno

-6 cebollas
-400gr. de champiñones limpios y laminados
-sobras de pollo asado
-pimientos en conserva (los míos en esta ocasión eran caseros)
-aceite de oliva virgen extra (el mío de Aceites Abril)
-1 pizca de sal
-1 cucharada de pimentón dulce (el mío de Jauja)
-1/2 vasito de vino blanco (opcional)

Preparación:

Echamos en la cubeta de la panificadora el agua, el aceite de oliva, la sal, la harina tamizada y la levadura, por ese orden, y luego iniciamos el programa de amasado con fase posterior de levado que en mi panificadora es el número 7 y tiene una duración de 1 hora 30 minutos.

Mientras la panificadora prepara la masa, nosotros aprovechamos para elaborar el relleno, y para ello ponemos una sartén antiadherente al fuego y cubrimos la base de la misma con aceite de oliva virgen extra, cuando esté caliente añadimos las cebollas cortadas en juliana fina, y salamos ligeramente.

Dejamos que se rehogue a fuego suave durante unos 20 minutos.
 

Después añadimos los champiñones limpios y cortados en láminas finas. Cuando levanten el hervor, añadimos medio vaso de vino blanco (esto es opcional).

Dejamos que se hagan a fuego medio, removiendo de vez en cuando, hasta que se evapore todo el líquido que sueltan. En ese momento retiramos la sartén del fuego, para que el aceite pierda algo de calor, y añadimos el pimentón, removemos bien y dejamos reposar hasta que la masa esté lista.
 

Cuando la panificadora haya terminado retiramos la masa de la cubeta, la colocamos sobre una superficie enharinada y desgasificamos ligeramente, y la dividimos en dos partes casi iguales, solo una un poquito más grande que la otra. Cogemos la parte más grande y con ayuda de un rodillo la extendemos finamente, la colocamos en la base de una bandeja de horno sobre papel sulfurizado.

Aparte, a los champiñones y la cebolla que teníamos en la sartén, les escurrimos el aceite, y le añadimos los restos de pollo desmenuzados y mezclamos bien. Después con esa mezcla rellenamos la empanada.

 

Por encima repartimos unos pimientos en conserva.
 

A continuación tapamos con la masa restante que habremos estirado previamente con el rodillo. Hacemos un agujero en el centro para que respire en el horno.

Después pincelamos con el aceite con pimentón que quedó en la sartén donde habíamos sofrito la cebolla y los champiñones.
 

Por último la llevamos al horno, en el mío en la cuarta ranura empezando por abajo, justo en la parte central, a 180º los primeros 15 minutos con fuego abajo, y luego 10 minutos más con fuego arriba y abajo, y los últimos 5 minutos solo fuego arriba para que coja un bonito color dorado. A lo mejor en vuestro horno puede tardar más o menos, eso ya lo vais viendo.

Cuando esté hecha la retiramos del horno y la colocamos sobre una rejilla hasta que enfríe.

Espero que os haya gustado. Hasta la próxima.

Un abrazo.

miércoles, 18 de enero de 2023

Yogur Griego con Manzanas Asadas



Para el primer post de este 2023, he elegido una receta dulce, muy fácil de preparar y absolutamente deliciosa.

Se trata de un yogur griego con manzanas asadas, muy suave y cremoso, y con una mezcla de sabores del propio yogur, con la manzana y el toque de canela que le añadí, que lo convierte en irresistible. La verdad es que la foto no le hace justicia.

El pasado domingo asamos un pollo en el horno de leña. Es un horno de barro de Pereruela (Zamora) que le compramos hace unos años a Paqui de La Fábrica de Pereruela. Esos hornos mantienen la calor muchas horas, para que os hagáis una idea, el pollo lo horneamos para comer a mediodía y al día siguiente por la mañana todavía mantenía algo de calor. Por eso después de los asados casi siempre dejamos algo dentro, y el otro día metimos unas manzanas, porque tanto a mi marido como a mí nos encantan las manzanas asadas. Algunas las comimos así sin más, y otras las reservé para preparar estos yogures.

