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jueves, 6 de enero de 2022

Flan de turrón sin horno


Hoy ha sido día de Reyes, y con esta festividad terminan las fiestas navideñas, pero seguro que en muchos hogares quedan restos de turrón por la despensa, así que para el primer post del año elegí un flan de turrón rapidito, que sirve para dar salida a esos restos de turrón. En nuestro caso, fue el postre de hoy, además del típico roscón de reyes que no puede faltar este día.

Este flan se puede hacer en el horno con una mezcla de huevos y leche, pero después de hornear los roscones (hice seis en total, uno para nosotros y los demás para regalar), quería aligerar trabajo en la cocina, y para eso esta es la receta perfecta.

Paso ya a detallaros la lista de ingredientes:

-600ml. de leche entera
-400ml. de nata líquida
-150gr. de turrón de Jijona (turrón blando)
-1 caja de flan Royal de 8 raciones
-1 cucharadita de vainilla líquida
-granillo de almendra para adornar

Preparación:

En primer lugar caramelizamos el molde elegido con el caramelo líquido que viene en la caja del preparado para flan de Royal.

Seguidamente echamos en una olla el turrón desmenuzado en trozos con las manos, la leche, la nata y la vainilla líquida, y trituramos todo con el turmix.

Después ponemos la olla a fuego bajo-medio, y removemos de vez en cuando para que no se peque abajo. Cuando esté a punto de hervir (pero sin llegar a hervir) retiramos del fuego, vertemos el contenido de la olla en el molde, y esperamos a que enfríe y cuaje. Después lo llevamos a la nevera para que esté bien frío, y en el momento de servir solo queda desmoldarlo y adornarlo al gusto, en mi caso le puse granillo de almendra, y unos adornos navideños.

Pues con esta receta termino por hoy. Nos vemos en unos días con una nueva propuesta.

Un abrazo 

martes, 7 de diciembre de 2021

Stollen (Pan Dulce Alemán)


Estamos ya en la segunda semana de Adviento, y durante esta época previa a la Navidad, en muchas ciudades europeas se celebran los tradicionales mercadillos navideños.

Uno de los países que cuenta con una larga tradición en este ámbito es Alemania, y en estos mercadillos, el Stollen (un pan dulce), y el Glühwein, un vino caliente especiado, cuya receta os mostraré en otra ocasión, no pueden faltar.

La receta del Stollen como la conocemos ahora, tiene su origen precisamente en este tiempo de Adviento, durante el cual los cristianos vivían una época de ayuno en la cual no podían tomar leche ni mantequilla, y por tal motivo los panaderos elaboraban un pan insípido que no agradaba a los nobles, por lo que le rogaron al príncipe Ernst von Sachen, en el año 1430, que intercediera ante el Papa Nicolás V para poder incluir la mantequilla en su elaboración.

Esta petición fue rechazada, y no fue hasta el año 1491, cuando el Papa Inocencio VIII permitió añadir la mantequilla al pan, durante el período de ayuno en el Adviento.

Después de la mantequilla, se fue enriqueciendo más el pan con el paso de los años, incorporando frutos secos, frutas confitadas y diversas especias. El resultado es un pan con una miga suave y tierna a pesar de su apariencia compacta, y lo mejor, es el aroma que desprende después de tres semanas de maduración. Es una auténtica delicia.

La forma del Stollen recuerda a un recién nacido envuelto en pañales, por eso se usa abundante azúcar glas para cubrir su exterior. La forma del mismo apenas ha sufrido variaciones con el tiempo, porque se elabora intencionadamente con esa apariencia.

Las ciudades alemanas de Naumburgo y Dresde están ligadas al origen de este pan dulce. Los Stollen elaborados en esta última localidad cuentan con la denominación Dresdner Stollen protegida desde el año 1997, y allí, todos los años, el segundo sábado de Adviento, se celebra la Stollenfest (fiesta del Stollen)

No es la primera vez que preparo este pan, el año pasado también lo hice, pero por circunstancias ajenas a mi voluntad no pude sacarle fotos y compartir la receta con vosotros, así que este año lo he vuelto a hacer con la misma receta del año pasado, que es un mix de varias recetas encontradas en internet, hasta reproducir lo más fielmente posible la receta original

El resultado, como os digo más arriba, es un pan jugoso y lleno de aromas, que se han ido potenciando durante las tres semanas que ha estado madurando. 

Vamos ya con la receta.

Ingredientes:

Fruta macerada
-250gr. de uvas pasas 
-80gr. de naranja escarchada 
-100ml. de ron añejo

Preparado de especias para el Stollen
-1 unidad de anís de estrella
-1/2 rama de canela
-2 clavos de olor
-1/2 vaina de vainilla
-2 vainas de cardamomo (sin la cáscara de fuera, solo las semillas)
-1 pizca de nuez moscada rallada

Prefermento
-100gr. de harina de fuerza
-50gr. de levadura fresca
-80ml. de leche entera
-1 cucharadita de azúcar

Masa
-300gr. de harina de fuerza
-90gr. de azúcar
-1 huevo tamaño mediano
-2 yemas de huevo
-50ml. de leche entera
-60gr. de harina de almendra
-80gr. de mantequilla a temperatura ambiente
-el preparado de especias del Stollen
-la fruta macerada
-ralladura de 2 limones (solo la parte amarilla)
-60gr. de almendras tostadas picadas gruesamente
-60gr. de nueces picadas gruesamente
-1 cucharadita de sal

Acabado
-mantequilla derretida para bañar el Stollen
-azúcar glas en abundancia para espolvorear por arriba

Preparación:

Tres días antes de preparar el Stollen, ponemos la fruta a macerar con el ron, para ello picamos la naranja escarchada en cubitos, y la echamos en un recipiente con tapa, añadimos también las uvas pasas, y por último el ron. Tapamos el recipiente, agitamos y dejamos en maceración durante tres días. Una ó dos veces al día, volvemos a agitar el recipiente para que toda la fruta quede bien impregnada.

