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jueves, 7 de marzo de 2019

Roquillas fritas de Carnaval




La receta de rosquillas que os traigo hoy, y otra de cocido con botelo que tengo pendiente, tenía pensado publicarlas en las fechas previas al carnaval, porque ambas son típicas de esta época del año aquí en Galicia, sin embargo por problemas de salud no lo he podido hacer.

Claro que eso no me hubiera ocurrido si las hubiera editado con tiempo para dejarlas programadas, como bien me aconsejó una buena amiga, pero no lo hice y ahora de nada sirve lamentarse.

Lo que me ha pasado no ha sido nada grave, ni nada nuevo, ha sido una vez más la alergia... La parte buena es que  poco a poco me estoy sintiendo mejor, que la verdad ya tocaba, porque han sido muchos días con molestias, pero hoy en concreto la mejoría ha sido clara, así que por fin os traigo la receta de estas ricas rosquillas de anís. 

Por otra parte aun estáis a tiempo de prepararlas, porque que si bien los principales días del carnaval ya pasaron, en muchos pueblos, al menos en Galicia, se celebra el fin de semana posterior al miércoles de ceniza, el conocido como sábado y domingo de piñata, que es lo que pone el verdadero punto y final  a estas fiestas. En todo caso se comen aunque no sea carnavales, que nada lo impide y bien ricas que están, así que vamos ya con la receta

Ingredientes

-4 huevos(*)
-12 cucharadas de aceite de oliva suave
-12 cucharadas de leche entera
-12 cucharadas de licor de anís
-12 cucharadas de azúcar
-6 gotas de esencia de anís (yo la compro en la farmacia, porque es más intensa que la que venden en los supermercados, pero hay que tener cuidado de no pasarse con la cantidad)
-harina de repostería (la que admita)
-1 sobre de levadura química Royal
-una pizca de levadura seca de panadería(**)
-cáscara de dos limones ó dos naranjas (sin nada de parte blanca)
-una pizca de sal
-aceite de oliva suave para freír
-azúcar glas para decorar

(*) En esta receta se utilizan 3 cucharadas de aceite de oliva suave, 3 de leche entera, 3 de licor de anís, y 3 de azúcar, por cada huevo que empleemos.

(**) La levadura seca de panadería es un truco que yo utilizo porque me encanta la textura que le aporta a las rosquillas, pero tenéis que emplear muy poquita cantidad, ese es el secreto para que el resultado sea el esperado, porque cuánta más cantidad de levadura de panadería empleéis, más se resecan luego las rosquillas

Preparación:

En primer lugar debemos medir el aceite y ponerlo en una sartén al fuego junto con una cáscara de limón ó de naranja y dejarlo hasta que ésta se dore, en ese momento se apaga el fuego, se retira la cáscara de limón, y se deja enfriar el aceite.  

Lo de freír el aceite es para sacarle el sabor a crudo, y lo de añadir la cáscara de limón es para aromatizarlo.

Mientras el aceite enfría, batimos los huevos en un cuenco junto con el azúcar, añadimos la leche, el licor y la esencia de anís, el aceite ya frío, y una pizca de sal. Batimos bien toda esta mezcla y después vamos añadiendo harina floja de repostería en pequeñas tandas, ayudándonos primero de una espátula de madera, y luego con las manos. 

Después de añadir la primera tanda de harina añadimos también el sobre de levadura royal y una pizquita de levadura seca de panadero, mezclamos bien y luego seguimos añadiendo harina según nos vaya pidiendo la masa. Al final tiene que quedarnos una masa que se despegue de las paredes del cuenco pero que aun se pegue algo a las manos.

En ese momento dejamos de añadir más harina, lavamos las manos y las untamos en aceite, así como la encimera de la cocina, y volcamos en ella la masa. La seguimos trabajando con las manos durante unos minutos más. Después la dejamos reposar durante una hora.

Transcurrido el tiempo de reposo ponemos una cazuela con aceite al fuego, añadimos en él la cáscara del otro limón para aromatizarlo, y mientras el aceite coge temperatura vamos cortando porciones de masa del tamaño de una nuez. 