Os dejo a continuación la lista de ingredientes y después os comento cómo preparé las manzanas asadas y los yogures.

Ingredientes:

Para las manzanas asadas

-6 manzanas (las mías Golden)
-2 vasos de agua (si es en horno eléctrico llegará un vaso)
-130gr. de azúcar
-1 trocito de mantequilla cortada en cubitos (opcional)
-1 pizca de canela molida

Para los yogures (7 unidades)

-1 yogur natural
-250ml. de nata de montar
-550ml de leche entera
-1 cucharada sopera de azúcar
-6 manzanas asadas

Preparación:

Lo primero lógicamente es asar las manzanas, para ello las lavamos bien bajo el grifo, luego le hacemos un corte en la piel transversalmente y si lo preferís le sacáis el corazón y repartir en el interior unos cubitos de mantequilla. Yo en esta ocasión ni le saqué el corazón ni le añadí mantequilla.
  
Ponemos las manzanas en una bandeja, añadimos el azúcar y el gua, y las metemos en el horno hasta que estén asadas.

En mi caso como el horno todavía tenía una temperatura muy alta, las cubrí con papel aluminio para que no se quemara la piel, pero si las asáis en horno eléctrico, no creo que os haga falta, ni tampoco necesitaréis tanta agua, con un vaso o incluso algo menos pienso que será suficiente, porque en los hornos eléctricos no se evapora tanto como en los de leña.

En el horno eléctrico las ponéis a media altura, con calor arriba y abajo, y a 180º aproximadamente, durante unos 35 minutos más o menos, hasta que veáis que tienen un bonito color dorado.

Una vez asadas las dejáis enfriar, y si las queréis comer así, las podéis servir acompañadas con un rosetón de nata montada por ejemplo, y espolvoreadas con una pizca de canela molida y regado por encima con el almíbar que sueltan en el horno.



Si las vamos a emplear para la base de los yogures, le retiramos los rabitos y el corazón si no lo habíamos hecho antes de hornearlas, las cortamos en trocitos (en mi caso también la piel, porque me gusta la piel de las manzanas asadas, pero si nos os gusta encontrarla en los yogures la retiráis), mezcláis con el almíbar que sueltan y con una pizca de canela molida, y repartís la mezcla en los vasos de la yogurtera. Reservamos.

Aparte preparamos el yogur, para ello ponemos al fuego la leche, la nata y el azúcar, y cuando esté a punto de hervir apagamos el fuego, dejamos que entibie y cuando esté a 37ºC, añadimos el yogur, mezclamos bien y repartimos en los vasos de yogur, encima de la manzana asada.

Por último, ponemos los vasos dentro de la yogurtera, y la dejamos encendida durante unas 10 horas aproximadamente. Pasado ese tiempo, ya estará los yogures perfectamente cuajados, tapamos los vasos de los yogures, y los dejamos en el frigorífico para que enfríen completamente, mínimos 4 horas, aunque yo los dejo de un día para otro. Y después a disfrutar de un postre, sano y muy rico.

Si no tenéis yogurtera, podéis prepararlos en el horno, en unos vasos de cristal. La temperatura del horno ha de estar en torno a los 37ºC durante todo el proceso, sin exceder nunca los 45ºC, porque a temperaturas superiores a esa, las bacterias encargadas de transformar la lactosa de la leche en ácido láctico muere.

Esto ha sido todo por hoy. Gracias por leerme.

Un abrazo.

sábado, 31 de diciembre de 2022

X Xuntanza de Bloggers Gastronómicos de Galicia

 
Hoy no os traigo una receta como de costumbre, sino que vengo a hablaros de un evento al que acudí el pasado 29 de octubre; la X Xuntanza de Bloggers Gastronómicos de Galicia, que este año se celebró en la Ribeira Sacra.

