lunes, 25 de abril de 2022

Truchas a la Navarra


Donde vivo, con la llegada de la primavera se dan cita a la orilla de los ríos los pescadores buscando las tan preciadas truchas. Hablo lógicamente de la pesca fluvial, cuya temporada comienza en marzo y finaliza a finales de julio aquí en Galicia.

Desgraciadamente desde que mi padre falleció no he vuelto a probar truchas de río, de modo que me tengo que conformar con las de piscifactoría, que tampoco están nada mal, y se pueden comer en cualquier época del año, aunque no sé por qué pero es en primavera y verano cuando más me apetecen.

La receta que os presento hoy, truchas a la Navarra, es muy sencilla de preparar y está de vicio, y si utilizáis truchas de río es el no va más, pero si no tenéis esa suerte y son truchas de piscifactoría, procurad que no sean muy grandes, porque cuánto más pequeñas más ricas estarán.

Vamos ya con la receta, veréis qué fácil es

Ingredientes (para 4 personas)

-1kg. de truchas
-lonchas finas de jamón ibérico (mejor si tiene algo de grasita)
-harina para rebozar
-aceite de oliva suave para freírlas
-sal
-pimentón picante
-2 dientes de ajo

Preparación:

En primer lugar evisceramos las truchas y las lavamos bien bajo el grifo. Después las secamos con papel de cocina, espolvoreamos con una pizca de pimentón picante en su interior, rellenamos cada trucha con una loncha de jamón, las salamos y las rebozamos ligeramente en harina. Reservamos.

Aparte echamos aceite de oliva suave en una sartén y añadimos dos dientes de ajo que previamente habremos chafado dándole un golpe fuerte con la hoja de un cuchillo. Esperamos a que los ajos se doren, en ese momento los retiramos y añadimos las truchas y las freímos a fuego medio-alto, primero por un lado y luego por el otro, hasta que estén doradas por ambos lados.

A medida que se vayan haciendo las vamos retirando a una fuente, y las servimos acompañadas de una ensalada básica de lechuga, tomate y cebolla, y unas patatas que habremos cocido, y después las escurrimos y seguidamente le echamos aceite de oliva virgen extra por encima.

Como veis más fácil y sencillo imposible, y lo más importante, un plato delicioso, que a mí me trae muchos recuerdos de la infancia, de cuando mi padre iba a pescar los domingos a un río de aquí de la zona, y mi madre le preparaba algo de comer, muchas veces una tortilla, y mientras él llenaba la bota de vino, y después cuando regresaba, si la jornada había sido productiva, las truchas las vendían en un restaurante de la zona para hacerse con un dinerito extra, y si traía pocas piezas, entonces preparaba mi madre esta receta que os acabo de mostrar, y al ser pocas casi todas me las comía yo, porque ya se sabe que para unos padres primero que ellos son los hijos, así que en justa recompensa esta entrada se la dedico a ellos dos, a Antonio y a Carmen, mis adorados padres, que ahora vuelven a estar juntos de nuevo y me cuidan desde el cielo. ¡Os quiero!

Y con esto finalizo por hoy. Nos vemos en unos días.

Un abrazo.

viernes, 22 de abril de 2022

Monas de Pascua 2022

Un poco más tarde de lo que tenía previsto, os muestro las Monas de Pascua que hice este año.

Aquí en Galicia, igual que en otras regiones de España, como por ejemplo en Cataluña, es costumbre que los padrinos agasajen a sus ahijados con las conocidas como "Monas de Pascua", que en Galicia tradicionalmente consistía en una “Rosca de Pascua” o una “Trenza de Pascua” cuya imagen os muestro abajo. La masa es la misma que la del “Roscón de Reyes”, y la receta la podéis ver pinchando aquí.

En Cataluña sin embargo, las monas suelen ser de huevos y figuras de chocolate, costumbre que también ha arraigado últimamente aquí en Galicia, por eso algunas monas como las de la foto que encabeza este post, son de huevos de chocolate, decorados con papel de polipropileno con un estampado propio de estas fechas.

Por último hice una tarta que decoré también con motivos de Pascua: un conejito y mini huevos de chocolate. La imagen es la que os muestro arriba. La tarta era de zanahoria, la famosa carrot cake, y la receta la podéis ver pinchando aquí.

Y esto ha sido todo por hoy, pronto volveré con una nueva receta. Hasta entonces que seáis muy felices.

Un abrazo.

martes, 12 de abril de 2022

Bacalao a la Portuguesa


Después de unos días ausente he vuelto de nuevo a sentarme delante del ordenador dispuesta a publicar una nueva receta, en este caso de bacalao que es lo que toca en plena Semana Santa.

