lunes, 25 de enero de 2016

Bizcochón (Roscón Gallego)


No sé de dónde me viene la afición por la cocina, pero de mi familia creo que no, en cambio esta receta de hoy se la debo a un familiar, en concreto a mi tía y madrina.

Me comentaba a veces que en su época se habían pasado muchas necesidades, y que por entonces el pan no lo compraban en las panaderías, sino que las familias horneaban el pan en casa.

Aun recuerdo , siendo yo pequeña, a mi madrina haciendo la hornada en casa. Por entonces ya venía el panadero con el reparto, y en todas las casas le compraban el pan, incluida la de mi madrina, pero ella de vez en cuando, supongo que por nostalgia, hacía una hornada.

Recuerdo salir de aquel horno panes, bizcochos, roscones, empanadas y boronas. Incluso horneaba la tripa del cerdo rellena con una masa dulce que incluía uvas pasas e higos... Años después reformaron la casa y derribaron el horno, ¡qué pena!, ¡cuántos buenos recuerdos guardo de aquella época!

Entonces era muy pequeña y todavía mi interés por la cocina no había despertado, pero luego con el tiempo le pedí a mi madrina la receta de aquellos bizcochos que ella hacía, y que en esta zona le llamamos “bizcochón”, supongo que será por lo grandes que se solían hacer, ya que antaño solo se  preparaban para los días de fiesta cuando venían invitados a casa y uno pequeño no era suficiente, pero normalmente se le conoce como roscón gallego. Pues recuerdo que al preguntarle por la receta mi madrina me dijo: “tantas cucharadas de azúcar y de harina, como huevos emplees”, y os prometo que aunque parezca mentira nunca falla.

Antiguamente casi todo lo hacían a ojo, y las medidas era aproximadas, de todos modos no os preocupéis que os pondré las cantidades exactas, para que si os animáis a hacerlo no tengáis problemas.

Obviamente la entrada de hoy se la dedico a mi madrina, que el próximo viernes, día 29, se cumplirá el tercer aniversario de su fallecimiento. Nuestra relación estuvo llena de altibajos a lo largo del tiempo, porque teníamos caracteres muy diferentes, pero nunca dudé de su cariño igual que yo a ella nunca dejé ni dejaré de quererla.

En nuestro caso se cumplía a la perfección aquello de que “amores reñidos son los más queridos” Desde donde quiera que estés madrina, que sepas que te quiero y te echo mucho de menos.
Os dejo ya con la receta.

Ingredientes (para un bizcochón de docena y media de huevos):

-18 huevos
-250gr. de azúcar
-190gr. de harina floja de repostería
-una pizca de sal

Preparación:

Empezamos por separar las claras de las yemas. A continuación añadimos una pizca de sal a las claras y con las varillas eléctricas batimos hasta que empiecen a espumar. Seguidamente vamos añadiendo el azúcar poco a poco hasta formar un merengue firme y reservamos.

Por otro lado batimos también con las varillas eléctricas las yemas hasta que blanqueen y aumenten de volumen. Después añadimos poco a poco las yemas al merengue y cuando estén bien integradas añadimos a la mezcla la harina, previamente tamizada, en dos o tres tandas, y con una espátula la vamos integrando suavemente y con movimientos envolventes para que la mezcla no pierda aire y no baje de volumen.

Finalmente untamos el molde con mantequilla y espolvoreamos harina para que no se pegue el bizcochón, luego echamos la masa del bizcochón en él, y lo llevamos al horno, que tendremos precalentado a 170º, y lo colocamos en la parte central, con calor solo por la parte de abajo.

Cuando veamos que la superficie está dorada, abrimos el horno e introducimos hasta el fondo un palillo largo de los que se utilizan para hacer brochetas, o en su defecto un cuchillo, y si sale limpio ya estará listo nuestro bizcochón, de lo contrario seguimos con la cocción unos minutos más.

