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miércoles, 29 de junio de 2022

Coca de hojaldre y cabello de ángel


En el anterior post publiqué la receta de la coca de San Juan, y hoy os presento la receta de otra coca, en este caso una coca de hojaldre con cabello de ángel. 

Las dos están exquisitas, aunque la de hoy es mucho más sencilla de preparar, salvo que optéis por hacer el hojaldre en casa, en cuyo caso, más abajo en la lista de ingredientes os dejo el enlace a la receta que tengo publicada en el blog desde hace tiempo. Animaros con el hojaldre, no es difícil, solo es un poco laborioso, pero dado que congela perfectamente, podéis prepararlo con antelación.

Para hacer esta coca, necesitaréis los siguientes 

Ingredientes:

-2 placas de hojaldre rectangulares (ver receta pinchando aquí)
-400gr. de cabello de ángel
-un puñado de piñones o de almendra picada
-una pizca de azúcar para espolvorear por encima
-1 huevo para pintar por encima

Preparación:

Comenzamos colocando una placa de hojaldre en la bandeja, sobre papel de hornear, y con un tenedor pinchamos para que no suba.


A continuación distribuimos uniformemente el cabello de ángel.


Después cubrimos con la otra plancha de hojaldre, pincelamos con huevo batido, y con un tenedor aplastamos los bordes.


Por último espolvoreamos un poco de azúcar por encima, y luego esparcimos por toda la superficie o bien piñones, o bien almendra picada.




Llevamos al horno, precalentado a 180º con calor arriba y abajo, y en la parte central, hasta que el hojaldre adquiera un bonito color dorado.


Después colocáis la bandeja del horno sobre una rejilla, y cuando enfríe  servís la coca en una bandeja con blonda, y lista para degustarla.

Abajo os dejo una foto del corte para que veáis cómo queda, y respecto a la primera foto, como podéis apreciar lleva piñones por encima, a diferencia de las demás que llevan almendra en grano, y eso es porque son fotos que le hice a dos cocas preparadas en distintas fechas. A mí me gusta más con piñones, pero eso va en gustos.

Otra diferencia en la primera foto con respecto a las otras, es que la coca aparece cortada en porciones, algo lógico, pues no va a comer toda la coca una sola persona, y de una sentada, pero os hago referencia a ello, porque mi consejo es que la cortéis antes de hornear, porque las láminas de  hojaldre una vez horneado son tan finas que se rompen al hacer presión con el cuchillo.



Bueno, pues espero que os haya gustado la receta de hoy. Hasta la próxima.

Un abrazo y gracias por seguirme.

martes, 21 de junio de 2022

Coca de San Juan


Estamos a las puertas de la noche de San Juan, la más mágica del año, y también la más corta, y esa noche en muchos lugares del Levante español, el dulce que no puede faltar es la denominada Coca de San Juan, un dulce tipo brioche, que lleva crema pastelera, y va decorada con piñones y frutas confitadas.

En Galicia también se prepara un dulce muy similar, que se llama “Tarta Larpeira” la cual se consume especialmente por San Juan, pero también a lo largo del año. Podéis ver la receta de la “Larpeira” pinchando aquí.

Hay cocas de muy diversos ingredientes, y las hay dulces y saladas, pero la de hoy es dulce, porque aquí en Galicia en la cena de la noche de San Juan no pueden faltar las sardinas a la brasa y el churrasco, y a mayores una coca salada sería excesivo, en cambio un trozo de esta coca, o de una larpeira gallega en la sobremesa sientan de maravilla.

No me enrollo más y os dejo con la lista de ingredientes:

Para la masa madre

-20gr. de leche tibia
-10gr. de levadura fresca (ó 3gr. de levadura deshidratada)
-40gr. de harina de fuerza

Para la masa

-toda la masa madre
-125gr. leche a temperatura ambiente
-50gr. de azúcar
-1 huevo pequeño
-1 cucharadita de esencia de vainilla
-40gr. de mantequilla a temperatura ambiente
-ralladura de una naranja
-250gr. de harina de fuerza
-una pizca de sal

Para la crema pastelera

-250gr. de leche entera
-2 yemas de huevo
-20gr. de maicena
-50gr. de azúcar
-1 vaina de vainilla

Para decorar

-piñones y fruta confitada

Para el almíbar

-120ml. de agua
-120ml. de licor de anís
-90gr. de azúcar

Preparación:

Empezaremos preparando la crema pastelera, porque tiene que estar fría cuando la empleemos, por eso es aconsejable prepararla antes, incluso se puede hacer la víspera y guardarla en el frigorífico.

Para prepararla lo primero que haremos es abrir la vaina de vainilla longitudinalmente por la mitad y con la punta de un cuchillo raspar los granos que contiene en su interior, añadir la vaina y los granos a un cazo junto con la leche y ponerla al fuego hasta que empiece a hervir. En ese momento apartamos del fuego y dejamos en infusión hasta que enfríe. Después pasamos por un colador para retirar los restos de vainilla, y medimos 250ml. de leche que es la que necesitamos para esta receta (recalco esto porque la leche al hervir, parte se evapora, de modo que os aconsejo que cuando la pongáis al fuego añadáis un poco más de la necesaria para compensar esa merma)

Seguidamente añadimos las yemas a un cuenco y el azúcar, y batimos bien hasta que blanqueen, después añadimos la leche infusionada y la maicena, batimos bien todo el conjunto hasta conseguir una mezcla homogénea, y ponemos de nuevo a fuego bajo, removiendo constantemente hasta que espese, en ese momento, apagamos el fuego, y cubrimos con papel film para que no haga costra al enfriarse. Reservamos.