Pese a mi ausencia, las dos últimas recetas las había dejado programadas, por lo que el ritmo de publicaciones de momento va según lo que tenía previsto, no así la visita a los blogs amigos, porque estuve unos días de viaje, y luego a la vuelta entre deshacer maletas y una cosa y otra van pasando los días, pero poco a poco volveré a la rutina.

Pero vamos a lo que importa, a la receta del bacalao a la portuguesa que os traigo hoy, de la cual solo puedo deciros que es una de mis recetas favoritas de bacalao, también la de mi marido, de modo que en casa la preparamos muy a menudo.

Los ingredientes que necesitaréis para preparar este plato, para dos personas, son los siguientes:

-2 trozos de lomo de bacalao
-2 patatas grandes
-1 pimiento rojo
-2 pimientos verdes italianos
-1 cebolla grande
-4 dientes de ajo
-un puñado de aceitunas negras
-harina para rebozar el bacalao
-aceite de oliva virgen extra
-pimentón dulce
-pimienta
-1 hoja de laurel

Para el caldo de pescado:

-colas de bacalao
-1 puerro
-1 zanahoria
-1 hoja de laurel

Elaboración:

En mi caso cuando hago este plato, siempre procuro tener guardado en el congelador un caldo hecho con colas de bacalao, puerro, zanahoria, y una hoja de laurel, luego lo congelo en pequeños envases (porque en esta receta se necesita poca cantidad) y los saco del congelador la víspera.

Otra cosa que hay que hacer con antelación es desalar el bacalao como de costumbre.

Una vez hecho lo anterior, secamos bien con papel de cocina los lomos de bacalao, lo salpimentamos y rebozamos en harina.

Seguidamente ponemos una sartén con aceite de oliva virgen extra al fuego, cuando esté el aceite caliente doramos el bacalao por ambos lados y reservamos.

En la misma sartén (es decir, sin cambiar el aceite) doramos las patatas previamente peladas y cortadas en rodajas un poco gruesas. No hace falta que estén del todo hechas por dentro, porque el plato luego se termina en el horno, simplemente que se doren a temperatura media-alta. Cuando estén listas las colocamos en una fuente apta para horno, y las salamos. Encima de ellas colocamos los lomos de bacalao que teníamos reservados.

Si el aceite de la sartén ha mermado mucho, añadimos un poco y en él añadimos los pimientos rojos y verdes cortados en tiras, los rehogamos durante unos minutos hasta que estén blanditos, y luego los colocamos por encima de las patatas y el bacalao. Por último, de nuevo en la misma sartén, a la cual añadiremos aceite si fuese necesario, echamos una hoja de laurel y después la cebolla cortada en juliana fina, salamos ligeramente, y cuando esté transparente, añadimos los dientes de ajo pasados por el prensa ajos (a mí me encanta el sabor del ajo, pero no me gusta encontrarlo en el plato), dejamos que se dore, y luego retiramos la sartén del fuego para que pierda calor, y añadimos una cucharadita de pimentón dulce, mezclamos bien y echamos todo el contenido de la sartén en la fuente. Añadimos también un puñadito de aceitunas negras, y 100ml. del caldo hecho con las colas de bacalao.  



Llevamos la fuente al horno, precalentado a 180º calor arriba y abajo, durante aproximadamente 20 minutos, y por último solo queda sentarse a la mesa y disfrutar. Os aseguro que está de vicio.

Y con esto me despido por hoy hasta dentro de unos días que os enseñaré las Monas de Pascua de este año.

Hasta entonces. Que disfrutéis de esta Semana Santa.

Un saludo.

martes, 29 de marzo de 2022

Manitas de cerdo con berzas (Festa da Uña de San Lázaro)

 

El quinto domingo de cuaresma, conocido también como Domingo de Pasión, se celebra la festividad de San Lázaro, y en Santiago de Compostela, la iglesia de San Lázaro se encuentra a la entrada de la ciudad sobre el camino francés. Allí los vecinos del barrio y aledaños, así como otros venidos de lejos, celebran ese día la festividad de su patrono honrando al santo con misas y procesión, a la que se une la subasta de las uñas de cerdo así como otras partes del cerdo, que se le ofrecen al santo siguiendo una antiquísima tradición.

Como en toda romería gallega no faltan los puestos con rosquillas, empanadas, churros y garrapiñadas en las inmediaciones del templo, y por supuesto tampoco falta la música para amenizar la jornada.  

En el aspecto gastronómico, por esas fechas en los locales de hostelería de la zona, las uñas de cerdo con berzas, chorizo y patatas son el plato estrella, tanto es así que le dedican una fiesta, la conocida como “Festa da Uña” que este año tiene lugar de los días 1 al 3 de abril.

