martes, 31 de mayo de 2022

Natillas caseras


Hoy vuelvo con una nueva receta, y en esta ocasión con un postre de los de toda la vida, pero no por ello menos apetecible: las natillas.

Ahora a finales de la primavera, con la llegada del calor, apetecen más los postres ligeros y sobre todo bien frescos, y una sobremesa con unas natillas caseras recién sacadas de la nevera, y con la canela echada por encima en el último momento, seguro que harían las delicias de la mayoría. A mí confieso que me encantan.

Para prepararlas necesitaréis los siguientes

Ingredientes (para 4 personas):

-500ml. de leche entera (también sirve semidesnatada)
-3 yemas de huevo
-10gr. de maicena (1 cucharada sopera)
-80gr. de azúcar
-1 rama de canela
-cáscara de ½ limón (solo la parte amarilla)
-canela molida
-4 galletas María para la decoración final (opcional)

Preparación:

Comenzamos echando la leche en un cazo, junto con la rama de canela y la cáscara de limón, luego lo ponemos al fuego y lo llevamos a ebullición. Tan pronto levante el hervor, retiramos del fuego y dejamos infusionar hasta que enfríe.

Cuando la leche que teníamos infusionando con el limón y la canela esté fría, la colamos y reservamos.

Aparte echamos en un cuenco las yemas de huevo con el azúcar y batimos con unas varillas, pasados unos minutos añadimos la maicena y un poco de la leche que teníamos reservada. Mezclamos bien con el batidor hasta obtener una mezcla homogénea.

La leche restante la ponemos de nuevo al fuego, cuando veamos que va a levantar el hervor bajamos el fuego al mínimo y añadimos la mezcla de huevos, azúcar y maicena, y removemos constantemente con las varillas hasta que empiece a espesar. En ese momento retiramos del fuego y vertemos las natillas en recipientes individuales, colocamos encima una galleta María, dejamos que enfríe y luego las guardamos en la nevera hasta el momento de consumirlas.

Cuando se sirvan se espolvorean con canela molida al gusto.

Para mí las natillas son de esos postres de toda la vida que nunca me aburren, y aunque las preparo a menudo, aun no tenía la receta publicada en el blog. Imagino que todo el mundo sabe hacer unas natillas, pero así como os he explicado es como las hago yo, y quería que una receta tan entrañable, que me trae recuerdos de la infancia, tuviera cabida en el blog.

Gracias por leerme. Un abrazo y hasta pronto.

domingo, 22 de mayo de 2022

Cachopo de Ternera (Receta asturiana)


En el plano gastronómico asociamos a Asturias con la fabada, la sidra, el arroz con leche…, y por supuesto con el cachopo. Allí os servirán los más grandes, por lo que pidiendo uno, pueden comer varias personas, pero no hace falta viajar a Asturias para degustar un buen cachopo, pues en casa podemos hacer unos ricos cachopos para la familia, que poniendo cuidado en elegir bien los ingredientes, nada tendrán que envidiarle a los asturianos, salvo el tamaño, muy probablemente, pero eso tampoco es ningún problema, en lugar de hacer uno muy grande, podemos hacer dos más pequeños y asunto resuelto.

La receta de cachopo clásico es la que os traigo hoy, y consiste en dos filetes de ternera, rellenos de jamón curado y queso, y luego rebozados en harina, huevo y pan rallado, y posteriormente fritos en aceite.

Como veis es una receta que no tiene mayor misterio ni complicación, lo importante es la calidad de los ingredientes y por supuesto un acompañamiento adecuado, para lograr un plato completo y exquisito.

Os dejo ya con la lista de

Ingredientes (para 2 personas):

-2 filetes de ternera
-4 lonchas finitas de jamón ibérico
-4 lonchas finitas de queso
-harina y pan rallado para rebozar
-2 huevos
-aceite de oliva virgen extra suave para freír
-pimientos del piquillo asados
-2 dientes de ajo
-ensalada básica de lechuga, tomate y cebolla para acompañar
-2 patatas grandes
-sal

Preparación:

Comenzamos cortando los filetes de ternera por la mitad. A continuación con un mazo de cocina los aplastamos un poco, salamos ligeramente (no conviene pasarse, porque el jamón ya le aporta algo de sal), y luego formamos el cachopo, para ello colocamos una mitad del filete en un plato, encima de este colocamos una loncha de jamón ibérico, a continuación las dos lonchas de queso, después otra loncha de jamón y finalmente la otra mitad del filete de ternera. Hacemos lo mismo con el otro filete de ternera y las restantes lonchas de jamón y queso. Reservamos.

