jueves, 27 de abril de 2023

Salmón en papillote

Hola amigos. Hoy os traigo de nuevo una receta salada, en esta ocasión un salmón al horno en papillote, con verduras.

Llevo mucho tiempo preparando esta receta, desde que la descubrí en un curso de cocina al que asistí hace años con mi madre. A ella, al igual que a mí, le encantaba, así que se la dedico a mi adorada madre con todo el cariño.

El papillote es una técnica de cocción de los alimentos, en la que estos se cocinan en sus propios jugos, sin apenas grasa, y envueltos en un paquete de papel vegetal o de aluminio bien sellado en los bordes.

El vapor que se genera en el interior por el calor, es suficiente para cocinar los alimentos, si bien en esta receta que os muestro, las verduras se pochan previamente en la sartén. 

Esto no es lo más habitual, lo más usual es añadir las verduras en crudo, cosa que hago en ocasiones, aunque cuando lo hago así suelo elegir otras verduras, y con otros alimentos como filetes de pechuga de pollo, por ejemplo, sin embargo cuando hago el salmón en papillote siempre elijo la receta que os muestro a continuación, porque está deliciosa y si algo nos gusta para qué cambiarlo.

Para preparar esta exquisita receta necesitaréis los siguientes

Ingredientes (para 2 personas)

-2 lomos de salmón (servirían también rodajas)
-2 puerros grandes (la parte blanca)
-1 cebolla grande ó 2 medianas
-4 zanahorias
-aceite de oliva virgen extra
-120ml. de vino blanco
-sal
-pimienta negra recién molida

Elaboración:

Comenzamos cortando la cebolla y los puerros en juliana, y la zanahoria en bastoncitos delgados, del tamaño de un dedo de largos aproximadamente (yo para agilizar el proceso opté por rallar la zanahoria, pero lo aconsejable es hacer bastoncitos, porque queda con una textura más agradable).

Después ponemos una sartén al fuego y cubrimos la base con aceite de oliva virgen extra (en mi caso utilicé aceite de sabor intenso, pero sirve perfectamente el de sabor suave, eso según gustos). Cuando el aceite esté caliente añadimos las verduras; zanahoria, cebolla y puerros, mezclamos, salamos el conjunto, y dejamos que se vaya pochando a fuego suave unos 15 ó 20 minutos.

Cuando las verduras estén bien pochaditas, subimos un poco la intensidad del fuego, y añadimos el vino blanco, removemos bien, y pasados unos minutos, cuando el líquido se haya evaporado, apagamos el fuego.

Aparte salpimentamos los lomos de salmón.

Por último cortamos media lámina de papel vegetal, lo doblamos por la mitad, y en el centro de una de las mitades echamos la mitad de las verduras rehogadas, sobre ellas colocamos unos de los lomos, y regamos con parte del aceite que quedó de pochar las verduras.


Luego tapamos con la otra mitad, y sellamos cerrando bien los bordes haciendo varias dobleces.

Procedemos de igual forma con el otro paquete que nos falta por preparar, y después los colocamos en una fuente de horno, y los introducimos en el mismo, precalentado a 180ºC, con calor arriba y abajo, durante aproximadamente 15 minutos.

Sabremos que están en su punto justo de cocción, cuando los paquetitos se hinchan por el efecto del vapor que se genera en su interior.


Finalmente retiramos los paquetitos de papillote del horno, los abrimos con cuidado de no quemarnos, y servimos inmediatamente.

Pues nada, espero que os haya gustado la receta, y os animo a prepararla, porque como veis es muy sencilla, muy sana, y está muy rica.

Os espero dentro de unos días. Un abrazo.

domingo, 16 de abril de 2023

Paella Valenciana


La receta que os traigo hoy, la paella valenciana, la preparo muchas veces en casa, porque a mi marido y a mí nos encanta, más incluso que la paella de marisco, más popular aquí por el norte.

Trato siempre de ser lo más fiel posible a la receta original, no solo en lo que a ingredientes se refiere, sino en la elaboración de la misma, y el resultado os aseguro que es una exquisitez para el paladar.

No me extraña que los valencianos la defiendan con ahínco, no obstante es el plato insignia de su región, y para muchos la paella es más que una comida, es un sentimiento y una forma de entender la vida, pues la paella siempre la preparan para compartir con la familia o amigos.

La popularidad de la paella traspasó nuestras fronteras, y a día de hoy es quizás el plato más conocido y popular de nuestra gastronomía, tanto es así, que el 9 de noviembre de 2021 fue declarada Bien de Interés Cultural.

Os dejo con la lista de ingredientes y la elaboración de este plato, de origen humilde, tan afamado.

Ingredientes (para 4 personas):

-4 vasos de arroz bomba (el mío La Fallera)
-12 vasos de agua
-1kg. de pollo troceado
-500gr. de conejo troceado
-500gr. de judías verdes frescas
-100gr. de garrofón (en esta ocasión no se lo puse porque no me quedaba. Cuando lo pongo es siempre congelado, porque aquí en Galicia fresco no lo consigo)
-4 dientes de ajo (opcional)
-2 tomates pera
-1 cucharadita de pimentón dulce (el mío de Productos JAUJA)
-1 ramillete de romero fresco
-100ml. de aceite de oliva virgen extra (el mío de Aceites Abril)
-15gr. de sal aproximadamente

Elaboración:

Comenzamos preparando los ingredientes: limpiamos las carnes de conejo y de pollo, retiramos restos de plumas si hubiera, retiramos también algún hueso que pudiera estar astillado por el corte, porque si se desprende puede luego darnos un disgusto.

