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martes, 21 de junio de 2022

Coca de San Juan


Estamos a las puertas de la noche de San Juan, la más mágica del año, y también la más corta, y esa noche en muchos lugares del Levante español, el dulce que no puede faltar es la denominada Coca de San Juan, un dulce tipo brioche, que lleva crema pastelera, y va decorada con piñones y frutas confitadas.

En Galicia también se prepara un dulce muy similar, que se llama “Tarta Larpeira” la cual se consume especialmente por San Juan, pero también a lo largo del año. Podéis ver la receta de la “Larpeira” pinchando aquí.

Hay cocas de muy diversos ingredientes, y las hay dulces y saladas, pero la de hoy es dulce, porque aquí en Galicia en la cena de la noche de San Juan no pueden faltar las sardinas a la brasa y el churrasco, y a mayores una coca salada sería excesivo, en cambio un trozo de esta coca, o de una larpeira gallega en la sobremesa sientan de maravilla.

No me enrollo más y os dejo con la lista de ingredientes:

Para la masa madre

-20gr. de leche tibia
-10gr. de levadura fresca (ó 3gr. de levadura deshidratada)
-40gr. de harina de fuerza

Para la masa

-toda la masa madre
-125gr. leche a temperatura ambiente
-50gr. de azúcar
-1 huevo pequeño
-1 cucharadita de esencia de vainilla
-40gr. de mantequilla a temperatura ambiente
-ralladura de una naranja
-250gr. de harina de fuerza
-una pizca de sal

Para la crema pastelera

-250gr. de leche entera
-2 yemas de huevo
-20gr. de maicena
-50gr. de azúcar
-1 vaina de vainilla

Para decorar

-piñones y fruta confitada

Para el almíbar

-120ml. de agua
-120ml. de licor de anís
-90gr. de azúcar

Preparación:

Empezaremos preparando la crema pastelera, porque tiene que estar fría cuando la empleemos, por eso es aconsejable prepararla antes, incluso se puede hacer la víspera y guardarla en el frigorífico.

Para prepararla lo primero que haremos es abrir la vaina de vainilla longitudinalmente por la mitad y con la punta de un cuchillo raspar los granos que contiene en su interior, añadir la vaina y los granos a un cazo junto con la leche y ponerla al fuego hasta que empiece a hervir. En ese momento apartamos del fuego y dejamos en infusión hasta que enfríe. Después pasamos por un colador para retirar los restos de vainilla, y medimos 250ml. de leche que es la que necesitamos para esta receta (recalco esto porque la leche al hervir, parte se evapora, de modo que os aconsejo que cuando la pongáis al fuego añadáis un poco más de la necesaria para compensar esa merma)

Seguidamente añadimos las yemas a un cuenco y el azúcar, y batimos bien hasta que blanqueen, después añadimos la leche infusionada y la maicena, batimos bien todo el conjunto hasta conseguir una mezcla homogénea, y ponemos de nuevo a fuego bajo, removiendo constantemente hasta que espese, en ese momento, apagamos el fuego, y cubrimos con papel film para que no haga costra al enfriarse. Reservamos.

El siguiente paso consiste en preparar la masa madre, para ello mezclamos bien todos los ingredientes, y dejamos tapado con papel film hasta que doble el volumen.

Cuando la masa madre esté lista la añadimos a la cubeta de la panificadora o bien a la amasadora y a continuación los ingredientes de la masa principal en el orden que aparecen en la lista de ingredientes, y amasamos durante una hora. En mi panificadora el programa de amasado dura 20 minutos, con lo cual hay programarla de nuevo dos veces. Con las amasadoras ocurre lo mismo, una vez finalizado el tiempo de amasado hay que volver a programar las veces necesarias hasta completar la hora.

Una vez finalizado el amasado dejamos la masa en reposo durante 10 minutos para que se relaje, y después con la ayuda de un rodillo la aplanamos dándole forma ovalada, la colocamos en la bandeja del horno, y la dejamos allí con la puerta cerrada para que no entren corrientes de aire, hasta que haya triplicado su volumen.

Ahora en verano como la temperatura ambiente es alta no hace falta encender el horno, pero si hacéis esta receta en invierno, os aconsejo que cuando la dejéis reposar en el horno para levar, que lo encendáis a baja temperatura, en torno a los 25ºC, porque así sube más pronto.

Cuando haya levado lo suficiente, la pincelamos con un huevo batido (este huevo no figura en la lista de ingredientes), echamos la crema pastelera que habíamos reservado en una manga con boquilla rizada y hacemos una especie de enrejado por encima como se aprecia en la foto.

Por último decoramos con guindas en almíbar y piñones al gusto, y llevamos al horno, previamente precalentado a 150ºC con calor abajo los primeros 10 minutos, y luego calor arriba y abajo hasta que adquiera un bonito color dorado en la superficie. En ese momento retiramos del horno y colocamos la bandeja sobre una rejilla.

Mientras la coca se cuece en el horno, preparamos el almíbar poniendo un cazo al fuego con el agua, el licor de anís y el azúcar, y dejamos hervir durante unos 10 minutos hasta que adquiera una consistencia como de punto de hebra, que se consigue cuando al poner una gota entre los dedos índice y pulgar, se forma como un hilo. Apagamos el fuego y reservamos.

