jueves, 6 de enero de 2022
Flan de turrón sin horno
martes, 7 de diciembre de 2021
Stollen (Pan Dulce Alemán)
viernes, 26 de noviembre de 2021
Bica de Castañas
lunes, 22 de noviembre de 2021
Tejas de almendra
La receta que os traigo hoy, las tejas de almendra, son muy versátiles en repostería, pues igual sirven para acompañar un café con leche por la mañana en el desayuno, como un té a media tarde, pero también resultan ideales acompañando un postre tipo pudin o flan, unas natillas…, y desde luego es el acompañamiento perfecto para un helado, sobre todo si es un helado de frutas con un toque ácido, porque el contraste del ácido con el dulzor de la teja casan de maravilla.
Sin más demora, vamos con la receta.Ingredientes:
-2 claras de huevo
-150gr. de azúcar
-125gr. de almendra laminada
-50gr. de mantequilla
-30gr. de harina de trigo
Preparación:
En primer lugar separamos las yemas de las claras, reservando las primeras para otra preparación porque en esta receta no las vamos a necesitar, y las claras las batimos a punto de nieve.
A medio batir añadimos el azúcar en dos tandas, y seguimos batiendo hasta que estén bien firmes. En ese momento añadimos la mantequilla derretida y tibia, y seguimos batiendo hasta incorporarla. Después añadimos la harina, la integramos y añadimos la mitad de las almendras laminadas y mezclamos con una cuchara.
A continuación en una bandeja de horno, sobre papel de hornear, ponemos media cucharada sopera de la mezcla en seis montoncitos.
Una vez sacadas del horno, hay que despegarlas del papel con una espátula o el filo de un cuchillo antes de que se enfríen, y colocarlas sobre un rodillo de cocina u otro objeto cilíndrico similar, para que cojan la forma de tejas.
Se procede así con el resto de la masa, y una vez horneadas y formadas todas las tejas, cuando estén frías, se guardan en una caja metálica, donde se conservan durante varios días.
miércoles, 27 de octubre de 2021
Bollitos de calabaza para Halloween
Se acerca Halloween, y aunque es una temática que no me gusta absolutamente nada, pero nada de nada, al tener el blog, siempre se procura que las publicaciones vayan acorde con la época del año que corresponda, y por eso el año pasado por estas fechas publiqué unas galletas con forma de calabaza, y este año me decanté por unos bollitos también con forma de calabaza, que le vi a Esbieta.
Elegí esta receta por varios motivos, principalmente porque las recetas de Esbieta nunca fallan, también
porque me gustó mucho como quedan los bollitos una vez horneados, y si a eso le
añadimos que tengo en casa calabazas de mi huerto, la elección estaba clara, y
tengo que decir que no me equivoqué, al contrario, fue todo un acierto. Salen
unos bollitos muy esponjosos, ideales para tomar así solos sin más acompañando
un café con leche por la mañana, para untar con mermelada, etc.
Como llevan poco azúcar, admiten también un relleno salado, como
por ejemplo unas lonchas de queso o de embutido.
Ingredientes (para 8 bollitos):
Preparación:
Lo primero que tenemos que hacer es asar la calabaza, para ello yo
aproveché que ese día hice un asado en el horno de leña, y luego con el calor
residual asé la calabaza cortada por la mitad.
Después de asarla, esperamos a que enfríe, vaciamos la pulpa, y la
aplastamos bien con un tenedor hasta hacer un puré. Reservamos
Aparte echamos en azúcar en agua templada, removemos hasta
disolver, a continuación añadimos la levadura, y removemos hasta disolver de
nuevo. Dejamos reposando unos 10 ó 15 minutos, para que se active la levadura.
Añadimos a la cubeta de la panificadora la harina previamente
tamizada, la sal, el puré de calabaza, la yema de huevo (reservamos la clara
que nos hará falta más adelante), la levadura, y seleccionamos el programa de “solo
amasado” que en mi máquina tiene una duración de 20 minutos. Al finalizar,
dejamos reposar 5 minutos, y después se añade la mantequilla a temperatura ambiente
cortada en cubitos, y seleccionamos de nuevo el programa de “solo amasado” para
que amase de nuevo otros 20 minutos.
A continuación retiramos la masa a un recipiente, cubrimos con
papel film, y esperamos a que doble su volumen. Después la volcamos en la
encimera espolvoreada con un poco de harina, y amasamos un poco con las manos
para desgasificarla.
Seguidamente dividimos la masa en 8 porciones del mismo peso, formamos con cada una de ellas una bolita, en el centro hacemos un hueco y colocamos una nuez pecana simulando el rabito de la calabaza, luego con un cuchillo hacemos 8 cortes equidistantes, sin llegar al centro, y colocamos los bollitos en una bandeja de horno sobre papel de hornear.
Tapamos con papel film, y esperamos de nuevo a que doblen el volumen. Cuando lo hayan hecho, pincelamos con la clara del huevo, y llevamos al horno precalentado a 150º calor arriba y abajo.
Los dejamos hasta que tengan un bonito aspecto dorado por la parte de arriba, en ese momento retiramos del horno, y dejamos enfriar sobre una rejilla.
Se conservan bien durante un par de días, pero para ello hay que guardarlos dentro de una bolsa de plástico cerrada.
Y con esto termino por hoy. Nos vemos en unos días.
Un abrazo.
domingo, 10 de octubre de 2021
Canutillos rellenos de crema pastelera
Hoy vengo con una receta dulce que es un poco laboriosa, pero el resultado final hace que merezca la pena el esfuerzo.