En cuanto a los tomates y las judías los lavamos bien, y los primeros los rallamos, y las judías les retiramos los extremos y las partimos con las manos en tres trozos cada judía.

Respecto a los restantes ingredientes, tan solo queda pelar los ajos si se opta por añadírselos (la receta original no los lleva) y retirarle el germen central, y preparar una infusión de azafrán para aprovechar todo el aroma y color que este le aporta a la paella, para ello primero aconsejan que se aplasten bien en un mortero las hebras, 7 hebras por persona, y como en este caso la paella es para 4 personas, serían 28 hebras. A continuación hay que añadirle un poquito de agua caliente (40ml.) y dejar infusionar al menos durante 30 minutos.

Os aconsejo que no le añadáis colorante a la paella, porque solo le aporta color, y además un color muy artificial para mi gusto, y encima los colorantes alimentarios no son nada sanos, en cambio el azafrán es un ingrediente totalmente natural, que además de color le aporta un delicioso sabor.

Es cierto que su precio es bastante elevado en relación a su peso, pero realmente se necesita muy poquita cantidad, de manera que su uso en la cocina no es para nada prohibitivo, y además en España tenemos la suerte de contar con el mejor azafrán del mundo, el azafrán de La Mancha.

Por cierto, ¿sabíais que el Azafrán de La Mancha no se vende a granel, ni tampoco se vende molido? Si lo encontráis en esos formatos no es de La Mancha. Para tener la certeza de que se trata del auténtico Azafrán de La Mancha, fijaros que cuente con el sello “Consejo Regulador D.O.P. Azafrán de La Mancha”

Después de estos consejos sobre el uso del azafrán, y ya con todos los ingredientes listos, toca comenzar con la preparación propiamente dicha de la paella, para ello ponemos la paellera al fuego y añadimos el aceite. 

Si la paellera está bien nivelada  sobre el fuego (de lo contrario hay que nivelarla primero), el aceite quedará en el centro de la misma. En los bordes, donde no llega el aceite, distribuimos la sal, y cuando el aceite esté caliente añadimos los trozos de pollo y de conejo, y los doramos bien removiéndolos cada cierto tiempo para que se hagan por todo, al principio solo en el centro de la paellera dónde está el aceite, y después los distribuimos por toda la paellera para que cojan la sal que depositamos en el borde de la misma. Este proceso de dorado de la carne suele durar en torno a 30 minutos.

Cuando la carne tenga un bonito color dorado, la retiramos al borde de la paellera, y en el centro añadimos las judías verdes, y el garrofón. Las verduras las doramos ligeramente y a fuego suave, porque si se hacen en exceso, luego al final perderían su textura llegando incluso a deshacerse.

Cuando las verduras estén, las pasamos también al borde de la paellera, y en el centro añadimos los ajos pasados por un prensaajos, después de un breve instante (para evitar que se quemen), añadimos los tomates rallados.

Al sofreír el tomate, los jugos que soltó la carne y estaban pegados al fondo, se desprenden, por lo que debemos remover bien para que se integren con el tomate.

Pasados unos minutos, veremos que el tomate cambia de color, y en ese momento lo mezclamos con el resto de ingredientes que tenemos en la paellera: la carne de pollo y conejo, y las verduras; y dejamos que se haga todo junto un par de minutos más. Después añadimos la cucharadita de pimentón dulce, y removemos bien para evitar que se queme, lo cual arruinaría el plato por completo, y a continuación añadimos las 12 tazas de agua, y vemos que volumen ocupan en la paella, tomando la medida con un palillo, porque este será el volumen de líquido que se necesita en el momento de añadir el arroz a la paellera, pero como todavía tardaremos en añadirlo, mientras el líquido se evapora en parte, por lo cual una vez tomada la medida del nivel de líquido que necesitaremos más tarde, seguimos añadiendo más agua hasta llenar la paellera.

En ese momento de llenar de agua la paellera, si utilizamos un paellero de gas, es el momento de encender el aro externo (el interno ya lo tendremos encendido desde el principio, obviamente) y si hacemos la paella a leña, repartimos el fuego por toda la superficie.

Dejamos que se cocine a fuego bajo, pero sin dejar de borbotear. Veremos que el caldo se va reduciendo poco a poco, hasta llegar a la referencia que habíamos tomado con el palillo, en ese momento probamos de sal, y debería de tener un sabor ligeramente salado, en todo caso rectificamos de sal si fuera necesario para ajustarlo a nuestro gusto, y añadimos también la infusión de azafrán que teníamos reservada. Mezclamos bien y por último llega el momento de añadir el arroz, repartiéndolo bien por toda la superficie y procurando que no quede ningún grano fuera del caldo, y repartiendo también la carne y las verduras para que quede una proporción igual de arroz, carne y verduras por toda la paella. Después añadimos el ramillete de romero fresco, y dejamos cocer durante 20 minutos, los primeros 5 minutos a fuego fuerte, los siguientes 5 minutos a fuego medio, y los restantes diez minutos finales a fuego bajo.

Una vez pasados los 20 minutos, apagamos el fuego, y dejamos reposar 10 minutos, y por fin, tenemos nuestra paella valenciana lista para disfrutar, y si es con amigos o en familia, y al aire libre ahora que viene el buen tiempo, se disfruta el doble.

Espero que os haya gustado la receta, y respecto a los que sois valencianos, espero que mi versión no levante susceptibilidades, jeje… Yo no soy experta, además tengo excusa porque no soy valenciana, pero al menos no le he puesto chorizo como el chef británico Jaime Oliver a aquella paella que tanto revuelo causó en nuestro país, especialmente en Valencia.