Las uñas de cerdo, más conocidas como manitas de cerdo, tienen una textura gelatinosa que me encanta, y hace unas semanas cuando fui hacer la compra, vi unas que me gustaron y las traje con la idea de hacer este delicioso plato, el cual hoy comparto con vosotros, aprovechando que el próximo fin de semana en Santiago se celebra la “Festa da Uña”.

Ingredientes (para 4 personas):

-4 uñas partidas por la mitad
-4 chorizos
-un buen manojo de berzas tiernas (las hojas pequeñas del centro)
-1kg. de patatas
-aceite de oliva virgen extra
-pimentón dulce
-4 dientes de ajo

Preparación:

La noche anterior dejamos las uñas a desalar. Al día siguiente miramos por si tuvieran restos de pelitos, algo que ocurre con frecuencia, y personalmente a mí me da mucho repelús encontrarme eso en el plato, por lo que os aconsejo que utilicéis una cuchilla de las de afeitar, sin usar por supuesto, y que retiréis todo resto de pelos que pudieran tener. También podéis usar para esta tarea un soplete de cocina.

Después las lavamos bien bajo el grifo del agua fría y las echamos en una olla grande, cubrimos con abundante agua y dejamos cocer durante unas tres horas a fuego medio. Transcurrido ese tiempo miramos si están cocidas, y de no estarlo continuamos con la cocción hasta que al pincharlas con un tenedor se note la carne blandita. En ese momento las retiramos a una fuente y reservamos.

A continuación probamos de sal el agua donde se han cocido las manitas, y añadimos más si fuera necesario, después añadimos las berzas bien lavadas y enteras y los chorizos, y dejamos cocinar durante unos 30 minutos.

Mientras la verdura y los chorizos se van cociendo, pelamos las patatas, las cortamos por la mitad, y las añadimos a la olla. Aprovechamos para mirar los chorizos, y si están cocidos los retiramos, sino dejamos que se sigan cociendo con las patatas y la verdura.

Entretanto aprovechamos para retirar los huesos (al menos los más grandes) de las manitas de cerdo, y después las devolvemos a la olla para que cuezan de nuevo unos cinco o diez minutos con todo el conjunto.

Mientras,  cubrimos el fondo de una sartén con aceite de oliva virgen extra, cuando esté caliente añadimos los ajos laminados, y cuando empiecen a dorarse retiramos del fuego y añadimos el pimentón, removemos y reservamos fuera del fuego.

Por últimos solo nos queda emplatar, para ello servimos un ó dos patatas por comensal, un chorizo, una manita de cerdo y un poco de verdura, y echamos por encima un poco de la ajada de la sartén.

Como podéis observar es una receta que lleva su tiempo, pero no tiene la más mínima complicación, y si os gustan las manitas de cerdo, este plato os va a encantar seguro, así que os animo a que lo preparéis en casa.

Termino por hoy. Nos vemos en unos días.

Un abrazo.

lunes, 21 de marzo de 2022

Pestiños


La receta que os traigo hoy llevo muchos años viéndola en internet, en libros de cocina, en programas de televisión de contenido culinario, e incluso en los escaparates de las pastelerías en algún viaje que hice, y aunque tenía ganas de prepararlos en casa pasaba el tiempo y nunca me ponía a ello, pero todo cambió el otro día cuando se los vi publicados a Inés Carcacía, una compañera bloguera, en su blog El toque de Inés, y cuya receta podéis ver pinchando aquí, y de paso conocéis su cocina, porque tiene recetas muy interesantes y muy variadas, para todos los gustos.

La receta de los pestiños que publicó Inés me dio el empujón que necesitaba para decidirme, y no me arrepiento en absoluto porque el resultado me ha dejado maravillada. De arrepentirme de algo sería de no haberlos hecho antes, porque de verdad que estaban deliciosos. Esta es de esas recetas que entró por la puerta grande, y lo hace para quedarse.

No hace mucho caí en la cuenta de que siempre os digo de todas las recetas que publico que están muy ricas, y lo digo porque es lo que realmente pienso, pero siendo sincera también he de deciros que hay recetas que las hago una vez y nada más, pero esas ya no las publico. Sin ir más lejos, me pasó el domingo pasado, que preparé una receta de bacalao típica de Portugal, concretamente el “Bacalhau a Zé do Pipo”, que estaba comestible pero ni a mí ni a mi marido nos convenció, y como hay muchas otras recetas de bacalao que nos encantan, esa queda descartada de mi recetario y por tanto del blog.