Cuando retiremos la coca del horno, en caliente, inyectamos con una jeringa de repostería el almíbar por distintos puntos de la coca, procurando que quede el almíbar bien distribuido. Dejamos enfriar y listo para servir.

Para que no se reseque una vez fría os aconsejo que la guardéis en una bolsa de plástico o bien que la cubráis con papel film.

La coca auténtica de San Juan no lleva este almíbar, pero os aseguro que le queda de vicio, hará que esté mucho más tierna y jugosa.

Pues espero que os haya gustado la receta de hoy, y deseo que disfrutéis mucho la noche de San Juan.

Hasta pronto. Un abrazo.

lunes, 16 de mayo de 2022

Pizza de pimientos del piquillo, anchoas y cebollas

                                                                                  


Después de unos días desaparecida, aunque afortunadamente no por nada malo, salvo un par de días que lo pasé mal por la alergia, al fin he sacado tiempo para compartir con vosotros una nueva receta, en esta ocasión una pizza de pimientos del piquillo en conserva, cebolla y anchoas; unos ingredientes muy básicos pero que dan como resultado una pizza con una mezcla de sabores muy rica, especialmente si os gusta el contraste dulce-salado, que le aportan la cebolla y las anchoas.

Para la masa he elegido la que uso siempre, porque cuando el resultado es bueno para qué cambiar, aunque sigue en la lista de pendientes una pizza con masa de fermentación lenta, pero aun no le ha llegado el momento.

Sin más rodeos os dejo ya con la lista de ingredientes y su posterior elaboración.

Ingredientes:

Para la masa
-240gr. de harina de fuerza
-150ml. de agua
-1 cucharada de aceite de oliva
-1 cucharadita de sal
-12gr. de levadura fresca de panadería (ó ½ sobre de levadura seca de panadería)

Para el relleno
-70gr. de tomate triturado (yo no tenía en esta ocasión y utilicé en su lugar tomates enteros en conserva)
-6 pimientos del piquillo en conserva
-2 latitas de anchoas en conserva
-1 cebolla
-180gr. de mezcla de quesos (en mi caso emmental, gouda y mozzarella)
-orégano seco

Preparación:

Empezaremos preparando la masa, y en mi caso pese a que tengo panificadora, y para hacer masas es ideal, por comodidad y para acelerar el proceso, muchas veces utilizo la thermomix. Para ello echo el agua, la sal y el aceite de oliva en el vaso, y programo 3 minutos/ temperatura 37º/velocidad cuchara. Después añado el resto de ingredientes, es decir, la harina y la levadura, y programo 3 minutos/función amasar. Una vez terminado de amasar, guardo la masa en un cuenco untado en aceite, y lo cubro con papel film hasta que la masa haya doblado el volumen.

Para amasarla en la panificadora echamos todos los ingredientes en la cubeta por el siguiente orden: agua, sal, aceite de oliva, harina y levadura; y seleccionamos el programa de amasado con fase posterior de levado que en mi máquina dura 1 hora 30 minutos (20 de amasado y los restantes de levado).

Si no tenéis robot de cocina para preparar la masa, se amasa perfectamente a mano, para ello echáis en un recipiente amplio la harina previamente tamizada y la sal, removéis con una cuchara de madera para mezclar, y luego hacéis un huevo en medio como si se tratase del cráter de un volcán, y añadís en él el agua tibia, en la cual habréis desleído previamente la levadura. Después vais mezclando con la ayuda de una cuchara de madera en un principio, y luego cuando se empiece a formar una bola, seguís amasando en la encimera, con las manos, durante unos diez minutos. A continuación guardáis la masa en un cuenco untado en aceite y lo tapáis para evitar que entren corrientes de aire, y ya solo queda esperar que la masa doble su volumen, en ese momento estará lista para seguir con la preparación de la pizza.

Con la masa ya lista, el siguiente paso consiste en precalentar el horno, con calor arriba y abajo, a 250º.

Mientras el horno se va calentando, estiramos la masa con la ayuda de un rodillo, dándole la forma deseada (en este caso yo la hice rectangular), y la colocamos sobre la bandeja del horno en la cual habremos colocado previamente papel de hornear. Sobre la masa extendemos el tomate triturado, y sobre él espolvoreamos orégano seco al gusto.

Seguidamente añadimos los pimientos del piquillo cortados en tiras, y encima las anchoas.


Después la cebolla cortada en juliana fina.
 
 
Por último distribuimos el queso por toda la superficie, y horneamos con la bandeja del horno situada sobre la base del mismo, es decir, la bandeja, en contacto con la base del horno. Esto último es importantísimo para que la base de la pizza salga crujiente.

Finalmente cuando veamos que la pizza está cocida, en mi horno tarda en torno a los 12-15 minutos, la retiramos y la colocamos sobre una rejilla hasta que enfríe un poco y después la cortamos en porciones y lista para servir y disfrutar.

Espero que os haya gustado la receta de hoy. Gracias por leerme.