El siguiente paso consiste en preparar la masa madre, para ello mezclamos bien todos los ingredientes, y dejamos tapado con papel film hasta que doble el volumen.

Cuando la masa madre esté lista la añadimos a la cubeta de la panificadora o bien a la amasadora y a continuación los ingredientes de la masa principal en el orden que aparecen en la lista de ingredientes, y amasamos durante una hora. En mi panificadora el programa de amasado dura 20 minutos, con lo cual hay programarla de nuevo dos veces. Con las amasadoras ocurre lo mismo, una vez finalizado el tiempo de amasado hay que volver a programar las veces necesarias hasta completar la hora.

Una vez finalizado el amasado dejamos la masa en reposo durante 10 minutos para que se relaje, y después con la ayuda de un rodillo la aplanamos dándole forma ovalada, la colocamos en la bandeja del horno, y la dejamos allí con la puerta cerrada para que no entren corrientes de aire, hasta que haya triplicado su volumen.

Ahora en verano como la temperatura ambiente es alta no hace falta encender el horno, pero si hacéis esta receta en invierno, os aconsejo que cuando la dejéis reposar en el horno para levar, que lo encendáis a baja temperatura, en torno a los 25ºC, porque así sube más pronto.

Cuando haya levado lo suficiente, la pincelamos con un huevo batido (este huevo no figura en la lista de ingredientes), echamos la crema pastelera que habíamos reservado en una manga con boquilla rizada y hacemos una especie de enrejado por encima como se aprecia en la foto.

Por último decoramos con guindas en almíbar y piñones al gusto, y llevamos al horno, previamente precalentado a 150ºC con calor abajo los primeros 10 minutos, y luego calor arriba y abajo hasta que adquiera un bonito color dorado en la superficie. En ese momento retiramos del horno y colocamos la bandeja sobre una rejilla.

Mientras la coca se cuece en el horno, preparamos el almíbar poniendo un cazo al fuego con el agua, el licor de anís y el azúcar, y dejamos hervir durante unos 10 minutos hasta que adquiera una consistencia como de punto de hebra, que se consigue cuando al poner una gota entre los dedos índice y pulgar, se forma como un hilo. Apagamos el fuego y reservamos.

Cuando retiremos la coca del horno, en caliente, inyectamos con una jeringa de repostería el almíbar por distintos puntos de la coca, procurando que quede el almíbar bien distribuido. Dejamos enfriar y listo para servir.

Para que no se reseque una vez fría os aconsejo que la guardéis en una bolsa de plástico o bien que la cubráis con papel film.

La coca auténtica de San Juan no lleva este almíbar, pero os aseguro que le queda de vicio, hará que esté mucho más tierna y jugosa.

Pues espero que os haya gustado la receta de hoy, y deseo que disfrutéis mucho la noche de San Juan.

Hasta pronto. Un abrazo.

martes, 31 de mayo de 2022

Natillas caseras


Hoy vuelvo con una nueva receta, y en esta ocasión con un postre de los de toda la vida, pero no por ello menos apetecible: las natillas.

Ahora a finales de la primavera, con la llegada del calor, apetecen más los postres ligeros y sobre todo bien frescos, y una sobremesa con unas natillas caseras recién sacadas de la nevera, y con la canela echada por encima en el último momento, seguro que harían las delicias de la mayoría. A mí confieso que me encantan.

Para prepararlas necesitaréis los siguientes

Ingredientes (para 4 personas):

-500ml. de leche entera (también sirve semidesnatada)
-3 yemas de huevo
-10gr. de maicena (1 cucharada sopera)
-80gr. de azúcar
-1 rama de canela
-cáscara de ½ limón (solo la parte amarilla)
-canela molida
-4 galletas María para la decoración final (opcional)

Preparación:

Comenzamos echando la leche en un cazo, junto con la rama de canela y la cáscara de limón, luego lo ponemos al fuego y lo llevamos a ebullición. Tan pronto levante el hervor, retiramos del fuego y dejamos infusionar hasta que enfríe.

Cuando la leche que teníamos infusionando con el limón y la canela esté fría, la colamos y reservamos.

Aparte echamos en un cuenco las yemas de huevo con el azúcar y batimos con unas varillas, pasados unos minutos añadimos la maicena y un poco de la leche que teníamos reservada. Mezclamos bien con el batidor hasta obtener una mezcla homogénea.

La leche restante la ponemos de nuevo al fuego, cuando veamos que va a levantar el hervor bajamos el fuego al mínimo y añadimos la mezcla de huevos, azúcar y maicena, y removemos constantemente con las varillas hasta que empiece a espesar. En ese momento retiramos del fuego y vertemos las natillas en recipientes individuales, colocamos encima una galleta María, dejamos que enfríe y luego las guardamos en la nevera hasta el momento de consumirlas.

Cuando se sirvan se espolvorean con canela molida al gusto.

Para mí las natillas son de esos postres de toda la vida que nunca me aburren, y aunque las preparo a menudo, aun no tenía la receta publicada en el blog. Imagino que todo el mundo sabe hacer unas natillas, pero así como os he explicado es como las hago yo, y quería que una receta tan entrañable, que me trae recuerdos de la infancia, tuviera cabida en el blog.