Otra cosa que tenemos que hacer antes de comenzar con la preparación propiamente dicha del Stollen, es moler todas las especias y reservar.

Después preparamos el prefermento, y para ello diluimos en un recipiente la levadura en la leche tibia, añadimos el azúcar, mezclamos y por último añadimos la harina tamizada, mezclamos de nuevo hasta integrarla, y tapamos con papel film hasta que casi triplique su tamaño.

Cuando el prefermento esté listo, echamos en la panificadora la harina tamizada, añadimos también la harina de almendra, las especias molidas, el azúcar y la sal, la leche tibia, el prefermento, el huevo y las dos yemas, y seleccionamos el programa de amasado de la panificadora durante aproximadamente diez minutos, el tiempo justo para que se integren todos los ingredientes y se forma una bola de masa dentro de la cubeta. En ese momento interrumpimos el programa, y con la panificadora tapada dejamos la masa en reposo una media hora.

Después de ese tiempo de reposo, continuamos con el programa de amasado hasta que concluya, en mi máquina otros diez minutos (20 minutos en total)

Una vez terminado el programa de amasado, volvemos a comenzar de nuevo el mismo programa, y vamos añadiendo en tres tandas, la mantequilla a temperatura ambiente, cortada en dados. Cuando esté toda la mantequilla integrada en la masa esperamos a que concluya el programa de amasado, retiramos la masa de la cubeta a un recipiente amplio, y lo cubrimos con papel film y dejamos en reposo hasta que doble el volumen.

Una vez que la masa ha levado, la colocamos sobre la encimera ligeramente enharinada, amasamos un poco para desgasificar, y con un rodillo formamos un rectángulo, después esparcimos sobre la masa las frutas que teníamos macerando, bien escurridas. Esparcimos también las almendras y las nueces picadas. A continuación amasamos con las manos hasta integrar todo en la masa. Al principio cuesta un poco, pero poco a poco se consigue.

Una vez que tenemos las frutas maceradas y los frutos secos integrados en la masa, la aplastamos con un rodillo dándole forma de óvalo, y con el mismo rodillo hacemos una hendidura longitudinal algo descentrada, de manera que nos queden dos lóbulos uno más grande que otro. Doblamos la masa por la hendidura, de manera que quede el lóbulo pequeño sobre el grande para darle la forma típica del Stollen. 

Colocamos el Stollen ya formado sobre la bandeja del horno sobre papel sulfurizado, lo cubrimos con papel film, y dejamos que fermente hasta que aumente en torno a un 50%. No va a doblar el volumen, peque la masa soporta mucho peso de las frutas maceradas y los frutos secos.

Cuando el Stollen haya crecido, precalentamos el horno a 165º, y lo colocamos en la segunda ranura empezando por abajo con calor abajo durante los primeros 15 minutos, y después, unos 40 minutos más aproximadamente, con calor arriba y abajo, hasta que tenga un bonito color dorado. 

Una vez listo lo retiramos del horno, y en caliente lo pincelamos con mantequilla derretida, espolvoreamos abundante azúcar glas por encima, y dejamos enfriar sobre una rejilla.

Una vez frío, lo envolvemos en papel de hornear, después cubrimos con film transparente, y finalmente lo metemos dentro de una bolsa de plástico hermética, con cierre en zip, y lo dejamos madurar durante 3 semanas en la parte baja del frigorífico. 

Abajo podéis ver con más detalle los trozos de frutos secos y de naranja escarchada. Lástima que no podáis apreciar también el olor tan maravilloso que desprende después de estar madurando durante tres largas semanas.


Parece muy latoso, pero os aseguro que el resultado final bien merece la pena el trabajo y la larga espera.

Con el deseo de que os haya gustado, me despido por hoy. Nos vemos en unos días con una nueva receta ideal para las fiestas que se avecinan.

Hasta entonces. Un abrazo.

viernes, 26 de noviembre de 2021

Bica de Castañas


Hacía tiempo que tenía un envase de harina de castañas en la despensa, y le iba tocando la hora de emplearla, porque se acercaba la fecha de caducidad, así que como las castañas son un fruto otoñal, me pareció la ocasión perfecta para preparar algo con ella, y me decanté por una receta muy gallega, la bica de castañas, y así publicarla ahora, antes de que finalice el otoño, y con él, la temporada de las castañas, porque ya está el invierno a la vuelta de la esquina, y se acercan las fiestas navideñas, con lo cual antes de dar paso al turrón, mazapanes, polvorones y demás, os invito a un trocito de esta deliciosa bica.

Las bicas son un bizcocho típico de muchos pueblos gallegos, especialmente de la provincia de Ourense, provincia también con una importante producción de castañas. Las bicas más conocidas son la de Trives que lleva masa fermentada de pan entre sus ingredientes, la de Castro Caldelas, y la bica blanca de Laza que se hace con claras de huevo y nata, pero esas las dejo para otra ocasión, hoy toca la bica de castañas.

La receta se la debo a una buena amiga, muy conocida en la blogosfera, que es precisamente de la provincia de Ourense, en concreto de O Barco de Valdeoarras, una tierra de la que siempre habla con mucho orgullo. Se llama Chus, y su blog, siguiendo a nenalinda, aunque a raíz del covid dejó de publicar en el blog, y esta receta y otras las publica últimamente en instagram, su perfil allí es @chusnenalinda, os animo a que la sigáis, lo mismo que en el blog, donde tiene un montón de recetas y todas muy documentadas.