Cuando esté cocido, lo sacamos del horno, y colocamos el molde boca abajo sobre una rejilla (para que permita la circulación de aire). Cuando haya enfriado desmoldamos, espolvoreamos la superficie con azúcar glas, y listo para servir.

Ya veis que es un dulce sencillo y humilde, que solo emplea en su elaboración azúcar, huevos y harina, en cambio está de vicio. Es un bizcocho jugoso y esponjoso, que acompaña muy bien un tazón de leche con chocolate por las mañanas, o un café a media tarde.

También es ideal como sobremesa, acompañado de un buen queso de Arzúa-Ulloa y un buen dulce de membrillo, si es casero mucho mejor.

Nada más por hoy, solo animaros a que lo hagáis, ya veréis qué rico está

Un saludo.

martes, 19 de enero de 2016

Gachas Manchegas


Las gachas son típicas de la Mancha. Se trata de un plato de origen humilde, que elaboraban en los pueblos de esta región en época de matanza, cuando se reunía la familia y los vecinos para colaborar en la faena, y para la comida preparaban gachas con trozos del cerdo recién sacrificado.

Aparte de productos cárnicos, las gachas emplean en su elaboración harina de almortas, también llamadas titos. Las almortas pertenecen a la familia de las leguminosas, y sus semillas tienen un aspecto similar a los garbanzos pero más aplanadas.

La almorta es una planta muy resistente frente a las duras condiciones climáticas lo que la convirtió en uno de los principales alimentos de supervivencia en la posguerra española, pero su consumo excesivo en aquella época provocó casos de latirismo debido a la toxicidad de estas semillas, aunque a día de hoy, dado que la dieta es mucho más variada, y por lo tanto nadie come gachas a diario, es imposible que eso suceda, de modo que por ese lado podéis comerlas sin problemas. 

Otra cosa es el aporte energético, porque son bastante calóricas, pero de vez en cuando se puede uno dar un capricho y disfrutar de un plato riquísimo, fácil de preparar y muy apetecible en esta época del año, porque es cuando hace frío cuando más apetece comer gachas.

La costumbre es comerlas en el mismo perol en el que se cocinaron, con todos los comensales reunidos en torno a él, y con un trozo de pan van arrebañando en las gachas, y acompañándolas del tocino entreverado y el chorizo empleados en su elaboración. También es costumbre acompañarlas con algún encurtido.

Os dejo con la receta.

Ingredientes (para 4 personas)

-4 lonchas de tocino entreverado o panceta (de 1cm. de grosor aproximadamente)
-4 chorizos
-6 dientes de ajo
- 4 cucharadas soperas de harina de almortas
-3 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra
-1 cucharadita de pimentón dulce (que sea de buena calidad)
-600ml. de agua (aproximadamente)
-sal (al gusto)

Preparación:

Ponemos una sartén al fuego, echamos el aceite de oliva y doramos en él los dientes de ajo cortados por la mitad. Cuando empiecen a dorarse los ajos los retiramos con una espumadera a un plato y reservamos.

En el mismo aceite de freír los ajos, echamos las lochas de panceta cortadas en trozos, cuando empiecen a dorarse y hayan soltado la grasa retiramos a un plato y reservamos. Hacemos lo mismo con los chorizos troceados, y pasados unos minutos los retiramos y reservamos también.

Con los ajos, la panceta y los chorizos fritos, el siguiente paso es echar la harina de almortas en el aceite de la fritura y rehogarla bien. 

Luego añadimos el pimentón con cuidado de que no se nos queme, y después vamos añadiendo agua poco a poco sin dejar de remover, como si estuviésemos haciendo una bechamel, para que no se hagan grumos y que no se peguen al fondo de la sartén.

Cuando tomen una consistencia parecida a la de la bechamel y al hervir empiecen a salir pequeñas chimeneas u hoyos en la superficie, es señal de que ya están las gachas listas para servir acompañadas de la panceta y los chorizos que teníamos reservados. Y si tenéis por casa algún encurtido también va muy bien con este plato.