Después colocamos en un plato el pan rallado, en otro la harina, y en otro los dos huevos batidos. Reservamos todo.

Pelamos las patatas, las cortamos en bastoncitos, y reservamos.

En una sartén echamos aceite de oliva hasta cubrir la base, y cuando esté caliente freímos las patatas. Si son muchas para hacerlas todas de una vez, las hacemos en dos tandas. Cuando estén doradas las retiramos a un plato y salamos.

En el mismo aceite donde hemos frito las patatas añadimos unos pimientos del piquillo en conserva y un par de ajos pelados y cortados por la mitad, desechando el germen central. Cuando los ajos empiecen a dorarse los retiramos (ya no los necesitaremos) y sacamos los pimientos a un plato. Reservamos.

Por último rebozamos por ambos lados uno de los cachopos pasándolo por harina, después por huevo batido, y finalmente por pan rallado, y freímos en la sartén, unos 2 ó 3 minutos por cada lado, a fuego medio-bajo. Cuando esté hecho lo pasamos a un plato sobre papel absorbente para retirar el exceso de aceite, y procedemos del mismo modo con el otro cachopo.

Y ya solo nos queda servir a la mesa los cachopos, acompañados de los pimientos, las patatas fritas, y una ensalada de lechuga, tomates y cebolla preparada en el último momento.

Abajo podéis ver una foto del corte. No me digáis que no tiene buena pinta, con el queso fundido en el centro, y ese rebozado tan rico en el exterior.


Pues esto ha sido todo por hoy. Nos vemos pronto con una nueva receta.

Un abrazo.

lunes, 16 de mayo de 2022

Pizza de pimientos del piquillo, anchoas y cebollas

                                                                                  


Después de unos días desaparecida, aunque afortunadamente no por nada malo, salvo un par de días que lo pasé mal por la alergia, al fin he sacado tiempo para compartir con vosotros una nueva receta, en esta ocasión una pizza de pimientos del piquillo en conserva, cebolla y anchoas; unos ingredientes muy básicos pero que dan como resultado una pizza con una mezcla de sabores muy rica, especialmente si os gusta el contraste dulce-salado, que le aportan la cebolla y las anchoas.

Para la masa he elegido la que uso siempre, porque cuando el resultado es bueno para qué cambiar, aunque sigue en la lista de pendientes una pizza con masa de fermentación lenta, pero aun no le ha llegado el momento.

Sin más rodeos os dejo ya con la lista de ingredientes y su posterior elaboración.

Ingredientes:

Para la masa
-240gr. de harina de fuerza
-150ml. de agua
-1 cucharada de aceite de oliva
-1 cucharadita de sal
-12gr. de levadura fresca de panadería (ó ½ sobre de levadura seca de panadería)

Para el relleno
-70gr. de tomate triturado (yo no tenía en esta ocasión y utilicé en su lugar tomates enteros en conserva)
-6 pimientos del piquillo en conserva
-2 latitas de anchoas en conserva
-1 cebolla
-180gr. de mezcla de quesos (en mi caso emmental, gouda y mozzarella)
-orégano seco

Preparación:

Empezaremos preparando la masa, y en mi caso pese a que tengo panificadora, y para hacer masas es ideal, por comodidad y para acelerar el proceso, muchas veces utilizo la thermomix. Para ello echo el agua, la sal y el aceite de oliva en el vaso, y programo 3 minutos/ temperatura 37º/velocidad cuchara. Después añado el resto de ingredientes, es decir, la harina y la levadura, y programo 3 minutos/función amasar. Una vez terminado de amasar, guardo la masa en un cuenco untado en aceite, y lo cubro con papel film hasta que la masa haya doblado el volumen.

Para amasarla en la panificadora echamos todos los ingredientes en la cubeta por el siguiente orden: agua, sal, aceite de oliva, harina y levadura; y seleccionamos el programa de amasado con fase posterior de levado que en mi máquina dura 1 hora 30 minutos (20 de amasado y los restantes de levado).