Un abrazo.                                                                        

viernes, 11 de febrero de 2022

Pan de Ajo (en Panificadora)



Esta receta que os presento hoy, el pan de ajo, ha sido todo un descubrimiento para mí, no solo por su forma, sino sobre todo por su sabor.

Pese a ello hace ya tiempo que no lo preparo, quizás porque siendo un aperitivo, me apetece más tomarlo en la terraza de casa, al aire libre. Allí, este pan acompañado de unas lascas de jamón ibérico, unos tomates de la huerta aliñados, y una cervecita fresca, resolvió en más de una ocasión, una comida de domingo.

Se trata de un pan, repleto de aroma, con una textura crujiente en el exterior y muy jugoso en su interior, que a nadie dejará indiferente.

La receta, con alguna pequeña variación, la saqué del libro “Los Secretos del Pan Casero” de Esbieta, un libro que os recomiendo si os gusta la cocina, y más concretamente el mundo de las masas, porque ella es una maestra en este terreno y sus recetas nunca fallan.

Os dejo ya con la lista de

Ingredientes:

Para la masa
-400gr. de harina de todos uso
-230gr. de agua tibia (36ºC)
-6gr. de levadura fresca
-una pizca de sal
-15gr. de azúcar

Para el aderezo
-5 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
-1 manojo de perejil fresco
-5 dientes de ajo
-una pizca de sal para el aderezo
-sal en escamas para espolvorear por encima

Preparación:

En primer lugar diluimos el azúcar y la levadura en el agua tibia, después vertemos la mezcla en la cubeta de la panificadora, y añadimos la harina y la sal por ese orden.

Seguidamente seleccionamos el programa de amasado con fase posterior de levado, que en mi máquina dura 90 minutos.

Mientras la panificadora realiza su tarea, aprovechamos para preparar el aderezo, para lo cual, lavamos bajo el grifo el manojo de perejil, lo secamos con papel de cocina, y le retiramos los tallos gruesos, quedándonos solo con las hojas y los tallos más finitos, los cuales echamos en el vaso de la batidora. Añadimos también los ajos pelados y sin el germen central, por último añadimos la sal y el aceite, y mezclamos todo con la batidora. Reservamos.

Cuando la masa esté lista, espolvoreamos harina sobre la superficie de trabajo, volcamos la masa de la cubeta, y desgasificamos. Después con un rodillo de cocina, la estiramos formando una lámina de aproximadamente 40x30cm. (como podéis ver en la foto de abajo no hace falta que os quede perfecta, jeje…)

A continuación echamos unas cucharadas de aderezo sobre la masa, y con la ayuda de un pincel de cocina, untamos bien por todas partes.



Después con un cortapizzas o un cuchillo, cortamos tiras de unos 4 ó 5cm. de ancho.


Seguidamente colocamos las tiras de masa en una bandeja de horno, unas a continuación de otras, formando un disco como el que se ve en la foto de abajo, y a continuación dejamos reposar en un lugar alejado de corrientes de aire, y con una temperatura cálida, hasta que doble el volumen. Si en casa no tenéis un sitio así, meted la bandeja dentro del horno encendido a 25ºC.



Una vez que el pan de ajo haya doblado su volumen, pincelamos por encima un poco más de aliño, espolvoreamos unas escamas de sal Maldon, y metemos en el horno precalentado a 190ºC, colocándolo en la parte inferior, con calor arriba y abajo, durante unos 30-35 minutos.

Yo en esta ocasión utilicé la panificadora porque me simplifica el proceso, ya que permite sacar la masa con el primer levado hecho, pero si no tenéis panificadora podéis usar la amasadora. El tiempo de amasado es de unos 20 minutos a velocidad mínima. Después solo tenéis que esperar a que la masa suba, duplicando su volumen, y lo siguiente, es estirarla, cortar tiras, formar el disco, dejar reposar de nuevo hasta que vuelva a doblar el volumen, y por último hornear.

Por supuesto que también se puede amasar a mano, no entraña mayor dificultad, simplemente el trabajo de estar amasando en torno a unos 20minutos, un trabajo que teniendo la panificadora, que deja perfectamente las masas, yo prefiero ahorrar.

Esto es todo por hoy, dentro de unos días volveré con una receta muy típica de mi tierra en las fechas que se avecinan, los carnavales, que están ya a la vuelta de la esquina.

Hasta entonces. Que seáis muy felices.

jueves, 11 de noviembre de 2021

Pizza de atún, cebolla y aceitunas negras

Desde julio del año 2015 que empecé con el blog, hasta la fecha, no había publicado la receta de ninguna pizza. La de hoy es la primera, y eso que las preparo con cierta frecuencia, y tienen mucho éxito en casa, así que entre la larga lista de recetas que tengo pendientes de publicar, he pensado que ya era hora de darle visibilidad a las pizzas.

La masa que utilizo es siempre la misma, es una masa de pan que me da muy buen resultado, y cuando algo funciona para qué cambiar. Digo esto, porque a la pizza, muchas veces terminamos poniéndole  restos de ingredientes de otras recetas que tenemos en el frigorífico, para evitar que se estropeen, al menos en mi caso sucede así, de modo que tener una base de pizza que dé buen resultado es ideal, porque después el relleno cada uno le pone el que quiera, y en ese sentido, esta masa es ideal.