Bueno, pues nos vemos pronto con una nueva receta. Hasta entonces que seáis muy felices.

Un abrazo.

lunes, 10 de abril de 2023

Monas de Pascua 2023


Como os había prometido en el anterior post, hoy os muestro las monas de Pascua que preparé este año. Ya sabéis que las monas se las regalan los padrinos a los ahijados por Pascua.

En Galicia lo mona consiste en un dulce muy parecido al roscón de Reyes, pero con decoración típica de estas fechas (pollitos, huevos, plumas, etc). Suele dársele forma de bollo, a modo de un pan dulce, pero también se hacen trenzas, y en otros casos se les da forma de roscón con agujero en medio.

En algunas zonas del levante español, preparan también por estas fechas un pan dulce muy similar, que recibe el nombre de “panquemao”, en Asturias lo típico es un bizcocho mantecado, mientras que en Cataluña lo típico son las figuras de chocolate.

Ayer, Domingo de Resurrección, comimos en casa de unos familiares, y para el postre preparé un semifrío de limón, con una decoración acorde a la fecha. Os muestro la foto abajo, pero la receta de este postre la publicaré en breve.


Para preparar las monas tradicionales de mi tierra, he introducido algunas variaciones en la receta que seguía siempre. Os dejo a continuación la receta de este año

Ingredientes:

Para el prefermento

-70gr. de harina de fuerza (la mía de Harina Tradicional Zamorana)
-90gr. de leche entera
-2 huevos medianos
-25gr. de levadura fresca (la mía de Levanova) ó 1 sobre de levadura seca de panadería
-20 gr. de azúcar

Para la masa

-Todo el prefermento
-320gr. de harina de fuerza  (la mía de Harina Tradicional Zamorana)
-80gr. de azúcar
-5gr. de sal
-75gr. de mantequilla sin sal
-1 huevo
-1 pizca de esencia de anís
-ralladura de 1 naranja y de 1 limón

Elaboración:

En primer lugar preparamos el prefermento, para ello ponemos la leche al fuego, cuando levante el hervor apartamos del fuego, dejamos reposar hasta que esté tibia y entonces añadimos la levadura, desleímos y añadimos el azúcar y lo huevos batidos. Mezclamos todo y finalmente añadimos la harina. Mezclamos hasta integrarla y luego dejamos reposar tapado con papel film, en un lugar cálido, alejado de corrientes de aire, hasta que triplique el volumen.

Cuando el prefermento haya triplicado el volumen, removemos con una cuchara, volvemos a tapar y dejamos reposar de nuevo hasta que nuevamente triplique el volumen. Cuando lo haga volvemos a remover con una cuchara y de nuevo vuelta a reposar para que por tercera y última vez vuelva a triplicar el volumen.

Después añadimos todo el prefermento a la cubeta de la panificadora, añadimos también la mantequilla a temperatura ambiente, el huevo, las ralladuras de cítricos, la esencia de anís, el azúcar, la harina y la sal, por ese orden, y seleccionamos el programa de “solo amasado” que en mi máquina es el número 11 y tiene una duración de 20 minutos.

Al finalizar el programa de amasado, dejamos la masa dentro reposando con la máquina apagada y la tapa abierta para que no se recaliente, durante 10 minutos, y de nuevo volvemos a seleccionar el mismo programa para continuar amasando 20 minutos más. Después retiramos la masa, le damos la forma deseada a nuestra mona (yo algunas las hice redondas como si se tratase de un bollo de pan, y otras las hice con un agujero en el centro igual que los roscones), y dejamos reposar en un lugar lejos de corrientes de aire hasta que las monas tripliquen su volumen (hablo en plural, porque con estas cantidades os saldrán 2 monas de tamaño mediano tirando a pequeño, pero si queréis podéis hacer una sola más grande).

Por último solo nos resta pincelarlas con huevo batido, espolvorear azúcar por encima, y hornear a 150ºC en la parte central del horno, con fuego abajo los primeros 10 minutos, y luego fuego arriba y abajo hasta que adquieran un bonito color dorado por arriba.

También podéis amasar las monas en la thermomix, para ello preparáis el prefermento tal como os indico más arriba, y después de que haya triplicado el volumen por tercera vez, lo añadías al vaso, junto con los restantes ingredientes, dejando para el final la harina y después de esta la levadura, y programamos tiempo 3 minutos, función amasar. Una vez finalizado, retiramos la masa del vaso, le damos la forma deseada y a partir de aquí, procedemos de la misma manera que os indico más arriba.

Abajo podéis ver una de las que preparé, esta con forma de roscón
 con agujero en el centro.


Y con esto doy por terminada la Pascua de este año. En cuanto a vosotros espero que hayáis disfrutado de estos días de asueto, y deciros que dentro de unos días volveré con una nueva receta. ¡Os espero!

Un abrazo.

miércoles, 5 de abril de 2023

Pan de Pascua Serbio


En estas fechas lo que toca es recetas típicas de Semana Santa y de Pascua. En las redes sociales abundan estos días las fotos de torrijas (las mías las podéis ver pinchando aquí), de leche frita (que ya publiqué en su día y podéis ver pinchando aquí), y como no, las monas de Pascua, que todos los años os muestro las mías, y este año si nada lo impide también lo haré.