Os dejo ya con la receta, la cual he seguido fielmente, salvo que yo utilicé manteca cocida de vaca, y Chus utilizó mantequilla, pero como fuera de Galicia la manteca de vaca no es fácil de encontrar, que sepáis que la podéis sustituir por mantequilla.

Ingredientes:

-4 huevos medianos
-150gr. de mantequilla a temperatura ambiente
-200gr. de panela (azúcar moreno)
-200gr. de nata fresca
-240gr. de harina de castañas
-1 sobre de levadura

Preparación:

En un cuenco batimos la mantequilla con el azúcar durante unos cinco minutos, luego añadimos los huevos uno a uno, sin incorporar el siguiente mientras el anterior no esté integrado.

Después añadimos la nata, batimos unos segundos más, y luego añadimos la levadura y la harina, y batimos solo lo justo hasta obtener una mezcla homogénea.

Por último vertemos la mezcla en un molde rectangular forrado con papel de hornear, y la llevamos al horno, previamente precalentado a 160º, durante aproximadamente 40 minutos, con calor abajo la primera mitad del tiempo, y luego calor arriba y abajo. Eso en todo caso ya lo vais viendo vosotros, porque cada horno es un mundo. Del mismo modo si veis que aún no está hecha por el centro, y se dora mucho por arriba, le ponéis papel albal para evitar que se queme.

Una vez que se haya hecho, la dejamos enfriar sobre una rejilla antes de consumirla. Está más rica al día siguiente que el día que se hace. 
Resulta ideal para tomar en el desayuno, con un taza de café con leche, y también en  la sobremesa, acompañada de un chupito de licor café.

Esta receta, Chus la preparó en la thermomix, pero yo aunque la tengo, preferí utilizar la batidora, de todos modos os dejo los pasos que ella siguió por si queréis utilizar el robot de cocina.

1- Colocar la mariposa en las cuchillas, y añadir al vaso la mantequilla a temperatura ambiente, los huevos y el azúcar, y programar 3 minutos / velocidad 3

2-Añadir la nata, y programar 2 minutos / velocidad 3

3-Retirar la mariposa, y añadir la harina de castañas y la levadura, y programar 10 segundos/ velocidad 6. Si hiciera falta terminar de integrar con la espátula. Después se echa la mezcla en el molde forrado con papel de hornear y se procede del mismo modo que por el método tradicional.

Nada más por hoy, nos vemos en unos días con una nueva receta. Gracias por seguirme. 

Un saludo.

lunes, 22 de noviembre de 2021

Tejas de almendra

La receta que os traigo hoy, las tejas de almendra, son muy versátiles en repostería, pues igual sirven para acompañar un café con leche por la mañana en el desayuno, como un té a media tarde, pero también resultan ideales acompañando un postre tipo pudin o flan, unas natillas…, y desde luego es el acompañamiento perfecto para un helado, sobre todo si es un helado de frutas con un toque ácido, porque el contraste del ácido con el dulzor de la teja casan de maravilla.

Sin más demora, vamos con la receta.

Ingredientes:

-2 claras de huevo
-150gr. de azúcar
-125gr. de almendra laminada
-50gr. de mantequilla
-30gr. de harina de trigo

Preparación:

En primer lugar separamos las yemas de las claras, reservando las primeras para otra preparación porque en esta receta no las vamos a necesitar, y las claras las batimos a punto de nieve.

A medio batir añadimos el azúcar en dos tandas, y seguimos batiendo hasta que estén bien firmes. En ese momento añadimos la mantequilla derretida y tibia, y seguimos batiendo hasta incorporarla. Después añadimos la harina, la integramos y añadimos la mitad de las almendras laminadas y mezclamos con una cuchara. 

A continuación en una bandeja de horno, sobre papel de hornear, ponemos media cucharada sopera de la mezcla en seis montoncitos. 


Con otra cuchara extendemos muy bien para que queden finitas.


Por último colocamos encima de cada una el resto de las almendras (también podemos añadir toda la almendra en este momento, de esta manera la masa es más fácil de extender con la cuchara, y el resultado final no varía) y metemos la bandeja en el horno precalentado a 170º con calor arriba y abajo, en la parte central, y horneamos hasta que empiecen a coger un bonito color dorado. 

Tardan algo menos de diez minutos en mi horno, pero eso depende un poco de cada horno.

Una vez sacadas del horno, hay que despegarlas del papel con una espátula o el filo de un cuchillo antes de que se enfríen, y colocarlas sobre un rodillo de cocina u otro objeto cilíndrico similar,  para que cojan la forma de tejas.

Se procede así con el resto de la masa, y una vez horneadas y formadas todas las tejas, cuando estén frías, se guardan en una caja metálica, donde se conservan durante varios días.

Guardadas en una caja, con una bonita lazada, son un detalle ideal para regalar por ejemplo en las próximas fiestas navideñas.


Y con esto me despido por hoy. Dentro de unos días nos vemos de nuevo con una nueva receta.

Un abrazo.

miércoles, 27 de octubre de 2021

Bollitos de calabaza para Halloween


Se acerca Halloween, y aunque es una temática que no me gusta absolutamente nada, pero nada de nada, al tener el blog, siempre se procura que las publicaciones vayan acorde con la época del año que corresponda, y por eso el año pasado por estas fechas publiqué unas galletas con forma de calabaza, y este año me decanté por unos bollitos también con forma de calabaza, que le vi a Esbieta.

Elegí esta receta por varios motivos, principalmente  porque las recetas de Esbieta nunca fallan, también porque me gustó mucho como quedan los bollitos una vez horneados, y si a eso le añadimos que tengo en casa calabazas de mi huerto, la elección estaba clara, y tengo que decir que no me equivoqué, al contrario, fue todo un acierto. Salen unos bollitos muy esponjosos, ideales para tomar así solos sin más acompañando un café con leche por la mañana, para untar con mermelada, etc.