Tengo pendiente, eso sí, de probar una masa de fermentación lenta, que no necesita amasado, y a simple vista queda espectacular, pero de momento todavía no hice ningún experimento con ella. En todo caso si me da resultado la utilizaré en determinadas ocasiones, pero la que vengo usando siempre, por muy buenos resultados que obtenga con la otra, la seguiré usando porque es más rápido el proceso y el resultado magnífico.

La pizza elegida para esta ocasión lleva unos ingredientes que casan muy bien, y son los que os paso a detallar sin más dilación.

Ingredientes:

Para la masa
-240gr. de harina de fuerza
-150ml. de agua
-1 cucharada de aceite de oliva
-1 cucharadita de sal
-12gr. de levadura fresca de panadería (ó ½ sobre de levadura seca de panadería)

Para el relleno
-1 cebolla mediana
-80gr. de atún en aceite de oliva (peso escurrido)
-1 puñado de aceitunas negras deshuesadas
-180gr. de mezcla de quesos (en mi caso emmental, gouda y mozzarella)
-70gr. de tomate triturado
-orégano seco

Preparación:

Empezaremos preparando la masa, y en mi caso pese a que tengo panificadora, y para hacer masas es ideal, por comodidad y para acelerar el proceso, utilizo la thermomix. Para ello echo el agua, la sal y el aceite de oliva en el vaso, y programo 3 minutos/ temperatura 37º/velocidad cuchara. Después añado el resto de ingredientes, es decir, la harina y la levadura, y programo 3 minutos/función amasar. Una vez terminado de amasar, guardo la masa en un cuenco untado en aceite, y lo cubro con papel film para que la masa haya doblado el volumen.

Si no tenéis robot de cocina para preparar la masa, se amasa perfectamente a mano, para ello echáis en un recipiente amplio la harina previamente tamizada y la sal, removéis con una cuchara de madera para mezclar, y luego  hacéis un huevo en medio como si se tratase del cráter de un volcán, y añadís en él el agua tibia, en la cual habréis desleído previamente la levadura. Después vais mezclando con la ayuda de una cuchara de madera en un principio, y luego cuando se empiece a formar una bola, seguís amasando en la encimera, con las manos, durante unos diez minutos. A continuación guardáis la masa en un cuenco untado en aceite y lo tapáis para evitar que entren corrientes de aire, y ya solo queda esperar que la masa doble su volumen,  en ese momento estará lista para seguir con la preparación de la pizza.

Con la masa ya lista, el siguiente paso consiste en precalentar el horno, con calor arriba y abajo, a 250º.

Mientras el horno se va calentando, estiramos la masa con la ayuda de un rodillo, dándole la forma deseada (en este caso yo la hice  redonda, pero otras veces la hago rectangular), y la colocamos sobre la bandeja.  Sobre esta base extendemos el tomate triturada, y sobre él espolvoreamos orégano seco al gusto.

Seguidamente añadimos el atún desmenuzado, la cebolla cortada en juliana fina, y las aceitunas (enteras o cortadas por la mitad, al gusto de cada uno)

Por último distribuimos el queso por toda la superficie, y horneamos con la bandeja del horno situada sobre la base del mismo, es decir, la bandeja, en contacto con la base del horno. Esto último es importantísimo para que la base de la pizza salga crujiente.

Finalmente cuando veamos que la pizza está lista, en mi horno en torno a los 12-15 minutos, la retiramos y la colocamos sobre una rejilla hasta que enfríe un poco y podamos dar buena cuenta de ella.

Nada más por hoy, nos vemos en unos días con una nueva receta. Hasta entonces, que seáis muy felices.

Un abrazo.

miércoles, 27 de octubre de 2021

Bollitos de calabaza para Halloween


Se acerca Halloween, y aunque es una temática que no me gusta absolutamente nada, pero nada de nada, al tener el blog, siempre se procura que las publicaciones vayan acorde con la época del año que corresponda, y por eso el año pasado por estas fechas publiqué unas galletas con forma de calabaza, y este año me decanté por unos bollitos también con forma de calabaza, que le vi a Esbieta.

Elegí esta receta por varios motivos, principalmente  porque las recetas de Esbieta nunca fallan, también porque me gustó mucho como quedan los bollitos una vez horneados, y si a eso le añadimos que tengo en casa calabazas de mi huerto, la elección estaba clara, y tengo que decir que no me equivoqué, al contrario, fue todo un acierto. Salen unos bollitos muy esponjosos, ideales para tomar así solos sin más acompañando un café con leche por la mañana, para untar con mermelada, etc.

Como llevan poco azúcar, admiten también un relleno salado, como por ejemplo unas lonchas de queso o de embutido. 

Ingredientes (para 8 bollitos):

-390gr. de harina (yo usé la mitad harina de fuerza, y la otra mitad harina común de todo uso)
-1 huevo
-40gr. de azúcar
-5gr. de sal
-25gr. de mantequilla
-120gr. de calabaza asada
-160ml. de agua
-15gr. levadura fresca ó 1/2 sobre de levadura seca de panadería
-8 nueces pecanas para decorar

Preparación:

Lo primero que tenemos que hacer es asar la calabaza, para ello yo aproveché que ese día hice un asado en el horno de leña, y luego con el calor residual asé la calabaza cortada por la mitad.

