lunes, 13 de marzo de 2017

Buñuelos de Calabaza (Bunyols de Carabassa)


Estamos casi a mediados de marzo, la primavera ya está a la vuelta de la esquina, y los valencianos están inmersos en sus fiestas, con su mascletà diaria que tiene lugar todos los días desde el 1 al 19 de marzo, día grande en el que concluyen los actos festivos con la cremá de los monumentos falleros.

Desde el punto de vista gastronómico, si con algo asociamos la fiesta de las fallas valencianas es con los bunyols de carabassa (buñuelos de calabaza). Lo típico es acompañarlos de un buen tazón de chocolate caliente, aunque solos están igual de ricos, tanto que es imposible comer solo uno y parar.

En Valencia, los buñuelos de calabaza no solo los encontraréis durante las fiestas de las fallas, sino que hay establecimientos, denominados buñolerías, que los preparan a lo largo de todo el año.

Si os apetece probar esta delicia sin necesidad de tener que viajar a Valencia, os dejo la receta a continuación, para que la hagáis en vuestra casa, pues no tiene la más mínima dificultad.

En ocasiones para hacer estos buñuelos utilizo una rosquillera de plástico (os la muestro en la foto de abajo, la mía es de la marca Ibili), porque estos buñuelos llevan un agujero en el centro, que las personas que tienen práctica lo realizan con las manos, cogiendo un poco de masa con la mano izquierda, luego aprietan el puño, y el montículo de masa que asoma, lo recogen con la otra mano previamente mojada en agua, y luego presionando el dedo índice contra el pulgar, realizan el agujero y acto seguido dejan caer el buñuelo en el aceite. Así explicado parece muy complicado, pero si vierais con qué rapidez lo hacen pareciera que estas personas están dotadas de un don innato. Realmente solo es cuestión de práctica, pero como yo no la tengo, y además no me gusta nada la idea de embadurnarme las manos, utilizo la rosquillera, así aparte de no ensuciar las manos, queda un agujero perfecto y similar en todos los buñuelos, además sin ningún esfuerzo.


De todos modos también se pueden hacer sin agujero (como los de la primera foto) echando porciones de masa en el aceite caliente, con ayuda de dos cucharas, pero tienen que ser porciones pequeñas para que al freír se hagan bien por dentro, y no quede la masa cruda en el interior.

Paso ya a detallaros lo que necesitáis para hacer estos deliciosos buñuelos

Ingredientes:

-500gr de pulpa de calabaza asada
-25gr de levadura prensada de panadería (la mía de Levanova)
-300gr de harina de fuerza (la mía de Harina Tradicional Zamorana)
-250gr de leche entera (la mía de Feiraco)
-1 pizca de sal 
-aceite de girasol o de oliva suave para freír (el mío de Aceites Abril)
-azúcar para espolvorear por encima 

Preparación:

En primer lugar hay que asar la calabaza. Yo en esta ocasión he utilizado una calabaza cacahuete(cucurbita moschata) y primero hay que lavarla bien bajo el grifo de agua fría, luego la cortamos en rodajas un poco gruesas y las ponemos en la bandeja del horno, a 180º con calor arriba y abajo, y dejamos que se ase por espacio de una hora aproximadamente. Cuando veamos que ya está asada, la retiramos a una fuente, y una vez fría le sacamos la cáscara y las semillas, y apartamos 500gr de pulpa, la cual reducimos a puré aplastándola con un tenedor.

Una vez asada la calabaza el siguiente paso es preparar la masa de los buñuelos, para ello templamos la leche (ojo, tiene que estar tibia, no sirve caliente) y diluimos en ella la levadura.

Aparte en un bol grade mezclamos la harina, la levadura diluida en la leche, agregamos una pica de sal, y amasamos hasta que obtengamos una mezcla homogénea. Por último añadimos el puré de calabaza asada y mezclamos bien hasta conseguir una masa homogénea. El resultado final será una masa de color anaranjado, y de poca consistencia. Dicho en otras palabras, os quedará una masa imposible de manejar con las manos, pero no os preocupéis, es así como tiene que quedar. Cuando estén bien mezclados todos los ingredientes, tapamos el bol con un paño de cocina, y lo dejamos reposar en un lugar templado, alejado de corrientes de aire, durante al menos 1 hora para que leve.

Una vez que la masa ha levado, ponemos al fuego una sartén honda, echamos abundante aceite en ella, y mientras se va calentando llenamos la rosquillera de masa. Cuando veamos que el aceite está bien caliente pero sin llegar a humear, vamos echando los buñuelos, dorándolos primero por un lado y luego por el otro, y después los retiramos a un plato sobre papel absorbente, y cuando hayamos terminado con todos, los rebozamos en azúcar y los pasamos a una fuente de servir.

Si no tenéis rosquillera los podéis hacer también con la ayuda de dos cucharas, cogiendo pequeñas porciones de masa y echándolas en el aceite. Los doramos primero por un lado y luego por el otro. Cuando estén hechos, escurrimos bien y retiramos a una fuente sobre papel absorbente, y después una vez que tengamos todos los buñuelos hechos, los pasamos por azúcar, y servimos.

Estos buñuelos por sí solos están absolutamente deliciosos, pero con un chocolate caliente como acompañamiento todavía saben mejor si cabe. 

Nada más por hoy, a los que sois de Valencia desearos que disfrutéis mucho de las fiestas, y los demás, os animo a que probéis a hacer estos ricos buñuelos en casa, veréis cómo os van a encantar.