Retiramos la cáscara de limón cuando esté dorada, y cogemos una porción de masa entre las manos, con el dedo índice formamos un agujero que vamos agrandando, y cuando tengamos la rosquilla hecha, la echamos en el aceite, dejamos dorar por un lado, luego por el otro, retiramos a un plato sobre papel absorbente, y continuamos haciendo todas las rosquillas hasta terminar.

Después de que hayan enfriado, las espolvoreamos ligeramente con azúcar glas, y las guardamos en una caja o en una lata hermética y se conservan durante unos días en perfecto estado.




Bueno, pues animaros a prepararlas, os aseguro que están de vicio.

Y hasta aquí la entrada de hoy. Si nada me lo impide, volveré pronto con la receta del cocido con botelo, pues aunque el carnaval para entonces estará definitivamente clausurado, hace mucho frío estos días aquí por el norte (después de haber disfrutado de un mes de febrero primaveral), así que aun apetece un buen cocido.

Gracias por seguirme. Que seáis muy felices.

viernes, 1 de febrero de 2019

Rosquillas de aire bañadas en merengue


Una de mis metas para este año era atender un poco más el blog, pero de momento no ha sido posible, una infección de garganta ha sido la causante. Afortunadamente ya estoy mejor, y espero poco a poco y de una vez por todas recuperar tanto el ritmo de las  publicaciones como de las visitas a los blogs amigos
.
Para compensar esta larga ausencia, hoy os traigo un lujo de receta, se trata de unas rosquillas que seguro habéis visto a la venta en más de un puesto ambulante en alguna de las romerías o ferias que hay por los pueblos de nuestro país, y también cómo no en algunas  pastelerías. Os hablo de las rosquillas de aire bañadas en merengue, una auténtica delicia para el paladar, ricas por sí solas, pero que si las acompañamos de un café con leche calentito por la mañana ya son los más, y si es en un día de frío invierno como los que tenemos esta semana aquí por el norte, tenéis un desayuno perfecto para entonar el cuerpo y afrontar el día con más energía.

Os dejo con la lista de ingredientes y la preparación, espero que os animéis a elaborarlas en casa, porque en contra de lo que pueda parecer no entrañan ninguna dificultad, y el resultado os sorprenderá segurísimo. Salen tal cual las compradas, pero hechas por uno mismo con sus propias manos, que eso para los amantes de la cocina supone una satisfacción indescriptible.

Ingredientes (a mí me salieron 16 rosquillas):

-12 yemas de huevo
-2 huevos enteros
-2 cucharadas de manteca de cerdo
-8 gotas de esencia de anís (yo lo compro en la farmacia, de la marca Arconsa. Si se la pedís a vuestro farmacéutico seguro que os la consigue, viene en unos botecitos de cristal de 15ml, y os da para muchas veces porque es un producto  muy concentrado, de hecho debéis tener cuidado de no excederos, sino arruináis la masa. Si no conseguís esta esencia utilizad en su defecto medio vaso de licor de anís, y una cucharadita de anises en grano machacados en el mortero)
-harina de fuera (la que admita)
-una pizca de sal

 Para el baño de merengue
-250gr. de claras
-250gr. de azúcar glas
-500gr. de azúcar normal

Preparación:

En un cuenco amplio echamos las yemas y los huevos, batimos ligeramente, añadimos entonces la manteca de cerdo, la sal y la esencia de anís, seguimos batiendo unos minutos más y luego vamos añadiendo la harina tamizada poco a poco a poco, primero con el batidor de varillas y luego con una espátula o una cuchara de madera para facilitar la labor, hasta obtener una masa cremosa y bastante pegajosa. En ese momento, dejamos de añadir más harina, tapamos el cuenco con papel film, y lo dejamos reposando en el frigorífico durante al menos una hora.

Después del tiempo de reposo, precalentamos el horno a 200º calor arriba y abajo, y mientras vamos haciendo las rosquillas, para lo cual embadurnamos las manos con aceite, cogemos una porción de masa, le hacemos un agujero en el centro y lo vamos alargando hasta darle la forma deseada. 

Os aconsejo que no las hagáis muy grandes, tan solo un poco más que los famosos donettes, porque luego crecen mucho en el horno. Por ese mismo motivo, cuando las coloquéis en la bandeja dejad bastante espacio entre ellas.