Después de asarla, esperamos a que enfríe, vaciamos la pulpa, y la aplastamos bien con un tenedor hasta hacer un puré. Reservamos

Aparte echamos en azúcar en agua templada, removemos hasta disolver, a continuación añadimos la levadura, y removemos hasta disolver de nuevo. Dejamos reposando unos 10 ó 15 minutos, para que se active la levadura.

Añadimos a la cubeta de la panificadora la harina previamente tamizada, la sal, el puré de calabaza, la yema de huevo (reservamos la clara que nos hará falta más adelante), la levadura, y seleccionamos el programa de “solo amasado” que en mi máquina tiene una duración de 20 minutos. Al finalizar, dejamos reposar 5 minutos, y después se añade la mantequilla a temperatura ambiente cortada en cubitos, y seleccionamos de nuevo el programa de “solo amasado” para que amase de nuevo otros 20 minutos.

A continuación retiramos la masa a un recipiente, cubrimos con papel film, y esperamos a que doble su volumen. Después la volcamos en la encimera espolvoreada con un poco de harina, y amasamos un poco con las manos para desgasificarla.

Seguidamente dividimos la masa en 8 porciones del mismo peso, formamos con cada una de ellas una bolita, en el centro hacemos un hueco y colocamos una nuez pecana simulando el rabito de la calabaza, luego con un cuchillo hacemos 8 cortes equidistantes, sin llegar al centro, y colocamos los bollitos en una bandeja de horno sobre papel de hornear.

Tapamos con papel film, y esperamos de nuevo a que doblen el volumen. Cuando lo hayan hecho, pincelamos con la clara del huevo, y llevamos al horno precalentado a 150º calor arriba y abajo.

Los dejamos hasta que tengan un bonito aspecto dorado por la parte de arriba, en ese momento retiramos del horno, y dejamos enfriar sobre una rejilla.

Se conservan bien durante un par de días, pero para ello hay que guardarlos dentro de una bolsa de plástico cerrada.

Y con esto termino por hoy. Nos vemos en unos días.

Un abrazo.

martes, 14 de septiembre de 2021

Empanada de bacalao con uvas pasas en horno de leña


Hola amig@s,

Desde el pasado mes de diciembre no he vuelto a realizar publicaciones en el blog, porque en el mes de enero falleció mi madre, la luz de mi vida.

Ya nada será igual sin ella, pero ahora que llegó septiembre y es el mes de la vuelta a la rutina, mi intención es continuar con la actividad en el blog, por mí, y también por ella, porque sé que es lo que le gustaría.

Una de las cosas que a ella le gustaba mucho era la empanada de bacalao con uvas pasas, y como la tenía en la carpeta de borradores desde hace tiempo, ha sido la elegida en esta ocasión.

Cuando tengo tiempo y ganas la hago en horno de leña, que da un poco más de trabajo, pero tiene aún mejor sabor, si cabe. Por supuesto que se puede hacer en horno convencional, de hecho yo la hago muchas veces. A continuación os detallo la lista de los

Ingredientes:

Para la masa
-300 ml. de agua
-480gr. de harina de fuerza
-25gr. de levadura fresca ó un sobre de levadura de panadería deshidratada
-una pizca de sal
-una cucharada de aceite de oliva

Para el relleno
-500gr. de bacalao desalado
-250gr. de uvas pasas
-4 cebollas medianas
-pimientos rojos en conserva (o asados y sin piel ni semillas)
-aceite de oliva virgen extra
-una cucharada de pimentón dulce
-sal

Preparación:

En primer lugar preparamos el relleno, porque lo ideal es que esté frío cuando formemos la empanada. Para ello cubrimos el fondo de una sartén con aceite de oliva virgen extra, cuando esté caliente añadimos la cebolla, salamos y removemos, y a continuación bajamos el fuego al mínimo, dejando que se vaya pochando muy lentamente, entre 30 y 40 minutos, removiendo de vez en cuando. Cuando esté la cebolla bien pochada, retiramos del fuego, y añadimos el pimentón, removemos bien y con una cuchara retiramos el exceso de aceite a un recipiente (lo necesitaremos después para pintar la empanada al final).

Mientras la cebolla se va pochando aprovechamos para hidratar las uvas pasas, para ello las ponemos en un cuenco, las cubrimos con agua caliente y reservamos.

Por otro lado desmigamos el bacalao con las manos, le retiramos las espinas, y lo escurrimos bien.

Al final cuando la cebolla esté pochada y hayamos apartado el exceso de aceite, le añadimos el bacalao y las uvas pasas bien escurridas, mezclamos bien y reservamos hasta el momento de rellenar la empanada.