Como llevan poco azúcar, admiten también un relleno salado, como por ejemplo unas lonchas de queso o de embutido. 

Ingredientes (para 8 bollitos):

-390gr. de harina (yo usé la mitad harina de fuerza, y la otra mitad harina común de todo uso)
-1 huevo
-40gr. de azúcar
-5gr. de sal
-25gr. de mantequilla
-120gr. de calabaza asada
-160ml. de agua
-15gr. levadura fresca ó 1/2 sobre de levadura seca de panadería
-8 nueces pecanas para decorar

Preparación:

Lo primero que tenemos que hacer es asar la calabaza, para ello yo aproveché que ese día hice un asado en el horno de leña, y luego con el calor residual asé la calabaza cortada por la mitad.

Después de asarla, esperamos a que enfríe, vaciamos la pulpa, y la aplastamos bien con un tenedor hasta hacer un puré. Reservamos

Aparte echamos en azúcar en agua templada, removemos hasta disolver, a continuación añadimos la levadura, y removemos hasta disolver de nuevo. Dejamos reposando unos 10 ó 15 minutos, para que se active la levadura.

Añadimos a la cubeta de la panificadora la harina previamente tamizada, la sal, el puré de calabaza, la yema de huevo (reservamos la clara que nos hará falta más adelante), la levadura, y seleccionamos el programa de “solo amasado” que en mi máquina tiene una duración de 20 minutos. Al finalizar, dejamos reposar 5 minutos, y después se añade la mantequilla a temperatura ambiente cortada en cubitos, y seleccionamos de nuevo el programa de “solo amasado” para que amase de nuevo otros 20 minutos.

A continuación retiramos la masa a un recipiente, cubrimos con papel film, y esperamos a que doble su volumen. Después la volcamos en la encimera espolvoreada con un poco de harina, y amasamos un poco con las manos para desgasificarla.

Seguidamente dividimos la masa en 8 porciones del mismo peso, formamos con cada una de ellas una bolita, en el centro hacemos un hueco y colocamos una nuez pecana simulando el rabito de la calabaza, luego con un cuchillo hacemos 8 cortes equidistantes, sin llegar al centro, y colocamos los bollitos en una bandeja de horno sobre papel de hornear.

Tapamos con papel film, y esperamos de nuevo a que doblen el volumen. Cuando lo hayan hecho, pincelamos con la clara del huevo, y llevamos al horno precalentado a 150º calor arriba y abajo.

Los dejamos hasta que tengan un bonito aspecto dorado por la parte de arriba, en ese momento retiramos del horno, y dejamos enfriar sobre una rejilla.

Se conservan bien durante un par de días, pero para ello hay que guardarlos dentro de una bolsa de plástico cerrada.

Y con esto termino por hoy. Nos vemos en unos días.

Un abrazo.

domingo, 10 de octubre de 2021

Canutillos rellenos de crema pastelera

Hoy vengo con una receta dulce que es un poco laboriosa, pero el resultado final hace que merezca la pena el esfuerzo.

Tiene como ventaja que estos canutillos se pueden preparar con unos días de antelación, guardándolos en una lata de galletas, y en el último momento se rellenan.

Otra ventaja que tienen es que la masa una vez preparada congela perfectamente, de modo que si nos sobra masa, la guardamos en el congelador y en otro momento que nos apetezca preparamos más canutillos. Yo tuve una congelada durante más de un año, y os doy mi palabra, que cuando la descongelé e hice los canutillos, no noté ninguna pérdida de sabor,  ni tampoco me dio problemas para trabajar la masa a la hora de formar los canutillos.

Para preparar estos canutillos, también conocidos como cañas rellenas, se necesitan unos utensilios tubulares que hay a la venta en muchos bazares y ferreterías, sino en internet se encuentran con facilidad.

Estos canutillos se utilizan exclusivamente para tal fin, aunque hace años nuestras abuelas utilizaban cañas de cáñamo, que reservaban de una vez para otra, tanto que en algunas familias, estos canutillos artesanos, pasaban de generación en generación.

No es mi caso, pues esta receta en mi casa no se hacía, hasta que probé las cañas en un viaje a Zamora donde son muy típicas, y también en La Mancha y en la localidad orensana do Carballiño. Me gustaron tanto, que buscando recetas, la que os muestro hoy es la que más me gustó, así que os dejo con la lista de ingredientes y el proceso de elaboración, por si os animáis a prepararlos.

Ingredientes:

-1 vaso de aceite de girasol
-1 vaso de zumo de naranja
-1 vaso de vino blanco
-1 chupito de licor de anís
-1 pizca de sal
-la corteza de una naranja y de un limón
-harina la que admita hasta que quede una masa que se despegue de las manos y forme una bola pero que no esté demasiado dura.
-aceite de girasol para freír
-azúcar y canela molida mezclados para espolvorear por encima de los canutillos

Para la crema pastelera
-500ml. de leche entera
-2 yemas de huevo
-100gr. de azúcar
-40gr. de maicena (más bien que pase 2 ó 3 gramos a que falten)
-cáscara de ½ limón
-un trozo de canela en rama

Preparación:

En primer lugar ponemos una taza de aceite al fuego con la corteza de una naranja y la de un limón. Cuando las cortezas empiecen a dorarse, apartamos del fuego, retiramos las cortezas,  y dejamos enfriar.

Cuando el aceite esté frío, lo añadimos a un cuenco, añadimos también el zumo de naranja, el vino blanco y el licor de anís, mezclamos y añadimos una pizca de sal, removemos para integrar, y luego vamos añadiendo harina poco a poco.