Gracias por leerme. Un abrazo y hasta pronto.

lunes, 21 de marzo de 2022

Pestiños


La receta que os traigo hoy llevo muchos años viéndola en internet, en libros de cocina, en programas de televisión de contenido culinario, e incluso en los escaparates de las pastelerías en algún viaje que hice, y aunque tenía ganas de prepararlos en casa pasaba el tiempo y nunca me ponía a ello, pero todo cambió el otro día cuando se los vi publicados a Inés Carcacía, una compañera bloguera, en su blog El toque de Inés, y cuya receta podéis ver pinchando aquí, y de paso conocéis su cocina, porque tiene recetas muy interesantes y muy variadas, para todos los gustos.

La receta de los pestiños que publicó Inés me dio el empujón que necesitaba para decidirme, y no me arrepiento en absoluto porque el resultado me ha dejado maravillada. De arrepentirme de algo sería de no haberlos hecho antes, porque de verdad que estaban deliciosos. Esta es de esas recetas que entró por la puerta grande, y lo hace para quedarse.

No hace mucho caí en la cuenta de que siempre os digo de todas las recetas que publico que están muy ricas, y lo digo porque es lo que realmente pienso, pero siendo sincera también he de deciros que hay recetas que las hago una vez y nada más, pero esas ya no las publico. Sin ir más lejos, me pasó el domingo pasado, que preparé una receta de bacalao típica de Portugal, concretamente el “Bacalhau a Zé do Pipo”, que estaba comestible pero ni a mí ni a mi marido nos convenció, y como hay muchas otras recetas de bacalao que nos encantan, esa queda descartada de mi recetario y por tanto del blog.

Pues bien, justo lo contrario de lo que os comento en el párrafo anterior, me pasó con los pestiños que hoy os presento, y eso que a priori no apostaba mucho por esta receta, a lo cual también contribuyó en parte el recuerdo no muy agradable de unos pestiños que comí en Madrid, en concreto en la localidad de Getafe. Supongo que eran industriales, porque resultaron insípidos y estaban duros cual tablas de madera, en cambio los que hice en casa al ir enmelados (bañados en miel rebajada con agua) resultan muy jugosos y está llenos de aroma siendo el de sésamo, también conocido como ajonjolí, el que más resalta.

Por último, y para no enrollarme más, comentaros que los pestiños son típicos de Andalucía y Extremadura, y se sirven en Navidad y Semana Santa, aunque en algunos sitios se encuentran a la venta durante todo el año.

Respecto a la receta que comparto con vosotros, comentaros que es un mix de varias recetas que he visto por internet, por eso no cito la fuente, y sin más os dejo con la lista de

Ingredientes:

-280gr. de harina común de todo uso
-90gr. de aceite de oliva suave
-80gr. de vino blanco
-cáscara de una naranja (sin nada de la piel blanca del interior)
-cáscara de un limón (sin nada de la piel blanca del interior)
- 2 cucharaditas de anís en grano (matalahúva)
-1 cucharadita de semillas de sésamo (ajonjolí)
-1 cucharadita de levadura química Royal
-2 clavos de olor (opcional)
-una pizca de sal
-bolitas de anís para la decoración final (opcional)

Para freír

-aceite de oliva suave
-cáscara de un limón (sin nada de la piel blanca del interior)

Para el baño final

-200gr. de miel
-50gr. de agua


Preparación:

Empezaremos poniendo el aceite en una sartén al fuego y añadimos las cáscaras de limón y de naranja, el anís en grano, las semillas de sésamo, y los clavos de olor. Dejamos al fuego hasta que las cáscaras de los cítricos estén doradas, en ese momento apartamos del fuego y dejamos enfriar. En este paso lo que buscamos es aromatizar el aceite, que es lo que luego le dará sabor a los pestiños.

Cuando el aceite esté frío, lo colamos y lo echamos en un cuenco. Añadimos el vino blanco y la sal y mezclamos bien. Seguidamente añadimos la levadura en polvo y la harina en varias tandas. Al principio nos ayudamos de una cuchara de madera o similar, y luego cuando la masa vaya cogiendo consistencia y despegándose de las paredes, amasamos con las manos durante unos cinco minutos.

Cuando terminemos de amasar, envolvemos la masa en papel film, y la dejamos reposar durante 30 minutos a temperatura ambiente.

A parte ponemos una sartén al fuego con abundante aceite de oliva suave, añadimos la cáscara de un limón, y cuando esté dorado lo retiramos.

Mientras el aceite se calienta, estiramos la masa con un rodillo, y cortamos porciones cuadradas de unos 5cm. de lado, luego unimos dos extremos opuestos, y los vamos añadiendo a la sartén con el pliegue hacia abajo, después le damos la vuelta y los freímos por el otro lado. A medida que se vayan haciendo los retiramos a una fuente sobre papel absorbente.

El siguiente y último paso es calentar la miel con el agua, e ir bañando los pestiños uno a uno en la mezcla. Después los dejamos escurrir sobre una rejilla, y finalmente los colocamos en una fuente y decoramos con unos anises de colores.

También es habitual que en vez de enmelados los sirvan pasados por una mezcla de azúcar y canela.

Comentaros también que tanto los clavos de olor como el anís en grano los tenéis a la venta en la mayoría de supermercados por no decir en todos. El que es algo más difícil de encontrar es el ajonjolí o semillas de sésamo, aunque el mercadona lo tiene.