Nos vemos en unos días. Os espero!!!

viernes, 3 de marzo de 2017

Arroz con leche


Los que me conocéis ya sabéis que me gusta mucho la cocina tradicional, así que la receta de hoy no hace falta que os diga que es de mis favoritas.

Cuando como fuera de casa y llega la hora de los postres, si hay arroz con leche es raro que no lo elija, porque sé que a mal que esté siempre me va a gustar...,bueno para ser exactos casi siempre, porque en una ocasión me lo sirvieron caliente, y así como que no, jeje… Esto me ocurrió el año pasado en Asturias, pero afortunadamente no todo ha sido negativo en este aspecto, porque en este mismo viaje por tierras asturianas he tomado el mejor arroz con leche que había probado nunca hasta entonces. La gran diferencia respecto al que yo conocía, es que llevaba azúcar caramelizado por encima como si se tratase de una crema catalana, y sinceramente le sienta de maravilla. Bien fresquito, y con esa capa de caramelo crujiente en la superficie es una pura delicia.

De vuelta a casa tras ese viaje, investigué un poco por internet, y me he enterado que en Asturias es típico que lo sirvan así. Además le añaden algo de mantequilla y en algunos casos un poco de anís. Yo lo hice así la primera vez y aunque me gustó el resultado, prefiero el arroz con leche que conocía de siempre, con la salvedad de que ahora a algunos cuencos le caramelizo la superficie, y a otros les espolvoreo canela molida por encima como hacía antes, así probamos las dos versiones.

Si os animáis a prepararlo en casa necesitáis los siguientes

Ingredientes:

-1 litro de leche entera
-110gr de arroz (mejor arroz bomba)
-cáscara de un limón
-1 rama de canela
-3 cucharadas de azúcar blanco
Para decorar
-canela molida
-azúcar moreno

Preparación:

Lo primero es lavar concienzudamente el limón bajo el grifo del agua fría, para eliminar cualquier posible resto de pesticida. Luego en un cazo vertemos un litro de leche, añadimos la rama de canela y la cáscara de limón, procurando que no lleve nada de la parte blanca, porque le daría un gusto amargo.

Cuando levante el hervor lo apartamos del fuego y dejamos en infusión durante unos 15 minutos.

Seguidamente colamos la leche para otro recipiente para retirar la corteza de limón y la canela en rama, y lo ponemos de nuevo al fuego (si vais a utilizar el mismo cazo con el que se hirvió la leche anteriormente, que no se os olvide lavarlo primero, sino la leche se pegará a las paredes y la base del recipiente, llegando incluso a quemarse, con el riesgo que eso supone, pues echaría todo a perder).

Cuando comience nuevamente a hervir, echamos el arroz, removemos bien y bajamos el fuego al mínimo, y dejamos cocer por espacio de una hora, removiendo a cada rato. Cuando haya pasado la hora de cocción, el arroz ya tendrá un aspecto cremoso, es el momento de añadirle las 3 cucharadas de azúcar blanco (es una cantidad aproximada, podéis añadirle más o menos, según gustos), removéis bien, y retiráis del fuego.

Una vez que esté frío se vierte en cuencos individuales y los guardamos en el frigorífico hasta el momento de servir. (Os recomiendo que selléis los cuencos con papel film, para evitar que cojan olores de otros alimentos que haya en la nevera, y podáis luego disfrutar de un bocado sublime)

Cuando sea el momento de servir a la mesa, tenéis dos posibilidades: o bien le espolvoreáis canela molida por encima (versión tradicional), o bien esparcimos azúcar moreno sobre la superficie y lo quemamos con un soplete de cocina (versión asturiana)

De cualquiera de las formas está rico, pero si nunca habéis probado a caramelizar la superficie os recomiendo absolutamente que lo hagáis, os va a encantar seguro.

Nada más por hoy, nos vemos en unos días con nueva receta y nuevas anécdotas. Os espero!!!

sábado, 25 de febrero de 2017

Filloas de Carnaval (saladas)


Como lo prometido es deuda, os traigo la receta típica por excelencia de los carnavales en Galicia: las filloas.

He de deciros antes de nada que no hay una única receta de filloas, ocurre como con la “bica”, un bizcocho típico de algunos pueblos de Galicia. Cada pueblo tiene la suya con sus particularidades que la diferencia de las otras, y así tenemos la bica de Trives que lleva masa madre, la bica de Laza que lleva nata y claras de huevo pero no yemas, la de Castro Caldelas, la torta de Guitiriz que incluye entre sus ingredientes la harina de maíz, etc. Pues con las filloas ocurre lo mismo, en algunos lugares le añaden caldo hecho con carne salada de cerdo, en otros utilizan solo agua, y hay pueblos que añaden la sangre de la matanza del cerdo, de manera que yo os pongo la receta de las filloas saladas (porque también hay la versión dulce pero esa queda para otra ocasión) que se hacen en la zona donde vivo.

Estas filloas las hacemos en un aparato que se llama “filloeira”, porque lo normal es que una vez puestos en faena se haga una cantidad considerable, y en la sartén llevaría mucho tiempo. Hay filloeiras que permiten hacer 7 a la vez, y conozco gente que atiende a dos filloieras a un tiempo, de manera que salen 14 filloas de cada vez, pero yo reconozco que cuando las hacía me costaba lo suyo dar hecho con una filloeira de 7.