Con el relleno ya listo, lo siguiente es hacer la masa, para ello echamos el agua tibia en un bol, añadimos la sal y la cucharada de aceite (sirve el que nos sobró de pochar la cebolla, teniendo cuidado de que nos quede suficiente para pintar la empanada en el paso final), mezclamos y seguidamente vamos añadiendo la harina poco a poco. Después de echar el primer puñado de harina y cuando esté bien integrada, añadimos la levadura desmenuzándola con las manos, removemos bien y seguimos añadiendo harina hasta incorporarla toda. Al principio podemos utilizar un batidor de varillas, y después cuando la masa se empiece a desprender de las paredes amasamos a mano, mínimo diez minutos.

Se puede amasar en la batidora, y también en la panificadora, utilizando el programa de amasado que en la mía dura 20 minutos, o en la thermomix siguiendo los siguientes pasos:

1-Añadir el agua, la sal y el aceite al vaso, y programar, 3 minutos/temperatura 37º/ velocidad cuchara

2-Añadir la harina y por último la levadura desmenuzada, y programar función amasar, 3 minutos/ velocidad espiga.

Una vez hecha la masa, la dejamos reposar en un lugar cálido, dentro de un recipiente tapado con papel film o con un paño de cocina, para evitar las corrientes de aire, hasta que doble el volumen.

Cuando haya doblado el volumen, la amasamos de nuevo un par de minutos sobre la encimera untada con un poco de aceite, y la dividimos en dos mitades, una ligeramente más grande que la otra.

La mitad más grade la estiramos bien con el rodillo y la colocamos en la bandeja del horno sobre papel de hornear, luego en el centro añadimos todo el relleno, y después como la masa tiende a encogerse, con la mano izquierda vamos estirando del centro hacia los bordes, y con la otra mano extendemos el relleno.


Cuando tengamos todo el relleno extendido de manera uniforme, ponemos por encima unas tiras de pimiento rojo


Cubrimos con la otra mitad de la masa, sellando los bordes con las manos. En el centro hacemos un agujero para que salga el vapor durante la cocción.


Por último con un pincel pintamos con el aceite que habíamos reservado del relleno.


La metemos en el horno, previamente calentado a 180ºC, justo en la parte central, 15 minutos con calor abajo, luego otros 15 minutos con calor arriba y abajo, y por último calor solo arriba hasta que coja un bonito color dorado.

En horno de leña ya es más complicado. A mí me dieron un truco, y es que una vez calentado el horno y retirado los rescoldos, esperar hasta que se pueda esparcir una cucharada de harina por la superficie y no se queme. Después hay que ir vigilando de vez en cuando por la mirilla hasta que veamos que está hecha.


Parece muy complicado pero es más laborioso que difícil, de todos modos el esfuerzo merece la pena, porque está verdaderamente deliciosa. Espero que os guste.

Un abrazo


lunes, 26 de octubre de 2020

Pan de Muerto


El Pan de Muerto, es un pan dulce típico de México, país en el que la celebración del Día de Muertos (conocido aquí en España como día de Difuntos) es una de las más importantes del calendario religioso y cultural del país, al punto de que en el año 2003 la UNESCO declaró la festividad dedicada a los muertos en México como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad.

Aunque de entrada pueda resultar un tanto contradictorio, en esta festividad los mexicanos celebran “la vida” de los seres queridos que han fallecido. Con las celebraciones que tienen lugar desde el 31 de octubre al 2 de noviembre, se honra a los fallecidos con elementos que demuestran que los difuntos siempre estarán invitados a la mesa de los vivos, de hecho se considera que durante esos días el espíritu de los muertos regresa a reunirse con sus familiares, los cuales para honrarles levantan altares.

En los altares no puede faltar una foto del difunto, también la flor simbólica de estas festividad conocida como Flor de Cempasúchil, de color amarillo-anaranjado, por cuyo color y olor es la encargada de conducir a los difuntos hacia la ofrenda. En esos altares colocan también cirios, agua para que las almas calmen su sed después de un largo viaje y repongan fuerzas para el camino de vuelta. También colocan sal como elemento purificador para que las almas no se corrompan en su viaje de vuelta al más allá, y por supuesto no puede faltar la comida preferida del difunto, y en este apartado nunca falta el protagonista por excelencia de esta celebración: el pan de muerto.

No existe una sola receta ni una sola forma para el pan de muerto, pues varía según la zona del país, pero el más común es el que os presento hoy, el cual como no podía ser de otra forma, también está cargado de simbolismo.

Como podéis ver en la foto, se trata de un bollo redondo, y esa forma redonda representa el ciclo de la vida, arriba lleva unas tiras de masa que representan las extremidades superiores e inferiores del difunto, y encima de todo lleva una bolita más pequeña coronando el pan, la cual representa el cráneo.

Cómo me gustaría visitar México en esta época del año..., es de esas cosas que me gustaría vivir una vez en la vida, pero toca esperar porque tal y como está el panorama no está la cosa para viajar, y por otra parte no me atrevo a cruzar el charco con mi madre enferma, de modo que ojala tarde muchísimo en poder cumplir ese sueño porque eso significará que mi madre me acompañará mucho años más, y ese sin duda alguna es mi principal deseo.

Pero aunque lo de viajar a México tendrá que esperar, lo que sí he hecho ya ha sido probar su famoso pan de muerto y os aseguro que está absolutamente delicioso. Lo haré muchas más veces porque nos encantó.