La cantidad de harina no os la pongo porque va a depender del tipo de harina que utilicéis, pues no todas las harinas absorben la  misma cantidad de líquidos, pero lo que hay que conseguir es una masa que se despegue de las manos, y que no esté muy dura.

Al principio para amasar os ayudáis de una cuchara de madera, y luego cuando se despegue de las paredes, ayudaros de las manos hasta que se forme una bola blandita.

Una vez hecha la masa de los canutillos, hay que darles forma, para ello untamos con aceite de girasol la encimera de la cocina, luego vamos cortando pequeñas porciones de masa con que nos llegue para cubrir un rodillo. 

Cuando tengamos la masa alrededor del canutillo, lo hacemos rodar sobre la encimera para que se sellen bien los bordes y reservamos. Así hasta terminar con todos los canutillos.

Aparte echamos abundante aceite de girasol en un cazo, y lo ponemos a fuego medio. Cuando el aceite esté caliente, añadimos los canutillos de uno en uno, sin añadir el siguiente mientras no se retire el anterior, así hasta freír todos los canutillos y que queden con un bonito color dorado por todos los lados.

A medida que se van retirando del aceite, se les saca el canutillo en caliente, con la ayuda de una servilleta o un paño de cocina, porque si dejamos que se enfríen, luego no se desprenden.

Una vez fritos los canutillos, los rebozamos ligeramente en una mezcla de azúcar y canela molida, y reservamos en una lata de galletas o un recipiente hermético hasta la hora de rellenarlos. Se guardan perfectamente durante unos días o una semana incluso.

Para el relleno, normalmente se utiliza crema pastelera, y para prepararla  ponemos un cazo al fuego con la leche, la cáscara de limón y la canela en rama, cuando levante ebullición tapamos y dejamos infusionar hasta que enfríe. Colamos la leche para retirar la corteza de limón y la canela, y nos aseguramos de que tenemos 500ml. de leche,(mejor antes de hervirla echar un poquito más porque en el fuego parte se va en el vapor)

Cuando la leche haya enfriado, reservamos un vaso y la restante la ponemos de nuevo al fuego junto con el azúcar y llevamos a ebullición, (si utilizamos el mismo cazo debemos lavarlo bien sino luego se adhiere a las paredes y le da mal sabor).

Mientras, al vaso de leche que reservamos le añadimos las dos yemas, y la maicena, mezclamos bien con un batidor de varillas o con un tenedor hasta obtener una mezcla homogénea, y cuando la leche que tenemos al fuego esté a punto de entrar en ebullición, añadimos esta mezcla de huevos y maicena, y removemos sin parar con el batidor de varillas, hasta que espese. En ese momento retiramos del fuego, tapamos con papel film para evitar que haga costra, y dejamos que enfríe. Después la guardamos en el frigorífico hasta el momento de rellenar los canutillos.

Para rellenar las cañas o canutillos, introducimos la crema pastelera en una manga, luego introducimos la boquilla por un extremo del canutillo y apretamos, y luego hacemos lo mismo por el otro extremo, y  listo para servir.

Estos canutillos son una delicia, ideales para un desayuno tardío de domingo, o de un fin de semana de puente como este del Pilar, son perfectos también para una merienda acompañando un café con leche o una infusión, y por supuesto como postre con un rosetón de nata como acompañamiento o un coulis de frutos rojos por ejemplo.

Y por hoy nada más, nos vemos dentro de unos días con nueva receta. Hasta entonces.

Un abrazo.

lunes, 27 de septiembre de 2021

Flan de huevo


En alguna ocasión os he hablado de mis gallinas felices, pues ellas me permiten elaborar dulces exquisitos como el que os muestro hoy, el flan de huevo, esta vez en tamaño extra grande. Hace tanto que saqué la foto que no recuerdo cuando lo preparé, pero supongo que había invitados ese día porque normalmente lo hago en otra flanera más pequeña.

Es de mis postres favoritos, y ya sabéis que no tiene ninguna complicación, simplemente es batir la mezcla y cocerla en el horno al baño María hasta que cuaje.

La diferencia en el resultado final vendrá dada por la utilización de un caramelo casero, el empleo de huevos ecológicos o camperos, porque aparte de tener mejor sabor tienen menos agua, y también el empleo de leche entera, que le aportará más cremosidad.

Si os gusta darle más aroma, podemos optar por infusionar la leche con canela en rama y cáscara de limón, o con una vaina de vainilla.

Luego habréis visto flanes con burbujas en su interior y otros sin ellas, eso va por gustos, y dependerá de la temperatura del agua que utilizamos para el baño María, el que las tenga o no. Si queréis un flan con una masa compacta sin agujeritos, el agua no puede llegar a hervir en el horno, por lo tanto necesitaréis más tiempo de horneado y a una temperatura inferior, de 150º a 160º. Por el contrario si queréis un flan con burbujas, tenéis que hornearlo a 180º.

Para preparar este postre tan delicioso necesitáis los siguientes ingredientes:

Para el caramelo
-120gr. de azúcar
-unas gotas de zumo de limón

Para el flan
-10 huevos
-1 litro de leche
-150gr. de azúcar

Opcional
-1 rama de canela
-cáscara de un limón

O bien
-1 vaina de vainilla

Preparación:

Comenzaremos por preparar el caramelo, para ello ponemos un recipiente al fuego, añadimos el azúcar y unas gotas de limón, y dejamos al fuego hasta que empiece a coger un ligero color dorado, a partir de ahí vamos removiendo poco a poco hasta que todo el azúcar esté disuelto, y en ese momento retiramos del fuego y cubrimos la base y las paredes de la flanera ó flaneras individuales. Reservamos.