Pero hoy comparto con vosotros la receta de un Pan de Pascua típico de Serbia. Es un pan vistoso y muy rico, con cierto parecido al pan de molde. Este pan resulta ideal para estos días festivos que se aproximan y que nos permiten disfrutar de un desayuno con calma, sin las prisas impuestas por el horario laboral. Unas rebanadas de este pan tostadas, untadas en una buena mantequilla y por encima una mermelada casera, acompañado todo con un zumo de fruta recién exprimido, constituye un desayuno de auténtico lujo.

Os animo a que lo preparéis, parece muy laborioso, pero puestos en materia descubriréis que no es para tanto, y la satisfacción de haberlo hecho uno mismo no tiene precio.

Si tenéis una panificadora o la thermomix, ni siquiera necesitáis amasar a mano, tan solo estirar la masa con un rodillo, y dado que es una masa muy manejable no entraña ninguna dificultad.

Os detallo a continuación la lista de

Ingredientes:

-550gr. de harina de fuerza (la mía de Harina Tradicional Zamorana)
-150ml. de leche entera
-75ml. de aceite de oliva suave (el mío de Aceites Abril)
-15gr. de sal
-20gr. de azúcar
-100gr. de mantequilla sin sal
-1 huevo tamaño L
-1 yogur griego sin azúcar (125gr.)
-20gr. de levadura fresca (la mía de Levanova) ó 7gr. de levadura seca

Elaboración:

Comenzamos disolviendo la levadura en la leche ligeramente templada. Removemos bien para integrarla y dejamos reposar la mezcla durante unos veinte minutos.

Aparte mezclamos los ingredientes secos, es decir, la harina, la sal, y el azúcar. Después añadimos el aceite, la leche, el yogur griego y el huevo batido. Amasamos el conjunto durante unos 10 ó 15 minutos, hasta que consigamos una masa elástica.

Cuando tengamos la masa lista, formamos una bola, y la guardamos en un recipiente untado con aceite, dejándola reposar en un lugar cálido, alejado de corrientes de aire, hasta que doble su volumen.

Una vez que la masa haya crecido la dividimos en 8 porciones iguales. Cada una de ellas la estiramos con un rodillo, lo más finas que podamos, y dándole forma rectangular.

Cuando tengamos la primera porción de masa estirada, es decir, una vez formada la primera lámina rectangular de masa, la pincelamos con la mantequilla derretida, pero esta última que no esté caliente, tan solo tibia.

Colocamos la siguiente lámina sobre la anterior, aplastamos ligeramente y hacemos coincidir los bordes, y untamos de nuevo con mantequilla. Repetimos esta operación hasta terminar con las 8 láminas. Aclararos que sobre la última lámina no se extiende mantequilla.

Terminado todo el proceso, presionamos todas las capas con las manos, procuramos en la manera de lo posible que todos los bordes coincidan y estiramos con el rodillo formando así un único rectángulo más grande.

Después cortamos ese rectángulo en 4 tiras y las enrollamos sobre sí mismas. Luego colocamos las 4 partes en un molde rectangular cubierto con papel de horno, y dejamos reposar de nuevo hasta que hayan doblado su tamaño.

A continuación precalentamos el horno a 180º C, pintamos con un poco de leche, y horneamos durante unos 45 minutos en la parte central, los primeros 15 minutos con fuego solo abajo, y los restantes con fuego arriba y abajo. Cuando tenga un bonito color dorado, retiramos del horno, desmoldamos, y lo dejamos enfriar sobre una rejilla.

Como os decía al principio, si tenéis una panificadora podéis preparar la masa en ella. Para ello, disolvemos la levadura y el azúcar en leche tibia y la echamos en la cubeta. Dejamos reposar durante unos 20 minutos.

A continuación añadimos el huevo ligeramente batido, el aceite, el yogur griego, la harina de fuerza y la sal, y seleccionamos el programa de ”solo amasado”, que en mi panificadora tiene una duración de 20 minutos.

Una vez terminado, dejamos reposar la masa dentro de la cubeta 10 minutos, y activamos de nuevo el mismo programa de “solo amasado”, con lo cual la masa está 40 minutos amasándose con un descanso de 10 minutos en medio.

Una vez finalizado por segunda vez el programa de amasado, retiramos la masa de la cubeta, formamos una bola, y la guardamos en un recipiente untado con aceite, dejándola reposar en un lugar cálido, alejado de corrientes de aire, hasta que doble su volumen. Y a partir de aquí se procede a dividir y extender la masa igual que por el método tradicional.

Por último existe la opción de hornear el pan en la misma panificadora, para ello introducimos las 4 porciones finales de la masa en la cubeta limpia, seleccionamos el programa de “solo horneado”, seleccionamos tueste alto, y duración del programa 45minutos. Al finalizar desmoldamos y dejamos enfriar sobre una rejilla.

Lo que no tenéis panificadora, pero tenéis thermomix, podéis utilizar este robot para amasar el pan, para ello debéis seguir los siguientes pasos.

1- Echamos en el vaso la leche y programamos tiempo 3 minutos/ temperatura 37ºC/velocidad 1,5

2- Añadimos el azúcar y la levadura y programamos tiempo 30 segundos/velocidad 4

3- Por último añadimos el huevo ligeramente batido, el aceite, el yogur griego, la harina de fuerza y por último la sal, y programamos tiempo 3 minutos/ función amasar.

4- A partir de aquí, retiramos la masa del vaso, formamos una bola con ella, y procedemos en todo momento de igual manera que por el método tradicional.

Al final como podéis ver, queda un pan muy bonito, y lo mejor de todo es que está muy rico, e igual acompaña a algo dulce como salado, como un fiambre por ejemplo.

Espero que os guste. Nos vemos dentro de unos días.

Mientras tanto que seáis muy felices y que disfrutéis de estos días de descanso.