He visto varias recetas por la red, y al final me decanté por esta que podéis ver pinchando aquí, pues su autora es toda una experta en lo que a elaboración de masas se refiere.

Si hacéis como yo, y utilizáis una amasadora o una panificadora, el proceso es mucho más sencillo, porque a mano hay que amasar bastante tiempo para que se desarrolle el gluten y para los que no les guste trabajar con masas puede resultar bastante tedioso.

Y sin más dilación, os detallo la lista de ingredientes:

Para el prefermento

-70gr. de harina de fuerza
-90gr. de leche entera
-2 huevos medianos
-21gr. de levadura fresca (ó 7gr. de levadura seca)
-20gr. de azúcar

Para la masa

-Todo el prefermento
-330gr. de harina de fuera
-80gr. de azúcar
-5gr. de sal
-95gr. de mantequilla sin sal
-1yema de huevo
-1 cucharadita de agua de azahar
-ralladura de 1 naranja

Preparación:

Empezamos preparando el prefermento, para ello ponemos la leche al fuego, y cuando empiece a levantar el hervor apartamos del fuego y dejamos reposar hasta que esté tibia, en ese momento añadimos la levadura, desleímos, y añadimos el azúcar y los huevos ligeramente batidos, mezclamos todo bien y por último echamos la harina, mezclamos hasta que esté integrada y luego dejamos en un lugar cálido hasta que triplique el volumen. A mí me tardó 30 minutos y la tenía tapada con papel film cerca de la cocina de leña con una temperatura ambiental en torno a los 25ºC.

Cuando el prefermento haya triplicado el volumen, removemos con una cuchara, y dejamos reposar de nuevo hasta que de nuevo triplique el volumen. Cuando eso vuelva a suceder removemos nuevamente con una cuchara y dejamos que vuelva a triplicar el volumen por tercera y última vez (tened mucho cuidado, porque la segunda y tercera vez la masa del prefermento tarda mucho menos en subir y triplicar el volumen, de modo que no os vayáis lejos y no la perdáis de vista).

Cuando haya subido por tercera vez volvemos a remover con una cuchara para que baje, y echamos todo el prefermento en la cubeta de la panificadora. Echamos también la mantequilla a temperatura ambiente, la yema de huevo, la ralladura de naranja, una cucharadita de agua de azahar, el azúcar, la harina y la sal y seleccionamos el programa de solo amasado que en mi máquina es el número 11 y tiene una duración de 20 minutos. Al finalizar el programa dejo reposar la masa dentro de la cubeta durante 10 minutos y luego vuelvo a iniciar el mismo programa para continuar amasando otros 20 minutos más. De nuevo dejo reposar la mas otros 10 minutos y después la saco de la cubeta y le doy forma a los bollos.

Para darle la forma característica apartamos 95gr. de masa para hacer el cráneo y los huesos de las extremidades. La masa restante la dividimos en dos partes iguales, le damos forma redonda y colocamos en una bandeja de horno sobre papel sulfurizado.

A los 95gr. de masa que habíamos apartado le añadimos 5gr. de harina e integramos bien. Esto se hace para que cuando formemos los huesos que representan las extremidades éstos mantengan bien la forma. Después dividimos esta masa en cuatro trozos de 20gr. y dos trozos de 10gr. Con los primeros haremos los huesos para ello formamos unos bastoncillos o cilindros rodando la masa sobre la superficie de trabajo y luego presionando con los dedos anular, corazón e índice damos forma a las articulaciones. Después colocamos dos cruzados sobre cada bollo y encima coronamos con una bolita en cada uno de los bollos que formaremos con las dos porciones de 10gr. de masa que teníamos reservada.

Con el pan de muerto ya formado ahora hay que cubrirlo con papel film untado en aceite para que no haga costra por encima y esperar a que doble el volumen, para ello yo los pongo dentro del horno cerrado a 30ºC para acelerar el proceso.

Cuando han crecido el doble, los retiro del horno, subo la temperatura del mismo con calor arriba y abajo hasta los 150ºC, mientras retiro el papel film de encima de los bollos, los espolvoreo por encima con azúcar, y cuando el horno haya alcanzado la temperatura seleccionada, los introduzco en el horno y cambio el fuego dejándolo solo por abajo. Después cuando los bollos alcanzan un bonito color dorado por encima apago el fuego, retiro la bandeja del horno y la coloco sobre una rejilla hasta que enfríen.

Después ya solo queda preparar un chocolate bien caliente y disfrutar de este rico pan tan cargado de sabor y simbología.

Espero que os haya gustado mi receta de hoy. Dentro de unos días volveré con una nueva propuesta. Mientras tanto que seáis muy felices.

Un abrazo

martes, 30 de junio de 2020

Empanada de xoubas con masa de maíz


Estamos en plena temporada de sardinas y xoubas (es el nombre con el que conocemos en Galicia a las sardinillas  frescas), así que es el momento ideal de presentaros esta empanada tan típica en algunas zonas de Galicia.