Pues bien, justo lo contrario de lo que os comento en el párrafo anterior, me pasó con los pestiños que hoy os presento, y eso que a priori no apostaba mucho por esta receta, a lo cual también contribuyó en parte el recuerdo no muy agradable de unos pestiños que comí en Madrid, en concreto en la localidad de Getafe. Supongo que eran industriales, porque resultaron insípidos y estaban duros cual tablas de madera, en cambio los que hice en casa al ir enmelados (bañados en miel rebajada con agua) resultan muy jugosos y está llenos de aroma siendo el de sésamo, también conocido como ajonjolí, el que más resalta.

Por último, y para no enrollarme más, comentaros que los pestiños son típicos de Andalucía y Extremadura, y se sirven en Navidad y Semana Santa, aunque en algunos sitios se encuentran a la venta durante todo el año.

Respecto a la receta que comparto con vosotros, comentaros que es un mix de varias recetas que he visto por internet, por eso no cito la fuente, y sin más os dejo con la lista de

Ingredientes:

-280gr. de harina común de todo uso
-90gr. de aceite de oliva suave
-80gr. de vino blanco
-cáscara de una naranja (sin nada de la piel blanca del interior)
-cáscara de un limón (sin nada de la piel blanca del interior)
- 2 cucharaditas de anís en grano (matalahúva)
-1 cucharadita de semillas de sésamo (ajonjolí)
-1 cucharadita de levadura química Royal
-2 clavos de olor (opcional)
-una pizca de sal
-bolitas de anís para la decoración final (opcional)

Para freír

-aceite de oliva suave
-cáscara de un limón (sin nada de la piel blanca del interior)

Para el baño final

-200gr. de miel
-50gr. de agua


Preparación:

Empezaremos poniendo el aceite en una sartén al fuego y añadimos las cáscaras de limón y de naranja, el anís en grano, las semillas de sésamo, y los clavos de olor. Dejamos al fuego hasta que las cáscaras de los cítricos estén doradas, en ese momento apartamos del fuego y dejamos enfriar. En este paso lo que buscamos es aromatizar el aceite, que es lo que luego le dará sabor a los pestiños.

Cuando el aceite esté frío, lo colamos y lo echamos en un cuenco. Añadimos el vino blanco y la sal y mezclamos bien. Seguidamente añadimos la levadura en polvo y la harina en varias tandas. Al principio nos ayudamos de una cuchara de madera o similar, y luego cuando la masa vaya cogiendo consistencia y despegándose de las paredes, amasamos con las manos durante unos cinco minutos.

Cuando terminemos de amasar, envolvemos la masa en papel film, y la dejamos reposar durante 30 minutos a temperatura ambiente.

A parte ponemos una sartén al fuego con abundante aceite de oliva suave, añadimos la cáscara de un limón, y cuando esté dorado lo retiramos.

Mientras el aceite se calienta, estiramos la masa con un rodillo, y cortamos porciones cuadradas de unos 5cm. de lado, luego unimos dos extremos opuestos, y los vamos añadiendo a la sartén con el pliegue hacia abajo, después le damos la vuelta y los freímos por el otro lado. A medida que se vayan haciendo los retiramos a una fuente sobre papel absorbente.

El siguiente y último paso es calentar la miel con el agua, e ir bañando los pestiños uno a uno en la mezcla. Después los dejamos escurrir sobre una rejilla, y finalmente los colocamos en una fuente y decoramos con unos anises de colores.

También es habitual que en vez de enmelados los sirvan pasados por una mezcla de azúcar y canela.

Comentaros también que tanto los clavos de olor como el anís en grano los tenéis a la venta en la mayoría de supermercados por no decir en todos. El que es algo más difícil de encontrar es el ajonjolí o semillas de sésamo, aunque el mercadona lo tiene.

Pues esto ha sido todo por hoy. Hasta la próxima. Un abrazo.

lunes, 14 de marzo de 2022

Tarta de hojaldre con frutas


Para este post he elegido una receta dulce que lleva años en la carpeta de borradores esperando su turno, porque al pretender que el contenido del blog vaya acorde con la época del año en el que nos encontramos, sucede que la receta de hoy, la tarta de hojaldre y frutas, no es típica de un época en concreto como ocurre por ejemplo con los dulces de Carnaval (orellas, filloas, rosquillas, flores, etc.), de Semana Santa (torrijas, pestiños, leche frita…), Pascua (monas de Pascua, trenzas, bollos…) Navidad (mantecados, polvorones, mazapanes, panettones, y un largo etcétera).

Por lo mismo que os acabo de contar, tampoco tiene lógica publicar la receta de un cocido en el mes de agosto, ni la receta de un helado en diciembre (aunque mucha gente los come durante todo el año), y es debido a todo ello que no le había llegado el día a la tarta de hojaldre con frutas.