Digo cuando las hacía, porque hace años que no las hago. Siendo una adolescente, de unos 13 ó 14 años, empecé a hacer las filloas y así seguí hasta que empecé a trabajar. Entonces pasó a encargarse mi madre de nuevo de hacer las filloas cuando llegaban los carnavales, pero desgraciadamente ahora por problemas de salud no puede hacerlas, y yo tampoco dispongo de tiempo, de modo que siempre hay algún familiar o alguna vecina generosa que nos las trae en esta época del año.

Estas filloas saladas se consumen como acompañamiento del cocido, y en casa nos gustan mucho con chicharrones. Pese a ser filloas saladas también hay quien en vez de tomarlas con productos cárnicos, prefiere echarles miel por encima o azúcar. Al hacer gran cantidad no se consumen todas en el momento, pero se pueden guardar en el frigorífico durante días y luego se recalientan en la sartén. De hecho a mí es así como más me gustan. Recién salidas de la filloiera también están ricas, pero personalmente las prefiero recalentadas. Se pueden recalentar estiradas tal como salen de la filloeira, o bien envueltas en forma de canutillo, eso al gusto de cada uno.

Si os animáis a hacerlas, y queréis guardar en el frigorífico las que os sobren, tened la precaución de esperar a que estén totalmente frías, y después la trasladáis a otro plato, separándolas todas una a una, porque sino después no se despegan unas de otras.

Y después de estos consejos os dejo con la receta.

Ingredientes:

-1 litro de caldo de carne salada de cerdo
-4 litros de agua del grifo
-1/2 kg. de carne salada de cerdo que contenga hueso (para hacer el caldo)
-1 kg. de harina de trigo (harina de fuerza)
-10 huevos
-1 trozo de tocino para engrasar la filloeira

Preparación:

En primer lugar tenemos que hacer el caldo, para ello previamente ponemos la carne a desalar en una olla con agua fría, durante unas horas. Después retiramos ese agua, y añadimos agua limpia del grifo hasta cubrirla y la ponemos al fuego hasta que levante el hervor. Cuando empiece a hervir bajamos el fuego al mínimo y dejamos que cueza durante aproximadamente 90 minutos. Transcurrido ese tiempo, retiramos la carne, y esperamos a que el caldo enfríe.

A continuación preparamos el "amoado". Se llama así a la masa semilíquida que se utiliza para hacer las filloas. Para el amoado utilizamos una olla mediana en la que echamos 4 litros de agua fría del gripo, añadimos un litro del caldo de carne que teníamos preparado, y luego vamos añadiendo la harina tamizada poco a poco, removiendo con un batidor de varillas. Una vez que hayamos terminado de añadir toda la harina, batimos los huevos en un cuenco aparte y los añadimos a la mezcla anterior. Añadimos también un poco de sal (no demasiada, es mejor quedarnos cortos que pasarnos, porque luego cuando hagamos las primeras filloas. las probamos y si vemos que tienen poca sal se le puede añadir más), Una vez tengamos el amoado listo lo dejamos reposar como mínimo 30 minutos. Yo suelo prepararlo la víspera, luego antes de utilizarlo lo bato bien de nuevo para que quede una mezcla homogénea, pues con el reposo la harina se deposita en el fondo.

El siguiente paso es hacer las filloas, pare ello le encendemos el fuego a la filloeira, los que no tengáis ponéis al fuego una sartén antiadherente, cuando esté caliente clavamos un trozo de tocino en un tenedor y untamos con él la sartén o filloeira según el caso. Seguidamente echamos un poco de masa o amoado bien batido, dejamos que vaya escurriendo hasta que cubra toda la superficie de la filloeira (normalmente las filloeiras se sitúan sobre un trípode que regula la altura de las patas para que la filloiera quede inclinada, y el amoado de las filloas escurra y nos quede así una filloa lo más fina posible). Si utilizáis sartén echáis un poco de amado en el centro de la misma, luego giramos la sartén para que el amado se reparta bien por toda la base, y cuando veamos que los bordes de la filloa se separan, le damos la vuelta, y luego cuando estén hechas por este lado, las vamos retirando a un plato.

Obviamente la cantidad de los ingredientes está pensada para utilizar la filloeira, si utilizáis una sartén, debéis reducir considerablemente y de manera proporcional las cantidades, sino os llevaría muchísimo tiempo acabar con todo el amoado, y aunque es divertido hacer filloas, todo exceso termina cansando ;)

Un consejo, cada vez que hagáis una filloa nueva, o una nueva tanda de filloas si tenéis filloeira, es muy importante batir de nuevo el amoado, porque como os indico más arriba, la harina pronto se deposita en el fondo.

Un último detalle que sé que no os va gustar mucho, y es que la cantidad de harina es aproximada, pues no todos los tipos de harina se comportan igual. Con la harina pasa como con la sal, es preferible quedarse corto e ir añadiendo poco a poco más harina, que pasarse, porque si echamos demasiada harina las filloas salen gruesas y no son lo mismo. Cuanto más finitas son más ricas están.

Nada más. Nos vemos en unos días con una nueva receta, mientras disfrutad mucho del carnaval!!!

viernes, 17 de febrero de 2017

Tortilla paisana

La receta de hoy es de sobra conocida por todos, os hablo de la tortilla paisana. Lo que a lo mejor no conoce tanta gente es la razón de esta denominación. Al parecer el nombre le viene por ser paisana de la tortilla española, es decir, del mismo país, España, dónde ambas son muy populares, y pocos son los locales de hostelería que no incluyan algunas de las dos como tapa, o incluso en el menú.