Si no tenéis robot de cocina para preparar la masa, se amasa perfectamente a mano, para ello echáis en un recipiente amplio la harina previamente tamizada y la sal, removéis con una cuchara de madera para mezclar, y luego hacéis un huevo en medio como si se tratase del cráter de un volcán, y añadís en él el agua tibia, en la cual habréis desleído previamente la levadura. Después vais mezclando con la ayuda de una cuchara de madera en un principio, y luego cuando se empiece a formar una bola, seguís amasando en la encimera, con las manos, durante unos diez minutos. A continuación guardáis la masa en un cuenco untado en aceite y lo tapáis para evitar que entren corrientes de aire, y ya solo queda esperar que la masa doble su volumen, en ese momento estará lista para seguir con la preparación de la pizza.

Con la masa ya lista, el siguiente paso consiste en precalentar el horno, con calor arriba y abajo, a 250º.

Mientras el horno se va calentando, estiramos la masa con la ayuda de un rodillo, dándole la forma deseada (en este caso yo la hice rectangular), y la colocamos sobre la bandeja del horno en la cual habremos colocado previamente papel de hornear. Sobre la masa extendemos el tomate triturado, y sobre él espolvoreamos orégano seco al gusto.

Seguidamente añadimos los pimientos del piquillo cortados en tiras, y encima las anchoas.


Después la cebolla cortada en juliana fina.
 
 
Por último distribuimos el queso por toda la superficie, y horneamos con la bandeja del horno situada sobre la base del mismo, es decir, la bandeja, en contacto con la base del horno. Esto último es importantísimo para que la base de la pizza salga crujiente.

Finalmente cuando veamos que la pizza está cocida, en mi horno tarda en torno a los 12-15 minutos, la retiramos y la colocamos sobre una rejilla hasta que enfríe un poco y después la cortamos en porciones y lista para servir y disfrutar.

Espero que os haya gustado la receta de hoy. Gracias por leerme.

Un abrazo.                                                                        

lunes, 25 de abril de 2022

Truchas a la Navarra


Donde vivo, con la llegada de la primavera se dan cita a la orilla de los ríos los pescadores buscando las tan preciadas truchas. Hablo lógicamente de la pesca fluvial, cuya temporada comienza en marzo y finaliza a finales de julio aquí en Galicia.

Desgraciadamente desde que mi padre falleció no he vuelto a probar truchas de río, de modo que me tengo que conformar con las de piscifactoría, que tampoco están nada mal, y se pueden comer en cualquier época del año, aunque no sé por qué pero es en primavera y verano cuando más me apetecen.

La receta que os presento hoy, truchas a la Navarra, es muy sencilla de preparar y está de vicio, y si utilizáis truchas de río es el no va más, pero si no tenéis esa suerte y son truchas de piscifactoría, procurad que no sean muy grandes, porque cuánto más pequeñas más ricas estarán.

Vamos ya con la receta, veréis qué fácil es

Ingredientes (para 4 personas)

-1kg. de truchas
-lonchas finas de jamón ibérico (mejor si tiene algo de grasita)
-harina para rebozar
-aceite de oliva suave para freírlas
-sal
-pimentón picante
-2 dientes de ajo

Preparación:

En primer lugar evisceramos las truchas y las lavamos bien bajo el grifo. Después las secamos con papel de cocina, espolvoreamos con una pizca de pimentón picante en su interior, rellenamos cada trucha con una loncha de jamón, las salamos y las rebozamos ligeramente en harina. Reservamos.

Aparte echamos aceite de oliva suave en una sartén y añadimos dos dientes de ajo que previamente habremos chafado dándole un golpe fuerte con la hoja de un cuchillo. Esperamos a que los ajos se doren, en ese momento los retiramos y añadimos las truchas y las freímos a fuego medio-alto, primero por un lado y luego por el otro, hasta que estén doradas por ambos lados.

A medida que se vayan haciendo las vamos retirando a una fuente, y las servimos acompañadas de una ensalada básica de lechuga, tomate y cebolla, y unas patatas que habremos cocido, y después las escurrimos y seguidamente le echamos aceite de oliva virgen extra por encima.

