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viernes, 20 de enero de 2023

Empanada de pollo y champiñones


En la anterior entrada, os comenté que había asado unas manzanas en el horno de leña, con el calor residual que quedó después de preparar un asado de pollo (podéis ver la receta pinchando aquí)

Pues bien, como solo somos dos personas en casa, mi marido y yo, un pollo entero es mucho y siempre sobra bastante, pero eso no es un problema, porque las sobras siempre acabo reciclándolas, bien sea en croquetas, en una ensalada, o como en este caso, en una empanada de pollo y champiñones, que os aseguro que está de vicio.

Os dejo ya con la lista de ingredientes y su elaboración, veréis que fácil es.

Ingredientes:

Para la masa

-300ml de agua
-450gr de harina de fuerza (la mía Harina Tradicional Zamorana)
-25gr de levadura fresca de panadería ó 9gr de levadura de panadería deshidratada
-1 cucharada sopera de aceite de oliva virgen extra (el mío de Aceites Abril)
-2 cucharaditas pequeñas de sal

Para el relleno

-6 cebollas
-400gr. de champiñones limpios y laminados
-sobras de pollo asado
-pimientos en conserva (los míos en esta ocasión eran caseros)
-aceite de oliva virgen extra (el mío de Aceites Abril)
-1 pizca de sal
-1 cucharada de pimentón dulce (el mío de Jauja)
-1/2 vasito de vino blanco (opcional)

Preparación:

Echamos en la cubeta de la panificadora el agua, el aceite de oliva, la sal, la harina tamizada y la levadura, por ese orden, y luego iniciamos el programa de amasado con fase posterior de levado que en mi panificadora es el número 7 y tiene una duración de 1 hora 30 minutos.

Mientras la panificadora prepara la masa, nosotros aprovechamos para elaborar el relleno, y para ello ponemos una sartén antiadherente al fuego y cubrimos la base de la misma con aceite de oliva virgen extra, cuando esté caliente añadimos las cebollas cortadas en juliana fina, y salamos ligeramente.

Dejamos que se rehogue a fuego suave durante unos 20 minutos.
 

Después añadimos los champiñones limpios y cortados en láminas finas. Cuando levanten el hervor, añadimos medio vaso de vino blanco (esto es opcional).

Dejamos que se hagan a fuego medio, removiendo de vez en cuando, hasta que se evapore todo el líquido que sueltan. En ese momento retiramos la sartén del fuego, para que el aceite pierda algo de calor, y añadimos el pimentón, removemos bien y dejamos reposar hasta que la masa esté lista.
 

Cuando la panificadora haya terminado retiramos la masa de la cubeta, la colocamos sobre una superficie enharinada y desgasificamos ligeramente, y la dividimos en dos partes casi iguales, solo una un poquito más grande que la otra. Cogemos la parte más grande y con ayuda de un rodillo la extendemos finamente, la colocamos en la base de una bandeja de horno sobre papel sulfurizado.

Aparte, a los champiñones y la cebolla que teníamos en la sartén, les escurrimos el aceite, y le añadimos los restos de pollo desmenuzados y mezclamos bien. Después con esa mezcla rellenamos la empanada.

 

Por encima repartimos unos pimientos en conserva.
 

A continuación tapamos con la masa restante que habremos estirado previamente con el rodillo. Hacemos un agujero en el centro para que respire en el horno.

Después pincelamos con el aceite con pimentón que quedó en la sartén donde habíamos sofrito la cebolla y los champiñones.
 

Por último la llevamos al horno, en el mío en la cuarta ranura empezando por abajo, justo en la parte central, a 180º los primeros 15 minutos con fuego abajo, y luego 10 minutos más con fuego arriba y abajo, y los últimos 5 minutos solo fuego arriba para que coja un bonito color dorado. A lo mejor en vuestro horno puede tardar más o menos, eso ya lo vais viendo.

Cuando esté hecha la retiramos del horno y la colocamos sobre una rejilla hasta que enfríe.

Espero que os haya gustado. Hasta la próxima.

Un abrazo.

domingo, 19 de mayo de 2019

Pollo asado en horno de leña


El pollo asado es de esas recetas que nunca fallan, y que gustan a casi todos. Poca gente conozco que no le guste la carne de pollo asada, haciendo memoria solo a un primo que en una ocasión que estuvo ingresado en el hospital, cuando fui a visitarlo se quejaba de que le daban mucho pollo y que él la carne de pollo no la probaba.

A mí por el contrario, y pese a que no soy muy carnívora, el pollo me gusta de cualquier manera, incluso simplemente cocido en agua, pero tengo que reconocer que cómo más me gusta es asado, y lo que más me gusta es la piel bien churrascadita y crujiente.

Hasta que hace unos años compramos un horno de leña en la localidad zamorana de Pereruela, lo preparaba en el horno eléctrico, y está muy rico, pero ahora lo preparamos siempre en el horno de leña, y tiene un sabor diferente, no sabría cómo describirlo, pero se le nota y no  solo con el pollo o las carnes en general, con las pizzas por ejemplo el resultado es espectacular.