Después de dos años sin poder celebrarse debido al coronavirus, por fin pudimos retomar la costumbre de reunirnos una vez al año, para compartir aficiones en común, y dar a conocer paisajística y gastronómicamente una región de nuestra hermosa tierra. En esta ocasión , como os dije, la elegida fue la Ribeira Sacra, una de las zonas más bonitas de Galicia.

La jornada comenzó a primera hora de la mañana con un desayuno en el bar Cantón de Bailen, en el municipio de Monforte de Lemos, consistente en un trozo de bica y café, o bien un pincho de tortilla el que lo prefirió.


Foto de Belén Delgado Pulgar, del blog El toque de Belén


Una vez reunidos todos y con las pertinentes acreditaciones, desde el bar en el que desayunamos nos dirigimos andando al Centro do Viño da Ribeira Sacra, que está cerquita, en un precioso edificio del s. XVIII que anteriormente fue un hospital, y también sede de la Casa Consistorial.                              




El vino de la Ribeira Sacra, junto con el Albariño, Valdeorras, Monterrei y Ribeiro, conforman las cinco Denominaciones de Origen con que cuentan los vinos gallegos, siendo la más joven  precisamente la del vino de la Ribeira Sacra, que fue creada en 1997.

El territorio de la Ribeira Sacra, lo componen, un conjunto de municipios del sur de la provincia de Lugo y norte de Ourense. La capital de la Ribeira Sacra es Monforte de Lemos, localidad lucense que se encuentra en el sur de la provincia, y es a la vez capital de la comarca Tierra de Lemos.

Desde el punto de vista turístico, el centro neurálgico de Monforte es la colina de San Vicente, donde se encuentran el Monasterio de San Vicente, la Torre del Homenaje, y el Palacio de los Condes de Lemos.

De visita obligada es también el Colegio de Nuestra Señora de la Antigua, conocido popularmente como Colegio de los Escolapios, porque en la actualidad imparten clase en él los Padres Escolapios. Situado junto al río Cabe, que atraviesa la ciudad, y de estilo herreriano, este edificio es conocido también como el Escorial gallego.

Al lado del Colegio de los Escolapios, en pleno centro de la ciudad, se encuentra el Puente Viejo, considerado de origen romano, si bien su estructura actual es posterior a la época de los romanos.


Al otro lado del puente, se encuentra un nuevo punto de interés para el visitante; el Convento de las Clarisas, que alberga uno de los museos de arte sacro más importantes de España.

Además de la capital, hay muchos otros lugares que visitar en esta región de Galicia: monasterios, iglesias, miradores, pequeños pueblos con encanto, bodegas, y por supuesto una rica y variada gastronomía, además de sus afamados vinos, son razones de peso para viajar a esta zona.

Pero volviendo a los actos de la Xuntanza, en la visita guiada al Centro del Vino, nos hablaron entre otras cosas, de las distintas subzonas que comprende el territorio de la Ribeira Sacra, y que son: Amandi, Quiroga-Bibei, Chantada, Ribeiras do Sil y Ribeiras do Miño.


La guía que nos acompañó también hizo referencia a las variedades de uva que se cultivan en la Ribeira Sacra. Para los tintos se utilizan principalmente uvas Mencía, Albarello (también conocida como Brancellao) y Merenzao. Para los blancos se utilizan uvas Albariño, Dona Branca, Godello, Loureira, Torrontés y Treixadura.




La vendimia en la Ribeira Sacra es una actividad de riesgo, pues las vides están distribuidas en bancales o terrazas, para adaptar el cultivo al relieve y salvar las enormes pendientes del terreno, que va de un 30% como mínimo a un 100% como máximo.

Debido a ello, la viticultura de esta denominación de origen ha sido reconocida en el año 2011 con el sello específico de "viticultura heroica" por el CERVIM, organismo internacional que difunde los valores de la viticultura de montaña, presente tan solo en un 5% del viñedo global.