Pues esto ha sido todo por hoy. Hasta la próxima. Un abrazo.

lunes, 14 de marzo de 2022

Tarta de hojaldre con frutas


Para este post he elegido una receta dulce que lleva años en la carpeta de borradores esperando su turno, porque al pretender que el contenido del blog vaya acorde con la época del año en el que nos encontramos, sucede que la receta de hoy, la tarta de hojaldre y frutas, no es típica de un época en concreto como ocurre por ejemplo con los dulces de Carnaval (orellas, filloas, rosquillas, flores, etc.), de Semana Santa (torrijas, pestiños, leche frita…), Pascua (monas de Pascua, trenzas, bollos…) Navidad (mantecados, polvorones, mazapanes, panettones, y un largo etcétera).

Por lo mismo que os acabo de contar, tampoco tiene lógica publicar la receta de un cocido en el mes de agosto, ni la receta de un helado en diciembre (aunque mucha gente los come durante todo el año), y es debido a todo ello que no le había llegado el día a la tarta de hojaldre con frutas.

¡Qué deciros de esta tarta…!, ya sabéis que el hojaldre está delicioso tanto con dulce como con salado, y en concreto con fruta de temporada y una crema pastelera de base, queda una tarta muy vistosa, llena de vitaminas, y sobre todo riquísima.

Lo más complicado de esta receta es elaborar la masa de hojaldre, más que complicado lleva su tiempo, pero si sustituís el hojaldre casero por el comprado, el resto de la preparación de la tarta está al alcance de cualquiera, incluso de los más negados para la cocina.

Sin más rodeos, paso ya a detallaros la lista de ingredientes, en la cual os dejo el enlace a la receta de elaboración de la masa de hojaldre, por si os animáis a realizar en casa todo el proceso.

Ingredientes:

-1 placa de hojaldre (ver receta aquí)
-fruta variada (kiwis, fresas, plátanos, melocotón en almíbar)
-500ml. de leche entera
-45gr. de maicena
-3 yemas de huevo
-100gr. de azúcar
-1 rama de canela
-la cáscara de un limón (solo la parte amarilla, sin nada de la piel blanca interior)

Preparación:

En primer lugar horneamos la plancha de hojaldre, para ello la estiramos y la pinchamos con un tenedor para que no suba durante el horneado. Luego la introducimos en el horno, precalentado a 180º, en la parte central, con fuego arriba y abajo, hasta que tenga un bonito color dorado. Entonces la sacamos del horno y la dejamos enfriar sobre una rejilla.

Mientras aprovechamos para preparar la crema pastelera, para ello de los 500ml de leche reservamos un vaso y el resto lo ponemos en un cazo al fuego, con la cáscara de limón y la rama de canela. Cuando levante el hervor, apartamos del fuego y dejamos que la leche infusione hasta que esté completamente fría. En ese momento la colamos para retirar las pieles del limón y la canela, y la echamos en una olla, añadimos el azúcar, y llevamos de nuevo al fuego hasta que alcance el punto de ebullición.

Entre tanto añadimos al vaso de leche que habíamos reservado las 3 yemas de huevo batidas y la maicena, mezclamos bien y cuando la leche comience a hervir, añadimos esta mezcla, bajamos el fuego al mínimo, y removemos constantemente hasta que espese, en ese momento retiramos del fuego, cubrimos con film transparente para evitar que se forme costra, y la dejamos enfriar. Cuando esté fría la introducimos en una manga pastelera de boquilla rizada y reservamos.

Por otro lado lavamos bien la fruta, y cortamos los plátanos en rodajas, las fresas en láminas, los kiwis los cortamos en rodajas, y cada rodaja la cortamos a la mitad, y por último los melocotones en almíbar los cortamos como si se tratara de gajos de naranja.

Una vez que tenemos toda la fruta procesada, la extendemos sobre una superficie limpia, y espolvoreamos azúcar glas por encima, que al derretirse le dará un bonito aspecto brillante.

Finalmente solo resta montar la tarta, y para ello encima del hojaldre colocamos la crema pastelera, y sobre esta distribuimos la fruta al gusto, procurando que quede con un aspecto bonito.

Y para finalizar, daros las gracias por leerme, y emplazaros para dentro de unos días que volveré con una nueva receta.

Hasta entonces. Un abrazo.

miércoles, 16 de febrero de 2022

Periquitos de Carnaval


Como os prometí en la anterior entrada, hoy os traigo un dulce típico de esta época del año, los Carnavales, en la localidad coruñesa de Ordes, a cuya comarca pertenezco.

Os hablo de los llamados Periquitos de Carnaval, una masa que se fríe en la sartén, se hacen de manera similar a las rosquillas, pero con forma de nudo como podéis ver en la foto de abajo, y más finitos que las rosquillas, por eso unas de sus características es su textura crujiente.


Se guardan en perfecto estado en un bote de cristal durante días, y esto también es típico, ni en cajas, ni en latas, ni en bolsas, aunque yo como botes de cristal grandes no tengo, uso botes de plástico que me regalaron en un tienda de chuches, de los que vienen con los chupas de pica-pica, porque los iban a tirar y a mí me vienen de maravilla para guardar los dulces como magdalenas, galletas, rosquillas, y en este caso los periquitos.


Os animo a que preparéis esta receta en casa, porque su elaboración es muy sencilla, de hecho si tenéis niños pequeños les encantará colaborar, además los ingredientes que se emplean todos los tenemos por casa, y lo más importante, tienen un sabor absolutamente increíble a anís y limón. ¡Os encantarán!