Cuando hayamos terminado de dar forma a las rosquillas, colocamos la bandeja en la parte central del horno. El tiempo ya lo vais viendo vosotros, porque cada horno es un mundo. En el mío están sobre 20 minutos, los primeros 10 a 200º, y los 10 siguientes a 170º. Si veis que se doran demasiado por arriba y aun no están hechas del todo, cubridlas con papel de aluminio por encima.

Sabréis que están hechas si al mirarlas por abajo tienen el mismo color dorado que por arriba, de no ser así es que el interior aun está crudo y debéis proseguir con la cocción unos minutos más, porque de lo contrario, si las sacáis del horno en ese momento, bajan de volumen en un tiempo récord, quedan todas aplastadas, y luego aunque las devolváis al horno ya son irrecuperables, de modo que la comprobación tiene que hacerse con las rosquillas dentro del horno.

Cuando estén hechas (nunca antes), se sacan del horno y se dejan enfriar sobre una rejilla (En este momento notaréis que pese a ser unas rosquillas bastante voluminosas son muy ligeras, vamos que pesan muy poco, porque el interior está ahuecado, por eso se las denomina rosquillas de aire, así que no preocuparos que es señal de que ha ido todo bien durante la cocción)


Después se pincelan por ambos lados con el merengue que hice en la thermomix siguiendo estos pasos:

1-Colocamos la mariposa en las cuchillas, y añadimos al vaso las claras y el azúcar normal, y programamos 4 minutos / 70º / velocidad 1 ½ 
2- Dejamos enfriar hasta que la temperatura alcance los 37º, y en ese momento programamos 3 minutos / velocidad 3 ½ y vamos añadiendo poco a poco el azúcar glas por el bocal.

Al final nos quedará un merengue muy firme, con el que pincelaremos las rosquillas por ambos lados, y las dejamos secar a temperatura ambiente, o bien colocando la bandeja dentro del horno, con una temperatura no superior a 50º.

Cuando el merengue de las rosquillas esté seco, si las tuvimos en el horno para que se secaran, las dejamos enfriar por completo,  y luego las podemos guardar en una lata, donde se conservan varias días, suponiendo que duren, jeje...


Bueno, pues hasta aquí la receta de hoy. Este domingo es 3 de febrero, día de San Blas, y seguro que en muchos pueblos de nuestro país en los que se celebra esta festividad, entre los que por cierto se encuentra el mío, seguro que encontráis a la venta rosquillas como estas, pero dado que el mal tiempo reinante no invita mucho a salir de casa, animaros y preparadlas vosotros mismos. Insisto que aunque parece una receta muy laboriosa, no lo es tanto, y están absolutamente deliciosas.

Y sin más me despido por hoy, nos vemos de nuevo dentro de unos días, espero.

Un beso y gracias por seguirme. Feliz fin de semana a tod@s.

lunes, 8 de mayo de 2017

Rosquillas de San Isidro (tontas y listas)

El origen de estas ricas rosquillas con aroma de anís, se atribuye a una famosa rosquillera llamada Tía Javiera, al parecer sus rosquillas tenían mucho éxito, lo cual propició que otros vendedores las pusiesen a la venta en sus tenderetes, utilizando como reclamo un falso parentesco con la Tía Javiera.

Al margen de leyendas y anécdotas, lo que es un hecho es que en el mes de mayo en Madrid estas rosquillas adornan los escaparates de todas las pastelerías. Pero no hace falta ir a Madrid para degustarlas, son muy fáciles de hacer, y las podéis preparar en casa sin ningún problema. Si os animáis os dejo la receta a continuación.

Ingredientes:

Para la masa de las rosquillas
-100gr. de aceite de oliva suave
-180gr de azúcar
-3 huevos
-400gr de harina de repostería
-1 sobre de levadura Royal
-1 pizca de sal
-la piel de un limón (solo la parte amarilla, sin nada de pieles blancas)
-50gr de licor de anís
-2 cucharaditas de anís en grano

Para pintar las tontas
-1 yema de huevo

Para el glaseado de las listas
-1 clara de huevo
-1 cucharadita de licor de anís
-1 pizca de sal
-6 gotas de zumo de limón
-250gr de azúcar glass

Preparación:

En primer lugar ponemos una sartén al fuego y echamos el aceite de oliva y la piel de limón bien lavada bajo el grifo para eliminar posibles restos de pesticidas. Cuando la piel del limón empiece a dorarse retiramos del fuego, colamos el aceite y lo reservamos.