¡Qué deciros de esta tarta…!, ya sabéis que el hojaldre está delicioso tanto con dulce como con salado, y en concreto con fruta de temporada y una crema pastelera de base, queda una tarta muy vistosa, llena de vitaminas, y sobre todo riquísima.

Lo más complicado de esta receta es elaborar la masa de hojaldre, más que complicado lleva su tiempo, pero si sustituís el hojaldre casero por el comprado, el resto de la preparación de la tarta está al alcance de cualquiera, incluso de los más negados para la cocina.

Sin más rodeos, paso ya a detallaros la lista de ingredientes, en la cual os dejo el enlace a la receta de elaboración de la masa de hojaldre, por si os animáis a realizar en casa todo el proceso.

Ingredientes:

-1 placa de hojaldre (ver receta aquí)
-fruta variada (kiwis, fresas, plátanos, melocotón en almíbar)
-500ml. de leche entera
-45gr. de maicena
-3 yemas de huevo
-100gr. de azúcar
-1 rama de canela
-la cáscara de un limón (solo la parte amarilla, sin nada de la piel blanca interior)

Preparación:

En primer lugar horneamos la plancha de hojaldre, para ello la estiramos y la pinchamos con un tenedor para que no suba durante el horneado. Luego la introducimos en el horno, precalentado a 180º, en la parte central, con fuego arriba y abajo, hasta que tenga un bonito color dorado. Entonces la sacamos del horno y la dejamos enfriar sobre una rejilla.

Mientras aprovechamos para preparar la crema pastelera, para ello de los 500ml de leche reservamos un vaso y el resto lo ponemos en un cazo al fuego, con la cáscara de limón y la rama de canela. Cuando levante el hervor, apartamos del fuego y dejamos que la leche infusione hasta que esté completamente fría. En ese momento la colamos para retirar las pieles del limón y la canela, y la echamos en una olla, añadimos el azúcar, y llevamos de nuevo al fuego hasta que alcance el punto de ebullición.

Entre tanto añadimos al vaso de leche que habíamos reservado las 3 yemas de huevo batidas y la maicena, mezclamos bien y cuando la leche comience a hervir, añadimos esta mezcla, bajamos el fuego al mínimo, y removemos constantemente hasta que espese, en ese momento retiramos del fuego, cubrimos con film transparente para evitar que se forme costra, y la dejamos enfriar. Cuando esté fría la introducimos en una manga pastelera de boquilla rizada y reservamos.

Por otro lado lavamos bien la fruta, y cortamos los plátanos en rodajas, las fresas en láminas, los kiwis los cortamos en rodajas, y cada rodaja la cortamos a la mitad, y por último los melocotones en almíbar los cortamos como si se tratara de gajos de naranja.

Una vez que tenemos toda la fruta procesada, la extendemos sobre una superficie limpia, y espolvoreamos azúcar glas por encima, que al derretirse le dará un bonito aspecto brillante.

Finalmente solo resta montar la tarta, y para ello encima del hojaldre colocamos la crema pastelera, y sobre esta distribuimos la fruta al gusto, procurando que quede con un aspecto bonito.

Y para finalizar, daros las gracias por leerme, y emplazaros para dentro de unos días que volveré con una nueva receta.

Hasta entonces. Un abrazo.

domingo, 6 de marzo de 2022

Ropa Vieja


Después de unos días ausente coincidiendo con el carnaval, vuelvo con una nueva receta que es continuación de la última que publiqué, el cocido, porque el ingrediente principal de la receta de hoy es precisamente las sobras del cocido.

El nombre de la receta ya nos pone en preaviso, porque se conoce como “ropa vieja”, pero que el nombre no os lleva a engaño, no creáis que se trata de un plato de segunda categoría, al contrario, a mí me gusta incluso más que el propio cocido.

Como decía un amigo hace unos días en las RR SS, hay un cocido por civilización, por país, por región y por casa, y con la “ropa vieja” ocurre lo mismo, de modo que la receta que yo os muestro es la que más se adapta a nuestros gustos. Espero que sea también de vuestro agrado.

Ingredientes:

-Restos del cocido (patatas, verdura, legumbres, carnes y embutidos)
-Aceite de oliva virgen extra
-1 cebolla
-3 dientes de ajo
-1 cucharadita de pimentón dulce

Preparación:

Lo primero es deshuesar y desmenuzar las carnes sobrantes del cocido y los embutidos, y mezclar con la verdura, los garbanzos y las patatas.

A continuación ponemos un sartén al fuego y añadimos un poco de aceite de oliva con que apenas cubra el fondo de la misma. Cuando el aceite esté caliente añadimos la cebolla picada, y rehogamos a fuego bajo hasta que adquiera un color transparente, seguidamente añadimos los ajos picados, dejamos un par de minutos más hasta que empiecen a dorarse. En ese momento, retiramos la sartén del fuego, esperamos a que baje un poco la temperatura del aceite, añadimos el pimentón y mezclamos bien.