Posiblemente lo del nombre le venga también porque tiene puntos en común con la típica tortilla española, de hecho es una variante de ésta, pues lleva también huevos y patatas, pero se diferencia en que además incluye en sus ingredientes verduras como pimientos, zanahorias, cebolla, guisantes, etc. y además algún producto cárnico, generalmente chorizo ó jamón.

El año pasado comí una tortilla en Villalba, un pueblo de Lugo, que llevaba tal variedad de ingredientes que no he sido capaz de descifrarlos todos. El local que la ofrecía la llamaba “Tortilla del Mesón”, pero viene a ser lo que todos conocemos como tortilla paisana. Mi pareja que es natural de ese pueblo, me había dicho que estaba muy rica, y la verdad es que pese al batiburrillo de ingredientes me gustó mucho.

La que yo he preparado en esta ocasión es más básica, lleva menos ingredientes, pero está igualmente rica.

Paso ya a daros la receta

Ingredientes:

-12 huevos (si son de corral mejor)
-1 chorizo
-1 pimiento rojo
-1 pimiento verde
-2 cebollas
-4 patatas
-aceite de oliva virgen extra
-sal

Preparación:

En primer lugar pelamos las patatas y después lavamos las patatas y las verduras. Luego picamos los pimientos en trozos medianos, las cebollas en juliana, y las patatas en láminas lo más finas posible. En cuanto al chorizo, le retiramos la piel y lo desmenuzamos con las manos o ayudándonos de un cuchillo si fuese necesario.

Seguidamente ponemos al fuego una sartén grande antiadherente, cubrimos el fondo con aceite de oliva virgen extra, y cuando esté caliente echamos las patatas y salamos

Mientras las patatas se van friendo en la sartén, batimos los huevos en un cuenco grande, y cuando las patatas estén hechas las retiramos con una espumadera y las pasamos al cuenco de los huevos, removiendo bien para que se mezclen.

En el mismo aceite en el que hemos freído las patatas, añadimos los pimientos que teníamos troceados, salamos y dejamos que se vayan haciendo durante unos 5 minutos, removiendo de vez en cuando, Después añadimos la cebolla, echamos otra pizca de sal, y continuamos rehogando los pimientos junto con las cebollas. Cuando estén bien rehogados, apartamos la sartén del fuego, los escurrimos con la espumadera y los echamos en el cuenco de los huevos y las patatas. Añadimos también el chorizo desmenuzado, y mezclamos bien.

Posteriormente ponemos de nuevo la sartén al fuego, retiramos el exceso de aceite y echamos la mezcla anterior, dejamos a fuego bajo-medio durante unos 3 ó 4 minutos, luego con la ayuda de un plato le damos la vuelta, y cuajamos la tortilla de la misma manera por el otro lado.

Cuando ya esté cuajada por ambos lados, y jugosa por dentro, la retiramos a una fuente, y si la vamos a servir como entrante, la cortamos en cuadraditos, para que cada comensal se sirva a su gusto con la ayuda de un palillo. Si va a formar parte del menú, entonces la cortamos en porciones.

Poco más os puedo contar, hoy no hace falta que os diga que está riquísima, la mayoría ha comido una tortilla parecida a ésta en alguna ocasión y lo ha podido comprobar ^_^

Nos vemos en unos días, con una receta típica de aquí de Galicia en época de Carnavales. Estad atentos!!!

miércoles, 1 de febrero de 2017

Cous Cous de cordero


El plato que os presento hoy es típico de la cocina marroquí, se trata del cous cous de cordero. Es una receta un tanto laboriosa pero está muy rica, de modo que el esfuerzo merece la pena.

Pese a gustarme mucho, es un plato que no preparo con frecuencia, quizás porque tiene una mezcla de sabores con la que no estoy familiarizada, pero de vez en cuando apetece echar mano de este tipo de platos y salirse de la monotonía.

En este caso hice un cous cous de cordero, pero se puede hacer también de verduras, de pollo o incluso de ternera, de modo que al que no le guste la carne de cordero tiene otras opciones, pero esas quedan para otra ocasión, hoy vamos con el cous cous de cordero. Os dejo con la receta, a ver si os gusta.

Ingredientes (para 4 personas):

-1 kg de carne de cordero
-1 calabacín
-4 zanahorias
-1 col
-1 bote de garbanzos en conserva
-2 cebollas
-1 ajo
-1 tomate
-300gr de sémola (cous cous)
-1 cucharada de cominos molidos
-pimentón, azafrán, pimienta, guindilla
-mezcla de especies marroquí (unos tarros que venden en algunos supermercados)
-un puñado de pasas sultanas
-sal

Preparación:

Pediremos al carnicero que nos trocee la carne de cordero en 4 trozos (1 por persona), y luego en casa cuando nos pongamos con la receta, lo primero que haremos es cubrir el fondo de una olla con aceite de oliva virgen extra y dorar en él los trozos de cordero. Cuando estén bien dorados los retiramos a un plato y reservamos.

En el aceite utilizado para dorar la carne, echamos una cebolla bien picada y el ajo también picado, junto con un trocito de guindilla. Cuando la cebolla y el ajo estén bien rehogados, añadimos el tomate rallado y dejamos cocer todo junto durante unos minutos más. Después echamos la carne que teníamos reservada y las especias (cominos, pimienta, azafrán y la mezcla de especias marroquíes). Después cubrimos con agua, salamos al gusto, tapamos la olla, y dejamos hervir a fuego bajo unos 20 minutos. Transcurrido ese tiempo, añadimos las zanahorias cortadas por la mitad longitudinalmente, el calabacín cortado en 4 trozos, la col limpia (desechamos las hojas externas) y cortada en 4 trozos longitudinales, y seguimos cociendo durante unos 20 a 30 minutos más, hasta que la carne y las verduras estén hechas. Unos 5 minutos antes de apagar el fuego añadimos los garbanzos escurridos y lavados bajo el grifo, y mezclamos bien, y luego apagamos el fuego y reservamos.