Si optáis por aromatizar la leche, empezamos por ponerla en un cazo al fuego (tened en cuenta que debéis echar algo más de un litro, porque al hervir, parte se evapora), añadimos una rama de canela y la cáscara de un limón (sólo la parte amarilla), o bien una rama de vainilla abierta por la mitad, y retirándole los granos con un cuchillo (se añade todo, los granos y la vaina).Cuando la leche levante el hervor, apagamos el fuego, y dejamos que enfríe para que vaya cogiendo el aroma de la canela o la vainilla según el caso.

Una vez que tengamos la leche fría, la pasamos por un colador para retirar la canela y el limón, o la vaina de vainilla, según lo que hayamos utilizado.

A parte batimos los huevos, disolvemos el azúcar en la leche y mezclamos con los huevos, y finalmente vertemos la mezcla en la flanera y horneamos al baño María hasta que haya cuajado. En ese momento retiramos del horno, dejamos enfriar a temperatura ambiente, y luego lo dejamos en la nevera porque es bien fresquito cómo más rico está.

Si lo hacéis de un día para otro estará mejor si cabe, porque se asientan los sabores.

Se desmolda en el momento de servir.

Hasta pronto. Saludos

miércoles, 9 de diciembre de 2020

Casita de galletas de Navidad


Es una tradición hornear galletas por Navidad, y aunque este año no he podido hacerlo, tenía en la carpeta de borradores una casita de galletas que hice el año pasado y aprovecho ahora para compartir con vosotros las fotos, y la receta por supuesto.

No os negaré que es un trabajo un tanto laborioso, pero tuve la ayuda de una amiga que se encargó de hornearme las galletas, yo lo que hice fue elaborar la masa, ensamblar las piezas y decorarla. 

Yo ya tenía en mente hacer una casita de galletas, y esta amiga tenía que hacerle un regalo a un niño y coincidimos en que era una buena idea la casita de galletas, así matábamos dos pájaros de un tiro.

Lleva chuches en su interior, y también en la decoración, demasiadas para mi gusto pues yo hubiera preferido un diseño mas navideño, pero me tuve que adaptar.

Para elaborarla tenéis que disponer de un juego de moldes con todas la piezas que hay a la venta en tiendas de repostería, o bien imprimir algún diseño que encontréis, recortarlo y utilizarlo como plantilla. En este caso opté por esta última opción, no obstante tuvimos un fallo, y es que nos olvidamos de la chimenea, pero como no vamos a hacer fuego en ella, tampoco pasa nada ;)
Os digo ya lo que necesitáis para prepararla

Ingredientes:

-400gr. de harina de repostería
-200gr. de mantequilla a temperatura ambiente
-1 huevo
-1 yema de huevo
-120gr. de azúcar
-unas gotas de esencia concentrada de anís
-una pizca de sal

Para la glasa de unir las piezas
-1 clara de huevo (preferiblemente pasteurizada)
-200gr. de azúcar glass
-5 gotas de vinagre de manzana

Para la decoración
-chuches variados y lacasitos

Preparación:

Tamizamos la harina sobre la encimera. Hacemos un hueco en el centro como si se tratase del cráter de un volcán. En él echamos los restantes ingredientes: la mantequilla cortada en daditos, el huevo, la yema, el azúcar, la esencia de anís y la sal.

Con las manos amasamos el conjunto hasta formar una masa homogénea. No hay que amasar mucho tiempo, solo lo necesario para que se integren bien todos los ingredientes, y luego formamos una bola y la dejamos reposar durante una hora en el frigorífico, cubierta con papel film.

A continuación colocamos una lámina de film transparente sobre la encimera, y ponemos en el centro la masa, por encima ponemos otra lámina de film transparente, y después con un rodillo de cocina aplanamos hasta que la masa quede de un grosor aproximado de unos 3mm. Luego retiramos la lámina de plástico de arriba, y con los moldes cortapastas o colocando encima la plantilla, según lo que usemos, vamos cortando las galletas y las colocamos en la bandeja del horno, sobre papel sulfurizado.

Seguidamente precalentamos el horno a 180º con calor arriba y abajo, las horneamos por espacio de 10 minutos aproximadamente, cuidando que no se doren en exceso.
Finalmente las sacamos del horno, y las dejamos enfriar sobre una rejilla antes de decorarlas.

Mientras las galletas enfrían, preparamos la glasa, para ello batimos las claras ligeramente, añadimos las gotas de vinagre, y después vamos añadiendo el azúcar glass poco a poco, sin dejar de remover. Para que os hagáis una idea, os quedará una pasta de una consistencia parecida a la pasta de dientes. 

Con esta glasa, conocida con el nombre de glasa de escritura o glasa de delineado, uniremos las distintas galletas para formar la casita, pero antes de eso utilizaremos esta misma glasa para hacer las tejas, para ello introducimos toda la glasa en una manga pastelera con una boquilla del número 2 ó 3, después empezaremos pegando la boquilla a la galleta, apretamos un poco y levantamos hacia arriba formando un ángulo de unos 45º, presionando siempre de manera suave y constante sobre la manga, avanzamos llevando el cordón de glasa en el aire en todo momento, hasta llegar al final, que de nuevo pegamos la boquilla a la galleta y retiramos. Se trataría de hacer un enrejado de líneas verticales y horizontales que se asemeje a un tejado.

Finalmente con la glasa restante vamos pegando las diferentes piezas de la casita, esperando a que se seque la última que hemos puesto antes de añadir una pieza nueva.

Cuando todas estén ensambladas, y la casa haya tomado forma, la decoramos con chuches y lacasitos al gusto de cada uno, y los que nos sobren los introducimos en el interior por la puerta y las ventanas.

Por último envolvéis vuestra obra en una lámina de polipropileno transparente, la decoráis con una cinta y una etiqueta, y seguro que  al niñ@ que la reciba se le dibuja una preciosa sonrisa en su rostro.