Después volvemos a poner la sartén en el fuego y añadimos los restos del cocido, mezclamos y dejamos al fuego removiendo de vez en cuando hasta que se caliente todo el contenido de la sartén de manera uniforme, y acto seguido a servir y a disfrutar de un plato sencillo, económico y lo mejor de todo, muy rico.

Con esto termino por hoy. Nos vemos pronto.

Un abrazo.

jueves, 24 de febrero de 2022

Cocido de mi madre


En Galicia ya desde comienzos de otoño empieza la temporada de cocidos, y los locales de hostelería ofrecen en sus cartas este plato tan completo, pero la época álgida de los cocidos es sin duda en Carnavales, así que aprovecho estas fechas para publicar la receta del cocido.

En ningún hogar gallego falta a lo largo del invierno un cocido, en cada casa lo hacen a su gusto, aportándole así su sello particular, por eso yo a esta receta la llamo “Cocido de mi madre”, porque es cómo lo preparaba ella siempre en casa, solo con el añadido de los garbanzos, que mi madre no los ponía porque ya bastante contundente es el cocido, pero como a mi marido le gustan ahora se los añado. Lo que no falta nunca es la carne salada de cerdo, los embutidos (en mi zona chorizos, y en menor medida botelos o androllas), las patatas, y la verdura (grelos o repollo)

Cuando teníamos invitados en casa, generalmente utilizábamos repollo en lugar de grelos porque estos no le gustan a todo el mundo, y ese día, desde primera hora de la mañana mi madre ponía al fuego la olla más grande que había en casa, y le añadía las carnes y los embutidos, luego a medida que estaban hechos, los iba retirando a una fuente, y finalmente cocía la verdura y las patatas, ¡qué recuerdos…! Desgraciadamente estas escenas tan cotidianas nos las valoramos lo suficiente, y luego con el tiempo las añoramos, es lo que me pasa a mí, y por eso esta receta se la dedico a mi adorada madre. ¡Te quiero mamá, eternamente te quiero…!

Os detallo los ingredientes que utilicé para hacer este cocido, son los siguientes:

-1/2 cabeza de cerdo salada con oreja incluida
-1 trozo de costilla de cerdo salada
-4 trozos de gallina
-1 hueso de ternera
-2 repollos medianos
-4 chorizos
-250gr. de garbanzos
-fideos finos (opcional para preparar la sopa de cocido)

Preparación:

El día anterior ponemos los garbanzos en remojo, y la carne a desalar en una olla grande cubierta con agua.

Al día siguiente retiramos el agua de la carne, cubrimos con abundante agua fría del grifo, y añadimos las carnes de cerdo, la de gallina, el hueso de ternera, los chorizos y ponemos a fuego alto.

Cuando la olla comience a hervir, añadimos los garbanzos escurridos, colocados dentro de una bolsa de red especial para cocer legumbres y evitar con ello que se desperdiguen por toda la olla y sean así más fáciles de retirar cuando estén cocidos. Cuando la olla vuelva a hervir bajamos el fuego, y dejamos que se vaya cociendo todo, alrededor de unas dos horas y media o tres horas.

En este tiempo iremos retirando las carnes según vayan estando cocidas, primero los chorizos, y después la costilla de cerdo. La carne de gallina, si es de un animal joven también se hará pronto, y al revés, cuanta más edad tenga la gallina más tiempo tardará en estar cocida, aunque esto último es preferible porque le da más sabor al caldo.

En unos 90 minutos estarán listos los garbanzos, y los retiramos también, en ese momento aprovechamos para comprobar cómo está la cabeza de cerdo que es lo que más tarda en cocerse. Lo más probable es que todavía no esté bien hecha, por lo tanto continuamos con la cocción entre 30 y 60 minutos más, dependiendo del tamaño de la pieza.

Cuando toda la carne esté cocida, reservamos y probamos de sal el caldo resultante rectificando si fuera necesario, después apartamos para otra olla pequeña una parte de ese caldo obtenido, y luego le añadimos unos fideos finos para preparar la sopa de cocido. En esta ocasión yo no lo hice, pero lo recomiendo porque esa sopa está exquisita y es muy reconfortante sobre todo en un día de frío invierno.

En la olla principal añadimos el repollo limpio y dejamos que hierva en torno a unos 20 minutos, después añadimos las patatas peladas y cortadas por la mitad (siempre lo hago porque alguna a veces está mala por dentro), y dejamos cocer hasta que las patatas y la verdura estén cocidas.