Aparte preparamos un sofrito en otra olla con un poco de aceite de oliva virgen extra, añadimos la otra cebolla picada y la rehogamos , luego añadimos las uvas pasas, mezclamos bien, y seguidamente añadimos un poco de pimentón, removemos y añadimos unas cucharadas del caldo de la olla que contiene la carne de cordero y las verduras, y ésa será la salsa que echemos por encima cuando emplatemos, pero antes tenemos que cocer la sémola siguiendo las instrucciones del fabricante que aparecen en el envase, y luego en una fuente redonda, ponemos en el centro la sémola, encima de ésta la carne y alrededor las verduras escurridas, y por encima regamos con las salsa y en una salsera echamos la que nos sobre para que cada comensal añada más si lo desea.

Como habéis podido comprobar no entraña ninguna dificultad, de modo que os animo a que lo preparéis y ya me contáis.

Nos vemos dentro de unos días. Sed muy felices!!!

miércoles, 25 de enero de 2017

Empanada de atún

Esta vez vengo con un clásico de la gastronomía gallega: la empanada. En esta ocasión la hice de atún, pero da igual de qué se rellene, porque es muy agradecida.

En nuestra tierra no hay fiesta que se precie que no te pongan un entrante de empanada, porque con ella siempre aciertas, le gusta a todo el mundo.

Por otro lado tiene la ventaja de que la puedes hacer con antelación, de hecho el relleno yo siempre lo hago la víspera, y luego al día siguiente preparo la masa, así se divide el trabajo en dos jornadas y no resulta pesado.

Os dejo la receta de cómo la preparo yo

Ingredientes:

Para el relleno
-500gr. de atún en conserva (si es en aceite de oliva mucho mejor)
-4 cebollas grandes o 6 medianas
-1 cucharada de pimentón dulce
-aceite de oliva virgen extra

Para la masa.
-500gr. de harina de fuerza (de trigo)
-300ml de agua (tibia, nunca caliente)
-25 gr. de levadura de panadería
-1 cucharada de aceite del relleno
-1/2 cucharada de sal

Preparación:

Lo primero es hacer el relleno, para ello echamos aceite de oliva en una sartén grande, y cuando esté caliente añadimos las cebollas cortadas en juliana, y rehogamos a fuego suave durante al menos 30 minutos. A continuación apartamos la sartén del fuego y añadimos el pimentón, mezclamos bien y dejamos enfriar, después si hacéis el relleno la víspera como yo, guardáis este sofrito de cebolla en un tupper en el frigorífico hasta el día siguiente cuando vayáis a preparar la masa. En ese momento lo sacáis del frigorífico, y le escurrís el aceite con un colador, del cual reservaremos 150ml. para la masa más otro poquito para pintar por encima la empanada. Y por otro lado mezclamos la cebolla con el atún escurrido, y reservamos también.

Luego para hacer la masa, yo siempre utilizo la panificadora en el programa de amasado con fase de levado, porque así además de ahorrarme el trabajo del amasado a mano, calculo mejor el tiempo, ya que si la masa la dejamos levar a temperatura ambiente puede tardar más o menos, dependiendo de la temperatura que haya en la estancia. Si no tenéis panificadora y hacéis el amasado a mano, se trata de mezclar todos los ingredientes hasta que quede una masa suave, y fácil de manejar. Luego la pasáis a un bol tapado con papel film o con un simple paño de cocina, para evitar corrientes de aire, y esperáis a que doble el volumen. Si hacéis el amasado en panificadora, echáis todos los ingredientes en ella, seleccionáis el programa que corresponda en vuestra máquina al proceso de amasado con fase posterior de levado y listo. En mi panificadora dura un total de 90 minutos, al cabo de los cuales, la masa ya está lista para preparar la empanada, de modo que lo siguiente que hay que hacer es dividirla en dos partes, una un poco más grande que la otra, porque es la que emplearemos para la base y tiene que ser más extensa para luego sellar los bordes y que no se desparrame el relleno cuando se esté cociendo, para ello la estiramos bien con un rodillo, y cubrimos con ella la base de la bandeja del horno, encima echamos el relleno de atún y cebolla que teníamos reservado, y por último cubrimos con la otra parte de la masa después he haberla estirado también con el rodillo.

Seguidamente cerramos los bordes, desechando la masa sobrante si la hubiera, y pintamos por encima utilizando un pincel de cocina, con un poco del aceite del relleno que teníamos reservado. Por último la llevamos al horno, a 180º grados en la cuarta ranura empezando por abajo, es decir, justo en la parte central, con calor abajo los primeros 15 minutos, luego 10 minutos con fuego arriba y abajo, y por último 5 minutos con fuego solo arriba para que coja un bonito color dorado.

Cuando veamos que está hecha, la sacamos del horno, la dejamos enfriar y la partimos en pequeñas porciones para que cada comensal se sirva a su gusto.