Como veis más fácil y sencillo imposible, y lo más importante, un plato delicioso, que a mí me trae muchos recuerdos de la infancia, de cuando mi padre iba a pescar los domingos a un río de aquí de la zona, y mi madre le preparaba algo de comer, muchas veces una tortilla, y mientras él llenaba la bota de vino, y después cuando regresaba, si la jornada había sido productiva, las truchas las vendían en un restaurante de la zona para hacerse con un dinerito extra, y si traía pocas piezas, entonces preparaba mi madre esta receta que os acabo de mostrar, y al ser pocas casi todas me las comía yo, porque ya se sabe que para unos padres primero que ellos son los hijos, así que en justa recompensa esta entrada se la dedico a ellos dos, a Antonio y a Carmen, mis adorados padres, que ahora vuelven a estar juntos de nuevo y me cuidan desde el cielo. ¡Os quiero!

Y con esto finalizo por hoy. Nos vemos en unos días.

Un abrazo.

viernes, 22 de abril de 2022

Monas de Pascua 2022

Un poco más tarde de lo que tenía previsto, os muestro las Monas de Pascua que hice este año.

Aquí en Galicia, igual que en otras regiones de España, como por ejemplo en Cataluña, es costumbre que los padrinos agasajen a sus ahijados con las conocidas como "Monas de Pascua", que en Galicia tradicionalmente consistía en una “Rosca de Pascua” o una “Trenza de Pascua” cuya imagen os muestro abajo. La masa es la misma que la del “Roscón de Reyes”, y la receta la podéis ver pinchando aquí.

En Cataluña sin embargo, las monas suelen ser de huevos y figuras de chocolate, costumbre que también ha arraigado últimamente aquí en Galicia, por eso algunas monas como las de la foto que encabeza este post, son de huevos de chocolate, decorados con papel de polipropileno con un estampado propio de estas fechas.

Por último hice una tarta que decoré también con motivos de Pascua: un conejito y mini huevos de chocolate. La imagen es la que os muestro arriba. La tarta era de zanahoria, la famosa carrot cake, y la receta la podéis ver pinchando aquí.

Y esto ha sido todo por hoy, pronto volveré con una nueva receta. Hasta entonces que seáis muy felices.

Un abrazo.

martes, 12 de abril de 2022

Bacalao a la Portuguesa


Después de unos días ausente he vuelto de nuevo a sentarme delante del ordenador dispuesta a publicar una nueva receta, en este caso de bacalao que es lo que toca en plena Semana Santa.

Pese a mi ausencia, las dos últimas recetas las había dejado programadas, por lo que el ritmo de publicaciones de momento va según lo que tenía previsto, no así la visita a los blogs amigos, porque estuve unos días de viaje, y luego a la vuelta entre deshacer maletas y una cosa y otra van pasando los días, pero poco a poco volveré a la rutina.

Pero vamos a lo que importa, a la receta del bacalao a la portuguesa que os traigo hoy, de la cual solo puedo deciros que es una de mis recetas favoritas de bacalao, también la de mi marido, de modo que en casa la preparamos muy a menudo.

Los ingredientes que necesitaréis para preparar este plato, para dos personas, son los siguientes:

-2 trozos de lomo de bacalao
-2 patatas grandes
-1 pimiento rojo
-2 pimientos verdes italianos
-1 cebolla grande
-4 dientes de ajo
-un puñado de aceitunas negras
-harina para rebozar el bacalao
-aceite de oliva virgen extra
-pimentón dulce
-pimienta
-1 hoja de laurel

Para el caldo de pescado:

-colas de bacalao
-1 puerro
-1 zanahoria
-1 hoja de laurel

Elaboración:

En mi caso cuando hago este plato, siempre procuro tener guardado en el congelador un caldo hecho con colas de bacalao, puerro, zanahoria, y una hoja de laurel, luego lo congelo en pequeños envases (porque en esta receta se necesita poca cantidad) y los saco del congelador la víspera.

Otra cosa que hay que hacer con antelación es desalar el bacalao como de costumbre.

Una vez hecho lo anterior, secamos bien con papel de cocina los lomos de bacalao, lo salpimentamos y rebozamos en harina.

Seguidamente ponemos una sartén con aceite de oliva virgen extra al fuego, cuando esté el aceite caliente doramos el bacalao por ambos lados y reservamos.

En la misma sartén (es decir, sin cambiar el aceite) doramos las patatas previamente peladas y cortadas en rodajas un poco gruesas. No hace falta que estén del todo hechas por dentro, porque el plato luego se termina en el horno, simplemente que se doren a temperatura media-alta. Cuando estén listas las colocamos en una fuente apta para horno, y las salamos. Encima de ellas colocamos los lomos de bacalao que teníamos reservados.