Por último en una fuente colocamos la carne troceada y los chorizos, y en otra los garbanzos, el repollo y las patatas, y listo por fin para servir a la mesa y disfrutar en familia.

Con el cocido las cantidades de los ingredientes van un poco a ojo, pero es mejor pecar por exceso que por defecto, porque después lo que sobre se puede reciclar de muchas maneras, por ejemplo en unas croquetas cuya receta podéis ver pinchando aquí, en una empanada o en "ropa vieja” que es lo que voy a preparar yo en esta ocasión con lo que me ha sobrado, y luego más adelante subiré la receta al blog para compartirla con vosotros.

Espero que os haya gustado la receta. A mí me ha servido para rememorar momentos maravillosos, y para rendirle un homenaje a mi madre que tantas veces preparó este cocido en casa.

Nos vemos dentro de unos días. Disfrutad del Carnaval.

Un beso.

miércoles, 16 de febrero de 2022

Periquitos de Carnaval


Como os prometí en la anterior entrada, hoy os traigo un dulce típico de esta época del año, los Carnavales, en la localidad coruñesa de Ordes, a cuya comarca pertenezco.

Os hablo de los llamados Periquitos de Carnaval, una masa que se fríe en la sartén, se hacen de manera similar a las rosquillas, pero con forma de nudo como podéis ver en la foto de abajo, y más finitos que las rosquillas, por eso unas de sus características es su textura crujiente.


Se guardan en perfecto estado en un bote de cristal durante días, y esto también es típico, ni en cajas, ni en latas, ni en bolsas, aunque yo como botes de cristal grandes no tengo, uso botes de plástico que me regalaron en un tienda de chuches, de los que vienen con los chupas de pica-pica, porque los iban a tirar y a mí me vienen de maravilla para guardar los dulces como magdalenas, galletas, rosquillas, y en este caso los periquitos.


Os animo a que preparéis esta receta en casa, porque su elaboración es muy sencilla, de hecho si tenéis niños pequeños les encantará colaborar, además los ingredientes que se emplean todos los tenemos por casa, y lo más importante, tienen un sabor absolutamente increíble a anís y limón. ¡Os encantarán!

Ingredientes:

-2 huevos
-100gr. de azúcar
-225gr. de harina de fuerza
-225gr. de harina de todo uso
-zumo de 1/2 limón
-ralladura de 1/2 limón
-40gr. de licor de anís
-8 gotas de esencia de anís
-50gr. de aceite de oliva
-2 cucharaditas de levadura royal
-1 pizca de sal
-aceite de girasol para freír

Preparación:

En primer lugar lavamos bien un limón, y lo pelamos con un pelador o en su defecto con un cuchillo, procurando que salga solo la parte amarilla, sin nada de la piel interior de color blanco.

Paralelamente ponemos el aceite en una sartén al fuego, y añadimos la mitad de la piel de limón, cuando empiece a coger un color dorado, apartamos el aceite del fuego,  y dejamos enfriar.

Por otra parte en la thermomix o en un robot similar, añadimos el azúcar y la otra mitad de la piel del limón, y pulverizamos en velocidad progresiva 5-7-10 durante 15 segundos. Si no tenéis robot, la mitad del limón lo ralláis con un rallador de cocina.

Aparte batimos los huevos hasta que empiecen a espumar, añadimos la mezcla de limón y azúcar, (o bien la ralladura de limón y el azúcar por separado si en lugar del robot usasteis el rallador manual), batimos hasta obtener una mezcla homogénea, después añadimos la sal, el zumo de limón, el licor de anís, la esencia de anís, el aceite de oliva colado y seguimos batiendo durante un par de minutos hasta que todos los ingredientes estén integrados.

Después vamos integrando la harina poco a poco, al principio utilizamos el batidor manual de varillas, y después con la ayuda de una cuchara de madera, vamos añadiendo la harina hasta que se forme una bola de masa suave, que se despegue de las manos. Seguidamente dejamos reposar esta bola de masa en el frigorífico durante al menos un par de horas, aunque yo los amaso la víspera, y dejo la masa reposar toda la noche en el frigorífico.

Después del reposo, untamos con un poco de aceite la superficie de trabajo, cortamos pequeñas porciones de masa, con las manos la estiramos formando tiras muy finas, de un tamaño similar al de las rosquillas, pero más finitas, y en lugar de forma cilíndrica, en este caso hacemos un nudo con la masa. Así hasta terminar con toda la masa.

Por último ponemos una sartén con abundante aceite a fuego medio-alto, cuando esté caliente vamos friendo los periquitos, y cuando estén dorados por ambos lados, los escurrimos y retiramos a una bandeja sobre papel absorbente.