Un abrazo.

jueves, 16 de marzo de 2023

Fabada Asturiana


Aunque la primavera está a la vuelta de la esquina, aquí hace un tiempo frío y ventoso, y apetecen los platos calentitos de cuchara como el que os presento hoy; una fabada asturiana.

Yo no soy muy fan de las legumbres, hago un esfuerzo por comerlas porque son sanas, pero prefiero las sopas, más ligeras y que le sientan mejor a mi estómago, sin embargo a mi marido le encantan, si por él fuera estaríamos comiendo legumbres casi a diario, sobre todo lentejas, pero como hay que variar las comidas unas veces toca lentejas, otras callos con garbanzos, otras veces potajes con alubias, y en esta ocasión tocó la famosa fabada asturiana.

La receta no tiene demasiada complicación, el éxito radica sobre todo en la calidad de los ingredientes, y en una cocción prolongada a fuego lento.

Os dejo con la lista de

Ingredientes:

-1/2 kg. de alubias
-agua
-2 chorizos
-2 morcillas
-250gr. de panceta curada
-1 trozo de hueso de jamón
-pimentón dulce (el mío de Productos Jauja)
-aceite de oliva virgen extra (el mío de Aceites Abril)
-5 hebras de azafrán (el mío de Azafrán de la Mancha D.O.P)
-sal

Elaboración:

En primer lugar retiramos las alubias que estén rotas o dañadas, después las lavamos bien bajo el grifo para retirar impurezas y suciedad, y las dejamos en un bol a remojo cubiertas de agua fría, durante toda la noche.

Dejamos también en agua el hueso de jamón y la panceta para desalar (yo la panceta no la puse porque ya venía con el punto de sal)

Al día siguiente escurrimos bien las alubias y las echamos en una cazuela más bien baja y ancha. Cubrimos con agua fría hasta dos dedos por encima de las alubias, y ponemos a fuego fuerte hasta que levanten el hervor.

Cuando la cazuela comience a hervir, añadimos la panceta, el hueso de jamón, las morcillas y los chorizos. Los dos últimos ingredientes que queden por la parte de arriba para que no se rompan durante la cocción.

Al principio se irá formando una capa de espuma en la superficie, la cual debemos retirar porque contiene impurezas, y de paso desgrasamos un poco el caldo.

Después de unos 15 minutos hirviendo a fuego tirando a fuerte, añadimos las hebras de azafrán disueltas en un vaso de agua de la cocción, añadimos también la sal (probamos primero para saber la que necesita) y bajamos el fuego al mínimo, y dejamos cocer por espacio de 2 horas aproximadamente.

Transcurrido ese tiempo probamos la fabada para ver si ya está hecha, y de paso rectificamos de sal si fuera necesario. Cuando esté retiramos las carnes a una fuente, cortando las morcillas y los chorizos por la mitad, la panceta y la carne del jamón en trozos más bien grandes. Reservamos.

A parte en una sartén echamos un poquito de aceite de oliva, doramos en él 3 dientes de ajo laminados. Cuando el ajo esté ligeramente dorado, retiramos la sartén del fuego y añadimos una cucharadita colmada de pimentón dulce, mezclamos bien y añadimos este sofrito a la fabada. Con una cuchara de madera removemos suavemente para mezclar bien, y a continuación emplatamos, colocando un cucharón de alubias en un plato hondo, y encima parte de los embutidos y las carnes.

Muchos no le hacen este sofrito, pero realmente le da un sabor impresionante. Si no os gusta encontraros con el ajo, en lugar de laminarlos, los cortáis por la mitad retirándole el germen central, luego los doráis, y cuando estén dorados añadís el pimentón, y antes de echar el sofrito en la cazuela, retiráis los ajos, así queda su sabor en el guiso, pero no los encontráis en la boca.

Y con esto termino por hoy. Nos vemos pronto.

Un saludo.

miércoles, 8 de marzo de 2023

Calçotada hecha en casa


Los pasados días 3 y 4 de febrero hice un viaje relámpago a Barcelona con mi marido y una tía. Ella tiene un hermano que reside en Badalona y fue a visitarlo, y yo acompañé a mi marido que tenía unos asuntos que resolver.

Con tan poco tiempo apenas hubo mucho margen de maniobra para hacer turismo, pero sí para comprar unos calçots aprovechando que estamos en temporada.

Al día siguiente del regreso preparamos en casa una calçotada que estaba de vicio.

Era la segunda vez que preparaba los calçots en casa, pero en la anterior ocasión no hice foto, en cambio el otro día sí pude sacar algunas, y aunque no son de muy buena calidad, me sirven para ilustrar este post.

Los calçots son unas cebollas alargadas, de sabor dulce, que se cultivan bajo tierra en surcos que se “calzan”, de ahí el nombre, y que se recolectan desde enero hasta abril.

Los calçots se acompañan de una salsa, denominada salsa romesco, en la cual se sumergen los mismos después de retirar la capa que ha estado en contacto con el fuego.

Este ingrediente típico y representativo de la gastronomía catalana, se come en familia o con amigos, algo así como sucede con la paella, o las gachas manchegas, donde un grupo de gente se reúne en torno a la mesa.

Además de la salsa romesco y los calçots, en una calçotada es frecuente asar carnes a la parrilla, se trata en definitiva de un homenaje gastronómico en buena compañía.

Hoy en día no hace falta viajar a Cataluña para conseguir calçots, pues hay empresas que los venden online, pero en todo caso, con calçots o sin ellos, os recomiendo la salsa romesco. Está exquisita simplemente untada sobre una rebanada de pan artesano tostado en la sartén o en la plancha, también con verduras a la plancha, con pescado blanco… ¡Es una delicia!