Si el aceite de la sartén ha mermado mucho, añadimos un poco y en él añadimos los pimientos rojos y verdes cortados en tiras, los rehogamos durante unos minutos hasta que estén blanditos, y luego los colocamos por encima de las patatas y el bacalao. Por último, de nuevo en la misma sartén, a la cual añadiremos aceite si fuese necesario, echamos una hoja de laurel y después la cebolla cortada en juliana fina, salamos ligeramente, y cuando esté transparente, añadimos los dientes de ajo pasados por el prensa ajos (a mí me encanta el sabor del ajo, pero no me gusta encontrarlo en el plato), dejamos que se dore, y luego retiramos la sartén del fuego para que pierda calor, y añadimos una cucharadita de pimentón dulce, mezclamos bien y echamos todo el contenido de la sartén en la fuente. Añadimos también un puñadito de aceitunas negras, y 100ml. del caldo hecho con las colas de bacalao.  



Llevamos la fuente al horno, precalentado a 180º calor arriba y abajo, durante aproximadamente 20 minutos, y por último solo queda sentarse a la mesa y disfrutar. Os aseguro que está de vicio.

Y con esto me despido por hoy hasta dentro de unos días que os enseñaré las Monas de Pascua de este año.

Hasta entonces. Que disfrutéis de esta Semana Santa.

Un saludo.

martes, 29 de marzo de 2022

Manitas de cerdo con berzas (Festa da Uña de San Lázaro)

 

El quinto domingo de cuaresma, conocido también como Domingo de Pasión, se celebra la festividad de San Lázaro, y en Santiago de Compostela, la iglesia de San Lázaro se encuentra a la entrada de la ciudad sobre el camino francés. Allí los vecinos del barrio y aledaños, así como otros venidos de lejos, celebran ese día la festividad de su patrono honrando al santo con misas y procesión, a la que se une la subasta de las uñas de cerdo así como otras partes del cerdo, que se le ofrecen al santo siguiendo una antiquísima tradición.

Como en toda romería gallega no faltan los puestos con rosquillas, empanadas, churros y garrapiñadas en las inmediaciones del templo, y por supuesto tampoco falta la música para amenizar la jornada.  

En el aspecto gastronómico, por esas fechas en los locales de hostelería de la zona, las uñas de cerdo con berzas, chorizo y patatas son el plato estrella, tanto es así que le dedican una fiesta, la conocida como “Festa da Uña” que este año tiene lugar de los días 1 al 3 de abril.

Las uñas de cerdo, más conocidas como manitas de cerdo, tienen una textura gelatinosa que me encanta, y hace unas semanas cuando fui hacer la compra, vi unas que me gustaron y las traje con la idea de hacer este delicioso plato, el cual hoy comparto con vosotros, aprovechando que el próximo fin de semana en Santiago se celebra la “Festa da Uña”.

Ingredientes (para 4 personas):

-4 uñas partidas por la mitad
-4 chorizos
-un buen manojo de berzas tiernas (las hojas pequeñas del centro)
-1kg. de patatas
-aceite de oliva virgen extra
-pimentón dulce
-4 dientes de ajo

Preparación:

La noche anterior dejamos las uñas a desalar. Al día siguiente miramos por si tuvieran restos de pelitos, algo que ocurre con frecuencia, y personalmente a mí me da mucho repelús encontrarme eso en el plato, por lo que os aconsejo que utilicéis una cuchilla de las de afeitar, sin usar por supuesto, y que retiréis todo resto de pelos que pudieran tener. También podéis usar para esta tarea un soplete de cocina.

Después las lavamos bien bajo el grifo del agua fría y las echamos en una olla grande, cubrimos con abundante agua y dejamos cocer durante unas tres horas a fuego medio. Transcurrido ese tiempo miramos si están cocidas, y de no estarlo continuamos con la cocción hasta que al pincharlas con un tenedor se note la carne blandita. En ese momento las retiramos a una fuente y reservamos.

A continuación probamos de sal el agua donde se han cocido las manitas, y añadimos más si fuera necesario, después añadimos las berzas bien lavadas y enteras y los chorizos, y dejamos cocinar durante unos 30 minutos.