Ya para terminar, y una vez fríos, los espolvoreamos con azúcar glas y los guardamos en un bote de cristal como se acostumbra hacer en Ordes.

Y esto ha sido todo, espero que la receta de hoy haya sido de vuestro agrado. Con ese deseo me despido. 

Un abrazo.

viernes, 11 de febrero de 2022

Pan de Ajo (en Panificadora)



Esta receta que os presento hoy, el pan de ajo, ha sido todo un descubrimiento para mí, no solo por su forma, sino sobre todo por su sabor.

Pese a ello hace ya tiempo que no lo preparo, quizás porque siendo un aperitivo, me apetece más tomarlo en la terraza de casa, al aire libre. Allí, este pan acompañado de unas lascas de jamón ibérico, unos tomates de la huerta aliñados, y una cervecita fresca, resolvió en más de una ocasión, una comida de domingo.

Se trata de un pan, repleto de aroma, con una textura crujiente en el exterior y muy jugoso en su interior, que a nadie dejará indiferente.

La receta, con alguna pequeña variación, la saqué del libro “Los Secretos del Pan Casero” de Esbieta, un libro que os recomiendo si os gusta la cocina, y más concretamente el mundo de las masas, porque ella es una maestra en este terreno y sus recetas nunca fallan.

Os dejo ya con la lista de

Ingredientes:

Para la masa
-400gr. de harina de todos uso
-230gr. de agua tibia (36ºC)
-6gr. de levadura fresca
-una pizca de sal
-15gr. de azúcar

Para el aderezo
-5 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
-1 manojo de perejil fresco
-5 dientes de ajo
-una pizca de sal para el aderezo
-sal en escamas para espolvorear por encima

Preparación:

En primer lugar diluimos el azúcar y la levadura en el agua tibia, después vertemos la mezcla en la cubeta de la panificadora, y añadimos la harina y la sal por ese orden.

Seguidamente seleccionamos el programa de amasado con fase posterior de levado, que en mi máquina dura 90 minutos.

Mientras la panificadora realiza su tarea, aprovechamos para preparar el aderezo, para lo cual, lavamos bajo el grifo el manojo de perejil, lo secamos con papel de cocina, y le retiramos los tallos gruesos, quedándonos solo con las hojas y los tallos más finitos, los cuales echamos en el vaso de la batidora. Añadimos también los ajos pelados y sin el germen central, por último añadimos la sal y el aceite, y mezclamos todo con la batidora. Reservamos.

Cuando la masa esté lista, espolvoreamos harina sobre la superficie de trabajo, volcamos la masa de la cubeta, y desgasificamos. Después con un rodillo de cocina, la estiramos formando una lámina de aproximadamente 40x30cm. (como podéis ver en la foto de abajo no hace falta que os quede perfecta, jeje…)

A continuación echamos unas cucharadas de aderezo sobre la masa, y con la ayuda de un pincel de cocina, untamos bien por todas partes.



Después con un cortapizzas o un cuchillo, cortamos tiras de unos 4 ó 5cm. de ancho.


Seguidamente colocamos las tiras de masa en una bandeja de horno, unas a continuación de otras, formando un disco como el que se ve en la foto de abajo, y a continuación dejamos reposar en un lugar alejado de corrientes de aire, y con una temperatura cálida, hasta que doble el volumen. Si en casa no tenéis un sitio así, meted la bandeja dentro del horno encendido a 25ºC.



Una vez que el pan de ajo haya doblado su volumen, pincelamos por encima un poco más de aliño, espolvoreamos unas escamas de sal Maldon, y metemos en el horno precalentado a 190ºC, colocándolo en la parte inferior, con calor arriba y abajo, durante unos 30-35 minutos.

Yo en esta ocasión utilicé la panificadora porque me simplifica el proceso, ya que permite sacar la masa con el primer levado hecho, pero si no tenéis panificadora podéis usar la amasadora. El tiempo de amasado es de unos 20 minutos a velocidad mínima. Después solo tenéis que esperar a que la masa suba, duplicando su volumen, y lo siguiente, es estirarla, cortar tiras, formar el disco, dejar reposar de nuevo hasta que vuelva a doblar el volumen, y por último hornear.

Por supuesto que también se puede amasar a mano, no entraña mayor dificultad, simplemente el trabajo de estar amasando en torno a unos 20minutos, un trabajo que teniendo la panificadora, que deja perfectamente las masas, yo prefiero ahorrar.

Esto es todo por hoy, dentro de unos días volveré con una receta muy típica de mi tierra en las fechas que se avecinan, los carnavales, que están ya a la vuelta de la esquina.

Hasta entonces. Que seáis muy felices.