Os detallo a continuación la lista de productos que necesitaréis para preparar una calçotada en casa y os cuento cómo la preparé.

Ingredientes:

-2 manojos de calçots
-salsa romesco
-carnes para asar a la parrilla como acompañamiento (costilla de cerdo, panceta…)

Para la salsa romesco

-media cabeza de ajos
-3 tomates maduros (500gr. aproximadamente)
-2 ñoras
-1 rebanada de pan tostado en la sartén
-1 diente de ajo en crudo
-100ml. de aceite de oliva virgen extra (el mío de Aceites Abril)
-25ml. de vinagre
-25gr. de avellanas crudas
-50gr. de almendras crudas
-una pizca de sal

Preparación:

Comenzamos preparando la salsa para acompañar a los calçots, la llamada salsa romesco, para ello ponemos las ñoras en remojo durante al menos un par de horas en agua caliente.

Aparte lavamos los tomates y les hacemos una cruz en la base y después los colocamos en una bandeja de horno boca abajo.

En otra bandeja ponemos la media cabeza de ajos, las avellanas y las almendras, y las llevamos horno con calor arriba y abajo a 180ºC durante unos 30 ó 40 minutos, dependerá un poco del horno.

Las avellanas y las almendras necesitarán menos tiempo para tostarse. También los ajos necesitaron algo menos de tiempo. Pero eso ya lo vais viendo vosotros mismos a través de la puerta del horno, y a medida que veáis que están hechos los vais retirando. Dejamos enfriar y reservamos.

Por otro lado tostamos una rebanada de pan en la sartén o en una plancha de asar. Dejamos enfriar y reservamos.

En mi caso utilicé la thermomix para elaborar la salsa, y una vez que estén todos los ingredientes preparados seguimos los siguientes pasos:

1- Echamos en el vaso la rebanada de pan tostado, las almendras, las avellanas, la sal y el diente de ajo crudo, y programamos 30 segundos / velocidad 7

2- Abrimos las ñoras por la mitad, le retiramos las pepitas y el rabito y la añadimos al vaso. Pelamos los tomates y los ajos asados y los añadimos también al vaso. Añadimos asimismo el vinagre y programamos de nuevo 30 segundos / velocidad 7

3- Programamos velocidad 4 sin tiempo, y vamos dejando caer el aceite de oliva sobre la tapa del vaso, con el cubilete puesto, de forma que caiga lentamente para que emulsione la salsa. Cuando hayamos terminado de incorporar todo el aceite, retiramos a un cuenco y ya tenemos lista nuestra salsa romesco.

Después de preparada la salsa, toca asar las carnes en la parrilla, y los calçots.

Lo preparar la carne a la parrilla es temática para otro día, hoy toca deciros cómo he preparado los calçots.

En primer lugar los colocamos uno al lado de otro en la parrilla. Tiene que ser una parrilla doble de las que se cierran y que luego se les puede dar la vuelta.

Cuando el fuego tenga una buena llama, colocamos la parrilla con los calçots (como mi parrilla no tiene pies, utilicé una trébede). A diferencia de las carnes que se hacen con las brasas, para hacer los calçots tiene que haber llamas vivas


Cuando lleven al fuego unos cinco minutos pasados, les daremos la vuelta a la parrilla para que se hagan por el otro lado.


Tras unos 12 ó 15 minutos al fuego ya empezarán a soltar líquido, lo cual significa que están hechos en su interior. 

Yo como gallega ya suponéis que no soy muy experta, así que para asegurarme de que estaban hechos por dentro empleé un pincho de madera de los que se utilizan para las brochetas. Si los podéis pinchar sin hacer fuerza es que están en su punto. 

Una vez hechos, retiramos la parrilla del fuego, la abrimos con cuidado de no quemarnos, y retiramos los calçots sujetándolos de la parte verde, y los colocamos sobre unas hojas de papel de periódico.
 

Envolvemos los calçots en el papel de periódico para llevarlos a la mesa.


Se suelen servir sobre una teja, y para comerlos también es habitual colocarse un babero, pero en mi caso no tenía ni una cosa ni la otra.

Para comerlos, con una mano se tira de la parte de la raíz hacia abajo, y con la otra se tira de la parte verde en sentido contrario, y después sumergimos la parte blanca (la parte verde no se come) en la salsa, y a disfrutar sin miedo y sin vergüenza, jeje...


Nosostros la verdad es que hemos disfrutado de lo lindo con esta calçotada casera. A ver si para el año tenemos de nuevo oportunidad de preparar otra.

Y con esto termino por hoy. Espero que la receta haya sido de vuestro agrado.

Hasta pronto. Un abrazo

lunes, 27 de febrero de 2023

Bollos Preñaos

Para terminar febrero, os traigo una receta típica de Asturias; los bollos preñaos, los cuales también son típicos en Galicia, aunque no tan populares como en Asturias.

Hacía mucho que no preparaba esta receta, pero el día 3 de este mes, se celebró en mi parroquia la festividad de San Blas, y hace años los miembros de la Comisión de Fiestas organizaban ese día una fiesta con degustación de filloas y otros productos típicos para acompañarlas, en cambio este año cambiaron las filloas por bollos preñaos, como se les denomina en Asturias, y yo cuando vi el cartel de las fiestas me entraron ganas de comerlos. Como además no iba a ir a la fiesta, pues ese día tenía previsto viajar a Barcelona, si quería comerlos no me quedaba más remedio que prepararlos, y no lo pensé dos veces.