Mientras la verdura y los chorizos se van cociendo, pelamos las patatas, las cortamos por la mitad, y las añadimos a la olla. Aprovechamos para mirar los chorizos, y si están cocidos los retiramos, sino dejamos que se sigan cociendo con las patatas y la verdura.

Entretanto aprovechamos para retirar los huesos (al menos los más grandes) de las manitas de cerdo, y después las devolvemos a la olla para que cuezan de nuevo unos cinco o diez minutos con todo el conjunto.

Mientras,  cubrimos el fondo de una sartén con aceite de oliva virgen extra, cuando esté caliente añadimos los ajos laminados, y cuando empiecen a dorarse retiramos del fuego y añadimos el pimentón, removemos y reservamos fuera del fuego.

Por últimos solo nos queda emplatar, para ello servimos un ó dos patatas por comensal, un chorizo, una manita de cerdo y un poco de verdura, y echamos por encima un poco de la ajada de la sartén.

Como podéis observar es una receta que lleva su tiempo, pero no tiene la más mínima complicación, y si os gustan las manitas de cerdo, este plato os va a encantar seguro, así que os animo a que lo preparéis en casa.

Termino por hoy. Nos vemos en unos días.

Un abrazo.

lunes, 21 de marzo de 2022

Pestiños


La receta que os traigo hoy llevo muchos años viéndola en internet, en libros de cocina, en programas de televisión de contenido culinario, e incluso en los escaparates de las pastelerías en algún viaje que hice, y aunque tenía ganas de prepararlos en casa pasaba el tiempo y nunca me ponía a ello, pero todo cambió el otro día cuando se los vi publicados a Inés Carcacía, una compañera bloguera, en su blog El toque de Inés, y cuya receta podéis ver pinchando aquí, y de paso conocéis su cocina, porque tiene recetas muy interesantes y muy variadas, para todos los gustos.

La receta de los pestiños que publicó Inés me dio el empujón que necesitaba para decidirme, y no me arrepiento en absoluto porque el resultado me ha dejado maravillada. De arrepentirme de algo sería de no haberlos hecho antes, porque de verdad que estaban deliciosos. Esta es de esas recetas que entró por la puerta grande, y lo hace para quedarse.

No hace mucho caí en la cuenta de que siempre os digo de todas las recetas que publico que están muy ricas, y lo digo porque es lo que realmente pienso, pero siendo sincera también he de deciros que hay recetas que las hago una vez y nada más, pero esas ya no las publico. Sin ir más lejos, me pasó el domingo pasado, que preparé una receta de bacalao típica de Portugal, concretamente el “Bacalhau a Zé do Pipo”, que estaba comestible pero ni a mí ni a mi marido nos convenció, y como hay muchas otras recetas de bacalao que nos encantan, esa queda descartada de mi recetario y por tanto del blog.

Pues bien, justo lo contrario de lo que os comento en el párrafo anterior, me pasó con los pestiños que hoy os presento, y eso que a priori no apostaba mucho por esta receta, a lo cual también contribuyó en parte el recuerdo no muy agradable de unos pestiños que comí en Madrid, en concreto en la localidad de Getafe. Supongo que eran industriales, porque resultaron insípidos y estaban duros cual tablas de madera, en cambio los que hice en casa al ir enmelados (bañados en miel rebajada con agua) resultan muy jugosos y está llenos de aroma siendo el de sésamo, también conocido como ajonjolí, el que más resalta.

Por último, y para no enrollarme más, comentaros que los pestiños son típicos de Andalucía y Extremadura, y se sirven en Navidad y Semana Santa, aunque en algunos sitios se encuentran a la venta durante todo el año.

Respecto a la receta que comparto con vosotros, comentaros que es un mix de varias recetas que he visto por internet, por eso no cito la fuente, y sin más os dejo con la lista de

Ingredientes:

-280gr. de harina común de todo uso
-90gr. de aceite de oliva suave
-80gr. de vino blanco
-cáscara de una naranja (sin nada de la piel blanca del interior)
-cáscara de un limón (sin nada de la piel blanca del interior)
- 2 cucharaditas de anís en grano (matalahúva)
-1 cucharadita de semillas de sésamo (ajonjolí)
-1 cucharadita de levadura química Royal
-2 clavos de olor (opcional)
-una pizca de sal
-bolitas de anís para la decoración final (opcional)

Para freír

-aceite de oliva suave
-cáscara de un limón (sin nada de la piel blanca del interior)

Para el baño final

-200gr. de miel
-50gr. de agua


Preparación:

Empezaremos poniendo el aceite en una sartén al fuego y añadimos las cáscaras de limón y de naranja, el anís en grano, las semillas de sésamo, y los clavos de olor. Dejamos al fuego hasta que las cáscaras de los cítricos estén doradas, en ese momento apartamos del fuego y dejamos enfriar. En este paso lo que buscamos es aromatizar el aceite, que es lo que luego le dará sabor a los pestiños.

