Al fin he sacado
un hueco para subir una nueva receta al blog, en este caso un rico asado como
ya os adelantaba en el último post. Se trata del cochinillo al horno, un asado
muy típico de la provincia de Segovia, una tierra que me encanta, y en la que
he estado a mediados de este mes. Cada vez descubro en ella lugares nuevos y
todos llenos de magia y encanto. En esta ocasión pese al poco tiempo del que
disponíamos hemos podido visitar la Hoces del río Duratón, Sepúlveda y Cuéllar
entre otros. Precisamente Sepúlveda es la cuna de los asados tan típicos de
estas tierras.
En el cochinillo
al horno, conocido también como tostón o lechón (no confundir con lechazo, el
otro asado típico de Segovia y de la castilla del norte, que es un cordero
lechal, es decir, que ha sido alimentado únicamente con leche materna) se
mezcla la textura tostada y crujiente de la piel con la jugosidad de la carne
del interior, lo cual lo convierte en un bocado exquisito, muy indicado para
estas fechas festivas en las que estamos inmersos, de manera que si no tenéis
aun nada pensado para la comida de Año Nuevo, o para mañana mismo si celebráis
la cena del último día del año en casa con la familia, esta receta es una
propuesta fantástica.
En mi caso lo he
preparado en el horno de leña, pero se puede hacer también en horno
convencional sin ningún problema.
Os detallo ya los
ingredientes para preparar este rico cochinillo asado, que como suele ocurrir,
cuando la materia prima es de calidad, son pocos.
Ingredientes
(para 4 personas):
-1/2 cochinillo
-1 vaso de agua
-sal gruesa
-ensalada básica
de tomate y lechuga para acompañar
Preparación.
Cómo lo he preparado en horno de leña, lo primero es
calentarlo, y para ello abrimos el tiro y la apertura de la puerta, e
introducimos la leña en el interior del horno, formando una especie de
pirámide. Cualquier leña sirve, aunque la más valorada es la de encina. En la
base ponemos unos trozos de papel, y con una cerilla encendemos el fuego.
Cuando la leña se vaya consumiendo vamos añadiendo más hasta que la cúpula del
horno, que en un principio estaba negra, se torne blanca, y el termómetro
marque una temperatura superior a 200º.
Llegado
ese momento, esperamos a que se consuma la leña que esté aun por arder, y luego
esparcimos las brasas por toda la base del horno, cerramos el tiro y el
apertura de la puerta, y esperamos unos minutos, que aprovechamos para preparar
la carne, tarea de lo más sencilla pues sólo hay que salar el cochinillo,
introducirlo en una fuente (mejor de barro) con la piel hacia abajo y cubriendo
con papel de aluminio las orejas, el rabo y la pezuñas para que luego no se
quemen, y luego añadimos un vaso de
agua en el fondo de la fuente, para que durante el horneado haya humedad dentro
del horno y la carne no quede seca, y porque además la grasa que suelta luego
la carne en el horno se mezcla con ese agua y queda una salsa exquisita para
regar la carne por encima.
Seguidamente apartamos las brasas a un lado e
introducimos la fuente dentro, vigilando cada veinte minutos aproximadamente.
Cuando al pinchar con un tenedor veamos que está hecho,
le damos la vuelta dejando la piel por la parte de arriba, pinchamos la misma
con un cuchillo por varios puntos para que luego no reviente ni le salgan
burbujas, y volvemos a cerrar el horno,
y continuamos con el horneado vigilando cada cierto tiempo hasta que notemos que
la piel está dorada y crujiente.
Unos 30 minutos antes de finalizar la cocción retiramos
el papel de aluminio para que se dore uniformemente por todos los lados.
Si lo preparáis
en horno convencional, se procede de la misma manera con la preparación de la
carne, luego se mete la bandeja en el horno a 150º en la parte central con
calor arriba y abajo durante 90 minutos aproximadamente regando con el jugo que
vaya soltando, y dándole la vuelta cuando la parte de arriba esté hecha, de
manera que luego sea la piel la que quede por arriba. Además si queda sin
líquido durante la cocción añadimos un poco de agua.
Seguidamente subimos la temperatura del horno a 200º
durante 20 minutos aproximadamente. En total necesitará en torno a 2 horas de
horneado, y ya solo queda llevarlo a la mesa acompañado de una ensalada básica
de tomates y lechuga, y a disfrutar!!!
Por último permitidme que esta rica receta se la dedique
a mi madre, que hoy 30 de diciembre está de cumpleaños. Te quiero muchísimo
mamá!!!
Foto que le hice a mi madre y a una de nuestras gatas la semana pasada |
Y ya para finalizar, dado que la de hoy es la última
entrada del año, me despido de todos vosotros enviándoos mis mejores deseos
para el 2018. Gracias por estar ahí. Nos vemos dentro de unos días con una nueva
receta.
Feliz 2018 a tod@s!!!