Casi sin darme
cuenta me encuentro a finales del verano, y sigo sin recuperar la rutina en el
blog, a ver si ahora con el cambio de estación lo logro.
Afortunadamente
la ausencia no se ha debido a nada malo, salvo un viaje de cuatro días a
Dinamarca y Sur de Suecia que se malogró porque perdimos el avión, y no
precisamente por llegar tarde, pues estábamos en el aeropuerto con mucha
antelación, pero un despiste nos dejó en tierra, de todos modos que todos los males sean esos.
Lo que más
ilusión me hacía de este viaje era
cruzar el puente-túnel de Oresund que une ambos países y no ha podido ser,
pero queda pendiente para otra ocasión.
Aprovechando que
volábamos desde Oporto, vinimos haciendo turismo de camino a casa visitando los
Arribes del Duero, varias localidades de mi querida Zamora, una pequeña visita
a Palencia y su feria medieval que se celebraba esos días y por último visita a León y regreso a casa.
No fue lo mismo pero lo pasamos bien igual y sirvió para desconectar por unos
días, que los cuidadores de personas dependientes como me ocurre a mí con mi
madre, de vez en cuando nos viene bien unos días de descanso y nos sirve para
recargar las pilas.
A la vuelta,
aparte de los quehaceres del día a día, tocó hacer conservas caseras, pues la
tomateras que tengo en la huerta están a rebosar, y estos días de atrás ha sido
un no parar de hacer conservas en casa: pisto manchego, tomate frito, tomate
pelado al natural y mermelada de tomate.
El tomate frito
no lo tenía en el blog, y es un básico en la cocina, así que a continuación os
dejo la receta y después cuando publique algún plato que incluya entre sus
ingrediente el tomate frito os pongo un enlace a este post.
Los ingredientes
que necesitáis para preparar tomate frito en casa son los siguientes:
-3kg. de tomates
maduros
-6 dientes de
ajos
-6 cebollas grandes
-150ml. de aceite
de oliva virgen extra
-1 cucharada rasa
de tomillo molido
-1 cucharada rasa
de orégano
-1 pizca de
pimienta recién molida (yo uso una mezcla de pimientas)
-sal
-azúcar
(opcional)
Preparación:
En primer lugar
debemos lavar a conciencia los tomates bajo el grifo con agua fría. Después
retiramos el rabito y hacemos tres cortes longitudinales y reservamos.
Mientras lavamos
los tomates ponemos una olla grade con agua al fuego, cuando comience a hervir
añadimos los tomates y los escaldamos unos 2 ó 3 minutos, y después los
retiramos a una fuente y los dejamos enfriar.
Si no os cogen
todos los tomates juntos, los vais escaldando en tandas.
Cuando los
tomates escaldados estén fríos le sacamos la piel y los echamos en un
recipiente hondo.
Cuando estén todos pelados los trituramos y reservamos en el
frigorífico hasta el momento que nos pongamos a preparar el tomate frito..
Para hacerlo, primero ponemos una olla al fuego, añadimos el aceite de oliva virgen extra y cuando
esté caliente incorporamos las cebollas bien picadas, salamos un poco y
removemos de vez en cuando.
Cuando la cebolla
tome un color transparente añadimos los ajos bien picados (yo los paso por el
prensaajos), rehogamos un par de minutos más y finalmente añadimos el tomate
triturado que teníamos reservado, y cuando levante el hervor lo dejamos a fuego
muy suave entre 5 y 6 horas, removiendo de vez en cuando, hasta que el agua que
sueltan los tomates se haya consumido y nos quede como un puré de tomate.
Media hora antes
de retirar la olla del fuego salamos, y añadimos el tomillo molido, el orégano
seco y la pimienta recién molida. Mezclamos bien y pasados unos minutos comprobamos
el punto de sal rectificando si fuera necesario y también el punto de acidez
añadiendo una pizca de azúcar si vemos que la salsa tiene un toque ácido.
En mi caso nunca
le añado azúcar, porque utilizo tomates que han madurado en la planta y tienen
ya una alta concentración de azúcares.
A continuación
finalizada la cocción podéis pasar el
tomate frito por un pasapurés (nunca por la batidora porque quedaría con un
color anaranjado nada bonito) si no queréis encontraros en la salsa con
trocitos de verduras, pero a mí como no me importa pues la dejo tal cual y aun
en caliente introduzco la salsa en tarros de cristal previamente esterilizados
(se esterilizan introduciendo en una olla con agua hirviendo los frascos y las
tapas y dejando hervir durante 15 minutos, luego se retiran de la olla, y se
secan frascos y tapas con papel de
cocina.)
Una vez
rellenados los tarros con el tomate frito en caliente, damos un golpe seco
sobre la encimera para sacar burbujas de aire y tapamos prestando especial atención
a que no queden restos de tomate frito en el borde del frasco pues podrían ser
una fuente de bacterias que arruinarían la conserva.
Por último
introducimos los frascos llenos y tapados en una olla con agua hirviendo,
dejamos durante 20 minutos, y después los sacamos y los dejamos boca abajo
sobre la encimera de la cocina hasta que estén totalmente fríos.
Una vez fríos
damos la vuelta y comprobamos que la tapa está bien cerrada, colocamos una
etiqueta con la fecha y listos para guardar en la despensa y pasar a formar parte de un montón de platos que
prepararemos a lo largo de todo el año.
Bueno, pues así
es cómo preparo yo el tomate frito, os aseguro que está de vicio, nada que ver
con el comprado, y pese a que pueda parecer mucho trabajo, como se hace mucha
cantidad de cada vez, no lo es tanto.
Pues esto es todo
por hoy. Volveré la próxima vez con una nueva receta, y espero no tardar tanto
como viene siendo habitual últimamente en mí.
Hasta entonces. Gracias
por seguirme
¡Sed muy felices!