Cuando el aceite esté frío, lo colamos y lo echamos en un cuenco. Añadimos el vino blanco y la sal y mezclamos bien. Seguidamente añadimos la levadura en polvo y la harina en varias tandas. Al principio nos ayudamos de una cuchara de madera o similar, y luego cuando la masa vaya cogiendo consistencia y despegándose de las paredes, amasamos con las manos durante unos cinco minutos.

Cuando terminemos de amasar, envolvemos la masa en papel film, y la dejamos reposar durante 30 minutos a temperatura ambiente.

A parte ponemos una sartén al fuego con abundante aceite de oliva suave, añadimos la cáscara de un limón, y cuando esté dorado lo retiramos.

Mientras el aceite se calienta, estiramos la masa con un rodillo, y cortamos porciones cuadradas de unos 5cm. de lado, luego unimos dos extremos opuestos, y los vamos añadiendo a la sartén con el pliegue hacia abajo, después le damos la vuelta y los freímos por el otro lado. A medida que se vayan haciendo los retiramos a una fuente sobre papel absorbente.

El siguiente y último paso es calentar la miel con el agua, e ir bañando los pestiños uno a uno en la mezcla. Después los dejamos escurrir sobre una rejilla, y finalmente los colocamos en una fuente y decoramos con unos anises de colores.

También es habitual que en vez de enmelados los sirvan pasados por una mezcla de azúcar y canela.

Comentaros también que tanto los clavos de olor como el anís en grano los tenéis a la venta en la mayoría de supermercados por no decir en todos. El que es algo más difícil de encontrar es el ajonjolí o semillas de sésamo, aunque el mercadona lo tiene.

Pues esto ha sido todo por hoy. Hasta la próxima. Un abrazo.

lunes, 14 de marzo de 2022

Tarta de hojaldre con frutas


Para este post he elegido una receta dulce que lleva años en la carpeta de borradores esperando su turno, porque al pretender que el contenido del blog vaya acorde con la época del año en el que nos encontramos, sucede que la receta de hoy, la tarta de hojaldre y frutas, no es típica de un época en concreto como ocurre por ejemplo con los dulces de Carnaval (orellas, filloas, rosquillas, flores, etc.), de Semana Santa (torrijas, pestiños, leche frita…), Pascua (monas de Pascua, trenzas, bollos…) Navidad (mantecados, polvorones, mazapanes, panettones, y un largo etcétera).

Por lo mismo que os acabo de contar, tampoco tiene lógica publicar la receta de un cocido en el mes de agosto, ni la receta de un helado en diciembre (aunque mucha gente los come durante todo el año), y es debido a todo ello que no le había llegado el día a la tarta de hojaldre con frutas.

¡Qué deciros de esta tarta…!, ya sabéis que el hojaldre está delicioso tanto con dulce como con salado, y en concreto con fruta de temporada y una crema pastelera de base, queda una tarta muy vistosa, llena de vitaminas, y sobre todo riquísima.

Lo más complicado de esta receta es elaborar la masa de hojaldre, más que complicado lleva su tiempo, pero si sustituís el hojaldre casero por el comprado, el resto de la preparación de la tarta está al alcance de cualquiera, incluso de los más negados para la cocina.

Sin más rodeos, paso ya a detallaros la lista de ingredientes, en la cual os dejo el enlace a la receta de elaboración de la masa de hojaldre, por si os animáis a realizar en casa todo el proceso.