Ingredientes:

-2 huevos
-100gr. de azúcar
-225gr. de harina de fuerza
-225gr. de harina de todo uso
-zumo de 1/2 limón
-ralladura de 1/2 limón
-40gr. de licor de anís
-8 gotas de esencia de anís
-50gr. de aceite de oliva
-2 cucharaditas de levadura royal
-1 pizca de sal
-aceite de girasol para freír

Preparación:

En primer lugar lavamos bien un limón, y lo pelamos con un pelador o en su defecto con un cuchillo, procurando que salga solo la parte amarilla, sin nada de la piel interior de color blanco.

Paralelamente ponemos el aceite en una sartén al fuego, y añadimos la mitad de la piel de limón, cuando empiece a coger un color dorado, apartamos el aceite del fuego,  y dejamos enfriar.

Por otra parte en la thermomix o en un robot similar, añadimos el azúcar y la otra mitad de la piel del limón, y pulverizamos en velocidad progresiva 5-7-10 durante 15 segundos. Si no tenéis robot, la mitad del limón lo ralláis con un rallador de cocina.

Aparte batimos los huevos hasta que empiecen a espumar, añadimos la mezcla de limón y azúcar, (o bien la ralladura de limón y el azúcar por separado si en lugar del robot usasteis el rallador manual), batimos hasta obtener una mezcla homogénea, después añadimos la sal, el zumo de limón, el licor de anís, la esencia de anís, el aceite de oliva colado y seguimos batiendo durante un par de minutos hasta que todos los ingredientes estén integrados.

Después vamos integrando la harina poco a poco, al principio utilizamos el batidor manual de varillas, y después con la ayuda de una cuchara de madera, vamos añadiendo la harina hasta que se forme una bola de masa suave, que se despegue de las manos. Seguidamente dejamos reposar esta bola de masa en el frigorífico durante al menos un par de horas, aunque yo los amaso la víspera, y dejo la masa reposar toda la noche en el frigorífico.

Después del reposo, untamos con un poco de aceite la superficie de trabajo, cortamos pequeñas porciones de masa, con las manos la estiramos formando tiras muy finas, de un tamaño similar al de las rosquillas, pero más finitas, y en lugar de forma cilíndrica, en este caso hacemos un nudo con la masa. Así hasta terminar con toda la masa.

Por último ponemos una sartén con abundante aceite a fuego medio-alto, cuando esté caliente vamos friendo los periquitos, y cuando estén dorados por ambos lados, los escurrimos y retiramos a una bandeja sobre papel absorbente.

Ya para terminar, y una vez fríos, los espolvoreamos con azúcar glas y los guardamos en un bote de cristal como se acostumbra hacer en Ordes.

Y esto ha sido todo, espero que la receta de hoy haya sido de vuestro agrado. Con ese deseo me despido. 

Un abrazo.

martes, 18 de enero de 2022

Pão de Ló (Bizcocho de huevos portugués)


En el mes de noviembre del año pasado, bajamos un día a Portugal, y allí en una cadena de supermercados local (Pingo Doce) vi unos bizcochos dentro de unas cajas que se llamaban Pão de Ló, e indicaban que estaban hechos en formas de barro.

Trajimos un par, uno para nosotros y otro para regalar, y cuando lo probé me encontré con un sabor diferente a todos los bizcochos que había probado, y una jugosidad increíble, y eso que sus ingredientes eran muy básicos, solo huevos, azúcar y harina.

Tengo que reconocer que hasta ese día no conocía este dulce típico portugués, pero después como me gustó tanto estuve viendo recetas y recopilando información, y vi que la receta original se hornea en unas formas de barro, de modo que como quería hornear esta delicia en casa, y que el sabor y la textura fuera idéntico al que compré en el supermercado portugués, le pedía a los Reyes Magos la forma de barro y también un paquete de hojas del papel con el cual se forra el recipiente, y fueron tan generosos que me trajeron ambas cosas, os muestro las fotos a continuación.


La forma de barro consta de tres piezas, dos idénticas que se utilizan una para la base y la otra para cubrir por encima, y un pequeño recipiente para poner en medio si queremos que el bizcocho tenga agujero en el centro.


De este dulce hay dos versiones, una con menos tiempo de horneado y con el interior semilíquido como si se tratase de un coulant , y otra que es la que os muestro a continuación, con más minutos de horneado y cocido en su interior. En el primer caso es aconsejable no utilizar el utensilio del interior, porque el barro al calentarse ayuda a cocer el bizcocho en el centro y no os saldría líquido.

Yo como os dije, quería un bizcocho cocido en el centro, así que le puse la pieza central para que saliera con el típico agujero en el centro. Después hay que cubrir con un papel especial que se denomina papel barba, y que los portugueses conocen como papel almaço. Aquí en nuestro país no es fácil de encontrar, pero en el país vecino se encuentra con facilidad, y en todo caso hay empresas de allí que lo venden online, igual que las formas de barro, la pena es que cuesta más el trasporte que el contenido.

Al igual que ocurre con muchos dulces portugueses, este tiene un origen conventual. Al parecer la receta del Pão de Ló pertenecía a las monjas del Convento de Coz que se la pasaron a una familia de la localidad de Alfeizerão. Sin embargo también dicen que el origen de este bizcocho, aunque tenga nombre portugués, era preparado en los conventos y monasterios de Castilla.

Al margen de su origen, comentaros que es muy afamado el Pão de Ló de las localidades de Ovar, Alfeizerão y Margaride, y aunque se puede encontrar a la venta en cualquier época del año, es más consumido en Navidad y en Pascua.