Pues nada más por hoy, nos vemos pronto con una nueva receta, a ver si para entonces nos ha dejado ya la ola de frío que nos asola estos días. Mientras sed felices y abrigaos mucho!!!

lunes, 16 de enero de 2017

Tarta de piña


Hoy vengo con una receta dulce que hice hace ya tiempo, concretamente el 29 de junio del año pasado, para una celebración familiar.

Es una tarta ideal para el verano pero también para la época invernal, en este caso basta con sacarla del frigorífico un par de horas antes de servirla y listo.

Cómo no podía ser de otra forma, hay distintas variantes de esta tarta, algunos utilizan sobaos u otro tipo de bollería para su elaboración, pero yo he preferido hacer un bizcocho casero con un suave aroma a piña.

Antes de contaros cómo se prepara, he de deciros que he utilizado un molde redondo de 22cm. de diámetro para hacer el bizcocho, y luego para la tarta he utilizado uno de 20cm., porque así queda el bizcocho bien ajustado a las paredes del molde, y eso hará que la mezcla de la gelatina impregne el bizcocho como si se tratase de una esponja, sino se colaría por los laterales y el bizcocho flotaría. Aclarado esto, vamos ya con la receta en sí misma, veréis que fácil es.

Ingredientes:

-230gr de harina floja
-150gr de azúcar
-230gr de mantequilla a temperatura ambiente
-4 huevos a temperatura ambiente
-1.1/2 cucharaditas de levadura Royal
-150ml de zumo de piña de buena calidad (Pago, Granini, …)
-rodajas de piña en almíbar
-guindas en almíbar (cerezas)
-60gr. de azúcar moreno
-200ml del almíbar de la piña
-250ml de nata líquida
-1 sobre de gelatina de piña Royal

Preparación:

En primer lugar procedemos a hacer el bizcocho en el molde más grade, para ello batimos 200gr de mantequilla a temperatura ambiente con el azúcar hasta que éste quede bien disuelto. Ha de quedaros una crema de consistencia parecida a la pasta dental. Seguidamente añadimos los huevos de uno en uno hasta que estén todos integrados en la mezcla. Después añadimos 100ml de zumo de piña, batimos de nuevo, y por último añadimos la harina previamente tamizada y la levadura en polvo, mezclamos con una espátula, y reservamos mientras preparamos el molde grande.

Lo primero es untar los bordes con 30gr de mantequilla (aproximadamente) y espolvorear luego con 30gr de harina (aproximadamente) para que después el bizcocho se desmolde sin problema. En la base del molde extendemos el azúcar moreno, encima de éste ponemos las rodajas de piña todo alrededor de la base y colocamos una en el centro de la misma. En el agujero de cada rodaja de piña colocamos una guinda en almíbar, después echamos encima la masa del bizcocho, y lo llevaremos al horno precalentado a 180º durante unos 40 minutos aproximadamente, calor arriba y abajo los primeros 15 minutos, y luego calor solo abajo, hasta que veamos que está cocido. Para comprobarlo pinchamos con un palillo, y si sale limpio es señal de que ya está listo, en ese caso, lo sacamos del horno, lo desmoldamos en caliente antes de que se enfríe el almíbar que se habrá formado en la base, porque sino luego se quedaría pegado, y lo dejamos enfriar.

Aparte en un cazo añadimos la nata líquida y el almíbar de la piña y lo llevamos al fuego hasta que alcance el punto de ebullición, en ese momento añadimos la gelatina de piña disuelta en 50ml de zumo de piña, removemos bien y cuando alcance de nuevo el punto de ebullición lo retiramos del fuego y dejamos que la mezcla pierda temperatura hasta que esté tibia.

Mientras forramos la base del molde pequeño con papel de hornear, introducimos en él el bizcocho dándole la vuelta, es decir, con las rodajas de piña por abajo.

Como os dije más arriba, el bizcocho ha de quedar bien ajustado en el molde más pequeño, para que la mezcla de gelatina no se cuele por los laterales. Finalmente echamos encima la gelatina poco a poco, para que la vaya absorbiendo el bizcocho, en este paso nos podemos ayudar de un tenedor, haciendo incisiones en él para facilitar esta labor. Por último dejamos la tarta en el frigorífico, mejor de un día para otro, y cuando la queráis desmoldar, pasáis el hilo de un cuchillo por los laterales del molde, y le dais la vuelta sobre una fuente redonda adornada con blonda decorativa, retiráis el papel de hornear que habíamos puesto en la base, y voilà, ya tenéis la tarta lista y decorada, con las rodajas de piña y las guindas por arriba.

Es una tarta con un suave sabor a piña que resulta de lo más agradable. Os animo a que probéis y me decís ;)

martes, 3 de enero de 2017

Almejas a la marinera


Antes de nada desearos a todos un Feliz 2017, y después pediros disculpas por esta breve ausencia sin previo aviso, no es que me haya pasado nada especialmente grave, han sido las infecciones respiratorias las causantes de ello… Yo quería pasar unas fiestas tranquilas, y vaya si lo fueron, el día de Nochebuena me fui para cama a las 9, sin cena ni nada… En fin, lo importante es que ahora las cosas van mejor, y espero que sigan así. Además aun queda fiesta por delante, pues aun nos queda la visita de los Magos de Oriente, y para ese día os propongo un plato muy rico y muy popular aquí en Galicia, que son ni más ni menos que las almejas a la marinera. Eso sí, compradlas frescas, nada de congeladas, la diferencia es abismal.

Os dejo ya la receta veréis qué fácil es.