En los últimos tiempos algunos viñedos disponen de un sistema especial de transporte adaptado a la finca, que consiste en una cinta transportadora con dos rieles. favoreciendo el traslado de la uva en las zonas de más pendiente.


Y finalizada la visita al Centro del Vino, no sin antes hacernos la foto de familia que encabeza este post, pusimos rumbo al siguiente punto de la agenda del día; un viaje en catamarán por los Cañones del Sil, con salida del embarcadero Ponte do Sil, gracias a la colaboración de la Diputación de Lugo

Pese a que el día amaneció lluvioso, durante los primeros minutos del trayecto escampó, lo cual nos permitió disfrutar del paisaje en el exterior de la embarcación.




Cuando la lluvia hizo de nuevo acto de presencia, bajamos al interior a disfrutar de una cata de vinos Godello y Mencía por cortesía de la D. O. Ribeira Sacra


Anteriormente había visitado esta zona, pero no había hecho el viaje en catamarán, y era algo que tenía pendiente, pero lo que no imaginé nunca fue poder cumplir mi deseo en tan grata compañía, pues entre las amenas indicaciones de la guía que nos acompañó, las impresionantes vistas del paisaje y la cata de vinos, el trayecto se hizo muy ameno, y cuando llegamos al final del mismo, afortunadamente había cesado la lluvia.

Y después del viaje en catamarán pusimos rumbo al restaurante-vinoteca Merenzao, donde tuvo lugar el acto principal de la jornada; una comida de confraternización de todos los bloggers y acompañantes que asistimos al evento.

Foto de Belén Delgado Pulgar del blog El toque de Belén

Al frente de los fogones estaba el chef Carlos J. González, que elaboró un menú abundante y muy variado.


Para abrir boca, unos aperitivos consistentes en: tartaleta de anguila ahumada y cremoso de queso del Cebreiro. "Guacamole" de calabaza asada y salicornia, y por último, Mejillón de Galicia escabechado en su concha crocante. Los tres muy ricos, especialmente el mejillón, para mi gusto.


Seguimos con huevo Mollet de Pazo de Vilane Shitakes y suave bechamel trufada. Me encantó, estaba exquisito.


El siguiente plato fue Jurel de PescadeRías marinado en AOVE Arbequina de Aceites Abril sobre focaccia de olivas negras y cremoso de aguacate. Un bocado exquisito también.

Este plato y el anterior se sirvieron en orden inverso a como figuran en la carta del menú.


Después vino un plato más consistente: Guiso de pulpo y almejas de PescadeRías con garbanzos y carabinero crocante.



Continuamos con un plato de carne, en este caso, Esfera de Ternera Gallega y cremoso de boniato asado.


Y para finalizar le tocó el turno a los postres que consistieron en trufas de chocolate y licor con tofe de cacahuetes, y unos dulces caseros a Modo de Petit Fours.



Para último, un rico café.


Foto de Belén Delgado Pulgar del blog El toque de Belén

Y del restaurante, nos dirigimos a la bodega Regina Viarum donde tuvo lugar el último acto de la jornada.

Los paisajes desde allí son impresionantes, y llegamos justo a tiempo para sacar las últimas fotos, pues estaba al caer la noche.


También el recinto de la bodega está sumamente cuidado, haciendo que cada rincón sea digno de ser inmortalizado con la cámara.





El de la foto es mi marido, con cara de despistado :)




A las puertas de la bodega nos recibieron con un vino,

Foto de Roberto Ledo de Diario Luso-galaico

Ya en el interior, el guía que nos acompañó nos informó de un modo muy didáctico, acerca de todo el proceso que llevan a cabo para la elaboración del vino, desde que la uva entra en la bodega hasta el embotellado final.






Después asistimos a una cata de cinco vinos, cuatro tintos y uno blanco.



Y para finalizar nos despidieron regalándonos a cada uno de los asistentes una botella de sus vinos, todo un detalle que es muy de agradecer, al igual que la exquisita atención y la información tan interesante que nos ofrecieron acerca de las actividades que se llevan a cabo en la bodega.