La harina de almortas es difícil de conseguir fuera de la Mancha, pero hay empresas de venta online que la tienen, es cuestión de entrar en internet y buscarlas.

Termino por hoy. Nos vemos en breve. 

Un beso.

martes, 12 de enero de 2016

Rape con gambas y guisantes


Aunque las fiestas navideñas han terminado, la receta que hoy os presento, rape con gambas y guisantes, es ideal para un banquete de fiesta, y sin embargo es muy fácil de preparar.

La diferencia en el resultado final vendrá dada más que nada por la calidad de las materias primas, porque dificultad no presenta ninguna, de manera que si usáis productos de primera calidad, el éxito está asegurado.

Os dejo ya con la receta y lo comprobáis

Ingredientes (para 4 personas):

- 1 kg. de rape
- 300gr. de guisantes
- 500gr. de gambas peladas
-2 cebollas
-6 dientes de ajo
-1 vaso de vino blanco
-1. 1/2 vasos de caldo de pescado
-aceite de oliva virgen extra
-sal
-harina de trigo

Para el caldo de pescado
-2 litros de agua
-2 puerros
-1 zanahoria
-1 cebolla
-huesos de rape, morralla, colas de pescado...
-sal

Preparación:

Primero hacemos el caldo de pescado, para ello ponemos una olla con agua al fuego y añadimos los puerros, la zanahoria, la cebolla y los restos de pescado. Salamos y dejamos cocer a fuego bajo, por espacio de 40 minutos, desespumando cuando sea necesario. Luego colamos el caldo y lo reservamos.

Por otro lado, ponemos un cazo con agua al fuego y cuando empiece a hervir echamos los guisantes. Los dejamos hervir hasta que estén cocidos, y luego los escurrimos y reservamos.

Aparte ponemos una olla al fuego y cubrimos el fondo con aceite de oliva. Mientras el aceite se calienta, salpimentamos los trozos de rape, los enharinamos ligeramente, los doramos en el aceite y reservamos.

En el mismo aceite utilizado para dorar el rape, echamos los ajos y la cebolla picados finamente, rehogamos unos minutos y a continuación añadimos el vino blanco, esperamos unos minutos más para que se evapore el alcohol, y añadimos las gambas, los guisantes y el rape que teníamos reservados, echamos por último el caldo de pescado, sin que llegue a cubrir, y lo llevamos al horno a 180º, calor arriba y abajo, durante unos 15 minutos, para que termine de hacerse todo junto, y listo para emplatar y servir.

Como habréis podido observar, con los ingredientes indicados para hacer el caldo de pescado, también llamado fumet, obtenemos más cantidad de la que necesitamos para la elaboración de esta receta. El caldo sobrante podemos congelarlo y así cuando lo necesitemos ya lo tenemos hecho.

Espero que os haya gustado la receta. Nos vemos pronto.

Un beso

domingo, 3 de enero de 2016

Roscón de Reyes sin masa madre en Panificadora


Para clausurar la temporada navideña de este año, he elegido una receta de categoría: el roscón de reyes.

No por casualidad este blog lleva por título “rosquillas y roscones”, y es que el roscón de reyes relleno de nata es mi dulce favorito. Hay otros dulces que me gustan mucho, pero como éste ninguno, eso sí, siempre que se trate de un roscón de calidad, no los que venden en los supermercados y tiendas de alimentación.

Es cierto que es una receta un poco laboriosa, pero es un trabajo que se hace en varias fases, con lo cual resulta menos cansino, además con la panificadora el proceso se simplifica mucho porque casi todo el trabajo lo hace la máquina, y el resultado creedme que es insuperable.

De verdad que el esfuerzo bien merece la pena, tanto por lo rico que está, como por la satisfacción de haber hecho nosotros mismos el roscón. Si os animáis a hacerlo, aparte de los ingredientes que os detallo, para cumplir con la tradición, debéis disponer de un haba seca y una figurita pequeña, las cuales han de quedar ocultas en la masa, porque quien las encuentre correrá distinta suerte según cuenta la siguiente estrofa:

“He aquí el roscón de reyes,
tradición de un gran banquete,
en el cual hay dos sorpresas
para los que tengan suerte.