Esta empanada hace relativamente poco tiempo que la preparo, pues yo vivo en el interior y es más típica de las zonas costeras, quizás entre otras cosas sea debido a que el relleno que mejor le sienta  es el de productos del mar, no solo está rica con xoubas, también con mejillones, berberechos y zamburiñas entre otros.

Es una empanada un tanto laboriosa, porque la masa con harina de maíz es difícil de estirar, de hecho no suelen utilizarse rodillos para tal menester, sino que se hace cogiendo pequeñas porciones de masa con las manos, se estiran un poco y por último se colocan en la bandeja del horno como si fueran pegotes, pero eso os lo muestro más abajo en fotos para que lo veáis más claro.

Para preparar esta afamada empanada necesitáis los siguientes ingredientes:

Para la masa
-475gr. de harina de maíz amarilla
-150gr. de harina de trigo de fuerza
-75gr. de harina de centeno
-10gr. de levadura fresca de panadería
-450ml de agua
-sal

Para el relleno
-1kg. de xoubas bien frescas
-4 cebollas grandes ó 6 medianas
-1 pimiento rojo
-1 pimiento verde
-1 tomate bien maduro
-sal
-aceite de oliva virgen extra
-1 cucharadita de pimentón dulce

Preparación:

En primer lugar echamos en el vaso de la amasadora la harina de maíz amarilla y añadimos 450ml de agua hirviendo (debéis poner más agua a hervir de la necesaria, pues durante el proceso de ebullición parte se evapora, yo siempre pongo medio litro y la añado toda, debido a que después de hervir ya prácticamente quedan los 450ml que pide la receta). Amasamos durante 3 ó 4 minutos.

Después dejamos que la masa enfríe un poco hasta que esté tibia, y añadimos la sal, la harina de trigo y de centeno y la levadura de panadería desmenuzada con las manos, y amasamos de nuevo 10 minutos. Dejamos reposar en el vaso durante 15 minutos, y de nuevo amasamos 10 minutos más y otra vez la dejamos reposar pero en esta ocasión durante 1 hora.

Mientras la masa reposa procedemos a preparar el relleno, para ello cubrimos el fondo de una sartén con aceite de oliva virgen extra, y cuando esté caliente añadimos los pimientos cortados en trozos medianos. Rehogamos unos minutos.


Después añadimos la cebollas picadas no muy finamente, salamos y seguimos rehogando el conjunto durante unos 20 minutos.


A continuación añadimos el tomate picado y rehogamos unos diez minutos más. Rectificamos de sal, retiramos del fuego, dejamos enfriar un par de minutos, añadimos el pimentón, removemos bien y reservamos.


Por último antes de ponernos a preparar la empanda tenemos que limpiar muy bien las xoubas, para ello debemos sacarle la cabeza y la espina central con las manos. Es muy fácil, primero sujetáis la cabeza, y luego con la ayuda de los dedos vais tirando de ella y separando la carne de la espina y las vísceras. Si tenéis algún problema mirad algún tutorial en interet que más vale una imagen que mil palabras. Finalmente salamos las xoubas y reservamos.

Con el relleno preparado y las xoubas limpias, esperamos a que la masa cumpla la hora de reposo y luego empezamos a formar la empanada, para ello cogemos pequeñas porciones de masa entre las dos manos, las vamos estirando un poco y colocamos en la fuente sobre papel de hornear. Para facilitar la labor, conviene mojar las manos con frecuencia en un cuenco con agua fría.


Continuamos con el proceso según podéis ver en la imagen de abajo.


Hasta cubrir toda la base.


Después añadimos la mitad del sofrito de la sartén, al que le habremos escurrido el exceso aceite, y lo repartimos bien.


Colocamos las xoubas
 

Cubrimos con la otra mitad del sofrito


Por último colocamos la parte de arriba de la empanada. Ésta es un poquito más difícil de colocar que la de abajo, pues no podéis hacer fuerza sobre el relleno sino se desbordaría, así que para ayudaros mojar con frecuencia las manos en un cuenco con agua fría, y armaros de paciencia. Es un poco latoso y lento, pero no imposible. Es más la maña que la dificultad, eso sí, el truco de mojarse las manos en agua con frecuencia es fundamental.


Una vez que tenemos la parte de arriba totalmente cubierta de masa, la pincelamos ligeramente con aceite sobrante del sofrito, y luego con un cuchillo la cortamos en porciones individuales antes de ir al horno. No hay que introducir el cuchillo hasta el fondo, es decir, no hay separar las porciones, solo marcarlas para que luego sean más fáciles de cortar.


Por último la llevamos al horno precalentado a 180º, la colocamos en la parte central del mismo, y dejamos que se haga durante unos 45 ó 50 minutos, hasta que coja un bonito color dorado como el que podéis ver en la primera foto. 

Recién salida del horno la pinceláis de nuevo ligeramente con aceite sobrante del sofrito, y en cuanto enfríe ya estará lista para dar buena cuenta de ella, aunque para mí gusto está mejor pasadas unas horas, pues la masa se reblandece un poco y se asientan los sabores.

Bueno, pues espero que os haya gustado mi receta de hoy. Dentro de unos días volveré con una nueva propuesta. 

Hasta entonces. Un abrazo