Y ya sin más dilación os dejo con la lista de

Ingredientes:

-8 yemas de huevo
-2 huevos enteros
-150gr. de azúcar
-60gr. de harina de repostería
-1 pizca de sal
-1 cucharadita rasa de levadura química (opcional)
-papel barba

Preparación:

Lo primero antes de empezar con la preparación propiamente dicha es precalentar el horno a 180º con calor arriba y abajo, y después ajustar el papel al molde haciendo presión con las manos.

A continuación echamos los huevos, la sal y el azúcar en la batidora y batimos entre 20 y 30 minutos, después tamizamos la harina y la levadura, y la vamos integrando con una espátula con movimientos envolventes de abajo hacia arriba.

Cuando la harina esté integrada, vertemos la mezcla en el molde, sobre el papel, y cubrimos con la otra parte del molde de barro, y lo metemos en el horno, durante unos 35 minutos aproximadamente.

Por último retiramos del horno, dejamos enfriar, y luego lo metemos en una bolsa de plástico donde se conserva perfectamente durante varios días, manteniendo todo el sabor y la jugosidad. Es más, está incluso más rico al día siguiente que el mismo día que se hornea.

Así es cómo ha quedado cuando lo saqué del horno. En las sobremesas con una copita de Oporto está de vicio, y por las mañanas una porción de este bizcocho para acompañar el café resulta también una combinación ideal.


Pues esto ha sido todo por hoy. Esta temporada he estado un poco ausente, en parte por las navidades y luego por la alergia, que llevo una temporada que me está dando la lata más que de costumbre.

Dentro de unos días volveré con una nueva receta. Nos vemos.

Un abrazo y gracias por seguirme.

martes, 7 de diciembre de 2021

Stollen (Pan Dulce Alemán)


Estamos ya en la segunda semana de Adviento, y durante esta época previa a la Navidad, en muchas ciudades europeas se celebran los tradicionales mercadillos navideños.

Uno de los países que cuenta con una larga tradición en este ámbito es Alemania, y en estos mercadillos, el Stollen (un pan dulce), y el Glühwein, un vino caliente especiado, cuya receta os mostraré en otra ocasión, no pueden faltar.

La receta del Stollen como la conocemos ahora, tiene su origen precisamente en este tiempo de Adviento, durante el cual los cristianos vivían una época de ayuno en la cual no podían tomar leche ni mantequilla, y por tal motivo los panaderos elaboraban un pan insípido que no agradaba a los nobles, por lo que le rogaron al príncipe Ernst von Sachen, en el año 1430, que intercediera ante el Papa Nicolás V para poder incluir la mantequilla en su elaboración.

Esta petición fue rechazada, y no fue hasta el año 1491, cuando el Papa Inocencio VIII permitió añadir la mantequilla al pan, durante el período de ayuno en el Adviento.

Después de la mantequilla, se fue enriqueciendo más el pan con el paso de los años, incorporando frutos secos, frutas confitadas y diversas especias. El resultado es un pan con una miga suave y tierna a pesar de su apariencia compacta, y lo mejor, es el aroma que desprende después de tres semanas de maduración. Es una auténtica delicia.

La forma del Stollen recuerda a un recién nacido envuelto en pañales, por eso se usa abundante azúcar glas para cubrir su exterior. La forma del mismo apenas ha sufrido variaciones con el tiempo, porque se elabora intencionadamente con esa apariencia.

Las ciudades alemanas de Naumburgo y Dresde están ligadas al origen de este pan dulce. Los Stollen elaborados en esta última localidad cuentan con la denominación Dresdner Stollen protegida desde el año 1997, y allí, todos los años, el segundo sábado de Adviento, se celebra la Stollenfest (fiesta del Stollen)

No es la primera vez que preparo este pan, el año pasado también lo hice, pero por circunstancias ajenas a mi voluntad no pude sacarle fotos y compartir la receta con vosotros, así que este año lo he vuelto a hacer con la misma receta del año pasado, que es un mix de varias recetas encontradas en internet, hasta reproducir lo más fielmente posible la receta original

El resultado, como os digo más arriba, es un pan jugoso y lleno de aromas, que se han ido potenciando durante las tres semanas que ha estado madurando. 

Vamos ya con la receta.

Ingredientes:

Fruta macerada
-250gr. de uvas pasas 
-80gr. de naranja escarchada 
-100ml. de ron añejo

Preparado de especias para el Stollen
-1 unidad de anís de estrella
-1/2 rama de canela
-2 clavos de olor
-1/2 vaina de vainilla
-2 vainas de cardamomo (sin la cáscara de fuera, solo las semillas)
-1 pizca de nuez moscada rallada

Prefermento
-100gr. de harina de fuerza
-50gr. de levadura fresca
-80ml. de leche entera
-1 cucharadita de azúcar

Masa
-300gr. de harina de fuerza
-90gr. de azúcar
-1 huevo tamaño mediano
-2 yemas de huevo
-50ml. de leche entera
-60gr. de harina de almendra
-80gr. de mantequilla a temperatura ambiente
-el preparado de especias del Stollen
-la fruta macerada
-ralladura de 2 limones (solo la parte amarilla)
-60gr. de almendras tostadas picadas gruesamente
-60gr. de nueces picadas gruesamente
-1 cucharadita de sal

Acabado
-mantequilla derretida para bañar el Stollen
-azúcar glas en abundancia para espolvorear por arriba

Preparación:

Tres días antes de preparar el Stollen, ponemos la fruta a macerar con el ron, para ello picamos la naranja escarchada en cubitos, y la echamos en un recipiente con tapa, añadimos también las uvas pasas, y por último el ron. Tapamos el recipiente, agitamos y dejamos en maceración durante tres días. Una ó dos veces al día, volvemos a agitar el recipiente para que toda la fruta quede bien impregnada.