En él hay muy bien ocultas
un haba y una figura,
el que lo vaya a cortar
hágalo sin travesuras.

Quien al comerlo se encuentre
una cosa un tanto dura,
a lo peor es el haba
a lo mejor, la figura

Si es el haba lo encontrado,
este postre pagará,
más si ello es la figura
coronado y Rey será”

Creo que queda claro de qué va el tema, ¿verdad? Bueno, pues vamos ya con la receta y luego que Dios reparta suerte, jeje.

Ingredientes (para 2 roscones como el de la foto):

Para la masa
-100gr. de leche entera
-4 huevos
-120gr. de azúcar
-60gr. de azúcar invertido (sirve miel)
-10gr. de sal
-60gr. de manteca de vaca (sirve mantequilla)
-10gr. de licor de anís
-4 gotas de esencia de anís
-1 pizca de colorante alimentario amarillo para paella (opcional)
-600gr. de harina de fuerza
-25gr. de levadura prensada de panadería

Para el relleno (de 1 roscón)
-500ml. de nata líquida (35% M.G.)
-200gr. de azúcar glas

Para la decoración
-guindas en almíbar
-frutas escarchadas
-azúcar perlado
-almendras laminadas

Preparación:

Echamos en la cubeta de la panificadora todos los ingredientes de la masa, por el orden en el que aparecen en la lista. Iniciamos el programa de solo amasado, que en mi panificadora es el nº 11, y tiene una duración de 20 minutos. Una vez finalizado el programa, lo reiniciamos dos veces más, hasta completar una hora de amasado.

A continuación sacamos la masa de la cubeta y la echamos en una superficie plana untada en aceite, en mi caso la encimera. La dejamos reposar durante 10 minutos y luego la dividimos en dos partes iguales. Cogemos una de las partes y con las manos untadas en aceite formamos una bola, luego con los dedos índice y pulgar presionamos en el centro y hacemos un agujero. Después vamos girando la masa con las dos manos intentado alargar el agujero y a la vez procurando que nos quede un grosor uniforme. Cuando el roscón tenga el tamaño deseado, lo trasladamos a una bandeja de horno sobre papel sulfurizado.

Con la otra parte de la masa procedemos de la misma manera, y luego ponemos las bandejas de los roscones dentro del horno apagado, para que leven, hasta que triplique el volumen.

Una vez que los roscones hayan levado lo suficiente, los pincelamos con un huevo batido, los decoramos por encima a nuestro gusto (en esta ocasión he utilizado azúcar perlado y guindas en almíbar) y lo llevamos al horno, previamente calentado a 150º, durante 30 minutos, calor abajo los primeros 15 minutos, y después calor arriba y abajo hasta el final.

Si veis que se doran demasiado por la parte de arriba le ponéis por encima un trozo de papel de aluminio, y seguís con la cocción hasta que estén listos. Después los sacamos del horno, los dejamos enfriar y con un cuchillo los cortamos por la mitad. Para que luego a la hora de montar la capa de arriba, coincida en su sitio, podemos poner una marca con un palillo.

Seguidamente preparamos el relleno, para ello echamos en un bol la nata líquida bien fría, añadimos el azúcar glas y la montamos con las varillas. Cuando esté lista, le echamos en una manga pastelera con boquilla rizada, y cubrimos toda la base del roscón. A continuación colocamos la parte de arriba del roscón, haciendo coincidir las marcas de los palillos y listo para disfrutar de un delicioso desayuno la mañana de reyes.



Aquí os dejo una foto del corte, ¿a qué apetece con un vaso de leche calentito?

Antes de finalizar, comentaros una serie de cuestiones, para que si os animáis a prepararlo tengáis éxito.