Ingredientes (para 4 personas)

-1,5 kg de almejas
-1 cebolla dulce
-2 dientes de ajo
-1 hoja de laurel seco
-2 cucharadas de salsa de tomate casero
-1 cucharadita de pimentón dulce
-1 vaso de vino blanco (el albariño es ideal)
-1vaso de caldo de pescado (en su defecto agua)
- 2 cucharadas soperas de harina de trigo bien colmadas
-aceite de oliva virgen extra
-perejil picado
-sal

Preparación:

Es fundamental utilizar unas almejas frescas, tan frescas que deben estar vivas (es cruel pero debe ser así..., procuro no pensar en eso cuando las echo a la olla...), y lo primero que debemos hacer es eliminar la arena que tienen dentro, para ello las echamos en un recipiente grande con agua a la que añadimos un buen puñado de sal gruesa y las dejamos ahí por espacio de dos o tres horas. Transcurrido ese tiempo las retiramos, las lavamos bajo el chorro del agua fría, las pasamos a un escurridor, y reservamos.

Aparte en una olla aplanada o en una sartén honda, cubrimos el fondo con aceite de oliva virgen extra de la mejor calidad, añadimos la cebolla picada muy finamente y la hoja de laurel entera, cuando la cebolla esté transparente añadimos el ajo y el perejil bien picados, rehogamos unos minutos más y añadimos la dos cucharadas de salsa de tomate, seguimos rehogando un par de minutos, y luego apartamos del fuego y añadimos el pimentón, removemos bien y agregamos la harina y llevamos de nuevo la olla al fuego, rehogamos la harina otro par de minutos, y luego añadimos el vaso de vino blanco y el vaso de agua, dejamos que se evapore el alcohol y que la salsa se vaya reduciendo hasta que alcance una consistencia de crema ligera, en ese momento salamos al gusto, retiramos la hoja de laurel y añadimos las almejas que teníamos reservadas para abrirlas. Removemos bien para que las almejas se mezclen con la salsa, tapamos la olla y dejamos unos ocho o diez minutos a fuego medio, moviendo la cazuela de vez en cuando para que se integren bien todos los sabores.

En fin, ya veis que no tienen ningún misterio, es una receta muy fácil de elaborar, el único secreto está en utilizar ingredientes de la mejor calidad. Es un plato para un día de fiesta, así que no escatiméis en gastos y procurad que todos los ingredientes , no solo las almejas, estén a la altura de lo que este plato festivo se merece… Quiero decir, que no utilicéis un vino de tetra brick o un aceite de mala calidad, por poner un ejemplo.

Bueno, pues espero que os haya gustado la receta, y si aun no tenéis previsto nada para la comida del día de Reyes, ésta es una opción fantástica. Si probáis ya me diréis.

Nos vemos dentro de unos días con una nueva receta, mientras sed felices y que lo Reyes os traigan muchas cosas buenas ;)

sábado, 17 de diciembre de 2016

Cordero lechal castellano en horno de Pereruela


Hola de nuevo a todos. ¿Ya tenéis pensado el menú de las próximas fiestas? Bueno, si aun no lo tenéis claro, os dejo una propuesta que os encantará: Lechazo castellano en horno de leña.

Los que no tengáis horno de leña se puede hacer también en un horno convencional, pero en mí caso como por fin este año he podido ver cumplido mi sueño de hacerme con uno, puedo permitirme ese lujo, porque para mí es un auténtico lujo poder elaborar y disfrutar de un asado como lo preparaban nuestros antepasados, de la forma más tradicional y sana posible.

El horno lo instalamos en el sótano, y lo compramos en la localidad zamorana de Pereruela, famosa por la calidad del barro que emplean en su fabricación, que le permite alcanzar altas temperaturas. Os dejo una imagen para que veáis cómo ha quedado



Aparte del  horno de leña que le confiere un sabor especial, es también muy importante la calidad de la materia prima. Al parecer por estas fechas, donde en las mesas de muchos hogares españoles se va a servir cordero, entran en la comunidad de Castilla y León corderos procedentes de otros países como por ejemplo Francia, para ser sacrificados en lo mataderos de la zona y puestos a la venta como Lechazo Castellano, cuando en realidad no lo son, por ello, para aseguraros que compráis la mejor calidad y evitar que os den gato por liebre, buscad los que tengan el sello de calidad Tierra de Sabor

Y ahora os dejo con la receta.

Ingredientes (para 4 personas):

-1/4 delantero de lechazo castellano (en este caso he utilizado 2 paletillas)
-1 vaso de agua
-sal
-ensalada básica de lechuga y tomate (para acompañar)

Preparación:

Cómo lo he preparado en horno de leña, lo primero es calentarlo, y para ello abrimos el tiro y la apertura de la puerta, e introducimos la leña en el interior del horno, formando una especie de pirámide. Cualquier leña sirve, aunque la más valorada es la de encina. En la base ponemos unos trozos de papel, y con una cerilla encendemos el fuego. Cuando la leña se vaya consumiendo vamos añadiendo más hasta que la cúpula del horno, que en un principio se había puesto negra, se torne blanca, y el termómetro marque una temperatura superior a 200º.

Llegado ese momento, esperamos a que se consuma la leña que esté aun por arder, y luego esparcimos las brasas por toda la base del horno, cerramos el tiro y el apertura de la puerta, y esperamos unos minutos, que aprovechamos para preparar el lechazo, tarea de lo más sencilla, porque sólo hay que salar el cordero, introducirlo en una fuente también de barro de Pereruela, añadir un vaso de agua en el fondo de la misma, para que durante el horneado haya humedad en el horno y la carne no quede seca, y porque además la grasa que suelta luego la carne en el horno se mezcla con ese agua y queda una salsa exquisita para regar la carne por encima.