Tiene como ventaja que estos
canutillos se pueden preparar con unos días de antelación, guardándolos en una
lata de galletas, y en el último momento se rellenan.
Otra ventaja que tienen es
que la masa una vez preparada congela perfectamente, de modo que si nos sobra
masa, la guardamos en el congelador y en otro momento que nos apetezca preparamos
más canutillos. Yo tuve una congelada durante más de un año, y os doy mi palabra, que cuando la descongelé e hice los canutillos, no noté ninguna pérdida de sabor, ni tampoco me dio problemas para trabajar la masa a la hora de formar los canutillos.
Para preparar estos canutillos,
también conocidos como cañas rellenas, se necesitan unos utensilios tubulares
que hay a la venta en muchos bazares y ferreterías, sino en internet se
encuentran con facilidad.
Estos canutillos se utilizan
exclusivamente para tal fin, aunque hace años nuestras abuelas utilizaban cañas
de cáñamo, que reservaban de una vez para otra, tanto que en algunas familias,
estos canutillos artesanos, pasaban de generación en generación.
No es mi caso, pues esta
receta en mi casa no se hacía, hasta que probé las cañas en un viaje a Zamora donde son
muy típicas, y también en La Mancha y en la localidad orensana do Carballiño.
Me gustaron tanto, que buscando recetas, la que os muestro hoy es la que más me
gustó, así que os dejo con la lista de ingredientes y el proceso de
elaboración, por si os animáis a prepararlos.
Ingredientes:
Preparación:
En primer lugar ponemos una taza de aceite al fuego con la corteza de una naranja y la de un limón. Cuando las
cortezas empiecen a dorarse, apartamos del fuego, retiramos las cortezas, y dejamos enfriar.
Cuando el aceite esté frío,
lo añadimos a un cuenco, añadimos también el zumo de naranja, el vino blanco y
el licor de anís, mezclamos y añadimos una pizca de sal, removemos para
integrar, y luego vamos añadiendo harina poco a poco.
La cantidad de harina no os
la pongo porque va a depender del tipo de harina que utilicéis, pues no todas
las harinas absorben la misma cantidad
de líquidos, pero lo que hay que conseguir es una masa que se despegue de las
manos, y que no esté muy dura.
Al principio para amasar os
ayudáis de una cuchara de madera, y luego cuando se despegue de las paredes,
ayudaros de las manos hasta que se forme una bola blandita.
Una vez hecha la masa de los canutillos, hay que darles forma, para ello untamos con aceite de girasol la encimera de la cocina, luego vamos cortando pequeñas porciones de masa con que nos llegue para cubrir un rodillo.
Cuando tengamos la masa alrededor del canutillo, lo hacemos rodar sobre la encimera para que se sellen bien los bordes y reservamos. Así hasta terminar con todos los canutillos.
Aparte echamos abundante aceite
de girasol en un cazo, y lo ponemos a fuego medio. Cuando el aceite esté
caliente, añadimos los canutillos de uno en uno, sin añadir el siguiente mientras
no se retire el anterior, así hasta freír todos los canutillos y que queden con
un bonito color dorado por todos los lados.
A medida que se van
retirando del aceite, se les saca el canutillo en caliente, con la ayuda de una
servilleta o un paño de cocina, porque si dejamos que se enfríen, luego no se desprenden.
Una vez fritos los canutillos,
los rebozamos ligeramente en una mezcla de azúcar y canela molida, y reservamos
en una lata de galletas o un recipiente hermético hasta la hora de rellenarlos.
Se guardan perfectamente durante unos días o una semana incluso.
Para el relleno, normalmente
se utiliza crema pastelera, y para prepararla ponemos un cazo al fuego con la leche, la cáscara de limón y la canela en
rama, cuando levante ebullición tapamos y dejamos infusionar hasta
que enfríe. Colamos la leche para retirar la corteza de limón y la canela, y
nos aseguramos de que tenemos 500ml. de leche,(mejor antes de hervirla echar un
poquito más porque en el fuego parte se va en el vapor)
Cuando la leche haya
enfriado, reservamos un vaso y la restante la ponemos de nuevo al fuego junto con el azúcar y llevamos a ebullición, (si
utilizamos el mismo cazo debemos lavarlo bien sino luego se adhiere a las
paredes y le da mal sabor).
Mientras, al vaso de leche
que reservamos le añadimos las dos yemas, y la maicena, mezclamos bien con un
batidor de varillas o con un tenedor hasta obtener una mezcla homogénea, y cuando la leche que
tenemos al fuego esté a punto de entrar en ebullición, añadimos esta mezcla de
huevos y maicena, y removemos sin parar con el batidor de varillas, hasta que
espese. En ese momento retiramos del fuego, tapamos con papel film para evitar
que haga costra, y dejamos que enfríe. Después la guardamos en el frigorífico
hasta el momento de rellenar los canutillos.
Para rellenar las cañas o canutillos,
introducimos la crema pastelera en una manga, luego introducimos la boquilla
por un extremo del canutillo y apretamos, y luego hacemos lo mismo por el otro
extremo, y listo para servir.
Estos canutillos son una delicia,
ideales para un desayuno tardío de domingo, o de un fin de semana de puente como
este del Pilar, son perfectos también para una merienda acompañando un café con
leche o una infusión, y por supuesto como postre con un rosetón de nata como
acompañamiento o un coulis de frutos rojos por ejemplo.
Y por hoy nada más, nos
vemos dentro de unos días con nueva receta. Hasta entonces.
Un abrazo.
lunes, 27 de septiembre de 2021
Flan de huevo
miércoles, 9 de diciembre de 2020
Casita de galletas de Navidad
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