Cuando le deis forma al roscón procurad hacer un agujero bastante grande, porque luego en la fase de levado, al crecer la masa, se reduce mucho, y corremos el riesgo de que  se cierre. Para mayor seguridad podéis colocar en el centro un aro de emplatar untado en aceite, y luego cuando saquemos el roscón del horno lo retiramos, si bien yo nunca he hecho esto, una porque no me hizo falta, y otra porque luego al retirar el aro no queda tan bonito, porque no se crea corteza en el centro, pero para mayor seguridad no está mal emplearlo.

En cuanto al horno, ya sabéis que cada horno es un mundo, pero mi consejo es que pongáis una temperatura baja (150º) porque la masa del roscón es pura esponja, y no necesita temperaturas muy altas, sino se quema o queda muy seco. Otro detalle relativo al horno, es que los dos roscones se horneen por separado, porque de ese modo se controla mejor la cocción. 

Por último, el relleno os aconsejo que lo hagáis en el último momento, y si no se come todo, el que sobre, como lleva nata hay que guardarlo en un lugar frío de la casa  y tapado para que no se endurezca, salvo que en lugar de nata de vaca utilicéis “nata vegetal”, algo que no os recomiendo, porque si bien es más fácil de trabajar y no necesita frío, porque se mantiene bien en un lugar fresco de la casa, ni es sana ni está rica como la nata de vaca. 

Bueno, pues si lo hacéis espero que os salga todo bien, y sino tampoco pasa nada, seguro que estará rico que es lo que realmente importa, y la próxima vez saldrá mejor.

Y nada más por hoy... ¡que los reyes os traigan muchos regalos!

jueves, 31 de diciembre de 2015

Delicias de Elche, y Feliz Año 2016


Un día más, acudo a mi cita con vosotros. En esta ocasión os presento una receta muy sencilla, que os hará quedar como reyes ante vuestros invitados, y que no tiene ni la más mínima dificultad. 

Se trata de un pincho o entrante que recibe el nombre de Delicias de Elche, aunque también hay quien lo llama dátiles con bacon, que es lo que realmente son estos pinchos.

Os dejo ya con la receta propiamente dicha:

Ingredientes (para 4 personas):

-20 lonchas de panceta curada
-20 dátiles
-20 almendras enteras tostadas

Preparación:

Primero deshuesamos los dátiles, y en la cavidad del hueso ponemos una almendra y cerramos. Así con todos los dátiles. A continuación, extendemos una loncha de panceta, ponemos en un extremo un dátil, enrollamos hasta el final y atravesamos por el medio con un palillo.

Repetimos la misma operación hasta terminar de envolver todos los dátiles.

Por último ponemos una sartén al fuego y vamos dorando los rollitos primero por un lado y luego por el otro. Finalmente emplatamos y listos para servir, mejor en caliente, que están más ricos.

Bueno, como veis es una receta muy fácil, rápida y deliciosa. Los que os guste el contraste de sabores dulce-salado, os encantará seguro. Si no la conocíais os animo a que la pongáis en práctica, ya veréis como repetís.

Y llegados a este punto, solo me resta daros las gracias por visitarme y acompañarme en esta aventura blogueril que inicié allá por el mes de julio de este mismo año. Para mí el 2015 ha resultado un año agridulce, en el mes de marzo perdí a mí tía María, a la que su hermana (mi madre) no pudo despedir debido a la enfermedad mental que padece…, perdí también a tres de mis mascotas, dos perritas: mi siempre adorada Pitita y la pobre Leticia que recogí abandonada hace unos años y estaba ciega. También a Chechu, nuestro perro “guardián”, siempre alerta ante la presencia de intrusos. 

Mi recuerdo para todos ellos, y como no, para los seres queridos que un día se fueron, en especial para mi padre, cuya ausencia siempre duele y en estos días más.

Por contra, también ha sido un año positivo en otros aspectos, he logrado algunos sueños que llevaba acariciando desde hace tiempo, el blog es uno de ellos. En definitiva ha sido un año vivido intensamente, tanto en lo bueno como lo malo, pero de eso se trata.