Para finalizar os dejo con otras imágenes de la casita, y por hoy me despido hasta el próximo día.

Que seáis muy felices. Un abrazo y gracias por seguirme.


Vista frontal

Vista lateral

Envuelta para regalar

viernes, 30 de octubre de 2020

Galletas con forma de calabaza para Halloween



Hoy os traigo unas galletas cuya receta saqué de un libro que me regalaron por un cumpleaños, y se titula "111 galletas con 1 masa"

Es una masa muy fácil y resulta ideal si lo que queremos al final es decorar las galletas, tanto si es con fondant como hice yo en esta ocasión, como con glasa.

Respecto a la decoración siendo hoy el último día de octubre, la temática es casi obligado que sea de halloween, así aproveché para estrenar unos moldes con forma de calabaza que llevan un par de años al menos en la alacena de la cocina.

Sin más rodeos, os detallo a continuación la lista de

Ingredientes:

-125gr. de harina de repostería (sirve harina común de todo uso)
-1 yema de huevo
-50gr. de azúcar
-1 pizca de sal
-100gr. de mantequilla a temperatura ambiente
-la ralladura de un limón
-fondant para decorar (podéis ver la receta pinchando aquí)
-colorantes alimentarios en gel

Preparación:

Comenzamos tamizando la harina en la encimera, y hacemos un hoyo en el centro como si se tratase del cráter de un volcán. Echamos en él la yema de huevo, el azúcar, la sal, la mantequilla cortada en cubitos y la ralladura del limón.

Trabajamos todos los ingredientes con las manos hasta obtener una mezcla homogénea y formamos una bola. La envolvemos en papel film y la dejamos en el frigorífico al menos dos horas.

Después precalentamos el horno a 180 ºC y forramos una bandeja con papel vegetal. Espolvoreamos un poco de harina en la encimera y con un rodillo estiramos la masa hasta dejarla de un grosor de unos 4mm, después cortamos las galletas con el cortapastas y las colocamos en la bandeja, luego las horneamos a media altura, con calor arriba y abajo, hasta que cojan un ligero color dorado. Seguidamente retiramos del horno y dejamos enfriar dentro de la bandeja, la cual colocaremos sobre una rejilla para que circule el aire por abajo.

Una vez frías, toca decorarlas con el fondant, el cual lo podéis comprar o bien prepararlo vosotros en casa con la receta cuyo enlace os dejo en la lista de ingredientes. Si lo hacéis en casa tenéis que colorearlo, para ello os aconsejo que utilicéis colorante en gel, pues es fácil de teñir con él, y al ser en gel no cambia apenas la textura del fondant, cosa que sí ocurriría con los colorantes líquidos.

Si hacéis calabazas como hice yo en esta ocasión, necesitaréis el color negro, el color verde y el color naranja. Yo uso siempre colorantes de la marca Wilton porque van muy bien, y se mezclan fácilmente. En este caso necesitaba el color negro, el verde y el naranja. Los dos primeros los tenía, pero el naranja no, y para hacerlo mezclé 1/3 de color rojo magenta con 2/3 de color amarillo.

Para colorear el fondant, hacéis una bola con él, luego con los dedos formáis un hueco en el centro, y con la ayuda de un palillo vais echando poco a poco y amasando con las manos hasta conseguir la intensidad deseada. Para no mancharos las manos os aconsejo que utilicéis unos guantes de látex deshechables.

Finalmente solo queda cortar el fondant con el cortapastas y colocarlo encima de la galleta. Para pegar el fondant a la galleta podéis utilizar pegamento alimentario que venden en las tiendas especializadas de repostería, pero sirve perfectamente (y es más natural) la mermelada. Untáis una finísima capa de mermelada sobre la galleta y encima colocáis el fondat. Después se deja secar durante unas horas, y cuando esté seco si tenéis niños en la familia o en vuestro entorno más cercano, metéis una galleta de estas en una bolsa de las que se utilizan para las chuches, la atáis con una rafia y seguro que les hace una ilusión enorme cuando la reciban.

Y con esto finalizo por hoy, nos vemos pronto. Espero y deseo que disfrutéis del fin de semana aunque las circunstancias no son muy propicias.

Un abrazo

lunes, 26 de octubre de 2020

Pan de Muerto


El Pan de Muerto, es un pan dulce típico de México, país en el que la celebración del Día de Muertos (conocido aquí en España como día de Difuntos) es una de las más importantes del calendario religioso y cultural del país, al punto de que en el año 2003 la UNESCO declaró la festividad dedicada a los muertos en México como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad.

Aunque de entrada pueda resultar un tanto contradictorio, en esta festividad los mexicanos celebran “la vida” de los seres queridos que han fallecido. Con las celebraciones que tienen lugar desde el 31 de octubre al 2 de noviembre, se honra a los fallecidos con elementos que demuestran que los difuntos siempre estarán invitados a la mesa de los vivos, de hecho se considera que durante esos días el espíritu de los muertos regresa a reunirse con sus familiares, los cuales para honrarles levantan altares.

En los altares no puede faltar una foto del difunto, también la flor simbólica de estas festividad conocida como Flor de Cempasúchil, de color amarillo-anaranjado, por cuyo color y olor es la encargada de conducir a los difuntos hacia la ofrenda. En esos altares colocan también cirios, agua para que las almas calmen su sed después de un largo viaje y repongan fuerzas para el camino de vuelta. También colocan sal como elemento purificador para que las almas no se corrompan en su viaje de vuelta al más allá, y por supuesto no puede faltar la comida preferida del difunto, y en este apartado nunca falta el protagonista por excelencia de esta celebración: el pan de muerto.