Ya con el cordero listo para ir al horno, apartamos algunas brasas a un lado para que el horno mantenga la calor más tiempo, y el resto de brasas las retiramos, después introducimos la fuente dentro, cubierta con papel de aluminio para que no se queme la parte de arriba, y la dejamos durante 30 - 45 minutos. Transcurrido ese tiempo le echamos un vistazo y si vemos que al pinchar con un tenedor está hecho, le damos la vuelta, añadimos más agua si se ha consumido la que le habíamos echado, y volvemos a cerrar el horno, pero esta vez ya sin el papel de aluminio, para que la parte que antes estaba abajo, y ahora es la que ha quedado por arriba, tenga un ligero color tostado y quede un poco crujiente, no demasiado tampoco, por lo que teniendo en cuenta que la temperatura dentro del horno sigue siendo alta (estos hornos mantienen la temperatura muchísimo tiempo), y que el cordero ya está casi hecho, habrá que vigilar con frecuencia por la mirilla de horno o sino por el respiro de la puerta, para que no se pase. 

Yo en esta ocasión después de darle la vuelta en torno a los 30 ó 45 minutos,  después necesitó muy poco tiempo para estar lista la carne, sobre unos 7 ó 10 minutos más aproximadamente, pero esto puede variar de una vez a otra, dependiendo de la temperatura que haya alcanzado el horno.


Cuando esté listo, ya lo servimos a la mesa, acompañado simplemente de un buen pan de hogaza y una ensalada básica de lechuga, tomate y cebolla aliñada con sal, vinagre y aceite de oliva virgen extra. Creedme que no se necesita nada más para disfrutar de este manjar de dioses. Espero que os haya gustado

viernes, 9 de diciembre de 2016

Figuritas de Mazapán




Bueno, pues casi sin darme cuenta la Navidad se me ha echado encima. Ya están todas las calles decoradas y muchos de vuestros hogares supongo que también. Al mío le tocará este domingo, porque la actual semana ha sido un tanto atípica, he estado bastante liada con un asuntillo y no me ha dado tiempo. La parte buena es que he dejado eso atrás, me he liberado de un lastre que me robaba energía positiva y me transmitía muchísimo mal rollo, además ahora como recompensa, la próxima semana tengo previsto realizar un viaje que me hace mucha ilusión, y a la vuelta ya estará todo listo para celebrar unas fiestas, que espero sean tranquilas, porque es lo que necesito, paz y tranquilidad.

Unas fiestas, en las que en nuestro país, es muy típico poner en la sobremesa la receta que hoy os traigo: el mazapán.

Aunque hay otras versiones, se dice que el mazapán lo inventaron las monjas de un convento toledano durante la hambruna que sufrió Castilla tras la batalla de las Navas de Tolosa. En esa época no había trigo en la ciudad, pero lo que sí había en la despensa del convento era azúcar y almendra en abundancia, así que las monjas decidieron alimentar a los hambrientos con este suculento alimento.

A día de hoy el Mazapán de Toledo es una variedad de mazapán, que cuenta con Indicación Geográfica Protegida desde 2002. El Consejo Regulador de la IGP solo permite acogerse a ella los mazapanes producidos en todos los municipios de la provincia de Toledo, que cuenten con un 50% de almendras y azúcares naturales.

Otra variedad de mazapán que cuenta con la denominación de La Rioja Calidad desde 1989 es el Mazapán de Soto. Se elabora en la localidad de Soto de Cameros (La Rioja) Este mazapán, aparte de almendra y azúcar, lleva esencia de limón, tiene una base de oblea y se hornea después de someterlo a un baño de jarabe.

En definitiva, el mazapán es un dulce muy típico de estas fechas, cuenta con una gran tradición en nuestro país, y es tan fácil de elaborar que merece la pena prepararlo en casa, porque salvo que lo compréis en un obrador artesanal, el industrial no tiene ni punto de comparación con éste.

Os dejo ya la receta, veréis qué fácil es

Ingredientes:

-250gr. de almendra molida de buena calidad
-250gr. de azúcar glas
-1 clara de huevo
-1 yema de huevo para pintar por encima

Preparación:

En mi caso he comprado almendra entera, con lo cual lo primero que hice fue picarla hasta convertirla en harina de almendra. A continuación se echa el azúcar tamizado y removemos todo bien. Posteriormente añadimos la clara de huevo ligeramente batida y mezclamos todo hasta conseguir una bola aceitosa debido al aceite que de la almendra. La dejamos reposar 30 minutos envuelta en papel film, y luego cogemos porciones del tamaña de una nuez y hacemos figuritas a nuestro gusto, las cuales colocamos en la bandeja sobre papel de hornear y luego las pintamos por encima con la yema de huevo batida. A continuación las introducimos en el horno, que tendremos precalentado a 180º con calor arriba y abajo, cerca de la parte de arriba.

Tan pronto metamos las figuritas dentro del horno, apagamos el fuego de la parte de abajo, y dejamos solo el grill. Cuando la figuras estén doraditas por la parte de arriba, las sacamos, dejamos enfriar, y listas para disfrutar de su exquisito sabor. Espero que os haya gustado la receta. Nos vemos dentro de unos días con otra nueva receta, muy típica también de las fechas que se aproximan. Estad atentos!!!