No fue el único regalo que recibimos, Aceites Abril nos regaló a cada uno de los bloggers asistentes tres botellas de aceite de oliva, una de ellas personalizada, un detalle que a todos nos hizo especial ilusión.

Y antes de terminar, quisiera agradecer el trabajo de los organizadores para que esta jornada tan bonita se llevara a cabo: María Pérez Patiño del blog Desayuna Coruña, Emilia Santiago Blanco del blog Cousas de Milia, José Antonio Domínguez del blog Rutas y Restaurantes, María José Basanta del blog Laurel y Canela, y Antonio Doce del blog  El Octopus Larpeiro

Y también por supuesto agradecer el esfuerzo de los colaboradores: 


Deputación de Lugo, Concello de Monforte de Lemos, Mexillón de Galicia D.O.P. , Tenera Galega, Aceites Abril, Merenzao Restaurante-Vinoteca, Pazo de Vilane, PescadeRías, Ribeira Sacra Ruta do Viño, Ribeira Sacra Consello Regulador D. O., Centro do Viño Ribeira Sacra


Y gracias también a todos los que me leéis. Deseo de corazón que que en este 2023, que comienza dentro de unas horas. seáis muy felices y sobre todo que no os falte la salud, que es lo primordial. 

Un fuerte abrazo.

lunes, 26 de diciembre de 2022

Tarta Mousse de Turrón de Jijona


Estos días estoy inspirada, y de hecho creo que es la primera vez que publico dos entradas en días consecutivos, desde que creé el blog, allá a mediados de julio del 2015.

¡Dios mío cómo pasa el tiempo!, parece que fue ayer, sin embargo cambiaron tantas cosas desde entonces a mi alrededor… Personas con las que me unía un vínculo tan fuerte que consideraba indestructible, y sin embargo desaparecieron de mi vida, y además en un momento muy complicado para mí.

Afortunadamente, de la incredulidad y la tristeza inicial, pasé a sentir una gran paz interior. La deslealtad y la traición de esas personas, ha sido sin duda el mayor y el mejor aprendizaje que he tenido nunca. Ha sido como una sanación. Después de lo ocurrido siento una paz que nunca había sentido,  y que ha creado una conexión especial con mis antepasados, porque los problemas venían de atrás, pero las máscaras tardaron en caer.

En estos últimos años he pensado mucho en mis padres, he tenido muchos diálogos imaginarios con ellos, y tengo la absoluta convicción de que están orgullosos por cómo me he comportado en todo este asunto.

En fin, me estoy desviando del tema, pero es que estas fechas me ponen melancólica. Ya tengo tendencia a ello de por sí, soy lo que definirían como una persona PAS (persona altamente sensible), y para más inri, tímida e insegura.   El caso es que se acerca Fin de Año, y eso nos invita a hacer balance. Son fechas para echar una mirada atrás y recordar a los que no están físicamente a nuestro lado, pero que vivirán siempre en el recuerdo.

Es tiempo también para ponerse metas de cara al nuevo año, que luego casi siempre quedan en simples propósitos, al menos en mi caso. 

También para reflexionar acerca de nuestra existencia… Yo como podéis comprobar soy mucho de comerme el coco, aunque últimamente ya estoy haciendo algo de callo, y ciertos comportamientos que antes me podían arruinar el día, o incluso la semana entera, ahora apenas me inmutan. 

Podía tratarse de algo tan simple como cruzarme con algún conocido por la calle y que no me saludara; podía ser una mirada o un gesto que yo por alguna razón interpretaba como de rechazo (que no necesariamente significaba que lo fuera), el caso es que sufría por todo, y me he dado cuenta de que no puedo vivir así, esperando siempre la aceptación de los demás, que tengo que vivir mi propia vida, y no preocuparme por lo que los demás digan o piensen de mí. Lo importante es ser fiel a mí misma, a mis principios, no hacer daño a nadie, y por lo demás, como decía Violeta Parra: ”Gracias a la vida que me ha dado tanto/ Me ha dado la risa y me ha dado el llanto…”

Bueno, vamos a lo que importa, que es la receta que os traigo hoy; una tarta mousse de turrón de Jijona, conocido también como turrón blando.