No existe una sola receta ni una sola forma para el pan de muerto, pues varía según la zona del país, pero el más común es el que os presento hoy, el cual como no podía ser de otra forma, también está cargado de simbolismo.

Como podéis ver en la foto, se trata de un bollo redondo, y esa forma redonda representa el ciclo de la vida, arriba lleva unas tiras de masa que representan las extremidades superiores e inferiores del difunto, y encima de todo lleva una bolita más pequeña coronando el pan, la cual representa el cráneo.

Cómo me gustaría visitar México en esta época del año..., es de esas cosas que me gustaría vivir una vez en la vida, pero toca esperar porque tal y como está el panorama no está la cosa para viajar, y por otra parte no me atrevo a cruzar el charco con mi madre enferma, de modo que ojala tarde muchísimo en poder cumplir ese sueño porque eso significará que mi madre me acompañará mucho años más, y ese sin duda alguna es mi principal deseo.

Pero aunque lo de viajar a México tendrá que esperar, lo que sí he hecho ya ha sido probar su famoso pan de muerto y os aseguro que está absolutamente delicioso. Lo haré muchas más veces porque nos encantó.

He visto varias recetas por la red, y al final me decanté por esta que podéis ver pinchando aquí, pues su autora es toda una experta en lo que a elaboración de masas se refiere.

Si hacéis como yo, y utilizáis una amasadora o una panificadora, el proceso es mucho más sencillo, porque a mano hay que amasar bastante tiempo para que se desarrolle el gluten y para los que no les guste trabajar con masas puede resultar bastante tedioso.

Y sin más dilación, os detallo la lista de ingredientes:

Para el prefermento

-70gr. de harina de fuerza
-90gr. de leche entera
-2 huevos medianos
-21gr. de levadura fresca (ó 7gr. de levadura seca)
-20gr. de azúcar

Para la masa

-Todo el prefermento
-330gr. de harina de fuera
-80gr. de azúcar
-5gr. de sal
-95gr. de mantequilla sin sal
-1yema de huevo
-1 cucharadita de agua de azahar
-ralladura de 1 naranja

Preparación:

Empezamos preparando el prefermento, para ello ponemos la leche al fuego, y cuando empiece a levantar el hervor apartamos del fuego y dejamos reposar hasta que esté tibia, en ese momento añadimos la levadura, desleímos, y añadimos el azúcar y los huevos ligeramente batidos, mezclamos todo bien y por último echamos la harina, mezclamos hasta que esté integrada y luego dejamos en un lugar cálido hasta que triplique el volumen. A mí me tardó 30 minutos y la tenía tapada con papel film cerca de la cocina de leña con una temperatura ambiental en torno a los 25ºC.

Cuando el prefermento haya triplicado el volumen, removemos con una cuchara, y dejamos reposar de nuevo hasta que de nuevo triplique el volumen. Cuando eso vuelva a suceder removemos nuevamente con una cuchara y dejamos que vuelva a triplicar el volumen por tercera y última vez (tened mucho cuidado, porque la segunda y tercera vez la masa del prefermento tarda mucho menos en subir y triplicar el volumen, de modo que no os vayáis lejos y no la perdáis de vista).

Cuando haya subido por tercera vez volvemos a remover con una cuchara para que baje, y echamos todo el prefermento en la cubeta de la panificadora. Echamos también la mantequilla a temperatura ambiente, la yema de huevo, la ralladura de naranja, una cucharadita de agua de azahar, el azúcar, la harina y la sal y seleccionamos el programa de solo amasado que en mi máquina es el número 11 y tiene una duración de 20 minutos. Al finalizar el programa dejo reposar la masa dentro de la cubeta durante 10 minutos y luego vuelvo a iniciar el mismo programa para continuar amasando otros 20 minutos más. De nuevo dejo reposar la mas otros 10 minutos y después la saco de la cubeta y le doy forma a los bollos.

Para darle la forma característica apartamos 95gr. de masa para hacer el cráneo y los huesos de las extremidades. La masa restante la dividimos en dos partes iguales, le damos forma redonda y colocamos en una bandeja de horno sobre papel sulfurizado.

A los 95gr. de masa que habíamos apartado le añadimos 5gr. de harina e integramos bien. Esto se hace para que cuando formemos los huesos que representan las extremidades éstos mantengan bien la forma. Después dividimos esta masa en cuatro trozos de 20gr. y dos trozos de 10gr. Con los primeros haremos los huesos para ello formamos unos bastoncillos o cilindros rodando la masa sobre la superficie de trabajo y luego presionando con los dedos anular, corazón e índice damos forma a las articulaciones. Después colocamos dos cruzados sobre cada bollo y encima coronamos con una bolita en cada uno de los bollos que formaremos con las dos porciones de 10gr. de masa que teníamos reservada.

Con el pan de muerto ya formado ahora hay que cubrirlo con papel film untado en aceite para que no haga costra por encima y esperar a que doble el volumen, para ello yo los pongo dentro del horno cerrado a 30ºC para acelerar el proceso.

Cuando han crecido el doble, los retiro del horno, subo la temperatura del mismo con calor arriba y abajo hasta los 150ºC, mientras retiro el papel film de encima de los bollos, los espolvoreo por encima con azúcar, y cuando el horno haya alcanzado la temperatura seleccionada, los introduzco en el horno y cambio el fuego dejándolo solo por abajo. Después cuando los bollos alcanzan un bonito color dorado por encima apago el fuego, retiro la bandeja del horno y la coloco sobre una rejilla hasta que enfríen.

Después ya solo queda preparar un chocolate bien caliente y disfrutar de este rico pan tan cargado de sabor y simbología.

Espero que os haya gustado mi receta de hoy. Dentro de unos días volveré con una nueva propuesta. Mientras tanto que seáis muy felices.

Un abrazo