Otra cosa que tenemos que hacer antes de comenzar con la preparación propiamente dicha del Stollen, es moler todas las especias y reservar.

Después preparamos el prefermento, y para ello diluimos en un recipiente la levadura en la leche tibia, añadimos el azúcar, mezclamos y por último añadimos la harina tamizada, mezclamos de nuevo hasta integrarla, y tapamos con papel film hasta que casi triplique su tamaño.

Cuando el prefermento esté listo, echamos en la panificadora la harina tamizada, añadimos también la harina de almendra, las especias molidas, el azúcar y la sal, la leche tibia, el prefermento, el huevo y las dos yemas, y seleccionamos el programa de amasado de la panificadora durante aproximadamente diez minutos, el tiempo justo para que se integren todos los ingredientes y se forma una bola de masa dentro de la cubeta. En ese momento interrumpimos el programa, y con la panificadora tapada dejamos la masa en reposo una media hora.

Después de ese tiempo de reposo, continuamos con el programa de amasado hasta que concluya, en mi máquina otros diez minutos (20 minutos en total)

Una vez terminado el programa de amasado, volvemos a comenzar de nuevo el mismo programa, y vamos añadiendo en tres tandas, la mantequilla a temperatura ambiente, cortada en dados. Cuando esté toda la mantequilla integrada en la masa esperamos a que concluya el programa de amasado, retiramos la masa de la cubeta a un recipiente amplio, y lo cubrimos con papel film y dejamos en reposo hasta que doble el volumen.

Una vez que la masa ha levado, la colocamos sobre la encimera ligeramente enharinada, amasamos un poco para desgasificar, y con un rodillo formamos un rectángulo, después esparcimos sobre la masa las frutas que teníamos macerando, bien escurridas. Esparcimos también las almendras y las nueces picadas. A continuación amasamos con las manos hasta integrar todo en la masa. Al principio cuesta un poco, pero poco a poco se consigue.

Una vez que tenemos las frutas maceradas y los frutos secos integrados en la masa, la aplastamos con un rodillo dándole forma de óvalo, y con el mismo rodillo hacemos una hendidura longitudinal algo descentrada, de manera que nos queden dos lóbulos uno más grande que otro. Doblamos la masa por la hendidura, de manera que quede el lóbulo pequeño sobre el grande para darle la forma típica del Stollen. 

Colocamos el Stollen ya formado sobre la bandeja del horno sobre papel sulfurizado, lo cubrimos con papel film, y dejamos que fermente hasta que aumente en torno a un 50%. No va a doblar el volumen, peque la masa soporta mucho peso de las frutas maceradas y los frutos secos.

Cuando el Stollen haya crecido, precalentamos el horno a 165º, y lo colocamos en la segunda ranura empezando por abajo con calor abajo durante los primeros 15 minutos, y después, unos 40 minutos más aproximadamente, con calor arriba y abajo, hasta que tenga un bonito color dorado. 

Una vez listo lo retiramos del horno, y en caliente lo pincelamos con mantequilla derretida, espolvoreamos abundante azúcar glas por encima, y dejamos enfriar sobre una rejilla.

Una vez frío, lo envolvemos en papel de hornear, después cubrimos con film transparente, y finalmente lo metemos dentro de una bolsa de plástico hermética, con cierre en zip, y lo dejamos madurar durante 3 semanas en la parte baja del frigorífico. 

Abajo podéis ver con más detalle los trozos de frutos secos y de naranja escarchada. Lástima que no podáis apreciar también el olor tan maravilloso que desprende después de estar madurando durante tres largas semanas.


Parece muy latoso, pero os aseguro que el resultado final bien merece la pena el trabajo y la larga espera.

Con el deseo de que os haya gustado, me despido por hoy. Nos vemos en unos días con una nueva receta ideal para las fiestas que se avecinan.

Hasta entonces. Un abrazo.

viernes, 26 de noviembre de 2021

Bica de Castañas


Hacía tiempo que tenía un envase de harina de castañas en la despensa, y le iba tocando la hora de emplearla, porque se acercaba la fecha de caducidad, así que como las castañas son un fruto otoñal, me pareció la ocasión perfecta para preparar algo con ella, y me decanté por una receta muy gallega, la bica de castañas, y así publicarla ahora, antes de que finalice el otoño, y con él, la temporada de las castañas, porque ya está el invierno a la vuelta de la esquina, y se acercan las fiestas navideñas, con lo cual antes de dar paso al turrón, mazapanes, polvorones y demás, os invito a un trocito de esta deliciosa bica.

Las bicas son un bizcocho típico de muchos pueblos gallegos, especialmente de la provincia de Ourense, provincia también con una importante producción de castañas. Las bicas más conocidas son la de Trives que lleva masa fermentada de pan entre sus ingredientes, la de Castro Caldelas, y la bica blanca de Laza que se hace con claras de huevo y nata, pero esas las dejo para otra ocasión, hoy toca la bica de castañas.