Aparte en otra sartén echamos los granos de anís y los tostamos moviéndolos constantemente para que no se quemen. Cuando estén, los echamos en un mortero, los trituramos lo más fino posible, y reservamos también.

Por otro lado empezamos a preparar la masa de las rosquillas, para ello batimos en un cuenco los huevos. Cuando estén espumosos añadimos la mitad del aceite frito (utilizamos para la masa 50 gr., los otros 50gr. los reservamos), el anís en grano triturado, el licor de anís, el azúcar y la sal. Mezclamos bien y luego vamos añadiendo la harina poco a poco. Cuando hayamos añadido un poco de harina, echamos el sobre de levadura, y continuamos añadiendo la harina restante sin dejar de remover. Primero nos podemos ayudar de un batidor de varillas, y ya al final utilizaremos las manos hasta obtener una masa homogénea y manejable. Ya os advierto que queda una masa suave que tiende a pegarse a las manos, y para evitarlo os aconsejo mojarlas en el aceite restante.

Cuando la masa esté preparada, la pasamos a otro cuenco untado con parte del aceite reservado y tapada con papel film y la dejamos reposar en el frigorífico durante una hora aproximadamente.

Finalmente se precalienta el horno a 200º y mientras hacemos las rosquillas tomando pequeñas porciones de masa con las manos untadas en el aceite reservado, formamos una bola con cada una de ellas, las aplastamos un poco, y con los dedos índice y pulgar hacemos un hueco en el centro para darle forma de rosquilla.

A medida que vamos haciendo las rosquillas, las vamos colocando en una bandeja de horno, sobre papel sulfurizado, y cuando estén todas hechas, la mitad de ellas (las tontas) las pincelamos con la yema de huevo. Dejamos reposar unos diez minutos más, y volvemos a pincelarlas de nuevo, luego las horneamos (yo en mi horno en la tercera ranura empezando por abajo) hasta que estén doradas por arriba. En ese momento las retiramos del horno y las dejamos sobre una rejilla para que enfríen. Cuando estén frías las tontas ya estarán listas para guardarlas en una lata donde se guardan en perfecto estado durante días. En cuanto a las listas tenemos que preparar un glaseado para bañarlas en él, pare ello batimos la clara de huevo ligeramente, añadimos la cucharadita de licor de anís, las 6 gotas de zumo de limón y la sal. Mezclamos bien y luego vamos añadiendo el azúcar glas poco a poco sin dejar de remover. Finalmente bañamos la otra mitad de las rosquillas por la parte de arriba en esta glasa, las volvemos a colocar en la rejilla hasta que la glasa esté seca, y ya tenemos las rosquillas listas finalizadas para guardarlas en la lata junto a las tontas.

Estas rosquillas también las podéis preparar en la thermomix, de esta manera os ahorráis bastante trabajo, pare ello los pasos a seguir son los siguientes.

1-El primer paso de calentar el aceite y aromatizarlo con la cáscara de limón, así como tostar los anises os aconsejo hacerlo de la forma tradicional, para ello seguís las instrucciones de los dos primeros párrafos de esta receta.
2-Echamos en el vaso de la thermomix 50 gr de aceite aromatizado, los anises triturados, el licor de anís, el azúcar y los huevos y programamos 15 segundos /velocidad 4
3-Agregamos la sal, la harina y la levadura y programamos 3 minutos /velocidad espiga
4-Retiramos la masa del vaso y la colocamos en un bol engrasado con parte del aceite restante. Tapamos con papel film, y dejamos reposar en el frigorífico durante una hora aproximadamente.
5-A partir de aquí se sigue con el proceso igual que por el método tradicional.

Espero que la receta de hoy os haya gustado, y si os animáis a ponerla en práctica mejor, porque estas tradiciones gastronómicas nunca se deberían perder. Yo pese a no vivir en Madrid hace ya unos años que en el mes de mayo preparo estas rosquillas, y espero seguir haciéndolo muchos años más, porque en el desayuno, con un descafeinado con leche están deliciosas ;)

Como ayer fue el día de la madre, con vuestro permiso, esta receta se la dedico a la mía. Espero poder celebrar muchos días más esta festividad con ella a mi lado y en un estado de salud aceptable. Te quiero mucho mamá!!!