Ya os decía ayer que a mí no me gusta este turrón, me resulta muy empalagoso, en cambio en esta tarta entra muy bien, porque es una tarta con un sabor suave a turrón, que está deliciosa, os lo prometo.

Tiene también otra ventaja, y es que se prepara el día anterior, o incluso la antevíspera, y además es muy fácil de preparar y se tarda muy poco tiempo.

Incluso tiene otra ventaja añadida, y es que en casi todos los hogares cuando finalizan estas fiestas quedan sobras de turrón, pues bien, no os preocupéis, con esta tarta las podéis “reciclar” y de paso disfrutar de un bocado delicioso.

Si el día de Fin de Año cenáis en casa, o la comida del día de Año Nuevo, o bien el día de Reyes, y no tenéis un postre elegido, os recomendaría esta tarta sin dudarlo.

Para prepararla vais a necesitar los siguientes

Ingredientes:

-500ml de nata de montar 35% M.G.
-1 tableta de 250gr de turrón de Jijona
-120ml. de leche
-1 yema de huevo
-7 hojas de gelatina
-1 base de bizcocho genovés (es el mismo bizcocho que el del brazo de gitano que podéis ver pinchando aquí)

Para el almíbar de bañar el bizcocho:

-1 vaso de agua
-1/2 vaso de azúcar
-1/2 vaso de brandy

Para decorar
-almendra crocante
-virutas de chocolate
-christmas toppers

Preparación:

Comenzamos poniendo las hojas de gelatina en agua fría. Reservamos.

Cortamos la plancha del bizcocho del tamaño de la base de un molde desmontable. El mío es el molde de Lekué de 23cm., que tiene una base cerámica, que permite servir directamente la tarta en la misma, pero si no tenéis ese molde, cortáis un círculo de papel de hornear del tamaño de la base del molde, y después ponemos la plancha de bizcocho encima.

Lo siguiente será emborrachar el bizcocho, para ello hacemos un almíbar ligero poniendo 1 vaso de agua y ½ vaso de azúcar al fuego, cuando hierva y el azúcar se haya disuelto, añadimos ½ vaso de brandy, dejamos que hierva unos minutos más para que se evapore el alcohol, y con el almíbar caliente, y la ayuda de un pincel de silicona, emborrachamos bien todo el bizcocho. Reservamos.

Aparte batimos la leche y la yema de huevo. Ponemos al fuego, y cuando esté a punto de entrar en ebullición, añadimos el turrón previamente desmenuzado (las manos bien limpias son la mejor herramienta). Removemos la mezcla con una cuchara de madera, durante unos minutos, intentando deshacer los grumos de turrón. Después de que el turrón esté bien integrado (si os siguen quedando grumos podéis utilizar la batidora para deshacerlos), vamos añadiendo las hojas de gelatina de una en una, hasta integrarlas todas. Reservamos.

Cuando la mezcla de turrón esté templada, montamos la nata en la batidora, y luego la añadimos a la nata, y continuamos batiendo unos segundos hasta conseguir una mezcla homogénea.

Por último echamos esta mezcla en el molde, alisando la superficie con una espátula, y guardamos en la nevera unas 8 horas. Mejor dejarlo de un día para otro.

Por último solo nos queda desmoldar, decorar con virutas de chocolate y almendra crocante, y si tenéis por casa algún adorno típico de estas fechas también se lo ponéis, porque  queda bonito, y por los ojos también entra la comida.

Y esto ha sido todo por hoy. Espero que la receta haya sido de vuestro agrado.

Un abrazo.