Utilicé como de costumbre mi masa preferida, la que empleo desde siempre para las empanadas y las pizzas.

Respecto a esta receta, a mi juicio, buena parte del éxito de la misma radica en utilizar unos chorizos adecuados, entendiendo por tal aquellos chorizos que no estén muy curados, sino más bien blanditos, porque resultarán más jugosos por dentro, y luego con la calor del horno, parte de esa grasita se transfiere al pan, lo cual le da un sabor exquisito.

Aparte de eso he seguido un truco que le vi a mi querida amiga Chus, del blog Siguiendo a Nenalinda, y consiste en hervir los chorizos en sidra o en vino blanco, de esa manera resultarán todavía más sustanciosos. Abajo en la descripción os explico cómo lo hago.

Os dejo sin más dilación con la lista de

Ingredientes:

Para la masa

-300 ml. de agua
-450gr. de harina de fuerza (la mía de Harina Tradicional Zamorana)
-25gr. de levadura prensada o bien un sobre de levadura de panadería deshidratada (la mía de la prensada, de Levanova)
-una pizca de sal
-una cucharada de aceite de oliva (el mío de Aceites Abril)

Para el relleno

-3 chorizos poco curados
-1 vaso de sidra natural o de vino blanco (opcional)

Preparación:

Comenzamos preparando el relleno de los bollos preñaos, para ello ponemos los chorizos y la sidra en una olla pequeña y la llevamos al fuego, cuando levante el hervor, bajamos el fuego al mínimo y esperamos hasta que se consuma la mayor parte del líquido y quede una salsita semilíquida. En ese momento apagamos el fuego, esperamos que enfríen, y cortamos los chorizos en rodajas de un dedo de grosor aproximadamente. Reservamos.

El paso anterior se puede obviar como os decía más arriba, y entonces cortamos directamente los chorizos en rodajas sin cocerlos previamente.

A Continuación preparamos la masa de los bollos, para ello echamos en la panificadora el agua, el aceite de oliva, la sal, la harina tamizada, y la levadura, en ese orden. Luego iniciamos el programa de amasado con fase posterior de levado, que en mi panificadora dura 1hora 30 minutos.

Una vez finalizado el programa de la panificadora, volcamos la masa de la cubeta sobre una superficie enharinada, desgasificamos ligeramente, y dejamos que repose durante unos 5 ó 10 minutos.

Transcurrido el tiempo de reposo, cortamos la masa en pequeñas porciones del tamaño de un huevo de gallina aproximadamente. A continuación cogemos una de estas porciones, y con las dos manos la estiramos un poco, luego colocamos en el centro una rodaja de chorizo, cerramos y boleamos ligeramente y la colocamos en la bandeja del horno, sobre papel de hornear. Continuamos así hasta terminar con todas las porciones de masa. Después las tapamos con un paño de cocina, y dejamos en un lugar cálido y alejado de corrientes de aire hasta que doblen el volumen.

Cuando veamos que los bollos han crecido, precalentamos el horno a 180ºC, y mientras el horno se calienta, con un pincel de cocina, podéis pintar ligeramente los bollitos por arriba con el líquido resultante de la cocción de los chorizos en sidra, de esta manera saldrán con un precioso color doradito. Este es un truco mío para que salgan más atractivos a la vista, si bien, en esta ocasión no lo hice para ceñirme en lo posible a la receta original.

Cuando el horno esté caliente, colocamos la bandeja en la parte central con calor arriba y abajo, y en unos 15 a 25 minutos ya estarán hechos, dependerá un poco del tamaño de vuestros bollos.

Esto ha sido todo, espero que os haya gustado la receta. Nos vemos de nuevo en unos días.

Un abrazo, y gracias por leerme.

jueves, 16 de febrero de 2023

Hojas de limón (Paparajotes)


A mí juicio, actualizar un blog de cocina, significa algo más que publicar con periodicidad, supone también escoger una receta acorde a la época del año en la que se publica, porque en pleno agosto, con un sol de justicia, no tiene mucha lógica publicar la receta de un cocido, por poner un ejemplo.

El caso es que como estamos inmersos en fechas carnavalescas, hoy toca una receta dulce de carnaval, típica de mi tierra, aunque no tan popular como las Orejas o las Filloas. Me refiero a las Hojas de Limón, típicas también de Murcia, donde se conocen como Paparajotes.

El propio Álvaro Cunqueiro, conocido escritor, periodista y gastrónomo, incluye la receta de las Hojas de Limón en su célebre libro A Cociña Galega.

Yo debo ser de las pocas personas aficionadas a la cocina que no tiene ese libro, así que no hice su receta sino la de una compañera a la que que quiero y admiro mucho, María José, del blog Laurel y Canela. Os animo a que lo visitéis pues tiene recetas muy interesantes.

Antes de esta receta había probado con otras muy parecidas, pues llevo unos años preparando las Hojas de Limón en casa por carnavales, pero hace unos días María José subió su receta a las redes sociales y probé a prepararlas con su receta, y la verdad es que están de vicio.

Sería conveniente utilizar hojas de un limonero ecológico, y aun así hay que lavarlas primero y secarlas después con papel de cocina.

Las hojas de limón le dan un sabor sutil y delicioso a este dulce, precisamente para eso se utilizan; para darle aroma y para que la masa se adhiera a ellas.

A la hora de comerlas, se coge la hoja por el pecíolo ( es el "tallo" de la hoja) y la masa se desprenden fácilmente.