Al nuevo año, a nivel personal, le pido que mi madre siga como hasta ahora, que su salud no se deteriore más de lo que está, y también que las personas que quiero y me quieren tengan salud y sean felices. Un deseo que hago extensivo a todos los que me visitáis. 

De corazón os deseos a todos ¡FELIZ AÑO 2016!

jueves, 24 de diciembre de 2015

Feliz Navidad 2015


En un día tan señalado, no quería faltar a mi cita con vosotros. En esta ocasión no es para mostraros una nueva receta de cocina, sino por otros motivos.

En primer lugar, para daros las gracias por seguirme. El blog está siendo para mí como una ventana al mundo, un nexo de unión con personas maravillosas que comparten conmigo la afición por la cocina. Comprobar que algunas de esas personas, a las que llevaba siguiendo desde hace años, y que pese a no conocerlas las sentía casi como de mi familia, me visitan a menudo, me enorgullece enormemente. Formar parte de este gremio es para mí todo un honor. 

En ese sentido he de dar las gracias de un modo especial a Chus, del blog siguiendo a nenalinda, porque me invitó a la reunión anual de blogueros gallegos que este año se celebró en Pontevedra. Gracias Chus, ¡eres un encanto!

En segundo lugar, desde el rincón navideño de mi casa, quiero desearos a todos los que me seguís, unas Felices Fiestas. Estos son días muy emotivos y entrañables para la mayoría, pero son también especialmente difíciles para quienes atraviesan malos momentos.

Sabed que las personas más bellas son aquellas que han conocido la pérdida, la derrota y el sufrimiento, y han conseguido salir de la profundidades. El dolor nos cambia, nos vuelve más sensibles y humanos. Tal vez ya nada vuelva a ser como antes, quizás habremos perdido muchas cosas por el camino, pero a cambio habremos madurado y crecido como personas. Que el espíritu de la Navidad os acompañe siempre y os dé fuerzas.

A todos, ¡FELIZ NAVIDAD 2015!

lunes, 21 de diciembre de 2015

Tronco de Navidad relleno de nata


Las dos últimas entradas han sido recetas navideñas cargadas de tradición, y la de hoy no es menos. El Tronco de Navidad, tiene también su historia.

El origen de este dulce está ligado a la tradición precristiana, de quemar en el hogar un tronco grande de leña, que debía arder tres días como mínimo, y se quemaba para celebrar el solsticio de invierno y el nuevo fuego del año a punto de comenzar.

Más tarde, motivado por los cambios sociales que tuvieron lugar durante los siglos XVIII y XIX, las ciudades experimentaron un auge importante, y en los hogares se extendió el uso de las estufas en lugar de las chimeneas, lo cual obligó a modificar el rito y sustituir el tronco de leña por un dulce que lo simulara.

En definitiva, se trata de un dulce cargado de simbolismo y tradición, que en contra de lo que pueda parecer es muy fácil de elaborar. Quizás sea un poco trabajoso, pero complicación no tiene ninguna. Básicamente es como hacer un brazo de gitano, sólo cambia la decoración.

En esta ocasión he optado por un relleno muy sencillo, simplemente nata montada. Lo más tradicional es un relleno a base de castañas o de turrón. También se podría rellenar de crema pastelera por ejemplo, pero como a mí me encanta la combinación de nata con chocolate esta vez lo hice así. La próxima vez que lo haga, cambiaré el relleno y subiré de nuevo la receta, pero de momento os dejo con ésta.

Ingredientes:

Para el bizcocho (en un molde de 40 cm. de largo y 35 cm. de ancho)
-6 huevos
-60gr. harina floja de repostería
-90gr. azúcar
-una pizca de sal

Para el relleno
-500ml de nata líquida para montar (con más de 35% de M.G)
-200gr. azúcar

Para la cobertura
-300gr. de chocolate con leche (yo uso Lindt)
-20gr. de mantequilla
-90gr. de leche entera ó nata líquida

Preparación;

En primer lugar vamos a elaborar un bizcocho genovés, para ello separamos en dos cuencos las yemas de las claras. A continuación batimos las yemas hasta que blanqueen y doblen el volumen, y las reservamos.