La receta se la debo a una buena amiga, muy conocida en la blogosfera, que es precisamente de la provincia de Ourense, en concreto de O Barco de Valdeoarras, una tierra de la que siempre habla con mucho orgullo. Se llama Chus, y su blog, siguiendo a nenalinda, aunque a raíz del covid dejó de publicar en el blog, y esta receta y otras las publica últimamente en instagram, su perfil allí es @chusnenalinda, os animo a que la sigáis, lo mismo que en el blog, donde tiene un montón de recetas y todas muy documentadas.

Os dejo ya con la receta, la cual he seguido fielmente, salvo que yo utilicé manteca cocida de vaca, y Chus utilizó mantequilla, pero como fuera de Galicia la manteca de vaca no es fácil de encontrar, que sepáis que la podéis sustituir por mantequilla.

Ingredientes:

-4 huevos medianos
-150gr. de mantequilla a temperatura ambiente
-200gr. de panela (azúcar moreno)
-200gr. de nata fresca
-240gr. de harina de castañas
-1 sobre de levadura

Preparación:

En un cuenco batimos la mantequilla con el azúcar durante unos cinco minutos, luego añadimos los huevos uno a uno, sin incorporar el siguiente mientras el anterior no esté integrado.

Después añadimos la nata, batimos unos segundos más, y luego añadimos la levadura y la harina, y batimos solo lo justo hasta obtener una mezcla homogénea.

Por último vertemos la mezcla en un molde rectangular forrado con papel de hornear, y la llevamos al horno, previamente precalentado a 160º, durante aproximadamente 40 minutos, con calor abajo la primera mitad del tiempo, y luego calor arriba y abajo. Eso en todo caso ya lo vais viendo vosotros, porque cada horno es un mundo. Del mismo modo si veis que aún no está hecha por el centro, y se dora mucho por arriba, le ponéis papel albal para evitar que se queme.

Una vez que se haya hecho, la dejamos enfriar sobre una rejilla antes de consumirla. Está más rica al día siguiente que el día que se hace. 
Resulta ideal para tomar en el desayuno, con un taza de café con leche, y también en  la sobremesa, acompañada de un chupito de licor café.

Esta receta, Chus la preparó en la thermomix, pero yo aunque la tengo, preferí utilizar la batidora, de todos modos os dejo los pasos que ella siguió por si queréis utilizar el robot de cocina.

1- Colocar la mariposa en las cuchillas, y añadir al vaso la mantequilla a temperatura ambiente, los huevos y el azúcar, y programar 3 minutos / velocidad 3

2-Añadir la nata, y programar 2 minutos / velocidad 3

3-Retirar la mariposa, y añadir la harina de castañas y la levadura, y programar 10 segundos/ velocidad 6. Si hiciera falta terminar de integrar con la espátula. Después se echa la mezcla en el molde forrado con papel de hornear y se procede del mismo modo que por el método tradicional.

Nada más por hoy, nos vemos en unos días con una nueva receta. Gracias por seguirme. 

Un saludo.

lunes, 22 de noviembre de 2021

Tejas de almendra

La receta que os traigo hoy, las tejas de almendra, son muy versátiles en repostería, pues igual sirven para acompañar un café con leche por la mañana en el desayuno, como un té a media tarde, pero también resultan ideales acompañando un postre tipo pudin o flan, unas natillas…, y desde luego es el acompañamiento perfecto para un helado, sobre todo si es un helado de frutas con un toque ácido, porque el contraste del ácido con el dulzor de la teja casan de maravilla.

Sin más demora, vamos con la receta.

Ingredientes:

-2 claras de huevo
-150gr. de azúcar
-125gr. de almendra laminada
-50gr. de mantequilla
-30gr. de harina de trigo

Preparación:

En primer lugar separamos las yemas de las claras, reservando las primeras para otra preparación porque en esta receta no las vamos a necesitar, y las claras las batimos a punto de nieve.

A medio batir añadimos el azúcar en dos tandas, y seguimos batiendo hasta que estén bien firmes. En ese momento añadimos la mantequilla derretida y tibia, y seguimos batiendo hasta incorporarla. Después añadimos la harina, la integramos y añadimos la mitad de las almendras laminadas y mezclamos con una cuchara. 

A continuación en una bandeja de horno, sobre papel de hornear, ponemos media cucharada sopera de la mezcla en seis montoncitos. 


Con otra cuchara extendemos muy bien para que queden finitas.


Por último colocamos encima de cada una el resto de las almendras (también podemos añadir toda la almendra en este momento, de esta manera la masa es más fácil de extender con la cuchara, y el resultado final no varía) y metemos la bandeja en el horno precalentado a 170º con calor arriba y abajo, en la parte central, y horneamos hasta que empiecen a coger un bonito color dorado. 

Tardan algo menos de diez minutos en mi horno, pero eso depende un poco de cada horno.

Una vez sacadas del horno, hay que despegarlas del papel con una espátula o el filo de un cuchillo antes de que se enfríen, y colocarlas sobre un rodillo de cocina u otro objeto cilíndrico similar,  para que cojan la forma de tejas.

Se procede así con el resto de la masa, y una vez horneadas y formadas todas las tejas, cuando estén frías, se guardan en una caja metálica, donde se conservan durante varios días.

Guardadas en una caja, con una bonita lazada, son un detalle ideal para regalar por ejemplo en las próximas fiestas navideñas.


Y con esto me despido por hoy. Dentro de unos días nos vemos de nuevo con una nueva receta.

Un abrazo.