Os dejo ya con la lista de

Ingredientes:

-250ml. de leche a temperatura ambiente
-150gr. de harina de repostería
-1 huevo
-el zumo de un limón
-una pizca de sal
-aceite de girasol para freír (el mío de Aceites Abril)
-azúcar glas

Preparación:

En un cuenco batimos el huevo, luego añadimos la leche, el zumo de limón, y una pizca de sal. Mezclamos bien. Por último añadimos la harina tamizada y batimos hasta que no queden grumos.

Dejamos reposar la mezcla entre media hora y un par de horas.

Después ponemos una sartén al fuego, añadimos aceite de girasol, y cuando esté caliente cogemos las hojas por el pecíolo, y las sumergimos en la masa, y luego las freímos primero por un lado y luego por el otro.

A medida que se van haciendo, se van retirando a una fuente sobre papel absorbente y se continúa con el proceso hasta terminar con la masa, o con las hojas, dependiendo de lo que se termine antes.

Cuando estén frías, se espolvorean con azúcar glas.

Como habéis observado la masa no lleva azúcar, no lo necesita, el azúcar glas que le espolvoreamos por encima le da el punto justo de dulzor.

Están muy ricas, os lo aseguro, y no son nada complicadas de hacer, de manera que si tenéis un limonero, o algún buen vecino que lo tenga y os dé las hojas, como me pasó a mí con mi vecina Vanessa, no dudéis en preparar esta receta. Os sorprenderá el resultado.

Termino por hoy ¡Disfrutad del carnaval!

Un abrazo.

lunes, 13 de febrero de 2023

Tarta de queso sin horno


Cómo pasa el tiempo, ya estamos a mediados de febrero, y mañana es el día de San Valentín, el Dios del Amor y la Amistad.

Yo no soy de celebrar estas fechas, creo que las amistades hay que cuidarlas siempre, y estar ahí para lo que haga falta en los momentos complicados, y el amor hay que demostrarlo todos los días, pero es verdad que tener un detalle especial ese día con nuestra pareja tampoco es malo, al contrario, y no tiene por qué ser caro, es más una cuestión de actitud que una decisión de tipo monetario.

El año pasado hice una tarta de queso con forma de corazón, y dado que hoy es víspera del día de los enamorados, creo que es la fecha ideal para publicarla.

Es una tarta que no va al horno, y es muy fácil de hacer. La mayoría seguro que ya la conocéis, pero os enseño cómo la preparo yo. 

Ingredientes:

-1 paquete de galletas tipo María
-80gr. de mantequilla derretida
-500gr. de queso crema (el mío de Quescrem)
-200gr. de leche entera
-200gr. de nata de montar
-2 sobres de cuajada
-150gr. de azúcar
-mermelada de fresa o de frutos rojos (la mía es casera de fresa)
- fruta fresca para decorar: fresas o frutos rojos (opcional)

Elaboración:

Comenzamos preparando una base de galletas, para ello trituramos bien las galletas metiéndolas en una bolsa de plástico y aplastándolas con un rodillo de cocina. Luego echamos las galletas trituradas en un bol, y añadimos la mantequilla derretida. 

Mezclamos bien y después con esta mezcla de galletas y mantequilla cubrimos la base del molde, sobre la cual habremos puesto previamente papel de hornear, presionando con el dorso de una cuchara para que compacte, y mientras seguimos con la preparación de la tarta ponemos el molde en el congelador, para así asegurarnos de que la mantequilla se endurece, y la base de galleta no rompe.

Una vez terminada la base, continuamos con la preparación de la tarta, para ello ponemos un cazo al fuego, añadimos la nata, el azúcar, el queso y los dos sobres de cuajada diluidos en la leche. Removemos bien para que la mezcla no se pegue, y cuando esté a punto de ebullición, retiramos del fuego, dejamos enfriar un par de minutos, y la vertemos en el molde sobre la base de galletas, dejándola caer muy suavemente sobre el dorso una cuchara, para que no rompa la base de galletas. 

Después la dejamos enfriar a temperatura ambiente, y cuando esté fría la llevamos al frigorífico hasta el momento de servir, y es entonces cuando la desmoldamos, y decoramos por encima con una capa de mermelada de fresa o de frutos rojos, y si queréis podéis poner también alguna fruta fresca, en este caso unas fresas o unos frutos rojos que son los que mejor le van a esta tarta.

También se puede preparar en la thermomix, para ello debéis seguir los siguientes pasos:

1- Echamos las galletas en el vaso, y programamos 15 segundos /velocidad 8

2- Con la espátula bajamos las galletas, añadimos la mantequilla (en este caso a temperatura ambiente) y programamos 3 minutos / 50ºC/ velocidad 3. Luego extendemos la mezcla en el molde, sobre papel de hornear, extendiéndola y presionando con el dorso de una cuchara para que quede bien compacta y la llevamos al congelador.

3- Añadimos el queso, la leche, la nata, el azúcar y los dos sobres de cuajada al vaso, y programamos 9 minutos / 90ºC/ velocidad 4

4- Vertemos la mezcla sobre la base de galletas, volcándola suavemente sobre el dorso de una cuchara, y dejamos enfriar a temperatura ambiente. Después cuando esté fría la llevamos al frigorífico hasta el momento de servir, que la desmoldamos y la decoramos con mermelada de fresas o de frutos rojos.

Como veis es una tarta muy fácil y muy rica. Esta era la tarta favorita de mi madre, así que con vuestro permiso, y todo mi cariño, se la dedico a ella.

Espero que os haya gustado. Nos vemos dentro de unos días con una nueva receta.

Hasta entonces. Un abrazo.