Aparte, añadimos una pizca de sal al cuenco de las claras y con unas varillas eléctricas vamos batiendo, e incorporando en varias veces el azúcar, hasta que las claras estén a punto de nieve. 

A continuación incorporamos poco a poco las yemas al recipiente de la claras sin dejar de batir, y cuando esté todo integrado añadimos la harina previamente tamizada, también en varias veces y realizando movimientos suaves y envolventes. 

Con la harina no hay que batir mucho, sólo lo necesario para que se integre en la mezcla y nada más.

Después pasamos la masa del bizcocho a una bandeja de horno, sobre papel sulfurizado, e introducimos en el horno, previamente calentado a 180º calor arriba y abajo, durante unos 12 minutos aproximadamente, hasta que al pinchar con un palillo, éste sale limpio.

Cuando el bizcocho esté hecho, lo sacamos del horno, y en caliente, colocamos encima de él un paño de cocina húmedo, que esté bien limpio, y enrollamos el bizcocho sobre sí mismo, por la parte más ancha, y reservamos hasta que enfríe.

Mientras el bizcocho enfría, aprovechamos para montar la nata. Para que obtenga mayor consistencia y sea más firme debemos utilizar una nata que tenga un porcentaje de grasa superior al 35%, y para que monte bien y más rápido, conviene que tanto la nata como el recipiente en el que la vamos a batir, estén muy fríos. Para montarla simplemente añadimos el azúcar y con las varillas eléctricas batimos hasta que la nata esté montada.

El siguiente paso, consiste en desenrollar el bizcocho, extender la nata por encima, y volver a enrollar sobre sí mismo. Luego con un cuchillo cortamos un trozo del pastel de unos 7cm. de largo, y éste a su vez lo cortamos diagonalmente en dos partes.

Finalmente preparamos la cobertura de chocolate, para ello ponemos en un recipiente al baño María todos los ingredientes, y cuando el chocolate esté derretido, apartamos del fuego, y dejamos que entibie.

Después sólo nos queda decorar el pastel dándole forma de tronco de leña, para ello lo trasladamos a una bandeja sobre blonda, y por los laterales colocamos papel de aluminio para que luego al echarle la cobertura de chocolate por encima no se ensucie la blonda porque eso estropearía la presentación final. 

Luego con una cuchara vamos cubriendo todo el pastel con el chocolate. Los dos trozos pequeños que habíamos cortado los pegamos en la parte de arriba como veis en la foto, simulando unas ramas, y luego antes de que la cobertura se endurezca, cogemos un tenedor y formamos unos pequeños surcos creando el aspecto de una corteza de árbol.

El último paso es espolvorear un poco de azúcar glas por encima (opcional) simulando la nieve, y decorar con algunos artículos navideños si así lo deseamos. 

Después sólo queda retirar el papel de aluminio que habíamos puesto para proteger la bandeja y evitar que se ensuciara, y listo para lucirlo en la mesa.

Yo en esta ocasión no he puesto almíbar al bizcocho, porque lo hice el día anterior, y la nata ya lo va humedeciendo pues se trata de un bizcocho que es súper ligero, que absorbe la humedad como si se tratara de una esponja, pero si lo preparáis para servir pronto, entonces conviene echarle por encima un poco de almíbar con un pincel de cocina, pero sin excederse. 

El almíbar se prepararía echando en un cazo 1 vaso de azúcar, 1 vaso de agua, corteza de una naranja  (bien lavada previamente y sin nada de parte blanca), y si no hay niños un chupito de un licor (cointreau, brandy, ron, whisky...). Ponemos el cazo al fuego, dejamos que hierva a fuego bajo unos 10 minutos, luego apagamos el fuego, esperamos a que enfríe, y listo para utilizar (el almíbar sobrante lo podéis guardar en el frigorífico para otra ocasión, ser conserva bastante tiempo)

Espero que os haya gustado. Un beso