Cuando compramos el horno de leña compramos también un recipiente para asar pollos precisamente, es como un  plato circular de barro con un saliente en la parte central, también de barro, sobre el que se coloca e el pollo sentado y  así la piel queda crujiente por todos los lados, sino la parte que tocaba la bandeja quedaba en contacto con el líquido que suelta el pollo durante la cocción y no tenía esa textura crujiente.

Ese saliente central sobre el que se asienta el pollo, es también de barro, y ya sabéis que el barro alcanza altas temperaturas, con lo cual, al ir introducido dentro del pollo, ayuda a que se haga bien por dentro.

Este asador de pollos como es de barro en su totalidad, se puede usar tanto en hornos de leña, de gas o eléctricos, e incluso en cocinas de inducción, de manera que aunque no tengáis el horno de leña, si os interesa adquirir un asador de estos o cualquier otro recipiente de barro, como también venden online, os dejo el enlace aquí.

Y sin más paso a detallaros los ingredientes que necesitáis para preparar la receta de hoy.

-1 pollo entero eviscerado
-4 patatas grandes ó 5 medianas
-1 cebolla
-sal
-1/2 limón

Preparación:

La víspera con un soplete de cocina quemamos bien cualquier resto de plumas que traiga el pollo, después lo lavamos, los secamos con un paño limpio, y por último salamos por dentro y por fuera, y lo guardamos en  la nevera hasta el día siguiente.

Al día siguiente encendemos el horno, para ello utilizamos papel de periódico arrugado, y encima de él colocamos pequeñas ramas, encendemos el fuego y cuando la leña empiece a consumirse vamos colocando troncos más grandes, pasados unos minutos, cuando veamos que el fuego está lo suficientemente avivado, cerramos la puerta con la rendija abierta y el tiro abierto, y esperamos a que se consuma toda la leña.

Cuando esté a punto de consumirse la leña, comprobamos la temperatura del horno, debe estar sobre 200º, si no la ha alcanzado añadimos algo más de leña, y después de que haya ardido toda ya estará seguramente en los 200º,  o posiblemente más.

Otra forma de saber si la temperatura del horno es la adecuada para introducir los alimentos, es comprobar que la bóveda esté blanca, pues cuando empezamos a encender el fuego se pone toda oscura por el humo, y llega un momento en que se vuelve blanca, ese es sin duda el mejor indicativo de que el horno está listo para cocinar. Ahora será el momento de extender las brasas por la base del horno, para que se caliente uniformemente, cerramos la puerta y la rendija, cerramos también el tiro, y esperamos cinco minutos.


Durante ese tiempo de espera, pelamos las patatas, las cortamos en rodajas algo gruesas y las salamos. Asimismo pelamos la cebolla.

Después colocamos dentro del pollo medio limón, y lo introducimos en el asador. En la base del mismo colocamos las cebollas y la patatas mezcladas, añadimos un  chorro de aceite de oliva virgen extra por encima, y medio vasito de agua.

A continuación apartamos las brasas del horno a un lado y colocamos el pollo dentro, en un principio cubierto con papel de aluminio para que se vaya haciendo poco a poco por dentro y no se queme la piel, después cuando veamos que al pinchar con un tenedor ya está hecho por dentro, sacamos el papel de aluminio y dejamos unos minutos más el pollo destapado dentro del horno, para que la piel termine de hacerse, y coja ese color dorado y esa textura crujiente que caracteriza a los pollos asados.

En esta ocasión el pollo tardó en hacerse unos 50 minutos, pero eso dependerá un poco del tamaño del ave. A media cocción siempre conviene darle la vuelta al asado, para que se haga por todas partes igual.
Y poco más, de esta manera tan sencilla, conseguiréis un pollo asado crujiente, doradito y delicioso, que acompañado de las patatas y una sencilla ensalada hará las delicias de los paladares más exigentes.
Si usáis un horno eléctrico o uno de gas, obviamente el procedimiento es el mismo, en torno a 200º de temperatura, y unos 50 minutos de horneado para un pollo mediano, dándole la vuelta a media cocción, y tapado con papel de aluminio hasta los 10 últimos minutos aproximadamente para que se haga bien por dentro primero, y después lo retiramos para que la piel se dore y se vuelva crujiente.

Por último, antes de terminar me gustaría dedicar la receta de hoy a Paqui Garrote, que comparte muchas de mis recetas en su grupo de facebook. Ella y su familia son los dueños de la Alfarería La Fábrica en Pereruela (Zamora), cuyo enlaces os dejé más arriba por si os interesa adquirir algún utensilio de barro para vuestra cocina. Siendo así no dejéis de contactar con ellos pues son gente muy amable, servicial y de confianza. 

Esta familia tiene también dos casas de turismo rural en esta localidad zamorana, una zona muy interesante desde el punto de vista turístico, pues no muy lejos está Fermoselle y los famosos Arribes del Duero, y la capital, Zamora, está a tan solo 15 kilómetros.

Y poco más por hoy, nos vemos dentro de unos días con una nueva receta. ¡Os espero!

Feliz semana a tod@s