Las dos últimas entradas han sido recetas navideñas cargadas de tradición, y la de hoy no es menos. El Tronco de Navidad, tiene también su historia.
El origen de este dulce está ligado a la tradición precristiana, de quemar en el hogar un tronco grande de leña, que debía arder tres días como mínimo, y se quemaba para celebrar el solsticio de invierno y el nuevo fuego del año a punto de comenzar.
Más tarde, motivado por los cambios sociales que tuvieron lugar durante los siglos XVIII y XIX, las ciudades experimentaron un auge importante, y en los hogares se extendió el uso de las estufas en lugar de las chimeneas, lo cual obligó a modificar el rito y sustituir el tronco de leña por un dulce que lo simulara.
En definitiva, se trata de un dulce cargado de simbolismo y tradición, que en contra de lo que pueda parecer es muy fácil de elaborar. Quizás sea un poco trabajoso, pero complicación no tiene ninguna. Básicamente es como hacer un brazo de gitano, sólo cambia la decoración.
En esta ocasión he optado por un relleno muy sencillo, simplemente nata montada. Lo más tradicional es un relleno a base de castañas o de turrón. También se podría rellenar de crema pastelera por ejemplo, pero como a mí me encanta la combinación de nata con chocolate esta vez lo hice así. La próxima vez que lo haga, cambiaré el relleno y subiré de nuevo la receta, pero de momento os dejo con ésta.
Ingredientes:
Para el bizcocho (en un molde de 40 cm. de largo y 35 cm. de ancho)
-6 huevos
-60gr. harina floja de repostería
-90gr. azúcar
-una pizca de sal
Para el relleno
-500ml de nata líquida para montar (con más de 35% de M.G)
-200gr. azúcar
Para la cobertura
-300gr. de chocolate con leche (yo uso Lindt)
-20gr. de mantequilla
-90gr. de leche entera ó nata líquida
Preparación;
En primer lugar vamos a elaborar un bizcocho genovés, para ello separamos en dos cuencos las yemas de las claras. A continuación batimos las yemas hasta que blanqueen y doblen el volumen, y las reservamos.
Aparte, añadimos una pizca de sal al cuenco de las claras y con unas varillas eléctricas vamos batiendo, e incorporando en varias veces el azúcar, hasta que las claras estén a punto de nieve.
A continuación incorporamos poco a poco las yemas al recipiente de la claras sin dejar de batir, y cuando esté todo integrado añadimos la harina previamente tamizada, también en varias veces y realizando movimientos suaves y envolventes.
Con la harina no hay que batir mucho, sólo lo necesario para que se integre en la mezcla y nada más.
Después pasamos la masa del bizcocho a una bandeja de horno, sobre papel sulfurizado, e introducimos en el horno, previamente calentado a 180º calor arriba y abajo, durante unos 12 minutos aproximadamente, hasta que al pinchar con un palillo, éste sale limpio.
Cuando el bizcocho esté hecho, lo sacamos del horno, y en caliente, colocamos encima de él un paño de cocina húmedo, que esté bien limpio, y enrollamos el bizcocho sobre sí mismo, por la parte más ancha, y reservamos hasta que enfríe.
Mientras el bizcocho enfría, aprovechamos para montar la nata. Para que obtenga mayor consistencia y sea más firme debemos utilizar una nata que tenga un porcentaje de grasa superior al 35%, y para que monte bien y más rápido, conviene que tanto la nata como el recipiente en el que la vamos a batir, estén muy fríos. Para montarla simplemente añadimos el azúcar y con las varillas eléctricas batimos hasta que la nata esté montada.
El siguiente paso, consiste en desenrollar el bizcocho, extender la nata por encima, y volver a enrollar sobre sí mismo. Luego con un cuchillo cortamos un trozo del pastel de unos 7cm. de largo, y éste a su vez lo cortamos diagonalmente en dos partes.
Finalmente preparamos la cobertura de chocolate, para ello ponemos en un recipiente al baño María todos los ingredientes, y cuando el chocolate esté derretido, apartamos del fuego, y dejamos que entibie.
Después sólo nos queda decorar el pastel dándole forma de tronco de leña, para ello lo trasladamos a una bandeja sobre blonda, y por los laterales colocamos papel de aluminio para que luego al echarle la cobertura de chocolate por encima no se ensucie la blonda porque eso estropearía la presentación final.
Luego con una cuchara vamos cubriendo todo el pastel con el chocolate. Los dos trozos pequeños que habíamos cortado los pegamos en la parte de arriba como veis en la foto, simulando unas ramas, y luego antes de que la cobertura se endurezca, cogemos un tenedor y formamos unos pequeños surcos creando el aspecto de una corteza de árbol.
El último paso es espolvorear un poco de azúcar glas por encima (opcional) simulando la nieve, y decorar con algunos artículos navideños si así lo deseamos.
Después sólo queda retirar el papel de aluminio que habíamos puesto para proteger la bandeja y evitar que se ensuciara, y listo para lucirlo en la mesa.
Yo en esta ocasión no he puesto almíbar al bizcocho, porque lo hice el día anterior, y la nata ya lo va humedeciendo pues se trata de un bizcocho que es súper ligero, que absorbe la humedad como si se tratara de una esponja, pero si lo preparáis para servir pronto, entonces conviene echarle por encima un poco de almíbar con un pincel de cocina, pero sin excederse.
El almíbar se prepararía echando en un cazo 1 vaso de azúcar, 1 vaso de agua, corteza de una naranja (bien lavada previamente y sin nada de parte blanca), y si no hay niños un chupito de un licor (cointreau, brandy, ron, whisky...). Ponemos el cazo al fuego, dejamos que hierva a fuego bajo unos 10 minutos, luego apagamos el fuego, esperamos a que enfríe, y listo para utilizar (el almíbar sobrante lo podéis guardar en el frigorífico para otra ocasión, ser conserva bastante tiempo)
Espero que os haya gustado. Un beso
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