Ingredientes:

-1 placa de hojaldre (ver receta aquí)
-fruta variada (kiwis, fresas, plátanos, melocotón en almíbar)
-500ml. de leche entera
-45gr. de maicena
-3 yemas de huevo
-100gr. de azúcar
-1 rama de canela
-la cáscara de un limón (solo la parte amarilla, sin nada de la piel blanca interior)

Preparación:

En primer lugar horneamos la plancha de hojaldre, para ello la estiramos y la pinchamos con un tenedor para que no suba durante el horneado. Luego la introducimos en el horno, precalentado a 180º, en la parte central, con fuego arriba y abajo, hasta que tenga un bonito color dorado. Entonces la sacamos del horno y la dejamos enfriar sobre una rejilla.

Mientras aprovechamos para preparar la crema pastelera, para ello de los 500ml de leche reservamos un vaso y el resto lo ponemos en un cazo al fuego, con la cáscara de limón y la rama de canela. Cuando levante el hervor, apartamos del fuego y dejamos que la leche infusione hasta que esté completamente fría. En ese momento la colamos para retirar las pieles del limón y la canela, y la echamos en una olla, añadimos el azúcar, y llevamos de nuevo al fuego hasta que alcance el punto de ebullición.

Entre tanto añadimos al vaso de leche que habíamos reservado las 3 yemas de huevo batidas y la maicena, mezclamos bien y cuando la leche comience a hervir, añadimos esta mezcla, bajamos el fuego al mínimo, y removemos constantemente hasta que espese, en ese momento retiramos del fuego, cubrimos con film transparente para evitar que se forme costra, y la dejamos enfriar. Cuando esté fría la introducimos en una manga pastelera de boquilla rizada y reservamos.

Por otro lado lavamos bien la fruta, y cortamos los plátanos en rodajas, las fresas en láminas, los kiwis los cortamos en rodajas, y cada rodaja la cortamos a la mitad, y por último los melocotones en almíbar los cortamos como si se tratara de gajos de naranja.

Una vez que tenemos toda la fruta procesada, la extendemos sobre una superficie limpia, y espolvoreamos azúcar glas por encima, que al derretirse le dará un bonito aspecto brillante.

Finalmente solo resta montar la tarta, y para ello encima del hojaldre colocamos la crema pastelera, y sobre esta distribuimos la fruta al gusto, procurando que quede con un aspecto bonito.

Y para finalizar, daros las gracias por leerme, y emplazaros para dentro de unos días que volveré con una nueva receta.

Hasta entonces. Un abrazo.

domingo, 6 de marzo de 2022

Ropa Vieja


Después de unos días ausente coincidiendo con el carnaval, vuelvo con una nueva receta que es continuación de la última que publiqué, el cocido, porque el ingrediente principal de la receta de hoy es precisamente las sobras del cocido.

El nombre de la receta ya nos pone en preaviso, porque se conoce como “ropa vieja”, pero que el nombre no os lleva a engaño, no creáis que se trata de un plato de segunda categoría, al contrario, a mí me gusta incluso más que el propio cocido.

Como decía un amigo hace unos días en las RR SS, hay un cocido por civilización, por país, por región y por casa, y con la “ropa vieja” ocurre lo mismo, de modo que la receta que yo os muestro es la que más se adapta a nuestros gustos. Espero que sea también de vuestro agrado.

Ingredientes:

-Restos del cocido (patatas, verdura, legumbres, carnes y embutidos)
-Aceite de oliva virgen extra
-1 cebolla
-3 dientes de ajo
-1 cucharadita de pimentón dulce

Preparación:

Lo primero es deshuesar y desmenuzar las carnes sobrantes del cocido y los embutidos, y mezclar con la verdura, los garbanzos y las patatas.

A continuación ponemos un sartén al fuego y añadimos un poco de aceite de oliva con que apenas cubra el fondo de la misma. Cuando el aceite esté caliente añadimos la cebolla picada, y rehogamos a fuego bajo hasta que adquiera un color transparente, seguidamente añadimos los ajos picados, dejamos un par de minutos más hasta que empiecen a dorarse. En ese momento, retiramos la sartén del fuego, esperamos a que baje un poco la temperatura del aceite, añadimos el pimentón y mezclamos bien.

Después volvemos a poner la sartén en el fuego y añadimos los restos del cocido, mezclamos y dejamos al fuego removiendo de vez en cuando hasta que se caliente todo el contenido de la sartén de manera uniforme, y acto seguido a servir y a disfrutar de un plato sencillo, económico y lo mejor de todo, muy rico.

Con esto termino por hoy. Nos vemos pronto.

Un abrazo.